Menu principal
Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. VII, nº 397, 10 de septiembre de 2002

Entrevista al Doctor Saïd Sadi, Secretario General del Rassemblement pour la Culture et la Démocratie (RCD)

Realizada por el profesor Angelo Turco en la sede del partido político El Biar, Argel, el 12 de septiembre de 2001
Reproducida de TURCO, A. Le raggioni della politica, le ragioni del territorio- Intervistando Saïd Sadi. Terre d'Afrique, vol. X,I, 2002, p. 237-354. [ISBN 88-400-0749-0].

En el mismo volumen se incluye un estudio introductorio de Angelo Turco y los comentarios de Vincent Berdoulay, Pasquale Coppola, Marc Côte y Mercedes Arroyo con el título Algeria: verso uno stato unitario regionale?.  Riflessioni sull'intervista a Saïd Sadi. Ver:  BERDOULAY, V. Per una geografia politica e culturale in Algeria e altrove, p. 255-260; COPPOLA, P. Note a margine dell'intervista a M. Saïd Sadi, p. 260-263; CÔTE, M. Verso una regionalizzazione in Algeria, p. 263-266; ARROYO, M. Intervista a Saïd Sadi: un commento, p. 266-269.


Palabras clave: Argelia, construcción nacional, relaciones Estado-sociedad

Key words: Algeria, national construction, State-society relations


Doctor Sadi, la participación en el gobierno del Rassemblement pour la Culture et la Démocratie (Agrupación para la Cultura y la Democracia) ha supuesto un respaldo para la presidencia Bouteflika y para la misma historia del RCD. ¿Quiere explicarnos las razones de dicha opción?

Yo pertenezco a aquella generación que tiene la difícil misión de recuperar los combates de liberación para traducirlos y transformarlos en proyectos de desarrollo democrático. Evidentemente, ese combate debía mantenerse en la oposición, en la clandestinidad; en los inicios, en las prisiones, en las manifestaciones callejeras, etc. pero al mismo tiempo, sin complejos por parte de quienes se encontrabae en el Partido Único. Cuando se tuvo la oportunidad de oír decir al Jefe del Estado: "Yo estoy aquí para tomar en consideración el conjunto de sujetos que han construído nuestro programa, la reforma de la escuela, la reforma de la justicia, la reforma de la administración, la reforma socio-económica", fue necesario hacer de la oposición una profesión para decir "no", eso es esencial. Pero yo hablé de una cosa muy simple, de las convicciones... El señor Bouteflika, en tanto que individuo, no me interesa. Lo que me interesa es lo que el Presidente de la República dijo ante la nación argelina. Sólo se presentó una vez con estas proposiciones públicamente; entonces decidimos entrar en el Gobierno, observando, sin embargo una cierta prudencia. Personalmente, yo no quise entrar en dicho gobierno porque me dije: es necesario conservar un margen crítico, un margen de maniobra que eventualmente permitiese observar si esta alianza representaba una opción irreversible o si se trataba de un juego destinado a atraer una parte de la oposición hacia sí para neutralizar a los adversarios políticos. Pero yo no soy de aquellos que no habiendo optado por el Partido Único ayer, se llenan la boca con la democracia hoy, olvidando lo que habían hecho en aquella época. Es bastante curioso: en la confusión argelina actual, me he encontrado en algunas reuniones gente que me había torturado dando lecciones de democracia. Y veo actualmente los jefes de la corrupción nacional financiar periódicos o dar lecciones de moral pública; veo a los integrantes del Partido Único intentar reciclarse desde esta perspectiva democrática. Creo que mi trayectoria es constante: considero que la democracia es un objetivo y un método de gestión, que lo esencial no es tanto la posición o donde se está para defenderla, sino aquello que se introduce para poder trabajar.
 

...y las lecciones?

Creo que existen numerosas lecciones. La primera surgió en el momento de la entrada [en el Gobierno]. Dijimos al pueblo argelino: nunca nos comprometeremos en la gestión del poder del Estado si el contrato no es un contrato público entre las diferentes partes, y nosotros no quisimos comprometernos antes de que el Presidente Bouteflika nos dijese por adelantado públicamente lo que pretendía hacer. Lo que ha hecho o lo que ha dejado de hacer es otro problema, pero nuestro compromiso fue desde el principio de carácter público.

