Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales
Universidad de Barcelona, nº 40, 20 de julio de 1997


SCHINZ, Alfred. Cities in China. Berlin - Stuttgart: Editorial Gebrüder Borntraeger, 1989. 492 páginas.

Joan Graupera Auladell


Con este libro Alfred Schinz ha hecho un importante trabajo de recopilación de información sobre la historia urbanística de China, que abarca desde el año 1700 aC hasta el final de la década de los ochenta de nuestro siglo. La finalización de esta obra ha requerido más de ocho años de investigación, y la colaboración de la Universidad de Tong qi de Shanghai. La obra se ilustra con más de 300 fotos y planos.

Alfred Schinz es licenciado en Urbanismo, y ha trabajado en diversas ocasiones como asesor de planeamiento urbano de la O.N.U. en Taiwan. El autor dedicó la década de los ochenta a la recopilación de mapas, estadísticas, fotografías y otros materiales para elaborar Cities in China.

Los objetivos del autor son, describir la evolución del urbanismo en China, y dar una idea de las fuerzas que hoy en día están diseñando la nueva ciudad del presente.

A pesar de la importancia del urbanismo chino, existen pocos trabajos publicados sobre el mismo en España. Entre algunos de los autores que han tratado el tema del urbanismo en China y que están publicados en castellano destaca el de J. Beaujeu-Garnier y G. Chabot, los cuáles en su obra Tratado de Geografía Urbana dedican un apartado a éste país. Consideran que los factores económicos fueron los que originaron el nacimiento de las antiguas ciudades en China, las cuales aparecieron esencialmente como centros agrícolas, focos de comercio, puertos interiores o centros de explotación minera.

Diferencian dos tipos de ciudad china: Pequín, la vieja capital del interior, y Shanghai la gran ciudad cosmopolita, abierta al mar. Un pueblo de pescadores, que se convirtió en ciudad el s. XIII, con siete millones de habitantes, cuenta con múltiples aspectos: los rascacielos del centro, algunas villas situadas detrás de empalizadas de bambú, en torno a un barrio comercial que contiene el almacén del Estado; el río posee un intenso tráfico y aloja múltiples familias, tanto en juncos como en verdaderos poblados instalados sobre el agua. La variedad de ciudades chinas es tan grande como en Europa: diversidad de emplazamientos, de construcciones, disparidad de gentes.

En la Historia de la forma urbana, de A. E. J. Morris se dedica también un apéndice a las características y a la evolución del urbanismo en China. Se señala en el mismo que los conocimientos arqueológicos chinos son muy recientes; la primera aldea neolítica de Yang Shao en el Honan no fue descubierta hasta 1921, y son bastante escasos los conocimientos que se tienen acerca de los centros urbanos de la cultura Shang. Pequín ocupa el lugar de una antigua aldea neolítica del 2400 a.C. aproximadamente. Ciudad de provincias durante la dinastía Han, fue ocupada por los invasores del norte desde el siglo IV hasta el VI de la era cristiana, siendo reconquistada por los Tang.

La lectura del libro de Shinz es, pues casi imprescindible para toda aquella persona que quiera tener una visión mundial del urbanismo. El mundo asiático, demasiadas veces olvidado desde occidente, presenta en la actual República Popular de China una interesante perspectiva de desarrollo económico. Por esta razón, esta obra es de gran interés ya que nos permite conocer mejor la realidad de China.

La evolución histórica del urbanismo chino se divide en cinco grandes períodos en la obra que comentamos.

I) El urbanismo temprano, etapa que transcurre entre el año 1700 a.C. y el 220 de nuestra era, es una época que representa el período de formación del urbanismo chino, y en ella encontramos los primeros documentos urbanísticos. Los aproximadamente 700 núcleos urbanos sin función agrícola existentes contenían una población total de más de 250.000 habitantes, pero solo un 10 por ciento podían ser considerados realmente ciudades.

Al principio de este período, las ciudades se formaron alrededor de los palacios de los dignatarios y estaban rodeados de murallas. Con el transcurso del tiempo los señores feudales consiguieron el poder, llegando a un punto en el cual muchos de los mayores asumieron el título de rey. El desarrollo económico hizo que muchas ciudades donde vivían tales reyes se convirtieran en centros urbanos multifuncionales, con lo que la mayoría de las murallas fueron derruidas. El poder de los reyes se apoyaba en el desarrollo económico, que se produjo al explotar los recursos naturales y humanos de sus territorios.

