Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. XIX, nº 1077, 5 de junio de
2014
[Serie  documental de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]


EL PROYECTO DE FORTIFICACIÓN DE CASTELLÓN Y VALERO DE 1688 PARA LA PLAZA DE ALICANTE  

Ángel Benigno González Avilés
Universidad de Alicante

Recibido: 3 de enero de 2014; devuelto para revisión: 27 de abril de 2014; aceptado: 10 de mayo de 2014


 

El proyecto de fortificación de Castellón y Valero de 1688 para la plaza de Alicante  (Resumen)

El último tercio del siglo XVII estuvo caracterizado por la continua alerta que provocaban los movimientos de la armada francesa en el Mediterráneo. Alicante, alejada del punto de mira de episodios bélicos como la Guerra de Luxemburgo y la Guerra de los Nueve Años, parecía volver a vislumbrar una recuperación económica, lo que se tradujo en un importante aumento de la población y un interés por realizar nuevos proyectos para la defensa de la ciudad y nuevas obras. En este período de reactivación económica entraron a escena los ingenieros Joseph Castellón y Pedro Joan Valero, cuyo proyecto de defensa para Alicante de 1688 sirvió de partida a proyectos que ingenieros militares elaborarían en siglos posteriores.

A pesar de no contar con memoria adjunta del proyecto de Castellón y Valero, pues no se conserva en ninguno de los archivos consultados, sí contamos con diferentes explicaciones del propio Pedro Joan Valero de años posteriores, como el extenso informe del 28 de octubre de 1691. El análisis de ambos documentos permite conocer mejor la propuesta para el recinto defensivo de la ciudad.

Palabras clave: Ambrosio Borçano, Joseph Castellón, Pedro Joan Valero, Alicante, ingenieros militares, fortificación, 1688.


 

The defensive project of Castellon and Valero for the city of Alicante (Abstract)

The last third of the seventeenth century was characterized by continuous alert that caused the movements of the French Army in the Mediterranean area. Alicante was away from the different war episodes as the War of Luxembourg and the Nine Years War. Therefore the city seemed had started an economic recovery. As a result of its economic increase, Alicante’s population grew and new projects and works were developed at the city. In 1688 the military engineers Joseph Castellon and Pedro Joan Valero designed a interesting defensive project, which was a reference for another posterior projects.

Despite not having attached report therefore is not preserved in any of the archives consulted, we have different explanations by Joan Pedro Valero, especially a extensive report of October 28, in 1691. The analysis of both documents helps us to understand the proposed for city fortifications.

Key words: Ambrosio Borçano, Joseph Castellón, Pedro Joan Valero, Alicante, military engineers, fortification, 1688.


 

Durante el siglo XVII las actuaciones sobre las fortificaciones españolas estuvieron condicionadas por la política exterior de la Monarquía española. Mantener la supremacía en el escenario internacional conllevó un importante esfuerzo bélico. Las fricciones con los Países Bajos, Portugal, y otros territorios de la Corona desviaron la actividad defensiva hacia los espacios de frontera en Europa y colonias de ultramar. Las preocupaciones por las amenazas de los corsarios que navegaban las costas alicantinas a comienzos de siglo se fueron disipando progresivamente. Lo mismo sucedió con la amenaza turca. Lo más destacable de este siglo en cuanto a conflictos bélicos, fueron las tres declaraciones de guerra con Francia[1]. De las tres, la más decisiva para la historia de las fortificaciones de Alicante fue la de 1691, que trajo como consecuencia un devastador bombardeo francés sobre la ciudad y el castillo.

Alicante a principios del siglo XVI había pasado a ser una plaza de segundo orden dentro del marco estratégico de la defensa nacional[2]. Así lo refleja un informe de Tiburcio Spannocchi, ingeniero mayor encargado de la superintendencia de las fortificaciones españolas. En su informe de 16 de febrero de 1605, resaltaba la necesidad de ir fortificando paulatinamente la península:

“se requieren tiempo para ponerlas por obra y darles lugar a que se asienten y mucho más los terraplenes pues suelen causar inconveniente y ruinas grandes haciéndolos arrebatadamente y lo que es provisión de artillería para guarnecer las fuerzas hechas hay la prevención de metales y su fundición, que todo requiere tiempo (...)”[3].

Proponía comenzar por lo indispensable, que eran las fortalezas a las que denominaba “llaves de España”: Fuenterrabía y San Sebastián, La Coruña, la Barra de Lisboa, el castillo de Cádiz, Gibraltar, Cartagena, el castillo de Perpignan, el castillo de Jaca y el castillo de Pamplona. De los 740.000 ducados de presupuesto 290.000 correspondían a la frontera con Francia y 60.000 a Pamplona.

