Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
(Serie  documental de Geo Crítica)
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. X, nº 559, 15  de enero de 2005

BOSCH BELLA, Xavier. Restricions d'energia elèctrica a Catalunya 1944-1958. Tesis Doctoral dirigida por el Dr. Antoni Segura Mas. Barcelona: Departamento de Historia Contemporánea, Universidad de Barcelona, 2004. 340 p.

Horacio Capel

Universidad de Barcelona

Palabras clave: abastecimiento energético, restricciones eléctricas, política económica el franquismo, Barcelona años 1940, industria catalana.
Key Words: energetic supply, franquism economics, Barcelona 1940s years, catalan industry


Las guerra civil española de 1936 a 1939 fue una auténtica tragedia desde el punto de vista social, cultural y político. Constituyó también una auténtica catástrofe económica, con repercusión sobre todo el tejido productivo. Las consecuencias de la misma guerra civil, la política autárquica seguida por el régimen franquista durante los años de la guerra mundial, y el aislamiento del régimen por su carácter fascista durante la segunda mitad de los años 1940 hicieron que la situación económica fuera muy grave en todo el decenio. Solo a partir de 1953  tras los acuerdos con Estados Unidos (que fueron facilitados por el comienzo de la Guerra Fría y el carácter decididamente anticomunista del régimen de Franco), y especialmente después del Plan de Estabilización de 1959 hubo un proceso de desarrollo económico que permitió alcanzar los niveles anteriores al conflicto civil.

Los años 1940 fueron especialmente dramáticos desde el punto de vista económico. La Ley de protección y fomento de la industria nacional de 24 de octubre de 1939 y la Ley de ordenación y defensa de la industria nacional, de 24 de noviembre de 1939, trataron de conseguir el autoabastecimiento del país, por la situación de guerra mundial y por los mismos ideales del nuevo régimen político. Esas leyes y la creación del Instituto Nacional de Industria en 1941 constituyeron un marco general para el desarrollo económico. Pero las dificultades de importación de equipos y de materias primas, las restricciones eléctricas, el racionamiento de alimentos y el establecimiento de cupos, unido a la corrupción (estraperlo), afectaron de forma muy negativa al desarrollo económico durante esa década. Por el carácter político de un régimen que no aceptaba el juego democrático, España no se benefició del Plan Marshall, que contribuyó de forma decisiva al desarrollo de otros países europeos en los años de la postguerra mundial.

En relación con todo ese contexto, el estudio de las restricciones eléctricas en Cataluña durante la década de 1940 y hasta mediados de los 50 ofrece, sin duda, un gran interés, especialmente por el hecho de que se trata de la más importante región industrial de España y esencial en el abastecimiento de productos de primera necesidad al conjunto del país.

La investigación que presenta como Tesis doctoral Xavier Bosch es una aportación notable en esa dirección y una contribución también a la historia de la electricidad en España durante los años considerados. Ha sido realizada en el Programa de Doctorado del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona y dirigida por el Dr. Antonio Segura Más, Catedrático de dicha materia[1].

La estrategia de destrucción de la industria catalana

La dureza y el caracter antidemocrático del régimen de Franco está fuera de toda duda. La guerra civil fue resultado de un intento de golpe de estado militar frente al gobierno legítimo de la República, y de la resistencia al mismo durante tres años. Esa mancha inicial del régimen franquista quedó luego reafirmada por el carácter represivo, autoritario y no democrático que mantuvo durante toda su duración.

El juicio negativo que a partir de ahí debe hacerse sobre el régimen de Franco está tan fundamentado con argumentos éticos y políticos que no necesita ser reforzado con otros referentes sobre el desacierto de su política económica. Que ésta fue nefasta durante los años 1940 y 1950 está fuera de toda duda, por las pretensiones autárquicas que tuvo y el aislamiento a que -por su carácter totalitario y no democrático- lo sometieron las potencias occidentales. Pero si se realiza una valoración en ese sentido, deberá incluirse en el balance también los años 1960, en que se alcanzaron ritmos importantes de desarrollo económico.

En la Tesis los argumentos sobre la ineficacia de la política económica del régimen franquista se mezclan con otros referentes al carácter decididamente anticatalán del mismo, intentando demostrar que el régimen tuvo una actitud sistemáticamente contraria a todo lo que significara el desarrollo económico de este territorio.

