IX Coloquio Internacional de Geocrítica

LOS PROBLEMAS DEL MUNDO ACTUAL
SOLUCIONES Y ALTERNATIVAS DESDE LA GEOGRAFÍA
Y LAS CIENCIAS SOCIALES

Porto Alegre, 28 de mayo - 1 de junio de 2007
Universidade Federal do Rio Grande do Sul


FRAGMENTACIÓN SOCIAL
EN LA CIUDAD DE IRAPUATO, GUANAJUATO

José de Jesús Cordero Domínguez
Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guanajuato.
jcordero@quijote.ugto.mx



Fragmentación social en la ciudad de Irapuato, Guanajuato (Resumen).

El crecimiento intensivo de las ciudades medianas y pequeñas en México durante la última década del siglo XX ha producido un nuevo escenario urbano: el compuesto por la centralidad, la dispersión y la fragmentación de la ciudad como manifestaciones de un nuevo modelo urbano. Estas transformaciones urbanas están produciendo fragmentación social en la ciudad de Irapuato, Guanajuato, la cual se identifica a través de los hábitos de comercio (compra) y tiempo libre (entretenimiento) de los habitantes de dos espacios representativos: el Centro Histórico, en la ciudad compacta, y Villas de Irapuato, en la ciudad dispersa. Existe, además, un tercer elemento de dispersión no sólo fisicomaterial, sino también socioeconómica: la Plaza Cibeles, enclave comercial que ha sido determinante en la fragmentación social de la ciudad.

Palabras clave: fragmentación social, compra y entretenimiento, Centro Histórico, Villas de Irapuato, Plaza Cibeles.


Social Fragmentation in the City of Irapuato, Guanajuato (Abstract).

The intensive growth of the medium and small cities in México during the last decade of the century XX has produced a new urban scene: the made up of the centrality, the dispersion and the fragmentation of the city like manifestations of a new urban model. These urban transformations are producing social fragmentation in the city of Irapuato, Guanajuato, which identifies through the habits of commerce (pourchase) and free time (entertainment) of the inhabitants of two representative spaces: the Historical Centre, in the compact city, and Villas de Irapuato, in the dispersed city. It exists, in addition, a third element of dispersion not only fisicomaterial, but also socioeconomic: the Plaza Cibeles, commercial ground that has been determining in the social fragmentation of the city.

Key words: social fragmentation, pourchase and entertainment, Historical Centre, Villas de Irapuato, Plaza Cibeles.



Revisión del contexto teórico

Las fragmentaciones social, política y física son tal vez hoy conceptos de moda, pero no son un fenómeno reciente; su estudio data de los años sesenta del siglo XX, aunque es en los comienzos de este siglo XXI que adquieren otros significados y condicionan un nuevo patrón en el ámbito urbano, el del segregarismo con centralidades periféricas, dentro del cual la fragmentación sigue siendo una forma de agrupación social en el espacio, sólo que ahora en ese mismo espacio se recrudecen más que nunca antes las abismales contradicciones del capitalismo mundial[1]. En vez de significar «la repartición de la residencia de los grupos sociales en el espacio siguiendo una escala más o menos gradual», es la expresión de las «complejas y cambiantes relaciones que determinan las modalidades» de la fuerza de trabajo y su reproducción en el ambiente urbano[2]. Por otra parte, la fragmentación social es, de entre todos los resultados de la dispersión espacial en la periferia urbana de las grandes metrópolis, una de las más impactantes en la actualidad, por peligrosa para la continuidad de las diversas colectividades culturales, sus valores y sus interrelaciones.

Según Manuel Castells, en el espacio residencial así fragmentado y contradictorio se verifican cuatro niveles de determinación jerárquica: 1) en el nivel económico la capacidad de desplazamiento y de acceso entre la vivienda y el lugar de trabajo condiciona y dinamiza la dispersión de los sitios «estratégicos de la trama urbana»; 2) en el nivel político-institucional que funciona con una «democracia local» en cada fracción o segmento y ante la cual la administración pública cede algunas de sus propias responsabilidades, sobre todo las relativas al desarrollo urbano y social, y con frecuencia hasta promueve y favorece los intereses de los grupos sociales dominantes que ocupan las áreas fraccionadas –de ahí que se institucionalice el segregarismo–; 3) en el nivel ideológico se dan «interferencias en las leyes económicas de distribución de los sujetos entre los tipos de vivienda y espacio [...] dentro de ciertos límites», y asimismo en el que la «segregación puede favorecer la constitución de comunidades que, de un lado, refuercen aún más las distancias sociales y espaciales, y, de otro, les den un sentido dinámico transformando la diferencia en contradicción»; y 4) en el nivel de la lucha de clases, se refuerza la fragmentación espacial de acuerdo con las relaciones de subordinación-dominación y ciertas permisividades entre los individuos de una clase social y otra, lo cual favorece la construcción de «zonas liberadas» e incluso «mezcla residencial», por la cual clases sociales distintas y hasta opuestas comparten el mismo espacio pero, por supuesto, en muy desiguales condiciones: lo notorio en este nivel es «la estrategia adoptada por la clase dominante» para mantener bajo control su situación de privilegiación; intervendrá represivamente en el trazado urbano para someter las zonas «peligrosas» y garantizar su propia seguridad y exclusividad, pero también intervendrá integradoramente para mantener la dispersión dentro del conjunto residencial con el fin de que haga posible, por la fuerza de trabajo, su modo de vida[3]. Es, en suma, una contradicción que, enmarcada y retroalimentada por los procesos de globalización, tiende a excluir de las «redes de la información» a aquellos grupos sociales –pueblos e incluso países– cuya existencia no se basa en la producción concentrada en un sector de la población, precisamente no el de mayor cultura e integridad moral sino el de mayor “educación” –entendida ésta como pericia de profesionista– y de mejor posicionamiento socioeconomicopolítico que se adapta “competitivamente” a los engranajes de la flexibilización e individualización del trabajo, todo en torno a la preeminencia del conocimiento y la información como paradigma de la época actual. El peligro estriba en que esa contradicción amenaza con convertir en prescindibles a dichos pueblos y países, poniéndolos en serio riesgo de desaparecer.

Los estudios durante los años sesenta sobre la fragmentación, la telemática y el segregarismo convergen durante los años noventa en un referente: la obra sobre ciudad global de Saskia Sassen, quien da cuenta de la polarización social y económica, es decir, la dicotomía entre los grupos de altos ingresos y la expansión de la pobreza urbana inscrita en una red de ciudades centrales, relativamente pocas, que coordinan, controlan y sirven al capital global, así como donde se asignan la propiedad y las utilidades en unas cuantas manos[4]. Sassen considera que la globalización de la actividad económica, junto con el crecimiento y la intensificación de los servicios que se ofrecen a las empresas de todas las industrias y a los gobiernos en la organización de la economía de una ciudad –sitio preferido para la producción de servicios de alto nivel–, apoyada en los avances en telemática para hacer posible dicha organización, sea en su vertiente física («real»), sea en su vertiente virtual, genera la fragmentación urbano-social. Señala estos factores como procesos complementarios que van de la mano del auge del espacio urbano disperso pero a la vez centralizado y conectado mediante la concentración de «funciones de comando»; flujos financieros, comerciales, informáticos, demográficos, sociales y culturales –la cultura, la vivienda, la seguridad y aun los subgrupos sociales como medios de mercantilización para producir dinero– promovidos por las nuevas estrategias de gestión económica (sistemas de crédito e inversión); corporativización de servicios; vinculación transnacionalizada con otras ciudades de la red y comunicación informatizada[5].