En otro informe posterior, hacia 1630, sobre el estado de las fortificaciones en España[4], queda latente la escasa importancia que se concedía al castillo de Santa Bárbara de Alicante. El manuscrito de ocho páginas, conservado en el Archivo General de Simancas, hace un recorrido por la Península y va describiendo los proyectos previstos y las obras que se estaban realizando en las plazas más importantes. Comienza por San Sebastián, Fuenterrabía, Pasajes, Orio, Santander, Laredo, fortificaciones de Galicia y Portugal, Andalucía, con Cádiz, Gibraltar, Granada, Murcia, Cartagena, Valencia, Barcelona, Perpiñán y demás plazas de la frontera, la Aljafería de Zaragoza, ciudadela de Jaca, ciudadela de Pamplona, Alarache, Orán, Melilla y el Peñón. Resulta significativo, y vale la pena reproducir, el brevísimo texto que hace referencia a la costa levantina:

“En la costa de Valencia hay pocas partes que reparar, en el Castillo de Bernia, y Peñíscola habrá alguna necesidad, y esto corre por cuenta del Reyno”.

El texto es elocuente. El rey y su Consejo de Ministros, ante la incapacidad de acometer todas las obras que se requerían, decidieron priorizar las inversiones en otras tierras de frontera. En el caso de Alicante y su castillo se estableció la aportación local de 3.000 libras anuales, insuficientes para acometer una reforma del cinturón amurallado.

Las inversiones en materia de fortificación fueron prácticamente inexistentes durante todo el siglo XVII. No se conserva apenas cartografía militar sobre las fortificaciones de Alicante de la primera mitad del siglo XVII. Tan sólo un dibujo del cronista Bendicho de 1640, perspectiva del castillo de Santa Bárbara desde la parte del mar[5]. A pesar de ser un siglo de inactividad constructiva para las fortificaciones de Alicante, ingenieros militares de renombre de la época realizaron diversos proyectos muy importantes para la historia de la defensa de la plaza. El único documento gráfico que ha llegado a nuestros días es un plano con la propuesta de fortificación y defensa para la ciudad de Alicante de los ingenieros Joseph Castellón y Pedro Joan Valero[6], de 1688[7], conservado en los archivos del Servicio General del Ejército.

El principal problema con que contaba la plaza de Alicante para su defensa y guarda en esta época, era el desmesurado crecimiento que habían experimentado los arrabales de San Francisco y San Antón durante el siglo XVII, que facilitaba al enemigo los trabajos de aproximación a la ciudad. Se trataba de un problema habitual en las plazas fuertes de la época. El crecimiento del censo de la población no permitía alojar a todos en el interior del recinto por falta de espacio. Y a pesar de las ordenanzas del rey, que prohibían estas construcciones cercanas a las murallas, las administraciones locales hacían caso omiso por la fuente de desarrollo e ingresos que representaba.

Al analizar el documento gráfico de Castellón y Valero, aparece grafiado en línea de puntos el trazado de otro proyecto general de fortificaciones para el recinto de la ciudad anterior a 1688, recogido así en la leyenda del plano: "La planta de Puntos es la que hizo Dn Ambrosio Borçano"[8]. No se conserva más documentación sobre el proyecto de Ambrosio Borçano, ingeniero militar que había intervenido también en otras plazas en Cataluña. Se puede afirmar que Castellón y Valero se apoyaron en el trazado de Borçano para realizar su propuesta.

Sin duda el proyecto de Castellón y Valero es de gran importancia tanto por su calidad técnica en materia de fortificación, como por su posterior influencia en proyectos del primer tercio del siglo XVIII.

La geometría del nuevo recinto fortificado

El proyecto de Castellón y Valero consistía en un recinto de forma circular compuesto de siete baluartes pentagonales y un medio baluarte[9] (figura  1). Se puede observar el paralelismo entre la traza del ingeniero italiano Borçano y la propuesta de Castellón y Valero en el primer tramo que va hasta la circunvalación del convento de San Francisco. Desde la parte del mar junto a la cortina de Santo Domingo se emplazaba una plataforma o tenaza que cubría el torreón de San Bartolomé, de la época de Carlos V. Una nueva cortina conectaba con el primer baluarte, situado en la desembocadura del barranco de San Blas, de dimensión mayor que el propuesto por Borçano en el mismo lugar. A partir de éste, el lienzo de la muralla abandonaba la línea de costa para encontrarse con otro baluarte junto al camino de Elche. El tercer lienzo de muralla cubría por completo la cara oeste del convento de San Francisco y con él, todo el arrabal existente. En este punto se trazaba un nuevo baluarte cuya gola quedaba completamente paralela a la traza de la muralla de poniente y por delante de la montaña de San Francisco, actual plaza de la Montanyeta. A partir de éste tercer baluarte la propuesta de Castellón y Valero difiere de la de Borçano al no circunvalar el monte Tosal. De esta forma la superficie fortificada ampliaba el recinto existente en tres partes y no en cinco como la de Borçano[10].

