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X Coloquio Internacional de Geocrítica

DIEZ AÑOS DE CAMBIOS EN EL MUNDO, EN LA GEOGRAFÍA Y EN LAS CIENCIAS SOCIALES, 1999-2008

Barcelona, 26 - 30 de mayo de 2008
Universidad de Barcelona


PROCESOS INVOLUNTARIOS DE REUBICACIÓN. UNA PROPUESTA DE DESARROLLO INTEGRAL[1].

Francisco Alfonso Guzmán Andrade
Universidad Autónoma de Guerrero, México
Tamazola@yahoo.com

Víctor Hugo Chávez Chávez
Comisión Federal de Electricidad, México
victor.chavez@cfe.gob.mx

Procesos involuntarios de reubicación. Una propuesta de desarrollo integral (Resumen)

Los procesos de reubicación involuntarios provocados por la construcción de presas hidroeléctricas pueden aprovecharse para generar nuevas formas de desarrollo. La particularidad que ello tiene con respecto a otro tipo de reubicaciones radica en que la inversión que se requiere para su construcción y su consecuente efecto multiplicador, posibilita que, de crearse las condiciones necesarias (organización, capacitación y capitalización entre las personas a reubicar) permitiría que sean ellas, las personas reubicadas, las primeras beneficiarias de tales proyectos, cambiando de manera radical la concepción de los mismos. Ello pasa necesariamente por tres condicionantes: i) el respeto a los derechos humanos de los reubicados, lo que implica entre otras cosas que solo si la mayoría de ellos está de acuerdo se realice la obra;  ii) que la manifestación de impacto ambiental sea favorable, es decir que la obra se apegue a la norma ambiental existente y; iii) que el proyecto demuestre su utilidad pública.

Palabras clave: medio ambiente, cultura solidaria, empoderamiento colectivo.

Involuntary processes of relocation. A proposal of integral development (Abstrac)

They summarize the involuntary processes of relocation caused by the construction of hydroelectric prey can take advantage of to generate new forms of development. The particularitity that it has with respect to another type of relocations is in which the investment that requires for its construction and its consequent multiplying effect, makes possible that, to be created the necessary conditions (organization, qualification and capitalization between the people to relocate) it would allow that they are they, the relocated people, the first beneficiaries of such projects, changing of radical way the conception of such. It happens necessarily through three conditioners: i) the respect to the human rights of the relocated ones, which implies among other things that single if most of them it agrees the work makes;  II) which the manifestation of environmental impact is favorable, that is to say, that the work is become attached to the existing norm environmental and; III) that the project demonstrates its public utility.

Key words: environment, shared in common culture, collective .empowerment

“Una civilización que se muestra incapaz de resolver los problemas que suscita su funcionamiento es una civilización decadente.

Una civilización que escoge cerrar los ojos ante sus problemas más cruciales es una civilización herida”

Aimé Césaire, Discurso sobre el colonialismo

 

El objetivo del presente trabajo es aportar algunas propuestas que deben ser tomadas en cuenta en los procesos de reubicación involuntarias, de tal manera que las personas desplazadas mejoren su calidad de vida, cuenten con condiciones objetivas y subjetivas para garantizarse empleo permanente e ingresos dignos así como sentar las bases de un desarrollo amigable con la naturaleza, lo que implica formas de producción y de consumo no determinadas por racionalidades económicas de tipo capitalista. Una condicionante para poder alcanzar tales propuestas es la de generar procesos de empoderamiento colectivo. Con ello, pretendemos abonar en el conjunto de condicionantes que deben cumplirse para ir construyendo nuevas formas de relacionamientos entre individuos, de reconstruir el sentido de solidaridad y comunidad y, a partir de ello, establecer un vínculo con la naturaleza que nos garantice su recuperación y mantenimiento. Lo anterior implica establecer un nuevo tipo de relación entre las comunidades y el Estado, de tal manera que éstas tengan mayor autonomía así como el control de sus recursos. En concreto de lo que se trata es de generar alternativas de superación de la pobreza teniendo como base nuevas relaciones sociales basadas en la solidaridad.

El contexto

El problema del desarrollo es por mucho el más importante problema de la sociedad y de la ciencia económica. Y si bien, podemos aceptar que las economías llamadas desarrolladas han resuelto ciertos problemas importantes para la mayoría de sus habitantes, sobre todo los relativos a alimentación, salud, educación, vivienda y servicios que posibilitan un pleno aprovechamiento de las potencialidades humanas, también han ido generando problemas que tienden a cuestionar la continuación del actual estatus tales como el desempleo, la polarización social y los problemas de tipo ambiental. Más grave es la situación de las economías del otrora llamado tercer mundo, ex colonias, periféricas o subdesarrolladas, toda vez que la pobreza de la mayoría de su población, el grave deterioro de su medio ambiente, así como la marcada polarización social, las han arrastrado a una permanente desintegración social, iniciada por la emigración pero reforzada por las divisiones internas a una inestabilidad política, factores todos ellos que hacen más complicada la posibilidad de generar y darle continuidad a cualquier propuestas de desarrollo. Ahora bien, ambos tipos de economías, desarrolladas y atrasadas, tienen un componente determinante, son economías capitalistas y si bien la distinción es importante mantenerla, puesto que no es lo mismo ser colonizador que colonizado tienen en su esencia el mismo componente, la producción se realiza a través de una relación trabajo asalariado-capital y el objetivo es el mismo: la obtención de ganancia. Y en este contexto más amplio es donde debemos inscribir la actual fase de desarrollo del sistema capitalista, su fase imperialista neoliberal[2]. Como lo demostró Marx, el capitalismo es en sí un sistema contradictorio y su propia dinámica engendra los elementos que provocan sus recurrentes crisis, la polarización social, la destrucción del entorno. Como economías descolonizadas o periféricas enfrentamos más problemas para sortear tales contradicciones, toda vez que se mantienen los lazos de dependencia tecnológica, financiera e incluso política[3]. Las secuelas que dejan años de colonialismo no son fáciles de resarcir. Es decir, se va el colonialista pero deja obnubilado el germen de la anomia social, del ver hacia afuera como alternativa y despreciarnos como práctica purificante. Como lo sintetiza Wallerstein “La historia del sistema-mundo moderno ha sido en gran medida una historia de la expansión de los estados y los pueblos europeos hacia el resto del mundo, y ésta es una parte esencial de la construcción de una economía-mundo capitalista. En la mayoría de las regiones del mundo esta expansión ha conllevado conquistas militares, explotación económica e injusticias en masa”[4]  Reforzando tal punto de vista señala Harvey “El impuso de la acumulación de capital es el relato de la transformación histórica y geográfica del mundo occidental en tiempos recientes, y parece destinado a engullir a todo el mundo en el siglo XXI. Durante los pasados 300 años ha sido la fuerza fundamental en la remodelación de la política, la economía y el medio ambiente mundiales”[5] Y continua “De la tensión entre concentración y centralización y la expansión geográfica, es inevitable que surja una relación centro-periferia”. Por eso debemos ser específicos con respecto a las sociedades capitalistas periféricas o colonizadas.

