Menú principal                                                                                                                       Índice de Biblio 3W
 
Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796] 
Nº 260, 8 de noviembre de 2000 

GONÇALVES, Elias Machado. La estructura de la noticia en las redes digitales. Un estudio de las consecuencias de las metamorfosis tecnológicas en el periodismo. Tesis Doctoral dirigida por el Profesor Miguel Rodrigo Alsina. Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación, Universidad Autónoma de Barcelona, 2000. 521 p.

Horacio Capel


Palabras clave: redes digitales/ periodismo/ comunicación

Key words: cyber networks/ journalism/ communication



La generalización de Internet está produciendo efectos de gran trascendencia en la producción y circulación de noticias y en el papel del usuario. Es natural que el tema interese en las Facultades de Ciencias de la Comunicación, y que a lo largo de esta década sean cada vez más numerosos los trabajos dedicados al tema. La Tesis Doctoral de Elias Machado Gonçalves sobre La estructura de la noticia en las redes digitales, dirigida por el Profesor Miguel Rodrigo Alsina y presentada en el Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, constituye una excelente aportación original al tema, así como una valiosa sistematización de la bibliografía existente.

Estamos ante una investigación muy ambiciosa en la que el autor trata de aportar elementos "para una teoría general del periodismo digital", y más concretamente defiende que las redes digitales constituyen una nueva modalidad de periodismo que "permite incorporar a los usuarios de forma activa en todos las etapas de la producción de noticias (pág. 45). A partir de ahí establece diez objetivos secundarios, formulados en forma de preguntas (págs. 45-46), a los que corresponden diez capítulos de la Tesis (del 3 al 12).

Se trata de una empresa que el autor aborda con un amplio bagaje de lecturas teóricas de procedencia diversa, desde los trabajos sobre macrohistoria de los medios desarrollados por el economista canadiense Harold Inn, para el cual los soportes tecnológico-comunicativos son elementos centrales de las transformaciones sociales y de la comunicación humana, hasta aportaciones de la teoría de la comunicación, de la sociología, de la geografía humana y de otras disciplinas.

El autor insiste siempre en la naturaleza teórica de su trabajo, pero utiliza datos empíricos de carácter variado: estadísticas, noticias periodísticas y documentos internos, así como una amplia encuesta realizada a periodistas y los datos obtenidos en Internet a través de tres horas diarias de navegación durante el período central de la investigación. También ha utilizado las informaciones reunidas por él mismo en trabajos publicados anteriormente, a partir de su Tesis de Maestrado presentada en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Salvador, Bahia, y que llevaba por título A dialética do discurso jornalístico (1992). El autor ha realizado asimismo trabajo de campo en la redacción de diversos periódicos españoles y brasileños, con una estancia de diez días en cada redacción, lo que le ha permitido conocer de cerca el proceso de elaboración de las noticias y la utilización de medios electrónicos. Los periódicos en los que ha realizado dicho trabajo de campo son españoles (El Mundo Digital, Enredando, Estrella Digital) y brasileños (Abril Multimedia, Globo On y Zero Hora).

En conjunto, se trata de un trabajo original y personal, de un autor con experiencia investigadora y profesional previa. No duda en expresar de forma clara sus coincidencias y desacuerdos con autores conocidos, lo que refleja una gran madurez intelectual y una reflexión amplia que le permite tomas de posición bastante nítidas y contundentes.

La Tesis tiene unos primeros capítulos de carácter introductorio y metodológico, y dos partes esenciales dedicadas: una, a las condiciones del entorno en que se implanta el periodismo digital y las dificultades para que el ciberespacio se convierta en una esfera pública democrática (capítulos 4 a 7); y otra, a las consecuencias de la revolución digital en los sistemas de producción de noticias y en la práctica periodística (capítulos 8 a 12). En esta reseña destacaré de forma resumida aquellas ideas del autor que me parecen especialmente interesantes, para dar cuenta de su rico contenido.

La prensa y el territorio

La Tesis dedica atención a los cambios empresariales y espaciales que se han producido en la circulación de la prensa. Se trata de un tema que fue abordado ya desde los años 1920 por especialistas diversos, y en particular por los sociólogos de la escuela de Chicago.

