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Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. VIII, nº 434, 15 de marzo de 2003

GARCÍA BLANCO, Rolando et.al.: Una Obra Maestra: el Acueducto Albear de La Habana.
La Habana: Editorial Científico-Técnica, 2002. 240 p. [ISBN 959-05-0286-5]

Rosa María González López Reseña

Diosdado Pérez Franco Prólogo


Palabras clave: ingeniería civil, traída de aguas, Cuba

Key words: civil engineering, water supply, Cuba


El pasado 22 de octubre de 2002 fue presentado en el Museo Nacional de Historia de las Ciencias "Carlos J. Finlay", en su sede de la calle Cuba, nº 460, en La Habana Vieja, el título: Una Obra Maestra: el Acueducto Albear de La Habana, del Dr. Rolando García Blanco y colectivo de autores, publicado en este mismo año, por la Editorial Científico-Técnica, y que acaba de ser acreedor al Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, como resultado científico destacado correspondiente al propio 2002.

El libro, configurado en cuatro capítulos, prólogo, introducción, anexos y un número considerable de imágenes del acueducto y de muchos de sus planos, nos propone varias historias: la del trabajo ingenieril más relevante y audaz realizado en Cuba durante el período colonial; la del quehacer del hombre que lo ideó, donde se rescata su labor como artífice del acueducto; y la del proyecto en sí mismo, un acertado y bien elaborado diseño tecnológico, en el cual se conjugaron armónicamente los recursos económicos, los elementos estéticos y ecológicos, y los fundamentos sanitarios, éticos y legales en beneficio de la comunidad1.

 Refiere además, como antecedente, la existencia de otros sistemas de abasto de agua potable a la población de La Habana, entre ellos, los de la Zanja Real y el Acueducto Fernando VII. Una valoración científico-técnica del Canal de Vento -hoy conocido como Canal de Albear- y la descripción detallada de su proceso constructivo, sin omitir los acontecimientos sociales y políticos transcurridos durante el período que duró su ejecución, iniciada en 1858 y terminada 1893, años después de la muerte de su genial creador, ocurrida en 1887. Ofrece información sobre lo acontecido durante los más de 30 años que duró la conducción de aguas de calidad a la capital de la isla y sobre la ejecución de un proyecto considerado en su época como una de las más brillantes realizaciones de la ingeniería de su tiempo a escala mundial.

La comparación que se hace del proyectado acueducto con el de Isabel II de Madrid, considerado por los autores de la historia que nos ocupa como antecedente directo del de La Habana, es otro de los temas que se presentan en esta obra; sus criterios se fundamentan a partir del análisis de la pureza y cantidad de las aguas que conduciría uno y las que conducía el otro, las necesidades energéticas y las distancias a recorrer, encontrando como diferencia notable para el caso del de Albear, los estudios previos sobre la posibilidad de aumentar el caudal líquido capturando otras fuentes de abasto ya existentes.

En el ejemplar de esta obra -reservado para mí- no quise que faltaran los autógrafos de sus cuatro autores: Rolando García Blanco, Fernando Pérez Monteagudo, Lohania Aruca Alonso y Alfredo Alvarez Hernández, compañeros con los cuales intercambié ideas en la etapa inicial de la investigación. Los cuatro coincidieron en el deseo de que el libro me fuera útil y de provecho. Ahora con el trabajo en mis manos, quiero agradecerle a ellos su realización y, por otra parte, recomendarlo como necesario y de interés para el conocimiento de la Historia de las Ciencias y la Tecnología cubana; y porque además, como todos sabemos también del agua vive el hombre.


Prólogo a GARCÍA BLANCO, Rolando.  Una Obra Maestra: el Acueducto Albear de La Habana.

Diosdado Pérez Franco

Desde el comienzo de los tiempos históricos, el hombre ha estado buscando fuentes de abastecimiento de agua suficiente para solventar sus necesidades domésticas, e investigando formas de mejorar la calidad y pureza del agua que bebe. Es así, que la captación de agua con ese objetivo, se convirtió en una necesidad para toda aglomeración urbana y lógicamente la ciudad de La Habana no escapa a esa realidad.

A partir de 1519, en que San Cristóbal de la Habana se radicó en el puerto de Carenas, la villa se abasteció en los primeros tiempos de pozos y de ríos, en este último caso, trasladando el agua en toneles. El crecimiento de la población hizo necesario la captación de nuevas fuentes, y en 1592 se concluyó la construcción de la Zanja Real, que fue el acueducto principal, hasta que en 1835 se terminó el denominado acueducto de Fernando VII. Sin embargo, la cantidad y calidad del abastecimiento de la ciudad eran deficitarias y para resolver este problema, el Capitán General José Gutiérrez de la Concha, en 1832, encargó estudiar su solución a una comisión presidida por el Ing. Francisco de Albear.

Como se señala en la Introducción, este libro "pretende ofrecer un análisis de la obra hidráulica más importante del período colonial, exponer la historia de los avatares de su proceso constructivo y resaltar la personalidad extraordinaria de su artífice, el Brigadier del Cuerpo de Ingenieros de España, que respondía al nombre de Francisco de Albear y Fernández de Lara", y en mi opinión, estos objetivos han sido alcanzados plenamente.