Figura. 1. Propuesta de Castellón y Valero del año 1688. En trazo discontinuo aparece dibujada la propuesta anterior de Ambrosio Borçano. Plano coloreado por el autor. Plano origen en SGE. CH. Nº 287

El recinto se cerraba de forma casi circular hasta rodear por completo el arrabal de San Antón. Podríamos llegar a decir que la traza de la fortificación de Castellón y Valero era regular[11]. En este tramo final la traza del último baluarte volvía a coincidir con otro proyectado por Borçano. Sin embargo, la fortificación de Castellón y Valero empleaba medio baluarte más para acercar su recinto a las proximidades del castillo de Santa Bárbara.

En los dos brazos de comunicación de la plaza con el castillo, el plano de Castellón y Valero recogía las 9 torres medievales, descritas por Bernardo Salellas en 1634[12]. La línea de muralla del recinto de la Villa Vieja, en la leyenda del plano con la letra “R”, viene descrita como “Recinto Viejo de los Romanos”. La hipótesis más probable es que en ese punto existiera inicialmente una muralla romana, que posteriormente fue transformada o levantada de nuevo por los musulmanes al trazar la Medina Laquant[13].

Las intervenciones descritas en el informe de Pedro Juan Valero de 1691 para los elementos de la fortificación, se señalan con letras diferentes a las recogidas en el plano de 1688, lo cual indica la existencia de planos posteriores a éste, hoy desaparecidos. No obstante, la descripción de las partes del proyecto coincide con lo plasmado en el plano de 1688 y por tanto, estudiaremos conjuntamente ambos documentos para conocer mejor las intenciones de Castellón y Valero. Al igual que anteriores proyectos, la memoria comienza con una introducción en la que se describe el estado de la fortificación:

“Siendo esta Ciud. la Unica Plaça de Armas de El Reyno, corresponde pues o nada deste concepto por lo yndefenço della, y de sus obras, formandose, el recinto de una Muralla senzilla con torreones a lo Antiguo, todo de ninguna resistencia:

Por la suma cortedad del terreno, y sitio de la Ciud., sean fabricado , fuera de ella inumerables casas, de que se componen Los Arrauales de Sn. francisco, Sn. Anton, y salida de Nra. Sra. del Socorro; y no auiendo en la Marina, oposicion ni defença, para los desembarcos, conocidamente, quedan expuestos aun saquo, y alo mismo la Plaça, con poca diferencia como lo huvieramos experimentado en el suseso pasado del Bombardeo ano llegar atam buen tiempo el Armada de España, y crea V.Sa. que solo esto es verdad, y qualquier otra suposicion, querer disfigurarla, con apariencias, y demostraciones acomodados, y alynes.

Grande fue el daño que separecio pero si huviesemos visto lo que pudo suceder tan facilmente, dejo, lo que se siguiria de la total ruina, siendo este puerto, el almaasen de casi todo el comercio de España. En presencia de algunos yngenieros de muchos cabos militares, y ultimamente delante del señor Marques de Castel Rodrigo delinee la nueva fortificacion, que adefenia, y sircumuala dhos arrauales, aacomodandose a lo mas regular quesea podido (…)”[14].

Descripción de las partes

Tras la descripción del estado de la fortificación se describen las partes que componen el proyecto y la referencia de cada una de ellas a una leyenda en plano aparte. Son precisamente estas descripciones las que no se corresponden con la leyenda del plano de 1688 y por tanto, las que debieron formar parte de un plano posterior. El primer elemento descrito es la plataforma de San Bartolomé y el baluarte de San Carlos. Éste debía quedar al final del arrabal de San Francisco y proteger la bahía y la playa de Bavel:

“(…) Y empiezo por una plataforma de bajo de Baluarte de S. Bartholome que está letra G. Juzgando sea la mas propia, para acompañar, el Primer Baluarte q. a de quedar, a lo ultimo del Araual, de Sn. Franco. notado con el color de carmin, y que puedan dominar entrambos, la Baia, señalando, linea, y termino deste arraual, para, que nose prolongue mas, pues ay bastante capaçidad desde, el reçinto de la Ciud., a la nueva sircunbalacion, para fabricar, y añadir nueva poblacion, y es el parage, mas sano, y prouechoso a los mercaderes, y comercio (…)”[15]

Como se puede apreciar en el plano de 1688, la letra que acompaña al baluarte de San Bartolomé no es la G sino la Y. Por otro lado, el baluarte de San Carlos mantiene su ubicación en el mismo lugar donde Borçano lo había proyectado (figura  2).

Figura 2. Interpretación del autor sobre la propuesta de Castellón y Valero del año 1688. En trazo discontinuo aparece dibujada la propuesta anterior de Ambrosio Borçano. Plano origen en SGE. CH. Nº 287.

