Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796] 
Nº 167, 1 de septiembre de 1999 

RAMIREZ VELAZQUEZ, Blanca Rebeca. La Región en su Diferencia: los Valles Centrales de Querétaro 1940-1990. Puebla; México D.F.; Querétaro:Editorial Red Nacional de Investigación Urbana; Universidad Autónoma Metropolitana (Unidad Xochimilco); Universidad Autónoma de Querétaro, 1995. 271 p.

José Antonio Segrelles



El hundimiento de la Unión Soviética (1991) y el fin de la guerra fría ha supuesto la consolidación y expansión universal de unas políticas neoliberales que comenzaron a vislumbrarse con el gobierno de Margaret Thatcher en el Reino Unido (1979-1990) y el de Ronald Reagan en Estados Unidos (1980-1988). El gran capital ya no tiene ante sí ningún obstáculo político, económico e ideológico que le impida extender el neoliberalismo por todo el mundo mediante la llamada globalización, que no es más que un término eufemístico para designar esa fase avanzada del capitalismo que pretende seguir obteniendo las máximas ganancias a escala planetaria. Incluso se ha llegado a hablar del "fin de la historia" en un esfuerzo claro de convencer al mundo de que esta situación representa la culminación del desarrollo histórico y que no queda otro remedio que aceptarla porque en el futuro no puede haber otra forma de organización político-económica por parte de la Humanidad.

La actual ofensiva neoliberal no puede ser comprendida sin ponderar la denodada labor de muchos científicos e intelectuales cuyo fin último ha sido justificar y extender el capitalismo de tipo anglo-norteamericano. Unos han colaborado activamente, vendiendo su autoridad de pensamiento, para lograr el modelo de sociedad pretendido por los grupos de poder, lo que ha supuesto, desde hace muchos años, un gasto de cientos de millones de dólares consagrados a la producción y difusión de la ideología neoliberal (Escuela de Chicago, Cato Institute, America Inter Press Institute, Heritage Foundation, Manhattan Institute, Association Le Monde, Ford Foundation, Hoover Institution, Adam Smith Institute, etc.). Otros, por el contrario, se encuentran adormecidos por la profusión de ideas que bloquean toda capacidad de respuesta, pues los nuevos, y al mismo tiempo viejos, conceptos neoliberales (mercado, privatización, desregulación, competitividad, concurrencia, librecambio, etc.) tienen tal poder de penetración en las mentes, gracias a unos medios de comunicación de masas también a su servicio, que ahoga cualquier intento de reflexión libre y rechaza todo razonamiento que no se ajuste a la doctrina imperante, a lo "económicamente correcto". Esta concepción neoliberal del mundo impregna de su tiranía económica a la ciencia y al conjunto de la sociedad.

La geografía, evidentemente, no supone una excepción. La influencia del neoliberalismo se puede apreciar, a mi juicio, en el progresivo desarrollo de la faceta más pragmática y aplicada de nuestra ciencia, la escasa viveza del debate geográfico, el retroceso en muchos países de los enfoques marxistas y la recuperación del concepto región. Respecto a esta última cuestión resulta llamativa la abundancia de autores que durante la última década han centrado sus trabajos en el estudio de la región o de conceptos y métodos propios de la geografía regional, como P. Claval, A. Albet, P. Hagget, J. Duncan, J. Ortega, N. Thrift, G. Mercier, J.M. Castillo, R. Puyol o K. Archer. Frente a esta nueva acometida de los enfoques posibilistas, muchas veces edulcorados con aportaciones humanistas y conductistas o camuflados tras algunos recursos instrumentales como la informática y la estadística, no existe apenas una crítica combativa como la que en su día ejercieron A. Reynaud, H. Capel, G. Bertrand, G. Daudé o J. Vogtt.

Asimismo, el repliegue de la geografía marxista en la mayoría de los círculos docentes e investigadores deja el paso libre a unas metodologías y fundamentos que implican el cultivo de una geografía conservadora, idealista, despolitizada, aséptica e inocua, con visiones sesgadas, irreales y parciales del espacio y del mundo.