Un argumento esencial de la Tesis, y que se repite numerosas veces a lo largo de toda ella, es que las medidas que se tomaron sobre restricciones eléctricas en el sector industrial "provocaron un retardo en el crecimiento industrial de Cataluña respecto al Estado español".

Creo que los dos aspectos, el que se refiere a la política económica en los años 1940 y el del carácter anticatalanista del régimen son suficientemente importantes para que les dediquemos alguna atención en este comentario.

La lógica de las restricciones eléctricas

En primer lugar, la lógica de las restricciones eléctricas. La Tesis constituye una aportación sustancial en este sentido, ya que muestra la importancia y persistencia de las mismas, y lleva a pensar sobre los graves efectos que, sin duda, tuvieron sobre la actividad económica. Que esas restricciones fueran utilizadas como un castigo a Cataluña es lo que no se demuestra suficientemente, y necesitaría de investigaciones comparativas.

La Tesis hace alusión a las destrucciones que durante la guerra civil provocaron los bombardeos de la aviación franquista a la industria catalana. No existe todavía, que yo sepa, un estudio sobre el alcance de dichas destrucciones en lo que se refiere a instalaciones industriales e infraestructuras viarias. Si las de éstas es probable que fueran graves (en carreteras y, sobre todo, puentes), en el caso de la industria los bombardeos parece que fueron selectivos, y se centraban en elementos concretos (tuberías forzadas, elementos de las centrales hidroelectricas) que dificultaban el funcionamiento pero que permitían conservar las instalaciones. Muchas, de hecho, funcionaban normalmente en el momento en que entraron las tropas franquistas en Barcelona, como la central de Mata. Están por estudiar también las destrucciones provocadas por el ejército republicano en su retirada, especialmente por elementos de la CNT. Algunos de éstos pudieron destruir también equipos productivos, y se sabe que en los últimos días de la guerra fueron voladas las centrales de Fígols y Sant Adriá, las cuales tardarían tres años en volver a funcionar, y que la de Mata estuvo también a punto de ser destruida[2]. En cuanto a las industrias, siguieron funcionando normalmente durante la guerra, la mayor parte de ellas colectivizadas, y lo hicieron también después de 1939.

En todo caso, resulta muy valioso el esfuerzo que se hace en esta Tesis para identificar los bombardeos de instalaciones eléctricas durante la guerra civil y evaluar los daños producidos en las mismas a partir de los inventarios establecidos por las mismas compañías; ese análisis le sirve al autor para concluir que los daños fueron escasos, y no justifican las situaciones de escasez que luego se produjeron.

Falta en la Tesis una buena visión de la política energética del franquismo. Algunas cuestiones a las que se alude en las conclusiones deberían haberse tratado seguramente en los primeros capítulos. Entre ellos el tema de la congelación de las tarifas eléctricas y la lógica que podía haber detrás de la misma. Es evidente esa congelación benefició a los consumidores, entre ellos a los industriales; y está por estudiar el posible efecto que la misma pudo producir en la elevación de la demanda y del consumo. Por otra parte, sin embargo, es verdad que pudo desincentivar a las empresas privadas para realizar inversiones, algunas de las cuales era extranjera, como en el caso de las filiales de Barcelona Traction. Pero también es cierto que el Estado hizo un esfuerzo para paliar ese déficit, con la creación de la gran empresa hidroeléctrica ENHER, que inició inversiones precisamente en la cuenca del Ebro. Por otro lado, tal vez habría sido útil para el lector algún examen del Plan Eléctrico Nacional de 1953, que llevó a un fuerte crecimiento de la potencia instalada, y a los cambios en la ordenación del mercado eléctrico que se realizaron en esa década.

