Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. XIX, nº 1084, 30 de julio de
2014
[Serie  documental de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

UNA APROXIMACIÓN A LAS definiciones, tipologÍas y
marcos teÓricos de la migraciÓn  de retorno
[1]

José Alfredo Jáuregui Díaz
Universidad Autónoma de Nuevo León, México

Joaquín Recaño Valverde
Universidad Autónoma de Barcelona / Centre d’Estudis Demogràfics (CED)

Recibido: 17 de enero de 2013; devuelto para revisión: 27 de noviembre de 2013; aceptado: 4 de abril de 2014


Una aproximación a las definiciones, tipologías y marcos teóricos de la migración  de retorno (Resumen)

La migración de retorno es considerada como un caso especial de la migración, no obstante su estudio no es un tema sencillo, dependiendo del momento histórico y lugar de ocurrencia tiene especificidades que es necesario conocer pero también características recurrentes. El marco teórico de la migración internacional permite comprender las principales características y tipologías de la migración de retorno. En este artículo se examinan las diferentes formas en que ha sido definida y abordada así como el corpus teórico sobre la migración de retorno que aportan tres disciplinas sociales: la economía, la sociología y la demografía.

Palabras clave: migración, retorno transnacional, tipologías, teorías



An approach to the definitions, typologies and theoretical frameworks of return migration (Abstract)

Return migration is considered a special case of a migration, however their study is not a simple issue, and depending on the historical moment and place of occurrence it has specificities that need to be known as well as their recurrent characteristics. The international migration provides an excellent framework that permit to explain the main characteristics and the principal typologies of return migration. This paper examines the theoretical background and the different ways that return migration has been defined from the point of view of three social sciences: Economics, Sociology and Demography.

Keywords: migration, return, transit, typologies, theories


 

En este artículo se efectúa una descripción de la definición, las tipologías y el corpus teórico empleado en el  estudio de la migración de retorno a través de una revisión de la literatura sobre el tema. Este trabajo contempla tres apartados: en el primer apartado se aborda una definición del retorno en la que se responde a la pregunta ¿Qué es la migración de retorno?; en segundo lugar, se describen algunas de las tipologías desarrolladas a nivel internacional para el estudio de la migración de retorno que se adecuan a un contexto histórico específico y; finalmente, se desarrolla un marco interpretativo del estudio de la migración de retorno. Pese a que no existe una teoría general de este tipo de migración -debido a que el retorno es considerado por muchos autores un caso especial de la migración o simplemente un subproceso migratorio-, existen, no obstante, una serie de modelos teóricos que permiten explicar porqué y cómo se desarrolla este tipo de movimiento a partir de los postulados de las teorías generales de la migración internacional.  En la última sección se examinarán las diferentes propuestas teóricas para el estudio de la migración de retorno, desde tres disciplinas de las ciencias sociales: la economía, la sociología y la demografía. El trabajo presenta dos secciones más, la primera es de conclusiones en la que se realiza una pequeña reflexión sobre el tema en cuestión; en la segunda, se presenta la bibliografía empleada en su realización.   

Hacia una definición de la migración de retorno

 La migración de retorno es un tema recurrente en los estudios de migración internacional, aunque parte de esa literatura obvia frecuentemente una definición precisa del concepto y aborda su estudio de forma directa a través de alguna de sus características y/o determinantes. Pareciera que la “migración de retorno” es un concepto por sí mismo claro que no necesita de una definición precisa.

 ¿Cuáles son las definiciones esbozadas por diferentes autores de trabajos empíricos sobre la materia?

 Según King[2] la migración de retorno es el Concepto utilizado cuando las personas deciden volver a su país después de haber permanecido en el extranjero durante un período significativo de tiempo (figura 1).

 

Figura 1. Esquema de la migración de retorno
Fuente: Elaboración propia

Pascual de Sans[3] autora de notables aportaciones empíricas y teóricas en el ámbito español sobre el tema establece que la migración de retorno es un concepto de definición sencilla, "desplazamientos de población en el espacio que implican un regreso al punto de origen",  que encierra, no obstante, algunas ambigüedades de carácter geográfico y temporal ¿Qué debe considerarse como punto de origen en los desplazamientos múltiples que engloban más de dos desplazamientos migratorios?  ¿Cuándo distinguimos entre un retorno temporal o definitivo?

Recaño en diferentes trabajos[4] establece dos conceptos complementarios aplicados a un estudio de la migración interna de retorno privilegiando el lugar de nacimiento como espacio de referencia: por una parte considera la migración individual de retorno "como toda migración entre regiones que tenga como destino la región de nacimiento del sujeto", además, señala que en la decisión de migrar participan una posición individual y otra de dependencia relacionada con el hogar de adscripción. Esta última consideración le permite integrar un nuevo concepto el hogar migrante de retorno como: “Todo aquel hogar donde la persona principal y/o su cónyuge efectúan una migración de retorno a la región de nacimiento de uno de los dos”. Los miembros del hogar que no son originarios de la región de retorno se consideran “migrantes individuales vinculados al retorno o migración de arrastre”.

 En otros trabajos como los de Co[5] se define la migración de retorno como “la vuelta del migrante al país de origen después de pasar algún tiempo en otro país”. Bustamante[6], por su parte, liga el concepto de migración de retorno como parte del proceso de circularidad migratoria, aunque sólo describe un movimiento de carácter laboral. Ese término fue acuñado en el estudio de la migración México-Estados Unidos, pero es posible identificar este patrón migratorio en otros circuitos migratorios de carácter internacional. Se entiende por circularidad, “el proceso de alternancia de estadías entre dos países, por más de seis meses”. El primero representa el lugar de origen del migrante, su punto de residencia habitual y el segundo, es el lugar de destino, el sitio donde se ubica el centro de actividad laboral.

Siegel y Swanson[7], por su parte aportan otra definición: “un desplazamiento de reincorporación al punto de origen, sean estos movimientos nacionales o internacionales”, o bien, “es el traslado que realiza una persona a una antigua zona de residencia”. Mientras que en el caso de Cassarino[8] se remite “Al acto de regresar al propio país de origen, a un país de tránsito o a un tercer país”. Velikonja[9] incluye en la migración de retorno además del desplazamiento físico del migrante, conceptos como la transferencia de activos y complementariedad entre el lugar de origen y el lugar de destino. 

Dumont y Spielvogel[10] establecen la migración de retorno como un concepto complejo que engloba cuatro dimensiones, país de origen, lugar de residencia en el extranjero, duración de la estancia en el país de acogida y duración de la estancia en el país de origen cuando se retorna. El proceso de la migración de retorno puede esquematizarse tal como se describe en la figura 2.

De manera general, el concepto de “migración de retorno” aparenta ser sencillo, pero cuando se indaga en la historia migratoria, puede descubrirse que encierra una gran complejidad, al no estar sujeto como podría pensarse a un simple movimiento de ida y vuelta entre el país de origen y de destino.  El migrante puede haber transitado por un(os) tercer(os) país(es) antes de alcanzar el país de destino final. 

Figura 2. Proceso de retorno, tres casos hipotéticos
Fuente: Elaboración propia a partir de Dumont y Spielvogel[11]

Finalmente, dos instituciones de Naciones Unidas emiten una definición de migración de retorno que cabe retener por su elevada difusión e influencia, se trata de UNESCO – THE FOUNDATION[12] que precisa el término como “el movimiento de una persona que regresa a su país de origen o lugar de residencia habitual” y la División de Población de Naciones Unidas (DESA-Population Division) en colaboración con el Institut National d’Études Démographiques (INED) quiénes en 2008 definen la migración de retorno como “corrientes migratorias asociadas a movimientos de sentido contrario y de menor intensidad”. También se realiza una operacionalización del concepto acotándolo temporalmente, de esta manera, se define la migración de retorno como diversas corrientes que están integradas por “personas que regresan a sus países de origen después de haber sido migrantes internacionales (ya sea a corto o largo plazo) y que tengan intención de permanecer en su propio país durante al menos un año”.

Tipologías para el estudio de la  migración de retorno

La literatura sobre la migración de retorno ha desarrollado una serie de tipologías útiles que se adecuan al contexto histórico en el que se desarrolla este tipo de migraciones. Entre las principales pueden mencionarse las siguientes:

a)      Tipología de Cerase[13], entre finales de los sesenta y el primer lustro de los años setenta del siglo pasado, Cerase indicó que no todos los emigrantes italianos que retornaban después de trabajar en Estados Unidos tuvieron las mismas razones ni el mismo período de estancia. Por este motivo, los clasificó en cuatro categorías[14]:

­   Retorno del fracaso, compuesto por los migrantes que volvieron a casa después de trabajar en Estados Unidos por un período no mayor a dos años, durante el cual sufrieron una serie de adversidades que les impidieron adaptarse y asentarse de manera definitiva. Por ejemplo, desarrollaron trabajos poco cualificados; no tuvieron posibilidad de alquilar un piso, vivieron regularmente en casas de huéspedes o en la misma fábrica. Como “buen” migrante oculta las adversidades en su comunidad de origen, donde cuenta sólo historias de éxito y perpetúa el mito del sueño americano.

­   Retorno del conservadurismo, lo conforman un grupo que decide emigrar de su comunidad de origen de manera temporal, con el propósito de trabajar y ahorrar una cantidad de dinero determinada, que les permitirá alcanzar un objetivo fijado –comprar casa, automóvil, abrir un negocio-. Durante la estadía en el extranjero, el migrante no pierde el contacto con su lugar de origen y conserva fuertes lazos de unión, aun cuando la estancia puede prolongarse hasta por un máximo de 10 años[15].

­   Retorno de la jubilación,  después de emigrar en su juventud y permanecer en el extranjero durante toda su vida productiva –más de veinte años-, deciden motivados por la nostalgia, vínculos familiares o por necesidad, regresar al lugar de origen donde la pensión adquirida incrementará su poder adquisitivo.

­   Retorno de la innovación,  este tipo de migrantes aprovecha su larga estancia en el extranjero -10 y 20 años- para incrementar su capital económico. Cuando retorna, pone en práctica todos los conocimientos adquiridos en las tareas que decide realizar. Sin embargo, tiene que enfrentarse a una serie de obstáculos culturales, porque ha pasado tanto tiempo en el exterior que sus costumbres y forma de pensar cambiaron: es un “extranjero en su propia tierra”.

b)      Tipología de Douglass[16]. En 1970, Douglass señaló la existencia de tres tipos de migrantes de retorno:

­   Emigrantes permanentes, quienes se encuentran residiendo de manera permanente en el país de destino laboral. Sólo retornan al lugar de origen por vacaciones o de visita.

­   Residentes temporales, son migrantes laborales, que viven entre dos países, trabajan una parte del año en el extranjero y retornan la otra parte a su lugar de origen. Pero con el paso del tiempo el migrante sufre confusiones sobre el sentido de pertenencia, al darse cuenta que pasa la mayor parte del tiempo en el destino laboral, donde ya reside una fracción importante o todo el núcleo familiar más cercano.

­   Trabajadores temporales, este grupo está integrado por migrantes laborales que conservan su residencia habitual en el lugar de origen. Se caracteriza por estancias laborales cortas en el extranjero, que dependen de objetivos específicos a corto plazo.

c)      En la tipología de Böhning y Maillat[17], basada en la migración laboral europea, estos autores elaboraron una explicación alternativa sobre la migración de retorno como un modelo basado en cuatro etapas:

-          Primera etapa, al inicio del proceso migratorio el flujo está compuesto por migrantes jóvenes, en su mayoría solteros originarios de un área geográfica determinada, que tienen la intención de trabajar durante un tiempo y regresar a sus lugares de origen. Por lo tanto, existen tasas de retorno muy altas.

