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UNIVERSIDAD DE BARCELONA 
ISSN:  0210-0754 
Depósito Legal: B. 9.348-1976 
Año XII.   Número: 67 
Enero de 1987
 
DIFUSIÓN Y CONTROL DE LA INNOVACIÓN: EL CULTIVO DEL GIRASOL EN ESPAÑA
Toni Breuer
 

ÍNDICE

Nota sobre el autor
Introducción
Problemática y método usado
La innovación del girasol en el secano español
La competencia multipolar de la oferta en el caso del girasol
La propagación aleatoria en la Baja Andalucía
Tipos de empresas y estrategias utilizadas
Las agencias como preparadoras de la difusión
La expansión escalonada de la industria transformadora y la difusión del girasol
Síntesis y discusión de los resultados
Notas
Bibliografía

NOTA SOBRE EL AUTOR

Nacido en 1945, Toni Brauer estudió Geografía, Metereología, Germanística y Filosofía en la Universidad de Bonn. En 1971 realizó su peimer examen estatal, teniendo por aquel entonces la oportunidad de participar en un proyecto llevado a cabo por el Instituto de geografía de dicha universidad, que se ocupaba de analizar las posibilidades de utilizar en la geografía las imágenes obtenidas vía satélite. A partir de este centro de interés surgió su tesis doctoral sobre diversos aspectos demográficos en América de Sur. Tras una corta actividad como profesor en un instituto de bachillerato, defendió dicha tesis -elaborada bajo la dirección de W. Lauer- en la Universidad de Bonn en 1974. Fue por estas fechas cuando obtuvo una plaza de ayudante en la cátedra de geografía cultural de la Universidad de Düsseldorf.

Desde entonces se ocupaba fundamentalmente de temas de la zona mediterránea relacionados con la rama geográfica que acabamos de mencionar, su profundo conocimiento, especialmente de España, se ha plasmado en más de quince publicaciones, entre las que destaca su libro sobre la geografía española -Spanien- editado por Klett en 1982. En 1985 presentó su habilitación en la Facultad de Ciencias Matemática y Naturales de la Universidad de Düsseldorf con un tema geográfico que trataba sobre Die Steuerung der Diffusion von Innovationtn in der Landwirtschaft ("El control de la difusión de las innovaciones en la agricultura"), cuyos aspectos conceptuales y metódicos más importantes se encuentran resumidos en el trabajo que se presenta a continuación.

Actualmente Toni Brauer es profesor titular del Instituto de Geografía de la Universidad de Düsseldorf. La traducción del manuscrito original, redactado en alemán ha sido realizado por Alberto Luis Gómez.
 

INTRODUCCION

La investigación geográfica moderna sobre la innovación comienza con el trabajo de Hägerstrand (1952) The propagation of innovation waves. A pesar de los treinta años transcurridos desde entonces, no existe aún ninguna terminología disciplinaria que se haya impuesto. Lo cual se explica si se tiene en cuenta que, por una parte, los impulsos geográficos en el campo que nos ocupa se valen de las aportaciones realizadas por muy distintas materias -como, por ejemplo, la antropología cultural, la sociología agraria, la botánica y las ciencias económicas-; y, por la otra, su recepciónes muy distinta según nos fijemos en diversos países o ámbitos lingüísticos.

Por todo ello, es necesario definir previamente los conceptos específicos que utilizaremos en las páginas posteriores.

Por «innovación» entiendo el objeto de la investigación sobre lainnovación, es decir, una novedad o algo nuevo. Por ello no se dice nada sobre su contenido concreto, empleándose este concepto de una manera neutra en lo que a los valores se refiere.

Desde el punto de vista semántico, algo «nuevo» posee ya una dimensión temporal. Siendo lógico que una innovación pase por diversas fases.

En los inicios nos encontramos con el proceso de creación y/o implantación de una innovación. Si se trata del acto intelectual de un hallazgo o de un descubrimiento, se habla entonces de una invención. Si a la misma le sigue un uso empresarial, hablo de la aplicación de la innovación.

La aceptación de una innovación se designa como adopción. El concepto se entiende de tal modo que la aceptación o aplicación de una innovación se refiere siempre a una unidad individual de adopción, el denominado adoptante, que es por lo general en el caso delos bienes de consumo una persona aislada; y frecuentemente unaempresa si nos fijamos en los bienes de inversión. Debido a ello, la adopción no forma estrictamente parte de la difusión -entendida ésta como un proceso espacio-temporal-, sino que se limita a la particular unidad de adopción.

El resultado de las múltiples adopciones individuales es la difusión. Designando este concepto la expansión de la innovación tanto en el espacio como en el tiempo.

En la bibliografía científica se diferencian diversas fases. Un criterio importante para la caracterización de los estadios de difusión propuestos por Hägerstrand es la tasa de adopción,1 especialmente relacionándola con su dependencia de la distancia respecto al centro innovador. En la fase inicial («primary stage»), el máximo de las tasas de adopción está situado en la inmediata cercanía de aquél. En las fases posteriores de la difusión, de la densificación y de la saturación ("diffusion, condensing, saturation"), la zona de las mayores tasas de adopción se mueve poco a poco hacia áreas cada vez más alejadas, de tal modo que, finalmente, la innovación se difunde por toda la superficie. Mediante el concepto deondas de innovación se designa al sucesivo desplazamiento -del núcleo hacia afuera- de la zona que presenta mayores tasas de adopción.

PROBLEMÁTICA Y MÉTODO USADO

El análisis que se presenta a continuación se ocupa de la difusión y de las muestras espacio-temporales que se originan, si bien se estudian con particular detenimiento sus mecanismos de control. Con lo cual se toma un enfoque de la reciente investigaciónnorteamericana que tiene por objeto el análisis de las denominadas innovaciones propagadas. Partimos de la idea de que los adoptantes potenciales están expuestos en la mayoría de los casos a una influencia programada -la publicidad-, la cual es ejercida por los denominados propagadores.