Sin embargo, el libro de Blanca Rebeca Ramírez Velázquez, profesora de geografía del Departamento de Teoría y Análisis (División de Ciencias y Artes para el Diseño) de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (México), sobre La Región en su Diferencia: los Valles Centrales de Querétaro 1940-1990, demuestra que ciertos debates, interpretaciones, teorías y métodos, tan frecuentes en la ciencia geográfica de otros tiempos, no han perdido vigencia, ni eficacia, entre los colectivos de geógrafos de algunas latitudes, pese a que el devenir de los acontecimientos no sea nada propicio para ello. En este sentido, la obra puede ser ponderada desde dos puntos de vista que se encuentran, como no podía ser de otra forma, íntimamente relacionados: el propio tema de estudio, es decir, la ganadería lechera del área central del Estado mexicano de Querétaro, y la metodología y conceptos empleados para demostrar la hipótesis elaborada. Es más, el minucioso análisis que la autora realiza sobre la ganadería queretana parece un medio más que un fin, ya que a partir de este vehículo empírico construye una atinada y eficaz conceptualización del territorio.

En ningún momento se descalifica la región, o se reniega de ella, como objeto de estudio geográfico, pero, eso sí, sustentada por un basamento teórico-metodológico que se aleja de esas referencias tradicionales que consideraban, y aún consideran en muchos lugares, el espacio como un paisaje literario, singular, estático, inmutable, ajeno a los procesos que en su seno acontecen y formado por un conglomerado casual de objetos y fenómenos desligados, aislados y sin ninguna relación de dependencia entre sí. Blanca Rebeca Ramírez Velázquez rechaza la geografía regional clásica, que es eminentemente descriptiva e idiográfica, yuxtapone los datos obtenidos y fenómenos estudiados, fragmenta el espacio en departamentos-estancos, no consigue realizar la tan ensalzada síntesis final y hace hincapié sobre todo en el carácter homogéneo que adquiere la región tratada, tal como se desprende de las aportaciones de los posibilistas franceses y anglo-sajones: Vidal de la Blache, Brunhes, De Martonne, Demangeon, Hettner, Hartshorne o Sauer. La autora también critica, por otro lado, la perspectiva estática, ahistórica y homogeneizadora que para la comprensión de la región realizaron, mediante modelos matemáticos, diversos economistas regionales: Christaller, Lösch, von Thünen, Issard o Weber.

Por todo ello, la primera parte del título del libro (La Región en su Diferencia) ya es todo un alegato de intenciones que preconiza el marco teórico-conceptual de referencia, ya que la región es considerada "como un soporte material que es apropiado diferencialmente por el proceso de reproducción del capital, y en donde latendencia homogeneizadora de su movimiento crea, mediante un proceso de desarrollo desigual y combinado, relaciones sociales diferenciales que se materializan territorialmente a partir de las distintas regiones que conforman. En este sentido, las diferencias regionales son el resultado de la forma de apropiación del capital en ámbitos territoriales específicos".

Estas palabras textuales son suficientemente explícitas de la imperiosa necesidad de abandonar los enfoques regionales clásicos para pasar a un nuevo plano teórico y metodológico que permita analizar de forma adecuada la dinámica y transformación del territorio, así como desentrañar las relaciones socio-económicas profundas que tienen lugar en el espacio. Un espacio que por propia definición es capitalista en nuestra actual sociedad. Aquí surge la teoría marxista como instrumento de análisis indispensable, pues el materialismo dialéctico (homogeneización-diferenciación) posibilita la comprensión integral de los procesos de transformación del territorio, mientras que el materialismo histórico, por su parte, permite aprehender, a partir de las relaciones de producción existentes, las diferencias que aparecen en el interior de las regiones desde la perspectiva de los cambios producidos por el capitalismo. De ahí que el estudio de un territorio concreto (los valles centrales de Querétaro) y de un sector productivo específico (el lechero) mediante este aparato teórico-metodológico sirva para entender la dinámica y procesos espaciales de otras regiones capitalistas de México, e incluso de otras zonas del mundo con características y condiciones similares.