-          Segunda Etapa, gracias a un proceso de difusión, se han integrado al flujo inicial una nueva oleada de migrantes casados originarios de áreas rurales y urbanas, quienes viajan solos, ya que sus familias se quedan en los lugares de origen. En comparación a la etapa anterior, el tiempo de estancia se incrementa a la par y aunque la tasa de retorno continúa siendo muy alta, ésta comienza a disminuir.

-          Tercera etapa, la corriente migratoria inicial envejece, a la par que descienden los beneficios económicos. La frecuencia de los viajes al lugar de origen disminuye, razón que obliga en algunos casos a trasladar a la familia al área geográfica de trabajo –reagrupación familiar-, iniciando así el asentamiento definitivo en el país de acogida, donde se hace patente una serie de necesidades en infraestructuras básicas de carácter familiar. Durante este período las tasas de retorno disminuyen drásticamente.

-          Cuarta etapa, en la etapa de madurez, la reagrupación familiar se ha consolidado al igual que el asentamiento de los inmigrantes, donde la fisonomía urbana mejora día a día; hay iglesias, escuelas, hospitales y tiendas étnicas, que aprovechando el mercado de la nostalgia se hacen presentes. El retorno a los lugares de origen continúa, pero ahora debido al retiro laboral.

d)     La tipología de Gmelch[18] identificó tres tipos de migrantes de retorno:

­   Migrantes temporales, son migrantes laborales que se desplazan motivados por un objetivo específico, comprar una casa, un automóvil o juntar dinero para casarse, y al conseguirlo retornan a su lugar de origen.

­   Retorno forzado, este grupo se encuentra conformado por migrantes que se plantearon desde el momento que salieron del lugar de origen, el residir de manera definitiva en el lugar de destino, pero “factores externos” los inducen a regresar.

­   Retorno voluntario, son migrantes que aunque se planteaban en un inicio no retornar a su lugar de origen, las condiciones adversas en el lugar de destino -tales como carencia de redes familiares, falta de empleo, poca capacidad de adaptación o nostalgia-, los hace tomar la decisión de regresar.

e)      King[19] retoma una tipología que elaboró en 1974, en la cual identifica cinco tipos de retorno:

­   Ocasional, el migrante regresa a su lugar de origen por un período corto de tiempo, para realizar alguna actividad específica: fiesta del pueblo, matrimonio o buscar pareja, entre otros. Este tipo de retorno no implica la realización de actividades económicas durante el período de estancia en el lugar de origen, ya que las actividades realizadas son de ocio.

­   Periódico, es un retorno regular con una periodicidad muy corta, cada mes o fin de semana; es común entre los trabajadores fronterizos. King menciona, a manera de ejemplo, a los trabajadores italianos del norte que trabajan en Suiza durante la semana y regresan a pasar el fin de semana en casa[20].

­   Estacional, este tipo de migrante trabaja en el exterior una época específica del año, de acuerdo a la naturaleza del trabajo a realizar. Al terminar, el migrante vuelve a casa donde permanece el resto del año, hasta el siguiente ciclo, cuando reinicia la migración. Por ejemplo, dentro de este tipo de retorno se encuentran los trabajadores en hostelería, agricultura o construcción.

­   Temporal, se caracteriza por una estancia laboral en el extranjero, cuyo tiempo de estancia lo determina el migrante, dependiendo del empleo o razones personales. Al regresar al lugar de origen, el migrante se inserta al mercado laboral pero con la intención de volver a migrar cuando las condiciones sean favorables. 

­   Permanente, son los migrantes que regresan del exterior, sin intención de volver a migrar. Es decir, buscan establecerse en sus lugares de origen. Este tipo de migrantes puede llegar a tener un impacto positivo en el desarrollo económico del lugar de asentamiento.

f)       La tipología de Pascual de Sans[21] se elabora teniendo como referencia el retorno de migrantes españoles al área metropolitana de Barcelona procedentes de otros países europeos. Pascual ha propuesto dos tipologías de retorno, el retorno estricto y el retorno amplio.

­   Retorno estricto, son personas nacidas en el área metropolitana de Barcelona que desplazaron su lugar de residencia habitual fuera de España en algún país europeo, pero que en algún momento deciden regresar.

­   Retorno amplio, lo conforman ciudadanos españoles nacidos fuera de Cataluña que emigraron al extranjero y retornan al área metropolitana de Barcelona, procedentes de algún país europeo.

g)      Álvarez[22] elabora una tipología de la migración de retorno en Galicia como parte de su tesis doctoral que abarca sin ser exhaustivo tres tipos de retorno :

­   Retorno previsto, lo conforman un grupo de migrantes laborales que abandona Galicia para dirigirse al extranjero de manera temporal, con un objetivo concreto; ahorrar dinero para comprar un piso, automóvil, casarse, amueblar la casa, invertir en un negocio, tener hijos, entre otros motivos. Se realiza una migración planificada, con un tiempo de estancia que oscila en un rango variable entre cinco y diez años.

­   Retorno forzado, son migrantes que nacieron en Galicia, pero migraron cuando eran niños al extranjero, donde vivieron la mayor parte de su vida. Sin embargo, ante la falta de oportunidades, por condiciones económicas adversas o problemas políticos, toman la decisión de volver, enfrentándose a un mundo desconocido y lejano del cual sólo tienen las referencias de los padres “son extranjeros con ciudadanía”.

­   Retorno por inadaptación, este tipo de migrantes abandonó Galicia con el propósito de asentarse definitivamente en el extranjero, sea por motivos laborales o personales. Pero no logra adaptarse a las nuevas costumbres, idioma, cultura, razón que lo obliga a tomar la decisión de volver a casa.

h)      Por su parte Durand[23], a partir de la experiencia acumulada en el estudio de la migración México-Estados Unidos a través del Mexican Migration Project (MMP)[24] junto a Douglas Massey, propone cinco tipos de retorno:

­   Retorno definitivo, son migrantes que después de haber permanecido una temporada de tiempo larga en el extranjero, donde se habían asentado, adquirido la residencia legal o nacionalidad y formado una familia, deciden regresar al país de origen de manera “definitiva”.  Tener un patrimonio en el país de origen como casas, terrenos agrícolas y contar con ahorros económicos, es un aliciente para tomar la decisión de volver. Además de ser garantía para el desarrollo positivo del nuevo proyecto de vida[25]. En la zona tradicional de migración en México, trabajos de corte antropológico han documentado que este tipo de retorno sucede con frecuencia, por diferentes razones relacionadas con la familia, como educar a los hijos preadolescentes en un medio más favorable, cuidar a los padres, reencontrarse con la familia extensa –hermanos, tíos, primos-, entre otras[26].

­   Migrantes temporales, este tipo de migración se encuentra vinculado a la firma de convenios binacionales o iniciativas nacionales que permiten a los migrantes de un país ir a trabajar a otro de manera legal por un tiempo determinado, tras el cual debe retornar para no perder el derecho a volver la siguiente temporada con otro contrato de trabajo. Los países más industrializados en el mundo suelen tener déficits de mano de obra en algunos nichos de la economía, por ejemplo, en la agricultura, la manera más sencilla de cubrirlo es implementando programas de trabajadores temporales, que se adecuan año a año a las necesidades del mercado[27].

­   Retorno transgeneracional, el migrante abandona su país en busca de mejores condiciones de vida y en no pocas ocasiones con el deseo de volver, pero el tiempo avanza y diversos obstáculos se lo impiden, por ejemplo, la familia, las condiciones políticas y económicas desfavorables en el país de origen, entre otros. Con el paso de los años el país de destino vive diversas crisis; en contraparte, en el lugar de origen mejoran las condiciones económicas; sin embargo, para el migrante ha transcurrido demasiado tiempo pues es ahora un anciano, no así para hijos o nietos, quienes ante un panorama adverso tienen una posibilidad de salir adelante trasladándose al país de padres o abuelos, un lugar tal vez desconocido, pero no ajeno ni lejano puesto que han mantenido contacto con él a través de la familia, creando lazos afectivos fuertes. Junto al florecimiento económico, factores demográficos como el descenso de la fecundidad a niveles por debajo del remplazo y la promulgación de leyes que otorgan facilidades para que hijos y nietos de migrantes puedan adquirir la nacionalidad, propician el retorno generacional al país de origen de los padres y abuelos.

­   Retorno forzado, este tipo lo constituyen migrantes internacionales que son devueltos al país de origen por autoridades migratorias del país de destino, al no tener la documentación migratoria que acredite la estancia legal. Cada año en diferentes regiones del mundo son expulsados miles de migrantes. Por su volumen, Estados Unidos es el país donde ocurren el mayor número, tan sólo en el año 2009 fueron deportados 556.000 migrantes no documentados, de los cuales 359.555 fueron devueltos a México[28].

­   Retorno voluntario, dentro de los flujos migratorios internacionales que inician la aventura, una proporción del total decide volver a casa por las dificultades vividas en algún momento del proceso, durante el trayecto o en el lugar de destino final. Éste grupo son los denominados “migrantes fracasados”. El deseo de todo migrante es poder cumplir las metas planteadas en el lugar de origen, pero la voluntad se va quebrantando al sufrir algunos percances en el camino como robos, detenciones, violaciones a sus derechos humanos, o en el destino final, por carecer de empleo y no poder adaptarse a la cultura, sufrir algún tipo de discriminación, entre otras causas. Tomar la decisión de volver con las manos vacías no es fácil, puesto que el migrante debe tener una fuerza de voluntad muy grande para enfrentarse con el escrutinio público de su comunidad y las historias de éxito que se contraponen y juzgan su capacidad durante la experiencia vivida. Entre los cinco tipos de retorno enunciados, Durand[29] manifiesta que el retorno voluntario es el más difícil de estudiar debido a la complejidad metodológica que encierra.

i)        Diversos autores Fernández, et. al.; Recaño y Egea[30] se concentran en uno de los casos más estudiados en España, la migración de retorno a Andalucía. Para su análisis los autores han partido de la concepción del espacio geográfico, no como un ente aislado sino vinculado con el entorno, clasificando a la migración de retorno en dos grandes categorías:

­   Retorno del exterior, este grupo está conformado por todos los migrantes que retornan a la comunidad de Andalucía procedentes del extranjero y alguna otra comunidad autónoma del territorio español, tomando en cuenta el lugar de retorno, el municipio de nacimiento, la provincia de nacimiento y la provincia diferente a la de nacimiento.

­   Retorno del interior, lo integran migrantes que se desplazan en el interior de Andalucía para instalarse en: el municipio de nacimiento, procedentes de una provincia diferente a la del nacimiento; la provincia de nacimiento, aunque en un municipio distinto; municipio de nacimiento desde otro municipio de la misma provincia.

j)        En un reciente trabajo Recaño[31], propone para el estudio de la migración de retorno, emplear como unidad de análisis el hogar, para lo cual elabora la siguiente tipología de hogares:

­   Hogares Unipersonales que retornan

­   Hogares Multipersonales cuya persona principal (PP) retorna

­   Pareja de individuos nacidos en la región en que residen y que retornan

­   La PP retorna y el cónyuge (CO) no

a.         La PP retorna y el CO nació en la región de donde proceden

b.         La  PP retorna y el CO nació en una región diferente de la que proceden

­   El CO retorna y la PP no

a.       El CO retorna y la PP nació en la región de donde proceden

b.        El CO retorna y la PP nació en una región diferente de la que proceden.

Esta tipología intenta integrar a las personas vinculadas al movimiento de retorno que por diversos motivos no tienen relación con la región de destino pero por tratarse la migración de un proceso familiar se ven integradas

k)      la UNESCO[32] engloba el retorno en dos categorías:

­   Retorno voluntario, está vinculado de forma directa con refugiados, que regresan a su país de origen de manera voluntaria después de permanecer en el extranjero, lugar a donde tuvieron que trasladarse huyendo por algún conflicto.