En un proceso de difusión controlado, el análisis empírico ha de tener presente dos aspectos: en el lado de la demanda se encuentran los consumidores que deben adoptar una novedad (los adoptantes potenciales). Los cuales, no obstante, se hallan inmersos enel contexto de una serie de condiciones sociales y económicas que pueden favorecer, limitar o hasta imposibilitar las posibilidades de la aceptación. La investigación geográfica que se ha realizado hasta el momento sobre la innovación ha tratado mayoritariamente de estas variables estructurales, habiendo estado esencialmente orientada hacia el adoptante. Desde el punto de vista de la oferta nos encontramos con lospropagadores de la innovación. Como les interesa la introducción de la novedad, han de intentar mejorar las desfavorables condiciones estructurales bajo las que se encuentran los adoptantes. Además, en el caso de que existan varios propagadores, la competencia que se establece entre todos ellos hace que utilicen distintas estrategias con el fin de influir sobre los adoptantes potenciales.

Brown (1975) habla por ello de una «market and infrastructure perspective» de la investigación geográfica sobre la innovación. Por lo que su adopción se entiende como un resultado siempre nuevo de la interacción existente entre la oferta y la demanda.

Si trasladamos este punto de vista a la difusión, la problemática que nos ocupa es la siguiente: ¿qué muestras concretas de difusión espacial surgen en la difusión de una innovación que ha sido dirigida externamente?. ¿Hasta qué punto esta muestra espacial se explica por las actividades del propagador y hasta qué grado por las variables estructurales que afectan al adoptante?

Para ejemplificar esto me sirvo de la difusión del cultivo del girasol en España. Dado que ya traté detalladamente de las variables estructurales más significativas en la agricultura española que afectaron a la adopción del cultivo del girasol -en un artículo publicado en la revista almeriense «Paralelo 37»-, en las páginas siguientes puedo concentrarme por ello en la cuestión de hasta qué grado son empíricamente demostrables las influencias orientadoras del propagador sobre la difusión y cómo se exteriorizan las mismas.

Los girasoles se cultivan sobre la base de contratos ofrecidos por la industria transformadora de alimentos a las diversas explotaciones agrícolas. Esto sucedió por vez primera en el año 1965, es decir, que la difusión acaecida se ha desarrollado en un espacio temporal relativamente corto y por ello abarcable.

Los contratos de cultivo no son solamente un instrumento efi­caz usado por la oferta para controlar la difusión. Sino que, además -con la ayuda de los libros de contabilidad de las distintas empre­sas propagadoras y gracias a los contratos realizados o a las cantidades de cosecha compradas-, se documenta también con gran exactitud el proceso de difusión espacio-temporal. Pudiéndose aprehenderse igualmente de manera precisa, mediante los contratos individuales de cultivo, la fase inicial de la difusión.2 Lo cual, hasta el momento, no ha sido fijado por la mayoría de los trabajos empíricos que se han realizado sobre el tema que nos ocupa.

La interpretación del comportamiento de los adoptantes o de la correspondiente muestra de difusión espacial se apoya tanto sobre la evaluación cuantitativo-estadística de los datos existentes como en encuestas. Estas últimas no fueron estandarizadas, sino que estuvieron dirigidas hacia dos objetivos: los empresarios, como propagadores; y las explotaciones agrícolas, como adoptadoras de la innovación.

LA INNOVACION DEL GIRASOL EN EL SECANO ESPAÑOL

Los girasoles para la obtención del aceite eran prácticamente desconocidos en España hasta el año 1963. En 1964 aparece por primera vez la provincia de Sevilla en las estadísticas que reflejan la producción del girasol, marcando con ello el comienzo de un explosivo aumento de la producción que no tiene precedentes en la reciente historia de la agricultura española (véase fig. n.° 1). Sevilla y Córdoba estuvieron en los primeros momentos a la cabeza de este desarrollo. Luego, Cuenca, Sevilla y Córdoba se han turnado en la primera posición de las áreas productoras de girasol. Globalmente, la cosecha española de girasol creció exponencialmente desde 1964; habiendo alcanzado en 1980, con casi 500.000 toneladas, un punto máximo provisional.

El peculiar auge de la producción de girasol estuvo vinculado a una expansión espacial igualmente rápida de su cultivo. A partir de las provincias de la Baja Andalucía -Sevilla, Cádiz y Córdoba-, elgirasol, en un amplio «frente» que se extendía del sur hacia el norte, había alcanzado León ya en el año 1977; y cuatro años más tarde incluso las provincias catalanas, en la parte meridional de los pirineos (consúltese la fig. n.° 2). De este modo, con la excepción de parte de la submeseta norte y de la cuenca del Ebro, casi todos los espacios interiores españoles han sido «conquistados» por el cultivo del girasol en secano, el cual se ha convertido en un rasgo típico de los espacios interiores de la España con un verano caluroso. Por el contrario, su cultivo no ha podido implantarse en las zonas costeras, si prescindimos de pequeñas extensiones situadas en las provincias de Huelva y Cádiz.

Hoy en día, los girasoles pueden encontrarse también en el regadío español. Si bien el porcentaje correspondiente sobre el total de la producción nacional ha sido pequeño hasta ahora. De acuerdo con la expansión geográfica del regadío, su distribución espacial se ha desencadenado de modo puntual.

El cultivo del girasol y su fuerte desarrollo ha sido fomentado fundamentalmente en el pasado mediante contratos que se realizaban anualmente con las explotaciones agrícolas. Para los empresarios industriales participantes, estos contratos de cultivo fueron uninstrumento importante a la hora de calcular con seguridad y anticipación el volumen de la cosecha que sería elaborado en las instalaciones propias.

En la contratación de girasol o en la transformación en aceite de la semilla del girasol participaron en 1980 un total de 15 grandes empresas, entre las que se encuentran cuatro cooperativas agrícolas y diez compañías industriales (fig. n.° 3). En la totalidad de los casos no se trata de empresas de propiedad unipersonal o familiar, sino de sociedades por acciones. El número y la diversidad de las empresas hace que tengan que mantener entre sí una fuerte competencia, la cual influencia la estructura de las relaciones del contrato con los productores agrícolas.

