Biblio 3W
REVISTA BIBLIOGRÁFICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona 
ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98 
Vol. XVII, nº 977, 25 de mayo de
2012
[Serie  documental de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

EDWARD W. SOJA O LA REUBICACIÓN DEL ESPACIO EN EL DEBATE DE LAS CIENCIAS SOCIALES

BENACH, Núria; ALBET, Abel. Edward W. Soja: la perspectiva postmoderna de un geógrafo radical. Barcelona: Icaria, Colección Espacios Críticos, 2010, 285 páginas. [ISBN: 978-84-9888-243-8]


Francisco Morente
Departament de Geografia. Universitat Autònoma de Barcelona
fjmp.1984@gmail.com

Recibido: 27 de septiembre de 2011. Aceptado: 15 de diciembre de 2011. 


Palabras clave: Soja, urbanismo, geografía radical, postmodernismo, espacio, ciencias sociales.

Keywords: Soja, urbanism, radical geography, postmodernism, space, social science.



El París poliédrico, fragmentario y mutante de Walter Benjamin comparte no pocas analogías y semejanzas con Los Ángeles de Edward Soja. Universos representativos y a la vez únicos, donde los tres clásicos tiempos -pasado, presente, futuro- tienden a mezclarse, multiplicarse y enfrentarse, y en cuya espacialidad, a un tiempo disímil y yuxtapuesta, real e imaginaria, expansiva y constrictiva, la desorientación y el éxtasis por la comprensión reinan por doquier. Es, pues, esta ansia por comprender la ciudad, su marasmo y el fenómeno urbano en su totalidad lo que ha animado a Soja a edificar a una interesente obra geográfica de amplísimo espectro social.

Edward Soja (Bronx, Nueva York, 1941), doctor por la Syracuse University y profesor de Urban & Regional Planning en UCLA (University of California, Los Angeles), punta de lanza de la denominada LA School y primordialmente conocido por su postura netamente espacial, no deja de ser aún hoy una figura controvertida dentro y fuera de la geografía, por lo novedoso de sus planteamientos y su impetuosa defensa del papel del espacio en la teoría social.

Grandes conocedores de la pionera obra de Soja, en el volumen aquí reseñado, Núria Benach y Abel Albet han querido introducirla por vez primera a los lectores hispanoparlantes. A diferencia de los readers y selected writings que proliferan en el mercado angloparlante y que pretenden amalgamar la obra original y, a veces, llegar a substituirla por una versión desnaturalizada, abreviada, simplificada y predirigida, el libro con el que Icaria inaugura su colección Espacios Críticos no es sino lo contrario: una contagiosa y estimulante selección de textos con una vigorosa revisión crítica de la obra sojiana. Para ello Benach y Albet, profesores de geografía de la Universitat de Barcelona y la Universitat Autònoma de Barcelona respectivamente, se hacen valer de una estructura no por sencilla, menos efectiva para sus propósitos: exordio -exposición ideas- reflexión crítica; o en otras palabras: introducción, trayectoria del autor, entrevista en profundidad, selección de textos, ensayo crítico sobre las aportaciones de Soja y selección bibliográfica esencial. Es decir, mucho más que un mero avant-gôut.

Después de la Introducción, que presenta tanto las múltiples motivaciones, la estructura general del volumen así como un somero repaso sobre la obra tratada, la cual hace hincapié en el reto que asume Soja de describir y entender toda una nueva realidad urbana en emergencia desde un posicionamiento crítico, postmoderno y espacial, el libro se abre con el primer bloque dedicado a la trayectorias geográficas e intelectuales.