De las historias de desarrollo, de las teorías que se han generado podemos tener una primera conclusión no existe una senda determinada que seguir para alcanzar el objetivo del desarrollo. Ello tampoco excluye una serie de precondiciones ineludibles tales como: un cierto nivel de ahorro, fuerza de trabajo con determinado nivel de calificación, tecnología actualizada e instituciones que garanticen seguridad. Sin embargo, con todo y que se pudiesen conjuntar tales condiciones todavía no aparece la naturaleza como un factor que debe ser tomado en cuenta y que ahora es un límite. A pesar de lo cual se sigue insistiendo en los mismos argumentos, en el uso de las mismas teorías y ello edulcorado con ciertas recetas ambientales. La delicada situación en que se encuentra el mundo en términos ambientales, pero aún más grave su situación en términos sociales, determina que se revise seriamente tales teorías, pero sobre todo el funcionamiento del sistema económico. El tiempo transcurrido nos asegura que fue falsa la idea de que el desarrollo se daba por etapas, que el subdesarrollo era la antesala del desarrollo y que en cierto tiempo se igualarían las economías. Todo lo contrario ha pasado, las brechas entre los países se han profundizado, dejándonos en un laberinto a las economías periféricas[6].

La llamada globalización, como fase actual de dominio del capital financiero, determina una serie de normas de producción que prácticamente excluyen a los productores medios y pobres si quieren insertarse en su lógica, de allí que se busquen alternativas a tales propuestas, sin olvidar que el capital ha impuesto sus condiciones en el lugar. Desde luego que no hablo de un determinismo ineluctable sino de ubicar, conocer, delimitar, las posibilidades reales de que las alternativas tengan de mantenerse. Si bien la economía de subsistencia es una manifestación de que existen formas alternativas de producción, no podemos cerrar los ojos y ver sus limitaciones. Las posibilidades de la hibridez económica, combinar formas capitalistas con otro tipo, economía de trueque, solidaria o de autoconsumo son  posibles gracias a las oportunidades que da la misma globalización. Retomando la propuesta que hace Mayfair Yang, Escobar señala que “Yang nos reta a pensar que “las economías indígenas no siempre quedan aplanadas por la entrada del capitalismo, sino que pueden experimentar incluso una renovación y poner a repensar y trabajar las críticas existentes al capitalismo”(Yang 1999:5)[7]

La pregunta que deberíamos hacernos es ¿realmente una economía atrasada puede superar tal situación y garantizarle a su población una elevación en su calidad de vida de manera sostenible? si, pero ello implica romper con ciertas visiones de lo que se entiende por desarrollo. Consideramos que el trabajo que se realice desde cada localidad o territorio será determinante en la construcción de esas nuevas formas de desarrollo.

La presente propuesta busca que a partir de un proceso de reubicación provocado por la construcción de una hidroeléctrica, utilice la movilización de la población, la inversión pública y privada, la conjunción de la participación de los distintos niveles de gobierno  y una institución educativa de tal manera que generen las condiciones de un desarrollo sostenible y sustentable en una región caracterizada por muy alta marginación y por tanto con una población en situación de pobreza extrema. Desde luego que no se parte de cero, por el contrario, podemos afirmar que ya mucha tinta ha corrido sobre programas para personas que deben ser reubicadas de manera involuntaria, todos pretendiendo aquellas condiciones que les permitan mejorar su situación económica y en algunos casos, consideran la necesidad de preservar el medio ambiente. Sin embargo, estos procesos siguen generando mayor miseria para las personas reubicadas, lo cual nos dice que el problema no está resuelto, que algo falla tanto en la teoría como en la forma en que tales programas deben ponerse en práctica. Y en general, es difícil encontrar un programa exitoso para superar la pobreza, por el contrario, como lo demuestran los últimos informes sobre desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNDU), ésta no deja de crecer.

La situación se complica  más cuando se trata de reubicaciones por la construcción de represas, toda vez que existe un amplio movimiento que concibe en sí y de por sí a estas como entes perniciosos. No consideramos que en sí las represas sean las culpables de todas las desgracias que se les atribuyen, como tampoco lo han sido las máquinas que sustituyen a los trabajadores generando desempleo aunque superficialmente así parezca[8], por eso es necesaria una correcta conceptualización del sistema social, el cual en los programas planteados por los diversos organismos oficiales, ya sean a nivel mundial como los de tipo nacional, aparece como “natural”, como dado y que por tanto, no necesita ser tratado de manera específica, el mismo atraso o subdesarrollo es concebido como una antesala. Ello conduce a visiones fetichistas, es decir, a concebir  las cosas con ciertas propiedades, llámese represa, máquina o dinero, por ejemplo[9]. Y esa visión fetichista, que no es cuestionada, es la que necesariamente conlleva a falsas soluciones. Por ello ni su supresión o regulación acaba con los problemas que supuestamente generan. Es decir, una equivocada concepción genera erróneas soluciones, en el mejor de los casos suaviza sus consecuencias o las pospone.

Si partimos de que son las relaciones sociales capitalistas las que determinan tales supuestas propiedades, las cosas cambian. Más aún, la búsqueda de ganancia a toda costa o como razón única de la producción en este sistema económico no tan solo genera las oprobiosas situaciones de pobreza, desempleo y exclusión, también termina por socavar la reproducción social, toda vez que como lo demuestran ampliamente los estudios sobre el estado actual del medio ambiente, el uso irracional de la naturaleza que lleva implícita una forma de consumo convulsiva, nos coloca cerca del precipicio[10]. Al no considerar de esa forma el problema, y sobre todo aceptar como “natural” al sistema capitalista, se pasa fácilmente al acomodamiento dentro del mismo, ya que no hay de otra. Para el caso de las personas reubicadas, lo que buscan tales programas es que la gente salga lo menos perjudicada que sea posible, que tengan una justa indemnización monetaria y que les informen de las fases y horas de su desalojo. Se trata de limar los aspectos más dañinos de las reubicaciones, pero al final de cuentas, sin ofrecer reales alternativas de desarrollo a estas personas, lo que sigue es su problema. Y tal vez se pueda argumentar el porqué se les deben buscar alternativas dado que una justa indemnización es lo correcto. Partamos de que las reubicaciones involuntarias se justifican en pos del bien público. Estas personas son sacrificadas por el bien común, por los demás. Si bien, las justas indemnizaciones cubren el costo monetario de los recursos que perderán, existen muchos más elementos que no pueden ser cuantificados de manera monetaria, tales como la identidad, pertenencia, cultura, amistades y hasta cuestiones de tipo místico religioso. Más aún, en general las personas desplazadas tienen graves desventajas para poder integrarse a los requerimientos que impone el mercado, por lo que cuando pierden su hábitat pierden casi todo. Pero si evaluamos el bien común, seguramente debe ser mucho mayor que lo que implica poder sentar las bases para que los sacrificados puedan rehacer su vida. Es decir, veamos el proceso de reubicación en términos de seres humanos y no monetarios. También es cuestión de saber aprovechar los efectos multiplicadores que conllevan los proyectos que se ejecutan y con ello crear tales condiciones.