La segunda descripción mencionaba la circunvalación del arrabal de San Antón, dejando fuera el nuevo hospital, señalado en el plano con el número 12 (figura  3):

“(…) El Arraual de Sn. Anton, esta ya hoy tan prolongado, que el señiale, y comprehenderle todo seria muy dificultoso, y costoso, con que deue excluirse parte del, siguiendo, con poca diferencia, el recinto desde la Puerta que llaman de Sn. Vicente asta llegar, y unirse, con la montaña, ynmediata, de el Castillo, quedando entre el reçinto, y ospital nuevo, que se fabrica, ahora, espaçio bastante para que no perjudique la fortificacion, pues con el abrigo del Castillo no parece seria façil atacarla (…)”[16].

Figura 3. Interpretación del autor sobre la propuesta de Castellón y Valero del año 1688. En trazo discontinuo aparece dibujada la propuesta anterior de Ambrosio Borçano. Plano origen en SGE. CH. Nº 287.

La descripción prosigue con la justificación de no abrazar con la circunvalación el monte Tosal, tal como lo había proyectado Borçano. Para ello, Valero proponía la ejecución de un fuerte en forma de estrella o similar:

“(…) La montaña del Toçal que vasub. nº 13. puede dominar, el nuevo reçinto, pero considernado lo aspero y agrio de la subida, la cortedad de su terreno, en lo mas eminente, y el ser toda, de peña fuerte, o viva, en donde con suma dificultad se hara operación alguna, contra la Plaça, apareçido, que con un fuerte, en forma de estrella, o cosa equivalente, bastaria, para resguardo deste rezelo (…)”[17].

En caso de urgencia, "El fuertecillo sobre êl tozal ha de formarse de fajinas"[18] y su gasto, sería muy pequeño respecto al resto de la obra.

Otra de las propuestas en el interior del recinto fortificado existente, influenciada por la traza de Borçano, consistía en el diseño en planta de un fortín de media estrella en la Ereta (figura  4). Se trataba de un pequeño llano en la ladera del Benacantil, a media altura entre la ciudad y el castillo[19], donde poder ubicar el almacén de la pólvora. Un enclave estratégico desde donde se pudiera dominar la ciudad y parte de la costa. Por allí discurría la muralla musulmana, como queda trazado en el plano (figura  4)
:

Figura 4. Propuesta de Castellón y Valero del año 1688. Detalle de fuerte para la Ereta. Plano origen en SGE. CH. Nº 287.

“(…) La Torre de la Poluora letra N.[letra S en el plano de 1688] esta en el sitio, de peores, resultas y fue milagro, no entrarle algunas Bombas porque al sircuito de ella cayeron, inumerables y seria mejor ponerla, en el parage de la Ereta que va sub letra L. donde a poca costa se podria fabricar, un torreon con su boueda fuerte formando, un reçinto a modo de estrella, en donde no abra los riesgos, que en la otra, secustodian muchos pertrechos, y en la mayor advercidad, seruira de primer retirada y Tenaza del Castillo (…)”[20].

En otra descripción de la misma época, acerca de la obra del primer baluarte de la circunvalación, Pedro Juan Valero detallaba así las obras en la Ereta:

“(…) El torreon y media estrella de la ereta para casa de Poluora fue direccion de S. Ea. y solo se ha de hazer una Boueda de piedra labrada y no puede ser mucho el gasto pr que lo restante ha de ser de piedra y todo rebozado con cal, pues como el sitio esta seguro de Baterias bastale sobre la mesma peña su banqueta y parapeto (…)”[21].

Al margen de la fortificación, se proponía la ejecución de un nuevo muelle junto a la punta del “Baver”[22] (figura  5). La escasa altura del agua en este punto beneficiaba la ejecución del muelle y la seguridad en las faenas de carga y descarga de mercancías[23]. La descripción recogida con el número 18 en la leyenda del plano dice así:

“Seco a la Punta del Baver donde es muy poca el Agua y se puede fabricar otro muelle. Las líneas numeradas como la queva de un muelle al otro con los números 2.Br 3½ 3½ 3½ 4 4½ 5 4 3 y la demás cerca el recinto nuevo con los nu[meros] 2 2 2 2 son braças de 8 palmos que tiene de ondo el mar en aquella parte”[24].

Figura 5. Propuesta de Castellón y Valero del año 1688. Detalle de fuerte para la Ereta. Plano origen en SGE. CH. Nº 287.

