Scripta Nova  Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 45 (15), 1 de agosto de 1999
 

IBEROAMÉRICA ANTE LOS RETOS DEL SIGLO  XXI.
Número extraordinario dedicado al I Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

GESTIÓN INTERNACIONAL DE RECURSOS HÍDRICOS: EL CASO DEL ACUÍFERO GIGANTE DEL MERCOSUR.

Pedro Costa Guedes Vianna
Doctorando en Geografía Física de la Universidad de São Paulo 


La aparición de bloques económicos comerciales regionales como configuración de los procesos de globalización económica está acompañada en este fin de siglo por la aparición de una globalización de la problemática ambiental como resultado de la maduración del ambientalismo multisectorial de carácter internacional. Existe por lo tanto un contexto complejo donde dos problemáticas se relacionan entre sí, no siempre de modo convergente: de un lado, la globalización económico-comercial y, del otro, la globalización ambiental(1).

Los territorios, inclusive sus recursos, necesitan de estudios profundos frente a esos procesos recientes de nuevas definiciones por los que pasa el espacio mundial. Al avanzar en dirección de un mundo sin fronteras, o con fronteras más permeables, surge una nueva territorialización.

Ese proceso ocurre en un momento de desmantelamiento de los aparatos estatales, desreglamentación y disminución del campo económico de acción de los Estados-naciones. En América Latina este cuadro es típico, con la redefinición del papel del Estado y el paso al sector privado de importantes servicios básicos ( entre ellos, el de abastecimiento público de agua). Esta situación se agrava si consideramos el hecho de que nuestras sociedades no mostraron, hasta el momento, fuerza social para enfrentarse a este nuevo cuadro. En el pasado reciente el Estado monopolizó algunos sectores de la economía y la explotación de muchos recursos; por eso no sintió necesidad de reglamentar su uso. El agua no fue excepción, pues fue y es considerada como un recurso estratégico. Claude Raffestin es muy explícito al respecto:

"El agua, como cualquier otro recurso, es motivo para relaciones de poder o de conflictos. El control y/o la posesión del agua son sobre todo de naturaleza política, pues interesan a una colectividad. Las relaciones conflictivas que se traban a propósito del agua son observables en gran escala, como por ejemplo en las zonas irrigadas sometidas al reparto de aguas, o en pequeña escala, donde dos naciones disputan entre sí una cuenca hidrográfica"(2).

La hidropolítica es ya uno de los temas más importantes en el mundo. En una Humanidad que se proyecta sin fronteras, los cursos de agua y otros elementos hídricos fueron usados en el pasado como fronteras, mientras que, en otras situaciones cruzaron fronteras. Actualmente estos cursos de agua y elementos hídricos deben ser objetos de acuerdos a gran escala que ayuden a viabilizar su uso correcto y su control por la sociedad. En este caso están los diversos acuíferos subterráneos que cruzan fronteras; entre ellos las que con un área superior a 1.194.000 km2, se extiende desde la cuenca del Paraná hasta la cuenca del Chaco-Paraná, comprendiendo parte de los territorios de Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina(3) (figura 1).

En el planeta existen hoy diversos focos de tensión centrados en los recursos hídricos. El acuerdo de paz entre Israel, Palestina y otros países árabes fronterizos está tropezando también en el uso del agua. En África del Sur, debido a la herencia del apartheid, 14 millones de sudafricanos, de un total de 40 millones, tiene acceso insuficiente al agua. En este país los propietarios de tierras tienen el derecho legal de captar todo el agua que pasa por sus tierras. Se espera por parte de los grandes hacendados blancos mayor resistencia a la reforma hídrica que a la reforma agraria.

Acordar, reglamentar, proteger y usar en una perspectiva autosustentable los recursos hídricos es una tarea inmediata y urgente, bajo el riesgo de futuros desastres ecológicos o aún de foco de conflictos. En el mundo y en Brasil son muchos los ejemplos de acciones nocivas al equilibrio ambiental, entre ellos la devastación de selvas, la obstrucción de ríos y embalses y también la contaminación de los acuíferos. Diversos autores, entre ellos Cano (1994) y Caubert (1991), han abordado el tema referente al Derecho Internacional y los recursos hídricos en la cuenca del Plata. Muchas cuestiones como la administración unilateral o bilateral de los ríos y caídas de agua o cascadas de la región han sido abordadas por estos autores. También se han firmado algunos tratados que han sido luego sustancialmente alterados por otros, como el caso de los Tratados de Brasilia de 1969 y la Declaración de Asunción.