Por esto, es necesario que se rompa tal visión fetichista y se avance hacia una nueva forma de abordar tales problemas, partiendo de integrar el sistema económico como tal, esto es, como sistema capitalista, así de claro, precisando los límites entre los cuales permite moverse, de lo contrario las propuestas no pasarán de ser cuerpos ideológicos. Ello es contradictorio,  pero no se puede cambiar al sistema por fuera de él así como tampoco moviéndose únicamente en sus determinaciones. Aceptamos la posición de que el capitalismo es un sistema depredador por naturaleza y que aquello que no puede acondicionar para sus intereses lo destruye, pero también aceptamos la capacidad transformadora del sujeto colectivo, de la sociedad, así como se ha demostrado que una sociedad más participativa puede ser una barrera a las desmesuras del sistema[11]. Tenemos claro que desde los inicios de la civilización, las distintas actividades humanas han transformado a la naturaleza, pero sin lugar a dudas, como lo han tratado los diversos movimientos ecologistas, este sistema tiende a acelerar el deterioro del medio ambiente. Es decir, no tal solo polariza las relaciones entre los individuos, también al ser humano con su medio ambiente y ello vale para el conjunto de actividades productivas. La industria, la minería y la agricultura en sus formas capitalistas tienden a rebasar lo que se denomina la resiliencia local[12], sin que se internalicen sus costos, lo que atenuaría el problema, pero de manera más radical, que se considerasen tales externalidades en función de la capacidad de recuperación de la naturaleza.

Un pretexto para buscar el cambio: la construcción de una hidroeléctrica

Retomando el caso de la construcción de represas podemos señalar que no es en sí y de por sí algo que no debería hacerse, tal y como se deduce del libro de Patrick Mc Cully[13]. Para atenuar los problemas que causa la construcción de represas, la Comisión Mundial de Represas organismo creado ex profeso para evaluar los impactos que dichas obras han generado, propuso una serie de mediadas mitigatorias sin llegar a proponer su eliminación. De hecho, consideran que las hidroeléctricas generan energía de manera limpia por lo que hasta cierta altura  de la cortina, 20 metros, son recomendables. De su evaluación, plasmada en el documento Represas y desarrollo. Un nuevo marco para la toma de decisiones. El reporte final de la Comisión Mundial de Represas, señalan que la experiencia que se tiene no ha sido del todo buena. Se reconocen algunos de sus beneficios así como sus efectos perniciosos pero al final de cuentas se acepta su necesidad y por tanto, hacen una serie de recomendaciones para que tales proyectos tengan un impacto favorable y se atenúen sus externalidades. Desde luego que tales propuestas nada tienen que ver con la solución de raíz, no, sólo hay que limar dichos efectos perniciosos. Señalan que las represas han hecho una contribución importante y significativa al desarrollo humano, sobre todo evitando inundaciones, creando sistemas de riego y generando energía eléctrica. También cuestionan la forma en cómo fueron planeados tales proyectos, aparte de no medir cabalmente las externalidades, han tenido como determinantes los motivos económicos y técnicos -cuánto ganan las compañías y los gobernantes por la construcción, buscando que la obra sea funcional- sin reflexionar sobre otras alternativas, muchas veces más económicas y menos agresivas con el ser humano y la naturaleza. No se han incluido en la discusión a todos los implicados, lo que dificulta, según la Comisión, una resolución positiva de los conflictos, es decir, se ha actuado de forma autoritaria. Tampoco han sido distribuidos los beneficios que generan. Las nuevas propuestas de construcción deben ser sometidas a una muy fuerte revisión y ser factores sociales y ecológicos quienes determinen la aprobación de estos proyectos. De allí que consideren necesario tomar en cuenta los valores de equidad, eficiencia, toma de decisiones participativa, que ambientalmente sean sustentables y que además sean financieramente transparentes (que rindan cuentas). Es decir, se busca que estos proyectos sean económicamente viables, socialmente equitativos y ambientalmente sostenibles.

A partir de ello, determinan una serie de recomendaciones para un nuevo marco de políticas: Obtener la aceptación pública, Evaluación exhaustiva de opciones, Consideración de las represas existentes, Conservación de los ríos y de los medios de subsistencia, Reconocer los derechos y compartir los beneficios, Asegurar el cumplimiento, Compartir los ríos para la paz, el desarrollo y la seguridad. Si bien con ello se mitigarían varios de sus efectos más perniciosos, consideramos que no se toca el más importante problema social: la capacidad de los reubicados para poderse garantizar empleo e ingresos dignos.

En el caso de los proyectos hidroeléctricos que se han puesto en marcha en México, la situación no varía en gran medida, aunque podríamos señalar lo siguiente:

1.      Las indemnizaciones han sido inferiores a los precios de mercado, y se han cubierto con retraso y no han concluido, después de más de cuarenta años de haberse efectuado la obra.

2.      Los proyectos originalmente no fueron concebidos para promover el desarrollo regional, es decir, su único objetivo era el de producir energía eléctrica.

3.      En muchos casos generaron destrucción del tejido social y fractura de las comunidades reubicadas.

4.      Se han mejorado, en general, las condiciones de la vivienda, equipamientos y servicios de las localidades reubicadas, aunque no se garantizaron formas de producción y empleo.

Y si bien el país pasó de un régimen social-autoritario a un régimen neoliberal y de mayor participación social, en esencia se ha mantenido la misma dinámica. Es decir, si bien se aflojó el control político, en materia económica se pasó a una desregulación de la economía y a dejar actuar libremente a la mano invisible del mercado, lo que en la práctica se tradujo en el dominio del gran capital trasnacional y el seguimiento de las políticas dictadas desde Washington. Y es en el sexenio de Vicente Fox  (2000-2006) cuando, después de no construir hidroeléctricas desde 1996, siendo la Fernando Hiriart (Zimapán) la última, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reinicia su programa de construcción con las presas Ixtaczoquitlán en Veracruz y Leonardo Rodríguez Alcaine (El Cajón) en Nayarit en el 2005. Cabe señalar que en el caso de la presa de Zimapán la CFE buscó resarcir tierras además de las viviendas, servicios y equipamientos a las poblaciones reubicadas, también les dieron la opción de escoger dónde serían reubicados. Lo cierto es que diez años después, el asentamiento si bien se mantiene en buen estado, se encuentra semivacío.[14] En el caso de El Cajón se mantuvo la misma línea, esto es, se buscó la restitución o indemnización de tierras y de viviendas siendo alrededor de 54 las familias reubicadas. Sin embargo, es hasta la propuesta de La Parota en el estado de Guerrero cuando se hace un Plan de Desarrollo Integral. Es decir, en México se ha pasado de actitudes autoritarias a propuestas avanzadas sobre estos procesos de reacomodo.