En una ciudad global son características la diversidad y el número creciente de variables que la identifican, tales como la privatización, la desregulación de los mercados financieros e inmobiliarios, la integración al mercado mundial, la monofuncionalidad en el usos de los recursos, la ultraespecialización de los servicios financieros y de negocios (y del trabajo que los hace posibles), el individualismo, la exigencia de ser emprendedor y la ambición como condición para ello, la selección social basada en el status económico, la negación de historia y tradición, la diferencia y la renovación fundadas en la efimeridad –heterogeneidad pero dentro de ciertos límites y sólo como medio para reproducir las ganancias económicas–, la disposición de vehículos privados que permiten la movilización independiente, la jerarquización cambiante de las ciudades, la democratización, la ciudadanización, los movimientos migratorios, las manifestaciones públicas de inconformidad, la mediatización y masificación, todos ellos con un cariz de privilegiación excluyente dentro de un patrón de sobreconsumo que origina fragmentos urbanos cerrados, fortificados, con casetas de seguridad, casi blindados, que magnifican la ya muy arraigada segregación social en el mundo.

Asimismo, David Harvey relaciona el Estado con el fordismo (bajo el modelo financiero de la producción en serie) y el posfordismo (bajo el modelo de expansión imperialista), en tanto sus impulsos de acumulación flexible del capital, y señala esa relación como el agente que provoca la fragmentación y la dispersión del espacio para reproducir y mantener las estructuras del propio capitalismo, y de ahí que se generen los cambios sociales, económicos y políticos propios de las ciudades modernas. En éstas priman las relaciones de convivencia diaria caracterizadas por un desigual desarrollo socio-espacial, evidente en las formas urbanas, así como la visión utilitaria del individuo y del medio ambiente. Ese desarrollo, esas formas y esa visión a su vez están condicionados por los flujos de capital que aceleran la rotación del dinero en el tiempo para progresivamente hacer más dinero, y por el fomento al comercio urbano y la especulación inmobiliaria –en particular, la explosiva y hasta ahora imparable aparición de grandes edificaciones y vías de comunicación–. En su análisis, Harvey advierte sobre los peligros y las oportunidades de la política radical contemporánea en los ámbitos de la cultura, de la tradicional lucha de clases y del medio ambiente en una ciudad fragmentada donde se atiende únicamente a los procesos para acumular el capital en lugar de a los individuos como generadores de dicho capital, a los productos de su trabajo por cuanto resultado de su esfuerzo y creatividad, a los acontecimientos en el seno de la colectividad albergada por el medio ambiente natural y, por ende, a los costos sociales, geopolíticos y ecológicos que implican tales procesos y sus excesos. Uno de sus puntos de debate es la crisis en el sentido y el sentimiento de identidad a partir de la desequilibrada experiencia personal y colectiva del tiempo y del espacio: lo que él llama «compresión del tiempo-espacio», provocado por el mito de la modernidad como acto de ruptura definitiva con el pasado para entrar en una “era de crecimiento y progreso”, y por el cual se desplazan grandes grupos sociales –del centro a la periferia y de esa misma periferia a otras periferias– para dejar lugar a las actividades gerenciales, comerciales y de vialidad; provocado también por la manipulación ideológica que de tal mito se ha venido haciendo para llevar y mantener en el poder a ciertas clases sociales y procurar la legitimación de sus intereses economicopolíticos. Todo ello genera inseguridad, inestabilidad y conflicto, manifestados en extremos como la delincuencia organizada, el fanatismo religioso y los nacionalismos de sesgo fascista[6]. Pero, lo cual es muy importante, el propio Harvey también señala que una de las oportunidades la ofrece la diversidad que deriva de la heterogeneidad y el cambio; se trata de una diversidad que escapa a lo efímero y utilitario para definir identidades con distintas maneras de percibir el mundo, de vivir, de ser creativos, de reconocer el pasado histórico, de ser solidarios, de ser moralmente íntegros, conducentes a una visión de la vida más completa, sensible, consciente y crítica.

Por su parte, los geógrafos estadounidenses que conforman la Escuela de Los Ángeles, en especial Edward Soja, consideran por su estudio de Los Ángeles, California, que una ciudad como ésta es un laboratorio de los nuevos procesos urbanos, los posmodernos, que han estado transformando las ciudades en todas partes del mundo durante los últimos treinta años, incluso las consideradas medianas y pequeñas geográfica y poblacionalmente hablando. Esos procesos urbanos hacen de las ciudades un sitio propio para los excesos: la sensación de que el tiempo histórico, la propia historia, cursa cada vez más aceleradamente debido a la «superabundancia de los acontecimientos»; la sensación de que el espacio, la distancia o la geografía se hacen cada vez más reducidos debido a los nuevos y más numerosos medios de comunicación y transporte (estas dos primeras consideraciones coinciden con lo expresado por Harvey en su concepto de la compresión del tiempo-espacio); y la «individualización de las referencias».

De dicho estudio, Soja extrae lo que él llama «seis geografías» desde las cuales describe los procesos de urbanización que se han estado observando en las ciudades de todo el orbe, procesos relacionados entre sí y asociados con las transformaciones mundiales ya descritas por otros autores como Sassen y Harvey, entre otros. Dichas geografías, que por supuesto entran en crisis, son: flexcity o metrópolis industrial posfordista del centro, cosmopolis o ciudad global, exopolis o metrópolis industrial posfordista centralizada en la periferia, fractal city o ciudad neopolarizada –culminación de la fragmentación física y el segregarismo economicopolítico y sociocultural cuyo desequilibrio da lugar a las dos siguientes geografías–, city of fear o ciudad del miedo y simcity o ciudad simulada. Propone su estudio, pues, como ventana de observación o registro del espacio vivido, privilegiado por lo demás, cuya comprensión sería punta de lanza para el análisis de toda ciudad fragmentada en la actualidad[7]. Y no sólo para el mero análisis que genere conocimientos y cimiente las respectivas teorizaciones, sino principalmente para «la transformación del mundo», pues visualiza varias alternativas –líneas de fuga: condiciones de la realidad que podrían tomarse como oportunidades o tendencias para la transformación de dicha realidad–, progresistas, emancipatorias y dirigidas a la acción, con las que se solucionen las crisis en que han devenido los excesos y desequilibrios de la ciudad posmoderna, empezando por las opresiones y desigualdades de clase, raza, género y otras condiciones respecto a la cuales se establecen relaciones de poder, abuso, sometimiento, exclusión, violencia y destrucción. Para Soja y sus compañeros de la Escuela de Los Ángeles los objetivos últimos del análisis crítico de las ciudades posmodernas son «justicia espacial y democracia regional», a los cuales ha de llegarse desde «los campos de la política, los asuntos sociales y el planeamiento» urbano[8].