El pasado de la cuenca del Plata, sus conflictos, los incidentes y polémicas acerca de la instalación de Itaipú, a la par de un conocimiento incipiente de las principales características del Sistema Acuífero Gigante, principalmente en la formación Botucatu (Tacuarembó en Uruguay, Misiones en Argentina) demuestran la necesidad de estudios que den soporte técnico, político y social a acuerdos de usos múltiples y democráticos de este importante recurso presente en la cuenca del Paraná. Los conflictos de intereses pueden afectar no sólo a países. Dentro de Brasil es conocido el hecho de que São Paulo y Paraná tienen divergencias acerca del aprovechamiento del río Paranapanema. También, comunidades distintas, como los muchos casos de poblaciones expulsadas por la construcción de embalses, están entre los focos de tensión. Observar el conflicto bajo este aspecto debe ser, también, papel de la moderna investigación geográfica.
 

La legislación ambiental y recursos hídricos en el contexto del Mercosur.
 

Hechos recientes en la historia de la Humanidad han mostrado una preocupación por la preservación y utilización racional de los recursos hídricos. Entre muchos eventos podemos citar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente en Estocolmo (1972), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua en Mar del Plata (1977), la Conferencia Internacional sobre Agua y Medio Ambiente en Dublin (1992) y el Eco 92 en Río de Janeiro (1992). En este punto se busca localizar las preocupaciones con la preservación del medio ambiente y más específicamente de los recursos hídricos con relación a las acciones concretas y tentativas de producción de tratados, acuerdos y normas internacionales referentes al tema propuesto. Ya en el Congreso de Viena en 1815 el tema de los ríos internacionales era abordado por documentos internacionales. En este texto los cursos de agua internacionales eran clasificados contiguos (cuando servían de límites entre estados) y sucesivos (cuando atravesaban dos o más estados). En 1966 la Internacional Law Association lanzaba las Helsinki Rules(4), que definían una cuenca hidrográfica internacional como una área geográfica que cubre dos o más Estados determinada por los límites fijados por las divisorias de agua, inclusive las aguas de superficie y las subterráneas, que desembocan en un punto final común(5). A su modo, Brasil y Argentina usaron en su interés las definiciones arriba citadas para basar sus posiciones con relación al aprovechamiento hidroeléctrico del tramo del río Paraná ( frontera Brasil-Paraguay-Argentina), donde hoy está la presa de Itaipú.

En el capítulo 18 de la Agenda 21 que trata de los recursos hídricos, se destaca la preocupación con la preservación del agua y la necesidad de cogestión en recursos hídricos en las áreas de fronteras:

"La escasez generalizada, la destrucción gradual y el agravamiento de la polución de los recursos hídricos en muchas regiones del mundo exigen la planificación y manejo integrados de esos, incluyendo tanto las aguas de superficie como las subterráneas, llevando en consideración los aspectos cualitativos y cuantitativos. Los recursos hídricos transfronterizos y su uso son de gran importancia para los Estados ribereños. En este sentido la cooperación entre esos Estados puede ser deseable en conformidad con los acuerdos existentes y con otros arreglos pertinentes, tomando en consideración los intereses de todos los Estados ribereños involucrados"(6).

El desarrollo de bancos de datos interactivos y su vinculación a sistemas de informaciones geográficas así como la asimilación de datos obtenidos por sensores remotos, son recomendados siempre que sea posible para la creación de redes de informaciones sobre bases hídricas. Claro que no se pretende llegar a legislar sobre la adopción de técnicas, pero queda la preocupación de la normalización para una armonía entre las bases de datos de los diversos países, lo que si no es hecho en las fases preliminares de los proyectos de levantamientos, estudios y pesquisas, puede dificultar en mucho la integración de esfuerzos.

La protección a los recursos hídricos en la legislación internacional, es tratada dentro de la cuestión ambiental, aunque otros aspectos relativos al agua sean tratados en temas como transporte por navegación, generación de energía y salud entre otros. En el caso del Mercosur fueron creados diez Sub-Grupos de Trabajos, ninguno de ellos sobre la cuestión ambiental. Este tema ha sido objeto de Reuniones Especializadas de Medio Ambiente, las llamadas REMAS. Esto, por sí sólo, muestra que la preocupación ambiental llegó atrasada en la discusión del Mercosur. La primera REMA se realizó el 29-30/11/93 en la ciudad de Montevideo, más de dos años después del Tratado de Constitución del Mercosur. Así, por supuesto, será dentro de las REMAS que se buscará insertar las medidas necesarias para la protección y preservación de los Recursos Hídricos, entre ellas la normalización y protección de los acuíferos de forma compartida.

Es visible la preocupación con la vinculación a documentos internacionales bajo patrocinio de las Naciones Unidas. En los objetivos específicos se nota la preocupación con un cierto desequilibrio interno entre las legislaciones ambientales restrictivas y su relación con el mercado mundial. Se busca contribuir a establecer en materia ambiental condiciones de adecuada competitividad entre los Estados participantes y establecer condiciones de adecuada competitividad externa de los productos originarios del MERCOSUR(7)

Es importante notar que diversos países adoptan diferentes medidas de protección ambiental. Esto implica que las industrias de los países que tienen normas rigurosas pueden perder competitividad y mercados con relación a otros países con normas menos restrictivas. El mismo pensamiento es válido para la explotación de un recurso internacional como el acuífero de Guaraní, con la preocupación extra de que su explotación sin criterios en un lugar puede afectar su potencial cualitativo y la calidad de su agua en otros locales. Esto podría ser solucionado dentro del principio de la negociación de políticas ambientales equiparables, adoptada en la UE.