La temprana adopción del cultivo del girasol tiene lugar básicamente en las grandes y medianas explotaciones andaluzas, en donde los girasoles se obtienen como planta barbechera en el sistema de cultivo de año y vez. La rápida adopción de los girasoles que se detecta aquí puede explicarse ampliamente por los constantes problemas económicos de un cultivo barbechero muy arraigado: el del algodón. La crisis de este cultivo dejó tras de sí un vacío que pudo ser rellenado de modo relativamente fácil por los girasoles. Una razón que explica el éxito fulgurante de los girasoles está relacionada con las ventajas características de este producto, ya que en relación con el algodón su cultivo favorece una extensivi­zación del capital y de la fuerza de trabajo empleada, siempre que nos hagamos con unas cosechas estables como consecuencia de la existencia de una serie de garantías sobre su venta. Significativamente -consúlteseBreuer (1980)- la temprana adopción del cultivo del girasol se limita a la rotación bianual en secano con barbecho semillado, así como a aquellas explotaciones que han sido especialmente afectadas por la crisis del algodón.

Realmente, los girasoles no se han distribuido aún por igual a lo largo de toda la superficie peninsular. Las diferencias regionales que existen actualmente respecto al volumen de su cultivo pueden explicarse, en lo fundamental, teniendo presente los parámetros geográfico-naturales que dificultan su adopción por los productores agrarios. Entre ellos hay que mencionar particularmente a las diversas condiciones climáticas y edáficas -Breuer (1985a)-, de las que, conscientemente, no vamos a ocuparnos en este trabajo.


LA COMPETENCIA MULTIPOLAR DE LA OFERTA EN EL CASO DEL GIRASOL

Como se ha expuesto, la difusión de los girasoles no se lleva a cabo mediante un solo propagador sino que numerosas empresas industriales compiten entre sí, lo cual es normal dentro de una economía de mercado. Esto nos da la oportunidad de investigar si, y de qué manera, puede ser efectivo un control del proceso de difusión cuando actúan compitiendo entre sí varios propagadores.

La propagación aleatoria en la Baja Andalucía

Entre 1960 y 1970 hubo en España un fuerte interés político por reducir los costes debidos a la importación de semillas oleaginosas: en el año 1970, por ejemplo, se importaron 1,23 millones de toneladas de semillas de soja por un valor de 9.309 millones de pesetas. Esta cantidad fue mayor que el ingreso obtenido por la exportación de naranjas en el mismo año -datos según Borrero Fernández (1972, pág. 81)-. A la vista de este volumen, el Ministerio de Agricultura se vio obligado a fomentar experimentos de cultivo (p. ej. con semillas de soja).

También la industria elaboradora de aceite estaba interesada en una mayor producción nacional de aceite de semillas. Tanto el tercer Plan de Desarrollo como la F.A.O. pronosticaron, de modo coincidente, una demanda creciente de grasas vegetales comestibles, por lo que esta rama de la industria alimentaria parecía estar particularmente orientada en el futuro hacia un fuerte crecimiento, (véase Cejudo Fernández, 1972).

Debido a ello, ambos sectores iniciaron los correspondientes experimentos de cultivo: las autoridades posibilitaron la realización de experiencias en todas las zonas del país -consúltese Ruiz-Fornells (1972). La industria buscó parcialmente la cooperación con compañías extranjeras productoras de semillas -en los EE.UU., p. ej.-; creándose también de modo ocasional departamentos específicos en dichas empresas, con el fin de poder trabajar con diversas variedades de semillas. Pese al interés de esta cuestión, no podemos tratarla aquí con detalle ya que lo auténticamente significativo es el resultado: en el año 1963, la empresa PROGRASA (Productora General de Aceites, S.A.), ubicada en Madrid, accedió mediante una participación en Semillas Pacífico, S.A., a una variedad rusa de girasol -el «Peredovik»- largamente experimentada; repartiendo al comienzo escasas cantidades de la misma entre pequeñas explotaciones agrícolas para que la plantaran en secano, con lo que, de manera casual, tuvieron lugar contactos privados además de los comerciales. De este modo se estableció especial relación con grandes propietarios que vivían en Madrid o frecuentaban dicha ciudad. Por ello fue más bien aleatorio el que la mayoría de los grandes propietarios contactados que estuvieron dispuestos al cultivo experimental del girasol poseyeran explotaciones en la Baja Andalucía. Las personas consultadas que participaron en aquellas experiencias señalan coincidentemente que los primeros cultivadores no ligaron las mismas con particulares expectativas económicas, sino que deseaban mostrar a sus conocidos en Madrid su predisposición, más bien como una especie de favor personal que les hacían. Debido a estas razones, solamente pusieron a su disposición para experimentar en sus fincas -de más de 100 Ha. de tamaño- pequeñas superficies cuya extensión era de una hec­tárea o menor. A la vista de una relación de tal tipo, no es extraño que el riesgo económico para los primeros cultivadores fuese poco significativo.

Los sorprendentemente buenos resultados de estas primeras experiencias tuvieron como consecuencia, ya en el año 1964, una importante producción de girasol en Sevilla. Provincia en la que, durante esta época, el cultivo del girasol para la elaboración de aceite fue exclusivamente el resultado de las actividades de PROGRASA. Con el fin de conseguir una mayor eficacia, la empresa desplazó su administración hacia Córdoba, intentando fomentar desde aquí su cultivo a partir de esas fechas. Para lo cual diseñó contratos que se firmaron por vez primera en 1965. Con la ayuda del fichero de clientes de PROGRASA pudimos reconstruir exactamente las localizaciones de los primeros contratos de cultivo. El centro de gravedad está claramente situado en la región agrícola de la denominada «campiña» en la Baja Andalucía (véase Breuer 1980).

