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Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
(Serie  documental de Geo Crítica)
Universidad de Barcelona
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98
Vol. IX, nº 512, 25 de mayo de 2004

RUIZ MORALES, M. Los Ingenieros Geógrafos. Origen y creación del Cuerpo. Madrid: Instituto Geográfico Nacional - Centro Nacional de Información Geográfica, 2003, 286 p. [ISBN 84-95172-39-9]

Joan Capdevila i Subirana

Ingeniero Geógrafo

Palabras clave: ingenieros geógrafos, Instituto Geográfico Nacional,  cartografía topográfica

Key words: geographs engineers, Instituto Geográfico Nacional, topographical cartography


El estudio histórico de las corporaciones profesionales es de gran importancia para comprender el desarrollo técnico y científico de un país, tal como atestiguan los trabajos que han salido a la luz recientemente, algunos de ellos reseñados en Biblio3w. El presente caso se interesa por el origen del cuerpo de ingenieros geógrafos, una comunidad que ha tenido, como defiende el autor, un importante papel en varios campos técnicos y del conocimiento, tales como la metrología, la geofísica, la geodesia o la cartografía. Nacido en el seno del Instituto Geográfico Nacional, a principios del siglo XX, como un cuerpo de ingeniería civil superior y después de varios intentos de formalizar una comunidad profesional de estas características realizados durante el convulso siglo XIX español, los ingenieros geógrafos aparecieron en un momento en el que el Estado aún no disponía ni de estadísticas vitales fiables, ni de una cartografía topográfica a escala media precisa, ni de un catastro de propiedades con base científica. Esta demanda era insistente, tanto política como socialmente, hasta el punto que las citadas carencias alimentaban la imagen de la España incompetente y atrasada

Mario Ruiz Morales es ingeniero geógrafo y actualmente dirige el Servicio Regional del Instituto Geográfico Nacional en Andalucía Oriental, sito en Granada, donde además imparte docencia universitaria e investiga sobre las materias propias del corpus de conocimientos que son competencia del cuerpo profesional estudiado en este trabajo. Por ello no es de extrañar que su bien documentado trabajo destile un orgullo que no pretende ocultar. A pesar de los logros conseguidos, el cuerpo de ingenieros geógrafos siempre ha estado en segundo término, tanto en número como en consideración, en comparación con los otros cuerpos de ingeniería civil, de manera que su proyección social aún hoy es escasa.

La parte principal del libro está dividida en seis capítulos, donde los cuatro primeros se interesan por el desarrollo histórico de los conocimientos geográficos en España y los diferentes intentos para organizar una comunidad científica y un aparato administrativo que pudiera acometer grandes proyectos, cosa que no cuajará hasta la creación del Instituto Geográfico; en el quinto capítulo se relata las vicisitudes que acompañaron la creación del Cuerpo de Ingenieros Geógrafos y en el sexto se describe su trayectoria hasta la sublevación que desembocaría en la Guerra Civil, periodo de tiempo que el autor considera adecuado para el alcance de la obra. Completa el trabajo la bibliografía citada y seis anexos documentales.

La reconstrucción histórica del interés por cuestiones de índole geográfica en España empieza con los propios Reyes Católicos, pero tiene su principal exponente en el interés personal de Carlos V y Felipe II por el conocimiento de sus posesiones, lo que llevaría a éste último a fundar una Academia de Matemáticas en Madrid. A partir del siglo XVII el ejemplo a seguir se halla en Francia, donde destacan las aportaciones en el ámbito de la geodesia y de la cartografía, la creación de un Depósito de la Guerra en 1688 y del Cuerpo de Ingenieros Geógrafos Militares en 1726. Del siglo XVIII cabe resaltar la famosa polémica sobre la forma de la Tierra, aclarada a partir de dos expediciones geodésicas a latitudes diferentes del globo -Laponia por un lado y Perú por otro-, que contaron con ayuda española.

Esa operación puede considerarse el prolegómeno de la creación del Cuerpo de Cosmógrafos. Jorge Juan y Santacilia, que formó parte de la expedición al Perú, fundó el Observatorio Astronómico de Madrid y confeccionó un proyecto de Mapa de España a escala 1:100.000. Destacan por sus trabajos los marinos Vicente Tofiño y Gabriel Ciscar. Gracias a la propuesta de Jorge Juan, Tomás López podrá estudiar en París y protagonizar una brillante carrera como cartógrafo. En 1768 se reglamentaron los ingenieros militares, los primeros especialistas gráficos, que se formaron en la Academia de Matemáticas de Barcelona dirigida por Jorge Prospero de Verboom. Gracias a los consejos de Tomás López, Godoy crea en 1795 el Gabinete Cartográfico y en 1796 el Cuerpo de Ingenieros Cosmógrafos del Estado y del Real Observatorio, que desaparecen en 1804 para dar paso al cuerpo militar de Ingenieros Geógrafos del Estado. En 1810 se crea el Depósito de la Guerra de forma muy similar al francés.

