Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales
Universidad de Barcelona, nº 36, 1 de julio de 1997

.

GONZALEZ LOPEZ, E.: Un gran solitario: Don Ramón de la Sagra, La Coruña, Caixa Galicia, 1983.

Pedro Fraile


Probablemente Don Ramón de la Sagra fue uno de los gallegos más universales del siglo XIX y, a la vez, escasamente valorado en su país y muy pronto olvidado. En nuestros días, su figura es relativamente conocida entre los estudiosos de los problemas cubanos y caribeños que, necesariamente, han de recurrir a su famosa Historia física, política y natural de la isla de Cuba, publicada en trece volúmenes entre 1838 y 1857.

También algunos penalistas, dedicados a la evolución del sistema penitenciario y carcelario, suelen estar familiarizados con su obra, principalmente con su Atlas carcelario, (1843) y con la gran cantidad de trabajos sobre beneficencia, reforma carcelaria y temas similares que publicó en diversas revistas, muchas de las cuales había fundado él mismo.

Es especialmente significativo este olvido porque, además de la magnitud de su obra, habría que considerar el reconocimiento internacional de que disfrutó en su tiempo y que se materializaba, entre otras cosas, en la pertenencia a las más variopintas sociedades científicas de todo el mundo.

Parece que una cierta voluntad de recuperar algunos de nuestros valores más insignes, y con frecuencia poco apreciados por sus compatriotas, está llevando a una revalorización de Ramón de la Sagra, eso explica que nos ocupemos ahora de un libro, como el de Emilio González, escrito en 1983. Quizás su mayor mérito, que no es pequeño, sea el de dedicarse íntegramente a una figura a la que o se le había prestado en su propia patria la atención que merecía, como ya había hecho otros, como por ejemplo el historiador cubano Moreno Fraginals, quien había rehabilitado a la Sagra frente a la historiografía criolla del ochocientos, que se había empleado a fondo en la tarea de denostarlo.

Algunos problemas de enfoque

Este libro de Emilio González, se inscribe plenamente en esta línea de recuperación de nuestros pensadores, y en gran medida, está planteado como una biografía sistemática de Ramón de la Sagra.

Quizás antes de ver cuáles son sus principales méritos habría que detenerse en algunas carencias, que no deben empañar el verdadero valor del trabajo. Al estar concebido como una biografía, en lo sustancial el hilo conductor es el propio tiempo que discurre entre el nacimiento y la muerte del pensador coruñés. Pero sobre este esquema se superpone la intención de analizar su obra intelectual, así como su actividad y reflexión política. La coincidencia de dos esquemas interpretativos, sin que ninguno llegue a dominar, hace que las reiteraciones sean frecuentes en este libro, en el que se explican a veces las mismas cosas en diferentes lugares, sin que realmente se pueda hablar de consideraciones o enfoques alternativos, que servirían para aclarar determinados aspectos particulares.

Una biografía bastante exhaustiva

A pesar de todo ello estamos ante un libro de interés para cualquiera que desee conocer la labor realizada por su protagonista. Es evidente la intención de Emilio González de rehabilitarle y de desmontar, por infundadas, muchas de las críticas que en su época recibió el pensador coruñés.

Precisamente una de sus principales virtudes es convertir al propio de la Sagra en el eje central del libro y su hilo conductor. De esa manera logra engarzar una biografía bastante sistemática que recorre de manera proporcionada y ecuánime las diferentes etapas de la vida de su protagonista, lo que posibilita que el lector se forme una idea bastante completa de su evolución e intelectual.

El trabajo de Emilio González es un buen instrumento para formarse un esquema mental de la transformación de la Sagra, sobre el que cabe situar análisis o reflexiones más específicas. El autor hace suya, y la mantiene a lo largo del libro, la opinión de Moreno Fraginals de que "como un buen burgués intelectual doblegado por la cirva del tiempo, Ramón de la Sagra fue radical a los 20; liberal a los 30; moderado a los 40; conservador a los 50".

Aunque quizás se maticen las edades, éste es el argumento que afolra a lo largo de todo el libro, así como la voluntad de mostrar la contradicción que existe entre las conclusiones que la Sagra extrae de su reflexión y la realidad de su intervención política, aunque sobre este particular también hay una cierta indefinición en estas páginas.

Para concluir debería reiterar que, a pesar de las críticas, estamos frente a un libro de interés, y útil, para quienes se interesan por la obra de Ramón de la Sagra y, quizás, su mayor virtud sea convertir al personaje analizado en el auténtico protagonista del libro. No es, por tanto, un estudio sobre el pensamiento económico, político o científico, en el que se engarza una figura relevante, sino que es la figura misma la que se convierte en el centro del discurso.

 


© Copyright Pedro Fraile

© Copyright Biblio 3W



Volver al índice de Biblio3W



Menú principal