­   Retorno involuntario,  es un regreso obligado al país de origen. Generalmente relacionado con la política de expulsión de migrantes no documentados.

l)        Finalmente, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)[33] señala “desde el punto de vista de la gestión de la migración”, tres tipos de retorno:

­   Voluntario sin obligación, son migrantes, que después de estar en el extranjero durante un período de tiempo deciden volver a su país por cuenta propia.

­   Voluntario obligado, conforman un grupo que emigró de su país de manera documentada, pero estando en el extranjero caducaron sus permisos migratorios y no pudieron renovarlos por lo que se vieron obligados a retornar.

­   Involuntario,  sucede cuando un migrante es obligado de manera legal a regresar a su país, mediante una deportación.

Sin embargo, también menciona que pueden existir otros tipos de clasificación del retorno como:

­   Retorno asistido, este tipo de retorno se encuentra relacionado con los refugiados que abandonaron su país durante un conflicto. Al finalizar éste, reciben asistencia de parte de alguna organización internacional para volver.

­   Retorno obligado, es un regreso involuntario. El migrante es forzado a regresar a casa (deportado) por la carencia de los documentos migratorios adecuados.

­   Retorno espontáneo, ocurre cuando un migrante decide volver al lugar de origen por cuenta propia después de permanecer en el extranjero.

Hemos podido ver en los párrafos anteriores la gran variedad de tipologías de la migración de retorno que ha elaborado la literatura científica al respecto. En el próximo apartado, vamos a sumergirnos en el debate teórico que ha suscitado este tipo de migración en algunas ramas de las ciencias sociales.

Marcos teóricos para el estudio de la migración de retorno

Si bien, no existe una teoría general de la migración de retorno, debido a que el retorno per se es considerado un caso especial de la migración, existe una serie de modelos teóricos que permiten explicar ¿El porqué? y ¿El cómo?, a partir de los postulados de las teorías generales de la migración internacional. En este apartado se examinan algunas de las principales propuestas teóricas para el estudio de la migración de retorno, en las disciplinas de la economía, la sociología y la demografía.

Explicaciones de naturaleza económica

Desde el enfoque económico, existen varias perspectivas para el estudio de la migración de retorno, la teoría neoclásica, la teoría del capital humano, la teoría del ahorro, la teoría de la desilusión y la teoría de la nueva economía de la migración laboral.

La Teoría Neoclásica de la Migración desarrollada por investigadores como Sjaastad y Harris y Todaro[34] modifica los principios de la economía clásica creada por Adam Smith en 1776. Esta corriente sitúa a la migración como una decisión racional para minimizar los costos y aumentar al máximo los ingresos netos esperados[35]  o para incrementar la recompensa económica del capital humano[36]. Para los neoclásicos, la migración es un hecho muy importante en la vida de las personas, que implica un desplazamiento definitivo. Por lo tanto, la migración de retorno sólo debería ocurrir si las expectativas de mejorar el ingreso no se cumplen, entre otros motivos por causa del desempleo o no acceder a un empleo bien remunerado en el país de destino, por lo que se retorna al país de origen porque los costos de la migración –económicos, psicológicos- fueron mayores a los previstos[37]  y el migrante es incapaz de maximizar las ganancias[38].

La teoría neoclásica de la migración tiende a considerar a los migrantes que regresan como “fracasados”[39], mientras que Duleep[40] denomina inmigrantes por “error”. La contraparte de los migrantes de retorno son los migrantes exitosos, aquellos que logran cumplir sus expectativas de ingresos y deciden permanecer en el país de destino, donde tratan de integrarse, agilizan los trámites para alargar su estancia indefinidamente y buscan la reunificación familiar[41]. El retorno disminuye conforme se incrementa el tiempo de estancia en el país de destino[42].

La Teoría del Capital Humano procede de los pioneros trabajos de Becker, Hanoch y Sjaastad[43], los cuales sirvieron de base para el desarrollo del modelo del capital humano, que considera los desplazamientos de retorno como resultado de un proceso de selectividad negativa[44] ante la incapacidad del migrante para prosperar en el país de destino y superar los obstáculos de la migración[45]. Borjas y Bratsberg[46] han señalado que el proceso de selectividad en la migración de retorno no es diferente al proceso que impulsa el movimiento migratorio inicial. En particular, la diferenciación salarial entre el lugar de origen y de destino es tan importante para explicar la “calidad” (en términos económicos) de los migrantes como lo es para explicar la “calidad” de los migrantes que deciden regresar a su país de origen[47]. La selectividad de la migración de retorno en sentido positivo o negativo con respecto al capital humano, depende de la forma en que el migrante es recompensado en el origen o en el destino.

Las habilidades y la educación adquiridas en el país de origen suelen ser difíciles de transferir y por lo tanto, serán mejor recompensadas en el país de origen que en el país de destino, lo que implica una selección positiva de la migración de retorno con respecto a la escolaridad adquirida antes de la migración. Los estudios basados en la selectividad y el capital humano refuerzan la idea de que la sociedad del país de destino tiende a rechazar a los migrantes que no son “apropiados”, mientras admite que permanezcan los migrantes más educados y calificados[48].

La migración de retorno puede llegar a ser también una estrategia para maximizar los ingresos en el país de origen y aprovechar el capital humano acumulado en el país de destino[49]. Por lo tanto, la acumulación de capital humano puede afectar a las probabilidades de retorno[50]. Sin embargo, el capital humano adquirido -experiencia laboral y escolaridad- en el país de destino puede llegar a ser un obstáculo para que el migrante logre insertarse de manera exitosa en el mercado laboral de su país de origen al retornar[51].

De igual forma algunos migrantes no prosperan en el país de destino, porque carecen de acceso a puestos de trabajo calificados de acuerdo a su nivel de capital humano. El mercado laboral se encuentra segmentado[52].  Ante un “mercado dual”, el retorno puede ser motivado porque el migrante considera que su capital humano es subvaluado por el mercado laboral del país receptor, donde no existen oportunidades de desarrollo acordes a sus capacidades.

La Teoría del Ingreso Objetivo, según este enfoque, la migración de retorno es una elección del migrante después de acumular una cantidad óptima de ingresos en el país de destino para incrementar su nivel de consumo futuro[53], debido a que los salarios son más elevados en el país de destino el migrante puede incrementar su capacidad de acumulación (ahorros)[54]. En cuanto a la duración de la estancia en el país de destino, se presupone que una mejoría en las condiciones del país de destino conlleva a una disminución del tiempo de estancia, ya que el migrante puede alcanzar más rápido su ingreso objetivo y regresar a su país de origen[55].

Una vez que el migrante regresa a su país de origen lo hace por dos motivos, para consumir o invertir[56]. Debido a las ventajas preferentes en el consumo y el tipo de cambio favorable en el país de origen[57],  por lo que el migrante que retorna tiene una mayor capacidad de compra en el país de origen.  No hay consenso sobre el papel que desempeñan los migrantes que regresan a su país de origen y, especialmente, si son más propensos a ser consumidores o inversores. De acuerdo con los modelos de Stark, et. al., Dustmann y Mesnard los migrantes de retorno se pueden dividir en tres grupos[58]:

­   Inversores sin restricciones, son los migrantes de retorno que ganan los salarios más altos en el país de destino, por lo que sus ingresos son lo suficientemente altos para que después de una corta estancia el migrante pueda retornar e invertir en su país de origen. Estos migrantes pueden decidir regresar permanentemente a su país de origen o reemigrar al país de destino para seguir acumulando ahorros.

­   Inversores con restricciones, son migrantes que ganan salarios intermedios en el país de destino, se caracterizan por permanecer más tiempo en el país de destino para reunir suficientes ahorros que le permitan invertir (aunque sea una cantidad mínima requerida para hacerlo), se espera que el retorno del migrante y la inversión se den de forma simultánea.

­   No inversores,  son migrantes que ganan salarios muy bajos, no invierten en una empresa porque consideran que tendría que pasar demasiado tiempo en el país de destino y no les quedaría tiempo para disfrutar su inversión, por lo que prefieren no ser inversionistas.

La Teoría de la Decepción, describe desde el punto de vista económico, cuando el migrante se enfrenta a condiciones desfavorables peores a lo esperado en el país de destino y experimenta por lo tanto una sensación de desilusión[59], ocasionada por carecer de información suficiente que le permita insertarse de manera exitosa en el mercado laboral. Como es difícil saber si los migrantes contaban con la información suficiente antes de emigrar, los estudiosos de esta perspectiva utilizan como sustituto, indicadores de distancia entre el lugar de origen-destino y educación. La probabilidad de cometer errores que le impedirán al migrante insertarse de forma exitosa en el mercado laboral del país de destino, se incrementa cuando mayor es la distancia entre el lugar de origen - destino; y disminuye al incrementarse el nivel educativo, puesto que se tiene mayor capacidad para acceder a información sobre el país de destino, a través de medios de comunicación, redes sociales, familiares o amigos[60]. Bajo los supuestos de esta teoría, los migrantes que no pueden encontrar empleo o aquellos que ganan salarios bajos en el país de destino, serían los más propensos a retornar en comparación con aquellos que tienen trabajo y salarios altos. Las investigaciones empíricas realizadas en Estados Unidos sobre los migrantes de retorno llegan a conclusiones mixtas sobre los supuestos de la teoría de la decepción[61].

La Teoría de la Nueva Economía de la Migración Laboral[62]  establece que al igual que la decisión de emigrar, la de retornar no sólo se toma en el ámbito individual, sino también en el contexto más amplio, generalmente en el hogar o la familia. Las personas actúan en forma colectiva para maximizar el ingreso, minimizar los riesgos y atenuar las restricciones derivadas de una serie de deficiencias del mercado en el país de origen, tales como la ausencia o la escasez de capital, de seguros y de mercados laborales, la migración se concibe como un elemento transitorio en la biografía personal, asociado a la búsqueda de metas u objetivos concretos que le permitan mejorar su situación financiera, es el logro de esos objetivos la condición previa para regresar a su país de origen. De esta manera, el retorno lejos de representar un fracaso es concebido como un símbolo de éxito migratorio.

El retorno es parte esencial del proyecto migratorio y es visto como una estrategia calculada, los migrantes de retorno buscan emigrar temporalmente para trabajar por un período de tiempo limitado, con el objetivo de remitir o acumular ahorros en previsión de un eventual regreso a su país de origen una vez que han logrado sus objetivos[63]. Los migrantes de retorno son vistos como “intermediarios financieros” para sus hogares de origen, ya que el trabajo en mercados laborales lejanos les permite enviar dinero a sus hogares[64], las remesas son usadas por el hogar para aumentar sus ingresos, reducir riesgos, mejorar sus condiciones de vida o invertir en vivienda, educación o en empresas comerciales en el país de origen[65].

Desde la perspectiva de la Nueva Economía de la Migración Laboral, el retorno migratorio no puede considerarse un “fracaso” o “error”, ya que constituye la última etapa de un plan pre-establecido del migrante[66]. Los migrantes regresan para disfrutar de sus éxitos ya que han cumplido sus metas de ingresos, en  caso que el migrante no logre sus objetivos, debido a que trabaja pocas horas o percibe bajos ingresos, alargará su estancia en el país de destino; así, cuanto mayor sea el ingreso del migrante, menor es el tiempo de estancia para cumplir sus objetivos de ingresos y regresar a su país de origen, aunque el desempleo es un factor que puede propiciar el retorno abrupto[67].

Para los migrantes de retorno el prestigio profesional es irrelevante, puesto que considera la migración como una estancia temporal para cumplir objetivos económicos específicos y no le importa tener un estatus social bajo, es más importante el bienestar del hogar en el país de origen. La indiferencia a la condición social baja es uno de los rasgos que hacen más atractivos a los migrantes para los empleadores nativos[68].

