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Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. VII, nº 417, 20 de diciembre de 2002

L'ESPAI VISCUT: DE UNA GEOGRAFÍA SENTIDA A UNA GEOGRAFÍA REFLEXIONADA

Xosé M. Souto González
(Proyecto Gea-Clío)


L'espai viscut: de una geografía sentida a una geografía reflexionada (Resumen)

Las rutinas y hábitos que inundan una clase de geografía, los nuevos retos docentes en una sociedad saturada de información y con una disparidad de valores y actitudes ante la institución escolar, dificultan la actividad creativa e investigadora del profesorado. La rapidez con que transcurren los tiempos escolares y la inmediatez de las respuestas que exigen los alumnos hace difícil la tarea de reflexionar sobre la propia práctica educativa.

En los momentos iniciales del siglo XXI, la labor docente es extraordinariamente compleja. Por una parte, se encuentra regulada por decretos, normas y órdenes de carácter administrativo. Por otra, sus criterios de autoridad intelectual se encuentran cuestionados por un pensamiento hegemónico que ejerce una influencia educativa superior a través de los medios de comunicación. Finalmente, en muchas ocasiones, se siente la incomprensión y soledad de un corredor de fondo, donde otros colegas no le ayudan a reflexionar sobre los elementos de la innovación didáctica, que incluso puede mostrar un lado más agrio en forma de obstáculos para acceder al razonamiento académico desde las instancias del poder de las disciplinas universitarias. Frente a esta situación hay profesores, como Enric Ramiro, que han optado valientemente por razonar su espacio vivido y no han tenido inconveniente en presentar ante el sanedrín académico los resultados de su estudio.

Palabras Clave: Espacio vivido, didáctica de la geografía, planeamiento regional

Key words: Country life, Geography teaching, Regional planning


La innovación didáctica para que tenga una cierta consistencia, y sea asumida por el profesorado, precisa de una investigación educativa que relacione la práctica subjetiva y cotidiana con una reflexión abstracta y universal. Sin embargo, muchas de las propuestas que definen la innovación didáctica sobre la figura del profesor, como investigador acerca del proceso de aprendizaje de sus alumnos, han resultado ser meras ilusiones o especulaciones de pedagogos en su producción curricular. La diversidad del alumnado complica el seguimiento individualizado de la evolución del aprendizaje de cada una de las personas de la clase, o incluso de algunas en particular. Más de una vez se escucha el lamento de un profesor que ha de dedicar parte de su tiempo de ocio a la investigación educativa.

No obstante, hay profesores, como Enric Ramiro i Roca, que buscan en las realidades complejas de la aactividad escolar, las razones de tanto malestar, desasosiego del profesorado, indisciplina del alumnado y estereotipos sociales sobre la vida escolar. Y para ello es necesario reflexionar sobre los sentimientos de la propia vida personal. Esta tarea parece connatural con la idiosincrasia del autor de los libros que ahora reseñamos(1)  y que son resultado de su Tesis doctoral, presentada en julio de 1998 en la universidad de Valencia (2). Pues como él manifiesta en otro de los artículos desprendidos de su misma Tesis doctoral es preciso cuestionarse sobre los motivos por los cuales los alumnos no aprenden geografía y no son capaces de explicar adecuadamente la situación del mundo en que viven (3) .

Una producción académica que, desde mi perspectiva, tiene el mérito de conjugar la reflexión personal, sobre su práctica docente y su compromiso ciudadano, con el análisis de los datos objetivos que han condicionado la producción de la geografía institucionalizada. Resulta estimulante encontrarse con profesores que todavía mantienen una gran confianza en el valor del razonamiento crítico para explicar el mundo en el que vivimos.

El primero de los libros (La Ribera. Imatge i territori) responde a los intereses personales del autor que, como vecino de la comarca de La Ribera, quiere ofrecer a sus conciudadanos el resultado de sus investigaciones: ocho años de observaciones "al voltant de la nostra comarca" y dos años de reflexión académica. Para ello indica que ha intentado transformar la información científica en un lenguaje más divulgativo.

