Biblio 3w. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796]
Nº 15, 24 de marzo de 1997.


GIRALDO, F. y VIVIESCAS, F. (compiladores). Pensar la ciudad. Bogotá: Tercer Mundo Editores, Cenac y Fedevivienda. 1996. 485 p.

Hernán Henao-Delgado


A partir de la década de los años ochenta se viene produciendo en Colombia literatura sobre lo urbano. Ella adquiere cada vez mayor relevancia, ya que es urgente entender la realidad de un país cuya población se concentra cada vez más en las ciudades. En un lapso de 60 años se ha vivido la conversión del país rural, con un 70% de habitantes en el campo, a un país urbano, con el 70% y más viviendo en ciudades. Para la década de los noventa se habla de un 75%, y al final del siglo XX sólo un 20% de colombianos podrán considerarse habitantes de la ruralidad y 50 ciudades tendrán más de 100.000 habitantes.

Ese vertiginoso crecimiento urbano se ha convertido en un desafío para el estado, obligado a responder por la provisión de los servicios para la población. Sus políticas y acciones no han sido siempre felices, en tanto pocas veces se ha asumido el fenómeno en su integralidad, y se actúa, por el contrario, atendiendo problemas puntuales o adelantando proyectos sectoriales. Se privilegiaron, por ejemplo, entre los años 50 y 80, programas de vivienda, que no siempre ofrecían soluciones afortunadas, como sucedió con el desaparecido Instituto deCrédito Territorial que empezó construyendo viviendas completas, con áreas adecuadas y suficientes para una familia de 6 u 8 miembros (120-150m2), hasta finalizar ofreciendo lotes de 30m2 sólo con los servicios instalados, y un asesoramiento para la autoconstrucción.

Los significativos procesos migratorios derivados de la expulsión violenta del campo (año 48 a 65) por la lucha fratricida entre militantes de los partidos liberal y conservador, condujeron a los estudiosos de entonces a analizar el fenómeno urbano con la óptica muy reducida a los problemas de las barriadas marginales, a los cinturones de miseria, a las viviendas de material desechable o tugurios. Y también los programas de bienestar social del estado se focalizaron hacia esos pobladores. En buena medida se dejó de lado por unos y otros, además de los inversionistas de la construcción, el resto de la vida urbana: los espacios públicos, los equipamientos para actividades colectivas, las ciudades como sistemas integrales.

El cambio de mirada sobre la ciudad colombiana empieza a sentirse en la década de los años 80. Los nuevos problemas derivados de la carencia de empleo formal, falta de vivienda adecuada, servicios públicos incompletos y de mala calidad, ofertas insuficientes e ineficientes en salud y educación, escasas dotaciones deportivas, recreativas y culturales, afectación del ambiente urbano, y además el surgimiento del narcotráfico y la delincuencia de gran impacto (el secuestro, por ejemplo), se convierten en detonantes de lo que pudiera llamarse la crisis de la ciudad colombiana.

La movilización social urbana toma cuerpo en muchas partes. Las organizaciones no gubernamentales y de base popular adquieren gran peso como fuerzas de presión frente a los gobiernos locales y nacional. Las demandas se cualifican, y el estado se ve cada vez menos habilitado para dar la respuesta global a los problemas, pese incluso al apoyo de fuentes de financiamiento internacional para programas y proyectos urbanos.

Los académicos salen de los claustros universitarios, en donde habían vivido en insularidad y contemplación de las crisis, y empiezan a publicar obras que van a llegar cada vez más frecuentemente a quienes tienen la decisión política en sus manos.

Sin pretender agotar la lista, es necesario mencionar algunos nombres cuya obra hace parte de la literatura clásica colombiana de hoy, cuyo balance no se ha hecho aún. Hay ingenieros (Fabio Botero), arquitectos-urbanistas (Rogelio Salmona, Fernando Viviescas, Alberto Saldarriaga), economistas (Samuel Jaramillo), sociólogos (Alvaro Camacho), filósofos (Jesús Martín-Barbero), antropólogos (Julián Arturo), historiadores (Jacques Aprile-Gniset), psicólogos (Florence Thomas). La lista crece, a medida que se avanza en los años 80, para llegar a los noventa a dos centenares de estudiosos del fenómeno urbano que crean la Asociación Colombiana de investigadores urbano-regionales ACIUR.

El estado colombiano asume un papel de liderazgo y de atención a los llamados que hace la intelectualidad preocupada por los problemas urbanos, en la década del noventa. El Ministerio de Desarrollo Económico crea una dependencia, el Viceministerio de Vivienda, Desarrollo Urbano y Agua Potable que va a recoger las preocupaciones más importantes relacionadas con la cuestión urbana. Finalmente, en 1995, se publica la obra Ciudadanes y ciudadanía. La política urbana del Salto Social, en la cual se trazan los paramentos básicos de una concepción de estado sobre la ciudad y la intervención pertinente en ella. Como lo dice uno de sus gestores (Fabio Giraldo, en calidad de Viceministro) "quisimos iniciar el camino para dotar al país de un proyecto urbano".