 

Tras asegurar la defensa de la plaza, Castellón y Valero pretendían regular la actividad marítima que se venía desarrollando y paralelamente potenciar el auge comercial. Con ello se favorecía el aumento de población y la fuente de ingresos que dicha actividad generaba en la ciudad. En un intento por mejorar las condiciones del puerto y colocar a Alicante a la cabeza de la actividad marítima del Mediterráneo, Castellón y Valero plantearon 2 muelles, completamente simétricos, unidos entre sí por un malecón de costa[25]. En el muelle de levante su propuesta se centraba en la “vuelta” o giro del muelle que años antes se había planteado[26], con una longitud igual a la existente[27]. En el extremo del cabo situaban una batería de defensa semicircular, cuyo diámetro era el doble del ancho del muelle. El ángulo que debía formar el muelle existente con su ampliación era de 135º, girado en dirección suroeste. De esta forma resguardaba la bahía de los vientos predominantes de levante. En la punta del Bavel proyectaron el mismo muelle con idéntico ángulo pero hacia levante.

La circunvalación defendería mucho mejor la plaza con un menor número de gente y el fuego de sus baluartes impediría el desembarco de forma mucho más eficaz que a pecho descubierto. Por último, Valero justificaba su propuesta señalando que Ambrosio Borçano ya había defendido años atrás la circunvalación de los arrabales:

“(…) Señor esta es una materia en que an conuenido, quantos militares lo an visto, todos los señores Virreyes, la andeseado, ynfinito, y el Duque de Ciud. real ymbio a Dn. Ambrosio Borçano[28], para lo mismo, y ofreçio aplicarse a ella, como lo huviera hecho si huviese continuado, en este gouierno; siempre sea jusgado, presisa, y dejado por falta de medios, hay les hoy, y la experiencia, nos amostrado, ya, la nesesidad, de ella, y estamos, en el mismo estado y no quiera, dios, sea peor (…)”[29].

Análisis de la propuesta y coste de las obras

Con el cinturón proyectado por Castellón y Valero se protegía la ciudad del ataque más desfavorable posible desde la playa de Bavel y del ataque naval desde el mar. No se incluían en su propuesta revellines delante de las cortinas, ni ninguna otra obra exterior como contraguardias o tenazas, muy frecuentes en las plazas fuertes de la época. Tampoco consideraba importante acometer obras de refuerzo en el castillo. Cabe comprender que Alicante no era considerada plaza de primer orden, por tanto, el proyecto era suficientemente atrevido para una plaza de sus características.

En una inversión de tal entidad, era un error no contar con obras exteriores de fortificación, al menos en los puntos donde pudiera producirse un ataque por la debilidad de las fortificaciones o por determinadas características del relieve del terreno exterior. La aproximación del enemigo desde la playa de Bavel resultaba técnicamente favorable para tomar la plaza.

El trazado del cinturón abaluartado pecaba de una excesiva componente geométrica y adolecía de adaptación a las condiciones del relieve circundante. Es cierto que la forma de la ciudad que los tratadistas del Renacimiento marcaron, respondía siempre a formas geométricas regulares, como modelo de racionalidad urbana y perfección de su capacidad defensiva. Probablemente a este supuesto se ceñía la propuesta de nuestros ingenieros. Pero llama poderosamente la atención que el cuarto baluarte, iniciando la cuenta desde el mar, se implantaba en plena montaña de San Francisco, es decir, a una cota superior a sus colindantes bastiones, con las dificultades de flanqueo que esta circunstancia conllevaba. Así quedó manifestado con toda claridad en el plano del proyecto, en el que se refleja con bastante precisión la orografía de dicho alto. Además, las laderas descendentes hacia el exterior, podían favorecer los trabajos de los asediantes para batir lateralmente a los bastiones colindantes desde un padrastro bien protegido. En este sentido hay que hacer una reflexión: el proyecto de Castellón y Valero confería una imagen fuerte en el plano, pero presentaba carencias respecto de la propuesta anterior de Borçano.

Si prestamos atención al dimensionamiento efectuado por ambos ingenieros para los baluartes y cortinas, apreciamos que los bastiones eran de mayor dimensión que los propuestos anteriormente por Borçano, mientras que las cortinas eran algo menores. Este defecto hacía que, en vez de un recinto que pudiera resolverse con cinco bastiones, se adoptaba uno que requiriese siete. Además, ofrecer caras de bastiones demasiado amplias no beneficiaba la defensa. Proyectos posteriores rectificarían estos defectos.

Pero lo que más llama la atención, en un proyecto destinado a transformar definitivamente la plaza de Alicante, es la escasa anchura del foso, sobre todo en la parte próxima a las caras de los bastiones y en sus puntas. Además, la contraescarpa no era paralela a dichas caras, algo que iba contra las reglas más básicas del arte de fortificar. Podría parecer que se trataba de una cuestión de precisión gráfica, pero no es así si tenemos en cuenta otros proyectos de la época, y en especial el que había elaborado poco antes Borçano. Podemos calificar esta disposición como un grave defecto para un proyecto de fortificación de la naturaleza del que estamos tratando.