En efecto, si nos fijamos en la utilización del posesivo (primera persona del plural) ya nos damos cuenta que E. Ramiro quiere comunicarse con sus vecinos, de su misma comarca. Pretende suministrar una serie de datos que faciliten el conocimiento de este territorio y permitan deducir los rasgos e imágenes que le confieren su identidad. Es una persona que tiene confianza en la producción editorial, pues espera que su libro "servisca per conèixer un poc més la nostra comarca i avançar en el camí de la convivència".

A mi modo de ver, más allá de la información que suministra este libro, que más adelante comentaremos, el esfuerzo personal del autor es encomiable, pues muestra la complejidad de intentar alejarse de la realidad vivida para reflexionar sobre ella (dos años posteriores al trabajo empírico, según manifiesta) y devolver a ésta los resultados de sus explicaciones. Sabemos que es un problema propio de la metodología de las ciencias sociales y que, en el caso de la geografía de la percepción y del comportamiento, así como de la humanística, es un asunto central (4).

La estructura del libro se compone de tres partes fundamentales. En la primera analiza la estructura territorial del País Valencià desde las propuestas de organización comarcal, que él defiende como "element estructurador" del territorio y también como elemento referencial en la mente del docente. En la segunda se centra en el análisis de la producción escrita (artículos, revistas, libros, folletos) sobre la identidad de La Ribera, lo que permite que la última parte conste de una base de datos muy amplia sobre la bibliografía comarcal.

Sin duda, uno de los problemas fundamentales de las geografías subjetivas estriba en poder seleccionar adecuadamente a las personas que se entrevistan para poder interpretar la opinión intersubjetiva sobre el marco geográfico que se quiere explicar. Y ello se traduce en esta obra que, parafraseando a una de las personas entrevistadas, reproduce un paisaje en que se entremezcla la amistad y la familia. En efecto, la imagen de la Ribera está muy condicionada por la extracción social y cultural de las personas que se citan como colaboradores del libro (se entiende como suministradores de la información) y que proceden de un amplio sector que podremos denominar "ilustrado", concepto que se asemeja al proceso de modernidad cultural.

Ello induce a pensar que el sentimiento comarcal va ligado a una concepción del territorio que está sesgado por una visión interesada del mismo, lo cual no le resta validez, pues el espacio geográfico se conforma como una pugna de intereses sociales, que reproduce diferentes modelos de organización social. Éste es un pensamiento que si no se hace explícito puede dar lugar a equívocos, como se menciona en el mismo libro, cuando el director técnico de un estudio sobre la ordenación territorial del País Valencia indica que "sempre hi ha hagut una preocupació pel fet comarcal" (pág. 28). Una preocupación, ¿para quién?, ¿sobre qué objetivos?. Por eso el trabajo de Enric Ramiro tiene la virtud de insertar la preocupación docente como otro de los intereses que inciden en los debates de la ordenación territorial. Cuando repasamos los debates parlamentarios de inicios del XIX sobre la organización provincial, o los más recientes sobre la organización municipal y de Comunidades Autónomas, vemos que los representantes políticos utilizan unos argumentos que se dicen eco de los intereses sociales. El trabajo de E. Ramiro insiste en este asunto de hacer luz sobre los intereses de personas ilustradas, vinculadas en mayor o menor grado con la educación escolar, respecto a la ordenación del territorio. Un asunto que sin duda es relevante para el análisis geográfico, pues revela una determinada concepción del territorio y de las relaciones sociales sobre éste. Muestra, en definitiva, el compromiso de "escribir para convencer", algo que se echa en falta en algunas investigaciones.

Como podemos apreciar en el libro se entrecruzan las experiencias vitales con la reflexión analítica. De este modo, el libro difunde las expectativas de algunos ciudadanos ilustrados que son conscientes de la necesidad de modificar la estructura político administrativa vigente desde hace casi doscientos años. Algo que ya se ha intentado con las propuestas de comarcalización de Cataluña o Galicia, pero que hasta el momento presente sólo han servido para superponer competencias y aumentar la burocracia de la administración territorial.