El contenido del libro está muy bien estructurado, y en él se logra hacer un magnífico análisis de los aspectos históricos, técnicos y económicos de la obra más importante de la Ingeniería en Cuba en el siglo XIX, y de la personalidad de su creador. El acueducto de Albear recibió Medalla de Oro en la Exposición Universal de París en 1878, donde fue considerado como Una Obra Maestra de la Ingeniería, y es valorado en la actualidad como una de las siete maravillas de la Ingeniería cubana de todos los tiempos.

La historia del acueducto de Albear es la historia de la maestría profesional, la tenacidad, la honradez y el desinterés de un hombre, que ha merecido ser el paradigma de los ingenieros cubanos. Criollo por excelencia, que vio la luz en el Castillo del Morro en 1816, de madre y padre también nacidos en Cuba, no obstante haber alcanzado el grado de Brigadier del Ejército español, nunca alzó su espada en contra del su pueblo oprimido, a pesar de que le tocó vivir la Guerra de los Diez Años.

Su obra cumbre es sin duda el acueducto que lleva su nombre, pero su presencia profesional se advierte en numerosas construcciones y proyectos en que intervino durante su fecunda vida. Carreteras, puentes, muelles, edificios, estudios de alternativa entre una carretera central y un ferrocarril central, fueron objeto de su preocupación y ocupación, siempre basándose en los mejores criterios técnicos y los más sólidos análisis económicos.

Su actividad en el terreno urbanístico, queda bien reflejada en las Ordenanzas de Construcción de 1861 para la ciudad de La Habana, elaboradas con su asesoría, y en el Plano de La Habana con curvas de nivel a escala 1:5000, confeccionado por él, y publicado en 1874. Su ingenio se hizo patente, además, en el proyecto de un paseo de mar o malecón, que se extendería del Castillo de la Punta hasta la Calzada de Infanta. Los ejemplos mencionados son solamente muestras de una obra vastísima y diversa.

El trabajo de Albear se distingue por su actualización permanente con respecto a las técnicas más modernas y efectivas en cada caso. Cuando levantó el Plano de La Habana, utilizó el método de triangulación, que constituía una novedad en aquel entonces. Al seleccionar una fórmula para calcular las pérdidas de carga de las tuberías del acueducto, entre más de una docena de fórmulas que se utilizaban en aquellos días, escogió la de Darcy, que en aquel momento era poco conocida, pero que sin dudas era la más adecuada. Asombra esta visión técnica y su contacto con la información más avanzada, en una época en que la comunicación con los centros del desarrollo de la ciencia y la técnica no era nada fácil.

Es lógico que el libro no se extienda en los aspectos biográficos del insigne ingeniero, ni en hacer una análisis exhaustivo de su obra como profesional, fuera de la del acueducto; esto deberá ser objeto de otros empeños.

Los autores han logrado penetrar profundamente en la valoración científico-técnica del acueducto y en la historia de su proceso de construcción.

Desde el punto de vista técnico, el Proyecto está compuesto por tres Memorias, que representan tres partes de la ejecución de la obra: la conducción a Habana de las aguas de los manantiales de Vento, el depósito de recepción y distribución, y la distribución de dichas aguas dentro de la ciudad. De cada una de las Memorias se hace un análisis crítico, que demuestra lo que se ha señalado, en relación con la capacidad profesional y la actualización técnica de Albear, así como de su concepción económica de las obras de Ingeniería.

Por otra parte, al recorrer la historia del proceso de construcción del acueducto, que comenzó en 1858 y terminó en 1893, seis años después de la muerte de su creador, se evidencian la maestría, la tenacidad y la honradez del ilustre ingeniero.

El libro, en sus Consideraciones finales, hace una valoración de aspectos fundamentales a destacar, que permite ratificar, como bien se señala, que: "La imagen del Ingeniero Albear, como un profesional extraordinariamente capaz, y consagrado a su labor, se consolida al analizar su actuación como precursor, con un grado de actualización que lo situó al nivel de los más avanzados conocimientos de la época, y con un enfoque ingenieril caracterizado por una coherente integralidad, pues abarcó armónicamente el rigor del Proyecto con los aspectos económicos, ecológicos, éticos, estéticos, sanitarios y legales, demostrando su racionalidad y maestría como constructor".

Un mérito del presente libro lo constituye la consulta y utilización de un abundante caudal de fuentes documentales y bibliográficas, en especial de Bibliotecas y Archivos españoles, muchas de ellas no conocidas hasta ahora.

En mi opinión, merece felicitarse calurosamente a sus autores por los resultados obtenidos, pues esta obra constituye una contribución muy importante a la Historia de la Ciencia y la Tecnología en Cuba, que permitirá el disfrute de los futuros lectores.

La Habana, Junio de 2000.
 

Notas

 
Lic. Rosa María González López es investigadora del Museo Nacional de Historia de las Ciencias "Carlos J. Finlay"

1El libro contiene ilustraciones referidas a documentos históricos, fotos, mapas y planos de la época, tomados de los archivos cubanos y españoles, muchos de ellos dados a conocer por primera vez.
 

© Copyright: Rosa María González López y Diosdado Pérez Franco, 2003.
© Copyright: Biblio 3W, 2003.

Ficha bibliográfica

GONZÁLEZ LÓPEZ, Rosa Mª y PÉREZ FRANCO, Diosdado. Reseña y Prólogo de García Blanco, Rolando. Una Obra Maestra: el Acueducto Albear de La HabanaBiblio 3W, Revista  Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad  de Barcelona, Vol. VIII, nº 434, 15 de marzo de 2003. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-434.htm> [ISSN 1138-9796]



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