Otros geógrafos, como Axel Borsdorf, Michael Janoschka y Georg Glasze, han realizado investigaciones en ciudades de América del Sur: Santiago de Chile, Quito, Lima, Río de Janeiro y, principalmente, Buenos Aires, conformando lo que viene a validar el modelo de ciudad latinoamericana actual: la metropolizada. Centran su objeto de análisis no sólo en los «conjuntos residenciales con acceso exclusivo», sino también y muy especialmente en los «barrios [cerrados] separados del resto del complejo urbano», todos ellos con distinta base territorial y social, distinción marcada por el neoliberalismo y la globalización y que ha polarizado el espacio urbano en sus distintas modalidades, aunque con la peculiaridad de que los barrios cerrados en Latinoamérica tienen raíces de tradición cultural propias, de origen español e incluso mediterráneo, probablemente ahora mutadas. No obstante, también es cierto que esta forma de urbanización corresponde a una copia o reproducción de los modelos de vida y productos de consumo urbano estadounidenses, incluidos los de esparcimiento y ocio, refiriéndonos a que en el paisaje de las ciudades latinoamericanas destacan cada vez más las extensas superficies comerciales y de entretenimiento (supermercados, malls y urban entertainment centers) junto con los mencionados conjuntos residenciales, que se consideran más como comunidades residenciales (gated communities); los centros educativos privados y los «clubes de campo», si bien estos últimos se localizan en las áreas rurales colindantes con el territorio propiamente citadino; además, lo que Borsdorf llama «zonas de seguridad», barrios casi siempre habitados por obreros, originalmente abiertos pero que por necesidad ante la creciente inseguridad han sido cercados. Es así como la urbanización amurallada y enrejada con dispositivos de seguridad privada, así como los procesos de fragmentación geográfica y socioeconómica en las ciudades latinoamericanas, poseen matices que las diferencian del resto de las ciudades metropolizadas de Estados Unidos, e incluso de Europa[9].

Por su parte, Janoschka y Glasze particularmente hacen una importante contribución al estudio de las ciudades posmodernas al desarrollar un modelo analítico multidimensional de la ciudad latinoamericana y plasmar su tipología diferenciando «entre la fragmentación del modo de vida individual y la fragmentación de la organización territorial local», y advierten que en ello prevalecen «verdades simplificadas» que dan por hecho, entre otros aspectos, que la fragmentación del espacio físico y sus consecuencias económicas, sociales, políticas, culturales y medioambientales “son como son” y no hay por qué ponerlas en controversia, o bien que pretenden discutirlas desde una postura determinística de deducción sin fundamentarse en comprobaciones empíricas. Asimismo, por una de esas verdades simplificadas se da por hecho que las urbanizaciones cerradas propias de las ciudades fragmentadas son sólo privilegio e interés de las clases sociales altas, cuando también el resto de las clases sociales han venido sumándose, o ya lo estaban por tradición cultural, a la corriente populizadora de este tipo de urbanización. Éstos son juicios parciales y prejuicios que introducen un sesgo importante en el estudio de tal fenómeno[10]. Como muchos otros investigadores, creemos que todo ello es lo que, al menos en parte, en México ha impedido conocer las dimensiones y el significado reales de la fragmentación en nuestras ciudades, como ha impedido caracterizar con toda objetividad sus diversos aspectos para que nuestro Estado y nuestra sociedad estén en «una capacidad mayor de averiguar opciones, imponer, evaluar y revisarlas con el fin de alcanzar un desarrollo urbano socialmente justo.»[11].

El modelo analítico multidimensional de Janoschka y Glasze aborda la difusión regional de urbanizaciones cerradas en esta época de posmodernidad considerando dos contextos, el suprarregional y el regional propiamente dicho. El contexto suprarregional está estrechamente vinculado a la globalización, y en él predominan la desregulación tanto nacional como regional de los mercados y de los espacios geográficos (entendidos como usos de suelo y urbanización, principalmente inmobiliarios); las nuevas tecnologías de información, comunicación y transporte, y el aumento de la atractividad del modelo de urbanización cerrada como opción de estilo de vida. Asimismo, el contexto regional está estrechamente vinculado a la gobernabilidad, es decir, a los rasgos espaciotemporales de los actores y las instituciones urbanas y sus interacciones, los cuales crean una dependencia de patrón a seguir que aumenta o reduce la atractividad del modelo de urbanización cerrada, según sus respectivos intereses. Entre ambos contextos se generan consecuencias concretas que favorecen el modelo de urbanizaciones cerradas: se reducen los servicios públicos, se desregulariza el mercado inmobiliario y se reduce la seguridad a un bien adquirible, se cambia de un Estado jerárquico a un Estado mínimo, aumenta el sentimiento de inseguridad subjetivo, se arraiga la percepción de que una urbanización cerrada es parte de la cultura global y se difunden las urbanizaciones cerradas como productos de un mercado inmobiliario exitoso. En estas circunstancias generales, los factores de atractividad del modelo de urbanización cerrada se potencian porque son presentados como oportunidades para integrarse a una «economía de club», donde se demandan opciones para lograr estabilidad en un medio social y natural de calidad, así como para adquirir, conservar y aun aumentar el status socioeconómico con distinción. De ahí que la oferta se dé en términos de la instalación de una autogestión privada que disminuya el riesgo de inversión pero aumente las ganancias. Así, las urbanizaciones cerradas poseen el valor adicional de tener una especie de “Estado local” por el que prácticamente se deslindan del Estado regional legítimo, el cual se ve desahogado de muchas de sus responsabilidades sociales porque no requiere invertir en gastos de urbanización para las zonas cerradas y, a la vez, aumenta sus ingresos por recaudación impositiva, aunque con el riesgo de que el “Estado local” se constituya como institución formal, e incluso pretenda erigirse como entidad pública independiente que demande indemnización para «los habitantes de las urbanizaciones cerradas por los servicios que establecen [...] aun si no se pueden acceder públicamente». El riesgo extremo es que estas condiciones deriven en ingobernabilidad absoluta y disolución urbana. Así, las urbanizaciones cerradas se vuelven o no se vuelven una opción “razonable” para los actores[12].


Identificación de la fragmentación social en la ciudad de Irapuato: el método

En el contexto brindado por nuestro marco teórico, nos pareció pertinente aplicar el modelo analítico multidimensional de Janoschka y Glasze como un acercamiento inicial a la urbanización actual de la ciudad de Irapuato, para lo cual el concepto de fragmentación urbana se aplicaría desde los dos primeros de los tres niveles consecutivos que proponen: primero, el de la fragmentación fisicomaterial (que los autores mencionan como «física-material»), relativa al medio construido; segundo, el de la fragmentación social que viene como consecuencia directa de la fisicomaterial; y tercero, el de la fragmentación politicoterritorial, que es la culminación de la fragmentación urbana.

Tal como plantean Janoschka y Glasze, para identificar los elementos de una posible fragmentación social abordamos los siguientes parámetros de referencia, toda vez definida la fragmentación fisicomaterial: trabajo, formación-educación, comercio y tiempo libre[13]. De éstos, hicimos énfasis en el comercio: hábitos de compra de algunos productos considerados como básicos para una familia promedio y que tienen qué ver con la adquisición de despensa, ropa, calzado y electrodomésticos; así como en el tiempo libre: hábitos de entretenimiento y ocio concretados en las acciones de acudir al cine, practicar ejercicio, salir a bailar y participar en reuniones familiares. Por otra parte, se realizó la investigación considerando las particularidades de tradición y modos de vida de los habitantes de Irapuato.

