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Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. VII, nº 358, 23 de marzo de 2002

SANCHEZ, Joan-Eugeni. Geografía Política. Madrid: Síntesis.1992. 224 p.[ISBN: 84-7738-134-8]

Alicia Laurín.
Magister Universidad Nacional del Comahue.
Doctoranda del Programa Pensamiento Geográfico y Ordenación del Territorio,
Universidad de Barcelona.


Palabras clave: Geografía política, procesos geográficos, relación espacio-teritorio

Key words: Political Geography, geographical processes, space-territory relation


La geografía política está atrayendo recientemente el interés de muchos geógrafos preocupados por cultivar una ciencia que esté más próxima a los fenómenos sociales, que por causas ideológico-cultural han quedado exceptuados del análisis.

Joan Eugeni Sánchez, profesor de Geografía de la Universidad de Barcelona, se ubica entre los teóricos que han realizados importantes aportes a esta disciplina. Su mérito particular reside en el tratamiento que da a la categoría del poder en su relación con el espacio. Este es un tema recurrente en su obra, al que se ha dedicado desde hace varios años conviertiéndose hoy en un referente ineludible. Ya en La geografía y el espacio social del poder (1981) propone una aproximación metodológica al análisis espacial en base a las relaciones de poder, trabajando la idea de que las necesidades de la propia estructura de poder dominante transforman el espacio geográfico en un espacio social del poder.

Ahora, en el ámbito de la Geografía política, retoma el tema del poder como mecanismo motivador de la actuación social colectiva, no dejando dudas sobre el alcance que tiene el concepto en las transformaciones espaciales.

Coherente con su planteo inicia la obra con una reflexión crítica sobre las producciones provenientes de la Geografía política anglosajona, que sin quitarles mérito las considera útiles pero centradas en sus propias producciones. Y también expresa la tendencia que ha mostrado la geografía política a valorar más la investigación aplicada con sentido utilitarista, con lo cual las producciones han sido amenudo sin reflexión. A partir de esta observación crítica Joan-Eugeni Sánchez nos propone una visión bastante más amplia, que considera la geografía política como reflejo espacial de las relaciones de poder, con lo cual nos está proporcionando los elementos para superar aquella visión tan sesgada por el localismo. Se suma a esto el importante el esfuerzo que hace por rescatar el cultivo de la geografía política, abandonado por los geógrafos a causa de la apropiación ideológica de ciertas proposiciones de la geografía alemana, durante la primera mitad del siglo XX. Por ello su planteamiento aspira a fundamentarse en bases más vastas cuestión que logra ampliamente, ya que los temas que examina y articula pertenecen a los diversos niveles escalares del territorio y el Estado.

Presenta su propuesta en dos partes. La primera esta centrada en la geografía política y el poder y la segunda en los procesos en geografía política. Así comienza a tratar los temas del poder, del espacio, de la geografía política como sus fundamentos y los ámbitos que comprende. Avanza luego en la escala funcional de la disciplina, desde la local a la mundial, ensayando una inversión analítica para observar el espacio político a partir de la perspectiva del individuo según las escalas de actuación. Completa su propuesta con una aproximación a la organización político-espacial a escala mundial.

La geografia política y el poder

Joan-Eugeni Sanchez destaca el interés de la geografía política por la relación entre la organización política de la sociedad y el espacio geográfico. La primera se asienta sobre el conjunto de normas y valores impuestas socialmente según ciertos modelos; en tanto que el espacio geográfico, al ser heterogéneo debe ser adaptado siguiendo también las pautas de alguno de los modelos sociales básicos. En este caso su premisa es que las relaciones sociales contienen un importante componente de relaciones de poder, con algún grado de dominancia-dependencia, con lo cual introduce el concepto de asimetría y obediencia para analizar las variadas situaciones de poder. De este modo se ubica en la línea de la concepción relacional del poder, en la que éste existe como relación asimétrica entre individuos o grupos, manifestándose como relaciones de poder.