A modo de síntesis -y en lo que se refiere al fomento del cultivodel girasol en España- podemos establecer lo siguiente: una iniciativa económica particular del ramo de la industria transformadora de aceite resultó muy eficaz, siendo la que posibilitó por vez primera la realización de exitosas experiencias de cultivo en secano. Las localizaciones en donde tuvo lugar la aplicación son claramente de naturaleza casual. De particular significado es el hecho de que para el fomento del cultivo del girasol no se eligieron conscientemente zonas de acuerdo con sus características climáticas o edáficas, así como que tampoco se enlazó con una serie de conocimientos que ya se poseían -por ejemplo en la provincia conquense- como consecuencia de una serie de ensayos hechos con semillas de girasoles tostadas comestibles, las denominadas (pipas blancas). En la aplicación de la innovación los contratos de cultivo no desempeñaron aún un papel decisivo. En realidad fueron introducidos en un segundo intento, con el fin de fomentar y acelerar la predisposición para la adopción entre los campesinos, y, con ello, la difusión del cultivo.

Tipos de empresas y estrategias utilizadas

Todas las grandes empresas que han participado en la transfor­mación de los girasoles en aceite comestible son grandes compañías distribuidoras que se encontraban frente a un mercado creciente en lo que se refiere al aceite de semillas, por lo cual han desarrollado especiales estrategias de crecimiento que son muy diversas en detalle. Frecuentemente pudo detectarse una relación clara entre el tipo de empresa y la estrategia empleada. Debido a ello, a continuación diferenciaremos varios tipos entre las empresas españolas que han participado en la elaboración de aquel tipo de aceite.

El tipo I son compañías agroindustriales establecidas ya en la rama alimentaria cuando se inició el cultivo del girasol en España hacia mediados de los años sesenta, y que estaban orientadas prioritariamente hacia la elaboración o el enriquecimiento de materias primas nacionales. La localización de las instalaciones trans­formadoras de dichas empresas está situada generalmente en el mismo lugar en donde se encuentra la dirección de la empresa, muy frecuentemente dentro de la zona productora. En esta categoría se incluyen dos grandes grupos de productores según el tipo de la materia prima que elaboraran por aquel entonces:

A este grupo pertenecen tanto un número incontable de pequeños molinos de aceite que sólo poseen una importancia local, comotambién pocas grandes empresas, las cuales envasan y comercializan su aceite de oliva bajo la denominación propia. Gracias a su poder financiero y a su capacidad distribuidora y de promoción, las únicas compañías significativas a la hora de explicar la propaga­ción del cultivo del girasol han sido las grandes. Pudiéndose citar como ejemplo característico de este bloque a KOIPE S.A. Dentro de la tipología que acabamos de presentar únicamente son importantes en el caso de que, para obtener aceite comestible, transforman en régimen propio las semillas de algodón que se han logrado como subproducto en la producción de fibras. Antes de la introducción en España de los girasoles, las pepitas de algodón eran la única materia prima con una apreciable importancia económica, de la cual se obtenía aceite comestible a partir de la producción autóctona de semillas oleaginosas. De todos modos, el aceite prensado tenía que refinarse; operación que no ejecutaban estas compañías sino que la cedían a plantas especializadas en dicho proceso.En el caso de estas firmas elaboradoras de algodón hay que diferenciarlas en función de su estructura organizativa o de su forma jurídica, distinguiendo entre:

b1) Sociedades anónimas con inversores básicamente privados que poseían como concesión estatal hasta el año 1962 el monopolio de la contratación y de la elaboración del algodón nacional, habiéndose repartido entre sí, según sus intereses, las áreas de cultivo. Pueden citarse como ejemplos a CEPANSA e HYTASA.

b2) Cooperativas algodoneras creadas después de 1962 en las áreas cultivadoras, y que hacían la competencia a las primitivas empresas monopolizadoras. Un paradigma típico de las mismas es la Cooperativa Algodonera «Virgen de los Reyes» en Sevilla.

El tipo II está formado por empresas de nueva creación -la mayoría como resultado de aportaciones de capital privado-, surgidas tras el éxito de la implementación del girasol con el fin de poder transformar en aceite comestible las semillas oleaginosas (sobre todo girasoles, pero también cártamo y colza entre otras). Ejemplo de esta clase sería OLCESA.

Al tipo III pertenecen compañías agroindustriales que ya antes del comienzo del cultivo del girasol estaban concentradas exclusivamente en la transformación de semillas oleaginosas importadas (p. ej. las de soja). Como consecuencia de ello no tenían ningún tipo de relaciones comerciales con la agricultura local. El lugar en donde estaban situadas así como la dirección de la empresa era Madrid o una ciudad grande con puerto, como Barcelona,Cartagena, Valencia, Sevilla, Santander, San Sebastián, etc.; las cuales desempeñan también simultáneamente el papel de centros consumidores. En firmas de este tipo no es raro encontrarse casos en losque la participación del capital extranjero supera el 50%, existiendo igualmente otras que están controladas por multinacionales al 100%. Casos paradigmáticos de este grupo serían los de PROGRASA y CYNDASA.

Dentro del tipo IV nos encontramos con plantas refinadoras independientes. Por lo general no disponen de instalaciones propias para la obtención del aceite, sino que lo reciben en crudo de diversos suministradores. Normalmente representan el final de la cadena transformadora, envasan ellas mismas y distribuyen el aceite ya comestible en el mercado usando sus propias marcas. Con anterioridad al cultivo a gran escala del girasol, este tipo de división del trabajo estaba muy extendida en España. Entregando la casi totalidad de empresas elaboradoras de aceite a estas refinerías tanto el envasado como el refino de los aceites comestibles. De manera similar a lo ya expuesto para el tipo anterior, estas compa­ñías se ubican en las grandes ciudades, es decir, en los centros de consumo del país. Como ejemplos pudiéramos citar a ELOSÚA, SALGADO y SEMOSA.

La totalidad de los tipos de empresas a los que nos hemos referido transforman actualmente en aceites comestibles semillas de girasol, obtenidas a partir de una producción nacional. Con la excepción de las refinerías (el tipo IV), realizan también contratos de cultivo de girasol con los productores agrarios individuales.