A diferencia de otras teorías, la Nueva Economía de la Migración conceptualiza la migración como temporal, de manera que el retorno es inevitable. Sin embargo, el migrante podría volver a emigrar al país de destino las veces que lo requiera de acuerdo a los objetivos económicos del hogar.

Los marcos analíticos basados en la teoría económica, tienen varias debilidades inherentes a los supuestos que le sustentan:

­  Las motivaciones que impulsan la migración de retorno, son modelos atomísticos, a-históricos y lineales en donde el principal determinante para el retorno es financiero o económico.

­  Ninguno de los enfoques teóricos enunciados aborda las consecuencias de la migración de retorno en el desarrollo económico, social y político del país de origen.

­  No se puede explicar la migración de retorno basándose sólo en el paradigma éxito o fracaso, considerando por separado las decisiones y las estrategias de los migrantes retornados de su entorno social y político, y excluyendo los factores contextuales del país de origen y destino.

La aportación de la teoría sociológica a la explicación de la migración de retorno

Desde la sociología, existen diferentes enfoques para el estudio de la migración de retorno, en este apartado abordaremos las siguientes: la teoría histórico-estructuralista, la teoría del transnacionalismo y la teoría de redes sociales.

La Teoría Histórica – Estructuralista es una interpretación radicalmente diferente sobre la migración que apareció en la década de 1960, desarrollada por el paradigma histórico-estructuralista, que tiene sus raíces en la política económica marxista[69].  Los históricos-estructuralistas han criticado la teoría neoclásica de la migración, afirmando que los individuos no son libres en la toma de decisiones, ya que están limitados por las fuerzas estructurales, de tal manera, que la migración sólo puede explicarse a partir del enfoque histórico y de las transformaciones estructurales u otras formas sociales más amplias[70].

Los estudiosos del enfoque histórico – estructuralista sostienen que la migración de retorno no depende sólo de la voluntad del migrante, porque existe una serie de macro-fuerzas sociales e institucionales asociadas al país de destino, país de origen o al propio migrante que determinan su decisión. El éxito o fracaso del regreso depende, tanto de la fortaleza económica y la cohesión política del país de origen como de las expectativas del migrante que está retornando[71]

Los migrantes retornados contribuyen poco al desarrollo de sus países de origen, ya que se necesita además de las habilidades y del capital financiero, de un conocimiento de las relaciones de poder, tradiciones y valores de la comunidad, para poder innovar y convertirse en agentes de cambio[72]. La duración de la estancia en el exterior juega un papel determinante para que el migrante logre éxito en su comunidad al retornar, por carecer de información adecuada sobre las condiciones contextuales y estructurales ocurridas durante la ausencia.

La Teoría del Transnacionalismo utiliza el enfoque transnacional como una aproximación para comprender el conjunto de procesos por los cuales determinados migrantes organizan sus vidas en espacios que transcienden las fronteras geopolíticas, a través del mantenimiento de relaciones sociales y la realización de proyectos y acciones que sólo pueden llevarse acabo porque el migrante interactúa en el mismo momento con la sociedad de origen y destino[73]. Esta experiencia conduce al migrante a reconsiderar y negociar continuamente su entendimiento del hogar, patria, pertenencia e identidad.

Para entender el transnacionalismo aplicado a la migración de retorno es necesario tener en cuenta los avances tecnológicos, las mejoras en los transportes y comunicaciones (que permiten que los migrantes mantengan múltiples lazos e interacciones con el país de destino y de origen al mismo tiempo que se alimentan del contacto telefónico frecuente), los viajes en avión a bajo costo, el correo electrónico, las redes sociales virtuales, el envío de remesas o las inversiones vía telemática. A partir de los vínculos entre el lugar de origen y destino se generan espacios sociales discontinuos que invitan a reformular las nociones de sociedad de origen y destino[74].

El migrante de retorno tiene una doble lealtad, realiza con más frecuencia viajes de ida y vuelta para relacionarse, trabajar o realizar negocios, se mueve en un campo social que se caracteriza por la interconexión de lugares distantes[75], donde confluyen de manera bidireccional personas, mercancías, ideas, remesas y prácticas socioculturales. Categorías analíticas como país de origen, país de destino, migración temporal, permanente o de  retorno, son cada vez más difíciles de sostener en un mundo donde la vida de los migrantes se caracteriza por la circulación y el compromiso simultáneo con dos o más sociedades[76].

La migración de retorno sería una parte integrante de un sistema circular de vínculos sociales, actividades económicas, redes de comunicación, información y afiliación[77]. Un acto a través del cual el migrante mantiene la visibilidad social en su comunidad de origen -regreso continuo para cumplir con obligaciones familiares y comunitarias- donde es tratado como uno más. La migración de retorno temporal podría formar parte de una estrategia para preparar la reintegración a la comunidad de origen una vez que se produzca el retorno permanente[78].

Según Oxfeld y Long[79] los migrantes manifiestan temores y dudas sobre la forma en que se adaptarán una vez que decidan regresar de manera permanente a la comunidad de origen. Los contactos físicos, persona a persona, la familia en la comunidad de origen, así como los viajes de ida y vuelta serán la mejor estrategia para atenuar el impacto del retorno permanente y enfrentar con éxito las dificultades sociales y profesionales en el proceso de reintegración a la comunidad de origen después de haber vivido en otro país[80]. Las intenciones de retorno son tentativas, utilizadas para mantener en orden documentos de residencia y ciudadanía, por si llegan a necesitarse en algún momento de la vida, el nuevo estatuto de ciudadanía doble o múltiple permite que las personas se desplacen libremente por el mundo, esto sin duda, cambia la mentalidad de muchos migrantes que viven en la diáspora transnacional, en particular en términos de dónde quieren o pueden vivir en el futuro.

La migración de retorno fortalece las identidades transnacionales, una mezcla entre la cultura y costumbres del país de origen y destino. Los migrantes desarrollan un estilo de vida “trasnacional” que Georges[81] describe como personas con “un pie aquí y otro allá”, “son personas con los pies en dos sociedades”[82], viven entre o a través de dos países, culturas y economías[83]. Las identidades transnacionales son el resultado de la combinación de las costumbres del país de origen y destino, lo que Cassarino llama “identidades dobles o híbridas” en lugar de “identidades en conflicto” [84].

Los vínculos del migrante con la comunidad de origen son a menudo mantenidos a lo largo de varias generaciones. Es frecuente que retornen al país de origen migrantes de segunda generación[85], en busca de oportunidades para alcanzar el éxito económico y social.

Desde la perspectiva trasnacional, la migración de retorno temporal o permanente, puede facilitar en las condiciones adecuadas la transferencia de capital humano y financiero, así como, de bienes tangibles e intangibles, desde un país más desarrollado hacia el país de origen, cambiando la fuga de cerebros[86] en ganancia de cerebros[87].

El retorno de migrantes puede contribuir a estimular la transferencia de tecnología en la comunidad de origen, así como, la creación de nuevos tipos de comunidades transnacionales. El problema para los países de origen es brindar oportunidades para que los migrantes quieran retornar y puedan desarrollar sus capacidades técnicas[88]. La participación de los migrantes en el desarrollo de su país de origen ya no está supeditada al retorno permanente, debido a que puede mantenerse en contacto a través de las telecomunicaciones, las visitas y los retornos temporales.

La Teoría de las Redes Sociales se aplica a las redes migratorias, las cuales son definidas como un conjunto de lazos interpersonales que conectan a migrantes, ex migrantes y no migrantes residentes en el país de origen, de tránsito y de destino, a través de lazos de parentesco, amistad y un determinado origen común[89]. Los estudiosos de esta perspectiva, sostienen que gracias a la ayuda de amigos y familiares es posible insertarse de manera exitosa en el proceso migratorio, al reducir por un lado riesgos durante el traslado, costos materiales y psicológicos, encontrar empleo, vivienda, tramitar documentos de residencia o incluso conseguir pareja para matrimonio, entre otros aspectos[90].

La teoría de redes sociales aplicada al estudio de la migración de retorno, reconoce la existencia de una serie de vínculos formales o informales del migrante en los países de origen, tránsito y destino, los cuales afectan de forma positiva o negativa  a la decisión de retornar, y sirven de apoyo para readaptarse a la comunidad una vez que el migrante ha retornado[91]. Las redes se componen de una multiplicidad de estructuras sociales amplias[92], que incrementan la disponibilidad de información y recursos y tienen un papel fundamental en la migración de retorno, pudiendo llegar a obstaculizarlo o facilitarlo, “por encima de los atributos de las personas que ocupan temporalmente una posición particular en la estructura social, se encuentran los factores sociales”[93].

La adhesión a una red es un acto voluntario de los propios actores que la integran, ello garantiza flujos adecuados de información, recursos, viabilidad y sustentabilidad en el tiempo. Las redes no son espontáneas y efímeras porque son selectivamente organizadas y con frecuencia llegan a trascender en el tiempo. Por ejemplo, ante la percepción de desventaja en el país de nacimiento[94], ocurre el retorno de la segunda generación, y en ella participan como años antes en la migración de los padres, las redes familiares[95].

Como un recurso del capital social, las redes sociales son importantes para la motivación y para facilitar la migración de retorno. El capital social se define como “los recursos enraizados en una estructura social que accede y /o moviliza acciones intencionales[96] y se divide en tres aspectos, recursos integrados o enraizados en una estructura social; accesibilidad de los individuos a esos recursos sociales y uso o movilización de ellos por las personas que participan en la acción intencional (figura 3).

Figura 3. Modelo de la Teoría del Capital Social
Fuente: Elaboración propia a partir de Lin[97]

En el plano estructural, el capital social refleja como los individuos tienen accesibilidad diferencial a los recursos colectivos, para movilizarlos y usarlos en acciones específicas, como la migración de retorno. Cuando el migrante retornado no tiene acceso al capital social, es más difícil que las inversiones económicas que el migrante realice en su país de origen sean beneficiosas.

La teoría del capital social supone que el acceso a las conexiones sociales, en forma de redes de migrantes, reduce tanto los costos monetarios directos de la circulación, como el incremento de la probabilidad de retorno del migrante a su país de origen de manera temporal. Es decir, el regreso no significa el fin de la migración, ya que el migrante puede re-emigrar al país de destino[98]. Massey[99] argumenta que una vez constituidas las redes sociales junto con las “comunidades hermanas” en el país de destino, la migración internacional y el retorno pueden continuar incluso después de haberse dado cambios en la condición económica de los países, ya que se crea una estructura social capaz de sostener el proceso migratorio[100], así la migración y el retorno se retroalimentan continuamente.

Las redes pueden tener efectos no deseados, debilitarse con el paso del tiempo, ser “guardianes” restrictivos[101], impedir el retorno, no brindar ayuda cuando el migrante regresa a su país de origen, entre otros.

La perspectiva histórico-estructuralista ha sido criticada por ser demasiado determinista y rígida en su visión de que las personas son víctimas o “peones” que deben adaptarse pasivamente a las macro-fuerzas sociales o políticas, lo que excluye en gran medida la voluntad y las aspiraciones de los migrantes retornados.  A pesar de los aportes de la perspectiva transnacional tiene limitaciones para la comprensión de la migración de retorno, Cassarino[102] señala dos principalmente: no queda clara la forma en que el mantenimiento de los fuertes vínculos con la comunidad de origen, ayudan a enfrentar y superar los obstáculos de la readaptación de los migrantes que retornan de manera permanente al país de origen y las aspiraciones y proyectos de los migrantes de retorno están limitados a un conjunto de obligaciones, oportunidades y expectativas derivadas exclusivamente de la etnicidad y la familia.