En esta parte del texto analiza la vinculación del poder con el espacio, señalando que la apropiación y uso del mismo ponen en evidencia las relaciones de poder como relaciones sociales entre individuos, las cuales asumen una forma espacio-territorial que reflejaría la coherencia entre la articulación del espacio y las relaciones de poder, el dominio por los grupos sociales de dicho espacio y la localización de las fuerzas de decisión. Ubica a la política como una de las instancias a través de las cuales se concreta la gestión del poder. Estas afirmaciones le conducen a sostener que todos los ámbitos en los que se puede ejercer alguna forma de política pertenecen al campo de la geografía política, siempre que el espacio aparezca como variable. Es importante resaltar este aspecto pues ofrece una perspectiva de análisis de gran amplitud, de uso no muy común entre los geógrafos políticos.

Al explicar los factores esenciales en los procesos políticos proporciona una base conceptual desde donde abordar las relaciones de poder a las distintas escalas. Su premisa, en línea con Ratzel, es partir de las necesidades humanas, tanto vitales como sociales, como fundamento de la acción individual y social. Incorpora también aquellos aspectos que aparecen como condicionantes de la actuación humana tales como: la heterogeneidad del espacio geográfico; su papel como soporte, como recurso, como medio de producción y como medio geográfico en su globalidad; así como el uso y explotación del espacio geográfico como continente y como ámbito relacional social. Completa esta parte de su libro tratando los mecanismos espaciales de los que el hombre se vale para manipular el proceso de transformación espacial, tales como la localización, la movilidad, la división, la jerarquización y la funcionalización del espacio. Desemboca finalmente en la interrelación de los elementos básicos con la cual, el campo de análisis de la geografía política, quedaría enmarcado por la articulación sistémica de tres ámbitos de la realidad: el ámbito de la dinámica social, el de las escalas y el de las instancias.

Los procesos en geografia política

En la segunda parte del texto nos introduce en el nivel escalar del Estado, como ámbito fundamental de la articulación política de la sociedad, relacionándolo también con las escalas de ámbito inferior y del global internacional formando el sistema-mundo. Considera al Estado como la unidad básica fundamental de gestión política, de gestión de un territorio y de una sociedad, y gestor político de los intereses económicos estatales, además de ser interlocutor socio-territorial con el poder económico a escala mundial.

Es muy importante la explicación esclarecedora que incorpora Sánchez al referirse al espacio-territorio como ámbito no exclusivamente físico del Estado, pues contribuye a fortalecer la concepción de la geografía como ciencia social. Para él el concepto espacio abarca tanto la componente física del territorio, como la dimensión social de las actuaciones humanas, producidas a lo largo de la historia como proceso genealógico, hasta el momento del análisis.

Luego se centra en las aplicaciones funcionales del Estado ya que de acuerdo a sus funciones siempre tendrá la necesidad de concretarse sobre un territorio y de apropiarse de su espacio. La tarea que se le asigna al Estado es dominar, controlar y gestionar a la sociedad haciéndola evolucionar, para lo cual se dotará de instituciones adecuadas, persiguiendo objetivos marcados por los intereses dominantes en su seno. La función social del Estado será conseguirlo.

Examina rápidamente los distintos significados de Estado, considerando cuatro de ellos: Estado- nación, Estado-poder, Estado-aparato y Estado-territorio.

Trata cuestiones importantes y básicas de la geografía política en cada una de estas dimensiones tales como: nacionalismo; nación y pueblo, con el propósito de reconocer el papel económico de los límites del Estado-territorio. También el ámbito operativo de las relaciones políticas, desde donde se impondrán las ideas económicas, políticas e ideológicas por las que se guiará el Estado-territorio. No deja de considerar al poder en esta relación. En concreto lo que hace en cada una de estas instancias estatales es centrarse en la función que desempeña.

Así se llega al ámbito de la organización política interior del Estado y ello nos pone frente a las escalas de actuación pues el Estado-territorio nunca adopta -según Sánchez- la forma de una sola unidad territorial. En un primer nivel de la división se sitúa la escala regional sucediéndose - de acuerdo al modelo de Estado - subdivisiones en unidades funcionales, y dentro de ellas las escalas locales subdivididas a su vez en distritos o barrios. Esta estratificación territorial jerarquizada sirve a los efectos político-administrativos. En su relación con el proceso económico el papel del Estado-aparato sobre el espacio interior del Estado-territorio es relevante, ya que abarca el proceso de producción de valor y de acumulación y apropiación del excedente. Una condición necesaria para la estabilidad y pervivencia de un modelo político se asienta sobre la coherencia entre la instancia económica y la instancia política, es decir, entre el poder de los agentes económicos y la articulación política del Estado, de forma tal que las relaciones sociales de producción puedan desarrollarse y pueda efectuarse la apropiación desigual del excedente.