Esto fue importante, porque en nuestro país, en general, la gente busca el poder, se acepta ser ministro antes de conocer el programa de la otra parte y se reflexiona después. Bien, nosotros invertimos esta tendencia, yo le dije claramente al Presidente Bouteflika, cuando me solicitó mi entrada en el Gobierno, y pidió a mi partido la participación en el gobierno, que para mí el Gobierno no es ni una enfermedad ni un tabú.

La segunda leción que podemos extraer, y que yo creo que el pueblo argelino comparte en la actualidad, es mostrar que los demócratas, los militantes de la democracia, fueron presentados por  el Partido Único, por la cultura de Partido Único, todavía dominante en nuestro país, como simpáticos escandalosos, pero no del todo hombres de Estado, capaces de gestionar la vida cotidiana de los ciudadanos. Hizo falta, pues, quebrar esta imagen de marginales, de soñadores, para decir que el demócrata es quien analiza, identifica y resuelve los problemas cotidianos de los ciudadanos. Ahora bien, yo creo que nuestros ministros de Transportes, de Salud Pública y más tarde de Obras Públicas, han trabajado de manera bastante eficaz, y han mostrado al pueblo que se puede ser riguroso, que se puede ser ajeno y haber luchado durante largo tiempo contra este régimen y ser al mismo tiempo un constructor. No se trata simplemente de poetas que dicen bellas palabras.

Por último, una tercera lección tiene que ver con nuestra salida del Gobierno. Fue importante mostrar a los argelinos que se puede estar en el poder del Estado y marcharse cuando se viola la moral pública: se puede renunciar al ejercicio de este poder, sin que se produzca el riesgo de destruir el Estado, como nos habituaron los militantes del FLN durante una cuarentena de años. Muy sinceramente, se lo digo con el máximo de lucidez, creo que es una experiencia importante para el Partido, y yo creo que es una gran lección para la clase política argelina.
 

Podemos introducir, ahora, nuestra reflexión sobre la Kabilia...

Si, pero antes de nada observemos que es necesario no confundir la base bereber y la base kabila. La cuestión bereber pertenece al conjunto del Magreb: recordemos que casi la mitad de la población marroquí es bereberófona. Actualmente se expresa de la manera más regular en Kabilia por razones históricas conocidas. En primer lugar, la Kabilia es una región montañosa, que ha favorecido que las influencias externas, aquellas que procedían del exterior, no han alterado su homogeneidad cultural y lingüística. En segundo lugar, desde hace casi un siglo, la Kabilia, debido a su pobreza, ha sufrido una emigración interna, dentro del mismo país, y hacia el exterior, lo cual ha tenido como consecuencia que muchos de sus hijos se hayan debido relacionar con otras formas de vida y con otras ideas. La Kabilia no ha podido disponer de unos cuadros políticos más numerosos y mejor formados que otras regiones del país. El primer movimiento nacional argelino en reivindicar la independencia en 1926 se llamól'Etoile Nord-africaine. Fue fundada en Francia por emigrantes, fueron, creo recordar, 19, de los que 17 eran de Kabilia. Y la Guerra de Liberación, el movimiento nacional, tuvo una composición importante de procedentes de la Kabilia.  Existe, pues, este dato que no se puede perder de vista, pero, al mismo tiempo, creo que, en lo esencial, la Kabilia ha sido siempre la matriz en la que se ha concebido, elaborado y en cierta medida, se ha realizado la idea nacional pero no ha habido nunca, cotrariamente a lo que se ha escrito a menudo en Europa, voluntades secesionistas de la Kabilia. Yo mismo soy kabil y no recuerdo un movimiento que se haya declarado en favor de la desintegración de la nación. Lo que no quiere decir que no haya un gran sentimiento de frustración de los kabiles por haber sido la vanguardia del combate liberador y haber sido anulados, no sólo eliminados, sino anulados politicamente y anulados culturalmente. Tengo el recuerdo de jóvenes estudiantes que he conocido, he sido médico de joven y he recibido en urgencia a jóvenes que fueron torturados por la única razón de que se encontró en su bolsillo un alfabeto bereber. Es también esta opresión que ha contribuído a formar mi memoria política de joven argelino sublevado contra la exclusión y la represión de que hemos sido víctimas.

Por todo lo dicho, creo que la idea nacional argelina es un dato históricamente cierto. La guerra de liberación ha sido hasta tal punto violenta y unánimemente compartida que, precisamente en un corto espacio, esa humillación histórica sufrida por todos, esta represión sangrante que ha sacudido al conjunto de los argelinos ha empapado muy rápidamente la consciencia nacional, consciencia nacional que hubiese necesitado de siglos para afirmarse en otros países.