II) Una nueva fase es la que Schinz llama etapa de la cultura y de la administración en la corte imperial, y abarca desde el año 220 al 800. Durante este período llegan al poder tres dinastías diferentes: la Han; la Sui, con la que se alcanzó la reunificación del imperio durante el siglo sexto; y la dinastía Tang, con la que termina el período.

Del total de las 1.600 ciudades administrativas existentes en dicho período, solo 250 albergaban más de 4.000 habitantes. Durante los primeros años de esta etapa, la mayor parte de estas ciudades perdieron su función militar y sus murallas defensivas.

En esta época la población urbana no superaba el 5 por ciento de la población total. La ciudad más importante fue Chang An, hoy llamada Xian, situada en la provincia de Shaanxi. Esta ciudad se convirtió en la capital de las dinastías Han y Tang, y albergó una población cercana a los dos millones de habitantes. Con ello, Chang An fue la ciudad más grande construida antes del siglo XIX, con un plano rectangular, de 8'6 por 9'7 Km, compuesto por seis subsecciones: La división centro-norte, ocupada por el palacio y la ciudad-palacio, donde se localizaron les oficinas, las viviendas para cortesanos y los altares ceremoniales; las divisiones al este y al oeste de la ciudad-palacio, ocupadas por grandes edificios sin función residencial; las zonas sureste y suroeste, dos áreas residenciales con un mercado cada una; y la región central sur.

En este período destaca el establecimiento de templos y monasterios taoistas y budistas. Las pagodas de los templos budistas fueron un elemento nuevo en la arquitectura de la zona.

III) La tercera fase es llamada de desarrollo del comercio y de la cultura. Con los grandes cambios socioeconómicos ocurridos durante la dinastía Tang, además de formarse una burguesía con bastante poder, se creó un extenso sistema de centros de mercado y comunicaciones. Esta tercera etapa se desarrolla entre el año 800 y el 1400.

Es importante señalar el traslado de la corte imperial del imperio hacía el este, ya que produjo un gran cambio en la distribución de la población. La mayoría de la población china pasa de vivir al norte de Chang Jiang a residir al sur de esta ciudad. La población que habitó al sur fue más del triple que la que vivió en el norte.

En esta etapa se produce la llamada Revolución Económica Medieval, y con ella la Revolución Urbana que causó un impacto decisivo en el tamaño, número, localización y estructura de las ciudades. Con la utilización de un nuevo sistema de transportes basado en los canales, se conectaron las áreas consumidoras del norte con las áreas productoras del sureste; así, los movimientos de población hacía el sur adquirieron carácter de colonización, ya que muchas familias buscaban oportunidades para mejorar o enriquecerse. El esplendor de este período es conocido en occidente gracias a los escritos de diferentes mercaderes, como los del veneciano Marco Polo.

Los aspectos principales que cambiaron en la estructura urbana fueron los siguientes. Ante todo la población fue libre de escoger la zona de la ciudad donde quería vivir y montar sus negocios, con ello, las casas y las tiendas se combinaron, y solo el complejo del palacio quedó separado del resto.

El período se caracterizó por el desarrollo de los suburbios comerciales fuera de las murallas de la ciudad. Algunas veces, dichos suburbios estaban rodeados por una segunda línea de murallas y contenían los principales sectores comerciales de la ciudad, a lo largo de las calles con más tráfico o a lo largo de los canales, en las ciudades del sur. Finalmente, en esta fase se produjo la aparición de ciudades-mercado en el medio rural.

IV) En la cuarta fase, las dinastías Ming y Qing (1400-1910) consiguieron el poder y los centros terciarios adquirieron importancia. Después de siglos de prosperidad que convirtieron a China en un país muy poderoso, esta época finalizó con una importante crisis del gobierno imperial, y en 1911 se llevó a cabo la Revolución.

