Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
(Serie  documental de Geo Crítica)
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. X, nº 603, 10 de septiembre de 2005

PALACIO RAMOS, Rafael Un Presidio Ynconquistable. La fortificación de la Bahía de Santoña entre los siglos XVI y XIX. Madrid: Ministerio de Defensa de España/Ayuntamiento de Santoña, 2004. 397 páginas, 8 láminas. [ISBN 84-932206-6-3]
 


Griselda Beatriz Tarragó
Universidad Nacional de Rosario (Argentina)/Universidad del País Vasco


Palabras clave: fortificaciones, siglos XVI-XIX, Santoña España)

Key words: fortifications, 16th-19th Centuries, Santoña (Spain)


Antes de sumergirnos en la lectura de cualquier libro, hay varias circunstancias que llegan previamente a nuestra conciencia. Por una parte es su misma materialidad la que nos condiciona. Una edición cuidada, con una portada estéticamente acorde, un diseño claro y prolijo, son elementos que nos atraen y nos mueven a la primera acción: tomar contacto, tenerlo entre nuestras manos. Por otra parte, nada más oportuno para acicatear nuestra curiosidad que un titulo inquietante donde, casualmente, pareciera que algo no esta bien. Bellamente editado, la obra de Rafael Palacio Ramos nos atrae en principio por estas dos condiciones. Nada más pertinente en un texto de historia que dar la voz a los actores. En palabras de Verboom, este libro versa justamente sobre la extensa historia de este «presidio ynconquistable» que ha sido la bahía de Santoña, sobre la costa Cantábrica, a lo largo de cuatro siglos.

Elogiosamente prologada por la especialista y Profesora de la Universidad de Valladolid Concepción Porras Gil, la obra es la versión editorial de la Tesis de Doctorado del autor titulada Las fortificaciones costeras españolas en los siglos XVII a XIX: el ejemplo de la Plaza Fuerte de Santoña, leída en la Universidad de Cantabria en mayo del 2002. Y este dato tampoco resulta fortuito o banal: la tesis doctoral significa un momento fundacional e inflexivo en la vida de todo profesional. Podrá entonces haber otras y –tal vez- mejores obras, pero nunca otra más sentida y exhaustiva.

Si bien el objeto de estudio aparentemente primordial y casi único del libro es la historia de las fortificaciones en el espacio elegido, la sólida formación del autor en diferentes disciplinas como la arqueología, la historia, la geografía, la ingeniería naval, abren las temáticas hacia una dimensión mucho mas densa. El objeto se amplia hacia la compleja historia de un espacio con toda la carga conceptual inherente en el sentido de lo que supone la acumulación de acciones humanas en diferentes momentos y sus consecuencias sobre la emergencia de nuevas configuraciones de poblamiento, económicas, políticas y sociales. Así parece decirlo claramente el autor en la pagina 38, cuando nos advierte que “...un proyecto de fortificación atiende a satisfacer un concepto global de defensa, entendido este concepto como la relación de una serie de puntos fortificados entre sí y con un espacio geográfico concreto; por ello limitarse al estudio individualizado de cada fortificación significaría ofrecer una mera relación de estructuras cuando estas deben tanto su origen como su propia configuración a un entramado de orden superior.”

Fundamentado sobre una rica bibliografía y un extenso aparato erudito que incluye no solo archivos españoles, sino también franceses, y una maravillosa exposición de mapas y planos de todas las épocas, el texto presenta un valor agregado que atraviesa y signa de una gran minuciosidad y cuidado la propuesta: Rafael Palacio Ramos escribe desde y sobre su pueblo al que conoce y ama más allá de la mirada del científico, haciendo su relato más vivido y, si fuera posible, todavía más completo. La precisa y fotográfica descripción del medio con la que comienza su estudio es un ejemplo elocuente de ello. La obra se divide claramente en dos partes principales. En la primera de ellas, el autor inicia un exhaustivo recorrido cronológico que se comienza en el siglo XVI, durante los reinados de Carlos V y Felipe II. A partir de ahora, el relato hace un juego permanente entre los proyectos de fortificación y las acciones que se concretaron. Para el autor esta claro que Santoña era efectivamente “Un Presidio Ynconquistable”, pero el hilo del discurso va dejando claro que algo tan evidente fue neciamente negado u olvidado por la Corona, inmersa en este tiempo en la compleja política de articular necesidades estratégicas globales con otras mas puntuales como las de  la costa cantábrica.