En su estudio sobre la ciudad Robert E. Park preguntaba por la formación de la opinión pública, la publicidad y el control social, y consideraba a la prensa como el más importante de los instrumentos para controlar, ilustrar y utilizar a dicha opinión, siendo el periódico el gran medio de comunicación de la ciudad. A partir de ahí se planteaba preguntas sobre qué es una noticia, sobre la especificidad de los métodos de los periodistas, sobre su influencia real en la opinión pública, sobre el periodismo amarillo, sobre las consecuencias que podría tener el monopolio municipal de los periódicos, y sobre la diferencia entre publicidad y noticia (Park, 1915; en 1999, p. 77-79), cuestiones que pasaron a ser investigadas por él mismo -en trabajos que el autor de la Tesis cita-y por otros investigadores de la Escuela de Chicago.

Más adelante el mismo Park dedicó atención a la dimensión espacial de la circulación de la prensa, en relación con el problema del papel de los periódicos en la difusión de pautas de comportamiento y formas de vida urbana (Park, 1929, en Theodorson, 1974). El tema sería retomado por los geógrafos en el marco de las investigaciones sobre lo que entonces se llamaban las redes urbanas, es decir las jerarquía de ciudades y sus áreas de influencia, en las que el estudio de la circulación de la prensa se utilizaba para medir la extensión de la influencia de distintos tipos de ciudades.

En la Tesis se alude a la aparición y desarrollo de las ediciones nacionales de los periódicos y al papel que éstas tuvieron en la consolidación del Estado liberal. También se muestra que más tarde el periodismo nacional tuvo que adaptarse a las necesidades de noticias locales y regionales.

Elías Machado recuerda acertadamente que a fines del siglo XIX el periodismo descubrió la ciudad como fuente de noticias y de ventas, ya que los ciudadanos se convirtieron crecientemente en lectores de periódicos. Al mismo tiempo la prensa empezó a denunciar los problemas de la ciudad, coincidiendo con un momento de aumento efectivo de los conflictos sociales en la ciudad. Diversos trabajos (como el de David P. Nord, 1985) dan noticias de esa evolución, que conducen a un papel creciente de la prensa en la denuncia de las condiciones sanitarias, educativas y, a la vez, en el desarrollo de una conciencia creciente de identidad y de sentimiento de comunidad (a lo que se alude en la pág. 91 de la Tesis).

Desde los años 20 la radio y más tarde la televisión, compitieron con la prensa y la obligaron a adaptarse a la nueva situación. En los años 1950 se produce un divorcio de lo local y lo nacional. La ciudad deja de ser centro de atención de los periódicos. Aparece el periódico monopolista y las cadenas, con sede en una gran ciudad metropolitana a la vez que desaparece la prensa local y regional. Esas conclusiones de la Tesis son confirmadas por las investigaciones que actualmente se hacen sobre la industria periodísticas. Por ejemplo, y por citar una obra reciente no citada en ella, el trabajo de Hans van Kranenburg (1999) sobre nacimiento, supervivencia y muerte de empresas en relación con los ciclos de vida industriales, presentada como Tesis doctoral en la Universidad de Maastricht, en el que se muestra que el número de periódicos alcanzó su máximo hacia 1950 y que desde entonces ha disminuido fuertemente, a la vez que aumentaban las ventas (y el precio).

Desde los años 80 existe una especialización del público y una especialización de los periódicos, con la incorporación de cuadernillos y suplementos para públicos diversos. Aparecen también publicaciones especializadas para públicos diversos, difundidas según composición cultural y socioeconómica. Se fragmenta el público. Se crean ediciones de barrio, metropolitanas, regionales, de lo que son un buen ejemplo las nuevas ediciones regionales de El País desde 1982 (pág. 96).

El autor señala justamente el papel esencial de periodismo en la constitución del territorio nacional, en la formación de la conciencia de pertenencia a una comunidad, lo cual "permitirá a los individuos el reconocimiento de un territorio geográficamente abstracto" (pág. 101).