En el margen superior izquierdo del plano de Castellón y Valero se representa la ortographia de la fortificación. El cuerpo perfecto que representan su escarpa, terraplén y contramuralla es propio de una fortificación clásica. La contramuralla o subida al caballero se ejecutaba simplemente con tierra para abaratar costes, al igual que el terraplén. La sección del frente bastionado estaba formada por el cuerpo de la escarpa, un antepecho alineado con ésta y su camino de ronda. Tras él se adosaba un caballero formado por un parapeto con una banqueta o segundo camino de ronda. La ubicación del camino de ronda entre ambos parapetos permitía inspeccionar el fondo del foso en tiempos de paz, cosa que no podía hacerse desde el parapeto alto. La principal ventaja que aportaba era evitar el desplome de tierra al foso una vez abatido el muro, permitiendo durante la noche reparar las partes derruidas[30]. El perfil de Castellón y Valero responde a las características de la tratadística de la época (figura  6).

Figura 6. Perfil propuesto por Castellón y Valero. 01 Explanada. 02 Banqueta. 03' Parapeto del caballero. 03 Antepecho y camino de ronda. 04 Cordón. 05 Escarpa. 06 Foso. 07 Contraescarpa. 08 Camino cubierto. 09 Banqueta. 10 Glacis. Plano origen en SGE. CH. Nº 287.

En el plano se reflejan también datos de interés sobre el urbanismo de la ciudad a finales del siglo XVII[31]. Cabe resaltar la estructura de los arrabales de San Francisco y San Antón, los caminos de Orito, Elche, Santa Faz, Real de Castilla y Guardamar, y los edificios más emblemáticos.

Como todo proyecto de fortificación, venía acompañado de la justificación económica de la propuesta. En esta ocasión se aludía al documento de valoración de la demolición de los arrabales de Luis Juan de Torres del año 1653[32]. Tasada entonces en cuatrocientos mil ducados, Castellón y Valero la tasaban treinta y cinco años después en más de un millón, lo que representaba diez veces más del coste estimado para la ejecución de la circunvalación:

“(…) con que de todas maneras se infiere lo presiso y conbeniente de la nueua sircunvalacion, que sea procurado plantear, y reduzir a lo mas regular, sin destrucir resta alguna de la fortificacion y no faltaran, medios, como se use de ellos con legalidad, pues con lo façil, y barato de los materiales, sea tanteado por gasto, de ochenta a nouenta mil ducados de moneda valenciana, haziendo la obra de cal y canto, y en donde huviera peña, que sera en algunas partes, abrir foços, y se gastara, y aplicara en los puestos mas ynmediatos (…)”[33].

Además, la estimación del coste del proyecto en noventa mil ducados era irrisoria, lo que demostraba que Pedro Juan Valero era “sujeto de poca experiencia”[34] y en más de una ocasión así se hizo constar por carta.

El proyecto general de Castellón y Valero nunca se construyó, pero se realizó en un momento oportuno, en el que se empezaba a recuperar económicamente la ciudad. Sirvan de ejemplo la construcción de la Casa para Pósito de Trigo, actual Asegurada, o la redacción del proyecto para el nuevo hospital de San Juan de Dios en el Barrio de San Antón[35].

Sin embargo, un acontecimiento cambió el devenir de los hechos para la ciudad en 1691, la escuadra francesa bombardeó sin tregua la ciudad dejándola prácticamente arrasada. Tras el terrible ataque se procedió a reconstruir la ciudad y la falta de dinero impidió dotarla del necesario recinto fortificado. Finalmente, el único elemento defensivo ejecutado durante la última década del siglo XVII fue el baluarte de San Carlos[36]. Mientras tanto y como medida urgente, se ejecutó una fortificación provisional a base de movimientos de tierra adelantados a la circunvalación propuesta por Castellón y Valero[37]. Sus obras fueron dispuestas por el maestre de campo D. Simón Bernet y el sargento mayor Don Diego de Herrera Dávila tras reconocer la ciudad el 10 de noviembre de 1691. Su reducida capacidad defensiva permitía en el mejor de los casos retener un avance enemigo durante un par de días una vez desembarcado.

 

Notas

[1] Cámara, 1991, p. 89-112.

[2]Véanse las investigaciones llevadas a cabo sobre las fortificaciones de Alicante en este siglo: González Avilés, 2012; Echarri, Pérez y González, 2011; Pérez Millán, 2011; Pérez Millán, 2012; Rosser Limiñana, 1990.

[3]AGS. Negociado de Mar y Tierra. Leg. 929; en Olavide, 1963, 184. Cuando dice “fuerzas” se refiere a fortalezas.

[4]AGS. Negociado de Mar y Tierra. Leg. 1019.

[5]Bendicho, 1991.

[6]Pedro Joan Valero era el condestable de la Artillería de la Plaza de Alicante.

[7]SGE. CH. nº 287.

[8]SGE. CH. Nº 287.

[9]Para una mejor comprensión de la evolución de la fortificación abaluartada y de la técnica de la artillería durante los siglos XVI y XVII, Cfr. Echarri, 2000; Cámara, 1991; Fara, 1989; Fara 1990; Gutiérrez y Esteras, 1991; Cobos, 2004; Silva, 2004; Pollak, 2010.