Por otra parte, este tipo de obras a pesar de su significativo impacto social, siguen teniendo como elemento prioritario para su determinación las limitadas las cuestiones ambientales que exige la normatividad, de tal manera que antes de iniciar los trabajos de construcción se pide la Manifestación de Impacto Ambiental, y si estos estudios son favorables, ahora sí, su impacto social. Es decir, el medio ambiente sin los seres humanos es lo primero, total a los pobres como sea se les convence o se les mueve, eso es lo que se desprende de la forma en que se conceptualiza el proceso de factibilidad de tales proyectos. Ello desde luego pudo darse en regímenes autoritarios, con todo y las resistencias de los grupos directamente afectados, pero al final de cuentas se logró lo que se buscaba; la ejecución de los proyectos. Pero eso ha cambiado. De entrada ya no están solos los desplazados, ahora existen amplios movimientos que han logrado frenar proyectos o en otros casos, han conseguido mejores condiciones para los reubicados. Creemos que es posible aprovechar estos procesos de reubicación, cuando son justificados, de tal manera que las personas puedan superar su situación de pobreza extrema.

Ahora bien, en cuanto a la importancia que tiene el aspecto ambiental debemos aprovechar la demanda creciente de cuidar el medio ambiente de tal manera que a parir de ello se garantice que sean las propias comunidades las que manejen sus recursos y de esta manera se puedan realizar actividades productivas que les garanticen empleo e ingresos dignos y permanentes. Es decir, aprovechar la conciencia global de cuidar el medio ambiente para que se puedan generar alternativas de desarrollo, se profundice en la participación comunitaria y en el empoderamiento colectivo.“La puesta en práctica de estas estrategias productivas reclama nuevas formas de organización de las comunidades. Las políticas de desarrollo social no deben dirigirse solamente a dar soluciones técnicas y desde arriba a la pobreza. El concepto de gestión ambiental implica la participación directa de los pobres en la recuperación de sus prácticas tradicionales y en la apropiación de los conocimientos científicos y tecnológicos modernos, para la autogestión de sus procesos productivos.” [15]

Así una propuesta de mejoramiento ambiental puede ser aprovechada por las personas que se pretende reubicar.

Toda reubicación necesariamente cambia la economía y la cultura de los reubicados, situación que no debe perderse de vista, lo cierto es que tales procesos afectan siempre a gente pobre, campesinos, personas que tiene muy limitadas posibilidades de poder superar tal hecho. Es decir, la pobreza extrema en que se encuentran no les permite acceder al conjunto de bienes y servicios que son necesarios para poder situarse en similares condiciones con respecto al resto de personas, lo que ya en sí se traduce en una desventaja social. Y si dichos campesinos pobres no son necesarios para el sistema, entonces se debe aprovechar ese momento de necesidad que se tiene de sus tierras, de sus recursos para generar movimientos alternativos de desarrollo. Esto necesariamente nos debe llevar a la radicalización de la democracia. Es decir, que sean las colectividades las que tengan el control del proceso social. Pero para esto deben tener necesariamente el control de sus condiciones de vida, sin ello todo se reduce a buenas intenciones. Más aun cuando partimos de comunidades que se encuentran en condiciones de pobreza extrema, pareciera que lo primordial es garantizar la papa, la alimentación y posteriormente todo lo demás. Consideramos que no, que los procesos deben darse de manera simultánea y que las posibilidades de poder garantizar ingresos dignos y empleo permanente dependerá de la capacidad de poder construir dicho sujeto colectivo, el cual tendrá como medio de sobrevivencia tal democracia radical. Se podrá contrargumentar que es imposible ya que lo que pierden los campesinos son sus condiciones objetivas de producción, es decir, la tierra y el agua. Ello es parcialmente cierto, pierden tierras, pero su situación les permite negociar tanto la restitución como apoyos para proyectos que sean sucedáneos, como por ejemplo invernaderos. Consideramos que la parte productiva es lo que tiene una más fácil solución, la construcción de una nueva cultura y de organizaciones  democráticas y comprometidas con sus comunidades es el verdadero reto.

¿Por qué afirmamos que sólo el sujeto colectivo es el único que garantiza superar la actual situación de pobreza? El sistema económico ha colocado en una situación por demás desventajosa a estos productores rurales, de tal manera que en términos generales no son competitivos, es decir, producen con costos muy superiores a los que impone el mercado. No cuentan con infraestructura productiva ni capacitación, tampoco con el financiamiento que les permita acceder a técnicas más productivas y no existe organización de productores o distribuidores, además prácticamente no tienen acceso al agua y sus tierras presentan una orografía por demás accidentada, o se encuentran muy alejadas de los centros consumidores y sin vías ni medios de comunicación. Su inserción en los circuitos mercantiles en las actuales condiciones es insostenible, de allí el fracaso de una gran cantidad de proyectos subsidiados por el Estado, proyectos que en general fenecen en el momento en que concluye el subsidio. Por eso es necesario concebir proyectos que partan en primer lugar de mejorar lo que ya hacen, pero que les posibiliten mejorar su dieta alimenticia, recordemos que en general son economías de subsistencia. Durante este proceso de mejora es posible iniciar trabajos de capacitación y de organización, de tal manera que esto posibilite avanzar hacia nuevos proyectos, hacia la diversificación. Su situación de pobreza determina que por sí solos no puedan emprenderlos de acuerdo a las modalidades que el mercado impone, por ello es fundamental la concepción de proyectos colectivos, de ser posible comunitarios. Es decir, como comunidad pueden subsanar sus deficiencias familiares o personales, pero también como tal adquieren mayor capacidad en cuanto a disposición de recursos.

Ahora bien, el sistema se ha cuidado de promover el individualismo, de fomentar una cultura de consumo superfluo, de convencernos de que este sistema el único y hasta de sacralizar la pobreza[16]. De entrada no debemos caer en ese equívoco[17]. Todo lo contrario, debemos combatirla donde se encuentre[18]. Pero ese combate no incluye la imposición, de determinar cómo deben ser, qué deben comer, qué tienen que consumir en general. No, se trata de que todos tengan las mismas oportunidades de poder escoger, pero ello requiere de tener conocimientos y capacidad adquisitiva. Lo primero implicará una profunda revolución cultural y lo segundo tiene que ver con el sistema de producción. Desde luego se trata de aprovechar esos espacios para construir formas alternativas de convivencia social.

Lo anterior requiere la recuperación de sus prácticas solidarias, de su forma de ver a la naturaleza, es decir, de su cultura.  Coincidimos con Landes cuando afirma que “Las instituciones y la cultura son lo más importante; el dinero viene luego, pero, desde el principio y cada vez más, el factor decisivo sería el saber”[19]  La cultura se asienta en lugares. La fracturación del tejido social, las continuas emigraciones, pero sobre todo la pobreza han sido determinantes para inhibir el desarrollo de una identidad y cultura propia.   “es nuestra inevitable inmersión en el lugar –y no lo absoluto del espacio- lo que tiene prioridad ontológica en la generación de la vida y de lo real”[20] somos, en suma, seres de lugares. “Vivir es vivir localmente, y el conocer es primero que todo conocer los lugares en los cuales uno está” (Cassey 1996: 18). El lugar, como es obvio, es constituido por estructuras sociales sedimentadas y prácticas culturales. El sentir y el moverse no son presociales; el cuerpo en que se vive es el resultado de procesos culturales y sociales habituales. Es entonces imperativo que nosotros “volvamos al lugar” (Cassey 1993)y revirtamos el ya largo desempoderamiento del lugar, tanto en la teoría moderna como en la vida social”[21] En un mundo de flujos globales de riqueza, poder e imágenes, la búsqueda de la identidad, colectiva o individual, atribuida o construida, se convierte en la fuente fundamental de significado social” más adelante señala “…la identidad se está convirtiendo en la principal, y a veces única, fuente de significado en un periodo histórico caracterizado por una amplia desestructuración de las organizaciones, deslegitimación de las instituciones, desaparición de los movimientos sociales y expresiones culturales efímeras”[22] A partir de eso se inicia la construcción de nuevas instituciones, las cuales en la práctica son oposiciones a las mismas socialmente aceptadas y que no son otra cosa que las estructuras del poder del Estado. Sin embargo, las posibilidades de que esto subsista dependen de que los proyectos productivos funcionen. Es decir, si bien los nuevos relacionamientos, los compromisos institucionales, que se creen son necesarios, no son condiciones suficientes para que se garantice la continuidad de las comunidades, para ello es fundamental que su economía funcione, esto es, que las actividades productivas o en general, las actividades económicas, sean funcionales.