Ya puesto en marcha nuestro estudio, en lo operativo, las observaciones preliminares nos condujeron a identificar y confrontar en primera instancia dos grupos sociales, cada cual en sus respectivos espacios urbanos. Comprobamos que tanto uno como otro son producto de los paradigmas urbanos moderno y posmoderno, en el sentido económico del fordismo y el posfordismo. Son, pues: 1) el Centro Histórico de la ciudad, lugar de la identidad y la memoria histórica, donde aún se hace la vida al viejo estilo, si bien como herencia del modernismo; y 2) el fraccionamiento campestre Villas de Irapuato, alejado de la zona urbana de la ciudad y con connotaciones de exclusividad y control no sólo social, sino también administrativo y ambiental, y donde se intenta hacer la vida conforme los dictados del posmodernismo. Asimismo, comprobamos que existe un elemento definidor de los actuales hábitos de un sector importante de los irapuatenses, entre ellos los habitantes del Centro Histórico y de Villas de Irapuato, en relación con el consumo y el tiempo libre: el enclave comercial llamado Plaza Cibeles, el cual también es uno de los ya numerosos fragmentos en que se ha venido dividiendo la ciudad. Así, continuando con la siguiente fase, se aplicaron aleatoriamente 75 encuestas a igual número de familias de un barrio del Centro Histórico y otras tantas en Villas de Irapuato. Las encuestas fueron estructuradas de tal manera que nos permitiera conocer la procedencia de los entrevistados, el número de años de vivir en la zona y el estado de propiedad de la vivienda, además de la distribución geográfica de los lugares de trabajo. Como estrategia para ubicarnos temporalmente, tomando como referencia los hábitos de comercio y de tiempo libre, establecimos un antes y un después de la apertura de Plaza Cibeles. Esto, con el objetivo de identificar la tendencia o el patrón de estilo de vida de los habitantes de la ciudad y determinar si este aspecto forma parte del origen de la fragmentación social que se vive en Irapuato.

Descripción general de los fragmentos fisicomateriales de estudio

El Centro Histórico de Irapuato está conformado por seis barrios con zonas habitacionales que están progresivamente transformándose en lugares de servicios y comercios; en su zona central se concentran las actividades de gestión local y religiosa, así como los servicios bancarios[14].

Por su parte, Villas de Irapuato es un fraccionamiento campestre de más de cuatrocientas hectáreas y con casi cuatro mil habitantes, localizado en el noreste de la ciudad y a ocho kilómetros del Centro Histórico; sus residencias abarcan una extensión de seiscientos a ochocientos metros cuadrados y cuenta con club y campo de golf de 19 hoyos[15].

Plaza Cibeles fue construida hacia el año 2002 sobre una superficie de 96,656.582 metros cuadrados de terrenos ejidales, por los cuales hubo batalla legal con algunos ejidatarios, quienes argumentaron una compra ilegal de tales terrenos. La resolución favoreció a los accionistas del enclave, de manera que procedieron desarrollar su programa. Se trata de un centro comercial de proyección posmoderna, conformado por dos plantas arquitectónicas y dos accesos principales en sus extremos poniente y norte. Su tienda ancla es Liverpool, ubicada en la nave mayor de la plaza ocupando tanto la planta baja como la alta; le siguen como puntos de mayor atractivo el área de comida rápida, Cinépolis (también ocupando las dos plantas) y la tienda de discos Mixup, principalmente. En esa misma planta se encuentran también 54 establecimientos más con gran variedad de giros comerciales, aunque algunos de los locales aún no habían sido rentados al momento de nuestra investigación. En la planta alta se encuentran los departamentos de electrónica, electrodomésticos y muebles de Liverpool, y frente a esta área se localiza la planta alta del Cinépolis; se encuentran también sesenta establecimientos dispuestos en dos corredores alternos que rodean un mirador central, dispuesto así para que el público se desplace mientras observa lo que hay y lo que sucede en ambas plantas de la plaza. El llamado «Street Center» es otra de las áreas de la plaza; se encuentra hacia el poniente y lo componen los establecimientos de SuperGigante, Office Depot, Kentucky Fried Chicken y Scotiabank; al momento del estudio se encontraban desocupados seis locales más. Asimismo, a un costado de SuperGigante se localizan otros diez establecimientos con diversos giros comerciales, además de un estacionamiento para autos.


Resultados y observaciones

En general, encontramos que 75% de los entrevistados siempre ha vivido en el Centro Histórico y que 95% es originario de la propia ciudad de Irapuato; también, que 34% de las familias tiene al menos veinte años viviendo en la misma casa y que solamente 10% cuenta con más de setenta años de vivir ahí. De todos, 78% es propietario de la vivienda que ocupa.

La actividad económica de los entrevistados se subdivide en grupos según su nivel de estudios: 36% no cuenta con un título universitario y son comerciantes, empleados de niveles medio o bajos o practicantes de un oficio; 33% cuenta con un título universitario y se desempeña en despachos y oficinas de giro administrativo-gerencial, principalmente; 31% está conformado por amas de casa sin remuneración ni reconocimiento a su labor. Por otra parte, en lo que a distribución geográfica de los lugares de empleo se refiere, los de 74% de los entrevistados se localizan en el Centro Histórico, mientras que el restante, 26%, se localiza fuera de él.

Centro Histórico

Comercio antes de Plaza Cibeles

Despensa. Los alimentos y productos de primera necesidad eran adquiridos por 49% de los entrevistados en el Centro Histórico, preferiblemente en el Mercado Hidalgo. Un segundo grupo de compradores, 51%, se desplazaba hacia a los centros comerciales y la Central de Abastos, que se localizan fuera del Centro Histórico.

Ropa. La ropa era comprada por 78% en el Centro Histórico, donde aún se encuentran tiendas departamentales como Sears, tiendas de ropa al menudeo como El Remate de Irapuato y un tianguis popular (llamado también «mercado sobre ruedas») que funciona solamente los sábados. En menor porcentaje se encuentran los usuarios de los centros comerciales, quienes acudían a Soriana, Aurrerá y Comercial Mexicana: 5.0, 4.0 y 3.0%, respectivamente. Solamente una familia de las entrevistadas adquiría su ropa en Moroleón, hacia el sur de Irapuato, que es otro de los municipios del estado de Guanajuato y se caracteriza por tener su principal actividad económica en la industria textil-maquiladora y la comercialización de sus productos. Asimismo, existen seis familias que no adquieren ropa por sus propios medios, ya que son personas de la tercera edad y son sus hijos, que viven en otra zona de la ciudad, quienes les compran sus prendas de vestir; representan 8.0% del total.

Calzado. En el Centro Histórico se encuentran zapaterías y tiendas departamentales que cuentan con sus propias secciones de zapatería a las cuales acudía 58.0% del total de los entrevistados. El resto, 42%, adquirían su calzado en centros comerciales diversos, incluso en otra ciudad como León (8.0%), otro de los municipios del estado de Guanajuato localizado a cincuenta kilómetros de distancia y cuya principal actividad económica se concentra en la curtiduría, la zapatería y la talabartería, así como la comercialización de sus productos. Los centros comerciales a los cuales se solía acudir a comprar el calzado para la familia son Comercial Mexicana y Soriana, con 4.0% del total de entrevistados cada uno, y Aurrerá, con 1.0%. La propensión a comprar zapatos en los centros comerciales es creciente a pesar de contar con zapaterías en el Centro Histórico. Otra forma de adquisición de calzado que solía ser esporádica pero cada vez más recurrida es por catálogo, generalmente mediante el contacto entre amigos, compañeros de trabajo o de estudios y vecinos; también solía hacerse la compra por encargo a familiares que vivían en el Centro Histórico.