Lo que por el contrario está en juego es la manera en que se puede configurar y construir este espacio nacional. Lo que dicen los kabiles es que no se debe estar obligados a construir un Estado según el modelo francés para ser una nación respetable. De manera que ese inmenso malentendido es una de las razones de la crisis argelina de la actualidad. En 1962, es decir, en el momento de la Independencia, los dirigentes argelinos, marcados por su consciencia de colonizados, hoy esto se puede decir, tuvieron un reflejo de minoría de edad política. En lugar de observar su sociedad con su sociología, con su historia, sus necesidades, sus aspiraciones, para construir las instituciones que demanda esta sociedad, tuvieron una reacción de adolescentes frustrados, y dijeron: yo lanzo un desafío a Francia para demostrarle que puedo construir exactamente el mismo Estado que el francés. Esto tuvo como consecuencia que en 1962 Argelia se encontró con un estado jacobino, completamente centralizado que no correspondía a ninguna realidad socio-histórica sin tener, de entrada, una cultura republicana y una laicidad. De manera que se conservaron todos los inconvenientes del jacobinismo francés sin disponer de ciertos valores republicanos, diferente de la historia de los últimos tres siglos que ha conocido Francia. Y ahora nos encontramos con esta problemática: de una parte, un Estado artificial según el modelo francés; de otra parte, una sociedad argelina que rehúsa entrar en esas instituciones, y ya que los instrumentos del Estado son completamente inoperantes para drenar las informaciones de la sociedad y restituirlas en forma de decisiones políticas, se provoca las crisis: la Kabilia es el mejor ejemplo de esta inadecuación entre el Estado y la Sociedad.

Respecto a nosotros, somos un partido que ha querido ser siempre un partido de reflexión y de acción; recientemente hemos organizado una Universidad de Verano en lo que lo esencial de los debates ha girado en torno a lo que nosotros llamamos la necesaria "refundación nacional". El momento de construirse sobre la base de su realidad y no sobre la base de sus frustraciones de colonizada ha llegado para Argelia, para la nación argelina.

Es preciso recordar que durante la Guerra de Liberación Argelia estaba compuesta por seis grandes regiones, seiswilayas. En lo esencial, estas regiones correspondían a la realidad sociológica del país, y creo que es por la razón de que esta organización político-militar coincidía con la realidad social que la autoridades del FLN, que no tenían los medios que tenía Francia, pudieron movilizar las poblaciones durante ocho largos años y llevar a cabo la guerra de Independencia con la adhesión del máximo de argelinos. De manera que lo que fue válido, eficaz en tiempos de guerra puede, debería en todo caso, inspirarnos en tiempos de paz. Es hora de que el argelino se reconcilie con su historia, sus tradiciones, su sociología, su geografía, la realidad cultural de su país, y que salga de esta mentalidad de antiguo colonizado que ha hecho de él un elemento que pasa el tiempo desafiando al colonizador de ayer para demostrarle que está en condiciones de construir el modelo por medio del cual ha estado colonizado y por el cual ha sido colonizado.
 

Todo esto proyecta los acontecimientos de la Kabilia en un contexto más amplio. Con este objetivo, usted hizo una señalada intervención en la Universidad de Verano de su partido que tuvo lugar en septiembre pasado en Tipaza, en la que precisó y relanzó la idea de un "Estado nacional regionalizado". ¿De qué se trata exactamente?

Existe una constante. El modelo que nos impusimos desde 1962 está en bancarrota total. No ha podido asegurar el desarrollo del país, su administración está completamente desconectada de la realidad social y no ha podido realizar la homogeneidad de un marco general. Y los desgastes y las desconfianzas respecto a este Estado que registramos constantemente en las manifestaciones de la calle por parte de la población, son motivadas porque las instituciones no están adaptadas para escuchar y para atender el perfil de sus demandas, y actualmente notamos una terrible calamidad de la que nadie se quiere hacer responsable, la de la corrupción. El estado central, en el caso argelino, es la caja fuerte de la corrupción. La decisión política está en ese sentido confiscada por una oligarquía minoritaria, tan hermética, tan lejana, que es imposible realizar la mínima ojeada, la mínima evaluación, el mínimo control sobre la gestión de los asuntos públicos. Ya se lo decía al principio: todo poder, y esto está en la naturaleza humana, se puede ver llevado por la vía de la tentación, si no existe un contra-poder. Y creo que en el continente africano, que ya es rico en materia de malversación, Argelia ha llegado a institucionalizar la corrupción. En suma, el Estado ha sido privatizado por una oligarquía; es necesario, pues, salir de esta situación, he aquí la razón que se constata.