En la Tesis no se presenta un buen panorama de la estructura de la generación eléctrica, con la parte correspondiente a la energía hidráulica y la térmica (que va quedando como una energía de reserva para casos en que escaseaba la del otro origen). Los juicios que se hacen sobre la exageración de los problemas de la sequía (las alusiones a "la pertinaz sequía") no pueden valorarse por ello. Por otro lado, los datos que se dan en varias ocasiones (p. ej. en las pág.154 ss) sobre lluvias, aforos y reservas parecen confirmar los que se daban en la época sobre la gran incidencia de la climatología en las restricciones (en una situación de gran dependencia de la energía de origen hidráulico). Por ejemplo, con ocasión de la visita del subsecretario de industria a los embalses pirenaicos en febrero 1945; los datos muestran que efectivamente no había agua, aunque el autor escribe que "estos actos (de la visita) servían para ocultar y justificar que la única causa de las restricciones era solo los tópicos factores climatológicos" (p. 159). Las informaciones que se dan a continuación muestran, sin embargo, la gravedad de la situación, precisamente por las bajas reservas de los embalses. La situación podía ser verdaderamente mala, como los mismos informes de la Camara de Comercio confirma. En todo caso, el análisis de las series pluviométricas del periodo y de los aforos de los ríos puede zanjar fácilmente en el futuro la cuestión.

Las centrales térmicas tuvieron que funcionar a pleno rendimiento, en una situación de difícil abastecimiento: baja calidad del carbón, falta de primeras materias, instalaciones envejecidas y averías constantes, difíciles muchas veces de reparar. En esa situación, la central térmica de Mata trabajó casi todo el año 1949 en un régimen de 24 horas (p. 167). En conjunto el panorama es dramático, como corresponde a una situación de postguerra, similar en algunos aspectos a la que se viviría también en Alemania, Italia y otros países tras la Segunda Guerra Mundial, pero que se prolongó todo un decenio por el mismo conflicto mundial y por el aislamiento internacional del régimen de Franco. Realmente fue asombroso que el régimen franquista y la economía española pudieran resistir aquellos años; lo que pudo suceder por la brutal represión, por el carácter autocrático del régimen político, y por los apoyos que tenía entre una parte de la población, entre la cual, sin duda, una parte de la población catalana, y desde luego de amplias capas de su burguesía.

En el capítulo 3 el autor utiliza ampliamente la información que existe en los archivos de FECSA, especialmente hasta 1950. Si embargo en la segunda parte del capítulo se señala que la información de FECSA solo existe hasta 1950, y que no ha podido utilizarse para los años posteriores (p. 180), lo que es sorprendente. FECSA se creó en esos años y la información es muy abundante. En el trabajo, unas veces se dan datos procedentes de unas determinadas compañías (y principalmente las vinculadas a Riegos y Fuerza del Ebro hasta 1948) y otras para el conjunto de Cataluña, sin que a veces sepamos exactamente de qué se habla. No se acaba de ver bien hasta qué punto los datos de los años 1951 y siguientes (p. 181 y ss. ) pueden compararse con los de años anteriores, que parecen más limitados (y no sé si incluyen la Compañía de Fluido Eléctrico). En conjunto, el análisis que se realiza de la evolución 1951-1958 es insuficiente. Frente al detalle de los datos referentes al periodo anterior, el análisis de los años posteriores a 1951 es somero y debería ampliarse para la publicación.

Tal vez debería valorarse lo que representa desde el punto de vista técnico el comienzo de la interconexión entre las distintas redes regionales de España y el comienzo del intercambio eléctrico con Francia. Por otro lado, las descalificaciones a ensayos como los del intento de provocar lluvia artificial en 1948, deberían de argumentarse más, ya que esos intentos han continuado hasta los años 1960 (no estoy seguro de que puedan calificarse como ensayos "més a prop de l'acudit que no pas de la realitat" p. 154).

La política económica anticatalana del Régimen franquista

En la Tesis se hacen repetidamente juicios de valor sobre la voluntad de "acabar con las zonas industriales de Barcelona y Bilbao" (p. 151). En las conclusiones se reiteran con gran fuerza y convicción esas tesis:

"En definitiva, como conclusiones finales y generales podemos afirmar que las restricciones de energía eléctrica en la zona de Cataluña durante el periodo comprendido entre el año 1944 y 1958 son las más duras de todo el Estado español, dura por su intensidad (decretada en órdenes y decretos, muchas veces irracionales y hechos desde el odio y la venganza más intensa por parte de las autoridades franquistas, y duras también por su extensión temporal; recordemos, por ejemplo, que Cataluña es la zona del Estado donde las restricciones de energía eléctrica se mantienen durante más tiempo, hasta el año 1958" (p. 339).