Sin duda en ciertos territorios, como es el caso de La Ribera, existe una conciencia de identidad territorial superior al de otras comarcas, como pone de manifiesto el autor rastreando las delimitaciones que se han hecho desde 1933. Ello sin duda está asociada a la funcionalidad del territorio, económica y cultural. En este sentido formula una propuesta educativa conducente a reforzar esta identidad comarcal, que además está refrendada por una investigación de campo con alumnos de 15-17 años sobre la percepción de la comarca y su delimitación territorial, en la cual se confirma la influencia cartográfica de las delimitaciones propuestas, pues el alumnado diferencia La Ribera Alta y La Ribera Baixa como consecuencia de la presencia de mapas educativos comarcales que recogen esta diferenciación nominal, que no topográfica.

Consecuentemente, desde su trabajo desarrollado desde dos centros de formación de profesores de la Generalitat Valenciana, uno ubicado en Alzira (La Ribera) y otro en Xàtiva (La Costera), ha procurado difundir y potenciar las características de la cohesión comarcal, pues entiende que esta escala territorial puede facilitar las relaciones personales del profesorado para innovar en la didáctica de las ciencias sociales. Sin duda, es un programa de mercadotecnia (o marketing) territorial legítimo y que evidencia un proyecto de estructurar el territorio desde la educación. Un proyecto, por cierto, que no cuenta con el respaldo institucional de las autoridades de la Comunidad Autónoma, como recuerda E. Ramiro.

Y desde esta misma perspectiva ideológica hay que valorar el esfuerzo realizado para evaluar los artículos de investigación que se han realizado desde la universidad (desde Historia, Geografía y otras ciencias sociales) con objeto de identificar las relaciones que se han establecido entre el conocimiento científico y el escolar, ambos dos con la pretensión de crear una opinión pública sobre el hecho comarcal. En la difusión de estas ideas es donde el autor encuentra claros y sombras, en especial se percibe un lamento del escaso eco que ha tenido en el departamento de Geografía esta preocupación por la identidad territorial.

El segundo de los libros reseñados (Aproximació a l'escola valenciana de geografia) tiene dos partes fundamentales. En la primera, organizada en tres capítulos, el autor interpreta la institucionalización de la geografía en la universidad valenciana y sus vías de difusión, que analiza con más detalle en el segundo capítulo, en el cual la figura de Antonio López Gómez se convierte en el eje nuclear de este grupo. La segunda parte corresponde con las transcripciones de las personas entrevistadas por el autor con motivo de su Tesis doctoral y que han accedido a que estos documentos sean públicos. Es de agradecer que algunos profesores universitarios no pongan obstáculos a la investigación futura, permitiendo conocer de primera mano los entresijos universitarios, que facilitaron o dificultaron la institucionalización del saber geográfico.

Lo primero que conviene destacar en este libro es el prólogo, de la autoría del profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de Valencia, Vicent Soler. Es útil conocer cómo perciben el conocimiento geográfico otros profesionales y aquí encontramos algunas pistas: la saturación de información memorística, pero la necesidad de organizar la explicación de los hechos económicos sobre un marco territorial más globalizador.

Como sugiere acertadamente V. Soler, el territorio tiene cada vez más valor como factor económico, pero exige una reconceptualización. En efecto, la accesibilidad, la centralidad y las estrategias de los agentes sociales facilitan u obstaculizan los planes de desarrollo local, como bien saben los economistas. Y en este sentido, el valor del medio como paisaje y como ecosistema tiene un "valor" incuestionable.

Igualmente la visión de V. Soler nos permite salir del "excepcionalismo" de la geografía y comprobar que algunos de los problemas que plantean los geógrafos, en las entrevistas realizadas por E. Ramiro, son consustanciales a los economistas y a otros investigadores del medio social. E igualmente la necesidad de relación entre el conocimiento académico y la divulgación de las investigaciones realizadas.

Para poder plantear la existencia o no de una "Escuela de Geografía de Valencia", E. Ramiro hace una pequeña introducción sobre la institucionalización de la geografía universitaria en España, siguiendo básicamente a J. Bosque, H. Capel y J. Vilá. Con ello quiere encuadrar el trabajo de los geógrafos en su doble vertiente: el trabajo en la Universidad y su proyección social a través de las obras de divulgación, como es el caso de las enciclopedias geográficas.