Los estudios sobre redes migratorias han tenido un auge en las últimas dos décadas. Sin embargo, hay una tendencia a aceptar los principios de la teoría sin crítica, quizás su punto más débil sea no aportar argumentos sobre los mecanismos que originan el debilitamiento y desintegración de las redes y los sistemas de migración.

En relación con el estudio de la migración de retorno, la teoría sociológica no identifica los factores externos y estructurales y los procesos internos que pudieran incidir de manera positiva o negativa en dicho fenómeno.

¿Qué aporta la teoría demográfica al estudio de la migración de retorno?

Desde la demografía existen varias perspectivas interesantes para el estudio de la migración de retorno. En este apartado abordaremos las siguientes: teoría del ciclo de vida y la teoría de la circularidad migratoria.

La Teoría del Ciclo de Vida emplea el enfoque del concepto del ciclo de vida para entender las biografías individuales que se estructuran en torno a una serie de transiciones y eventos de la vida.  Desde esta perspectiva la migración de retorno es una intersección entre la vida individual y familiar y el momento histórico[103].

Según Hareven y Adams[104] el ciclo de vida implica la transición de los individuos por diferentes roles de familia y etapas individuales, considerando un contexto más amplio para los procesos sociales y económicos. Si bien, no existe un ciclo de vida único que tengan que seguir todos los individuos y las familias, investigaciones han demostrado que existen ciertas regularidades, tanto en la propensión a migrar según las diferentes edades como en el tipo de migración asociada a otros eventos demográficos[105].

Evidencias empíricas identifican un patrón de migración, compuesto por cuatro curvas que representan diferentes trayectorias del ciclo de vida del migrante[106]. A estas etapas se les denomina como Precomponente de la fuerza de trabajo, Componente laboral, Componente de Retiro y Componente constante. En las primeras tres etapas es posible identificar con claridad la migración de retorno:

­   Precomponente de la fuerza de trabajo, se desarrolla un retorno denominado de arrastre, el cual es protagonizado por niños que migran al país de origen con sus padres. Los migrantes regresan de manera temporal para educar a los hijos en la lengua materna, además de contribuir a la transferencia y reproducción de la “cultura” del país de origen[107] con el apoyo de una red familiar extensa. Ésta migración es una estrategia para fortalecer los lazos de parentesco[108] a través del contacto regular con los abuelos, primos y otros parientes, para después de un tiempo volver al país de destino, una vez que los hijos hayan crecido.

­   Componente de trabajo, el retorno ocurre en edades productivas y se encuentra asociado al matrimonio, la procreación, al deseo de estar junto a la familia (padres adultos mayores, hermanos menores o familia extensa), la desintegración del matrimonio o la necesidad de cambiar de trabajo.

­   Componente de retiro, una de las principales causas de la migración de retorno es la jubilación. La población migrante en edad de jubilación se está incrementando a nivel mundial[109], muchos de ellos están regresando a sus países de origen[110] ya sea de manera definitiva o temporal. Es probable que el migrante quiera regresar porque sus hijos o nietos se quedaron en el país de origen, en otros casos, los migrantes buscan estilos de vida más tranquilos y clima soleado, como es el caso de los migrantes jubilados que viajan del norte al sur de Europa[111]. El retorno durante la jubilación puede implicar ciertas acciones cuando se tiene una mala salud, el migrante tendrá que decidir en el mejor de los casos tener acceso a la atención médica o estar más cerca de sus hijos.  Por ejemplo, dentro de la Unión Europea la atención a la salud se complica para los ciudadanos europeos que residen de manera temporal en otro país, si bien todos los países de la brindan servicios de emergencias, es necesario estar inscrito y residir permanentemente en el país de acogida para recibir el resto de los servicios de salud, debido a que cada estado presta el servicio de acuerdo a su legislación[112].

La Teoría de la Circularidad Migratoria y la Migración Dinámica, para los estudiosos de la teoría dinámica, la migración es un hecho consciente, razonado, con riesgos calculados, una acción que persigue un fin. El retorno, lejos de ser el cierre del ciclo migratorio (ciclo que comienza en el país de origen, tránsito, destino y retorno) es considerado desde este enfoque como una etapa más de un proceso migratorio continuo entre dos países[113]. Por lo tanto, el retorno puede ser el antecedente de nuevos episodios de re-emigración seguidos de retornos temporales al país de origen.

El patrón de movilidad llamado circularidad migratoria, se refiere a “movimientos de corto plazo, repetitivos y cíclicos, con un factor común que es la intención declarada del migrante de que su estancia en la sociedad receptora no sea permanente”[114]. El fenómeno ha sido estudiado en países asiáticos como China, Taiwán, Corea del Sur e India[115], pero la teoría se elaboró con base en la evidencia empírica de la migración circular entre México y Estados Unidos[116]. Los elevados salarios y poder adquisitivo en Estados Unidos en comparación con México, una fuerte preferencia por la residencia en la comunidad de origen y la proximidad geográfica, reforzaron históricamente por más de un siglo el proceso de ida y retorno de los migrantes mexicanos[117]. Los retornos frecuentes alternando con estancias de corto plazo en el país de destino, proporcionan los medios para aumentar el beneficio del hogar y mantienen la opción de una residencia móvil en el país de origen y destino[118]. El retorno está determinado por el tiempo que demora el migrante en cumplir los objetivos propuestos, es una estrategia de supervivencia que permite a los hogares enfrentarse las condiciones de deterioro que sufre su economía, para estos migrantes los retornos temporales se convierten en una forma permanente de vida, retornan sólo para volver a emigrar.

Estos retornos pueden extenderse por varios años hasta finalizar con un regreso permanente al país de origen, generalmente asociado a la edad del migrante, la situación económica en el país de origen y destino, la asimilación a la sociedad receptora o a los costos asociados a la migración[119], rompiendo de esta manera con el patrón de movilidad de circularidad migratoria. Las expectativas del migrante tienen un efecto positivo o negativo para el retorno y la readaptación al país de origen[120]. No alcanzar los objetivos planteados antes de volver ocasiona un sentimiento conocido como “privación relativa”, que lleva al migrante a realizar una remigración[121].

Sin duda la migración se encuentra ligada con el ciclo de vida de los migrantes, no obstante otros factores externos también llegan a incentivar o facilitar el proceso migratorio. La principal debilidad de esta teoría radica en reducir el acto de migrar a una necesidad del ciclo de vida. La teoría de la migración dinámica o circularidad migratoria, es una de las más completas, pero su principal escollo lo debe a su origen: la migración México-Estados Unidos. Es un marco interpretativo que funciona muy bien para explicar la migración entre países contiguos, no tanto para sistemas migratorios a escala mundial.

Conclusión

La migración de retorno es un tema destacado en el estudio de la migración internacional, el cual adquiere mayor relevancia en períodos de crisis económicas como el actual, momento en que se incrementa la presencia de este tipo de migrantes en los flujos internacionales o son más visibles, tanto en los lugares de destino como de origen, En uno y otro lugar el interés es distinto: para el lugar donde se iniciaron estos flujos un retorno masivo es un problema que tensa la capacidad económica de un espacio geográfico determinado para reabsorber los antiguos emigrantes, en cambio en el lugar de destino ese hecho es considerado una solución, que aliviaría parte de sus problemas económicos rebajando la demanda sobre el mercado de trabajo.

Los resultados del análisis de los estudios y marcos teóricos de la migración internacional  ligados al retorno migratorio, muestran  grandes similitudes del fenómeno en diferentes espacios geográficos por distantes que éstos sean, y son una  herramienta indispensable para entender sus diferentes formas, evolución temporal y desarrollo tanto en los países de origen como de destino. Este trabajo, trata de ser una guía de lectura para los estudiosos de las migraciones que se inician en el análisis de la migración de retorno.

Notas

[1] Los resultados de este trabajo forman parte del proyecto Inflexión del ciclo económico y transformaciones de las migraciones en España (CSO2010-19177), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad de España dentro del Plan Nacional de I+D+i, 2008-2011. 

[2] King, 1986

[3] Pascual de Sans, 1983a

[4] Recaño 1995, 2010

[5] Co, et al, 1999

[6] Bustamante, 1996

[7] Siegel y Swanson, 1996

[8] Casarino, 2007

[9] Velikonja, 1981

[10] Dumont y Spielvogel, 2008

[11] Dumont y Spielvogel, 2008

[12] Unesco the Foundation, 2008

[13] Cerase, 1967, 1970, 1974

[14] Los migrantes que integran las dos primeras categorías: retorno del fracaso y del conservadurismo, mantuvieron durante su estancia en el exterior fuertes vínculos con su localidad de origen.

[15] Las dos categorías siguientes: retorno de la jubilación y retorno de la innovación, están integradas por emigrantes que tuvieron estancias prolongadas en el extranjero, periodo de tiempo durante el que vivieron distanciados de su comunidad de origen.

[16] Douglass, 1970

[17] Böhning y Maillat, 1974

[18] Gmelch, 1980

[19] King, 1986

[20] También podrían ser los llamados en la frontera México-Estados Unidos “commuters”, trabajadores que todos los días realizan desde casa un desplazamiento bidireccional de ida-vuelta para laborar en Estados Unidos.

[21] Pascual de Sans, 1993

[22] Alvárez, 1996

[23] Durand, 2004

[24] El MMP es un proyecto binacional que nace en 1982 para coadyuvar a la comprensión de la migración México-Estados Unidos, por iniciativa de dos investigadores, Jorge Durand de la Universidad de Guadalajara México y D. Massey de la Universidad de Princeton en Estados Unidos. Esta iniciativa se encentra vigente, a la fecha toda la información recopilada se encuentra disponible en la web. Para mayor información puede consultar: http://mmp.opr.princeton.edu/home-en.aspx

[25] Piore, 1979

[26] Escobar, et. al., 1987, 1999; García, 1994; López, 1986; Massey, et. al., 2002; Moctezuma, 1999; Smith, 1994; Taylor, 1987

[27] Para tener una idea de la magnitud de este proceso en el mundo, cabe mencionar que en el año 2006 había sólo en 19 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), 2.5 millones de trabajadores temporales, siendo Estados Unidos el lugar que concentraba la mayor proporción, un 27,1 por ciento del total.

[28] http://www.migrationinformation.org/Feature/display.cfm?id=780

[29] Durand, 2004

[30] Fernández et al, 1993; Recaño, 1995 y 2004; Egea, 2005

[31] Recaño, 2010

[32] UNESCO, 2008

[33] OIM, 2009

[34] Sjaastad, 1962;  Harris y Todaro, 1970

[35] Sjaastad, 1962;  Massey, et al., 1998

[36] Sjaastad, 1962; Bauer, et. al., 1998

[37] Saenz y Davila, 1992

[38] Constant y Massey, 2002, 2003

[39] Herzog y Schottman, 1982

[40] Duleep, 1994

[41] La teoría neoclásica hace hincapié en la migración de carácter permanente.

[42] Diaconescu y Tryggveson, 1992; Dustmann, 1996, 1997, 2001a, 2001b, 2003a, 2003b, 2005; Klinthäll, 2003, 2006; Edin, et. al., 2000; Constant y Massey, 2002

[43] Becker,1964; Hanoch,1967; Sjaastad, 1962

[44] Borjas y Bratsberg, 1996; Lee, 1974; Vanderkamp, 1971, 1972; Long y Hansen, 1975; Bailey, 1993

[45] Caldwell, 1969

[46] Borjas y Bratsberg, 1996

[47] Borjas, 1987

[48] Cassarino, 2004

[49] Stark, 1991 y 1996; Dustmann, 1996; Dustmann y Yoram, 2007

[50] Los migrantes pueden estar más motivados a esforzarse por incrementar sus habilidades y formación en el trabajo en comparación con los trabajadores nativos (Stark, 1991).