En el mismo sentido va el párrafo final de la Tesis:

"El año 1939, Cataluña, y con ella la República, fueron vencidas por las armas. En los años siguientes, más allá de este 1958 en que concluye el estudio de las restricciones eléctricas, la lucha no era ya meramente armada, sino psicológica, de desgaste, de castigo, de aniquilamiento. Por una parte, las autoridades franquistas, los estandartes de la dictadura fascista, la hipocresía, el dominio; por otra la sociedad catalana, los industriales, los trabajadores, la gente de la calle, los niños, las mujeres, los hombres, la obediencia y el sometimiento obligado. Lo hemos visto y lo hemos querido poner de manifiesto limitando nuestra investigación a las restricciones energéticas en el sector industrial: Cataluña pagó con creces el hecho de tener una manera de pensar y de vivir diferente.

Más allá de los tópicos y de las lamentaciones, no por recurrentes menos reales, no se puede negar la evidencia: en el siglo XX la dictadura del general Franco fue la protagonista de su etapa más temnebrosa, más oscura y más dura. Hoy día, visto desde este incipiente siglo XXI, cabe destacar también la perseverancia y la tenacidad con que los hombres y mujeres remedaron los desgarros y rehacer la tela. Ahora el hilo de aguja somos nosotros. Y la tarea continúa" (p. 339-340).

Es difícil no estar de acuerdo con una descripción como ésta sobre los años oscuros de la dictadura, y sobre la importancia de la acción de todos los que se fueron organizando y luchando por conseguir espacios más amplios de libertad y democracia. Emociona también la pasión por una historia puesta al servicio de esos ideales. Pero como se trata de juzgar una Tesis académica sobre las restricciones eléctricas, podemos pasar más allá de todo ello, al análisis de los argumentos que se dan en la misma.

Es posible que esas afirmaciones sobre el anticatalanismo del régimen franquista y el deseo de destruir la industria catalana correspondan a la realidad. Pero al no estar en la Tesis suficientemente argumentados, pierden fuerza. E incluso podrían darse otros datos que mostrarían la imposibilidad de hacer eso, ya que para el funcionamiento de la economía española era esencial el buen funcionamiento de la economía catalana. Otra cosa es que se intentaran desarrollar diferentes áreas, facilitando, por ejemplo, la instalación de industrias en Madrid.

Sin duda, la guerra civil fue una catástrofe y una tragedia para Cataluña, como para toda España. Y se entiende que desde posiciones nacionalistas exista un odio especial hacia el franquismo, al que se ve como doblemente lesivo para Cataluña, por la pérdida de la democracia y por la pérdida de la relativa autonomía política que había disfrutado durante la República.

Desde una perspectiva nacionalista no es una mala estrategia canalizar hacia otros las responsabilidades, eludiendo así la parte de las propias responsabilidades. Que un programa televisivo sobre la época del alcalde Porcioles, ampliamente anunciado por la televisión oficial catalana TV3, concluyera que fue un buen alcalde y con buenas ideas, pero que la culpa de todo lo criticable es responsabilidad de la Dictadura franquista constituye un buen ejemplo de esa actitud que lleva a reescribir la historia y a interpretarla de acuerdo con objetivos concretos. En el caso de Porcioles se trata de recuperar para la historia de Cataluña un alcalde sobre cuya actividad existen los suficientes estudios críticos que no deberían ahora desconocerse[3].

Seguramente la historia tiene muchos matices que conviene tratar de detectar. Es lo mismo que los juicios sobre el deseo de  destruir a Cataluña estimulando la inmigración desde otras áreas de España, cuando se tienen numerosos datos de que en algunas ocasiones se intentó evitar esa migración, e incluso se devolvían inmigrantes a sus regiones de origen.

Por otro lado, da la impresión de que en algún caso se aumentaron las restricciones en otras partes de España para facilitar el funcionamiento de la industria catalana (p. 164), como por otra parte parecería lógico, dada la importancia de la misma para la economía española en general.

Probablemente deberían matizarse también las afirmaciones sobre la voluntad antiindustrial del régimen franquista y sus veleidades ruralistas. Bastará con recordar que para la política autárquica el equipamiento industrial era esencial. Seguramente el franquismo tenía temor a los obreros industriales, pero necesitaba de la industria, como la misma creación del Instituto Nacional de Industria pone de manifiesto.