En la actualidad, no es suficiente rechazar cualquier cosa; cuando se está en política hace falta, además, proponer los instrumentos que permitan mejorar la situación.

Yo siempre he dicho que la nación argelina en el sentido contemporáneo es relativamente reciente. Está concentrada en una epopeya trágica y terrible de guerra, esta violencia, la densidad de este combate, ha compensado la débil profundidad histórica de esta construcción nacional; pero al mismo tiempo se debe hacer una evaluación favorable. Decimos "Estado Unitario" porque por el momento, el marco nacional debe estar dirigido con el máximo de precauciones en materia de estabilidad: Estado Unitario, pues. Pero al mismo tiempo, es necesario que digamos que este Estado unitario sea regionalizado, porque las instituciones del Estado deben ser puestas al servicio del desarrollo de la sociedad. En Argelia, se ha realizado al revés; se ha creado un Estado y se ha querido poner a su servicio a la sociedad. El Estado en Argelia no ha sido nunca construido y concebido para desarrollar la sociedad, sino que ha sido construido y concebido para controlarla. Lo normal sería que los espacios regionales que han mostrado su fiabilidad, que han mostrado su capacidad socio-económica, puedan ser dotados de un cierto número de instancias legislativas y ejecutivas que emanen de su seno. Para todo lo que, decimos, deriva de la economía cotidiana (las colectividades, la educación, la justicia, la salud, el comercio, etc.) no se puede, con un país tan extenso como Argelia, pretender que todo sea estudiado y decidido en Argel; esta es una de las causas del retraso del desarrollo nacional. Esta regionalización debería ser variable porque el nivel de desarrollo, la cualidad del marco quizás también la voluntad de las poblaciones; no tienen la misma disponibilidad, no se encuentran en la misma situación en todas las regiones. El interés de la fórmula española es que no se ha impuesto una fórmula idéntica al conjunto de las regiones en lo que respecta al desarrollo y la organización de las autoridades locales y el poder central. En un primer tiempo, debería ser una fórmula evolutiva, lo suficientemente ligera para que cada provincia pudiera adaptarla a su nivel de desarrollo. No es necesario trabajar con fórmulas estrictas, con recortes; no es un problema de implantación, es un problema de construcción laboriosa, de identidad nacional que queda por configurar. Es necesario tener la suficiente elasticidad para que cada región organice su relación con el Estado con un límite de dependencia que represente el nivel de desarrollo socio.económico y político en que se encuentra. Es por esto que nosotros llamamos "modulable" a ese sistema de relaciones. He aquí la fórmula que nos permite quizás un mejor modo de organización y de gestión democrática de la nación argelina, porque hasta el momento ha sido un modo de gestión arbitraria, no digo dictatorial, sino arbitraria.

Como usted sabe, yo pertenezco a la generación de posguerra y por tanto no tengo complejo de guerrero, yo no debo justificar mi credibilidad política por medio del combate de la Guerra de Liberación. Pienso que el poder político debe ser justificado cada día. En función de lo que hagamos, de lo que nos propongamos, debemos pretender el reconocimiento de nuestros conciudadanos.

Más allá de esta reorganización nación-región, es preciso tener el coraje de decir y de proponer, soy también de los que dicen que el África del Norte -especialmente en un primer período los tres países Túnez, Argelia y Marruecos- debería ser construída por mi generación y no creo en una solución de la crisis argelina intra-muros. No creo en la estabilidad y en la eficacia económica tunecina -se lo digo porque también se lo he dicho a mis amigos tunecinos-; tampoco creo demasiado en la emergencia de Marruecos, o al menos en los términos de los plazos previstos por los marroquíes, si no se produce una sinergia nacional. Desde este punto de vista, también allí el destino de nuestras poblaciones puede pasar por "el África del Norte de las regiones". Puede observar que esto es un verdadero juego de muñecas rusas, es lo que hace que cada elemento contenga y envuelva otro hasta llegar a un conjunto coherente y armónico.

Conozco amigos en el Parlamento Europeo: no dejan de decirnos, y tienen razón: "dadnos un interlocutor solidario, coherente y estaremos más dispuestos a estabilizar esta parte occidental del Mediterráneo en el que sois un elemento determinante". De modo que esta historia de refundación nacional no es únicamente una cuestión regional, es una cuestión también de relanzamiento de la idea norteafricana. He dicho siempre que el primer partido político que reivindicó la independencia en 1926, que se creó en París, se llamaba la Estrella Norte-Africana...
 