Recordemos que la historia es fundamentalmente, el desarrollo de la capacidad productiva del hombre y en las que las formas de sociedad crecen o decaen en la medida en que permiten o impiden su desarrollo de allí que las superestructuras son como son porque, al serlo, consolidan las estructuras económicas.

La Parota: la búsqueda de un proyecto diferente

Nuestro punto de partida (que corresponde con el del equipo de trabajo de la Universidad Autónoma de Guerrero que participó en el proyecto) es que ningún proyecto por sí mismo va a mejorar las condiciones de vida de la población que habita en su zona de influencia, no va a resolver sus problemas económicos y sociales por arte de magia. El atraso tiene hondas raíces estructurales y su superación no depende de un proyecto. No, ello dependerá de muchos esfuerzos y tiempo, pero sobre todo del trabajo colectivo. La propuesta central del PDI es que primero es la gente. El reto no tan solo es ofrecerles a los desplazados alternativas de mejora en cuanto a sus condiciones de vida, respetando y conservando sus tradiciones, cultura y formas de organización, además, cuidar y mejorar el medio ambiente, el reto es crear relaciones solidarias que sean el siento de nuevas formas de sociedad..

Se trata de crear una propuesta que permita la conformación de una alternativa más amplia, basada en la permanente y libre  participación de la comunidad y reconociendo que será desde lo local donde podremos comenzar a generar alternativas de desarrollo. Queremos vitalizar el lugar para que sea un espacio generador de cultura, vida y actividades productivas. Esto es posible si se garantizan a la población formas de producción y trabajo que se transformen en productos para asegurar la suficiencia alimentaria y las subjetividades. Sin embargo, para ello debemos partir del sistema en el que nos encontramos y aprovechar los intersticios que deja o que se crean en procesos de cambio, como sería el presente caso. Es decir, no podemos sustraernos a una serie de condicionantes que el capitalismo impone, pero tampoco acomodarse en sus dinámicas, de lo que se trata es de trabajar en su cambio.

Se pretende que el Plan de Desarrollo Integral, constituya la plataforma para generar aquellas condiciones materiales, organizativas e institucionales que posibiliten que los habitantes reubicados puedan efectuar actividades que no tan sólo les garanticen empleo permanente e ingresos dignos, sino que además les permitan integrarse de manera local y regional, que recuperen sus tradiciones, su cultura y desempeñen trabajos de interés común, en todos los aspectos de la vida comunitaria. Es decir, se trata de crear las condiciones institucionales, de infraestructura, capacitación, organización, de capacidades de las personas y de organización de la comunidad, que garanticen a los habitantes del área de influencia elevar su calidad de vida a través de un desarrollo sostenido y sustentable. Si no hay movilidad de las personas que serán reubicadas no se podrá hacer gran cosa.

Para ello y recuperando la experiencia de los Grupos de Acción Local europeos, del programa LEADER, quienes promovieron la participación de la población, aprovechando sus ventajas o cualidades, de tal manera que las actividades económicas garantizaran empleo e ingresos. En general ante una situación de apatía, o indiferencia de la población, era necesario que grupos externos participaran en el proceso de movilización. En nuestro caso proponemos trabajar en cada localidad con brigadas interdisciplinarias de tal manera que estás brinden información sobre la situación que enfrentarán los habitantes de la región a partir de que se inicie la construcción de la presa y con acciones sobre los problemas se inicie la participación de grupos todavía reducidos y focalizados. Ello se debe reforzar con la participación del gobierno del estado a través de sus dependencias, especialmente las Secretarías de Desarrollo Social y Desarrollo Rural, para abarcar una serie de actividades educativas, culturales, productivas y empezar a construir con ello organizaciones reducidas, de tal manera que a partir de ellas se pueda motivar la participación y organización de la comunidad, la cual debe concretarse en la conformación del consejo de desarrollo comunitario de la localidad.

Para nosotros, fortalecer la democracia es un requisito ineludible si se quiere realmente motivar la participación de la comunidad. Hasta ahora se ha creado un amplio sistema legal y normativo, pero vacío en términos prácticos. Y es que la falta de delegación de poder y de recursos, termina por limitar la participación de la sociedad, pero también de las distintas autoridades locales. Estas localidades, secularmente abandonadas, también han sido victimas del sistema de partido único, el cual después de tantos años en el poder terminó por conformar campesinos pendencieros, corrompidos y pasivos.

En síntesis, de lo que trata el PDI es de cambiar la forma de concebir y de implantar propuestas para reubicados por la construcción de represas. Partimos de que conjuntamente con la construcción de las viviendas y el poblado, se deben ir creando las condiciones para que la gente tenga alternativas de empleo e ingresos y asuma responsablemente su papel como agentes de cambio. Como es el sector primario el que tiene mayor relevancia en cuanto a sus actividades económicas y siendo la visión general del documento la propuesta de que una condición fundamental para que se mejore su nivel de vida, el PDI se centra en la forma de intervenir en el campo, tanto de las dependencias públicas involucradas como de los mismos productores, de tal manera que se de el pleno aprovechamiento de los recursos disponibles, tanto con los que cuentan los productores como de aquellos que se destinan al campo por parte del sector público.

