Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y
Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona, nº 48, 20 de septiembre de 1997. |
LLEONART, Pere y GARCÍA, Angels El Maresme: Una visió
immobiliària. Mataró: 1996. Editorial Gabinete de Estudios
Económicos, S.A (Caixa Laietana). 247 pag.
Edu Cordero Bouzas
El problema urbano en el Maresme, no había sido de gran importancia hasta hace unas décadas cuando el precio de determinadas zonas se disparó, a causa de la especulación ; en las poblaciones mejor comunicadas con Barcelona, (Alella, Teia, Vilassar y Premia de Dalt) se produjo un rápido crecimiento debido a que era población con unos recursos económicos altos (clase alta) que trabajaba en Barcelona, y buscaba la tranquilidad y las
zonas verdes que generaban un espacio urbano más adecuado para el descanso que el que se puede encontrar en una gran ciudad como es Barcelona; este cambio en la residencia de la clase alta se produjo gracias a las nuevas y rápidas vías de comunicación (autopista A-19 y A-7) que en breves minutos conecta con Barcelona.
En este estudio se expone cual es en la actualidad la situación urbanística de la comarca del Maresme que, con Mataró a la cabeza, ha recibido un fuerte empuje urbanístico, motivado por las excelentes comunicaciones existentes, lo que ha permitido la apertura de nuevas áreas de desarrollo, centradas básicamente en el norte de la comarca.
La comarca del Maresme está situada al norte de Barcelona y se
extiende a lo largo de una estrecha franja litoral delimitada por la Sierra
del Montnegre y el mar. Estas características hacen que la población
se encuentre concentrada en el litoral, donde las comunicaciones y la cercanía
con Barcelona han ido transformando la parte más meridional de la
comarca en una zona residencial de las clases altas barcelonesas, primero,
y de la clase media, despues.
El trabajo está realizado por dos buenos conocedores de la comarca.
Pere Lleonart (Mataró) es economista por la Universidad de
Barcelona, Premio nacional de urbanismo del MOPU en 1985 y primer Premio
de Economía de Cataluña 1991. Ha realizado numeroso trabajos
relacionados con la comarca y los municipios del Maresme, entre los que
destacan: El Maresme, les claus de la seva contínua transformació
(1981) o El gènere de punt: El motor industrial del Maresme
(1994).
Angels García (Vera, Almería), es arquitecta por la
ETSAB, con despacho profesional en Mataró y autora del proyecto
de las futuras instalaciones deportivas del Juventus AC en Mataró.
Ambos autores han colaborado conjuntamente en trabajos como; El
Baix Camp: Escenaris sòcio-econòmics a l´horitzó
de l´any 2000 (1993), El Pla Estratègic del Baix Llobregat
(1994) y en la colección «Archivo de Proyectos Inmobiliarios
Excelentes » (1995).
El libro trata sobre aspectos diversos relacionados con el urbanismo del
Maresme y de los diferentes municipios que la integran. En él se
abordan los condicionantes históricos, la importancia del sector
constructivo en la comarca, la evolución del precio de las viviendas,
las características de la edificación y por ultimo las perspectivas
de futuro. Todo ello distribuido en una serie de capítulos en los
que se intentan sintetizar brevemente los aspectos puramente económicos
para llegar a unas conclusiones que sean útiles para entender el
desarrollo del sector de la construcción, vital para la economía
y el futuro de la comarca.
El trabajo es resultado del encargo que la Caixa Laietana hizo a los autores.
Como en el mismo prologo se indica, "el sector inmobiliario tiene
una gran importancia desde el punto de vista económico para Mataró,
ya que, el 68% de los recursos directos que administra la Caixa se invierte
en préstamos. De esta parte el 71% son préstamos hipotecarios,
destinados tanto a los promotores de las vivienda como a los usuarios finales
o compradores de la vivienda". Por tanto, este solo hecho justifica
el interés de la Caixa por el sector inmobiliario y el de la construcción
en general.
Hemos de recordar que los problemas de creación de suelo que se
dan en nuestro país se agudizan especialmente en una comarca de
difícil orografía como es el Maresme; donde la tierra tiene
una alta productividad agrícola , la propiedad está bastante
repartida y hay una gran tradición de invertir el excedente empresarial.
