Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
(Serie  documental de Geo Crítica)
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. X, nº 573, 25 de marzo de 2005

GARCÍA VÁZQUEZ, C. Ciudad hojaldre. Visiones urbanas del siglo XXI. Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2004. 232 p.  [ISBN: 84-252-1970-1]

Plácido González Martínez.

Profesor Asociado.
Departamento de Historia, Teoría y Composición Arquitectónicas.
ETSA Sevilla

Palabras clave: urbanismo, ciudades, arquitectura

Key words: Urban planning, cities, Architecture


La conciencia lineal de la Historia y la visión continua del fenómeno urbano en la sociedad industrial entran en crisis a partir de cambios culturales, económicos, científicos y técnicos que marcan la evolución hacia una sociedad postindustrial, en la que tiempo y espacio devienen en paisaje de acontecimientos. Evocando el título del libro, en el seno de la incubadora del tardocapitalismo, la superficie que Françoise Choay registraba con la ayuda de los ejes progresista y culturalista se transforma definitivamente. En primer lugar, adquiriendo una tercera dimensión por la que, recordando a Ignasi Solá-Morales, estaríamos en condiciones de describir una topografía. En segundo lugar, abriendo huecos y desplegando capas: Espacios y estratos que como plantea Carlos García Vázquez, conforman la actualidad de la metrópoli en la que proyectamos y nos proyectamos.

En su anterior libro, Berlín-Potsdamer Platz. Metrópoli y arquitectura en transición (Fundación Caja de Arquitectos, Barcelona 2000), Carlos García Vázquez registraba la topografía berlinesa del pensamiento urbano contemporáneo, un territorio complejo y en constante transformación en el que tuvo la oportunidad de revelar fracturas, discontinuidades y brechas desde las cuales penetrar en esta masa aparentemente caótica y azarosa que conforma la ciudad global. La investigación que desemboca en la realización de esta obra conduce al autor al interior de la estructura rizomática del hojaldre, donde registra huecos y localiza grumos, encuentra pasadizos y abre conexiones, identifica superficies sobre las que marca pliegues deteniéndose atento a superposiciones y entrecruzamientos.

A la salida, la elaboración de una cartografía es el paso ineludible hacia el desenmarañamiento de la complejidad observada. Pero así como los datos obtenidos para la elaboración de mapas describen un escenario totalmente heterogéneo, fragmentario y discontinuo, su interpretación va unida al empleo adecuado y eficaz de herramientas dispares, que construyen una representación lúcidamente legible en cuatro visiones diferentes: Culturalista, Sociológica, Organicista y Tecnológica, entre las cuales el frecuente trasvase de ideas por los numerosos puntos de contacto y bypasses permitirá una rica variedad de lecturas cruzadas a partir de la imaginación exponencial de combinaciones.

El empleo de la Historia sirve, en primer lugar, para un reconocimiento de la crisis de conceptos como identidad y tradición en torno al fenómeno urbano considerado desde una visión culturalista. A principios de los años setenta, la revisión de los planteamientos con los que el Movimiento Moderno abordó la actuación sobre los centros históricos tuvo como resultado la aparición de tendencias conservacionistas enormemente productivas, que desde la plataforma de la disciplina supusieron una tregua en el desarrollo de una batalla desigual. Las amenazas que se cernían sobre el tejido heredado de la ciudad fueron contenidas a partir de la consideración de éste como hecho cultural único, ecosistema de equilibrio inestable imperiosamente necesitado de medidas de preservación. Las trazas de la deriva de la refundación disciplinar impulsada por la Tendenza y su posterior repliegue ideológico conducen al autor a analizar los escenarios reales en los que la crisis de los planes se desenvolvió, la ciudad de los promotores estudiada en Inglaterra por Peter Hall y el crecimiento interior que, desde Italia, Bernardo Secchi propuso en la línea sostenible de sus coetáneos. Pero en el extremo de esta trayectoria, las sombras que la ciudad poshistórica proyecta sobre la visión culturalista oscurecen un frío paisaje plagado de incertidumbres, en el que, tras la desaparición de las marcas definidas del metarrelato universal, las certezas proporcionadas por la Historia saltan en pedazos inconexos sujetos a la más sofisticada manipulación.