Pero ¿cuál será entonces la configuración territorial de este Estado regionalizado?. En otras palabras, ¿cómo trazar concretamente los límites regionales?

De hecho, los espacios de vida no se construyen al azar. La geografía humana del país es bastante conocida en su conjunto. Los wilayas de la Guerra de Liberación no son efecto del azar, sino que responden a un modo [de vida] en el que la gente ya se había organizado bajo la administración turca. No está prohibido multiplicarlos, pero los wilayas actuales son entidades que deberían ser ccnservadas. Lo que tiene importancia es que cada región debe tener un gobernador elegido por sufragio universal. ¿Por qué? Porque mientras nos quedemos en esta especie de autoridad impersonal, lejana, des-responsabilizada, los problemas de los ciudadanos no serán tenidos en cuenta.

Es hora, en este segundo país más extenso de África, después del Sudán, de que quien gestiona lo esencial de las preocupaciones de los ciudadanos -que son precisamente y de nuevo la educación, la salud, la cultura, la industria, la agricultura, no todos los argelinos se preocupan de la diplomacia, de la defensa nacional, etc: esto queda como atributos del Estado unitario- los que se ocupan de estos problemas cotidianos están a la merced de la interpelación de los ciudadanos. Si todo queda como hasta aquí, verá como el representante de la administración cada vez que un argelino, un empresario, un ciudadano, un director de escuela, un presidente de club deportivo, presente un problema un poco serio le dirá "no soy yo [quien lo debe resolver], es Argel", y el problema no será nunca solucionado.
 

Pero ¿cómo llegar a esta decisión y sobre todo, quién deberá tomarla?

Primero, cómo llegar y quién tomará esta decisión. Los límites de fronteras son escasamente conocidos. Aquí entra una fase de transición. Pero no una transición crónica, sino una transición que haga pasar a Argelia desde una economía rentista a una economía de mercado; de un sistema autoritario a un sistema democrático; de un Estado que controla la situación de la sociedad a instituciones al servicio de la sociedad.

Decimos que en el país existen dos corrientes políticas, aunque sabemos que las divisiones entre partidos se entrecruzan. Hay a grandes rasgos un partido político, que esencialmente, surgió del movimiento nacional que desencadenó la Guerra de Liberación: porque no se puede ignorar, son los republicanos, los modernistas, los nacionalistas que desencadenaron la Guerra de Liberación. La segunda corriente está constituída por los islamistas, y aquí es bueno recordar que los antepasados de los islamistas estaban de acuerdo en mantenerse en el marco de Francia. Estas dos familias políticas deben reencontrarse, y decimos que, en un primer tiempo, es necesario iniciar un debate para llegar a una descompresión política que haga que la escena argelina sea respuesta de los dos proyectos de sociedad.

Puedo decir, en principio, que la aplastante mayoría de los argelinos, contrariamente a lo que se escribe en Europa, se reconocen más claramente en el proyecto republicano que en el proyecto islamista. En 1991, hice una distinción, en el momento en que todo el mundo pensaba que el FIS(1)tomaría el poder y todas las capitales europeas se preparaban para anular sus emisarios, el FIS consiguió un 26 por ciento de los votos. Y en este 26 por ciento, se encontraban una buena parte de argelinos que habían votado FIS para perjudicar al FLN; fue más un voto-sanción que un voto-adhesión. Y estoy convencido de que hoy día ese margen electoral es aún bastante más débil. Pero digamos que es necesario llegar a lo que la fotografía política del país, es decir, la sociología política del país, sea recuperada por la estructuración de la clase política. Existen muchos movimientos que atraviesan la sociedad argelina. Es importante que en tan sólo 18 meses, se haya desmantelado todo para reconstruir progresivamente. Es necesario un proceso electoral progresivo que vaya desde las municipales hasta las presidenciales. Sería deseable que las listas electrorales, por ejemplo, fuesen organizadas desde la base de estas dos columnas. Podemos llegar, en ese momento, a revisar la Constitución de tal manera que se proteja la nación de todos los peligros que atenten a lo esencial de las libertades individuales y colectivas. Porque en la Constitución actual existen ambigüedades en las que unos y otros se aferran para llegar a lo que usted ve hoy día.
 