Por consiguiente, la construcción de la represa implicará una inversión que de crearse las condiciones necesarias, podrá permitir en una primera instancia (antes y durante su construcción), que su efecto multiplicador sea aprovechado por los habitantes de la región (aumento en el empleo, en los ingresos, en las actividades económicas en todas las localidades del área) y en una segunda fase (con la creación del lago artificial), que también sean ellos los primeros beneficiarios de las nuevas condiciones que se generarán (acuicultura, ecoturismo, deportes acuáticos, por señalar algunos). Consideramos, por tanto, que se crearán condiciones que de ser aprovechadas cabalmente, podrán actuar como detonantes del desarrollo en las localidades ubicadas en la zona de influencia. Pero ese aprovechamiento dependerá de la concurrencia de múltiples y complejos factores, en especial de la participación de la población organizada que habita en el área. Lo que debe quedar suficientemente claro es que las condiciones referidas, difícilmente se podrán generar sin represa en un futuro inmediato, abriendo un gran interrogante al respecto, para el largo plazo. Para ello, tan solo revisemos el informe del CONAPO relativo a los índices de marginación 2005, el cual nos dice algo muy grave, entre los años 2000 y  2005 pasamos a ser el estado más pobre del país. Con todo y lo limitado de los componentes que integran el índice de marginación toda vez que se reducen a educación, vivienda, ingresos por trabajo y distribución de la población, la situación en que se encuentra la mayoría de la población guerrerense es grave “20 por ciento de su población de 15 o más  años de edad es analfabeta y 36 por ciento no terminó la primaria; más de uno de cada cuatro ocupa viviendas sin drenaje ni sanitario, seis de cada cien habitantes reside en viviendas sin energía eléctrica, tres casas de cada diez no cuentan con agua entubada, uno de cada tres con pisos de tierra, y más de la mitad ocupa viviendas en condiciones de hacinamiento. Asimismo, 65 por ciento de la población ocupada gana hasta dos salarios mínimos y 51 por ciento vive en localidades con menos  de cinco mil habitantes, donde la dispersión y el aislamiento vulnera las condiciones de vida de quienes viven, sobre todo en las localidades de menos tamaño”[23]

La condición en la que se encuentran las localidades del área de influencia es de pobreza extrema[24]. Cuando uno camina por estas localidades y observa las calles de tierra, la falta de servicios básicos sobre todo de agua potable y drenaje la limitada existencia de medios de comunicación, las pésimas vías de comunicación que hace que estas comunidades queden incomunicadas en el periodo de lluvias, la grave deforestación y erosión del suelo, más aún la agricultura, principal actividad, es de secado y utilizan técnicas del siglo XVII, es todavía grave, cuando la gente no tiene confianza en prácticamente nada, con los altos niveles de analfabetismo, que sus divisiones internas son por mínimas cosas, que tienen la convicción de que no tiene caso seguir y que han perdido la iniciativa de querer construir otra realidad. Es decir, hablamos de otro mundo que se aleja más de aquel moderno de alta tecnología. ¿Dónde llegaremos? ¿Nuestra única posibilidad de tocar el otro mundo es sólo como indocumentados? Pero ello no podía terminarse con indemnizaciones justas e inmediatas o con resarcir la vivienda y los servicios y equipamientos con que deben contar los poblados a ser reubicados. Se trataba de que se les ofrecieran oportunidades reales de desarrollo a partir de aprovechar los recursos con que cuentan, de iniciar procesos de capacitación, organización y capitalización que les posibilite usufructuar las nuevas condiciones que se van a generar, desde los aspectos explotables directamente por la formación del lago como de aquellas actividades que son adyacentes y que ante la gran demanda que se generará permitirían su aprovechamiento. Pero ante los graves rezagos que tienen los habitantes en todos los aspectos, era necesario trabajar primeramente en subsanarlos, propuesta que conllevó a la necesidad de involucrar, desde el inicio, a los habitantes que serán reubicados, así como a las distintas dependencias de los gobiernos: federal, estatal y municipales. En una segunda fase se conformaría un órgano representativo de las comunidades, el Consejo de Desarrollo Comunitario para llegar a la integración del Consejo de Desarrollo del Área de Influencia, el cual se constituirá con representantes del Consejo Comunitario, de las dependencias federales y estatales así como de los cinco municipios involucrados. De esta manera la CFE acepta que para que el reacomodo realmente resarza las pérdidas se debían cubrir un conjunto de condiciones para que estas personas resultasen beneficiados. De allí que se les involucre desde la elaboración de los diagnósticos, participen en el diseño de sus viviendas y poblados. Se inicia así un proceso de movilización de la población.

Lo cierto es que la base de toda sociedad es la producción y es en este aspecto donde la situación es por demás grave para los productores de estas zonas. Y ello tiene que ver con la forma en que los productores se vinculan al mercado, a los circuitos de circulación de las mercancías, lo que implica que deben ajustarse y/o mejorar tales normas o estándares de calidad, oportunidad y precio. El secular abandono así como la explotación de que han sido víctimas, sobre todo por políticas públicas que han castigado los precios de los productos primarios de consumo humano, han eliminado la capacidad de estos productores de poder contar con posibilidades de ser competitivos, por lo que la perspectiva de orientar su producción al mercado está condenada al fracaso. De allí que sean políticas orientadas a la mejora de la producción de aquellos productos a los que tradicionalmente se han dedicado, produciéndolos de forma orgánica, mejorando en primer lugar su dieta alimenticia, para después emprender la diversificación, siempre sobre la base de la producción orgánica, pero de entrada no concebir sus actividades hacia el mercado, tomando en consideración estas graves desventajas.

Una obra como “La Parota”, en sí misma, vale la pena reiterarlo, no otorgará mayores beneficios en la perspectiva del desarrollo integral de los poblados situados en su área de influencia, pero si se articula con la participación organizada y activa de la población y con políticas públicas de largo plazo en función del Plan de Desarrollo Integral validado por todas las instancias, sería factible transformar las oportunidades de desarrollo, en realidades incuestionables.

A grandes rasgos, la propuesta plasmada en el Plan de Desarrollo Integral (PDI) considera alternativas de desarrollo para corto, mediano y largo plazo, en cuatro vertientes:

1.- Desarrollo económico,

2.- Desarrollo comunitario,

3.- Recuperación y conservación del medio ambiente y

4.- Asentamientos humanos.

Con la primera, se tratará de garantizar trabajo, empleo e ingresos dignos, en los diferentes escenarios que se presentarán en torno a la represa. En el corto plazo se buscará aprovechar el incremento inmediato en la demanda (generada por la construcción de la represa) de los diversos bienes que son factibles producir en la zona y prepararse para que en el largo plazo, sea factible aprovechar socialmente el perfil ecoturístico que tendrá la zona y que demandará adicionalmente algunos bienes y servicios específicos (restaurantes, deportes acuáticos, pesca, acuicultura, alojamiento, etc).

La segundavertiente apunta a reconstruir el tejido social, generar y consolidar la organización comunitaria y recuperar los sentidos de identidad y pertenencia. Principalmente está enfocada a alentar la movilización y la participación de todos los sectores de la población buscando la apropiación tanto de sus problemas como de las alternativas de solución. Se trata por tanto, de construir una cultura participativa y democrática, en el ámbito local como regional.

La tercera, apunta en la dirección de recuperar el área de influencia del proyecto hidroeléctrico, del grave daño ecológico que actualmente presenta, tomando en cuenta también, las medidas sugeridas en la manifestación de impacto ambiental, alentando una amplia participación social en torno a las diferentes acciones que se lleven a cabo. Se trata sobre todo, de ir construyendo una cultura ecológica actualmente inexistente.

La última tiene que ver con la vivienda, los servicios y los equipamientos con que debe resarcirse a las familias que serán reubicadas y a los poblados. En este sentido, las nuevas localidades deberán ser administradas adecuadamente, buscando garantizar el mantenimiento de los diferentes servicios que se les proporcionen, en especial, drenaje, recolección de desechos sólidos y agua potable. Para ello se requerirá una amplia participación de la población en función de la organización que determine implementar internamente.