Desde la visión sociológica, economía y sociología servirán para describir el equilibrio inestable, la volatilidad y vacuidad de la metrópoli surgidos a partir del desmantelamiento del Estado del Bienestar y que Saskia Sassen definió como inherentes a la condición global de las ciudades en el marco tardocapitalista del ¥€$. Las bondades de la panacea del desarrollo informacional, la fascinación ensimismada en la contemplación de los flujos y las esperanzas depositadas en la catarsis deslocalizadora siempre presentes en las descripciones de los nuevos contornos difusos de este territorio sirven de cortina de humo para la ocultación de la imparable acentuación de las desigualdades que polarizan la nueva sociedad tardocapitalista. Fenómenos que Richard Sennet comenzó a registrar a inicios de los Setenta, cuya exacerbación es objeto de estudio en el cambio de siglo por autores como Mike Davis. Ciudades duales en las que el conflicto reside ya de forma estable, y a las que la hiperrealidad de la sociedad del espectáculo responde con la fortificación de nuevas formas de urbanidad lamentablemente aquejadas de los síntomas del cuadro psiquiátrico conocido como Síndrome de Peter Pan: hiperactividad, prolongación indefinida de la infancia y, ante todo, la más desoladora vacuidad.

Ciencia y filosofía se transforman en bisturíes y fórceps con los que diseccionar y desvelar la geometría oculta del cuerpo de la ciudad organicista, libre de ideologías, objeto del deseo del pensamiento arquitectónico contemporáneo. El morphing como nueva herramienta de exploración del universo rampante de Charles Jencks aparece en un intento de aprehender desde las teorías del caos la estructura fractal, entrópica, degenerada de la ciudad: un cuerpo enfermo, desprovisto de órganos sobre los que operar, en el que la ambigüedad y la contradicción son asumidas como dolencias crónicas de imposible curación. Una metáfora de la defunción de la ideología positivista, y con ella, de la desaparición de cualquier esperanza conocida de curación. La apertura que el autor detecta en la erosión de los planteamientos jerárquicos de la modernidad deja entrever nuevas perspectivas: en un paisaje poblado por mónadas autoorganizadas, las más diversas interpretaciones surgidas desde sus fragmentarias vivencias se manifiestan como alternativas parciales posibles de actuación. La percepción, el deseo y el consumo abren las puertas de una sugerente reformulación: la heterotópica ciudad de los diferentes.

Por último, las nuevas interpretaciones de la técnica orientarán la travesía por el descentrado, desregulado y desmaterializado territorio de la visión tecnológica. La decadente virilidad del maquinismo de la modernidad da paso a la irrupción de la cara más amable y seductora de la programación banal del software contemporáneo. Los ubicuos neuromancers de William Gibson se convierten en colonos de una inestable tierra prometida: llámese Telépolis, Ciberciudad, E-topía, la migración hacia estas regiones inexploradas tiene como consecuencia la generación de un vacío, la desmaterialización de la ciudad perfectamente registrable a tiempo real. SimCities en las que armonizar límites, crear desastres o controlar el día y la noche quedan como muestras de la precariedad en la que se desenvuelve el habitar contemporáneo ante la omnipotencia difusa de las nuevas tecnologías, del carácter aséptico, eficiente y genérico de los no lugares de Marc Augé. Ciudades al límite de lo real, de la experiencia, del tiempo, idénticas entre sí como la Utopía de Tomás Moro, en las que el mal desaparece, el envejecimiento no existe y la imagen paciente de la oveja Dolly se convierte en prueba fehaciente de la inmediatez del tiempo cero, de la sobrevenida promesa de la eternidad instantánea.

Son estas cuatro visiones enormemente esclarecedoras, descritas en doce pequeños relatos ágiles, fluidos, que sirven de mapas de referencia para un recorrido a través de cuatro ejemplos específicos, registrados de primera mano en el incansable, riguroso y apasionado trayecto investigador de Carlos García Vázquez: Berlín, Los Ángeles, Tokio y Houston como manifestaciones más rabiosas de la globalización de la esquizofrenia. Un acercamiento intenso y revelador desde el sugerente título hasta su conclusión, no casual, en la ciudad del miedo: la incertidumbre como estado actual de la cuestión, masa informe y caótica en la que este libro opera efectivamente como delicado extraño atractor. Una lectura que, como la propia estructura del objeto de estudio, queda generosamente abierta, ofreciendo espacios en los que se acomode la reflexión y superficies por las que siga discurriendo la investigación. Semblanzas de una contemporaneidad ligera y flexible como un hojaldre. Frágil y quebradiza como una ciudad.
 
 

© Copyright: Plácido González Martínez, 2005
© Copyright: Biblio3W, 2005

Ficha bibliográfica

GONZÁLEZ MARTÍNEZ, P. García Vázquez, C. Ciudad hojaldre. Visiones urbanas del siglo XXI. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. X, nº 573, 25 de marzo de 2005. [http://www.ub.es/geocrit/b3w-573.htm]. [ISSN 1138-9796].



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