Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796]
Nº 17, 25 de abril de 1997.

SPANNOCCHI, T. Marine del Regno di Sicilia. A cura di Rosario Trovato. Ordine degli architetti della provincia di Catania. 1993.

Alicia Cámara Muñoz




En 1993 el profesor Rosario Trovato, de la Universidad de Catania, se encargó de la edición facsímil de uno de los manuscritos más interesantes de todos los que se conservan realizados por los ingenieros del siglo XVI al servicio de la monarquía española. Se trata de la Descripción de las Marinas de todo el Reino de Sicllia. Con otras importantes declaraciones notadas por el Cavallero Tiburcio Spanoqui del Abito de San Juan Gentilhombre de la Casa de su Magestad. Dirigido al Prícipe Filipe Nuestro Señor en el año de MDXCVI. Fue publicado por L'Ordine degli Architetti di Catania, en una edición que no se comercializó. El interés que esta obra puede tener para geógrafos, historiadores de la arquitectura y el urbanismo, de la economía o de la demografía nos lleva a reseñar esta edición. Es, además, una obra de arte en sí misma por los bellísimos dibujos que ilustran la relación del ingeniero Spanoqui, que se formó con un pintor de Siena, su lugar de origen.

En 1596, que es cuando está fechada la portada de este manuscrito, conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid (Ms. n° 788) el nombre de Spanoqui aparece con la grafía con la que se le acabó citando después de llegado a la península, siendo Spannocchi su apellido en italiano. Parece que esta obra la pudo hacer entre los años 1575-1578, según el profesor Trovato, acabándola ya en Madrid. De hecho en la dedicatoria informa que hace ya dieciocho años que hizo la relación recorriendo para ello todas las costas de la isla.

La importancia que tenían este tipo de descripciones para el conocimiento y el control de sus territorios por parte de la monarquía la pone también de manifiesto el autor al indicar el carácter casi secreto que debe tener "pues no es materia que se permita comunicar a muchos", lo que impedirá también el darla a la imprenta. Es un arma en manos del rey y de su Consejo de Guerra y como tal debe ser considerada esta descripción geográfica. La información allí recogida debe servir para fortificar y defender con mayor efectividad esa isla perfeccionando un completo sistema de fortificación de las costas mediante torres, un sistema que también se puso en práctica en la península para defenderse del mismo enemigo común: los "Cosarios de Barberia".

Como sucede en todos los informes de los ingenieros del Renacimiento, es un manuscrito en el cual imagen y palabra forman un todo único. Todas las torres de la isla (en algunos casos se incluye la planta) nos son presentadas tal como las pudo ver Spanoqui desde un barco. En los dibujos de las ciudades presenta tres vistas, que responden a lo más avanzado de ese siglo en lo referente a la ciencia de la cartografía y el levantamiento de planos: un mapa del territorio en el que sitúa geográficamente a la ciudad, una vista de la ciudad como si nos aproximáramos a ella en barco y la planta de dicha ciudad con las fortificaciones es decir la visión del arquitecto militar. Es un manuscrito muy meditado en su estructura, pues en todas las descripciones de ciudades se contemplan esos tres puntos de vista, manteniendo un recuadro en blanco para algunas de estas vistas en los casos en que el ingeniero, por falta de datos o de tiempo, no pudo hacer el dibujo que correspondía a ese recuadro. En este sentido cabría hablar de una obra incompleta, pero es el mismo Spanoqui el que deja abierto su manuscrito para que pueda ser completado.

Afirma ser el responsable de la planta y cimientos de la casa real de Palermo, aunque en esta edición facsímil no se refleja que en el manuscrito hay un papel pegado encima de las palabras "por mi orden", con lo que nos deja la duda de hasta qué punto fue él el responsable de esa planta y cimientos. En esta edición lógicamente todas las páginas van encuadernadas, y sin embargo en el manuscrito de la Biblioteca Nacional, la hoja en la que se dan las medidas utilizadas en Italia y España -para permitir la correcta lectura de imágenes y textos en esta descripción- es una hoja suelta. Salvo estos pequeños detalles, difíciles de solucionar al publicar el manuscrito, es ésta una edición impecable.

Informa Spanoqui de las más variadas materias, lo que convierte a esta obra en objeto de interés para los historiadores, cualquiera que sea el campo de trabajo. Nos habla por ejemplo de manera sistemática del coste de los materiales de construcción (cal, piedra, arena, agua, lo que cobran oficiales y peones...) en los distintos lugares de la isla. Asimismo registra el número de vecinos de cada lugar indicando los que, a pie o a caballo, son útiles para la defensa. También los productos que constituyen la riqueza de la isla son enumerados: el vino, el aceite el queso, la seda. Por todo ello es una fuente de información de primer orden para todos los interesados en la historia de Sicilia, en la representación el territorio a fines del siglo XVI, en la profesión de los ingenieros, etc.

Si el manuscrito es valioso, hay que señalar que el profesional que lo realizó fue uno de los mejores ingenieros italianos al servicio de la monarquía española. Spanoqui nos informa además en esta Descripción de las marinas de Sicilia que está en su ánimo hacer una descripción similar de los reinos de España, para lo que tiene ya gran parte del material, fruto de sus incesantes viajes desde que llegó a la península en 1580, enviado por el virrey de Sicilia. Un rápido resumen de su actividad puede dar idea de la envergadura profesional de este hombre, que fue el primer ingeniero que de manera oficial obtuvo el título de Ingeniero Mayor de los Reinos de España. De origen noble, estuvo emparentado con el papa Pablo V, aunque no se le permitió visitarle cuando fue elegido dado que se consideró imposible reemplazarlo en sus funciones en España por otro inqeniero.

Desde su llegada en 1580, hasta su muerte, acontecida probablemente en 1606, se ocupó de las siguientes obras: fortificaciones de Fuenterrabía, San Sebastián, proyectos para los fuertes del estrecho de Magallanes y para las islas Azores, supervisó las fortificaciones proyectadas por Antonelli para el Caribe, fortificación de Cádiz, Zaragoza, valles de los Pirineos con la importante ciudadela de Jaca entre otras obras, La Coruña, Pontevedra, Santander, fortificaciones de Portugal... Todas las fronteras peninsulares fueron recorridas por este ingeniero que llegó a ser el máximo responsable de las fortificaciones españolas. Con él se formaron otros ingenieros: Cristóbal de Rojas, Jerónimo de Soto, Leonardo Turriano, Próspero Casola... Se ocupó de cómo solucionar las periódicas inundaciones del río Guadalquivir en Sevilla, fue consultado para obras de arquitectura y, si ya hemos alabado su capacidad para el dibujo, también señalaremos que realizó maquetas de algunas fortificaciones, hoy perdidas.

De todo ese trabajo quedan multitud de dibujos e informes en los archivos. pero esta Descripción de las marinas de Sicilia es la única obra suya conocida hasta ahora que abarca de manera sistemática la descripción geográfica, con fines defensivos, de un territorio en su totalidad, como una forma cerrada por la cadena de torres y fortalezas que describe.


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