En el primero de los aspectos se centra en el estudio de la evolución del Asociación de Geógrafos Españoles, que representa el intento más consolidado de agrupación profesional de los geógrafos y que, con el tiempo, desembocará en la constitución legal de un Colegio Profesional. Así podemos entender el contexto científico en el que se institucionaliza el saber geográfico; el cuadro 1.1. (pág. 27) nos muestra que todavía la geografía española está anclada en el pasado: los grupos mayoritarios son los que se corresponden con la geografía física y la rural. Por su parte, la didáctica de la geografía tiene un escaso crecimiento en los años noventa. Además se hace constar, en boca de sus protagonistas, que esta especialización del saber está conduciendo a una cierta descoordinación y falta de análisis global del territorio, lo cual era señalado en el prólogo como una de las características más sobresalientes de la geografía.

Sin duda este dato objetivo nos hace plantear algunos interrogantes sobre el papel de la Asociación de Geógrafos y los miembros que la integran. ¿por qué no existe un crecimiento del número de miembros del grupo de didáctica en el momento del debate sobre la organización del sistema escolar?, ¿no preocupa en el seno de la AGE las cuestiones relacionadas con la difusión de su conocimiento?, ¿existe un complejo de Edipo sobre los orígenes institucionales de la geografía? Son preguntas relevantes para el futuro de la geografía como conocimiento escolar y que E. Ramiro nos presenta implícitamente en su trabajo. Como también es reseñable la existencia de otros colectivos, que han colaborado con la AGE en la creación del colegio profesional, pues subraya el interés de profesores y profesionales preocupados por la difusión social de su conocimiento.

El segundo capítulo, mucho más extenso, trata de exponer las tesis del autor sobre la existencia de una línea de continuidad en la producción de la geografía en la Universidad de Valencia, lo que le lleva a postular la existencia de una Escuela de geografía, como representación simbólica de un colectivo que presenta algunos rasgos comunes en la concepción y difusión del conocimiento geográfico. Un colectivo que gira fundamentalmente alrededor de la figura del profesor Antonio López Gómez.

En las páginas 39 a 41 se sintetizan las preocupaciones básicas del autor respecto a las relaciones entre sociedad y ciencia, lo que nos permite integrar en un mismo objetivo la investigación de Enric Ramiro. Su planteamiento es inequívoco, se tata de valorar si "la geografia ha tingut molt a veure, de forma positiva o negativa, amb la recuperació nacional del País Valencia" (pág. 40). Por eso resalta las propuestas comarcalizadoras del profesor López Gómez o los trabajos que han dado lugar a las enciclopedias comarcales o los atlas del mismo territorio. Si existiera una Escuela Valenciana de Geografía habría que ver si ha logrado difundir sus ideas y, para ello, se analizará su conexión con otros niveles educativos, los no universitarios. En efecto, se presupone que uno de los factores básicos que ha incidido en la institucionalización de la geografía ha sido su presencia en el sistema escolar como asignatura.

En el planteamiento respecto la existencia o no de una Escuela de pensamiento geográfico, el autor ya presupone que los geógrafos de Valencia asumen el hecho diferencial e identitario del país, lo cual ya definiría una meta básica en su trabajo académico. Una manera de definir que va implícita en el uso del adjetivo "valenciano" y no "de Valencia", pues el territorio se presenta como objetivo y objeto de investigación. Una manera de entender la geografía que es cosustancial con la geografía regional, que dominaba el panorama geográfico universitario en la España franquista, marco temporal que delimita el autor para su investigación.

Los rasgos del conocimiento regional son esbozados en la página 62. La importancia de los trabajos de campo y las excursiones hacía aumentar la incidencia de las experiencias personales sobre la formación inicial, muy sesgada por el carácter historicista del conocimiento geográfico. En este contexto, las relaciones personales marcan un estilo de investigación y docencia, sobresaliendo en el caso de la Escuela valenciana el magisterio de Antonio López Gómez.