Estos fenómenos han sido especialmente perceptible en los últimos
años, cuando el retroceso productivo de la comarca ha ido ligado
a una expansión residencial notable; así, en medio de fuertes
medidas especulativas, durante los últimos 15 años solo se
han podido urbanizar unas 550 Ha de nuevo suelo para edificar, (330 Ha
residenciales y unas 220 Ha industriales), buena parte de las cuales han
sido promovidas por la Administración a partir de la década
de los 80.
Si consideramos que la capacidad residencial de estas 330 Ha superan escasamente
las 6.800 viviendas, se pone de manifiesto que más del 80 por ciento
de las 35.000 viviendas construidas desde 1980 hasta hoy han tenido que
localizarse en suelo urbano.
Por ello, el suelo entra en el mercado inmobiliario a unos precios tan
elevados que los hace poco competitivos para acoger actividades productivas
y ésta es una de las causas del retroceso en la comarca. Este factor
impide también la promoción de viviendas de protección
oficial, en cambio en otras poblaciones, la calidad de vida de la zona
y su posición estratégica atrae a un porcentaje importante
de habitantes de renta media-alta del área de Barcelona, que buscan
un entorno y unas características (climáticas, medio-ambientales,
demográficas y sociales) superiores a las de la congestionada Barcelona,
pero que necesitan por razones de trabajo principalmente unas buenas comunicaciones
con la capital.
Después de unos años de subidas espectaculares, que llegaron
a un nivel máximo en 1992, el precio de las viviendas y de los inmuebles
en general está bajando en términos reales. Pero su nivel
,aún es, excesivamente elevado, ya que la relación entre
el precio medio de una vivienda y la renta familiar anual disponible se
mantiene muy alto.
Como se ha citado anteriormente, la construcción es uno de los motores
económicos de la comarca; ocupa a unas 7.800 personas y representa
un 8 por ciento de toda la ocupación comarcal, además el
sector genera unos 60.000 millones de pesetas anuales, con una considerable
incidencia sobre la economía de la zona.
La coincidencia de un gran volumen de obras públicas y de una intensa
edificación residencial ha permitido una notable expansión
de la actividad constructiva en el último lustro. En lo que se refiere
a las obras públicas, destaca, en especial, el año
1991 en el que se incrementa considerablemente (autovías, rieras...etc),
y también los años 1994-95 en los que, gracias a la actividad
residencial, el sector creció a un ritmo del 5 por ciento anual.
Por lo que se refiere al mercado residencial, de las 2.100 viviendas
de media anual que se han construido un 30 por ciento son en hilera, es
decir, viviendas adosadas y generalmente de baja altura que siguen un eje
viario. Las unifamiliares representan entre un 12 y 15 por ciento, con
tendencia a reducir su participación y el 50-55 por ciento restante
son pisos o apartamentos en bloques plurifamiliares.
La mayor parte de la edificación residencial es de promoción
libre, si bien la cuarta parte de los edificios iniciados en los últimos
años se han acogido a ayudas del Plan de Vivienda. Mataró,
por su parte, concentra el 25 por ciento de la actividad constructiva de
la comarca, seguido de los municipios de Vilassar de Mar y Pineda.
El segmento de demanda más numeroso, más del 50 por ciento,
se compone de compradores de su primera vivienda que buscan un piso de
90 m² útiles al mejor precio posible. Los que adquieren viviendas
de reposición (segunda adquisición) , en cambio, se inclinan
mayoritariamente por una vivienda unifamiliar, bien sea en hilera o aislada.
De hecho, la elección de la vivienda no se acostumbra a hacer de
acuerdo con las necesidades presentes, sino con las previsibles. Por eso,
las viviendas de 90 m², de 3 o 4 habitaciones, han dominado hasta
ahora el mercado. Se mitifica el número de habitaciones y se olvidan
otros factores como, por ejemplo, la versatilidad, la localización
y los acabados..