Electrodomésticos. La periodicidad en la adquisición de electrodomésticos como licuadoras, extractores de jugos, hornos de microondas y otros aparatos de cocina era de entre seis meses a un año o más. De acuerdo con los datos obtenidos, los entrevistados forman tres grupos. El primero incluye a quienes compraban sus aparatos en el Centro Histórico, por la cercanía de las tiendas y el sistema de pago que ofrecían (a crédito). El segundo, quienes adquirían sus aparatos en los centros comerciales, por la diversidad y oferta de éstos, aunque la compra era al contado. El tercer grupo lo conforman los parientes de los adultos mayores que se encargan de compran los electrodomésticos por ellos, y quienes a su vez solían acudir a diversos lugares.

En el cuadro 1 presentamos el concentrado estadístico de los resultados obtenidos para este rubro.

Lugares / Tipo

Despensa

Ropa

Calzado

Electrodomésticos

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Centro Histórico

37

49.0

59

79.0

42

56.0

34

45.0

Centros comerciales

35

47.0

9

12.0

7

9.0

12

16.0

Otra ciudad

-

-

1

1.0

6

8.0

-

-

Otros

3

4.0

-

-

3

4.0

-

-

Familiares

-

-

6

8.0

16

21.0

29

39.0

Total

75

100

75

100

75

100

75

100

Cuadro 1. Centro Histórico: comercio antes de Plaza Cibeles.
Fuente: Elaboración propia con base en la encuestas realizadas.


Tiempo libre antes de Plaza Cibeles

Los entrevistados del Centro Histórico empleaban su tiempo libre para asistir al cine; hacer ejercicio en algún espacio abierto (como parques públicos); salir a bailar; salir a comer con la familia a un restaurante, al mercado, a una plaza pública, al zoológico –el cual se encuentra en la zona sur de la ciudad–, así como participar de las reuniones con los familiares, ya sea en la casa propia del entrevistado o en la vivienda de los familiares.

Cine. De los entrevistados, 40% asistía a salas de cine en los centros comerciales, mientras 36% no acudía a sala alguna por no contar con el dinero para ello; parte de este último grupo incluye personas de la tercera edad. Solamente 11% de los entrevistados iba a los cines tradicionales ubicados en el Centro Histórico.

Ejercicio. El ejercicio diario 48% lo realizaba en los espacios abiertos, de preferencia verdes, del Centro Histórico, de la Zona Dorada (otro de los fragmentos comerciales de la ciudad) y de las instalaciones de las deportivas Norte y Sur, y asimismo acudían a un gimnasio o simplemente a la calle y a las pistas de carreras públicas. El resto de los entrevistados no realizaba ejercicio para mejorar y mantener su salud.

Bailar. De los entrevistados, 79% expresó que no acudía a ningún lugar a bailar. Se trata de una población que no acostumbraba a salir por las noches, generalmente por no contar con recursos económicos para acudir a lugares especiales para ello; su jornada de trabajo fue descrita como muy extenuante y manifestaron tener temor a salir por las noches por el incremento de la inseguridad de la ciudad. Por otra parte, solamente 21% nos comentó que le gustaba salir a bailar y a tomarse unas copas a los lugares de moda ubicados en el Centro Histórico, en la Zona Dorada o en el norte de la ciudad (que es uno de los espacios de mayor desarrollo económico y urbanístico).

Reuniones familiares. Las reuniones con otros miembros de la familia de los entrevistados es un rasgo característico de la convivencia de los habitantes de la zona central, de raigambre tradicional. Durante los fines de semana, 45% de los entrevistados del Centro Histórico celebraban reuniones con sus familiares, quienes generalmente acudían a la vivienda ubicada en el propio Centro Histórico; en tanto, 20% acude a sus reuniones familiares a un domicilio fuera del Centro Histórico. Quienes preferían acudir a sitios abiertos, públicos como el zoológico, conforman 3%. Quienes no acudían a reuniones familiares son 33% del total. Otro de los rasgos de convivencia familiar tradicional es el de dar la mayor de las importancias a la alimentación, expresada como el gusto de reunirse para compartir la hora de la comida o de la cena, momentos en los que la convivencia alcanza su culminación. Los fines de semana sin motivo especial o para festejar algún acontecimiento, como cumpleaños, aniversarios o ceremonias religiosas, 12% de los entrevistados asistía a los restaurantes y al Mercado Hidalgo que se ubican cerca del Centro Histórico. Asimismo, la Zona Dorada fue apareciendo entre las preferencias de los entrevistados como sitio para la convivencia familiar; ahí es donde se encuentran los restaurantes de mayor concurrencia, casi todos franquicias de comida rápida como McDonald’s, Kentucky Fried Chicken, Pizza Hut, Domino’s Pizza y otros similares. A éstos acudía 22%. Por otra parte, 67% del total de entrevistados no asistía a lugar alguno porque no lo acostumbraban o no contaban con recursos económicos para hacerlo.

En el cuadro 2 presentamos el concentrado estadístico de los resultados obtenidos para este rubro.

Lugares / Tipo

Cine

Ejercicio

Bailar

Convivencia-alimentación

Reuniones

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Centro Histórico

8

11.0

12

16.0

5

7.0

8

12.0

34

45.0

Centros comerciales

30

40.0

-

-

-

-

-

-

-

-

Zona Dorada

10

13.0

7

10.0

2

3.0

16

22.0

-

-

Otras zonas

-

-

17

22.0

8

11.0

4

6.0

16

22.0

No acuden

27

36.0

39

52.0

59

79.0

50

67.0

25

33.0

Totales

75

100

75

100

75

100

75

100

75

100

Cuadro 2. Centro Histórico: tiempo libre antes de Plaza Cibeles.
Fuente: Elaboración propia con base en la encuestas realizadas.


Comercio después de Plaza Cibeles

Despensa, ropa, calzado y electrodomésticos. Una vez instalada Plaza Cibeles, podemos advertir un ligero cambio en los hábitos de comercio en lo que lugares de consumo se refiere. Ahora, los lugares de compra tienden a realizarse fuera del Centro Histórico: SuperGigante de Plaza Cibeles recibe 5% del total de entrevistados; enseguida se encuentra Sam’s Club, con el mismo porcentaje. La adquisición de ropa se hace ahora en Liverpool de Plaza Cibeles, con 8%, seguido de Sam’s Club y la ciudad de Moroleón, ambos con 1%. El calzado es adquirido en Liverpool por 4% de los entrevistados, mientras que en la Plaza Mayor de la ciudad de León lo hace sólo 1%. La compra de electrodomésticos la hace 1% en Liverpool y 1% en Sam’s Club.

En el cuadro 3 presentamos el concentrado estadístico de los resultados obtenidos para este rubro.

Lugares / Tipo

Despensa

Ropa

Calzado

Electrodomésticos

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Ciudad de Irapuato

Gigante

4

5.0

-

-

-

-

-

-

Liverpool

-

-

6

8.0

3

4.0

1

1.0

Sam’s Club

4

5.0

1

1.0

-

-

1

1.0

Otra ciudad

Plaza Mayor (León)

-

-

2

3.0

1

1.0

-

-

Moroleón

-

-

1

1.0

-

-

-

-

Total

8

10.0

10

13.0

4

5.0

2

3.0

Cuadro 3. Centro Histórico: comercio después de Plaza Cibeles.
Fuente: Elaboración propia con base en la encuestas realizadas.