[10La superficie ocupada por las viviendas en el interior de las murallas era de quince hectáreas. La propuesta de Borçano suponía elevar esta superficie a 70 Ha. Mientras que el recinto fortificado propuesto por Castellón y Valero circunvalaba una superficie de 47 Ha.

[11]“Fortificación regular es la que tiene todos los lados, y angulos de una misma denominación iguales entre sí, ó uniforme por todas partes”. Lucuze, 1772.

[12]AMA. Arm. 5. Lib. 16. Libre de Municions y Coses de Guerra de la Ciutat de Alacant 1633 fins 1649. Fols. 27 y ss.

[13]Pérez Millán, 2011, p. 332.

[14] ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674. Fol.47/7. Informe Pedro Juan Valero al marqués de Castelnovo el 28 de octubre de 1691.

[15]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674 Fol.47/7. Informe Pedro Juan Valero al marqués de Castelnovo el 28 de octubre de 1691. Copia en AMA. Arm. 11. Lib. 8. Fol. 301-304.

[16]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674. Fol.47/7. Informe Pedro Juan Valero al marqués de Castelnovo el 28 de octubre de 1691. Copia en AMA. Arm. 11. Lib. 8. Fol. 301-304.

[17]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674. Fol.47/7. Informe Pedro Juan Valero al marqués de Castelnovo el 28 de octubre de 1691. Copia en AMA. Arm. 11. Lib. 8. Fol. 301-304.

[18]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 556. Fol. 12/59.

[19]En años posteriores ingenieros militares como Antonio Montaigut de la Perille, Esteban de Panón y Juan Martín Zermeño propondrían diferentes soluciones para la defensa del castillo en este área. Pérez Millán, 2012, Antonio Montaigut, Esteban de Panón y Juan Martín Zermeño […].

[20]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674. Fol.47/7. Informe Pedro Juan Valero al marqués de Castelnovo el 28 de octubre de 1691. Copia en AMA. Arm. 11. Lib. 8. Fol. 301-304.

[21]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 556. Fol. 12/59.

[22]Las condiciones del puerto de Bavel son recogidas por Bendicho al describir el asentamiento de els Antigons: “rinconada o seno muy dentro a la tierra, en quien el mar siempre está de bonanza, con una punta de arena en seco que, saliendo acia el mar, le abriga por la parte de Levante; por Poniente y Mediodía, las lomas del Porquet, Lavador y Agua Amarga, a quien nosotros llamamos Baver y los italianos Portoferrato, por la figura que se tiene a modo de herradura de caballo y seguridad de que goza. Sirve aquesta de lugar para dar carena y adobar los navíos”, en Bendicho, 1960, Capítulo XII, p. 107.Cfr. Echarri, 2011, La verdadera autoría [...], p.10.

El cronista Viravens, relataba de forma similar las características de éste: “seno, tan espacioso como bonancible, cuyas especiales condiciones permiten en cualquier tiempo la entrada y salida de buques en nuestro mar, tiene al O. el Baber, rada que los italianos llamaron Porto Ferrato por la forma de herradura de caballo que presenta. Abrigado este pequeño seno por un recodo que por el E. forma la tierra, los cabos del Porquet, Labador y Agua-amarga lo defienden por el O. y S. En las grandes tempestades se acogían a él las galeras; muchas naves pasaban aquí los inviernos, gozando de la bonanza que no siempre les ofrecía el mar en la otra parte del puerto y la espaciosa ribera de tan privilegiado seno se utilizaba para carenar los buques”, en Viravens y Pastor, 1876, p. 25.

[23]Esta escasa altura ya había sido representada años atrás por Antonelli en los planos de localización del proyecto del pantano de Tibi. ACA. MP-serie 19.

[24]SGE. CH nº287.

[25]Calduch, 1988, Tomo 1, p. 81.

[26]González Avilés, 2012, El origen del muelle de Alicante […].

[27]González Avilés, 2012, El origen del muelle de Alicante […], p 52.

[28]El ducado de Ciudad Real entre 1653 y 1687 era ejercido por Francisco Alfonso de Idiáquez y Álava, III conde de Aramayona, III duque de Ciudad Real. Por tanto Borçano estuvo antes de 1687 en Alicante.

[29]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674 Fol.47/7. Informe Pedro Juan Valero al marqués de Castelnovo el 28 de octubre de 1691. Copia en AMA. Arm. 11. Lib. 8. Fol. 301-304.

[30]Según Lucuze el empleo del camino de ronda era inutil y sólo se empleaba en construcciones antiguas puesto que las rondas por el terraplen se hacían con mayor comodidad. Lucuze, 1772, p. 31.