Se introducen elementos de análisis de historia económica, especialmente en lo que se refiere a la actividad de los astilleros, así como a cuestiones de historia política. Esto último resulta especialmente interesante cuando se aborda la tensión entre Santoña y Laredo. Cruzando fuentes diferentes, la imagen de un micro universo atravesado por intereses y privilegios locales, con aquellos más verticales y globales de la Corona, nos conducen al denso mundo de la articulación de espacios de poder diversos, cuya dinámica tendrá una consecuencia directa sobre la factibilidad de los planes de fortificación de la bahía.

El siglo XVII tendrá como novedades más notables el despunte de la industria naval de Colindres y la violenta irrupción de una nueva dinámica de guerras europeas. La Guerra de los Treinta Años planteara nuevos desafíos defensivos sobre la costa cantábrica. Nuevamente, el ejemplo del asalto de 1639 es la evidente muestra de una política defensiva equivocada que necesitaba de decisiones más contundentes que jamás se tomaron. La secuencia puesta en la voz de los actores, le permite al lector una vivida -y trágica- imagen del asalto. Así la secuencia proyecto-fortificación-proyecto va mostrando una suerte de estratificación que no tiene solución de continuidad hasta el siglo XIX, y que en su dilación no tiene sino consecuencias negativas.

El siglo XVIII y la Guerra de Sucesión aunque dentro de una dinámica similar, plantea una curva ascendente en la importancia que tiene Santoña como Plaza Fortificada y fortificable. El astillero instalado desde 1717 como parte del resurgimiento naval de la época de Felipe V se articuló a la mayor presencia militar que demandaba el clima cada vez más generalizado de conflictos europeos. Es la época en que por primera vez se verifica la presencia de ingenieros militares que tienen como objetivo la planificación de sistemas defensivos globales dentro de una concepción defensiva que consideraba tanto el frente marítimo como el frente terrestre.

Sin embargo, una vez más la política fluctuante que entre otras cosas generó el traslado del astillero a Guarnizo conducía nuevamente hacia una equivocada y mezquina evaluación del papel que este punto debía cumplir. Hacia fines de siglo, y aunque la presencia de profesionales como Joaquín del Pino o Juan de Pignatelli plantearon nuevos proyectos  que intentaban articular varios niveles de la política defensiva que consideraba la construcción y establecimiento de nuevos fuertes, la dotación de los fuertes de San Carlos, San Martín y San Felipe, la dotación militar del territorio, las operaciones de la defensa y la construcción de naves de guerra, nada definitivamente contundente sucedió: el siglo se extinguía sin que España pudiera valorar el tesoro que se escondía en Santoña.

Paradójicamente, no será España sino la Francia invasora la que ponga en su lugar las cosas. El capítulo de la invasión napoleónica es el más apasionado y tal vez el más logrado literariamente. Es el momento fundacional, aquél en el que se pone en práctica finalmente la idea de crear una verdadera plaza fuerte en Santoña. Esta misma idea tienen los ingleses, al punto de presumir que podría convertirse en el “Gibraltar del Norte”.

Todas estas páginas plagadas de fuentes francesas ponen a Napoleón y su gran Fort Impérial, ese gran complejo defensivo, en el centro de un relato en el que la descripción de posibles proyectos deja lugar a la acción y a la ejecución. Finalmente y hasta dolorosamente, podría decirse que “Napoleón tenía razón”: Santoña nunca cayó, fue realmente un “Presidio Ynconquistable”, y la entrega sólo se produjo por la vía del armisticio.