La primeriza fascinación infantil que suscitaban los misterios encerrados en los mapas cartográficos –entre ellos Andorra- dará paso a su entrada en la universidad pública y a la obtención del doctorado gracias a su tesis sobre el desarrollo urbano en Kenya. Durante este período doctoral, Soja acusará las influencias reconocibles y reconocidas de von Thünen, Hägerstrand, Christaler y Lösch; lugar e influencias que sin duda sorprenderán al mínimamente versado lector en la obra de Soja. Pronto, sin embargo, abandonará a sus ‘primeros maestros’ en favor de otros cuya marca habrá de ser –esta vez sí- indeleble. Y es que sin el traslado a UCLA, donde descubrirá el marxismo casi a los treinta años y el magnético influjo de Los Ángeles, y donde Hadjimichailis le pondrá en conocimiento de Foucault, Gramsci, Poulantzas y sobre todo Henri Lefebvre, no podría entenderse el pensamiento de Soja. Precisamente, de esta época data su giro espacial y renacido interés por las ciudades y regiones (The socio-spatial dialectic data del 1979), que a la postre configurarían el Soja hoy (re)conocido y tantas veces acusado de fetichista espacial. Fruto maduro de esta transformación será el ya emblemático Postmodern Geographies, tenaz crítica a la geografía moderna y primer intento serio de utilizar la perspectiva postmoderna ubicando el espacio y la geografía en el centro de todas ciencias sociales. A éste le seguirá Thirdspace, hagiografía espacial de Lefebvre que desarrolla la trialéctica espacial del francés en la tentativa de asumir la complejidad que caracteriza la configuración cotidiana de los espacios vividos. El último, por ahora, gran hito en su bibliografía es Postmetropolis que, inspirado en The Economy of Cities de Jacobs, Çatalhoyuk y el sinecismo, encauza seis discursos sobre la figura de la postmetrópolis. La actividad de Soja no se detiene aquí pues ya anuncia su interés por la justicia socio-espacial y el nuevo regionalismo, enésimos ejemplos que dan rendida cuenta de su enorme contribución en las ciencias sociales en la medida que estimula el debate y el tránsito intelectual por lugares inexplorados.

El siguiente bloque, con el sugerente título “Entre la compulsión por conocer el mundo y la construcción de un pensamiento espacial”, se aprecia un Soja muy directo en la entrevista/diálogo, favorecido sin duda por la relación personal de Benach y Albet con el entrevistado, quien mediante asertos claros y concisos sondea su vida y obra. La cuestión puesta sobre la mesa es por qué el tiempo es considerado transformador y en movimiento mientras que, en su detrimento, el espacio es tratado como fijo, inmóvil y receptáculo de los cambios. La necesidad acuciante de acabar con el aislamiento introvertido y periférico de la geografía, las nuevas geografías y praxis espaciales y la integración del pensamiento crítico espacial en todas las disciplinas sociales son las constantes de Soja. Para éste, a diferencia del no menos emblemático David Harvey, primero es el espacio y luego la política, siendo el marxismo en su opinión a día de hoy insuficiente aunque no así el sentido de resistencia.

El grueso del libro recae en el tercer bloque, una acertada antología de cinco textos muy representativos de la obra y la trayectoria de Soja, traducidos todos ellos al castellano por primera vez, con la dificultad que conlleva verter a otro idioma la inventiva del angelino de adopción.

El primero de ellos y tercer capítulo de Postmodern Geographies, La dialéctica socioespacial (1989), caracteriza a la perfección el carácter innovador, audaz y transgresor del pensamiento sojiano, regido siempre por su pretensión de ruptura epistemológica. Los geógrafos radicales, entre ellos Harvey y Castells, recortaron el alcance de las aportaciones de Lefebvre; no ubicaron el espacio en el centro de la reflexión urbana, demostrando la incapacidad del análisis marxista para apreciar el carácter dialéctico de las relaciones sociedad-espacio, y negando por lo tanto cualquier exploración de la sensibilidad espacial, menoscabando su fuerza transformadora y atrofiando cualquier nueva forma de imaginación. El olvido marxista del espacio por parte de Harvey y Blaut se debe, según Soja, a: (a) la tardía aparición de los Grundrisse; (b) la subordinación antihegeliana del espacio al tiempo –la construcción de geografías por seres humanos era una idea descabellada para Marx–; y (c) a los modos cambiantes de explotación capitalista para la extracción de plusvalías. Soja rescata en este punto a Lefebvre y a Gramsci. El espacio para Lefebvre es político, ideológico, nunca pasivo, inmóvil y confinado; producto de la práctica social e inserido por estrategias conscientes, expresión de las relaciones sociales que se dan en él y, lo más importante, en relación dialéctica con la sociedad y, por tanto, con capacidad para transformarla. El pensamiento gramsciano, por su parte, contribuyó a la formación del contexto de estrategia revolucionaria con su ‘conjunto de relaciones’, al relacionar tiempo y espacio en los modos de producción capitalista (hegemonía y control del estado sobre la vida cotidiana; lugar de consumo frente a lugar de producción; y alianza de movimientos populares). Por lo tanto, Soja aboga por abrir la posibilidad de una dialéctica socio-espacial en lugar del espacio como expresión cerrada, en la medida de ofrecer un vehículo de articulación de lucha por el derecho a la ciudad.