Por otra parte, en lo que se refiere a los apoyos sociales, conviene recordar que ningún  régimen político, por autoritario que sea, puede mantenerse sin ellos. Eso era así incluso en la Roma imperial en la época de los emperadores más autocráticos. Y, sin duda, el régimen de Franco tuvo esos apoyos en Cataluña. Ante todo, en las áreas rurales de tradición carlista, por parte de amplias capas de la población; a ella pertenecía el pastelero que, según se nos explica en esta Tesis, quería abrir un negocio en la calle Muntaner, natural de Mayans. La lista que esgrime de familiares asesinados en la época republicana, que sufrieron persecuciones o fueron encarcelados y que huyeron a la zona nacional es desde luego impresionante. Su adhesión al régimen parece indiscutible.

A ello hay que sumar los apoyos de los sectores populares y medios de tradición católica, apoyados por una parte de la jerarquía eclesiástica. También de los propietarios rurales, donde fue muy profunda la división que había generado el desarrollo de la guerra civil y la profundidad de los odios de clase. No hay más que entrar en la catedral de Vic para comprobarlo, examinando las lápidas que recuerdan a los propietarios asesinados durante la guerra civil. Finalmente, por una parte importante de la burguesía industrial catalana.

Un conocido estudio del historiador Borja de Riquer dedicado al estudio del último Cambó ha exhumado documentos interesantes que muestran el profundo compromiso de una parte de la burguesía catalana con el golpe de estado franquista. Su punto de vista es que la radicalización de las posiciones tras el fracaso inicial del golpe de estado militar contra la República dio lugar a un proceso revolucionario radical, caótico y violento que se convirtió en una persecución de la burguesía y que provocó "una ruptura dentro de la misma sociedad catalana al producirse también una guerra de clases, una revolución social contra los propietarios"[4], muchos de los cuales a la hora de la verdad antepusieron sus intereses personales al mismo sentimiento catalanista.

Tal vez convenga recordar un documento reproducido en dicha obra y que es especialmente significativo. Se trata de un escrito de adhesión de un conjunto de más de un centenar de políticos, industriales e intelectuales catalanes a los militares sublevados, de fecha 22 de octubre de 1936. Comienza así:

"Los que suscribimos esta declaración somos hombres de diferentes ideologías y procedencias. Somos catalanes, y con esta sola característica común, unimos nuestras firmas para protestar contra la actuación y el lenguaje de los hombres que hoy dententan el gobierno de la Generalitat y que pretenden identificar los sentimientos y la voluntad de Cataluña con la tiranía de los anarquistas y marxistas que han asesinado y asesinan con refinamiento de la más bárbara crueldad (...)  y deshonran a nuestro pueblo con locuras y crímenes sin precendentes en la Historia.

Como catalanes afirmamos que nuestra tierra quiere seguir unida a los otros pueblos de España por amor fraternal y por el sentimiento de la comunidad de destino, que nos obliga a todos a contribuir con el máximo sacrificio a la obra común de liberación de la tiranía roja y de reparación de la grandeza futura de España. Como catalanes, saludamos a nuestros hermanos, que a millares, venciendo los obstáculos que opone la situación de Cataluña, luchan en las filas del ejército libertador y exhortando a todos los catalanes a que, tan pronto como materialmente les sea posible, se unan a ellos ofrendando sus vidas para el triunfo de la causa de la civilización en su lucha contra la barbarie anarquista y comunista".

Y para que no quedara duda de la representatividad del documento advierten que los centenares de firmas que hay al pie del documento "son de representantes de agrupaciones económicas y sociales, diputados, hombres de ciencia y literatos, ingenieros, abogados, médicos, periodistas, obreros e industriales, que sintetizan el conjunto de actividades de Cataluña"[5]. La primera de dichas firmas era precisamente la de Francesc Cambó, figura clave de la Lliga Catalana; y efectivamente entre los firmantes se encuentran un cierto número de industriales, fabricantes, financieros, comerciantes e ingenieros, cuyos nombres y apellidos es muy interesante examinar.