En ese contexto puede situarse el nacimiento y desarrollo de las redes digitales, que parecen superar el concepto tradicional de territorio y que establecen conexiones entre espacios alejados; apoyándose en la lengua y en rasgos culturales compartidos se pueden conectar amplios espacios (por ejemplo, España e Hispanoamérica).

El autor, lector atento de Milton Santos, advierte acertadamente que el proceso de desterritorialización no es el fin del territorio (pág. 102), respecto al cual existe una "permanente construcción cultural, política y jurídica". También muestra como lo global convive hoy con lo local y como la comunidad amplía sus horizontes a la escala mundial: lo global sería lo general y lo local lo cotidiano (pág. 104).

Elias Machado utiliza la metáfora de la ciudad digital, de la Telépolis y la reciente obra de Javier Echeverría Cosmopolitas domésticos. Apoyándose en ellas estima que "el espacio digital facilita la confusión de casa, trabajo y calle en el ágora de las pantallas" (pág. 107). Y también que "en la expandida Telépolis los medios de comunicación son como una encrucijada de calles" (pág. 107). Efectivamente, ya no se necesita salir a la calle para charlar, comprar, realizar un negocio bancario, leer el periódico, consultar los libros de una biblioteca; incluso se podría llegar a viajar sin salir de la casa a través de reportajes en tres dimensiones sobre países lejanos.

El mercado y los usuarios del periodismo digital

La Tesis dedica atención a la estructura del mercado en el mundo digital (capítulo 5) y muestra el permanente juego de alianzas, fusiones y adquisiciones que existe en este campo así como la tendencia a la concentración en forma de oligopolio, en donde los pequeños entran en alianza pero en posiciones secundarias. También analiza la aparición de grandes conglomerados y el negocio en la red en relación con los proveedores de accesos, los portales y los proveedores de servicio en línea que son a la vez portales. Utilizando informaciones de procedencia variada, se dan datos sobre los volúmenes de ingresos generados en la red, las cifras creciente de publicidad -que todavía quedan sin embargo lejos de la que se realiza en los medios tradicionales (prensa, televisión, radio)-, el valor bursátil de las sociedades de informática y de las empresas que facilitan noticias o acceso en la red, y del valor de las transacciones y de los ingresos en la red. La opinión del autor es que "lo que se impone es adaptar la producción de noticias a las condiciones del soporte digital y elaborar ofertas personalizadas capaces de conectar con demandas específicas"; también estima que "la rentabilidad de las empresas periodísticas ahora y la maduración del negocio en el futuro depende de la calidad de los contenidos y de las relaciones que potencia con su entorno" (pág. 152).

El autor piensa que "el grado de interacción entre los usuarios y los periodistas es lo que puede motivar en gran medida la adhesión de las colectividades al periodismo digital", pero que hasta ahora la gran mayoría de las publicaciones disponibles en la red reproduce los métodos centralizados de los medios convencionales y no incorporan al usuario en el proceso de producción de la noticia" (pág. 153). Esa posible incorporación es el objeto del capítulo 6 dedicado a "El concepto de interacción en el periodismo digital". En él muestra que la producción centralizada de los periódicos -es decir el sistema basado en la centralización de las tareas y de absoluto dominio editorial sobre las noticias- fue una opción histórica adoptada en la segunda mitad del siglo pasado cuando el periódico adquirió el carácter de una empresa.

Aunque la invención de la figura del reportero significó un cambio importante, sin embargo el editor siguió siendo el coordinador de todo el proceso. La introducción de los ordenadores personales en los años 1980 no ha significado una modificación esencial del sistema, ya que éstos no han aumentado la participación del público en las tareas periodísticas, y su papel sigue estando limitado a ser consumidores o a la intervención como fuentes de las noticias o en la sección de Cartas al director.

En la actualidad desde el punto de vista técnico es posible pensar en la intervención de los individuos como miembros activos en el proceso periodístico: "la tecnología digital permite que la interacción con los usuarios se inscriba en el ámbito de las prácticas periodísticas y que desde allí se promueva una alteración completa en el periodismo" (pág. 170). Pero, de momento, en los diarios digitales lo más a lo que se ha llegado es a que el lector elija su diario individual, seleccionando las secciones, columnas y servicios que le interesan (y recibiendo, por ejemplo, solo la sección de deportes o de economía). Ese sistema personalizado ha sido criticado por el hecho de que puede hacer perder a los consumidores la visión general de la sociedad, lo que el autor estima que no está asegurado tampoco con el periodismo genérico actual.