¿En qué momento del proceso reformador se sitúa precisamente la revisión constitucional?

La revisión de la Constitución puede esperar. Lo esencial es salir de la confusión actual. En la fase actual, la confusión ha llegado a tal punto que es totalmente inútil organizar la menor condición operativa para el país, puesto que existe un cierto número de cosas que están por decidir. Primeramente, porque la pluralidad política, no digo la democracia, sino la pluralidad política argelina ha sido considerada por el régimen como una molestia, no como una opción. Es después de la explosión de 1988 que se han abierto todas las puertas y se ha quebrado en todos los sentidos. Lo que ha provocado que, en esta precipitación, usted tenga militantes que son del mismo partido, pero que no comparten nada; usted tiene militantes que son de un partido político diferente pero que están de acuerdo en lo esencial. En consecuencia, es necesario volver a poner todo esto en juego.

A continuación, está también la antigua clase política, que se ha formado en la astucia; poco rigor doctrinal en nuestros movimientos nacionales. Y usted puede observar posiciones que escudándose en términos como "reconciliación", "unión", "fraternidad" lo mezclan todo. Lo cual hace que usted pueda encontrar gente que un día está en posiciones radicales/islamistas y otro día en posiciones indudablemente de libertad y de progreso: todo esto es la vieja cultura política. Sea por la precipitación de la apertura política, o sea a causa de las secuelas de las tradiciones de movimientos nacionales, que es un movimiento poco estructurado políticamente, es importante llegar primero a esta descompresión política. Es necesario llegar a que se puedan reconstituir estas dos columnas políticas. Que en el interior de estas columnas haya diferencias, sutilidades, etc. no es muy grave, evidentemente; hace falta saber exactamente quiénes son los que quieren insertar Argelia en un espacio geo-estratégico e insertarla en el mundo actual y quiénes son los que por razones de poder y de religión deciden efectivamente mantenerla en los arcaísmos de los que son sin duda bastión. Algunos diarios europeos contribuyen a esta confusión, presentando en líneas generales el FIS como un movimiento que quiere eliminar las especies de elementos contaminados por Occidente que no tienen nada que ver con el país. Yo soy musulmán, no bebo, no fumo, no juego, pero rehúso dejarme mezclar en este debate: no tengo necesidad de un movimiento para saber que soy musulmán. El Magreb escapó a la guerra de religión desde la noche de los tiempos, porque en su organización tradicional -si usted tuviese tiempo, le habría llevado a mi pueblo- el magrebí sabe separar siempre el campo político del campo religioso. En 2001, nuestro jefe religioso no participó en ningún momento en una reunión en mi pueblo si se trataba de saber o de hacer pasar un camino, para traer el agua, etc. Yo creo que esto es lo que se ha de actualizar, estos son los valores que hace falta poner en el orden del día. Nunca se ha visto a la televisión europea mostrar esta realidad.
 

Mientras tanto, en estos inicios de septiembre de 2001 el terrorismo parece en auge...

Aquí también es necesario comprender que nos encontramos ante un verdadero problema de estrategia. Y las democracias occidentales tienen su parte de responsabilidad. Los islamistas pueden decir: reivindicamos los crímenes como medio de terror estratégico para tomar el poder, pero usted encontrará gente en Europa que le dirá "Dios mío, no son los islamistas los que matan". Existe una especie de culpabilidad post-colonial que hace que el movimiento islamista esté reconocido como la expresión de las humanidades que han sido históricamente sometidas, humilladas. En Argelia hemos hecho gráficas, esquemas que muestran que cada vez que se produce un rebrote de la acción terrorista -hablo del caso argelino- responde a fases políticas muy específicas, de confusión política, de irresolución del poder: es necesario negociar, es necesario rehabilitar el FIS, etc... Inmediatamente, cuando esta clase de debilidades reales o supuestas entran en la escena pública argelina, inmediatamente, de manera mecánica, las acciones terroristas aumentan para hacer presión -e iba a decir, de guerra- para dirigir la decisión política hacia la rehabilitación de toda esta acción. En este momento, no soy inocente; lo que dicen ciertos periodistas es que puede haber un grupo terrorista que tenga infiltrados de los servicios especiales. Pero esto no quiere decir que el islamismo esté en el origen de las masacres. Una cosa es decir que la lucha antiterrorista esté mal dirigida, que existen infiltraciones de aquí y de allá, que pueden ser más o menos torpes, más o menos sangrientas, una cosa es decir que existen abusos, extralimitaciones, por parte de los servicios de seguridad. Yo he sido arrestado y torturado cinco veces, conozco, por tanto, como trabaja esa gente, lo he vivido en mi propia carne, puedo hablarle de ello. Pero de esto a decir, a producir tesis, artículos y documentaciones sobre las masacres colectivas perpetradas por los islamistas reconocidos por sus vecinos como militantes del FIS, y pasar el tiempo, movilizar las energías, la potencia mediática para desvelar todo esto: bueno, estoy tentado de decir, yo soy un argelino y no puedo olvidar todo esto. Por parte de las democracias occidentales existe un déficit ético y una especie de complicidad política ya que este desvelamiento fue un acicate para los islamistas que no se sienten incómodos por cometer estos crímenes. Entretanto, estoy completamente de acuerdo: el islamismo es fuerte y piensa que el régimen está corrompido; pero no porque el régimen sea malo el islamismo es bueno.
 