Hay dos aspectos que conviene destacar en la figura de López Gómez, que de alguna manera crearán "escuela". Por una parte, su "extraordinaria amplitud de perspectivas", que, como recordaba uno de sus discípulos (Antonio Gil), era la herencia de la Institución Libre de Enseñanza, modelada a través de Manuel de Terán; a lo que se debe añadir su propia experiencia como profesor de enseñanzas medias, lo que configuró una manera específica de entender su labor como profesor. Por otra, la coherencia de su metodología didáctica: explicaciones claras, sencillas, con diversos materiales visuales (diapositivas, mapas, esquemas) que él mismo confeccionaba, así como con la visita a determinados lugares para verificar la morfología del territorio. Todo ello desembocaría en la creación y desarrollo de la revista Cuadernos de Geografía, desde la cual se van a difundir muchas de las investigaciones por él dirigidas.

Además de definir una concepción del conocimiento geográfico, la presencia de cualquier escuela de conocimiento se fragua en las relaciones de poder y autoridad. En el caso que nos ocupa se ha procurado desentrañar las relaciones personales que se han generado a través de la dirección y elaboración de las Tesis doctorales, como muestra en el cuadro de la página 51. De esta manera podemos apreciar cómo se va configurando una trama de relaciones, López Gómez, Rosselló, Gil Olcina, Pérez Puchal, Burriel... que han determinado el funcionamiento del departamento de Geografía de la Universidad de Valencia y después se ha extendido a otras universidades.

El estudio realizado por E. Ramiro nos permite entender un poco mejor la institucionalización de la geografía como materia universitaria, en tanto que recoge aspectos de la formación inicial de los principales representantes de la denominada Escuela Valenciana, como también su influencia en el contexto universitario, en la producción de tesis, memorias de licenciatura o en los artículos de las revistas universitarias. Pero, además, al reproducir las palabras de sus protagonistas nos permite comprender, desde las posiciones de éstos, las dificultades colectivas y las posiciones personales en la conformación de una escuela de pensamiento.

El peso específico de la producción investigadora de la geografía, en el conjunto de la Facultad de Geografía e Historia, no es muy notable según lo que se muestra en el gráfico de la página 70, pero se aprecia un aumento constante en el período entre 1975 y 1993, lo que sin duda quiere decir que hay una generación de doctores universitarios que han sentido la necesidad de investigar y poner en conocimiento de la ciudadanía los resultados de sus pesquisas. Ello nos permitiría deducir que la semilla sembrada en los tiempos de López Gómez ha germinado.

Entre las ideas compartidas vemos aquellas que hacen referencia al predominio de un paradigma regional clásico e historicista, vinculado a la escuela francesa. Una posición que según algunos de sus protagonistas estuvo condicionada por un cierto comportamiento aislacionista del departamento respecto de otras corrientes y tendencias que existían en el exterior.

Igualmente se hace notar un mayor peso de los estudios relacionados con la geografía física, lo que ha incidido en la formación inicial del profesorado y en una mayor relevancia del trabajo de campo y las excursiones como métodos de trabajo. En cualquier caso entre las identidades comunes observamos la queja ante la falta de recursos técnicos y humanos -formación docente- para hacer frente a los retos de la geografía en su demanda social: formación de futuros profesores y trabajos de asesoramiento técnico en ordenación espacial.

El capítulo 4 nos muestra los grandes retos que tiene, y ha tenido, la geografía para definirse como conocimiento institucionalizado. Por una parte, la disgregación de su saber en una serie de campos especializados, algunos de los cuales se han separado totalmente de la ciencia raíz. En segundo lugar, la definición metodológica, la formación que oferta a sus alumnos, que no está bien percibida por muchos alumnos, de tal manera que sólo una tercera parte del alumnado de geografía elige esta carrera como primera opción. Por último, el mismo objeto de investigación por parte de este colectivo: la región como territorio delimitado para ser analizado; la llegada de las nuevas escuelas o tendencias no siempre ha sido bien recibida por parte de esta escuela, que las veía como una amenaza para la unidad de su campo de conocimiento.