[51] Massey, et. al., 1998; Constant y Massey, 2002

[52] Piore, 1979; Massey, et al., 1998

[53] Kirdar, 2004, 2005, 2009; Bellemare, 2007

[54] Dustmann y Kirchkamp, 2002; Mesnard, 2004

[55] Yang, 2004. A diferencia de la teoría del ciclo de vida económico que concibe la decisión de retornar como parte de la planificación del ciclo de vida económico del migrante (destinado a maximizar la riqueza o la utilidad del individuo) (Yezer y Thurston, 1976), en donde el migrante elige la duración de la estancia en el país de destino de acuerdo al beneficio marginal de un aumento en el ahorro producto del trabajo en el país de destino (Stark, et. al., 1997; Dustmann, 2003b; Mesnard, 2004).

[56] Djajic y Milboume, 1988; Berninghaus y Seifert-Vogt, 1993

[57] Yang, 2004

[58] Stark, et. al., 1997;  Dustmann, 2003b; Mesnard, 2004

[59] Zeelenberg, et. al., 2000

[60] Reyes, 1997

[61] King, 1986. Si bien las expectativas tienen una efecto en el retorno del país de destino, también pueden influir en la readaptación al país de origen una vez que el migrante ha regresado después de su emigración (Werkman, 1986), esto si el migrante tiene expectativas poco realistas: los recuerdos sobre su lugar de origen pueden ser muy antiguos, idealizados, nostálgicos o exaltados por el estado de ánimo festivo o por las exhortaciones de los familiares para que regrese. Los aspectos positivos se sobredimensionan mientras que los negativos se van olvidando.

[62] Stark, 1991; Stark y Bloom, 1985; Taylor, 1986

[63] Piore, 1979

[64] Taylor, 1986; Massey, et. al., 1998

[65] Las remesas son uno de los beneficios más directos de la migración para los países de origen. El cuantioso flujo de recursos constituye una expresión de los estrechos vínculos que unen a las personas y a las familias en las comunidades de origen y de destino de la migración. Las remesas son una verdadera inyección de recursos para las economías nacionales. No obstante, existe un gran pesimismo sobre la sostenibilidad de las remesas a largo plazo y el desarrollo en el país de origen, el cual típicamente esta vinculado a la migración de retorno. Sin embargo, cada vez se ha vuelto más claro que esto no necesariamente es así, ya que muchos grupos de migrantes mantienen vínculos con su hogar por períodos prolongados.

[66] Constant y Massey, 2002

[67] Stark, 1991; Taylor, 1986

[68] Piore, 1979; Constant y Massey, 2002

[69] Castles y Miller, 1993

[70] Lee, 1966; Standing, 1985; Mabogunje, 1972; Wood, 1982; Appleyard, 1989; Zlotnik, 1992; Goss y Lindquist, 1995; Rajiman y Semyonov, 1995; Zabin y Hughes, 1995

[71] King, 1986; Cassarino, 2004

[72] Papademetriou, 1985

[73] Rouse, 1991; Glick-Schiller, et. al., 1992, 1999; Basch, et. al., 1994; Portes 1995; Castles y Miller, 2003; Faist, 2004

[74] Basch, et. al., 1994; Besson, 2002

[75] De Haas, 2005; Guarnizo, 2003

[76] De Haas, 2005

[77] Cassarino, 2004, 2008b

[78] Thomas-Hope, 1999a, 1999b; Duval, 2005

[79] Oxfeld y Long, 2004

[80] Cassarino, 2007, 2008a

[81] Georges, 1990

[82] Chaney, 1979

[83] Redfoot y Houser, 2005

[84] Cassarino, 2004

[85] Son los hijos de migrantes nacidos en el país de destino.

[86] Existe una amplia literatura que señala los efectos de la migración laboral que se manifiesta en varios aspectos: uno es la fuga de cerebros, se refiere a la emigración de personas con altos niveles de educación y con entrenamiento especial ocurre por lo general de manera documentada y son altamente demandados por los países de destino (Bhagwati, 1979). Las escasas oportunidades laborales en el país de origen para cristalizar las aspiraciones profesionales de las personas, así como la enorme brecha salarial ente los países en desarrollo y los desarrollados son algunas de las principales causas de los numerosos desplazamientos de personas altamente calificadas. Esta emigración de personal calificado debilita la capacidad de formación de personal calificado en el país de origen, así como la transmisión intergeneracional del conocimiento y de las transferencias tecnológicas. Además, de la escasez de mano de obra para algunas ocupaciones específicas.

[87] Hunger, 2002. La migración trasnacional está estrechamente vinculada al desarrollo económico, ya que los trabajadores transnacionales son productivos y generan recursos económicos para el país de destino. Sin embargo, cuando los migrantes mantienen continuos y fuertes vínculos con su familia en la comunidad de origen, ellos transfieren capital, conocimientos e información que pueden ser utilizados para impulsar el desarrollo de su comunidad (Agunias y Kathleen, 2007). En la visión tradicional de la migración, donde el emigrante era una “pérdida” para el país de origen, mientras que el inmigrante era una ganancia para el país de destino, está perdiendo peso a favor de una perspectiva transnacional.

[88] Cervantes y Guellec, 2002

[89] Massey, et. al., 1993

[90] Van Hear, 1998; Massey, et. al., 1998; Gurak y Caces, 1992; Kritz, et. al., 1992; Tilly, 1990; Boyd, 1989; Fawcett, 1989; Taylor, 1986; Hugo, 1981

[91] Constant y Massey, 2002

[92] Lommitz, 1978

[93] Burt, 1986

[94] Reynolds, 2008

[95] Portes, 2005; Conway y Potter, 2009; Foner, 2002; Levitt, 2004; King y Christou, 2008

[96] Lin, 2002

[97] Lin, 2002

[98] Palloni, et. al., 2001

[99] Massey, 1988

[100] Appleyard, 1989

[101] De Haas, 2003

[102] Cassarino, 2004

[103] Brettell, 2002; Yeoh, et. al., 2002; Waters, 2001; Parr, et. al., 2000; Creese, et. al., 1999; Hondagneu-Sotelo y Ávila, 1997; Fischer y Malmberg, 2001; Ley y Kobayashi, 2005

[104] Hareven y Adams, 1982

[105] Courgeau, 1985

[106] Rogers, 1981; Recaño, 1995, 2004 y 2010

[107] Gray, 2003

[108] Mason, 2000; Sutton, 2004

[109] Diop, 2000; Lillo, 2000; Perotti, 2000

[110] Byron y Condon, 1996

[111] King, et. al., 1998

[112] Warnes, 2002

[113] Ammassari y Black, 2001

[114] Zelinsky, 1971, Bustamante, 1996

[115] Agunias y Kathleen, 2007

[116] Cornelius, 1976; Mines y de Janvry, 1982; Bean, et. al., 1987 y 2001; Massey, et al., 1987; Lindstrom, 1996; Corona y Tuiran, 1988; Bustamante, 1998, 2000; Gomis, 1994

[117] Cornelius, 1976; Reicher y Massey, 1979; Escobar, González y Roberts, 1987; Massey, et. al., 1987; Lindstrom, 1996

[118] Hugo, 1981

[119] Hill, 1987

[120] Werkman, 1986

[121] Haour-Knipe y Davies, 2008

 

Bibliografía

Agunias, d. y Kathleen, N Circular Migration and Development: Trends, Policy Routes, and Ways Forward. Washington, DC: Migration Policy Institute, 2007.

Álvarez, G. La migración de retorno en Galicia 1970-1995. Universidad Complutense de Madrid, 1996, Madrid.

Ammassari, S. y BLACK, R. Harnessing the Potential of Migration and Return to Promote Development: IOM, 2001, Ginebra

Appleyard, R. International migration and developing countries. En: Appleyard, R. (Ed.) The impact of international migration on developing countries 1989, p. 19-36,   Paris: OCDE.

Bailey, A. Migration history, migration behavior, and selectivity, The Annals of Regional Science, 27, 1993, p. 315-326.

Basch, L.; Glick-Schiller. n. y Szanton, C. Nations Unbound: Transnational Projects, Postcolonial Predicaments and Deterritorialized Nation-States. New York: Gordon and Breach Publishers, 1994.

Bauer, T., P. Pereira, M., Vogler y K. Zimmermann Portuguese Migrants in the German Labor Market: Performance and Self-Selection: Institute for the Study of Labor (IZA), 1998.

Bean, F.; Telles, E.  y Lowell, B.  Undocumented Migration to the United States: Perceptions and Evidence. Population and Development Review, 13, 671-690, 1987.

Bean, F.d; Corona, R.; Tuiran, K.; Woodrow-Lafield, A. y Van Hook, J.  Circular, Invisible, and Ambiguous Migrants: Components of Difference in Estimates of the Number of Unauthorized Mexican Migrants in the United States. Demography, 38(3), 2001, p. 411-422.

Becker, G. Human Capital. New York: Columbia University Press, 1964.

Bellemare, C. A life-cycle model of outmigration and economic assimilation of immigrants in Germany. European Economic Review 51(3), 2007, p. 553-576.

Besson, J. Martha Brea's two histories: European expansion and Caribbean culture-building in Jamaica, US, The University of North Carolina Press, 2002.

Berninghaus, B. y Seifert-Vogt, H. The Role of the Target Saving Motive in Guest Worker Migration. Journal of Economic Dynamics and Control (17), 1993, p. 181-205.

Bhagwati, J. International migration of the highly skilled: economics, ethics and taxes. Third World Quarterly, 1(3), 1979.

BÖhning, W. y Mailla, D. The Effects of the Employment of Foreign Workers. Washington, D.C.: Organisation for Economic Cooperation and Development, Publications Center, 1974.

Borjas, G. y Bratsberg, B. Who leaves? The outmigration of the foreign-born. Review of Economics and Statistics (78), 1996, p.165-176.

Borjas, G. Self-Selection and the Earnings of Immigrants. American Economic Review, 77(4), 1987, p. 531-553.

Boyd, M. Family and Personal Networks in International Migration: Recent Developments and New Agendas. International Migration Review (23), 1989, p. 638-670.

Brettell, C. Gendered lives: transitions and turning points in personal, family and historical time. Current Anthropology, 43, 2002, p. 45-61.

Burt, R. A note on sociometric order in the general social survey network data. Social Networks (8), 1986, p. 149-174.

Bustamante, J. El Marco Teórico-Metodológico de la Circularidad Migratoria: su validación empírica. El Colegio de la Frontera Norte, 1996.

Bustamante, J. Cruzar La Línea: La Migración De México A Los Estados Unidos Fondo de Cultura Económica, 1998.

Bustamante J. Migración irregular de México a Estados Unidos: 10 años de Investigación del Proyecto Cañón Zapata. Revista Frontera Norte, 12 (23), 2000, p.7-49.

Byron, M. y Condon, S.  A comparative study of Caribbean return migration from Britain and France: towards a context-dependent explanation, Transactions, Institute of British Geographers, 21(1), 1996, p. 91-104.

Caldwell, J. African Rural-Urban Migration. The Movement to Ghana's Towns. New York: Columbia University Press, 1969.

Cassarino, J. Theorising Return Migration: the Conceptual Approach to Return Migrants Revisited. International Journal on Multicultural Societies (IJMS): Managing Migration and Diversity in the Asia Pacific Region and Europe, 6(2), 2004, p. 253-279.

Cassarino, J. Entender los vínculos entre migración de retorno y desarrollo. En: Fundación CIDOB, Centro de Estudios Internacionales de Barcdelona (Ed.) La dimensión exterior de las políticas de inmigración en la Unión Europea. V Seminario Inmigración y Europa. Barcelona, 2007.

Cassarino, J. The Conditions of Modern Return Migrants - Editorial Introduction. IJMS: International Journal on Multicultural Societies, Vol. 10, 2008a, p. 95-105.