El segundo texto, “Los Ángeles, 1965-1992” (1996), incluido originalmente en el volumen recopilatorio The City. Los Angeles and Urban Theory at the End of Twentieth Century, puede considerarse el embrión de los seis discursos que atravesarán el corpus central de lo que después sería Postmetropolis. Los disturbios civiles de la Rebelión de Watts de 1965, marcaron un antes y un después en los estudios urbanos en EEUU; los estudios de Chicago y Nueva York dieron paso a Los Ángeles, donde la suburbanización subvencionada con fondos públicos y la promoción federal del crecimiento industrial habían dado lugar a una máquina urbana creada para estimular la producción y el consumo humano, una ‘fábrica de sueños’ mercantilizada y proyectada a escala mundial, de geografías imaginarias que substituían a las reales. Debajo del brillo, la distopía angelina, denunciada por el furibundo Mike Davis en City of Quartz, se erige de un centro devaluado hacia una vasta extensión fragmentada. Dominada por la hegemónica visión de los White Anglo-saxon Protestants (WASP), por los no-lugares augeanos, por suburbios masivos con pocos espacios públicos y por un notable y creciente desarraigo de las identidades, “Los Ángeles” se constituye de elementos sin solución de continuidad. Ante este enorme mosaico polarizado, Soja articula seis discursos, haciendo gala una vez más de su capacidad para acuñar nuevos términos: (i) Exópolis: con la des-centralización, en parte por la nueva ubicación periférica de la industria, y la recentralización de la forma urbana de de largo alcance, las nuevas ciudades de los extensos anillos interiores rodean la antigua ciudad interior; ex(o) en su doble sentido: fuera de la ciudad interior y por ciudad que ya no existe, la exciudad. (ii) Flexicities: la desindustrialización del tejido fordista y la reconstitución postfordista ha marcado el paisaje urbano de productividad flexible en su búsqueda por la atracción de capital global. (iii) Cosmópolis: el aumento de la inmigración y la entrada de capital extranjero reestructura el crecimiento económico de la región urbana y fomenta la aparición de etnociudades segregadas que alimentan con mano de obra barata y multicultural la industria; el lugar donde se globaliza y, al mismo tiempo, se localiza lo global (glocalización). (iv) Laberinto astillado (Ciudad fractal): desigual simbiosis sin solución de continuidad entre pobreza y riqueza; la precariedad de la primera aumenta el crecimiento de la segunda. (v) Ciudad carcelaria: la ley del miedo al Otro y de la violencia cosmopolita, aumento de vigilancia y de fronteras y cercados, o en palabras del propio Davis, la polis sustituida por los polis. (vi) Simcities: restructuración neoconservadora del medio urbano, cultural e ideológico por medio de simulacros, hipersimulaciones y parquematizaciones.

A modo de suave intermedio el tercer texto, “El estímulo de un pequeño desconcierto” (1996), mucho más breve y menos denso que los dos anteriores y los dos que le siguen, casi anecdótico, es una invitación a la creatividad espacial y a una muestra del empoderamiento de la contracultura y de los canales alternativos en la creación de geografías más justas e incluyentes. El cuarto texto de este tercer bloque, “Tercer Espacio: extendiendo el alcance de la imaginación geográfica” (1999), pretende sintetizar y clarificar en pocas páginas el rico (a veces abstruso) contenido de Thirdspace. Para ello emplea cinco tesis recapitulativas y dirigidas a la audiencia de geografía humana para definir lo que es el Tercer Espacio: una nueva forma de pensamiento espacial y de relación para con el mundo. (Tesis I) Al socaire de Sartre y Heidegger, el espacio para Soja tiene un papel fundamental en el Devenir; paulatinamente deja de estar subordinado al tiempo y a lo social, pues la (re)creación de geografías se ha convertido en fundamental, siendo parte constitutiva del ser-en-el-mundo el triple entrelazamiento interdependiente del tiempo, la sociedad y el espacio. (Tesis II) Necesidad de expandir el alcance de la imaginación geográfica y reequilibrar la capacidad crítica del espacio en la trialéctica del ser –socialidad, historicalidad, especialidad–. La especialidad, sostienen Lefebvre y Soja, está formada por el espacio concebido, percibido y vivido. El espacio concebido, el más estudiado con diferencia, se refiere al mundo mesurable empíricamente, objetivo y material, euclidiano y cuantitativo, fenomenológico y cartografiable. También tenido en cuenta pero en menor medida, el espacio percibido, por su parte, es subjetivo e imaginado, aprehensible no sin dificultades por medio de representaciones cognitivas y simbólicas, sumamente ideológico y manipulable. Finalmente, y es ésta la aportación más rupturista, el espacio vivido, multifacético y contradictorio, opresivo o liberador (Tesis III). Lefebvre y Foucault rompen el dualismo concebido-percibido, incapaz éste de captar la complejidad de la experiencia vivida. El tercer espacio es la nueva perspectiva inclusiva de mirar, interpretar y actuar para cambiar la espacialidad humana, al tiempo que hace las veces de lugar de intercambio, de acción y de punto de partida para nuevas exploraciones existenciales. (Tesis IV) La creciente importancia estratégica del espacio vivido en tanto que terreno de resistencia y lucha, lugar de encuentro donde se producen los acontecimientos y los nuevos intercambios críticos, y punto de obertura radical (Tesis V). No debería menoscabarse la oportunidad de resistencia y emancipación que brinda el espacio vivido, tanto en geografías reales como en imaginarias, en la construcción de coaliciones postmodernas, con el objeto de asumir un papel activo en la producción de este espacio -mitad esperanza, mitad amenaza-, que, en definitiva, sólo adquiere sentido cuando es practicado y vivido en libertad.