En la Tesis se estudia la racionalización de las prácticas productivas en los periódicos multimedia, y se concluye que no han cambiado en lo esencial, ya que en todos los casos estudiados la empresa sigue siendo el lugar de trabajo de los periodistas, y solo excepcionalmente algunos trabajan en casa. El periodista ya no es el antiguo reportero y no se pone en contacto con los hechos, sino más bien con las pantallas de los ordenadores donde está seleccionando noticias de las agencias, bases de datos, informaciones de radio, pantallas de televisión y las informaciones que le llegan por correo electrónico. La hora del cierre de la edición se sigue manteniendo, pero es un concepto contradictorio con al periodismo digital, ya que sería posible ir actualizando el periódico durante las 24 horas, según van llegando las noticias de las agencias.

El autor estima que de momento no se ha llegado a la democracia electrónica, con la participación del público que se integra en las redes. Una democracia electrónica que, en lo que se refiere al periodismo, debería significar "la incorporación del consumidor en la lógica de la producción de contenidos" (pág. 182).

El desafío para empresarios y periodistas es "posibilitar que el usuario del sistema pase a tener condiciones de influir en el proceso productivo". Pero eso no es considerado hoy prácticamente por ningún gran medio. En parte ello es debido a la centralización creciente que se da en los medios y a la creación de grandes conglomerados empresariales.

El capítulo acaba con una declaración de deseos: con la llegada de la era digital vuelve a plantearse "la necesidad de democratizar el uso de la tecnología para constituir una esfera pública centrada en la ciudadanía, donde el consumo sea apenas una de las etapas de las prácticas sociales". La organizaciones periodísticas "tienen un inmenso potencial como institución en la sociedad civil" (pág. 187).

Pero ese ideal es difícil de alcanzar, debido a la situación de oligopolio de los medios y a los lazos con el mercado y con el Estado -tema del capítulo 7-; y debido también a que "la construcción de la democracia pasa por la necesidad de garantizar la efectividad de las organizaciones periodísticas en tanto que instancias de la sociedad civil, con relativa autonomía del mercado y del Estado" (pág. 188).

Los usuarios en la construcción de las noticias y la democracia digital

Una idea básica en la Tesis es la de que con el periodismo digital se puede producir la incorporación de los usuarios de forma activa en la elaboración de las noticias. Eso le conduce a plantear el problema de "El periodismo digital en una esfera pública democrática", cuestión abordada en el capítulo 7 de la obra.

Parte de la obra de Habermas sobre la esfera pública -que valora y cuestiona-, y utiliza otros esquemas conceptuales complementarios, como los trabajos de Peter Dahlgreen, para pasar al debate de las posibilidades de la democracia electrónica, amenazada por la comercialización y la mercantilización del discurso público. El debate fundamental se centra en si las tecnologías de la comunicación pueden ayudar a los ciudadanos a romper el monopolio de los propietarios de las cadenas de televisión, sindicatos de periódicos y conglomerados editoriales, ante lo que algunos autores como Howard Reingold mantienen una postura pesimista por el hecho de que "la mercantilización de los medios de comunicación ha llevado al deterioro radical de la esfera pública y de una utópica democracia electrónica" (pág. 199). Frente a ello el autor sostiene que esas posturas desconocen "que la complejidad social garantiza, más que una función instrumental, las prácticas periodísticas en el ciberespacio".

En ese capítulo se analizan los desarrollos más recientes en el periodismo ciberespacial, con la búsqueda de inmediatez que lleva a publicar datos no suficientemente contrastados: "El rumor y la especulación son ahora un material utilizable", lo que conduce a una crisis de la profesión tradicional del periodista, cuyo código deontológico le exigía contrastar siempre las fuentes de sus noticias.