Para mantener o elevar el porcentaje del mercado que controlan, las diversas compañías han desarrollado y puesto en práctica estrategias específicas muy distintas, a las que no podemos dedicar aquí el espacio que merecen. Los resultados de mis propias investigaciones -consúltese Breuer (1985)- han puesto de manifiesto que los diferentes tipos de empresas han participado por muy diversos motivos en la propagación del cultivo del girasol. También hemos observado que la totalidad de las estrategias empleadas -siempre que sean aprehensibles formal y empíricamente-, hay que reducirlas a unas pocas variantes estructurales de las acciones emprendidas. Entre las que se encuentran:

- La ampliación de las ramas de transformación (o la denominada «integración vertical»). Como ejemplo puede sernos muy útil la compañía KOIPE S.A.,la cual, apoyándose en su capacidad financiera, aspiraba a la creación de una cadena vertical y cerrada de elaboración que cubriese desde el primer prensado de aceite hasta su envasado y comercialización.

- Cambios organizativos en /as empresas, como, por ejemplo, las ventas, las participaciones, las fusiones, etc. Las grandes transacciones de esta clase y los problemas que conllevan sirven también a veces como tema de discusión político-económica en la prensa.3

- La creación de pequeñas agencias en la zona de cultivo.

Las agencias como preparadoras de la difusión

Tal y como lo expondremos a continuación, las agencias locales -como uno de los componentes de las estrategias estructurales a las que acabamos de hacer mención poseen una significación especialmente alta en lo que respecta a la difusión propiamente dicha del cultivo del girasol.

La función de los agentes locales es doble: por un lado, lograr que los potenciales adoptantes establezcan por primera vez un contrato de cultivo de esta planta con la firma a la que ellos representan; y/o, por el otro, atraerse a antiguos clientes que pasaron a colaborar con empresas de la competencia. La totalidad de las compañías que se esfuerzan por comprar semillas de girasol mediante el contacto directo con el productor agrícola, utilizan la forma organizativa de agencias. De este modo se confirma la regla formulada por Brown (1975), según la cual toda innovación propagada le es acercada al adoptante potencial a través de una agencia ("agency").

En las figuras n.° 4, 5 y 6 están representadas tres redes de agencias que corresponden a otras tantas empresas, usando para ello un sencillo mapa en el que durante 1978 o 1979 aparecen las correspondientes distribuciones, empleándose un punto para cada agencia.4

La distribución espacial de las localizaciones de las agencias revela muy bien la clase de estrategia empleada por cada compañía, la cual, nuevamente, es dependiente del tipo al que pertenezca (véase el epígrafe 4.2).

La Cooperativa Algodonera en Sevilla por citar un caso, véase la fig. n.° 4 se viró también obligada a transformar semillas de girasoles debido al regresivo desarrollo del algodón en Andalucía. Sin embargo, este cambio estructural no significó de ningún modo una ampliación espacial de las actividades de la empresa. Sino que su red de agencias pone más bien de manifiesto el carácter autónomo y la rígida vinculación de la empresa a la provincia sevillana o a sus inmediatas cercanías. Debido a lo indicado en sus estatutos, o bien no se persiguió una expansión espacial de las actividades de la empresa o los intentos realizados a este respecto se vieron dificultados por los mecanismos decisorios cooperativos. De este modo, dicha cooperativa ha contribuido a la difusión del cultivo del girasol en la Baja Andalucía, pero no ha participado prácticamente en su difusión a nivel nacional.

La empresa KOIPE S.A. ha tenido un comportamiento totalmente diferente no habiéndose conformado con una adaptación estructural a los cambios experimentados por la demanda, puesto que fundó una sociedad para la elaboración de aceite de semillas (KOIPESOL) y amplió la cadena de producción con una planta propia de refino. Con el fin de poder ampliar la obtención de materias primas en el lugar en donde se cultivan, esta compañía se ha expandido más bien por el país, para poder asegurarse de este modo a largo plazo la plena ocupación de las instalaciones trans­formadoras. Debido a ello, las agencias de KOIPE estaban representadas ya en el año 1978 en el secano de casi toda la España interior. Por esta razón, KOIPE S.A. ha participado muy intensamente en la difusión nacional del cultivo del girasol.

Dentro de este contexto, la estrategia usada por PROGRASA es una variante con caracteres propios, al estar encaminada, sobre todo, hacia la participación en empresas o hacia la adquisición de las mismas. Mediante una consciente compra de industrias ya establecidas, la dirección central de esta firma pudo disponer de inmediato de las importantes relaciones comerciales que tenían las empresas adquiridas. Con ello PROGRASA explotó las correspondientes posibilidades de influir en distintos ámbitos espaciales sobre la producción agrícola de materia prima o sobre los diversos mercados regionales.El resultado -véase la fig. n.° 6- es similar alalcanzado por KOIPE S.A., pues también PROGRASA está extendida por todo el territorio nacional a través de sus agencias.

La red de agencias de PROGRASA muestra además otra particularidad, a saber, un sistema reducido de agentes principales, los cuales, a su vez, dan empleo a un número mayor de subagentes (veáse la fig. n.° 7). Con lo que, de este modo, se alcanza una distribución que cubre la mayoría de la superficie en las zonas potenciales de cultivo. Los agentes principales de este tipo son mayoritariamente empresarios autónomos de las más diversas ramas -desde el comercio de maquinaria agrícola hasta las oficinas de seguros-, los cuales poseen una pequeña red de agentes de importancia local que ponen al servicio de PROGRASA.

Lo expuesto hasta el momento puede sintetizarse del siguiente modo:

a) Tanto en la fecha de aparición como en la distribución regional y en la estructura organizativa de las redes de agencias se ponen de manifiesto distintas estrategias empresariales, según el tipo al que pertenezca la compañía.

b) La creación y la estructura de las agencias responde nuevamente por su parte una difusión propia, si bien están representadas formalmente todas las clases: la red de agentes no jerárquica representa un tipo de difusión dependiente del contacto, es decir, una difusión por proximidad; mientras que el sistema de agentes principales y subagentes da lugar a una difusión jerárquica. En la mayoría de los casos se trata de una difusión «expansiva» en la que el agente como portador de la información está vinculado a una determinada localización; y más raramente de una difusión arelocatina» en la que el agente mismo se desplaza. Los propagadores deuna innovación, probablemente de modo inconsciente, copian conello los mecanismos de la expansión de la innovación, confirmando indirectamente la validez del correspondiente marco teórico sobre la estructura espacial de las difusiones.