La presencia de gentes de derechas catalanes e incluso de la Liga Catalana en cargos políticos del nuevo régimen fue bastante apreciable, como se muestra en la citada obra, y en otras existentes sobre el tema. Por otra parte, en esta misma Tesis se habla de la huida de empresarios y técnicos textiles catalanes hacia la "zona nacional" (p. 302-303), y de la importante colonia catalana que se constituyó en la Sevilla "liberada" por las tropas franquistas, así como del destacado papel que tuvieron personalidades como Josep Maria Despujol, barón de Terrades, y Josep María Milà i Camps, conde de Montseny, en los organismos de carácter industrial creados por el régimen franquista durante la guerra y la postguerra. También se recuerda que éste y otros "preclaros patricios barceloneses" tuvieron una fuerte actividad financiera e industrial en la  guerra y la postguerra (p. 303-04), como otros miembros del Fomento del Trabajo Nacional. A ello puede unirse que la política económica aplicada por el régimen en toda España y también en Cataluña, fue diseñada o se hizo con la anuencia de personalidades catalanas a algunas de las cuales se cita en el texto, como Pere Gual Villalbí (p. 280).

Es cierto que, como en un análisis de gran sutileza muestra Borja de Riquer, algunos de los hombres de la Lliga que habían apoyado la sublevación comprobaron pronto que el Régimen franquista no les permitía ejercer ningún poder. Por ello iniciaron, sobre todo después de 1945, un suave proceso de distanciamiento del Régimen, comprensiblemente lento, y que muchos solo pudieron culminar en 1976.

En relación con todo ello, la afirmación repetida de que la industria catalana estaba sometida a "restricciones arbitrarias de consumo eléctrico", merece mayor debate. No se acaba de ver bien por qué razón el régimen desearía que no funcionaran las industrias catalanas, en una situación de grave escasez y problemas sociales como los existentes en los años 1940 y 1950. Y mucho menos de la industria textil, que era esencial como bien de consumo para la población en general.

Tal como se recuerda en la Tesis, el textil fue un sector apoyado en un fuerte proteccionismo desde 1896, que le permitió conquistar el mercado español y expulsar a los competidores extranjeros (p. 301). Como es bien sabido, el mercado interior español fue decisivo para la consolidación de la estructura industrial catalana, apoyada en una moneda propia y las aduanas protectoras respecto a la competencia exterior. A pesar de todo experimentó una fuerte crisis en las décadas segunda y tercera década del siglo XX, debido a las escasas inversiones en el sector, costes muy elevados y sobreproducción, más la competencia de nuevas fibras  (p. 301). La crisis se mantuvo durante el franquismo, aunque seguramente con fuertes beneficios, que luego, como sabemos, no fueron debidamente reinvertidos en la industria, como mostrarían bien pronto los problemas que se plantearon en la década de 1960.

Recientemente un conocido economista ha podido escribir que "de forma aparentemente contradictoria, durante el largo periodo en que el Estado ha estado fuertemente centralizado y Cataluña no tuvo poder político alguno, ya fuese durante la Restauración o durante el régimen de Franco, la economía catalana funcionó bastante bien y surgió una clase empresarial que se enriqueció. Por el contrario, los síntomas de debilidad económica y cultural han coincidido con el momento en que el Estado se ha descentralizado y Cataluña goza de un poder político como nunca tuvo con anterioridad"[6].

En la Tesis se alude también al fuerte descenso de la producción durante la guerra civil, con datos de José María Bricall, y de los beneficios que obtuvieron industrias catalanas como la España Industrial con la concesión de los suministros al ejército, Frente de Juventudes, Renfe etc, que "fueron una ayuda importante durante estos años marcados por el estancamiento del consumo" (p. 306).

De hecho, da la impresión de que las autoridades intentaron retardar al máximo las restricciones, como muestra esta cita de la DTE de fecha 7 de septiembre de 1944:

"Esta Delegación (Técnica Especial) retrasará cuanto pueda la implantación de nuevas restricciones que (como en otras regiones se ha hecho) obliguen a disminuir las jornadas de trabajo y el consumo de energía en general, pero se verá en la necesidad de restringir al máximo si el consumo no disminuye" (7-9-1944, cit. en p. 307)