Los capítulos 5 y 6 nos muestran las difíciles relaciones existentes entre la Universidad y los otros niveles docentes, pese a que una de las metas fundamentales residía en la formación de profesores de secundaria. Tampoco se han establecido relaciones estables entre el Departamento de Geografía y la Escuela de Formación del Profesorado de Primaria, lo que ha repercutido en una deficiente formación del alumnado, cuyo objetivo básico reside en la educación de los niños y niñas entre 6 y 12-14 años de edad, dependiendo del sistema escolar.

Un aspecto muy vinculado al anterior es el que concierne a la formación permanente, donde se observan también grandes deficiencias y un pensamiento rutinario desde los departamentos universitarios, pues se sigue planteando la formación como reciclaje de contenidos, sin realizar un planteamiento más complejo: la formación didáctica ante los retos de un alumnado muy diverso en su procedencia social y cultural. De este modo no puede extrañar el escaso interés que despierta en los centros de enseñanza media la revista de los departamento de geografía de las universidades valencianas.

Después de analizar las relaciones entre investigación y docencia universitaria, los planes de estudio universitario y las aportaciones del conocimiento geográfico a la sociedad, se cierra esta primera parte con un balance crítico sobre el papel de la Escuela Valenciana de Geografía en el conjunto de la sociedad en general, y de la Universidad en particular. Se hace ver en la evaluación del profesor Ramiro una añoranza por los primeros tiempos, en las cuales el magisterio de López Gómez aunaba interés, profesionalidad y humanismo. Pues según él, "no ha estat suficient l'interès i la connexió que manteniem amb el país, per a configurar un grup que fos punta de llança..." (pág. 132).

Su deseo es bien evidente: que la comunidad de geógrafos sea capaz de hacer llegar a los institutos y escuelas los avances científicos, para que de esta manera se pueda realizar un estudio más riguroso del territorio, lo que redundaría en un compromiso mayor con la sociedad que la sustenta.

La publicación de las entrevistas realizadas a algunos profesores universitarios, entre las que destacamos por su importancia generacional, la del desaparecido Antonio López Gómez, concede una importancia manifiesta a este volumen, pues constituyen una fuente de primera mano para poder realizar una historia de sociología de la ciencia. Incluso respecto a las entrevistas realizadas y no publicadas, por la negativa de los entrevistados para reproducir públicamente sus opiniones.

En definitiva, nos encontramos con un libro que nos ayuda a desentrañar algunos de los obstáculos, surgidos en la segunda mitad del siglo XX, que han impedido o dificultado la innovación en la geografía escolar. Un problema que ha repercutido en la difusión del conocimiento geográfico y en la interpretación que éste hace del medio donde vive la sociedad, en la cual se inserta la comunidad docente.
 

Notas

1RAMIRO I ROCA, Enric. La Ribera. Imatge i territori. Valencia: Mancomunitat de la Ribera Alta, 2000. 324 p.
RAMIRO I ROCA, Enric. Aproximació a l'escola valenciana de geografia. Madrid-Valencia: Biblioteca Nueva, Universitat de València, 2002. 260 p.

2 CAPEL SÁEZ, Horacio. RAMIRO I ROCA, Enric. La institucionalització i difusió de la Geografia escolar: la percepció del professorat de la comarca de la Ribera, Biblio3W, número 107, 23 de julio de 1998. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-107.htm>

3 RAMIRO I ROCA, Enric. ¿Evolucionamos o nos quedamos quietos? Los recursos utilizados en la clase de geografía, Scripta Nova, nº 29, 15 de noviembre de 1998. <http://www.ub.es/geocrit/sn-29.htm>

4 Sobre este asunto podemos subrayar las aportaciones de profesores como Constancio de Castro, Pedro Reques y José V. Boira.
 
 

© Copyright: Xosé M. Souto González, 2002.
© Copyright: Biblio 3W, 2002.
 

Ficha bibliográfica

SOUTO GONZÁLEZ, Xosé M.L'espai viscut: de una geografía sentida a una geografía reflexionada. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. VII, nº 417, 20 de diciembre de 2002.  <http://www.ub.es/geocrit/b3w-417.htm> [ISSN 1138-9796]



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