Pero al mismo tiempo el autor sostiene que el periodismo digital puede contribuir al desarrollo de la sociedad civil, en donde los ciudadanos se comprometen en un proceso de conversación e intercambio de información entre ellos, interaccionando con los demás para intervenir políticamente. Par eso se debe romper con el modelo de consumo en el mercado de la noticia. Todo ello teniendo en cuenta que "la esfera pública, el orden social democrático por lo general no pueden existir exclusivamente en el ciberespacio" (pág. 215), y que éste se ve también afectado por las batalla por el control político y por la explotación económica de las redes digitales.

El punto de vista del autor es que "la especificidad de la tecnología digital que sostiene el espacio de las redes digitales, posee inmensas potencialidades para la interacción tanto entre los periodistas y los ciudadanos como entre los ciudadanos mismos, pero todo depende de la manera como se estructure el sistema productivo de la noticia en el ciberespacio" (pág. 216).

En relación con esa idea, y para comprobar su validez, examina los formatos emergentes en la prensa digital, del tipo Charlas de Lectores, la Portada de los Lectores, los Foros de Lectores, Encuestas, Documentos, y el Diario de los Lectores; encuentra que algunos están muy alejados de los formatos periodísticos, pero otros parecen interesantes tentativas de adaptar el periodismo al nuevo soporte. Algunos de los formatos integran al usuario de forma activa en la proceso de producción de la noticia, y a partir de ahí "el usuario puede sobrepasar la función de miembro de una audiencia para asumirse como ciudadano" (pág. 219). En esos formatos el periodista no desaparecería, sino que "se encargaría a gran escala de la formación del público como inteligencia social, al contar para amplias audiencias las causas y consecuencias de los eventos relevantes de su época" (citando a Raymond Boivert en un trabajo sobre el ideal en la república democrática de John Dewey).

Las cuestiones planteadas por Elias Machado son muy importantes en el momento actual. El objetivo de la participación del usuario en la construcción de noticias y la participación del ciudadano en una sociedad democrática a través de la interacción en la red es de gran trascendencia. Y anima ver opiniones optimistas sobre el particular.

De todas maneras, en el momento actual nos falta todavía perspectiva para saber qué va a suceder. Pero no es seguro que sea del todo así. Ya hace mucho tiempo que los sociólogos vienen advirtiendo (por ejemplo Jean Remy) que la tecnología es neutra, y que el sentido que adopta finalmente depende del uso social que se haga de ella.

En el caso de las publicaciones científicas, es cierto que existe una demanda de científicos para poder publicar libremente sin el control que establecen las revistas de calidad. Los autores pueden ahora convertirse en editores y distribuidores de sus propios trabajos, y algunos científicos han adoptado la iniciativa de publicar versiones preliminares de sus trabajos (pre-prints) bajo su propia responsabilidad antes de publicarlos en revistas especializadas, haciendo accesible la información en un tiempo mínimo y se favorece la comunicación científica (véase Los Alamos http://www.anl.gov) y European Laboratory for Particle Physics (http://preprints.cern.ch; cit. por Fernández, 2000). Pero al mismo tiempo, se mantiene la forma tradicional de revistas de calidad, con consejos de redacción y evaluadores externos, que en principio parece garantizar la calidad de las publicaciones.

Está por ver qué va a ocurrir. Seguramente se van a desarrollar los dos sistemas. Por un lado, seguirán las revistas tradicionales, solo que publicadas electrónicamente, y de acceso abierto o no. La experiencia que tenemos con Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, publicada por la Universidad de Barcelona, nos muestra el interés de disponer de revistas del tipo tradicional, es decir con estándares de calidad y evaluaciones externas, para establecer una primera selección y dar confianza al lector.

Las nuevas tecnologías y la circulación de noticias en el espacio digital

Tal como dice el título del capítulo 8 puede verse a "la técnica como ampliadora del espectro de funciones del periodista". En una presentación que -como en otros capítulos, se inicia con un recorrido histórico- se estudia "el papel de la tecnología en la alteración de las actividades profesionales", las nuevas funciones periodísticas en la industria de la noticia durante los siglos XIX y XX, para llegar al periodista como editor en el ciberespacio.