¿Cómo puede medirse ahora laeficacia de las agencias locales en lo que se refiere a la difusión del cultivo del girasol?. Para responder a esta cuestión se comparará la red de las localizaciones de las agencias con los lugares en los que la correspondientecompañía pudo adquirir realmente semillas de girasol. La comparación se realiza -apoyándonos en una malla cuyo lado cubre 25 kilómetros- mediante el coeficiente de similaridad cp(Phi).5

El coeficiente de similaridad cp calculado con una matriz de cuatro entradas es el índice más corriente de centrado: cuanto más se acerca al valor de uno (e independientemente del signo) tanto mayor es la similitud de las muestras que se han comparado en lo que se refiere a la distribución de puntos.

Dicho coeficiente se ha calculado para constelaciones muy diversas -véase la fig. n.° 8-. Valores especialmente altos se alcanzan de modo característico a la hora de comparar las localizaciones de las agencias y los lugares en los que las correspondientes compañías efectuaron sus compras de semillas de girasol. Así, por ejemplo, y en el caso de PROGRASA, para la distribución de las agencias y la de los centros reales en donde se efectuaron las compras se obtiene un valor de 0,70; y en el caso de KOIPESOL (ubicaciones de la compra en 1978; localización de las agencias en 1979) el valor de y llega hasta 0,71 (si se detectara un valor igual a 1 significaría la plena concordancia de ambas distribuciones de puntos). Sin embargo, no puede esperarse, una total correspondencia entre las ubicaciones de la cosecha y las de las agencias puesto que, precisamente, los esfuerzos del agente se dirigen también hacia la adquisición de semillas de girasol fuera de su propio lugar de residencia. Al parecer, la eficiencia de los agentes no difiere mucho de una empresa a otra. Aspecto este reforzado por el valor del coeficiente (alrededor de 0,70) que presentan tanto PROGRASA como KOIPESOL.

El cálculo de la similaridad confirma también desde una perspectiva cuantitativa que la distribución espacial de las agencias de una empresa determina ampliamente las localizaciones en las que se adquirirán más tarde las cosechas; es decir, que en la congruencia espacial se pone de relieve la eficacia mensurable de aquellas para la expansión de la correspondiente firma, y, con ello, simultáneamente, para la difusión del cultivo del girasol.

Sin embargo, las actividades espaciales de las agencias de determinadas empresas son solamente la expresión del objetivo básico de los empresarios industriales: la compra y su posterior elaboración de cantidades grandes de semillas de girasol. Si rela­cionamos dichas cantidades con las correspondientes localizacio­nes, entonces, los mapas bidimensionales de las distribuciones de puntos reciben otra tercera dimensión. En la que se refleja el diferente éxito regional de las actividades de las agencias, lo cual puede plasmarse también de modo gráfico tal y como lo hemos hecho en las figuras n.° 9 y 10. La representación se basa nuevamente en una malla en la que cada lado del cuadrado tiene una longitud de 25 Kms. La valoración por punto -es decir, la cantidad de la cosecha obtenida por localización- ha sido nivelada por razones que tienen que ver con la técnica gráfica. Uno (o varios) picos -«peaks»- señalan por ello de modo extraordinario las grandes cantidades de girasol que se han comprado en una localidad determinada.

La expansión escalonada de la industria transformadora y la difusión del girasol

Hasta el momento, hemos puesto de relieve que una empresa elaboradora de girasol está ampliamente condicionada desde una perspectiva regional por la creación de agencias contratadoras locales. Si bien hay que tener presente que en la propagación del cultivo del girasol participan múltiples compañías que compiten entre sí.

A continuación mostraremos la contribución individual de las empresas aisladas a la difusión efectiva del cultivo del girasol, indicando también las posibles regularidades. Con el fin de evitar confusiones terminológicas, todas las actividades por parte de una compañía encaminadas hacia la ampliación del espacio serán ca­racterizadas como «expansión», mientras que el concepto de la «difusión» espacial lo reservaremos para la extensión del cultivo de girasol mismo en el conjunto de España.

La documentación de la expansión empresarial se basa sobre todo en una análisis cuantitativo de numerosos mapas de distribuciones de puntos. El procedimiento normalizador escogido se emplea a dos niveles de distinta potencia resolutiva espacial.

En una primera aproximación obtenemos el centro de gravedad de la distribución discreta de puntos. El cual sirve como punto medio de un círculo cuyo radio se calcula proporcionalmente a las varianzas de los valores de X e Y de la muestra de la distribución de puntos. Como ejemplo puede sernos útil -véanse las fig. n.° 11 y 12- el mapa de la distribución de localizaciones en las que PROGRASA adquirió las cosechas en el año 1982.

Esta representación adquiere su específico valor solamente en el caso de que se la compare con diversas distribuciones de puntos, y, por lo tanto, por ejemplo, también en la plasmación gráfica de una secuencia temporal. El caso de PROGRASA (véase la fig. n.° 13) nos muestra como rasgos básicos los siguientes:


 
 

Pese a lo expuesto, este tipo de análisis es aún insuficiente en el caso de que se aspire a un enfoque diferenciado regionalmente del proceso de expansión. Debido a ello, las distintas distribuciones de puntos y su desarrollo temporal se investigan con más deteni­miento en un segundo enfoque con la ayuda del análisis cluster 6.

La figura n.° 14 nos ofrece dos variantes para una representación diferenciada del tipo cluster. La base de ambos gráficos es nuevamente la distribución de las localizaciones de las cosechas adquiridas por PROGRASA en el año 1982 (cartografiada en la fig. n.° 11). En la parte izquierda de la figura n.° 14 se han subdividido estas ubicaciones en tres agrupaciones, y en el lado derecho estas mismas localizaciones se han reunido en cinco grupos regionales. En ambos casos, para cada uno de estos grupos se dibuja un círculo siguiendo el procedimiento mencionado en las líneas anteriores.