En 1368 la dinastía Ming estableció la capital imperial en Nanjing. El diseño geométrico característico de la ciudad china solo se aplicó en la ciudad-palacio. La morfología de las construcciones y la estructura urbana que adquirió Nanjing pasaron a ser las típicas que hoy conocemos.

En unas mil ciudades se repararon las murallas o, se reforzaron o se construyeron de nuevo. El Gran Canal se reparó, y el río Amarillo adquirió importancia como vía fluvial, gracias al cuidadoso mantenimiento de diques, empedrado de carreteras, y a la construcción de puentes, defensas militares, templos y otros edificios.

Debido a las políticas restrictivas del gobierno en los transportes marítimos, las regiones del sur perdieron población. Estas políticas intentaban resguardar a China de los numerosos ataques piratas.

Un dato importante es el número de puertas que presentan las ciudades en sus murallas. Las antiguas ciudades administrativas tenían un número limitado de puertas, como mucho cuatro, una en cada punto cardinal de acuerdo con su importancia. En contraste, los nuevos suburbios y las ciudades-mercado tienen tantas puertas como les era necesario, al tiempo que se organizaba un plano más funcional.

El dato más importante es que algunos de los centros que no eran administrativos, adquirieron un nivel de importancia comparable al de las capitales administrativas.

V) La última fase considerada por Schinz es la de la República Popular China. Fundada en 1949, se ha convertido nuevamente en los últimos años en una potencia mundial. Hay que destacar los cambios graduales en el sistema social. En este período, que todavía está hoy en vigor (1911-actualidad), se han ido introduciendo grandes cambios procedentes de Occidente, que han convertido a la densamente poblada ciudad china en un poco más habitable.

Después de la victoria del Ejército Rojo, el gobierno llevó a cabo la expropiación de todas las propiedades privadas. La aplicación del marxismo provocó la desaparición de las clases altas y medias y la instauración de la burocracia. Continuando con el nuevo rumbo político, se transformaron las ciudades del consumo en ciudades de la producción.

En esa época el diseño urbano de las ciudades chinas estaba guiado por los expertos soviéticos en planeamiento. La llamada calle de tipo socialista pasó a ser característica del centro urbano, y el sistema basado en el superbloque se utilizó como modelo para construir los edificios de apartamentos de cinco plantas; los cuales incluían servicios básicos como guardería, lavandería, restaurante y otros. Todo esto, rodeado por espacios verdes públicos, basados en el diseño del jardín francés del siglo XVIII. De todos modos, estos edificios no fueron pensados para la climatología china, y ni tan solo servían para las zonas del norte.

A partir de 1960 los expertos soviéticos dejaron de actuar en China, ya que se desarrolló una filosofía de planeamiento propia con nuevos métodos e ideas basadas en el principio del vecindario. Entre las modificaciones que se han introducido recientemente en el diseño urbano chino destacan, además de las estructuras de origen europeo, las ventanas que dan a la calle. Antiguamente, los únicos edificios con ventanas hacia la calle eran las tiendas.

Shanghai, capital económica china, es la primera ciudad que proyectó una nueva área residencial (el distrito Caoyang), sin usar el modelo de planeamiento socialista. Este nuevo distrito localizado en el norte del centro urbano acoge unos 80.000 habitantes, con el diseño urbano de los barrios occidentales. Las casas son pareadas y tienen un pequeño jardín. Los principios funcionalistas de las viviendas y la monotonía de las calles son las principales características de este barrio.

Otro hecho importante a destacar del urbanismo que se está desarrollando en China en los últimos años es la construcción de nuevas ciudades. La construcción de éstas es consecuencia de la política industrial que permite la instalación de centros de producción con capital extranjero.

En definitiva, nos encontramos ante una obra muy valiosa debido a su singularidad, nivel de investigación y gran cantidad de gráficos y mapas.


Bibliografía complementaria

Beajeu-Garnier, J. y Chabot, G. Tratado de Geografía Humana. Barcelona: Editorial Vicens Vives. 1970.

Morris, A. E. J. Historia de la forma urbana. Barcelona: Editorial Gustabo Gili. 1984.


(EIC)



© Copyright: Joan Graupera Auladell

© Copyright: Biblio 3W, 1997


Volver al índice de Biblio3W


Menú principal