Es en función de garantizar el desarrollo de las localidades ubicadas en el área de influencia del proyecto hidroeléctrico,  que el gobierno del estado debería constituirse en “garantía” para los habitantes de la región. No se trata de garantizar solo la indemnización justa, la reubicación adecuada y la vivienda digna y con todos los servicios, sino de llevar a cabo lo que hasta la fecha no se ha realizado con alguna obra de esta magnitud, no sólo en el ámbito nacional sino internacional: generar condiciones de desarrollo en todos los pueblos localizados en el área de influencia del megaproyecto, ubicando como agente conductor a la comunidad organizada, generando procesos de empoderamiento colectivo e integración y participación de los diversos sectores (mujeres, jóvenes, adultos mayores, además de los jefes de familia). Pero esta labor no se efectúa en un año ni es solo responsabilidad del gobierno.

Se trata de librar una lucha conjunta (diferentes niveles de gobierno, CFE, población organizada, entre otros organismos) y de largo plazo por el desarrollo integral de las localidades involucradas. Lucha en la que también debería comprometerse de manera fundamental el poder legislativo para convertir en ley el Plan de Desarrollo Integral para el área de influencia del proyecto hidroeléctrico “La Parota” (PDI), con el objeto de que exista certidumbre, confianza en los pobladores de la zona y continuidad en su aplicación, a pesar de los cambios políticos que se presenten cada trienio o sexenio. Sin ello, no podrá existir más “garantía” que la relacionada con aspectos formales y de corto plazo (indemnización justa, reubicación adecuada y vivienda digna) que, al fin y al cabo, son los menos importantes desde la perspectiva del desarrollo regional.

Para ello, sería indispensable que se conformara un Consejo de Desarrollo Comunitario por localidad y por región, como una instancia de interlocución auténticamente representativa, plural y democrática de las comunidades situadas en el área de influencia del proyecto hidroeléctrico. Con este instrumento organizativo sería factible establecer acuerdos para corto, mediano y largo plazo, en torno al modelo de desarrollo establecido en el PDI y comenzar a construir conjuntamente con las demás instancias un porvenir digno para toda la región.

Si no existe un compromiso explícito y transparente de las partes con relación al desarrollo de las localidades involucradas y al PDI, seguiremos apostando al abandono con y sin represa y este no es precisamente el camino que como universitarios deseamos para la zona. La senda del abandono es conocida, es la que durante décadas se ha transitado y seguramente deparará en un futuro no muy lejano, un mayor resquebrajamiento de familias, sepultando de nueva cuenta las esperanzas y expectativas que aún sobreviven en las localidades de la microregión.

Lo local y lo global la economía y el medio ambiente, requieren de nuevas formas de participación del conjunto social tal y como lo señala Altvater y Mahnkopf “Así pues, la “cuestión democrática” se radicaliza desde dos extremo: por medio de la globalización económica, en cuyo curso se perforan las fronteras, y por medio de la crisis ecológica, que pone de manifiesto que, a pesar de la falta de fronteras y barreras, siguen existiendo límites que no pueden ser pasados por alto a largo plazo” más adelante añade “ El futuro de la democracia no depende únicamente de cómo se procesen las consecuencia negativas del socavamiento de las fronteras políticas, sino también de cómo se maneje el simultáneo endurecimiento de los límites del “espacio del medio ambiente”. Así pues no nos enfrentamos sólo a la difícil cuestión de las relaciones del mercado y la democracia en un mundo del mercado mundial compactado en el tiempo y el espacio sino a la cuestión –posiblemente irresoluble de manera inmanente al sistema- de una politización de las relaciones sociales con la naturaleza que no choque con la democracia”[25].

 

Bibliografía

ALTVATER Elmar y MAHNKOPF Birgit Las limitaciones de la globalización. Economía, ecología y política de la globalización. Ed. Siglo XXI, México 2006

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CÉSAIRE Aimé. Discurso sobre el colonialismo  Ed Akal . España 2006.

CONAPO (Consejo Nacional de Población, Gobierno de México) Índices de Marginación, 2005

DUMÉNIL Gérard y LÉVY Dominique. Crisis y salida de la crisis. Orden y desorden neoliberal. Ed FCE, México 2007.

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RAYMOND Williams La ciudad y el campo. Ed Paidós, Argentina 2004.

WALLERSTEIN Immanuel Maurice. El universalismo europeo: el discurso del poder. Ed Siglo XXI, México, 2007

 

Notas

[1] El presente documento parte de nuestra experiencia en la elaboración del Plan de Desarrollo Integral para el Área de Influencia del Proyecto Hidroeléctrico La Parota (PDI) en el Estado de Guerrero México, proyecto que implicaría la reubicación de tres mil personas. Y si bien el PDI fue concebido para una reubicación específica, consideramos que sus componentes son aplicables para cualquier reubicación involuntaria.

[2] Duménil y Lévy señalan que después de que la tasa de ganancia cae en la década del 60 los dueños del capital inician una ofensiva por recuperarla rentabilidad para ello ponen en marcha la ofensiva neoliberal, la cual en esencia no es otro cosa que “la expresión de la voluntad una clase de propietarios capitalistas, las finanzas, de restablecer –en un contexto de retroceso de las luchas populares- su ingreso  y su poder, efectivamente disminuidos durante los 30 gloriosos”   Duménil y Lévy : 12.

[3] La dotación de recursos ha impactado en el desarrollo, pero sobre todo, cómo las relaciones de dominio, que se expresan en la forma en que las economías conquistadoras se impusieron y dieron un uso particular y para su beneficio a estas naciones sojuzgadas. Es decir no podemos hablar en abstracto de dotación de recursos, sino que debemos ubicarlos en relación con la historia de cada sociedad. El gran drenaje de recursos naturales que se ha dado desde el resto del mudo hacia Europa, primero y después también a EU no ha parado. Al igual que el desarrollo no se da de manera espontánea, tal y como muchos pregoneros de la revolución industrial nos lo quieren hacer ver, el proceso del atraso económico también implica una serie de pasos que silenciosamente y de manera constante se fueron dando. Es decir, las hondas raíces del atraso requerirán de un gran esfuerzo, más cuanto más profundas sean las ataduras a ciertas prácticas, como la corrupción, la falta de instituciones, la descomposición social.

[4] Wallerstein: 17

[5] Harvey D. :137

[6] Para David S. Landes la riqueza de la sociedad está ineluctablemente implicada en la destrucción de la naturaleza y por consiguiente es imposible no generar los problemas medioambientales sin crecimiento. A decir de este autor el gran desafío y la amenaza del mundo actual es “el abismo en riqueza y salud que media entre ricos y pobres. A menudo se categoriza como Norte y Sur, porque la división es geográfica, pero una expresión más precisa sería el Oeste y el Resto, porque la división también es histórica. He aquí el problema y el peligro más grave que se ciernen sobre el mundo del tercer milenio. La única inquietud de idéntico calado es el deterioro medioambiental: la riqueza y la salud están íntimamente relacionadas; en el fondo, son la misma cosa. Son el mismo problema porque la riqueza no sólo conlleva consumo, sino también residuos y esta destrucción, que han aumentado sobremanera con la fabricación y los ingresos, los que ponen en peligro el medio en que vivimos y nos desenvolvemos.” Landes D.:17.