Por otra parte, es posible también pasar los resultados del análisis de las agrupaciones -representadas como círculos- a los primeros mapas de distribuciones de puntos. A la vez, se pueden superponer varias distribuciones de puntos, en el caso de que se dibujen solamente los círculos como expresión abstracta de la primitiva agrupación de puntos.

El resultado de los análisis de la expansión de PROGRASA es digno de mención (véase la fig. n.° 15), gracias, en buena parte, a las posibilidades de comparación que nos ha ofrecido el programa CLUSTAN. La región de partida de las actividades empresariales de PROGRASA es la Andalucía Occidental, en donde esta compañía ha mantenido su presencia espacial desde 1965. Solamente a partir del año 1975 se procuró una segunda zona de acción, la de la Mancha; primeramente en su parte meridional, y, más tarde, en la septentrional. Como último acto -de momento-, dicha firma se atrevió en 1978 a dar el salto a la submeseta norte.


 
 

Dentro del conjunto español, la expansión de PROGRASA se efectuó por lo tanto esporádicamente, es decir, que no fue continua desde el punto de vista espacio-temporal y sólo mantuvo una dirección constante en el caso de que utilicemos un enfoque a gran escala.

Hay muchas razones para pensar que los mecanismos expuestos referidos a la expansión empresarial pueden ser ampliamente generalizados. La expansión de KOIPESOL -por citar otro caso, véase la fig. n.° 16- es muy similar en su muestra espacial a la de PROGRASA. Lo cual es válido tanto para el conjunto de su expan­sión dirigida hacia el norte (véase de nuevo la correspondiente modificicación del centro de gravedad) como también para la for­mación paso a paso de centros de actividad regionales. La mayoría de estos «clusters» coinciden espacialmente o están muy cercanos a los de PROGRASA (en la Baja Andalucía, en Castilla la Vieja, etc.). Es evidente que tanto KOIPESOL como PROGRASA son empresas que aspiran a lograr una expansión nacional, dado que persiguen la obtención del máximo de beneficios posible.

Esto no tiene que ser siempre así. La cooperativa algodonera en Sevilla limita regionalmente sus actividades a Andalucía, si bien en la segunda mitad de los años setenta se detecta un lento desplazamiento del centro regional de las actividades hacia el Este. La cooperativa es por ello un ejemplo de una empresa que no quiere (¿o no puede?) extenderse fuera de los límites regionales (véase la figura n.° 17).

Finalmente, nos falta caracterizar aún la relación existente entre la expansión de una empresa aislada -que por intereses comerciales propaga el girasol- y la difusión nacional de dicho cultivo. En cierto modo, la competencia multipolar de la oferta entre las distintas sociedades propagadoras origina como resultado el que las compañías elaboradoras se repartan regionalmente entre si el «mercado» de los productores agrarios. Los centros regionales de actividades de los diferentes empresarios industriales que han podido detectarse -los «cluster»-, no se deben en absoluto al azar; sino que crecen a partir de necesidades objetivas que tienen que ver con la economía de la empresa: en plena expansión industrial, el análisis relativo a los costes y beneficios de la actividad empresarial exige que una compañía como PROGRASA o KOIPE concentre regionalmente su inversión en capital y personal.

Si pese a todo se suman las actividades de todos los propagadores, entonces, el resultado que se obtiene es una densifícación del girasol por toda la superficie española, con lo que se «nivelan» en su mayor parte las diferencias regionales causadas por las distintas empresas.

Y algo similar ocurre para el proceso de difusión propiamente dicho: si bien en la adición espacial de las diversas expansiones llevadas a cabo por las empresas -entendidas de modo similar a una proyección óptica acumulativa- se nivela la expansión espacio-temporal (discontinua y realizada escalonadamente en sus comienzos) del propagador individual, convirtiéndose, aparentemente (!), en un proceso espacio-temporal continuo, hay que tener presente que esta primera impresión puede surgir también como consecuencia de un primer enfoque muy superficial. Pero, como lo acaba de poner de manifiesto el análisis espacialmente detallado que hemos realizado, en realidad la difusión de una innovación propagada por múltiples ofertantes que compiten entre si se lleva primitivamente a cabo paso a paso desde el punto de vista espacio-temporal, es decir, discontinuamente.

SÍNTESIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

El objetivo de la investigación que acabamos de exponer era el de mostrar las influencias orientadoras ejercidas por los denominados «propagadores» de una innovación sobre los procesos de adopción y de difusión. La difusión del cultivo del girasol se ha realizado a escala nacional. Debido a ello, el análisis no ha estado dirigido hacia los adoptantes individuales sino que se ha ocupado prioritariamente de las muestras espaciales de la aplicación y de la difusión.

En el comienzo de esta última nos encontramos con la apli­cación de la innovación por parte del propagador. Con la instalación de las agencias en la zona prevista para el cultivo, los propagadores comienzan a ejercer una función básicamente publicitaria.

Puede demostrarse que la instalación de tales agencias anuncia generalmente, a grandes rasgos, la posterior muestra de difusión espacial, puesto que el lugar y la fecha de la creación de aquellas decide sobre dónde y cuando está disponible una innovación para los adoptadores potenciales. Por lo tanto, la adopción temprana en una determinada zona no es en ningún modo la expresión de una particular predisposición local respecto a la recepción de innovaciones, sino el resultado de una aplicación externa llevada a cabo con éxito por la industria alimentaria con la ayuda de las agencias.

El proceso de difusión se puso en marcha tan rápidamente porque, en el momento de la crisis del algodón -es decir, en una situación en la que un amplio círculo de adoptantes potenciales seencontraban bajopresión económica-, los girasoles pudieron ofrecerse como alternativa. Además era necesario que su adopción estuviera vinculada con un bajo riesgo financiero; que exigiera únicamente cambios poco significativos en la estructura de la ex­plotación; y que, simultáneamente, gracias a los precios garantizados, pudiera prometer la obtención de unas ganancias estables.