El último texto que cierra el tercer bloque, “Tensiones urbanas” (2005), es una muestra del más reciente Soja en el que se rebasa ampliamente los límites clásicos de ciudad. La importancia por el fenómeno urbano y la inestable polarización socio-espacial a distintas escalas es parte significativa de las tensiones que se suceden a nivel global, y que exigen una revisión crítica. Por un lado, la globalización y la reestructuración económicas y, por el otro, las migraciones transnacionales y la globalización laboral, han desembocado en extensiones urbanas de muy heterogéneos y polarizados fragmentos (geografía fractal), entrelazados o aislados por nuevas redes y jerarquías de desigualdad. Las múltiples fronteras y divisiones urbanas –no sólo económicas, sino culturales también- contribuyen a la confrontación y, al mismo tiempo, reflejan las tensiones geopolíticas globales ocasionadas  espacialmente, y en gran parte, por la restructuración industrial postfordista y la desaforada competencia global. Para contrarrestar esta tendencia, Soja sugiere nuevas democracias y justicias, un derecho a la ciudad a la altura de la transición postmetropolitana de nuestros tiempos.

Benach y Albet con ánimo de captar en toda su amplitud y de la forma más actualizada posible la obra de Soja, un autor –recordemos– en plena forma, incluyen un texto inédito, “Mesogeografías” (2010), que constituye íntegramente el cuarto bloque del volumen. El texto gravita en torno a la causalidad urbana, que según Soja debe ser vista como parte integral de la sociedad, y el sinecismo (de synoikismós; oikós, casa o morada, y ekistics, estudio de los asentamientos urbanos), conjunto de condiciones interdependientes y creativas que derivan de compartir un mismo lugar. Valiéndose de Jacobs, Myrdal y Marshall, y tomando como ejemplo inspirador el caso de Çatalhöyük, Soja defiende el papel de las ciudades como nódulos de necesidades y focos activos de flujos creativos renovadores que redundan en la totalidad de la sociedad. No fue la recolección, sostienen Soja y Jacabs, sino las economías de localización las que llevaron al desarrollo de la sociedad; o en otras palabras, la urbanización no como consecuencia del excedente social agrícola sino la urbanización como generador del excedente social. En consecuencia, las fuerzas productivas urbanas resultantes de la localización (proximidad espacial y eficiencia temporal) y las economías de urbanización llevan a la concentración de actividades económicas que originan en las ciudades, aglomeraciones polarizadas, procesos e impulsos de desarrollo social. Las mesogeografías, pues, permitirán analizar transdisciplinar, creativa y críticamente, en perspectiva regional y con la reaserción de la causalidad espacial urbana, lo contradictorio y las tensiones entre escalas que se dan en el espacio para ir más allá en su conocimiento integrado. De este modo, Soja rescata aquel aserto cuasi-comtiano de Lefebvre: la sociedad futura no será rural, ni industrial, sino urbana[1].