Tiempo libre después de Plaza Cibeles

Cine, ejercicio, baile, reuniones familiares y convivencia-alimentación. También han ocurrido cambios en las preferencias de entretenimiento de los entrevistados del Centro Histórico respecto al cine: ahora, 35% prefiere acudir al complejo Cinépolis ubicado en Plaza Cibeles, el cual es el nuevo espacio de reunión de familiares y amigos. La convivencia basada en la alimentación que antes se realizaba en la Zona Dorada o en la casa familiar cambiaron en 3%, respectivamente, a los lugares de comida rápida de Plaza Cibeles. En cuanto al ejercicio, 1% de los entrevistados cambió de lugar para realizar sus rutinas diarias de ejercitamiento o de entretenimiento, pero prefiere el campo a cualquier otro espacio. En lo que respecta al baile, sólo 1% expresó que ahora gusta de ir al rodeo.

En el cuadro 4 presentamos el concentrado estadístico de los resultados obtenidos para este rubro.

Lugares / Tipo

Cine

Ejercicio

Bailar

Convivencia-alimentación

Reuniones

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Cinépolis

26

35.0

-

-

-

-

-

-

-

-

Campo

-

-

1

1.0

-

-

-

-

-

 

Rodeo

-

-

-

-

1

1.0

-

-

-

 

Comida rápida

-

-

-

-

-

-

2

3.0

-

-

Restaurantes en Zona Dorada

-

-

-

-

-

-

-

-

Comida rápida en Plaza Cibeles

-

-

-

-

-

-

1

1.0

-

-

En casa

-

-

-

-

-

-

-

-

2

3.0

Subtotal

26

35.0

1

1.0

1

1.0

3

4.0

2

3.0

Lugares existentes antes de Plaza Cibeles

49

65.0

74

99.0

74

99.0

72

96.0

72

97.0

Total

75

100

75

100

75

100

75

100

75

100

Cuatro 4. Centro Histórico: tiempo libre después de Plaza Cibeles.
Fuente: Elaboración propia con base en la encuestas realizadas.


Villas de Irapuato

Los entrevistados de Villas de Irapuato que cuentan con diez años de vivir en el fraccionamiento son el mayor número de residentes. Por lo tanto, se percibe que la ocupación del mismo ha sido un proceso lento. Los habitantes que tienen de once a veinte años son el segundo grupo de entrevistados que cuentan con casi la mitad del porcentaje de los tienen menos años de vivir ahí. Por último, los habitantes de más años de vivir en Villas de Irapuato son en menor porcentaje.

La actividad económica de los entrevistados de Villas de Irapuato está compuesta por profesionistas, comerciantes de grandes giros, profesores, practicantes de oficios, jubilados y amas de casa. Predominan los profesionistas y las amas de casa; en menor proporción se encuentran, consecutivamente, los comerciantes, los profesores, los jubilados y los que practican oficios.

Comercio antes de Plaza Cibeles

La compra de los productos de consumo por los habitantes de Villas de Irapuato antes de la instalación Plaza Cibeles se realizaba en el Centro Histórico, preferentemente, así como en los centros comerciales y en otras ciudades del estado de Guanajuato, del país y hasta en Estados Unidos.

Despensa. Los entrevistados que adquirían su despensa en los centros comerciales formanron 88% del total; los lugares más concurridos son Soriana (en Plaza Jacarandas, otro más de los fragmentos comerciales de la ciudad), Comercial Mexicana (en Plaza Gemelos, otro fragmento comercial) y Aurrerá (en Plaza Fiesta, otro fragmento comercial). Soriana se ubica al sureste de Villas de Irapuato, a tres kilómetros, y antes de Plaza Cibeles era el centro comercial de moda. Quienes se trasladaban al Centro Histórico para adquirir en el Mercado Hidalgo su despensa son 5% de los entrevistados, pero 7% incluso se trasladaba a la ciudad de León para hacer sus compras en Plaza Mayor.

Ropa. La compra de ropa antes se realizaba preferentemente en otra ciudad: 60% de los entrevistados expresó que viajaban los fines de semana a la ciudad de León para acudir a Plaza Mayor a proveerse de prendas de vestir; 10% viajaba a San Diego, California. Localmente, 17% acudía a Soriana y 5% a Comercial Mexicana. El Centro Histórico sólo era visitado por 4% de los entrevistados, quienes preferían las tiendas departamentales como Sears y Citrus.

Calzado. También para adquirir calzado para la familia, 82% de los entrevistados prefería viajar usualmente a la ciudad de León o incluso a Estados Unidos. Es importante notar que los habitantes de Villas de Irapuato no compraban zapatos en los centros comerciales de la propia ciudad, sino que se trasladaban al Centro Histórico, sea al departamento de zapatería de Sears, sea a la zapatería Flexi, en búsqueda de zapatos para uso diario; ellos representan el grupo más pequeño de consumidores de calzado, 8%.

Electrodomésticos. Comprar fuera de la ciudad de Irapuato era la tendencia de los habitantes de Villas de Irapuato. Los electrodomésticos era adquiridos por 51% en la ciudad de León, en Plaza Mayor, específicamente en dos tiendas departamentales: Liverpool y Sears. Un porcentaje menor, 10%, viajaba a San Diego, California, mientras 8% iba a la Ciudad de México; en la capital del país era preferible visitar la tienda departamental El Palacio de Hierro. Los centros comerciales antes de Plaza Cibeles en la ciudad de Irapuato eran la siguiente opción; se destacaban Soriana y Famsa, ubicadas en Plaza Jacarandas. Otro sector de los entrevistados se trasladaba al Centro Histórico.

En el cuadro 5 presentamos el concentrado estadístico de los resultados obtenidos para este rubro.

Lugares / tipo

Despensa

Ropa

Calzado

Electrodomésticos

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Centro Histórico

4

5.0

6

8.0

6

8.0

10

13.0

Centros comerciales

56

88.0

17

22.0

-

-

19

26.0

Otra ciudad en el país

5

7.0

44

60.0

62

82.0

38

51.0

Otra ciudad en Estados Unidos

-

-

7

10.0

7

10.0

7

10.0

Total

75

100

75

100

75

100

75

100

Cuadro 5. Villas de Irapuato: comercio antes de Plaza Cibeles.
Fuente: Elaboración propia con base en la encuestas realizadas.


Tiempo libre antes de Plaza Cibeles

Cine. El entretenimiento principal de los entrevistados de Villas de Irapuato es ver películas, a media semana y los fines de semana. Generalmente 68% acudía al complejo Cinemax ubicado en Plaza Jacarandas. Un sector menor, 24%, se quedaba en casa viendo películas en vez de salir a los cines de la ciudad. Pero 8% no acudía al cine ni veía películas en casa porque no gustaba de esta opción y procuraba realizar otro tipo de actividad para ocupar su tiempo libre.

Ejercicio. El ejercicio cotidiano que realizaba 40% de los entrevistados de Villas de Irapuato se efectuaba dentro del fraccionamiento residencial, en las instalaciones del club Santa Margarita, parte del club de golf. Fuera del fraccionamiento pero aún en la zona de Villas de Irapuato, 12% acudía a un club privado, mientras que 28% acudía periódicamente a otros clubes de socios ubicados en la Zona Dorada. De esos entrevistados, 20% no acude a ningún lugar especial para hacer ejercicio.

Bailar. Asistir a un lugar para bailar no es una actividad de entretenimiento preferente entre los entrevistados de Villas de Irapuato, pues más de la mitad de ellos no gusta de salir a bailar. Sin embargo, a 24% le gustaba acudir a las discotecas, 16% acudía a los bailes familiares, y 6% se trasladaba a la ciudad de Guanajuato.