Si, como hemos visto antes, el periodista actualmente trabaja esencialmente en las redacciones de los periódicos, la situación nueva es que "la redacción tiende a dejar de ocupar un espacio central y único donde se encuentra toda la plantilla de profesionales, para inscribirse solo como un espacio virtual desde donde se gestiona, jerarquiza y edita la noticia" (pág. 238). La tradicional estructura de las secciones cada una con su jefe y una jerarquía clara tiende a ser reemplazada por equipos con gestión autónoma y periodistas que trabajan para todas las secciones. La gran ventaja del periodismo digital es que "a través de los enlaces (conexión hipertextual entre las noticias) y de un sistema cooperativo entre todas las secciones, puede hacer de la edición una actividad que relaciona los hechos con sus más distintas vinculaciones". El volumen de toda la información que circula por la red (el equivalente diario de 80.000 CD-ROM) hace difícil la gestión de toda esa información, es decir su asimilación, evaluación y sistematización. A ellos se ha de unir toda la información acumulada en las bases de datos de todos los continentes. Por eso están surgiendo tecnologías para seleccionar esa información de forma breve a través de agentes o periodistas virtuales, como la periodista virtual Ananova, fichada por la filial de France Telecom por 25.000 millones en julio de 2000, la cual tiene una figura física creada por los diseñadores (28 años 1,75 m de altura) y es capaz de seleccionar noticias y enviarlas personalizadamente a los usuarios.

Si a ello añadimos la generalización de formas de trabajo a tiempo parcial y a domicilio, es claro que todo ello está poniendo en cuestión la profesión de periodista.

La previsión del autor -que más bien parece en realidad una declaración de fervientes deseos- es que a pesar de todo la profesión va a continuar. En varias ocasiones hace descripciones pesimistas de la situación actual, que son seguidas por previsiones optimistas.

La realidad es que en estos momentos muchos periodistas no están usando las nuevas tecnologías y no están preparados para hacerlo, que se va hacia la modificación de las prácticas y las jornadas laborales, y tal vez hacia una creciente implantación de los contratos temporales o por obra producida (lo que todavía no ocurre en los casos que se han estudiado), y al trabajo a domicilio. Pero, aunque "con la capacidad de editar y personalizar en poco tiempo las noticias no habría por qué mantener en plantilla centenares de profesionales", es posible que las empresas aprendan de lo que ocurre en otros sectores y no hagan "de la implantación de las tecnologías de la información un elemento m´s para estimular el paro", sino que se tomen "como un poderoso instrumento para humanizar la sociedad y democratizar el sistema de producción de noticias" (pág. 247).

El autor piensa que aunque introducción del teletrabajo tiene una serie de ventajas sociales, su implantación no está necesariamente sometida a la inestabilidad y al empobrecimiento profesional, y que el periodista digital del futuro puede mantener l estabilidad laboral y trabajar en casa" (pág. 251); también considera que a pesar de que en muchos países se generalizan los empleos temporales y los bajos ingresos, "no hay porqué decir que el estímulo a la productividad y el dinamismo económico produce como consecuencia inmediata bajos salarios, empleos precarios y ausencia de protección social" (pág. 254).

El capítulo 9 está dedicado al nuevo concepto de edición en el periodismo digital. Muestra que en el momento actual se tienen las condiciones para diversificar y descentralizar la producción. En la práctica periodística de la edición se ejercen diversas funciones tales como organizar la búsqueda, analizar y jerarquizar los datos, de las cuales la última es la que puede convertirse en la esencial en las publicaciones digitales.

Una y otra vez insiste el autor en la idea de que "mientras que en el periodismo de los medios tradicionales la noticia llega al público como un producto finalizado, una mercancía para el consumo, en los periódicos digitales la tecnología posibilita insertar al público en las etapas de la producción de noticias" (pág. 179). Aunque nunca acaba de demostrarse que eso ocurra realmente.

Los modelos de la producción de noticias en el periodismo digital son el objetivo del capítulo 10. Analiza en detalle La Portada de los Lectores de El Mundo Digital, que recoge las diez páginas mejor valoradas por los lectores, lo que permite saber cuales son los temas considerados más significativos; de todas maneras, también advierte que no parece que esa información sea utilizada de ninguna forma para las ediciones posteriores, lo que pone en cuestión la afirmación que antes hacía sobre la trascendencia de la participación de los lectores.