El continente Soja no estaría en absoluto recorrido sin un breve aunque ponderado análisis crítico, papel que suplen con eficiencia los autores en el quinto y último bloque del libro. Ambos autores, como se ha comentado con anterioridad, conocen a la perfección la obra sojiana, lo que debe considerarse desde luego un indicativo de calidad del mismo. Para Benach y Albet, pese a las acerbas y variadas críticas que ha recibido Soja, la creación de nuevos conceptos para ver lo invisible, la búsqueda incesante en los márgenes de los centros, la contagiosa pasión por conocer, los riesgos intelectuales plenamente asumidos con la asunción total de ‘ir más allá’ (con toda probabilidad, una de las expresiones más empleadas por Soja) ha merecido la pena. Las mayores aportaciones de Soja a la geografía y a la teoría social en general, pueden cifrarse a día de hoy en tres, una por cada uno de sus libros: (i) la reaserción del espacio en la teoría social, (ii) la trialéctica espacial y (iii) la causalidad espacial en los procesos de transformación urbana.

La primera de las aportaciones data de 1989 (annus mirabilis para la geografía: The Condition of Postmodernity de Harvey, Postmodern Geographies de Soja y Map of Meaning de Jackson) y contribuyó sobremanera a superar gracias al postmodernismo la dicotomía entre el énfasis de socio-económico (geografía radical) y lo personal e individual (geografía humana). En Postmodern Geographies alentaba a los (no) geógrafos a pensar de otro modo, a recoger un cúmulo de nuevas voces que reavivaran el debate con la pretensión de ubicar la espacialidad en el centro del mismo. Las críticas no se hicieron esperar: unas centradas en la flagrante omisión del feminismo y el postcolonialismo, y otras en la para algunos molesta excesiva presencia del autor en el texto. Respecto a la segunda contribución, la trialéctica espacial, eje conductor de Thirdspace, Soja presenta una exégesis personal de Lefebvre y trata de elaborarla, al tiempo que la aplica empíricamente en Los Ángeles y Amsterdam. Consciente esta vez de las críticas anteriores, incluyó nuevas sensibilidades desde los márgenes (Gillian Rose, Gloria Anzaldúa, Gayatari Spivak, Edward Said, Horni K. Bhaba, bell hooks) aunque tampoco se libró de aquellas voces que, a grandes rasgos, no veían clara la posición del autor ni satisfactoria la definición que ofrecía del Tercer Espacio, entre ellos Rob Shields, autor del excelente Lefebvre, Love & Struggle.

En último lugar, la tercera aportación, la causalidad urbana, ha sido recientemente presentada en Postmetropolis. En dicho libro se argumenta el estímulo creativo de las aglomeraciones urbanas y se presentan los seis discursos sobre la postmetrópolis. Como en otras ocasiones, algunos han recibido el libro con fascinación mientras otros han quedado desilusionados. Finalmente, a la espera del modo en que se desarrolla, Benach y Albet dejan la puerta abierta a una cuarta aportación que podría encontrarse en las páginas de Seeking Spatial Justice.

El volumen se completa y llega a su fin con una bibliografía de y sobre Soja para continuar indagando por uno mismo en la obra tratada. De nuevo, pues, se constata el carácter y motivación del presente libro: acercar, facilitar el acceso, ofrecer herramientas críticas, aclarar términos, ubicar la obra en contexto y, por encima de todo, estimular en el caso de los neófitos la futura lectura de la obra de Soja o iluminar una segunda revisión para los ya instruidos. Si bien dos tercios del libro están constituidos por la acertada antología de textos -textos que, en suma y por su contenido, abarcan gran parte de la trayectoria y de los temas que atraviesan la producción sojiana, y prescinden de la época teorético-cuantitativa pre-Postmodern Geographies-, el libro por fortuna no se limita a una simple colección de textos representativos.

Por una parte, los dos primeros bloques (trayectorias y, en especial, la entrevista) acercan y predisponen a una posterior lectura de mayor profundidad y mayor calado, que instan a no pasar por alto ciertos detalles de las a veces sinuosas argumentaciones de Soja. A destacar sin duda la entrevista, por lo acertado de las preguntas y por lo próximo a la/al persona(je), y la inmensa capacidad de síntesis de los autores, epitomizado en el cuadro inspirado en las autobiografías de Hägerstrand y Gould (ver página 24-25). El quinto y último bloque, por otra parte, demostrando una vez más el dominio de los autores sobre la obra sojiana, acierta en la impecable y densa exposición de las aportaciones y también en las críticas y discrepancias surgidas entorno a ella, aunque tal vez ante la sensación de enumeración se echa en falta un mayor desarrollo de las mismas. El objetivo, sin embargo, se mantiene: revestir de juicio crítico al lector, sea cual sea su grado de conocimiento de Soja.