En otro caso similar (Breuer 1979, pág. 35) con ejemplos relativos a la difusión, he sintetizado todo esto utilizando el término de la adopción por necesidad; habiendo indicado también ejemplos que pudieran traerse ahora a colación. Si bien es cierto que con los girasoles no puede decirse que las explotaciones agrícolas se encontraran en una situación de auténtica «necesidad», sinembar­go, sin la crisis económica del algodón la difusión del cultivo de aquellos no habría despertado entre los primeros adoptantes una predisposición tan fuerte a la adopción. De modo similar a la sucedido en otros estudios que se han ocupado de la difusión, hemos de resaltar que los parámetros estructurales que afectan al adoptante tienen una gran importancia en el estadio inicial de la difusión. Perdiendo su eficacia para la adopción definitiva con el paso del tiempo, tal y como, por ejemplo, puede comprobarse en los trabajos de Bahrenberg-Loboda (1973) y Borugier (1980).

En la misma manera que se debilitan los parámetros estructurales que afectan al lado de la demanda, crece la influencia de las medidas que toma el propagador. En un contexto en el que existe una competencia multipolar entre la oferta realizada por las industrias transformadoras de aceite, los contratos para cultivar girasol son un elemento central de una estrategia orientada hacia el creci­miento, pues las distintas compañías están interesadas prioritariamente en vender el máximo posible.

Un importante componente de la estrategia consiste en la creación de una red de agencias propia, la cual precede a la difusión definitiva del cultivo de girasol.

Debido a consideraciones de tipo económico, los distintos propagadores buscan concentrar regionalmente lo más posible las agencias locales de nueva creación. Por ello -dependiendo del tipo de estrategia empleada y de la potencia económica de la empresa-, los nuevos centros regionales de actividad se van creando siempre según una secuencia temporal de tal manera que la firma se expande con sus agenciaspaso a paso. Dado que estas últimas determinan en buena parte la difusión de la innovación propiamen­te dicha, de la estrategia de los propagadores se deriva una difusión espacio-temporal discontinua de un centro de actividad («cluster») a otro. Con otras palabras: el cálculo de viabilidad económica realizado por cada empresa agroindustrial, en Io que se refiere a la propagación de la innovación en el espacio rural, tiene como consecuencia una adopción regional en forma de aglomeraciones.

Llegado este momento se impone aquí la comparación con un tipo de expansión de la innovación en forma de ondas: el ejemplo del cultivo del girasol muestra que cuanto más nos alejamos espacial y temporalmente del centro de la innovación, en lugar de ondas espacialmente concéntricas aparecen aglomeraciones («cluster») espaciales de localizaciones de adopción. En un corte o perfil geográfico -del tipo con el que se suelen ilustrar las ondas innovadoras, véase Windhorst (1975); Giese (1978) y Schnell (1980)-estas diferencias no son perceptibles. Seguramente, algunas de las «ondas» innovadoras que son aprehensibles empíricamente podrían aparecer como centros de adopción aglomerados espacialmente, en el caso de que empleáramos un adecuado enfoque espacial.

Notas

1. El porcentaje relativo de los adoptantes reales en relación con el número total de los adoptantes potenciales.

2. A los veinte años del establecimiento del cultivo del girasol en España, los contratos de cultivo han perdido su primitiva significación. De manera particular las explotaciones agrícolas casi no se sienten vinculadas hoy en día a las obligaciones que tienen que cumplir en lo que se refiere a la entrega de sus cosechas.

3. A este respecto podemos citar a modo de ejemplo dos casos: la Compañía Industrial de Abastecimiento -CINDASA-, controlada mayoritariamente por la firma norteamericana CARGILL, pudo comprar el hasta entonces grupo español de empresas PROGRASA, véase el diario ((El País» del 11.7.1984, pág. 43. El grupo francés LEISEUR COTELLE, que hasta el año 1980 poseía el 49,9% de las acciones de KOIPE, logró adquirir la conocida refinería CARBONELL, consúltese «El País» del 17 de junio de 1984, págs. 70-71.

4. En la mayoría de los casos los «agentes» son personas individuales, las cuales hacen propaganda en el lugar donde residen o en sus inmediaciones para que se cierren contratos de cultivo con las empresas a las que representan. Además, este tipo de actividad laboral tiene un carácter complementario con relación a otras. Debido a ello, la red de agencias es normalmente muy densa, pudiéndose encontrar en las localidades grandes dos agentes que trabajan de manera independiente. Por lo general, los agentes están vinculados a un determinado lugar. Además, hay también agentes móviles que se desplazan desde el lugar de residencia de la empresa o de la sucursal. Su área de acción está limitada por la distancia con respecto a la dirección de la compañía. Debido a esto -tan pronto como la empresa se extiende más allá del ámbito local- este principio de organización se abandona habitualmente en favor de una red fija de representantes de los intereses de la empresa (p. ej., el caso de CEPANSA). También se ha consolidado un tercer sistema, a saber, la utilización ocasional -con frecuencia meramente en los comienzos de una red de agencias ajenas a la firma. Pudiéndose citar como caso típico a KOIPESOL, la cual, temporalmente, realizó sus contratos a través de la PRODUCTORA ANDALUZA DE SEMILLAS S.A.

5. Dicho coeficiente se obtiene a partir de la prueba de X2 como. calculándose a través de la matriz de cuatro entradas para los datos de salida que se presentan ordenados bidimensionalmente. Entre otros lugares, este método encuentra aplicación en la geografía botánica, para, por ejemplo, comprobar la similaridad existente entre las muestras de distribución dos tipos distintos de plantas.

    Las correspondientes operaciones de cálculo se realizaron con un TR 445, usando el paquete de programas CLUSTAN, el cual se basa en el método de WARD (1963). Se trata de un análisis cluster de tipo «aglomerativo», es decir, que parte de las localizaciones aisladas y las reune sucesivamente en grupos. El parámetro más importante es la distancia que existe entre los puntos.
     

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