En El Periódico de los Lectores durante tres semanas los lectores seleccionaron las diez noticias más relevantes del año. Votaron solo 611 lectores, lo que resulta poco significativo. El autor cree, sin embargo, que eso permite una efectiva interacción de los profesionales con el público. Algunos periódicos como Clarín permiten que los lectores se pongan en relación con la redacción durante dos horas cada día. También se analiza en la Tesis la descentralización de la producción en la redacción virtual, y la actualización constante que reemplaza a la transmisión 'en vivo'; es lo que hizo la CNN y algunas emisoras. Las posibilidades que hoy existen para difundir prácticamente en el acto la información que se produce, y de disponer simultánemente de las informaciones de diferentes fuentes son enormes, posibilitando que se sepa inmediatamente en cada lugar lo que suceden en otros alejados. Todo eso ha supuesto una importante transformación de los sistemas de comunicaciones. De todas maneras, señala el autor que "la estructura del modelo en directo impide mejorar el contenido de la información" (pág. 299) puesto que imposibilita la evaluación reposada de las noticias antes de su publicación. Pero en las publicaciones digitales es posible establecer enlaces y las noticias quedan almacenadas y los usuarios pueden volver a ellas cada vez que lo desean, lo que constituye, sin duda, una ventaja para los lectores interesados y preparados.

El capítulo 11 se dedica a "La circulación de la noticia en el espacio digital". El argumento del capítulo es que desde los años 1970 se ha producido una adaptación del periodismo a los espacios mundiales y que eso ha dado lugar a una descentralización de la difusión de los periódicos para adaptarse a los diferentes mercados regionales, frente a la centralización y uniformización anterior. Esto incluye también a la televisión, donde se han iniciado los telediarios en red y se incorporan secciones regionales, al tiempo que en los últimos años han empezado a crecer las emisoras puramente locales. Todo ello significa que se produce a la vez una centralización y una descentralización del periodismo, es decir, el aumento del control y de la gestión centralizada y la descentralización de la producción.

En la actualidad existen ya noticias personalizadas enviadas por correo electrónico de acuerdo con las preferencias de los usuarios. El proceso lo realizan programas de ordenador que organiza los datos y los envía de acuerdo con las instrucciones que se le dan.

La disponibilidad de inmensas bases de datos disponibles en la Red y las propias bases internas de los periódicos supone una manera diferente de elaborar la información, ya que se tiene a la disposición todo un amplio arsenal de datos que permiten evaluar y fundamentar mejor las noticias. La Red misma se convierte en un archivo vivo y descentralizado, y los archivos de los periódicos que antes estaban organizados por secciones y eran un almacén de datos bastante laborioso de utilizar adquiere otra configuración. El periódico digital se convierte de hecho en un nodo de redes, tema del capítulo 12.

Todo ello ha alterado de forma radical la manera como se practica la recogida de datos, con la posibilidad de obtenerlos de forma amplia e instantánea. La labor del periodista necesita así la colaboración de los documentalistas, y éstos deben dedicarse a una tarea previa de clasificación e indexación que permita una rápida recuperación de la información existente internamente y de las bases de datos exteriores. La habilidad para recuperar datos necesarios para la elaboración de una noticia se convierte en esencial en la producción periodística y en las funciones básicos de los mismos periodistas. Éstos dejan de tener el protagonismo que poseían anteriormente y deben compartir su trabajo con los documentalistas, e incluso con los usuarios que pueden estar interviniendo con sus opiniones o informaciones en el proceso de producción. Aunque generalmente el periodista mantiene todavía la responsabilidad de la escritura y la firma de los reportajes.