Así pues, la demanda efectiva existía y no podía ser totalmente atendida. Sabemos que como resultado de las restricciones algunas empresas, como la España Industrial, se vieron obligadas a rechazar numerosos pedidos, por no poder atenderlos (p. 313). No se ve bien qué ventajas obtenía el régimen con esa escasez, ya que era políticamente más efectiva la recuperación de la actividad económica. Repasando el Anexo VII.1 ("Comandes rebutjades durant l'any 1945 per subministrament elèctric elaborada a partir de la correspondència de l'Espanya Industrial"), puede concluirse que esos encargos que la empresa no podía servir perjudicaban, a su vez, a otras empresas de diversas ciudades españolas e incluso a instituciones oficiales (Renfe, Imprenta del Ministerio de Marina, Ayuntamiento de Murcia, Diputación de Sevilla) y otras de carácter benéfico o estratégico. Parece raro que un régimen centralista como el de Franco y considerado anticatalanista quisiera también perjudicar a otras regiones españolas. En esa situación los empresarios piden a veces autorización para conmutar unos turnos por otros, y se les concede "siempre que se ajuste a los horarios y porcentajes de restricción ordenados por esta delegación" (22 febrero 1944, cit en p. 315). También hay ejemplos de autorizaciones excepcionales de suministro de energía ante peticiones de la Agrupación de Fabricantes de Hilados y Torcidos de Algodón (p. 316).

La utilización de motores propios para generar energía eléctrica era práctica habitual en las grandes empresas, lo que les permitía seguir con la producción; también se dan datos sobre la oferta de estos motores en la época (p. 318) Se trata de grupos electrógenos que funcionaban con gasóleo, y de alternadores, todo lo cual requería autorización de la delegación de industria y asignación de cuota de carburante. Esta instalación de motores será práctica habitual a partir de fines años 40

Los datos de días de corte de suministro en algún caso parecen ser superiores  en Cataluña, concretamente en el año 1949, sobre el que se dan datos concretos (p. 195-196), que faltan, sin embargo para otros años. No se entiende bien la causa de que ello ocurriera ya esos datos parecen estar en contradicción con algunos otros que se aportan. Por ejemplo, con los que muestran en algún momento la disminución de las aportaciones a determinadas regiones y el mantenimiento del suministro a Cataluña (p. 188). Habría que examinar las cifras de consumo de electricidad por provincias y por regiones, para ver la importancia relativa de los consumos de electricidad, y la forma como el mismo se vio afectado por las medidas restrictivas en las diferentes regiones.

No cabe ninguna duda de que, como ya hemos dicho, los efectos de las restricciones fueron muy graves sobre la actividad económica y la vida social en general. Entre esos efectos se cuenta la disminución de horas trabajadas, con graves consecuencias para la población. La inclusión de una serie de telegramas que solicitaban a las autoridades la eliminación de las restricciones permite tener un buen panorama de la gravedad de la situación (p. 118-19), que obligó a establecer en agosto de 1945 una especie de subsidio de paro, concretamente, un "subsidio al personal obrero afectado por el paro originado por la escasez de suministro de energía eléctrica" (PODFE).

También se pusieron en marcha subsidios por escasez de suministro eléctrico concedido por el Ministerio de Trabajo y del elevado número de empresas textiles que se beneficiaron de los subsidios (p. 300), con elevado consumo de energía eléctrica.

Había también pago por paro a los obreros textiles, con una Sección de Trabajo de la Industria Textil Algodonera, que se constituyó en julio de 1940, al que se uniría más tarde el subsidio por falta de suministro eléctrico. Se señalaba el porcentaje del salario semanal que habría de percibir el trabajador afectado que dejase de trabajar por estas causas. Hay cifras de las cantidades pagadas por el primer subsidio (de 1940 a 1946), y del segundo (por restricciones, p. 320). Se observa un trato de favor a las industrias textiles, ya que el total de los trabajadores que recibieron el subsidio por restricciones de electricidad fueron 176.337, de los cuales 103.950 eran trabajadores de la industria textil, y especialmente la algodonera, a través de la Caja de Compensación de Paro por Escasez de Energía Eléctrica (p. 320). Se trata de un aspecto que merecería una mayor atención, y que solo es tratado en unas pocas líneas (al final del capítulo 7).

Las dificultades existentes impedían a veces la actividad económica incluso a catalanes bien significados por su adhesión al régimen y con gran número de familiares asesinados o encarcelados durante el periodo republicano. El autor analiza el expediente de una solicitud para instalar una pastelería en la calle Muntaner, al que ya hemos aludido. También se observa el alcance de la escasez existente: a pesar de todos los documentos presentados, de adhesión al régimen por parte de él y de toda su familia, la petición fue denegada al solicitante por la falta de materias primas.