Los años que siguen, si bien dejan la enseñanza de la experiencia napoleónica y la seguridad de que Santoña es el único puerto cantábrico con verdaderas condiciones de Plaza Fuerte, sólo traen en palabras del autor “Buenas Intenciones, escasas realizaciones y quebrantos continuos”. Esta dinámica continúa en la primera mitad del siglo XIX, dinámica que ni siquiera puede revertirse con la presencia de un profesional tan reputado como Celestino del Piélago: nuevamente un plan sólido se diluye en las vicisitudes de la política y la guerra.

Será durante el reinado de Isabel II, en el Ministerio de la Guerra de Leopoldo O’Donnell, cuando por primera vez  la propia España dará a Santoña el lugar que nunca ha recibido. Desde 1854 en el contexto de un proyecto de potenciación militar, se habilitarán caminos más esperanzadores para la villa. Por la Ley de 1859, el plan de Antonio de Rivero y Saturnino Fernández se viabilizará a través de un crédito extraordinario. En 1861 la propia Reina visita las obras, que casi estaban concluidas hacia 1868. Junto al momento napoleónico, es éste el otro momento inflexivo que incluso pone a Santoña por encima de Santander: es el tiempo en que se transfiere el Gobierno Militar de la provincia.

Casi como una broma de la historia este momento impresionante en palabras del autor, este momento de culminación de expectativas prorrogadas por tres siglos, es casi el “principio del fin”. La revolución que se está produciendo en el campo de la artillería hace que la fortificación quede desajustada con respecto a la tecnología bélica, lo que obligo a un rediseño del proyecto general de fortificación.

Los párrafos en que se describe esta decadencia (“Santoña languidecía...”) están plagados de un dolor legítimo que llevan al autor a describir esta “lenta y dolorosa agonía” con una sentida prosa que da cuenta de la realidad que se experimentaba: declara entonces “puramente romántico” un nuevo proyecto nacido en 1902, que -por supuesto- nunca se concretará.

Un último capítulo de esta parte viene a llenar cierto vacío que se puede experimentar en el texto: ¿que sucedió con los santoñeses? Estas páginas de una densidad conceptual notable, articulan el aspecto específicamente defensivo con el de la vida cotidiana de la villa y su población, la dinámica de ocupación de su espacio, las situaciones de conflicto entre diversas esferas de decisión que ponen frente a frente la expansión del municipio con la presencia militar, el cruce de jurisdicciones, ejemplo de todo lo cual es el del cementerio que comenta el autor en la página 139.

La segunda parte es esencialmente técnica y mucho más especifica. Básicamente se trata de una descripción altamente especializada y minuciosa de las fortificaciones del frente marítimo, de las del frente de tierra y de los edificios auxiliares y otras obras complementarias de ingeniería. Documentada magníficamente y con una dimensión grafica de planos, mapas y fotografías, se complementa con estudios sobre el terreno que denotan una vez más la pericia como arqueólogo de Rafael Palacio.

Un epílogo pleno de pasión, amor por la tierra, los bienes culturales y el compromiso como científico y santoñés, es un reclamo contundente del autor por preservar ese patrimonio que no es un accesorio sino historia viva y presente de ese lugar en el mundo que es la bahía de Santoña. En un juego extraño, y finalmente sorprendente, entre pasado y presente, Rafael Palacio Ramos parece advertirnos sobre la urgente necesidad de aprender de la larga experiencia histórica de desidias y proyectos inconclusos, y de la posibilidad de revertir lo que sería una nueva historia de postergación y olvido.
 

© Copyright: Griselda Beatriz Tarragó, 2005
© Copyright: Biblio3W, 2005


Ficha bibliográfica
 
TARRAGÓ, G.B. Palacio Ramos, Rafael Un Presidio Ynconquistable. La fortificación de la Bahía de Santoña entre los siglos XVI y XIX. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. X, nº 603, 10  de septiembre de 2005. http://www.ub.es/geocrit/b3w-603.htm]. [ISSN 1138-9796].

 


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