Asimismo, la original conceptualización de la región, la aplicación del materialismo dialéctico y el estudio de las relaciones capitalistas de producción en las que la actividad agropecuaria aparece integrada con la industria y con el proceso de urbanización, hace posible que podamos comprender no sólo el funcionamiento y relaciones globales que se establecen en el espacio, sino también la progresiva transformación del territorio estudiado, desde la década de los años cuarenta hasta nuestros días, a través del análisis de su diferencia como elemento básico para entender la tendencia homogeneizadora que caracteriza la evolución del capital.

El libro se divide en siete capítulos con la introducción correspondiente. Esta última, que consta de diecisiéte páginas y cinco apartados (1.-La "contraposición" campo-ciudad; 2.-La "dicotomía" homogeneización-diferenciación; 3.-La "articulación" escalas-fragmentación; 4.- El Estado, diferenciación territorial y social; y 5.-El falso problema: teoricismo-empirismo) no tiene desperdicio alguno, tanto para los geógrafos que se dedican al estudio de los temas ganaderos, agrorurales y agroindustriales como para los que tienen su principal punto de interés en las cuestiones epistemológicas y teórico-metodológicas de la geografía, ya que cada frase y comentario aquí contenidos constituyen auténticas sentencias geográficas plenas de sentido y dignas de reflexión.

Por su parte, los capítulos y subcapítulos de esta obra ofrecen los siguientes enunciados:

1.El desarrollo cíclico del territorio queretano
1.1.El territorio colonial: el auge de la hacienda del siglo XVII y XVIII
1.2.Independencia política y depresión económica del siglo XIX
1.3.Paz social del Porfiriato y nuevo auge económico queretano
1.4.Consolidación agraria y bases para el desarrollo modernizante del siglo XX
1.5.Bases para la modernización agropecuaria e industrial de 1940

2.El contexto nacional de la ganadería queretana
2.1.La modernización de la agricultura mexicana
2.2.El modelo industrializador-urbano y la ganadería
2.3.División internacional y regional de la producción lechera nacional

3.Nuevos patrones de producción agrícola
3.1.Bases de la producción modernizada
3.2.Cultivos de subsistencia y cultivos forrajeros
3.3.El riego como apoyo al cambio de cultivos
3.4.Modernización y capitalismo en la región

4.La concentración-diferenciación del territorio ganadero
4.1.Expansión y capitalización del sector privado, 1940-1960
4.2.Intensificación, productividad e industrialización, 1960-1970
4.3.Diferenciación social y territorial del ámbito productivo, 1980
4.4.Formas de producción, acumulación de capital y conflictos sociales

5.Las políticas regionales del Estado
5.1.El apoyo a la infraestructura ganadera: La política de riego
5.2.La política crediticia
5.3.Las instituciones de apoyo a la política estatal
5.4.La Crisis 1980-1990 y reconstrucción de la ganadería regional
5.5.Las organizaciones de los agentes sociales del capital
5.6.La política de soportes de integración regional

6.Políticas neoliberales y cambios en el panorama regional
6.1.Impacto de los cambios en la Legislación Agraria
6.2.Los cambios en el sistema crediticio
6.3.El reordenamiento del riego
6.4.Instituciones de apoyo a la política estatal
6.5.Reconcentración del sector pecuario: 1990-1993

7.Dinámica de ordenamiento territorial contemporáneo
7.1.La primera fragmentación de los valles centrales de Querétaro
7.2.La fragmentación neoliberal contemporánea
7.3.Industrialización y urbanización del campo
7.4.Industrialización y movilidad de la población regional
7.5.Articulación e integración del territorio
7.6.Modelos de desarrollo y reorganización territorial

Aun a riesgo de que resulte en exceso farragoso, se incluye gran parte del índice porque el sólo título de los capítulos y apartados principales ya demuestra claramente las diferencias conceptuales y analíticas que separan esta obra de la mayoría de los estudios con temática agropecuaria elaborados por los geógrafos. Este índice es fiel reflejo de las necesidades derivadas de la hipótesis de partida, pues su demostración exige el ánalisis minucioso de los fenómenos y elementos aquí contenidos.