La legislación, de un modo general, representa la cristalización de situaciones políticas, mientras, la legislación internacional representa a su modo, cristalizaciones de la geopolítica. Es importante analizar que el derecho en la era de la globalización es un derecho sin contenido legal, sus premisas son holísticas. Es necesario tratar con cuidado estos aspectos, ya que la naturaleza (como la cultura y los hombres), aunque global en ciertos aspectos, guarda mucho de local y específico. Este parece ser especialmente el caso del Acuífero Gigante del Mercosur.
 

Datos básicos sobre el Acuífero Gigante del Mercosur
 

El término, Acuífero gigante del Mercosur, es parte del Sistema hidroestratigráfico Mesozoico que incluye, al Acuífero Triásico (formaciones Pirambóia / Rosario do Sul en Brasil y formación Buena Vista en Uruguay) y al Acuífero Jurásico ( formación Botucatu en Brasil, formación Misiones en Paraguay, formación Tacuarembó en Uruguay y Argentina). Acuífero Guaraní se llama ahora como su nombre formal, siendo este hecho uno resultado del esfuerzo de cooperación llevado a cabo entre los expertos en recursos hídricos de los diferentes países afectados.

El acuífero se encuentra confinado, por los basaltos de la formación Serra Geral en su parte superior, y por las rocas sedimentarias de baja permeabilidad del permo-triásico en su base. Es uno de los mayores del mundo y cubre aproximadamente un área de 1.194.000 km2, siendo 839.000 km2 de la cuenca del Paraná y unos 355.000 km2 de la cuenca del Chaco-Paraná. Por países abarca: Uruguay con 58.500 km2, Paraguay con 71.700 km2, Argentina con 225.500 y Brasil con 840.000 km2 (figura 2). El espesor más común del acuífero es de 200 metros, pero supera los 600 metros en un gran eje de dirección NNE-SSW, paralelo al río Paraná, y llega hasta 800 metros a lo largo del río Uruguay(8) (figura 3).

Está considerado como un de los mayores depósitos subterráneos de agua dulce del mundo. Sobre la base de información geológica e hidrogeológica, se ha llegado a estimar que el volumen de reservas de agua dulce, es del orden de los 40.000 km3. La recarga se estima entre 160 y 250 km3/año y las reservas explotables en 40 km3/año, lo que sería suficiente para abastecer a una población del orden de los 360 millones de personas, con una dotación de 300 litros por habitante y por día. Datos disponibles de Brasil indican que en este país actualmente más de 300 ciudades con poblaciones que varían entre 5.000 y 500.000 habitantes, son abastecidas por el Acuífero Guaraní(9).

En el Estado de São Paulo, las aguas subterráneas de todos los acuíferos producen aproximadamente 1.100.000 m3/día en un total de más de 2.600 pozos. En el interior de este Estado las aguas subterráneas abastecen a más de 5.500.000 habitantes(10). En su vecino Estado del Paraná el 17 por ciento de la población está abastecida por los recursos hídricos subterráneos, lo que significa una población de la orden de 1.100.000 habitantes(11).

Aunque los grandes centros metropolitanos del Mercosur; São Paulo, Rio de Janeiro Belo Horizonte, Porto Alegre, Buenos Aires y Montevideo, no están sobre el acuífero, no se puede descartar esta reserva del agua para el futuro. Por ejemplo, la región metropolitana de São Paulo con sus 18 millones de habitantes está a tan solo 200 km en línea recta de las zonas productoras del acuífero Guaraní. El acuífero Guaraní es una reserva estratégica de la cual las poblaciones sobre ella asentadas deben procurar utilizar de forma a no causarle danos, sobretodo a la cualidad de suyas aguas.
 

Bibliografia
 

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Notas
 

1. A.G. Oliveri. 1995.

2. C. Raffestin. 1993, p 98.

3. El término cuenca en este caso se refiere a la Cuenca Hidrogeológica, no necesariamente concidente con la Cuenca Hidrográfica.

4. Documento que buscó una normalización en definiciones en Derecho Ambiental editado por Internacional Law Association

5. G. E. N Silva, 1994.

6. CAMARA DOS DEPUTADOS. 1995, p 23.

7. MERCOSUR. 1993.

8. L.M. Araujo et all. 1995.

9. Montaño, J. et alli. 1998.

10. CETESB. 1997

11. PARANÁ. 1998.
 
 

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