El periódico y sus archivos (es decir, los números publicados con anterioridad) se convierte en una base de datos para la documentación social accesible para el público en general, y en una memoria colectiva permanentemente actualizada. Al mismo tiempo la incorporación de archivos multimedia (fotos, películas, sonido, texto...) modifica de manera importante la estructura de las noticias y de la redacción periodística. Lo cual plantea nuevos problemas legales sobre el uso de los materiales. Pero al mismo tiempo se plantea problemas por el peligro de la escasa durabilidad de los documentos debido a la obsolescencia tecnológica y a los cambios que se introducen en los programas y en los sistema de archivo y recuperación. Las palabras finales de ese capítulo constituyen toda una llamada de atención que vale la pena retener:

"Mientras el microfilme que compatibiliza la seguridad de los documentos originales con su facilidad de convivencia con el soporte digital puede alcanzar una durabilidad de cien años, el tiempo medio de mortalidad de los equipamientos utilizados para almacenar datos de forma digital es inferior a una década, con repercusiones desastrosas para la conservación de los documentos. La falta de transcripción en tiempo hábil para los nuevos soportes provocó, por ejemplo, la pérdida de todos los datos del censo de Estados Unidos de 1960" (esta última información a partir de K. Hansen y J. Ward, 1991).

En la Tesis se debaten muchos y muy interesantes temas, y en ese sentido el trabajo supone una aportación de gran valor. Como no podía dejar de ocurrir, la lectura abre al lector nuevos interrogantes e inquietudes. Querríamos saber más sobre los problemas que plantea la asimilación por los usuarios de la inmensa información disponible, o sobre la valoración que hace un periodista de las redes de difusión de noticias por correo electrónico. Y sobre todo, no se habla de las nuevas posibilidades que Internet ha abierto para que todos nos convirtamos en periodistas introduciendo en la red noticias que luego pueden ser recuperadas por los lectores a través de buscadores en función del interés de cada uno. Pero a partir de esta Tesis sobre el funcionamiento real del periodismo digital en la actualidad estamos en mejores condiciones para pensar de forma imaginativa sobre las alternativas que se ofrecen para que los ciudadanos se organicen activamente para el intercambio y la difusión de noticias. Lo cual no pondrá en cuestión el papel de los periodistas pero les obligará a repensar su función en los grandes conglomerados empresariales de la comunicación y en la producción de noticias como una construcción e interpretación social de la realidad.

La Tesis se defendió el 6 de noviembre de 2000 ante un tribunal presidido por el Dr Lorenzo Gomis, Catedrático de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, y que tenía como vocales a los Drs. Horacio Capel Sáez, Catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona, Javier Díaz Noci, Profesor Titular de Periodismo de la Universidad del País Vasco, Juan Carlos Marcos Recio, Profesor Titular de Biblioteconomía y Documentación de la Universidad Complutense de Madrid, y Jan Manuel Traseras, Profesor Titular de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, los cuales le concedieron la calificación de Sobresaliente cum laude por unanimidad.

Bibliografía complementaria

FERNÁNDEZ, Elena. Las revistas electrónicas. Perspectiva general. In Las revistas científicas: normalización, gestión, evaluación, difusión. Madrid 13, 14 y 15 de marzo del 2000. Madrid: CINDOC/CSIC, 2000, p. 21-34.

HANSEN, Kathleen and WARD, Jean. Journalist and librarian roles, information tecnology and newsmaking. Journalism Quaterly, 68, Fall 1991, p. 491-498.

INN, Harold. The bias of communication (1951). In INNIS, Harold. Staples, Markets, and Cultural Change. Selected Essays. Centenary Edition. Edited by Daniel Drache, Montreal & Kingston: McGill-Queen's Univesity Press, p. 324-349.

NORD, David Paul. The public community -the urbanization of journalism in Chicago. Journal of Urban History, vol. 11, nº 4, Augst 1985, p. 411-441.

RODRIGO ALSINA, Miguel. La noticia como construcción de la realidad. Barcelona: Paidos, Segunda edición 1993.

PARK, Robert Ezra.La urbanización medida por la circulación de la prensa (1929) . In THEODORSON, Estudios de ecología humana. Barcelona: Labor, 1974, vol. II, p. 377-390.

PARK, Robert Ezra. La ciudad y otros ensayos de ecología humana. Barcelona: Ediciones del Serbal (Colección La Estrella Polar, nº 18), 1999.
 

© Copyright  Horacio Capel, 2000
© Copyright Biblio 3W, 2000



Volver al índice de Biblio3W

Menú principal