Mientras que en otros lugares se habla de viviendas flexibles, los promotores
del Maresme continúan construyendo con unos parámetros clásicos
por lo que se refiere a tipologías, tecnologías, materiales
y equipamientos. Una visión excesivamente conservadora respecto
al comportamiento del comprador, que sirve de excusa para no adoptar soluciones
que en otros lugares se comercializan con éxito. Esto hace que repercuta
negativamente en el nivel de autoexigencia que ha de prevalecer en un mercado
tan competitivo.
Los autores señalan que los esfuerzos para diferenciar las viviendas
y dinamizar las ventas en general, se limitan a los acabados interiores
y a los equipamientos de las viviendas. En cambio, no se apoyan en otros
elementos reales, como la calidad de las fachadas y los acabados exteriores,
donde se refleja una gran despreocupación compositiva y de materiales.
Por lo que se refiere a la edificación no residencial; es
decir de carácter industrial y comercial, hay que señalar
que para los próximos años se espera una fuerte expansión
de actividades comerciales y terciarias ligadas a la modernización
de las vías de comunicación y a la creación de nuevo
suelo para estas actividades. El principal paquete de uso terciario, unos
750.000 m², se localiza en Mataró, una zona que está
orientada a ser un potente foco terciario de ámbito supracomarcal
con la construcción de un nuevo hospital, de nuevos centros comerciales,
de escuelas universitarias, etc. Hay también otras iniciativas de
este tipo en Mataró , alrededor del Camí Ral o el Rengle
y en Santa. Susana.
Por lo que se refiere a la zona industrial, Mataró y comarca ha
sido un importantísmo área de implantación de actividades
tanto textiles como químicas y por eso los autores consideran que
es urgente el desarrollo de dotaciones más flexibles, con un mayor
fraccionamiento de las parcelas, de tal manera que, sin hipotecar la calidad
del sector, se consiga una oferta adaptada a las iniciativas productivas
que se dan en la comarca, y que el urbanismo, en lugar de ahogarlas, las
canalice, ordene y potencie.
Los autores de este libro discuten cuales podrían ser las previsiones
para el futuro cercano; es decir para los años 1996-2000 en
el que se estima que en el Maresme se construirán unas 2.100 viviendas
anuales, una cifra similar a la que se ha registrado en los últimos
años. La demanda de primera residencia continuará siendo
el motor del sector, impulsado por el nuevo Plan de Viviendas para el período
1996-1999. La buena coyuntura económica y la reducción de
los tipos de interés también incrementará la demanda
de viviendas de reposición. En cambio, la demanda de segundas residencias
caerá intensamente y hasta cabe prever que se reconvertirá
y rehabilitará buena parte del parque actual.
El crecimiento residencial en los próximos años se concentrará
en aquellos municipios que tienen oferta de suelo disponible y que ofrece
tipologías y precios adaptados a la nueva situación económica:
estancamiento de ofertas claras y promoción de ofertas a mejor precio.
En este sentido, los principales crecimientos en el Maresme Sur continuarán
localizándose en Montgat (Montgat Residencial), mientras que Vilassar
de Mar reducirá progresivamente su ritmo al agotarse los sectores
urbanizables actuales. Vilassar de Dalt, por su parte, está gestionando
la entrada de nuevos sectores y zonas de posible urbanización, con
unas características socioeconómicas muy elevadas.
En el entorno de Mataró, el mayor dinamismo residencial se concentra
en Argentona que está urbanizando nuevos sectores como Can Barrau,
y en el futuro podría extenderse hacia Cabrera, municipio que tiene
un notable potencial edificatório y que en cualquier momento podría
entrar en el mercado inmobiliario.
En Mataró, la edificación de los próximos años
se concentrará en torno a la Vía Europa, que tiene una capacidad
para unas 3.000 viviendas. Su ritmo de desarrollo dependerá de la
adecuación del precio del suelo a la calidad de la oferta.
La apertura de la autopista Mataró-Palafolls y las operaciones de
urbanización de suelo del INCASOL en Calella (parque de Calella,
ya en venta) y en Canet (Can Sala) favorecerán el crecimiento residencial
de estos municipios, que hasta ahora se habían mantenido muy estancados.