A partir de aquí el autor llega al tratamiento de las escalas funcionales en el interior del Estado, es decir lo regional y lo local mencionado anteriormente, dedicándose por último a la escala de la vida cotidiana, en donde lo político es visto y vivido a través del individuo en sus relaciones con el territorio y con las instancias del poder político, con las que se relaciona y a las que se debe. Trata de considerar la geografía política desde la óptica del individuo, y de pensarla como un conjunto de relaciones de poder directas y como ámbitos de actuación, de toma de decisiones y de reacciones del individuo frente al sistema a las diversas escalas.

Desde la óptica funcional de la gestión del territorio a escala local se destaca la configuración de ciudades y áreas metropolitanas, conformando conglomerados urbanos idóneos para que pueda darse en ellos unas economías de escala y de aglomeración, aprovechadas por el sistema productivo.

Seguidamente se introduce en el tema electoral planteando el espacio-territorio como espacio político desde la perspectiva de los individuos. Lo hace desde dos perspectivas, una de orden ideológico y la otra desde el individuo hacia el espacio - tratando de ver como la escala a la que se dirige el voto no es neutra en sí misma ya que se trata de una escala política -. Avanza en su propuesta sosteniendo como hipótesis que para cada ámbito territorial al que se refiera la convocatoria electoral, la decisión de voto se ve mediatizada por la escala política a la que se refiera. Verifica su hipótesis por medio de tres ejemplos españoles. Por último aborda la escala mundial como ámbito global de la sociedad humana, ámbito en el cual se desarrolla la totalidad de la vida humana, de las relaciones sociales y de los procesos políticos. La internacionalización como idea de globalización y modelo que hace del mundo una unidad de relación económica y política conduce a que los análisis macro-sociales y los político-económicos, sean enmarcados en el interior de la unidad lógica espacial única que forma el Planeta, para que puedan alcanzar algún sentido y significación. Por ello se inclina por la escala de análisis basada en la concepción sistema-mundo. A partir de aquí se refiere a algunos aspectos de las relaciones políticas en el espacio mundial, en las que trata las divisiones territoriales, las fronteras, los espacios marítimos, fluviales, aéreos e interplanetario. No deja de plantear la geografía política de la actividad económica en la que destaca el papel de la empresa multinacional como motor de transformación de las relaciones internacionales por sus efectos directos sobre otros territorios, sobre la situación económica y sobre los procesos políticos, perdiéndose la clásica vinculación entre poder económico y poder político.

Finalmente cierra su propuesta reiterando el interés que lo motivó, el de establecer algunas proposiciones para plantearse este ámbito de la geografía ensayando contextualizarlas en un planteamiento con cierta coherencia, buscando ideas clave para poder entender cuál es la lógica interna que mueve a lo político, en y con el espacio. Insiste en reivindicar que el interés de la geografía política no puede quedar limitado sólo a la consideración del Estado, sino que deben introducirse todos los niveles sociales y todas las escalas territoriales, en sus relaciones y vinculaciones políticas como nos lo ha expuesto en el libro. Sin duda estamos ante una obra significativa desde el punto de vista teórico, conceptual y metodológico. Como se ha tratado de mostrar en la reseña es destacable la articulación del poder y el espacio-territorio, en todos sus niveles escalares, permitiendo al lector descubrir la estrecha y singular relación del poder y el territorio. Ello ha quedado expresado sobre todo en la segunda parte del texto, en la que parte del Estado y llega al individuo en su escala cotidiana, para arribar finalmente a la escala mundial. En cada una de estas dimensiones el poder es el hilo conductor de su estudio.
 

© Copyright: Alicia Laurín, 2002.
© Copyright: Biblio 3W, 2002.
 

Ficha bibliográfica:

LAURIN, A. Sánchez, J.-E. Geografía política.  Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. VII, nº 358, 23 de marzo de 2002.  http://www.ub.es/geocrit/b3w-358.htm
[ISSN 1138-9796]



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