A raiz del interés por la definición de patrones de medida universales por parte de la Academia Francesa, el siglo XIX empieza con la creación de la Comisión de Pesas y Medidas y el proyecto de medición del meridiano entre Dunkerke y Barcelona, cosa que finalmente se llevaría a cabo tras numerosos contratiempos. La parte española la realizó el científico francés Mechain, que propuso extender los trabajos primero hasta enlazar con Mallorca y después con el norte de África. El proyecto fue continuado, a la muerte de su autor, por Bioy y Arago y no fue terminado hasta finales del siglo XIX por Ibañez de Ibero y Perrier. Por otro lado, cabe destacar en ese periodo la observación de la red geodésica de paralelos y meridianos de Francia, siendo uno de ellos el que discurre por los Pirineos y que fue medido entre 1825 y 1827. Pese a estos precedentes, en España no se realizaron trabajos de envergadura hasta la creación de la Dirección de la Carta Geográfica de España. En 1835 se crea el Cuerpo de Ingenieros Civiles, donde quedan integrados los ingenieros geógrafos, y posteriormente la Escuela de Ingenieros Geógrafos, dirigida originalmente por Domingo Fontán, conocido hoy en día por haber levantado la Carta Geométrica de Galicia, a escala 1:100.000, entre 1817 y 1834. El mismo Fontán propuso llevar a cabo un levantamiento cartográfico, con la misma metodología que su Carta, de toda España, en un momento en que se estaba estudiando la división provincial española por parte del Ministerio de Fomento. En 1840 se acomete el proyecto del Mapa de España, pero la Ley de Medición del Territorio no se redactará hasta 1859, ya que la convulsa política española no permitió llevar a cabo un proyecto de tal magnitud. Es de destacar en este periodo la medida de la base geodésica de Madridejos en 1857 y la observación de la red de meridianos y paralelos. En la definición del catastro cabe citar a Coello de Quesada y tampoco hay que olvidar los trabajos pioneros en gravimetría de Gabriel Ciscar.

El cuarto capítulo se dedica a los primeros pasos del ahora Instituto Geográfico Nacional. En 1870 aparece como Instituto Geográfico y en 1873 se hace cargo de las tareas de estadística ya bajo el nombre de Instituto Geográfico y Estadístico (IGE) y en forma de Dirección General. Ese mismo año se integra en el nuevo organismo el Observatorio y se inicia la publicación del Mapa Topográfico Nacional. Se crea el Cuerpo de Topógrafos y se publica el reglamento del IGE, donde se reparten las tareas entre diferentes ingenierías. En esa época también se crearán el Cuerpo de Estadística y la Sociedad Geográfica de Madrid, con un perfil similar a las sociedades por entonces existentes en los paises más avanzados. Son de destacar los trabajos del enlace geodésico con Argelia y el inicio del proyecto de nivelación de precisión. Protagonista principal en esta época es Carlos Ibáñez de Ibero, primer director del IGE y propulsor de buena parte de las iniciativas señaladas, figura relevante a nivel internacional por sus aportaciones, principalmente en el ámbito de la geodesia. Además, Ruiz Morales destaca las figuras de Merino y Melchor en astronomía y Barraquer en gravimetría. Por lo que se refiere al Cuerpo de Ingenieros Geógrafos, cabe señalar que en un reglamento de 1877 ya se definía la figura del Geodesta, que englobaba a varias ingenierías de las por entonces asentadas.

Magnificamente editada y profusamente ilustrada, esta obra contribuye, sin duda, a conocer y entender el papel que los Ingenieros Geógrafos han tenido y tienen en la medida y conocimiento del territorio y su representación cartográfica.
 

© Copyright: Joan Capdevila Subirana, 2004

© Copyright: Biblio 3W, 2004.

Ficha bibliográfica

CAPDEVILA SUBIRANA, J. Ruiz Morales, M. Los Ingenieros Geógrafos. Origen y creación del Cuerpo.  Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. IX, nº 512, 25 de mayo de 2004. [http://www.ub.es/geocrit/b3w-512.htm]. [ISSN 1138-9796].



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