Pese a que el estudio mencionado se inscribe en el gobierno del presidente Ernesto Samper (1994-1998), sus tesis tienen la suficiente fuerza para aceptarlas como iluminadoras de la concepción que sobre la ciudad colombiana deberá dominar en al menos una década; con lo cual se podrá entrar al siglo XXI actuando e interviniendo de forma armónica con lo que se avanza en el mundo occidental.

Uno de los eventos que desató la obra del Viceministerio mencionado, fue la reacción de un grupo de intelectuales y académicos, expertos en el tema urbano, y comprometidos en procesos desde diversos lugares. Pensar la ciudad es una obra que contiene el pensamiento de diversas disciplinas, ante el fenómeno complejo que comporta la ciudad. Se reúnen la filosofía, la economía, la arquitectura, el urbanismo, la literatura, la antropología, la psicología, la historia y la sociología.

La obra trasciende las fronteras de Colombia, si bien el grupo de autores toma como punto de referencia las experiencias de la ciudad colombiana. En ella se recorre también el mundo: hay miradas comparativas con ciudades de Norteamérica, América Latina y Europa. Y no sólo en referencia a la ciudad moderna o contemporánea, sino incluso a la que la antecede en el tiempo, la antigua, la medieval, la colonial.

La mirada de cada uno de los 26 autores del libro merecería un resumen especial, pero en razón de la brevedad de esta reseña -que es más bien una invitación a la lectura de la obra- se lista a continuación el título de cada uno de los ensayos y su autor respectivo, con la profesión pertinente, de eventual interés para los pares.

- "La ciudad: la política del ser", por Fabio Giraldo Isaza, economista.

- "Ciudad y complejidad: la magnitud del reto", por Luis Mauricio Cuervo, economista.

- "Comunicación y ciudad: sensibilidades, paradigmas, escenarios", por Jesús Martín-Barbero, filósofo, antropólogo, semiólogo.

- "Entre un desorden de lo real y un nuevo orden de lo imaginario: la ciudad como conflicto de memorias", por Jairo Montoya G., filósofo y linguista.

- "Localización, reconversión industrial y ajuste en el sistema urbano: el caso colombiano, un ensayo de interpretación", por Jorge Lotero, economista.

- "Medellín: una apuesta por la modernidad", por Saúl Pineda Hoyos y María Victoria Bravo G. economistas.

- "La poética del espacio I", por Rogelio Salmona, arquitecto.

- "La poética del espacio II", entrevista a Rogelio Salmona, a cargo de Ricardo Sánchez Angel y Darío Botero Uribe.

-"La ciudad: la calidad del espacio para la vivencia", por Fernando Viviescas M., arquitecto.

-"En búsqueda de la poética de la ciudad: la ciudad como obra de arte en permanente construcción", por Beatriz García Moreno, arquitecta.

-"Las ciudaddes literarias", por Fernando Cruz Kronfly, escritor.

-"La inhabitable ciudad contemporánea latinoamericana", por Luis Eduardo Hoyos Jaramillo, filósofo.

-"Memoria, movilización y comunicaciones entre la megalópolis y las redes urbanas", por Alberto Saldarriaga Roa, arquitecto.

-"La ciudad son los hombres, los hombres son la ciudad", por José Antonio Malaver, médico y filósofo.

-"Individualización, autonomía y ciudad", por Libardo Sarmiento Anzola, economista y filósofo.

-"Etica para ciudadanos", por Guiillermo Hoyos Vásquez, filósofo.

-"Ciudad, religión y ética", por Jorge Aurelio Díaz, teólogo y filósofo.

-"Ciudad, multiculturalidad y tolerancia", por Carlos B. Gutiérrez, filósofo.

-"La recepción kantiana del ethos cortesano: de la ciudad barroca a la ciudad moderna", por Lisímaco Parra, filósofo.

-"Bogotá: ¿indicios de una ciudad con vocación postmoderna o síntomas de una ciudad que descuida su función recontextualizadora?", por Antanas Mockus, alcalde de Santafé de Bogotá, matemático, filósofo.

-"Bogotá en los noventa, un escenario de intervención", por María Victoria Uribe, antropóloga.

-"Pensar la ciudad para que ella nos piense... Una mirada femenina sobre la ciudad", por Florence Thomas, psicóloga.

-"Ciudad y desencuentro: dos miradas de mujer", por Marta López, filósofa.

-"Medellín, siglo XIX, ciudad sitiada", por Jorge Alberto Naranjo, sociólogo.

-"Una lectura de ciudad: Medellín en la mira", por Hernán Henao-Delgado, antropólogo.

-"Urbanización, estado y política: notas metodológicas preliminares para la investigación histórica", por Marco Palacios, historiador.

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