Mi última pregunta, Dr. Sadi, hace referencia al último Informe de l'International Crisis Group (ICG). De hecho, este informe pone la recuperación del movimiento ieslamista en el juego político como una condición indispensable para la salida de la crisis. Se argumenta, principalmente, que los islamistas conservan una gran base popular y que han cambiado de actitud respecto a hace diez años y que no desean ya un Estado islámico. Finalmente, [el Informe] indica que el partido Wafa de Ahmed Taleb Ibrahimi es el instrumento de una reintegración posible de los islamistas en el campo político. ¿Qué piensa usted de todo esto?

He leído el Informe sobre Argelia, en el que, por otra parte, se anuncia la victoria del FIS como inevitable, puesto que esta honorable institución no ha sido siempre objetiva respecto a Argelia. Como siempre, este Grupo está compuesto por personalidades que gozan de credibilidad, pero Argelia, el dossier argelino, está dirigido por un cierto número de personas que, en mi opinión han efectuado más opciones políticas personales, que movimientos intelectuales profundos. Reconozco, ciertamente, el derecho de los observadores extranjeros a tener sus preferencias por un partido más que por otro; la vida política está hecha de alianzas, convenios, simpatías y aversiones. Pero que las cosas sean claras: que no se escuden en instancias de observación objetiva si lo que se pretende es sostener tesis políticas. El señor Ibrahimi, que fue entre otras cosas, ministro de Educación en el momento en que la escuela argelina empezó a pudrirse en el islamismo, se presenta ahora como un señor que puede ser interlocutor del movimiento islamista, convertido al respecto a la pluralidad y capaz de contener las turbulencias del islamismo político. He aquí el perfil que se le da. Yo no creo que se cambie a los 74 años. El señor Ibrahimi pertenece al ala islamo-conservadora del FLN que dio un barniz de legitimidad al islamismo. Ahora bien, en la época en que nosotros íbamos regularmente a prisión, no recuerdo haber oído al señor Ibrahimi aproximarse a las pocas personalidades críticas del sistema para ponerse del lado de los que todavía se llamaba los reformadores. Siempre estuvo del lado del coservadurismo, situado en las visiones dominantes, hegemónicas y arcaicas, aunque en 1962 tuviese alguna pequeña preocupación. No pienso, por tanto, sinceramente, que alguien se pueda reconstruir intelectualmente, mentalmente a la edad de 74 años.

En la actualidad, tratándose de su capacidad de domesticar este movimiento islamista... Yo soy argelino, no soy exilado, no pretendo exilarme, y no me puedo permitir transformar Argelia desde un laboratorio para hacer experiencias y decirme que si no funciona, cuento con Europa para hacer peticiones, o para que me envíen sacos de harina como en Sarajevo. Lo que los europeos se niegan a ver crecer en su sociedad, no veo por qué intentarían sugerirlo, es el intento de imponer a la sociedad argelina su versión hard. Conozco bastantes amigos, honorables militantes de la izquierda, decirnos: el Frente Nacional es totalmente insoportable e indigno de la gran Francia, pero el GIA es sin duda lo que conviene a los indígenas argelinos. Si esto no es racismo, no sé como se puede llamar. Entonces, es fácil decir que Argelia es un país del Tercer Mundo, que es un país del Sur, etc. etc. y que no está maduro para acceder a la pretensión democrática. Entonces sucede que constato en el terreno que cada vez que se ofrece una oportunidad a los ciudadanos argelinos, la movilización es masiva, abierta y determinada para defender los logros de la vida democrática. Lo vi cuando estábamos comprometidos en la elección presidencial y en la que yo era candidato. El FIS había amenazado con ejecutar a todo ciudadano que participase … etc, etc. Pues bien, no vi nunca desde la Independencia un escrutinio que hubiese movilizado efectivamente a tantos argelinos, a pesar del riesgo, a pesar del miedo, porque fue la primera vez que en la historia de Argelia independiente se producía una elección plural.