[31]Para conocer aspectos sobre la evolución urbana de Alicante véase Ramos, 1984.

[32]Así lo refiere el memorial de 1691 de Pedro Joan Valero. ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674. Fol. 47/7.

[33]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674. Fol.47/7. Informe Pedro Juan Valero al marqués de Castelnovo el 28 de octubre de 1691. Copia en AMA. Arm. 11. Lib. 8. Fol. 301-304.

[34]Memorial enviado al rey en noviembre de 1691. ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674. Fol.47/32. AMA. Arm. 1. Lib. 58. Fol. 3v.

[35]Viravens y Pastor, 1876, p. 249.

[36]Echarri, 2011, Vol. XVI, nº 954.

[37]ACA. Consejo de Aragón. Leg. 674. Fol. 47/46 Carta de 8 de noviembre de 1691. Copia en AMA. Arm. 11. Lib. 7. Llibre de cartes escrites de la Ciutat de Alacant de 1691. Fol. 153 y ss.

Glosario de Términos

Baluarte

Obra de fortificación de figura pentagonal y se compone de dos caras que forman ángulo saliente, dos flancos que las unen al muro y una gola de entrada.

Caballero

Obra de fortificación defensiva, interior y bastante elevada sobre otras de una plaza, protegiéndolas mejor con sus fuegos o dominándolas si las ocupase el enemigo.

Obras culminantes sobre las demás de ataque a una plaza, que se construyen a inmediación de las trin­cheras para instalar las baterías de brecha.

Camino cubierto

Terraplén de tránsito y vigilancia que rodea y defiende el foso en las obras de fortificación, y tiene a lo largo una banqueta, desde la cual puede hacer fuego la guarnición por encima del glacis, que le sirve de parapeto.

Camino de ronda

Pasaje continuo en las fortificaciones medievales que circundaba el perímetro exterior de éstas y protegía a vigías y tiradores.

Contraescarpa

Muro en talud del foso enfrente de la escarpa, o sea del lado de la campaña junto al camino cubierto.

Contraguardia

Obra exterior de fortificación compuesta de dos caras que forman ángulo, edificada delante de los baluartes y revellines para cubrir sus frentes.

Cordón

Bocel perimetral en todos los paramentos exteriores de la fortificación que separaba los muros taluzados de los parapetos de las troneras, impidiendo la escalada.

Habitualmente consistía en una de las hiladas de piedra cerca de la parte superior de los paramentos.

Cortina

Lienzo de muralla que está entre dos baluartes.

Cuerpo perfecto

Se conoce con este nombre al conjunto formado por la escarpa, el terraplén y la contramuralla

Escarpa

Plano inclinado que forma la muralla del cuerpo principal de una plaza, desde el cordón hasta el foso y contraescarpa; o plano, también inclinado opuestamente, que forma el muro que sostiene las tierras del camino cubierto.

Explanada

Superficie trapezoidal de piedra o madera para que las ruedas de la cureña no se entierren por el peso del cañón. Se ejecuta con una ligera pendiente hacia el parapeto, para disminuir el retroceso del cañón, y facilitar su puesta en batería.

Fortín

Pequeña fortificación abaluartada de campaña que difiere del reducto por la mayor elevación del perímetro del parapeto.

Foso

Excavación profunda que circunvala la fortaleza y dificulta el asalto a ésta, además de poner a cubierto los movimientos del defensor.

Frente abaluartado o frente bastionado

Línea poligonal que une a dos medios baluartes contiguos, recorriendo el lienzo de cortina que los une desde sus capitales.

Fuerte

Pequeña fortaleza que suele tener cuatro baluartes, ocupando un puesto destacado para la defensa de un paso de un río o montaña.

Gola

Entrada desde la plaza al baluarte, o distancia de los ángulos de los flancos.

Línea recta, imaginaria cuando no tiene parapeto, que une los extremos de dos flancos en una obra defensiva.

Ortographia

Es la representación de la sección del perfil, cortado por un plano vertical ò perpendicular al horizonte, que manifiesta la altura, latitud ò grueso de todas las partes.

Parapeto

Terraplén corto, formado sobre el principal, hacia la parte de la campaña, el cual defiende de los golpes enemigos el pecho de los soldados. En fortificación moderna, terraplén corto situado en la parte exterior del camino cubierto que defendía a los soldados mientras realizaban sus disparos y otras operaciones.

Plataforma

La plataforma es una batería, ordinariamente de figura rectangular o de trapecio, que suple al baluarte en las grandes cortinas, o en ángulos entrantes de recintos irregulares en los que no caben.

Tenaza

Obra exterior con uno o dos ángulos retirados, sin flancos, situada delante de la cortina.

Terraplén

Macizo de tierra con que se rellena un muro de contención de un recinto amurallado, o que se levanta previamente para hacer una defensa y posteriormente revestirla de mampostería encamisándola.

 

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Ficha bibliográfica:

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