La Tesis debería revisarse cuidadosamente antes de la publicación. La falta de una visión general sobre la estructura empresarial de la producción de energía eléctrica y de la estructura de la generación hace que el texto es a veces difícil de seguir para una persona que conozca el tema, y mucho más para un público general. El uso de citas de Néstor Luján (p. ej. p. 177) o de Josep Pla puede ser interesante para la vida social, pero no para hacer juicios sobre los problemas de la producción de energía eléctrica. De la misma manera que habría que depurar otros testimonios, sobre todo teniendo en cuenta que, como señaló un miembro del tribunal señaló, alguna cita que se presenta como un suceso histórico (concretamente, el episodio de la iluminación con velas del banquete que los hermanos Muñoz Ramonet habrían dado a los oficiales del ejército franquista en el restaurante La Puñalada, que se cita en una reciente biografía de esta familia) es simplemente una ficción y no corresponde a la realidad.

En la conclusión del estudio colectivo que realizamos sobre algunas empresas que han asegurado el suministro de energía eléctrica a Cataluña desde fines del siglo XIX[7], se señalaba que a pesar de los trabajos existentes, la historia de la electricidad en Cataluña está por hacer. La Tesis de Xavier Bosch es una contribución en esa dirección, y ha de ser por ello bienvenida. Pero el tema necesita todavía de mayores y más distanciados estudios, que el mismo autor podrá seguramente aportar en el futuro, ampliándolo a otros aspectos de gran interés, como el de la repercusión de las restricciones en la vida cotidiana.
 

Notas
 

[1] La Tesis fue defendida el día 14 de enero de 2005 ante un tribunal presidido por el Dr. Horacio Capel Sáez, Catedrático de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona, y constituido por los Drs. Josep M. Solé Sabaté, Catedrático de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Villarrroya Font, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona, Arcadi Oliveres Boadella, Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, y Andreu Mayayo Artal, Profesor Titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona. Obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude.
[2] Capel (dir) 1994, vol. II (cap. X, "Los años cuarenta: produciendo en años de penuria", p. 163-167).
[3] Entre ellos el de Alibes y otros 1975.
[4] Riquer ed. 2997, p. 265.
[5] Riquer ed. 1997, p. 278-279.
[6] Antón Costas, Catedrático de Política Económica de la UB, El debilitamiento relativo de Barcelona. El País, 12 octubre de 2004, Cataluña, p. 3. En la interpretación de este hecho el autor señala que "para comprender las razones de fondo del debilitamiento realativo del liderazgo económico y cultural de Barcelona hay que entender la mutación que han sufrido las bases económicas y culturales del modelo histórico del crecimiento catalán a partir de la creación de mercado único europeo y de la globalización de los años noventa".
[7] Capel (dir) 1994.
Bibliografía

ALIBES, Josep Mª, Manuel J. CAMPOS, E. GIRAL et al. La Barcelona de Porcioles. 2ª edición refundida, ampliada y totalmente revisada. Barcelona: Laia, 1975. 305 p.

CAPEL, Horacio (Dir.). Las Tres Chimeneas. Implantación industrial, cambio tecnológico y transformación de un espacio urbano barcelonés. Barcelona: FECSA, 1994, 3 vols., 226 + 222 + 226 p. Trad. catalana: Las Tres Ximeneias. Implantació industrial, canvi tecnologic i transformació d'un espai urbá barcelonés. Barcelona: FECSA, 1994, 3 vols. (Introducción (vol. I) <http://www.ub.es/geocrit/tres-cHoracio.htm>; Conclusión (vol. III, p. 165-216)  <http://www.ub.es.geocrit/conc.htm>

COSTAS, Antón. El debilitamiento relativo de Barcelona. El País, 12 octubre de 2004, Cataluña, p. 3.

DE RIQUER i PERMANYER, Borja. L'ultim Cambó (1936-1947). La dreta catalanista davant la guerra civil i el primer franquisme. Barcelona: Eumo Editorial, Tercera Edició 1997. 357 p.

MOLINERO, Carme i Pere YSÀS. Els industrials catalans durant el franquisme. Vic: Eumo Editorial, 1ª ed. 1991. 184 p.

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Copyright: Biblio 3W, 2005.
 

Ficha bibliográfica

CAPEL, H.  Bosch Bella, Xavier. Restricions d'energia elèctrica a Catalunya 1944-1958. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, vol. X, nº 559, 15 de enero de 2005. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-559.htm>


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