El volumen que nos ocupa es singular en varios aspectos. El primero de ellos, demuestra lo fructífera que puede llegar a resultar la colaboración entre los respectivos departamentos de geografía de la Universitat de Barcelona y la Universitat Autònoma de Barcelona, con un historial de colaboraciones no demasiado extenso. En segundo lugar, y más allá de las reseñas y de los compendios que ofrecen obras como Key Thinkers on Space and Place, es el primer libro íntegramente dedicado a la figura y obra de Soja que aporta una visión sucinta pero global y seria, no sólo en lenguas romances sino incluso en el mundo anglófono. Y en tercer lugar, debe celebrarse la nueva colección de Icaria por acercar con rigor  ‘nuevas’ geografías, lejos de los trillados estereotipos que ahogan la disciplina desde varios frentes y estrechan sus límites.

Poco puede achacarse al presente volumen, más allá de las contadas excepciones en las que la traducción chirría por lo poco natural, de echarse en falta un mayor desarrollo del quinto bloque o la ausencia de una comparativa con la obra de Lefebvre, ante el ingente esfuerzo que supone acercar la obra de Soja con la solidez y el temple aquí demostrado.

Y es que precisamente la obra de Soja, desde finales de los ochenta hasta nuestros días, sin quizás la marmórea consistencia de la de Harvey pero siempre en perpetua obertura a nuevas influencias, ya sea apoyándose en las incisiones quirúrgicas y posterior cita de Jameson, Berger, Giddens, Marx, Foucault, Lefebvre, Jacobs, Massey, Bhabha, entre tantos otros, ha espoleado a geógrafos y otros científicos e investigadores sociales a buscar nuevas formas pensar, de proponer alternativas y de oponer resistencias al tardocapitalismo, de tener visión crítica e inquietudes creativas, para llevar a la geografía y al espacio a colocarse en el seno mismo del debate futuro de las ciencias sociales, siempre con la perspectiva de una praxis para una sociedad más justa.

Por todo ello, aguardamos con ansias la próxima entrega de Espacios Críticos.

Notas

[1] Lefebvre, 1973: 127.

Bibliografía

BENJAMIN, Walter. Libro de los pasajes. Madrid: Akal, 2005.

HARVEY, David. The Condition of Postmodernity: an enquiry into the origins of cultural change. Oxford, Cambridge: Blackwell, 1989.

HUBBARD, Phil; KITCHIN, Rob; VALENTINE, Gill (eds.). Key Thinkers on Space and Place. Londres: Sage, 2004.

JACKSON, Peter. Map of Meaning: an introduction to cultural geography. Londres: Unwin Hyman, 1989.

JACOBS, Jane. La economía de las ciudades. Barcelona: Península, 1971.

LEFEBVRE, Henri. El derecho a la ciudad. Barcelona: Península, 1973.

LEFEBVRE, Henri. The Production of the Space. Oxford: Blackwell, 1991.

DAVIS, Mike. City of Quartz: excavating the future in Los Angeles. Nueva York: Verso, 1990.

SCOTT, Allen J.; SOJA, Edward (eds.) The City: Los Angeles and Urban Theory at the End of Twentieth Century. Berkeley, Los Angeles: University of California Press, 1996.

SHIELDS, Rob. Lefebvre, Love & Struggle: spatial dialectics. Londres, Nueva York: Routledge, 1999.

SOJA, Edward W. Postmodern Geographies; the reassertion of space in critical social theory. Londres, Nueva York: Verso, 1989.

SOJA, Edward W. Thirdspace; journeys to Los Angeles and other real-and-imagined places. Malden: Blacwkell, 1996.

SOJA, Edward W. Postmetropolis. Estudios críticos sobre las ciudades y las regiones. Madrid: Traficantes de sueños, 2008.

 

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[Edición electrónica del texto realizada por Anna Solè]

 


Ficha bibliográfica:

MORENTE, Francisco. Benach, Núria; Albert, Abel. Edward W. Soja o la reubicación del espacio en el debate de las ciencias sociales. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 25 de mayo de 2012, Vol. XV, nº 977. <http://www.ub.es/geocrit/b3w-977.htm>. [ISSN 1138-9796].


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