Cómo fue gestionada esta disponibilidad, esta fuerza profunda del pueblo argelino es otra cosa. Pero cuando el presidente Boudiaf fue elegido, dijo simplemente una sola cosa: "un país sin mujer es un país infame"(2). Todo lo que dicen ustedes desde Europa sobre que el argelino está definitivamente anclado en el islamismo, que no ha conocido otros proyectos, otros puntos de vista… Igualmente, cuando el presidente Bouteflika los diez meses que siguieron a su instalación, no digo la elección, sino la instalación, en la presidencia de la República, y que tuvo el coraje de cumplir un cierto número de actos simbólicos, de hablar en francés en televisión, de decir "esto es parte de nuestra historia", de decir, "me aferraré a la justicia y la reformaré", etc, no vi al FIS hacer destrozos, no vi al GIA, no vi opositores, en todo caso, no vi movilizarse a mucha gente. Luego la disponibilidad popular en Argelia está efectivamente vinculada al sentido de la aspiración hacia el progreso y la libertad. Si desde el extranjero "ellos" decían, hace un siglo y medio, los argelinos son inmaduros para acceder a la independencia, hoy dicen los argelinos son inmaduros para acceder a la democracia. Hay una especie de simetría en el desclasamiento histórico de Argelia que hace que no se pueda hacer preguntas.

Para volver al señor Ibrahimi, yo le doy informaciones claras. El que había sido responsable del FIS decía ésto. Si se le impulsó como candidato a la elección presidencial, se le puede impulsar eventualmente sabiendo que somos nosotros quienes hacemos el juego. En pocas palabras, un candidato de fachada. Esto se sabe, pero no se quiere decir.

Para volver ahora a lo que representa el islamismo hoy día, mi profunda convicción -porque soy un hombre político y estoy obligado a realizar evaluaciones lúcidas, puede que duras- es que el islamismo no representa ya una alternativa en la crisis de poder en Argelia, ni el terrorismo que ensangrienta el país continuará. Puesto que los dirigentes argelinos han decidido no afirmar y asumir el poder del Estado, diciendo lo que está permitido, lo que no está permitido y movilizando y asumiendo la movilización popular. Ahora bien, cuando usted es un jefe de Estado y cuando usted se involucra en una dinámica extraordinaria durante diez meses y usted da un giro sobre todo lo que había hecho hasta entonces y usted deja el país seriamente averiado, el islamismo no vale en tanto que fuerza de proposición, el islamismo es una fuerza de impugnación. Y esto no vale más que en la medida en que la situació se ha podrido. En general, es más poderoso el instinto que la razón. Yo soy originario de la Kabilia y una gran parte de mi familia está en Argel. Yo mismo tengo primos que votaron FIS ... pero hoy no caerían en el mismo error. No es exactamente el islamismo el que pone problemas en Argelia, estratégicamente. Es, una vez más, un problema de recuperación de la decisión política al servicio de las ambiciones de la sociedad, de los ciudadanos. No se trata de restaurar una teocracia obsoleta; el Estado argelino salido de la Guerra de Liberación será democrático y social.
 

Notas

1Señalaremos algunas de las siglas que se utilizan a lo largo del texto. FIS, Frente Islámico de Salvación; GIA, Grupo Islámico Armado; FLN, Frente de Liberación Nacional,  convertido desde la independencia en Partido Único.
2Nota de la traductora. Desafortunadamente, en la traducción se pierde la fonética de la frase original: "Un Pays sans femme est un Pays infame".
 

© Copyright: Angelo Turco, Said Sadi y Terra d'África, 2002.
© Copyright: Biblio 3W, 2002.

Ficha bibliográfica

TURCO, A. Entrevista al Doctor Saïd Sadi, Secretario General del Rassemblement pour la Culture et la Démocratie (RCD).  Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. VII, nº 397, 10 de septiembre de 2002.  http://www.ub.es/geocrit/b3w-397.htm [ISSN 1138-9796] Traducción de Mercedes Arroyo


Volver al índice de Biblio3W

Menú principal