Dicha hipótesis plantea que el desarrollo de la producción lechera en las diferentes regiones de México también es aplicable al caso de Querétaro, manteniendo además una relación directa con el papel que se le ha asignado al país en la división internacional del trabajo del sector pecuario. Es decir, para la autora es primordial la situación de la producción y el comercio internacionales en la evolución y transformación de la región queretana, ya que gran parte del desarrollo ganadero mexicano se debe a la demanda cárnica por parte de Estados Unidos, de tal forma que la cría y exportación de terneros de engorde actúa en detrimento de la producción de leche en México, que es sustituida por la compra de los excedentes lácteos de Canadá y Estados Unidos. Este modelo, aparentemente absurdo, es la respuesta "lógica" a las necesidades de acumulación, reproducción y desequilibrio que tiene el capitalismo internacional, así como a las exigencias de especialización ganadera que el país debe cumplir dentro de la divisón mundial y regional del trabajo en este aprovechamiento. Y todo ello pese a que las políticas estatales mexicanas intentaron favorecer la producción lechera nacional desde la década de los años setenta, aumentando su productividad para aliviar de este modo la carga que para su deuda externa suponía la importación láctea desde el extranjero. Querétaro, sobre todo los valles centrales, con excelentes condiciones climáticas y próximo al enorme mercado consumidor de México D.F., ha experimentado un intenso proceso de transformación territorial a partir de su especialización en la ganadería lechera.

Según se puede comprobar a lo largo del libro, Blanca Rebeca Ramírez Velázquez es plenamente consciente, algo no demasiado habitual en el mundo de hoy, de la decisiva influencia del capital como creador y transformador del espacio y de los centros de poder como organizadores del territorio. No olvida, además, que la progresiva sustitución del factor trabajo por el factor capital en la actividad pecuaria intensiva es un fenómeno determinante, ya que la implantación y desarrollo de este tipo de ganadería no se debe a la propia evolución de la empresa agropecuaria sino a las inversiones capitalistas, con todas las modificaciones socio-económicas y espaciales que esto conlleva, y que muchas explotaciones ganaderas se rigen por el esquema Dinero Inicial-Mercancía-Dinero Final, es decir, registran importantes inversiones de capital acumulado en actividades urbanas, por un esfuerzo propio en trabajo y capital, conseguido en el campo o con la ayuda de créditos, para producir mercancías cuya venta permite obtener beneficios además de amortizar el capital invertido.

Por otro lado, si tenemos en cuenta que el capital, aparte de crear y transformar el espacio, configura y articula su propio espacio impulsado por su dinámica interna, es fácil deducir la importancia que este factor ha tenido en la organización de las áreas ganaderas y del territorio donde éstas se implantan y desarrollan, pues la concentración espacial de la totalidad de las fases que componen el proceso productivo, así como de los mercados consumidores y de las industrias y servicios complementarios, garantiza el rendimiento óptimo del capital invertido.

En el estudio de este proceso, que para la autora constituye un punto de partida teórico, no sólo se ha tenido en cuenta la parte más visible de la realidad espacial (ganado, granjas, cultivos, industrias, infraestructuras, ciudades...), es decir, lo que para el geógrafo posibilista francés J. Brunhes debía ser el objeto primordial de la geografía, sino también los elementos menos visibles, puesto que el espacio geográfico no se reduce al paisaje observable, pero que permiten comprender, quizás con mayor intensidad y precisión, la organización del territorio y del complejo ganadero. Es el caso de los poderes políticos y socio-económicos, de las relaciones sociales y productivas, de las políticas nacionales y supranacionales, de la difusión de las innovaciones y la tecnología, de las estrategias de las grandes compañías transnacionales, de los flujos inversores, de la dinámica del capital internacional, del intercambio desigual o de los mercados, entre otros factores que tienen una influencia decisiva en la transformación del espacio y en el funcionamiento de la actividad pecuaria y que la autora da cumplida cuenta de ellos.

Este trabajo, en definitiva, constituye una aportación muy valiosa al estudio de los temas ganaderos en las sociedades capitalistas que los geógrafos, sin duda, sabrán apreciar, pero no sólo por su interés objetivo, rigor en el tratamiento y existencia de un armazón teórico-metodológico bien articulado, eficaz y explicativo, sino también porque se trata de un libro crítico, valiente, arriesgado y que puede promover el debate, valores dignos de admiración, por infrecuentes, en este mundo neoliberal por el que caminamos.

©Copyright José Antonio Segrelles 1999
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