Cassarino, J. Return migrants to the maghreb countries reintegration and development challenges. San Domenico Di Fiesole (Ed.): Robert Schuman Centre for Advanced Studies, 2008b.

Castles, S. y Miller, m. The age of migration. International population movements in the modern world. New York: The Guilford Press, 1993.

Cerase, F. The Italian Experience in Emigration International Migration Review, 1(3), 1967, p. 67-74.

Cerase, F. Nostalgia or disenchantment: Considerations on return migration. En: TOMASI, S. y ENGEL, M. (Ed.) The Italian experience in the United States, 1970, p. 217-239. New York: Center for Migration Studies.

Cerase, F. Expectations and reality: a case study of return migration from the United States to Southern Italy. International Migration Review, 8(2), 1974, p. 245-262.

Cervantes, M. y Guellec, D. The Brain Drain: Old Myths, New Realities. Consultado en diciembre, 2009, en http://www.oecdobsever.org/, 2002.

Co, C.; Gang, I. y Yun, M. Returns to Returning Working Papers, Department of Economics, Rutgers, The State University of New Jersey 1998-13, 1999, p. 1-26.

Conway, D. y Potter, R.  Return Migration of the Next Generations. 21st Century Transnational Mobility, University of Reading, UK., Ashgate, 2009.

Constant, A. y Massey, D. Return Migration by German Guestworkers: Neoclassical versus New Economic Theories. International Migration, 40 (4), 2002, p. 5-38.

Constant, A. y Massey, D. Self-selection, earnings, and out-migration: A longitudinal study of immigrants to Germany. Journal of Population Economics, 16(4), 2003, p. 631-653.

Corona, R. y Tuiran, R. Migración y retorno y migraciones sucesivas. En: G. López, Sergio Pardo (Ed.) Migración en el Occidente de México (pp. 280). México: Colegio de Michoacán, 1988.

Cornelius, W. Mexican Migration to the United States: The View from Rural Sending Communities. Cambridge: Massachusetts Institute of Technology, Center for International Studies, 1976.

Courgeau, D.  Interaction between spatial mobility, family and career life-cycle: a French survey. European Sociological Review 1(2), 1985, p. 139-162.

Creese, D. y McLaren, A.  Reconstituting the Family: Negotiating Immigration and Settlement, March, Research on Immigration and Integration in the Metropolis (RIIM). Paper 99-10: Vancouver Centre of Excellence, 1999.

Chaloff, J. Gestión de la migración de trabajadores poco calificados. En: OCDE, Ministerio del Trabajo e Inmigración (Ed.) Perspectivas de las migraciones internacionales 2008, p. 697. Madrid.

Chaney, E. Colombian Migration to the United States. The Dynamics of Migration. International Migration. Washington, Smithsonian Institution, 1979, p. 87-141.

De Hass, H. International Migration, Remittances and Development: myths and facts. Third World Quarterly, 26, 2005, p. 1243-1258.

DESA Population Division e INED. Diccionario demográfico multilingüe. http://es-ii.demopaedia.org/ wiki/Migraciones_de_retorno, 2008.

Diaconescu, V. y Tryggveson, R. Utvandrare – vem är det? : Statistiska Centralbyrån, 1992.

Diop, A. Les retraités ouest-africains entre deux rives. Migrations et Sociétés, 12(68), 2000, p. 85-90.

Djajic, S. y Milboume, R. A general equilibrium model of guest worker migration. Journal of International Economics (25), 1988, p. 335-351.

Douglass, W. Peasant Emigrants: Reactors or Actors?” En: Spencer, R. (Ed.) Annual Spring Meeting of the American Ethnological Society, 1970, p. 21-35, University of Washington Press.

Duleep, H. Social Security and the Emigration of Immigrants: Social Security, 1994.

Dumont, J. y Spielvogel, P. La migración de retorno una nueva perspectiva. En: OCDE, Ministerio de Trabajo e Inmigración (Ed.) Perspectivas de las migraciones internacionales, Primera ed., 2008, p. 697, Madrid.

Durand, J. Ensayo teórico sobre la migración de retorno. El principio del rendimiento decreciente. Cuadernos Geográficos, 35, 2004, p. 103-116.

Dustmann, C. An Economic Analysis of Return Migration. Discussion Papers from University College London, Department of Economics, 96 (02), 1996.

Dustmann, C. Return migration, uncertainty and precautionary savings. Journal of Development Economics, 52(2), 1997, p. 295–316.

Dustmann, C. Why go back? Return motives of migrant workers. En: Djajic, S. (Ed.) International Migration: Trends, Policy, and Economic Impacts, 2001a p. 233-252. Routledge, Abingdon, UK.

Dustmann, C. Return decisions of immigrants. En: Djajic, S. (Ed.) International Migration: Trends and Policy and Economic Impact, 2001b, p. 229–268. London: Routledge.

Dustmann, C. Children and return migration. Population economics, 16, 2003a,  p.815-830.

Dustmann, C. Return migration, wage diferentials, and the optimal migration duration. European Economic Review 47, 2003b, p. 353–369.

Dustmann, C. Intergenerational Mobility and Return Migration: Comparing the sons of foreign and native born fathers. Centre for Research and Analysis of Migration (Ed.) London: Department of Economics, University College London, 2005.

Dustmann, C. y Kirchkamp, O.  The optimal migration duration and activity choice after re-migration. Journal of Development Economics, 67(2), 2002, p.  351–372.

Dustmann, C. y Yoram, W. Return Migration: Theory and Empirical Evidence (Vol. 2). Centre for Research and Analysis of Migration. London: Department of Economics, University College London, 2007.

DUVAL, D. Expressions of Migrant Mobilities among Caribbean Migrants in Toronto, Canada. Aldershot, England: Ashgate, 2005.

Edin, P., Lalande, R. y Åslund, O. Emigration of immigrants and measures of immigrant assimilation. Swedish Economic Policy Review, 7, 2000, p. 163-204.

Egea, C. La migración de retorno en Andalucía: Granada, Universidad de Granada, 2005

Escobar, A.; Gonzalez, M.  y Roberts, B. Migration, Labour Markets, and the International Economy: Jalisco, Mexico, and the United States. En: Eades, J. (Ed.) Migrants, Workers, and the Social Order. London: Association of Social Anthropologists, 1987.

Escobar, A.; Frank, B. y Weintraub, S. La dinámica de la emigración mexicana (CIESAS/Miguel Ángel Porrúa ed.) México, 1999.

Faist, T. The BorderCrossing Expansion of Social Space: Concepts, Questions and Topics. Aldershot: Ashgate, 2004.

Fawcett, J. Networks, Linkages, and Migration Systems. International Migration Review, 23(3), 1989, p. 671-680.

FernÁndez  CordÓn, J.; LÓpez De Lera, D. y RecaÑo, J. Movilidad de la población en Andalucía. Junta de Andalucía-Instituto de Estadística de Andalucía. Sevilla, (vols. 3), 1993.

Fischer, P. y Malmberg, G.  Settled people don’t move: on life course and (im-) mobility in Sweden. International Journal of Population Geography, 7(5), 2001, p. 357-371.

Foner, N. What´s new about transnationalism? New York immigrants today and at the turn of the century. Diaspora, 6(3), 1997, p. 355-404.

García, R. Un tipo singular de la migración de retorno: El caso de los mexicanos indocumentados devueltos. Papeles de Población, 1, 1994, p.21-34.

Georges, E. The Making of a Transnational Community: Migration, Development, and Cultural Change in the Dominican Republic. Nueva York: Columbia University Press. 1990.

Glick-Schiller, N., L. Basch y C. Szanton. Towards a Transnational Perspective in Migration: race class ethnicity and nationalism reconsidered. Nueva York, 1992.

Glick-Schiller, N; Basch, L. y Szanton, C. From Immigrant to Transmigrant: Theorizing Transnational Migration. Anthropological Quarterly, 68(1), 1999, p. 48-61.

Gmelch, G. Return Migration. Review of Antropology, 9, 1980, 135-159.

Goss, J. y Lindquist, B. Conceptualizing international labour migration: a structural perspective. International Migration Review, 29(2), 1995, p. 317-351.

Gurak, D. y Caces, F.   Migration Networks and the Shaping of Migration Systems. En: Kritz, M., L. Lim y Zlotnik, H. (Ed.) International Migration Systems: A Global Approach. New York: Clarendon, 1992.

Guarnizo, L. The economics of transnational living. International Migration Review, 37, 2003, p. 666-699.

Hanoch, G. An Economic Analysis of Earnings and Schooling. Journal of Human Resources, 2, 1967, p. 310-329.

Gomis, R. La circularidad migratoria en la migración México-Estados Unidos: algunas consideraciones metodológicas. En: Secretaría de Relaciones Exteriores (Ed.) La Migración Laboral Mexicana a Estados Unidos de América: una perspectiva bilateral desde México. México, 1994.

Harris, J. y Todaro, M. Migration, Unemployment, and Development: A Two-Sector Analysis. American Economic Review (60), 1970, 126-142.

Hareven, T. y Adams, J. Transitions. The Family and the Life Course in Historical Perspective. Nueva York: The Guilford Press, 1982.

Haour-Knipe, M. y Davies, A. Return Migration of Nurses. Geneve: ICNM – International Centre on Nurse Migration, 2008.

Herzoq, H. y SCHOTTMAN, A. Migration Information, Job Search and the Remigration Decision. Southern Economic Journal, 50(1), 1982, p. 43-56.

Hill, J. Immigrant Decisions Concerning Duration of Stay and Migratory Frequency. Journal of Development Economics, 25, 1987, p. 221-234.

Hondagneu-Sotelo, P. Gender Transitions. Mexican Experiences of Immigration. University California Press, 1994.

Hugo, G. Village-Community Ties, Village Norms, and Ethnic and Social Networks: A Review of Evidence from the Third World. In Gardner, G., F. De Jong y W. Robert (Ed.) Migration Decision Making: Multidisciplinary Approaches to Microlevel. New York: Studies in Development and Developing Countries, Pergamon Press, 1981.

Hunger, U. The brain gain hypothesis: Third world elites in industrialized countries and socioeconomic development in their home country. University of California - San Diego: The Center for Comparative Immigration Studies, 2002.

King, R. Return migration and regional economic development: an overview. En: King, R. (Ed.) Return migration and regional economic problems). Londres: Croom Helm, 1986, p. 1-37.

King, R. y Christou, A. Cultural Geographies of Counter-Diasporic Migration Diaspora. University of Sussex, 2008.

King, R., Warnes, A. y Williams, A. International retirement migration in Europe. International Journal of Population Geography, 4(2), 1998, p. 91-112.

Kirdar, M. An Estimable Dynamic Model of Asset Accumulation and Return Migration, ERC Working Papers in Economics. Ankara, Turkey: Middle East Technical University, 2004, p. 1-59.

Kirdar, M. Return Migration and Saving Behavior of Foreign Workers in Germany. Middle East Technical University: Economic Research Center, 2005.

Kirdar, M. Labor market outcomes, savings accumulation, and return migration. Labour Economics (16), 2009, p. 418-428.

KlinthÄll, M. Return migration from Sweden 1968-1996. A Longitudinal Analysis. Stockholm: Almqvist & Wiksell International, 2003.

KlinthÄll, M. Immigration, integration and return migration. En: Division, P. (Ed.) International symposium on International migration and development. Turin, Italy, 2006, p. 22.

Kritz, M. y Zlotnik, H. Global Interactions: Migration Systems, Processes, and Policies. In Kritz, M., L. Lim y H. Zlotnik (Ed.) International Migration Systems: A Global Approach. New York: Clarendon, 1992.

Lee, E. Theory of migration, Demography, 3(1), 1966, p 47-57.

Lee, E. Return migration in the United States. International Migration Review 8, 1974, p. 283-300.