Reuniones familiares. Los entrevistados de Villas de Irapuato que tienen como tradición reunirse con sus familiares para celebrar acontecimientos especiales, de preferencia en su propia casa, formaban un sector de 42%; aunque también 33% acudía a casas de sus familiares ubicadas hacia el norte de la ciudad, en los fraccionamientos Españita, San Antonio de Ayala y La Pradera y en la colonia La Moderna. Un bajo porcentaje, 10%, se reunía con sus familiares en los restaurantes de moda en la Zona Dorada; 7% viajaba a la Ciudad de México a reuniones con familiares y amigos. Por último, existen quienes preferían reunirse en un centro comercial, 5%. Salir a comer fuera de casa para convivir en familia es otra tradición que se reserva para los fines de semana; la Zona Dorada era la más concurrida por las familias entrevistadas de Villas de Irapuato: 35% se quedaba en los restaurantes y 11% en las franquicias de comida rápida. Asimismo, 10% acudía a Vips, que se encuentra en la zona de Villas de Irapuato.

En el cuadro 6 presentamos el concentrado estadístico de los resultados obtenidos para este rubro.

Lugares / Tipo

Cine

Ejercicio

Bailar

Convivencia-alimentación

Reuniones

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Villas de Irapuato

18

24.0

30

40.0

-

-

-

-

32

42.0

Zona de Villas de Irapuato

51

68.0

9

12.0

-

-

7

10.0

4

5.0

Zona Dorada

-

-

21

28.0

-

-

31

46.0

7

10.0

Irapuato

-

-

-

-

30

40.0

-

-

25

33.0

Otra ciudad

-

-

-

-

5

6.0

15

20.0

5

7.0

No acude

6

8.0

15

20.0

40

54.0

18

24.0

2

3.0

Total

75

100.0

75

100.0

75

100.0

75.0

100.0

75.0

100.0

Cuadro 6. Villas de Irapuato: tiempo libre antes de Plaza Cibeles.
Fuente: Elaboración propia con base en la encuestas realizadas.


Comercio después de Plaza Cibeles

Después de la instalación de Plaza Cibeles los hábitos de comercio de productos por los habitantes de Villas de Irapuato ha cambiado de forma radical. La compra se concentra ahora en cuatro lugares: SuperGigante, Liverpool, Sam’s Club y en las diversas zapaterías de Plaza Cibeles.

Despensa, ropa, calzado y electrodomésticos. A SuperGigante acude 31% y a Sam’s Club 26%, lo cual significa que ahora 57% de los entrevistados hace sus compras de despensa en Plaza Cibeles, proporción ligeramente mayor de la formada por quienes continúan comprando en los mismos lugares después de Plaza Cibeles. En la adquisición de ropa y calzado el cambio de preferencia es altamente contrastante: 80% ahora la hace en Plaza Cibeles, de preferencia en Liverpool y las zapaterías de mayor categoría comercial de la plaza; la diferencia es significativa respecto a quienes mantienen la compra en los mismos lugares, 20%. Por último, los electrodomésticos son adquiridos ahora por 49% de los entrevistados en Liverpool y por 20% en Sam’s Club.

En el cuadro 7 presentamos el concentrado estadístico de los resultados obtenidos para este rubro.

Lugares / Tipo

Despensa

Ropa

Calzado

Electrodomésticos

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Después de Plaza Cibeles

SuperGigante de Plaza Cibeles

23

31.0

-

-

-

-

-

-

Liverpool de Plaza Cibeles

-

-

60

80.0

27

36.0

37

49.0

Sam’s Club

20

26.0

-

-

-

-

15

20.0

Zapaterías de Plaza Cibeles

-

-

-

-

33

44.0

-

-

Subtotal

43

57.0

60

80.0

60

80.0

52

69.0

 

Antes de Plaza Cibeles

32

43.0

15

20.0

15

20.0

23

31.0

Total

75

100

75

100

75

100

75

100

Cuadro 7. Villas de Irapuato: comercio después de Plaza Cibeles.
Fuente: Elaboración propia con base en la encuestas realizadas.


Tiempo libre después de Plaza Cibeles

El tiempo libre de los entrevistados de Villas de Irapuato después de Plaza Cibeles tuvo variación cuantiosa en cuanto a las preferencias de las actividades de entretenimiento y ocio: 72% de ellos acude ahora al complejo de cines Cinépolis, el cual se encuentra en el interior de la Plaza Cibeles; 28% restante continúa asistiendo a los mismos lugares de entretenimiento antes de Plaza Cibeles. En los demás aspectos de tiempo libre no hay variación significativa.

En el cuadro 8 presentamos el concentrado estadístico de los resultados obtenidos para este rubro.

Lugares / Tipo

Cine

Ejercicio

Bailar

Convivencia-alimentación

Reuniones

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

No.

%

Cinépolis

54

72.0

-

-

-

-

-

-

-

-

Comida rápida en Plaza Cibeles

-

-

-

-

-

-

17

23.0

15

20.0

Subtotal

54

72.0

0

0.0

0

0.0

17

23.0

15

20.0

Antes de Plaza Cibeles

21

28.0

75

100.0

75

100.0

58

77.0

60

80.0

Total

75

100

75

100

75

100

75

100

75

100

Cuatro 8. Villas de Irapuato: tiempo libre después de Plaza Cibeles.
Fuente: Elaboración propia con base en la encuestas realizadas.


Conclusiones

Sí existe la fragmentación social entre los habitantes de Irapuato, Guanajuato. Se advierte en un primer momento en la actual fragmentación fisicomaterial respecto al resto de la ciudad por motivo de la búsqueda de una mayor distinción socioeconómica, principalmente. Así, el nuevo modelo urbano por fraccionamientos que nació con Villas de Irapuato a mediados de la década de los años setenta del siglo pasado es el modelo de la centralidad periférica habitacional que, tres décadas después, ya en los albores del siglo XXI, ha acrecentado el número de fraccionamientos que se reconcentran territorialmente en la periferia de la ciudad, constituyéndose con enclaves comerciales de exclusividad cuyo referente sigue siendo Plaza Cibeles, donde se han establecido servicios bancarios, concesionarias de automóviles importados y residencias verticales: es el auge de la explotación del suelo ejidal por las inmobiliarias que no sólo irresponsable sino hasta vorazmente han manipulado las debilidades administrativas y jurídico-reglamentarias de la ciudad, contando con la empatía de quienes se encargan de la gestión local.

La fragmentación social se advierte, asimismo, en un segundo momento, pero esta vez en los hábitos de comercio y tiempo libre. Antes de la instalación de Plaza Cibeles, la compra y el entretenimiento de los habitantes del Centro Histórico tenían raíces en los lugares y con los modos de vida tradicional de las familias irapuatenses, es decir, de las que son originarias de la ciudad y siempre han vivido ahí estableciendo relaciones basadas en la consanguinidad y la amistad, fomentando lo valores de la persona y de la colectividad y reconociendo su pasado histórico. Pero numerosas familias jóvenes provenientes de otras localidades, con tendencias hacia la compra y el entretenimiento en los lugares de moda, han propiciado el desahucio de los lugares en los que prevalecía la tradición y no el consumismo. No así ocurre entre los habitantes de Villas de Irapuato, que de origen desde su asentamiento en el fraccionamiento han venido enraizando sus hábitos y costumbres en la compra y el entretenimiento de las tiendas de autoservicio y departamentales, persiguiendo adquirir el perfil de “un nuevo estilo de vida”, diferente a los de las demás clases sociales, promovido por el capitalismo imperialista.