[7] Citado por Escobar:175

[8] Cabe un señalamiento de Marx sobre el movimiento ludita “Hubo de pasar tiempo y acumularse experiencia antes de que el obrero supiese distinguir la maquinaria de su empleo capitalista , acostumbrándose  a desviar sus ataques  de los medios materiales de producción para dirigirlos contra su forma social de explotación” ( Marx  1964:335) más adelante remata […] los antagonismos y contradicciones inseparables del empleo capitalista de la maquinaria, no brotan de por sí, sino de su empleo capitalista […] [pues ella] representa el triunfo del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza, pero al ser empleadas por el capitalista hace que el hombre sea sojuzgado  por las fuerzas naturaleza” ( Marx, 1964:366-367)

[9] Con respecto al dinero es larga la retahíla de propiedades que se le siguen adjudicando, a las máquinas no se les deja de inventar ciertos atributos, de los últimos el de querer desplazar al ser humano en todos los ámbitos y a las represas, su capacidad de destruir el medio amiente y mandar a la mendicidad a las personas desalojadas.

[10] Samir Amin sintetiza tal propuesta de la siguiente manera “Hoy la modernidad está en crisis, porque las contradicciones del capitalismo mundializado que se muestran en la sociedad real son tales que el capitalismo pone en peligro la propia civilización humana. El capitalismo ha <caducado>: la dimensión destructiva que siempre comportaba su desarrollo va más lejos que las otras dimensiones, constructivas, que definían el papel progresista que ha cumplido en la historia” pág. 106 de su trabajo “De la crítica del racionalismo a la crítica del euroccidentalismo culturalista”, publicada en el libro Discurso sobre el colonialismo de Césaire Aimé, tal posición es compartida por los ecosocialistas como Martínez Alier quien señala que “existe un enfrentamiento sin remedio entre expansión económica y conservación del medio ambiente” pág. 33 más adelante remata, “El ambiente está amenazado por el crecimiento de población y el sobre consumo”  pág. 81 . en Martínez Alier

[11] Como lo señala O`connor, en los sistemas políticos democráticos liberales los movimientos sociales tienen un importante papel para impedir daños a la naturaleza y para restaurarla una vez dañada “Mayamoto destaca la importancia de las instituciones democráticas para la identificación de costos sociales y ecológicos, y para las luchas políticas necesarias a fin de impedirlas o internalizarlas. Leff subraya en particular el papel clave de los movimientos sociales para hacer que el capital limpie y pague por los destrozos naturales que realiza” O`connor:156e

[12] Resiliencia significa la capacidad de un sistema para mantenerse a pesar de un trastorno, sin pasar a un estado nuevo. También se define como la capacidad de u sistema de regresar a su sistema inicial. Martínez  Alier: 69

[13]Señalamos particularmente este texto porque es prácticamente un manifiesto que los movimientos anti presas han hecho suyo. En dicho texto el autor señala “las represas han impactado masiva y negativamente sobre la naturaleza y la sociedad, que sus beneficios se han exagerando y que podrían haberse alcanzado por otros medios menos destructivos y más equitativos” más adelante agrega “Los recientes descubrimientos científicos sobre los gases de efecto invernadero emitidos por las represas y el alcance de los impactos ecológicos  globales de las mismas, también las opacan cada vez más” : McCully: XVII y XVIII.

[14] La respuesta de las personas que entrevistamos fue que no tenían dónde trabajar y que la alternativa ante tal situación era la emigración a los Estados Unidos

[15] Leff Enrique: 132

[16] Ello es diferente al menosprecio que se ha tenido del papel del campesinado. Como lo señala Bartra “Ya no se puede tomar en serio la idea de que el campesinado es un “objeto de la Historia”, una forma de vida social por la que pasan los cambios históricos pero que no contribuyen en nada al ímpetu de los mismos –continúa-  Para quienes saborean las ironías de la Historia, resulta ciertamente curioso que el campesinado , en la era moderna, haya sido tan agente de las revoluciones como la máquina” (Moore:367) después de citar a Moore agrega “Jubilados por la técnica, desahuciados por la economía , vistos como reducto de incivilidad y barbarie, condenados por la historia a ser una clase del “viejo régimen” y calificados de conservadores  por los revolucionarios de ortodoxia marxista, el campesinado fue sentenciado a muerte en todos los tribunales de la modernidad, las revoluciones burguesas  debieron enterrarlo junto con el feudalismo, el desarrollo del capitalismo estaba llamado a descomponerlo en presunto semillero de indeseable burguesía rural. Pero en el tercer milenio los mudables campesinos siguen ahí, en el capitalismo metropolitano y en el periférico, pero también en el “socialismo de mercado” (Bartra: 42)

[17] “De modo que debemos apelar a algún artificio ilusorio para hacer que lo pastoral sea encantador; y ese artificio consiste en exponer el mejor costado de la vida del pastor y ocultar sus miserias” citado por Williams Raymond: 45

[18] En el campo especialmente se encuentran los más pobres, a pesar de lo cual no es difícil encontrar posiciones de ecologistas que llegan a afirmar que se encuentran en condiciones adecuadas, que deben mantenerse tal cual. ¿Desde cuándo existe esa visión idílica del campo? Raymond Williams la rastrea desde los escritores clásicos griegos, pero lo cierto es que el campo mexicano no tiene nada de idílico. El secular abandono por parte del gobierno federal en materia de inversiones en infraestructura, capacitación o apoyo técnico y financiero; las políticas de control de precios de los productos, que si bien posibilitaron apoyar la acumulación en el sector industrial, terminaron por socavar las bases de la reproducción del sector primario. Pero no tan solo eso, sino también ha destruido el tejido social, la cultura y el medio natural. Con políticas clientelares, que más que buscar solucionar problemas como la salud, educación y alimentación, han buscado tener a clientes políticos, a partir de aprovecharse de tales carencias, pero con un costo social altísimo, el de dividir a las comunidades toda vez que tales programas no son para todos, sólo para aquellos que se pliegan a los requerimientos del grupo dominante. Pero la división se traduce en una creciente anomia, toda vez que sus comisarios no tienen autoridad pero sobre todo, se cercena la fuerza colectiva, se aniquila la sinergia que les había permitido afrontar su deteriorada situación, se rompe la solidaridad.

[19] Landes pág. 258

[20] Escobar pág. 161

[21] Ibíd. págs. 161-162.

[22] Castell: 29

[23] Conapo :27).

[24] Véase Conapo Índices de Marginación , 2005

[25] Altvater Elmar  y Mahnkopf Birgit: 340

 

Referencia bibliográfica:
GUZMÁN, Francisco Alfonso y CHÁVEZ, Víctor Hugo. Procesos involuntarios de reubicación. Una propuesta de desarrollo integral . Diez años de cambios en el Mundo, en la Geografía y en las Ciencias Sociales, 1999-2008. Actas del X Coloquio Internacional de Geocrítica, Universidad de Barcelona, 26-30 de mayo de 2008. <http://www.ub.es/geocrit/-xcol/349.htm>

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