Levitt, P. y Glick-Schiller, N.  Conceptualizing Simultaneity: A Transnational Social Field Perspective on Society. International Migration Review, 38, 2004, p. 595-629.

Ley, D. y Kobayashi, A.  Back to Hong Kong: Return migration or transnational sojourn? Global Networks, 5(2), 2005, p. 111-127.

Lillo, N. Vieillir loin du pueblo. Migrations Société, 12(68), 2000, 59-68.

Lin, N. Social Capital: A Theory of Structure and Action, London y New York, Cambridge University Press, 2002.

Lindstrom, D. Economic Opportunity in Mexico and Return Migration from the United States. Demography, 33 (3), 1996, p. 357-374.

LÓpez, G. Migración temporal a Estados Unidos en una comunidad mexicana En: Se fue a volver: Seminario sobre Migraciones Temporales en América Latina. México: Pispal/Ciudad/CENEP, 1986.

Long, L. y Hansen, A. Trends in Return Migration to the South. Demography, 12(4), 1975, 601-614.

Lomnitz, L. Cómo sobreviven los marginados. México: Siglo XXI, 1978.

Mabogunje, A. Man, space and the environment. New York: Oxford University Press, 1972.

Mason, J. Deciding Where to Live: Relational Reasoning and Narratives of the Self: University of Leeds, 2000.

Massey, D. Economic-Development and International Migration in Comparative Perspective. Population and Development Review, 14(3), 1988, p. 383-413.

Massey, D.; AlarcÓn, R.; Durand, J. y GonzÁlez, H. Return to Aztlan: The Social Process of International Migration from Western Mexico.  Berkeley: University of California Press, 1987.

Massey, D.; Arango, J.; Hugo, G.; Kouaouici, A; Pellegrino, A.y Taylor, J. Theories of International Migration: A Review and Appraisal. Population and Development Review, 19(3), 1993, p. 431-466.

Massey, D.; Arango, J.; Hugo, G.; Kouaouici, A. y E. Taylor Worlds in Motion: Understanding International Migration at the End of the Millenium. Oxford: Clarendon Press, 1998.

Massey, D.;Durand, J. y Malone, N. Beyond Smoke and Mirrors: Mexican Immigration in an Era of Economic Integration. New York: Russell Sage Foundation, 2002.

Mesnard, A. Temporary migration and capital market imperfections. Oxford Economic Papers, 2004.

Mines, R. y Janvry, A. Migration to the United States and Mexican Rural Development-A Case Study. American Journal of Agricultural Economics, 64(3), 1982, p. 444-454.

Moctezuma, M. Redes sociales, comunidades y familias de migrantes de San Alto, Zacatecas en Oakland, California. El Colegio de la Frontera Norte, México, 1999.

OIM Migración de retorno. Organización Internacional para las Migraciones. http://www.iom.int, 2009.

Oxfeld, E. y LONG, L. Introduction: An Ethnography of Return. En: Oxfeld, L. y E., Long. (Ed.) Coming Home? Refugees, Migrants, and Those Who Stayed Behind, 2004, p 1-15. Philadelphia: University of Pennsylvania Press.

Palloni, A.; Massey, D.; Ceballos, M.; Espinosa, K. y M. Spittel. Social Capital and International Migration: A Test Using Information on Family Networks. American Journal of Sociology, 106, 2001, p. 1262-1298.

Papademetriou, D. Illusions and Reality in International Migration: Migration and Development in post World War II Greece. International Migration Review, 23, 1985, p. 211-223.

Pascual De Sans, A. Connotaciones ideológicas en el concepto de retorno de migrantes. Revista de Sociología, 20, 1983a, p. 62-71.

Pascual de Sans, A. La migración de retorno en Europa: la construcción social de un mito. Polígonos. Revista de Geografía, 3, 1993, p. 89-104.

Parr, N., Lucas, D. y Mok, M.  Branch migration and the international dispersal of families. International Journal of Population Geography, 6(3), 2000, p. 213-227.

Perotti, A. Les personnes agees d'origine italienne residant en France. Migrations Société, 12(68), 2000, p. 47-58.

Piore, M. Birds of Passage: Migrant Labor and Industrial Societies. Cambridge, UK: Cambridge University Press, 1979.

Portes, A. Economic sociology and the sociology of immigration: A conceptual overview. En: Portes, A. (Ed.) The Economic Sociology of Immigration, 1995, p. 1-41. New York: Russell Sage Foundation.

Rajiman, R. y Semyonov, M. Modes of labour market incorporation and occupational cost among new immigrants to Israel. International Migration Review, 29(2), 1995, p. 375-396.

RecaÑo, J. La emigración andaluza (1900-1992). Cronología, aspectos demográficos, distribución espacial y componentes socioeconómicos de la emigración andaluza en España. Tesis doctoral inédita, Universidad de Barcelona, 1995.

RecaÑo, J. Las migraciones internas de retorno en España durante la primera mitad de la década de los 90: implicaciones demográficas y territoriales Geo Crítica Scripta Nova: Revista electrónica de geografía y ciencias sociales, Vol. 8, 2004. Barcelona: Universidad de Barcelona.

RecaÑo, J. Las migraciones internas de retorno en España. De la óptica individual a la dimensión familiar. Papers. Revista Sociológica, 95 (3), 2010, p. 701-729.

Redfoot, D. y Houser, A.  We Shall Travel On: Quality of Care, Economic Development and the International Migration of Long-Term Care Workers. Washington, DC: Public Policy Institute, 2005.

Reicher, J. y Massey, D.  Patterns of U.S. Migration from a Mexican Sending Community: A Comparison of Legal and Illegal Migrants. International Migration Review, 13, 1979, p. 599-623.

Reyes, B. Dynamics of Immigration: Return Migration to Western Mexico. San Francisco, CA: Public Policy Institute of California, 1997.

Reynolds, T. Ties That Bind: Families, Social Capital Caribbean Second-Generation Return Migration. University of Sussex / Sussex Centre for Migration Research. Working Paper, 46, 2008, p. 2-29.

Rogers, A., y Castro, L.  Model Migration Schedules, Austria, International Institute for Applied System Analysis, 1981.

Rouse, R. Mexican Migration and the Social Space of Postmodernism. Diáspora, 1, 1991, p. 8-23.

Saenz, R. y Davila, A.. Chicano return migration to the southwest: an integrated human capital approach. International Migration Review, 26, 1992, p. 1248-1266.

Siegel, J. y Swanson, D.. The methods and materials of demography (2ª Edición.) San Diego, California: Elsevier Academic Press, 2004.

Sjaastad, A. The Costs and Returns of Human Migration. The Journal of Political Economy, 70(5), 1962, p. 80-93.

Smith, R. Los ausentes siempre presentes. The imagining, making and politics of a transnacional community between New York and Ticuani, Puebla. Columbia University, 1994, New York.

Standing, G. Konsep-konsep mobilitas di negara sedang berkembang (The Concepts of Mobility in Developing Countries). Yogyakarta: Population Studies Center, Gadjah Mada University, 1985.

Stark, O. The migration of labor. Oxford: Basil Blackwell, 1991.

Stark, O. On the Microeconomics of Return Migration. Vienna: University of Vienna, 1996.

Stark, O. y D. Bloom The New Economics of Labour Migration. American Economic Review (75), 1985, 173-178.

Stark, O., C. Helmenstein y A. Prskawetz . A Brain Gain with a Brain Drain. ECOLET, 55(2), 1997, p. 227-234.

Sutton, R. Celebrating Ourselves: The Family Reunion Rituals of African-Caribbean Transnational Families. Global Networks, 4(3), 2004, p. 243-257.

Taylor, J.  Differential migration, networks, information and risk. En: Stark, O. (Ed.) Research in Human Capital and Development, Vol. 4, 1986, p. 147-171, Greenwich, Connecticut: JAI Press.

Taylor, J. Undocumentad Mexico-U.S. Migration and the Return to Households in Rural Mexico. American Journal of Agricultural Economics, 69, 1987, 626-637.

Thomas-Hope, E. Emigration Dynamics in the Anglophone Caribbean. En: Appleyard, R. (Ed.) Emigration Dynamics in Developing Countries, Vol. 3, 1999a, p. 232-284, Aldershot: Ashgate.

Thomas-Hope, E. Return Migration to Jamaica and its Development Potential. International Migration Review, 37 (1), 1999b, p. 183-207.

Tilly, C. Transplanted networks. En: Yans-MacLoughlin, V. (Ed.) Immigration Reconsidered, 1990, p. 79-95). New York: Oxford University Press.

UNESCO THE FOUNDATION.  People on the move: Handbook of selected terms and concepts. Paris, Francia: Section on International Migration and Multicultural Policies, 2008.

Vanderkamp, J. Their Determinants and the Effects of Return Migration. The Journal of Political Economy, 79(5), 1971, p. 1012-1031.

Vanderkamp, J. Return migration: its significance and behaviour. Western Economic Journal, 10(4), 1972,  p. 460-465.

Van Hear, N. New diasporas: the mass exodus, dispersal and regrouping of migrant communities. London: Routledge/University College London Press, 1998.

Velikonja, J. Geography of return migration, En The politics of return. International return migration in Europe. Proceedings of the First European Conference on International Return Migration. Rome, November  1981, p. 11-14.

Warnes, T. The challenge of intra-Union and in-migration to “social” Europe. Journal of Ethnic and Migration Studies, 28(1), 2002, p. 135-152.

Waters, J. The Flexible Family? Recent Immigration and ‘Astronaut’ Households in Vancouver, British Columbia. En: Centre of Excellence of Vancouver (Ed.) January, RIIM Working Paper, 01-02, 2001.

Werkman, S. Coming Home: Adjustment of Americans to the United States after living abroad. En: Austin, C. (Ed.) Cross-Cultural Reentry: A Book of Readings. Texas: ACU Press 1986.

Wood, C. Equilibrium and historical-structural perspective on migration. International Migration Review, 16(2), 1982, p. 298-319.

Yang, D. Why Do Migrants Return to Poor Countries? Evidence from Philippine Migrants’ Responses to Exchange Rate Shocks, Discussion Papers Series, 2004,  p. 1-56. Michigan: The University of Michigan Ann Arbor.

Yeoh, B., Graham, E.  y Boyle, P.. Migrations and Family Relations in the Asia Pacific Region. Asian and Pacific Migration Journal, 11(1), 2002.

Yezer, A. y THURSTON, L.  Migration Patterns and Income Change. Southern Economic Journal, 1976, p. 694-702.

Zabin, C. y Hughes, S.  Economic integration and labour flows: stage migration in farm labour markets in Mexico and the United States. International Migration Review, 29(2), 1995, p. 397-422.

Zeelenberg, M.; Van-Dijk, W.; Manstead, A. y Van-der-Pligt, J. On bad decisions and disconfirmed expectancies: The psychology of regret and disappointment. Cognition and Emotion (14), 2000, p. 521-541.

Zelinsky, W. The hypothesis of the mobility transition. The Geographical Review of Economics and Statistics, LX (1), 1971, p.219-249.

Zlotnik, H. Empirical identification of international migration systems. En: KRITZ, M. (Ed.) International Migration Systems, A Global Approach. Oxford: Clarendon Press, 1992.

 

© Copyright: José Alfredo Jáuregui Díaz, 2014.
© Copyright Joaquín Recaño Valverde, 2014
© Copyright Biblio3W, 2014.

 

Ficha bibliográfica:

JÁUREGUI DÍAZ, José Alfredo y RECAÑO VALVERDE, Joaquín.Una aproximación a las definiciones, tipologías y marcos teóricos de la migración de retorno. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 30 de julio de 2014, Vol. XIX, nº 1084. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-1084.htm>. [ISSN 1138-9796].


Volver al índice de Biblio 3W

Volver al menú principal