La fragmentación social en Irapuato se advierte, por último, en un tercer momento, con la instalación de Plaza Cibeles. En la vida diaria que se desarrolla ahí se ponen de manifiesto las dicotomías socioculturales y urbanas respecto a la vida cotidiana del Centro Histórico. Dicotomías que han traído como consecuencia la decadencia urbana del Centro Histórico debido a que las autoridades municipales ya no consideran prioritario atender su mantenimiento; sólo concentran sus esfuerzos en la zona principal, la de la Plaza de Armas, pero deja en el abandono los barrios aledaños, y junto con éstos, a los habitantes de la tercera edad y a quienes, aun en edad productiva, no cumplen el perfil del profesionista emprendedor posmoderno; todos ellos se encuentran ahora alejados, marginados física, social y económicamente de “las bondades” de la Plaza Cibeles y de los fraccionamientos de lujo. No así ocurre con los habitantes de Villas de Irapuato, que cuentan con los recursos para adquirir formación profesional, con los mejores empleos, con automóvil para desplazarse de un lugar a otro sin mayores inconvenientes, con servicios de mantenimiento y limpieza para sus residencias, además de los de vigilancia y seguridad privadas, pero yendo paulatinamente hacia el encuentro de un nuevo modelo de consumismo, inequitativo y socialmente injusto, y hacia nuevos modos de enajenación.


Notas


[1] Henri Lefevbre, Espacio y política, 1976, pp 123, 169-172. / Lefevbre aporta al análisis del espacio urbano desde dos perspectivas respecto a la fragmentación. La primera, de conducta social: «la ciudad es una forma específica de la agrupación y de la centralidad; ésta sería creadora de la segregación, la dispersión y suburbanización». La segunda, de relación espacio-poder en referencia a las contradicciones de la producción capitalista en el espacio: 1) una contradicción principal entre el espacio producido en el ámbito mundial y sus fragmentaciones que resultan de las relaciones de producción capitalista; el espacio se intercambia de manera fragmentaria pero se conforma como totalidad mundial; 2) en el espacio urbano la contradicción se pone de manifiesto por la propia naturaleza del Estado al segregar a los grupos sociales, los lugares que componen la ciudad y la jerarquización de sus funciones; y 3) la socialización e integración forzada bajo la lógica del capital que produce separación, aislamiento y desintegración del espacio social de la ciudad.

[2] Manuel Castells, La cuestión urbana, 1997, p 216.

[3] Ibid., pp 217-218.

[4] Saskia Sassen, La ciudad global / Nueva York, Londres, Tokio 1999, p 33.

[5] Sassen, «Ciudades en la economía global: enfoques teóricos y metodológicos», 1998, pp 3-6.

[6] David Harvey, «El capitalismo: la fábrica de la fragmentación», 1992, pp 24-25.

[7] José Llano Loyola y Marco Valencia Palacios, «Fragmentos cotidianos. Hacia la generación de claves interpretativas para comprender la ciudad contemporánea», 2005, p 5: «En combinación con el modelo urbano diluido [...] la fragmentación ha tomado nuevas modalidades. Un[a] de ellas es el paisaje híbrido donde la distinción entre la ciudad, el suburbio y el campo no está manifestándose. Ambas, la periferia y la ciudad central han estado sujetas a nuevos mecanismo[s] de fragmentación. Por un lado, la periferia ha adquirido un color, consistente no exclusivamente por las residenciales monótonas suburbanas, sino también por los shopping malls, y los parques industriales. Estas también abrigan grandes espacios dedicados al sector de servicios.»

[8] José Pérez de Lama y Aka Osfa, «Edward Soja: metrópolis posmoderna / teoría urbana posmoderna», 2006, p 66.

[9] Axel Borsdorf y Rodrigo Hidalgo, «Formas tempranas de exclusión residencial y el modelo de la ciudad cerrada en América Latina. El caso de Santiago», 2004, pp 33-35.

[10] Michael Janoschka y Georg Glasze, «Urbanizaciones cerradas: un modelo analítico», 2003, pp 9-10.

[11] Ibid., p 18.

[12] Ibid., p 15.

[13] Ibid., p 16: «En el análisis de esta tesis, es importante investigar además del aspecto del lugar de la vivienda, las cuatro funciones básicas de la vida diaria: el trabajo, la formación/educación, el comercio y el tiempo libre/amistades. Si fuese posible observar una reducción de interacciones con personas, que se distinguen en su estilo de vida, como consecuencia de la mudanza a una urbanización cerrada, podría hablarse de fragmentación social. Esto se verifica también si no abarca las cuatro categorías.»

[14] Martiniano Arredondo, «Las haciendas de la congregación de Irapuato», 1983, p 7. / Varios cronistas locales aseveran que la ciudad de Irapuato no tuvo fundación legal o permiso real de España. Al parecer, se fue conformando a partir de estancias donde se cuidaba ganado mayor, en tierras donadas a los colonos beneficiados. Era un lugar de paso, de descanso y de abastecimiento, tanto de viajeros como de animales empleados para el transporte de carretas. La congregación de Irapuato se asentó en la confluencia del río Silao con el río Guanajuato y los arroyos aledaños, los cuales constituían un entramado hidráulico que sería el motivo de las inundaciones recurrentes durante el periodo virreinal y hasta fechas recientes. La significación urbana durante esta etapa histórica estaba basada en los templos católicos que se construyeron como centros religiosos en los cuatro puntos cardinales de la congregación y los barrios habitacionales de los indios y mestizos: “de San Miguel, Santiago, San Nicolás y Santa Ana [...] siendo los ríos Silao, Guanajuato, Carrizal y Nuevo, entre otros, la barrera natural para el crecimiento de la congregación. La congregación contaba con una forma irregular, pues las calles fueron desarrolladas siguiendo los arroyos secos y la cercanía de los ríos”, lo cual produjo un crecimiento desordenado de casas y barrios dispersos.

[15] Villas de Irapuato se adelantó a su tiempo al incubar una nueva forma de “apropiarse” del territorio, que décadas posteriores sería una moda: la de reconcentrar y conquistar los viejos espacios en desuso para convertirlos en islas de progreso, riqueza y exclusión, no sólo de los habitantes de la ciudad, sino de la autoridad municipal, al propiciar la autodeterminación de los agentes privados por encima de las tradiciones de hacer ciudad. Éste es un fraccionamiento residencial tipo A, familiar; cuenta actualmente con una extensión territorial de 437.5 hectáreas (más de cuatro millones de metros cuadrados). En el momento de su puesta en marcha en 1975, contaba con aproximadamente 196. 875 hectáreas, 45% de Villas de Irapuato y 17% de la mancha urbana de Irapuato, que era de 1,145.2 hectáreas. Seis años después, en 1980, la ciudad se expandió territorialmente a 1,576 hectáreas, en tanto Villas de Irapuato continúo con la misma extensión urbana. Pero quince años después, en 1995, la expansión de la mancha urbana se incrementó a 5,786.21 hectáreas, ocupando Villas de Irapuato 5.5% aproximadamente para llegar a su extensión planificada de 437.5 hectáreas. Para el año 2000, Villas de Irapuato formaba parte de 7.56% del total de la mancha urbana.


Bibliografia

ARREDONDO, Martiniano. «Las haciendas de la congregación de Irapuato». Boletín del Archivo Histórico Municipal de Irapuato-Honorable Ayuntamiento 1983-1984. Irapuato, marzo-abril de 1983, tomo VI, núm. 48.

CASTELLS, Manuel. La cuestión urbana. 14ª ed. México: Siglo XXI Editores, 1997.

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