Pineda, por el contrario, se verá afectada por la crisis de la segunda
residencia y por la aparición de suelo urbanizado en Calella. Finalmente,
la zona de Palafolls, Tordera y Sta. Susana mantendrá su dinámica
residencial, que se apoya en unos precios del suelo comparativamente más
favorables, un territorio nada congestionado y la proximidad de núcleos
como Blanes y Lloret que necesitan territorio para expansionarse.
Todos estos cambios que he ido mencionando repercutirán en la
organización y la estructura del sector. Para mejorar la calidad,
los autores estiman que se habrá de cuidar más el diseño
arquitectónico y los aspectos relacionados con los acabados, estructura
interior y exterior, dimensiones. Esto permitirá poder competir
con ciudades de la segunda corona metropolitana de Barcelona como Granollers,
Mollet o Sabadell, y ante compradores más preparados y exigentes.
En mi opinión todas estas transformaciones son importantes, pero
no hemos de olvidar que el producto inmobiliario está condicionado
por el precio del suelo y por la calidad del entorno urbano de su localización.
Por tanto, la interacción entre el urbanismo y los proyectos arquitectónicos
se convertirá cada vez más en un elemento clave de la gestión
inmobiliaria.
Finalmente, hay que señalar que de acuerdo con el planeamiento
general aprobado, el Maresme aún cuenta con unas 1.200 Ha de suelo
pendiente de ejecución. Las principales reservas de suelo se encuentran
en los municipios del Maresme Norte.
La prolongación de la autopista hasta Palafolls, que se complementará
próximamente hasta Tordera y en un futuro hasta Lloret, ha sido
el primer paso de cara a la potenciación de este área. El
otro elemento será el futuro desdoblamiento de la vía férrea
de Arenys a Blanes y su eventual prolongación hasta Lloret.
Además de la modernización de la red de comunicaciones,
Mataró ha quedado en una posición inmejorable dentro del
contexto de las ciudades de la segunda corona metropolitana de Barcelona.
A nivel urbanístico la ciudad dispone de un termino, relativamente
pequeño, que solo si se integra en su entorno inmediato adquirirá
la potencia necesaria para asumir un papel protagonista dentro de la Región
Metropolitana.
Por lo que afecta al Maresme Sur, la escasa articulación entre los
diversos núcleos, con soluciones difíciles o inexistentes,
y la disposición de centros históricos de los municipios
de montaña tan solo conectados a través de rieras de agua
que hacen a la vez de avenida, paseo urbano, área de aparcamiento
y vial, determina que aún teniendo una densidad urbana relativamente
baja se trate de unos territorios con unas posibilidades de crecimiento
muy limitadas si se quiere preservar mínimamente las cualidades
urbanas.
El libro que comentamos nos enseña que en el Maresme los precios
del suelo son la causa de la especialización residencial y del alejamiento
cada vez mayor de la gente respecto al lugar de trabajo. Dicho de otra
manera, esta situación está en la base de la actual interacción
metropolitana y de la mayor movilidad. Cuando la gente tenía el
taller debajo de casa, el sistema era evidentemente más estático.
El trabajo también profundiza en los criterio de localización
de las familias, las razones por las que se ha producido la localización
de cada promoción inmobiliaria y analizar la forma en que los factores
del transporte y las mejoras de las infraestructuras han afectado a los
desplazamientos. El estudio se atreve a incorporar una previsión
de crecimiento desagregada por municipios y susbsistemas para los próximos
cinco años, realizadas a partir de las operaciones en curso y del
detallado estudio de tramitación y gestión.
Por tanto, y para finalizar, creo que la potenciación residencial
de la región pasa por la estructuración de sus comunicaciones
internas, hecho que requiere la creación de lo que se llama la Carretera
de los Seis Pueblos, una vía de unos 20 Km, desde Tiana hasta Mataró,
que tendría una doble función: la de circulación de
transporte público alternativo al trazado ferroviario de RENFE y
la mejor comunicación entre los pueblos interiores. Ésta
sería, posiblemente, uno de los temas prioritarios que habría
de contemplar un planeamiento urbanístico de ámbito comarcal.
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