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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 69 (12), 1 de agosto de 2000

INNOVACIÓN, DESARROLLO Y MEDIO LOCAL.
DIMENSIONES SOCIALES Y ESPACIALES DE LA INNOVACIÓN

Número extraordinario dedicado al II Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

CARTOGRAFÍA Y GEODESIA: LAS INNOVACIONES DE LA OFICINA DE MENSURA DE TIERRAS DE CHILE A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX (1907-1914).

Lily Alvarez Correa.
Doctoranda en Geografía Humana.
Universidad de Barcelona.



Cartografía y geodesia: las innovaciones de la Oficina de Mensura de Tierras de Chile a principios del siglo XX, 1907-1914 (Resumen).

La Oficina de Mensura de Tierras fue un organismo constituido bajo el mandato presidencial de don Pedro Montt, en el año 1907; durante los siete años de existencia que tuvo dicha Oficina estuvo a cargo de sus funciones don Luis Riso Patrón. Entre algunas de las labores que desempeñó, podemos señalar las de trazar una red geodésica en el país y generar en base a ésta, una cartografía actualizada y rigurosa del territorio chileno, terminando sus actividades en el año 1914.

Palabras clave : geodesia/ red geodésica/ historia de la cartografía/ Oficina de Mensura de Tierras/ triangulaciones/ Chile.



Geodesy and cartography: early XX century (1907-1914) innovations from the Office of Land Measurement in Chile (Abstracts).

The Office of Land Measurement was constituted in 1907 during the presidential administration of Pedro Montt and during its seven years of existence came under the responsibility Luis Riso Patrón. Among the different tasks performed by the office, we can mention the establishment of a national geodesic grid, subsequently used for elaborating an actualized and detailed cartography of the Chilean territory. The Office of Land Measurement concluded its activity in 1914.

Key worls: geodesy/ geodesic net/ history of cartography/ Office of Land Measurement/triangulations/Chile.


Desde mediados del siglo XIX el Estado chileno se encontraba en conflicto con los países vecinos por cuestiones limítrofes. Así, entre los años 1879 al 1884 se desarrolló la Guerra del Pacífico, en la que la República chilena se vió enfrentada en el sector norte a Perú y Bolivia, debido fundamentalmente a desacuerdos por cuestiones fronterizas. Una vez terminado el conflicto bélico, se inició la negociación diplomática, con la finalidad de resolver los problemas divisorios que habían sido la base de la disputa; pero lamentablemente estas dificultades solo quedaron zanjadas ya entrado el siglo XX, cuando Chile obtuvo en el año 1909 los territorios en litigio, comprendidos entre los 23º y los 25º de latitud sur, que anteriormente eran suelo boliviano. Además adquirió la actual provincia de Arica en 1929, perteneciente hasta entonces al Perú, territorios ricos en salitre, cuya explotación y comercialización fue un aliciente para la economía del país1.

Las diferencias limítrofes también se presentaban en el sector sur, con la República Argentina. Este desacuerdo no llegó al enfrentamiento bélico, pero sí a discusiones y desencuentros políticos, generándose una nueva demarcación fronteriza entre los países, llegando al Tratado de Límites del año 1881 y la posterior mediación del Rey de Inglaterra en el año 19022. Lamentablemente, las discrepancias fronterizas entre los dos países han perdurado durante todo el siglo XX.

La realización de labores de medición y representación del territorio chileno se hacía necesaria para delimitar el espacio geográfico que poseía esa República de América del Sur. Lo anterior, solo se lograría a través del trazado de una red geodésica de la mayor exactitud, cuya realización sentará la base para la posterior elaboración de los respectivos documentos cartográficos necesarios para poder establecer las fronteras exactas del territorio chileno. De esta forma, se podrían obtener documentos verídicos a diferentes escalas, que servirían de respaldo en el momento de tratar cuestiones limítrofes y administrativas.

El funcionamiento de esta Oficina supuso la incorporación de innovaciones en la elaboración de una cartografía realizada a diversas escalas, destinadas a tener en un documento moderno y exacto para la época la representación de los terrenos que comprendían la República de Chile. En este sentido, la comunicación muestra la importancia que tuvieron los contactos internacionales y la asistencia a los congresos europeos de los integrantes de la Oficina, lo cual permitió conocer cuales eran las labores que en dicho ámbito se realizaban en el exterior, y difundir los logros y avances alcanzados por esta institución en el quehacer cartográfico.

Dentro del esquema planteado, el presente artículo3 desea exponer, además, las labores cartográficas y geodésicas que desempeñó la Oficina de Mensura de Tierras durante los siete años en que tuvo vigencia, es decir desde el año 1907 a 1914. En primer lugar, se describirán las labores que debía realizar dicho organismo y la estructura administrativa interna, para posteriormente presentar los resultados generales logrados en los levantamientos cartográficos y geodésicos que fueron ejecutados durante los años en que estuvo en funciones.

La conformación de la Oficina de Mensura de Tierras.

La Oficina de Mensura de Tierras, fue creada bajo el mandato presidencial de Pedro Montt, por decreto número 385 del 10 abril del año 19074, y quedaría conformada a partir de la unión de la antigua Oficina de Límites, encargada de resguardar las fronteras de Chile, con la Sección Topográfica que hasta ese momento formaba parte de la Inspección de Colonización. Esta última agencia, desempeñaba las labores de cartografía y medición de las tierras fiscales, lo que permitía entregar a los nuevos colonos que se asentaban en zonas despobladas del territorio chileno un terreno con los delindes acotados y registrados. Además, dicha Inspección tendría a su cargo la tarea de resguardar las tierras fiscales sin ocupación, lo que representaba tener a su custodia la propiedad estatal, con la finalidad de protegerla de ocupaciones ilegales.

Poco después, por decreto número 732 del 27 de mayo de 1907, se anexó a la Oficina de Mensura de Tierras la Comisión Radicadora de Indígenas. Posteriormente, en el artículo 10º del decreto número 733 del 31 de mayo del mismo año, se fijarían las atribuciones que tendría la Oficina de Mensura de Tierras sobre la Comisión antes señalada, estipulando que «deberá dar cuenta mensualmente de sus operaciones, especificando las radicaciones efectuadas»5 al director de la Oficina de Mensura de Tierras; en un apartado posterior se agregaba que todos los títulos que entregara a los indígenas deberían tener la aprobación del Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización, siendo el organismo intermediario entre esta institución, y la Comisión Radicadora de Indígenas, la Oficina que estudiamos, la cual estaba a cargo del ingeniero geógrafo Luis Riso Patrón. Este ingeniero geógrafo habría obtenido su título en la Universidad de Chile el año 1889 y el de ingeniero civil hidráulico en 1893; trabajó en la Oficina Hidrográfica y en la Sección de Puentes del Ministerio de Obras Públicas, siendo nombrado luego ayudante de la Comisión Internacional de Límites que dirigía el ilustre Diego Barros Arana, hasta el año 1907 cuando pasa a tomar el mando de Oficina de Mensura de Tierras6.

Los trabajos a desempeñar por la Oficina de Mensura dependían directamente del Departamento de Colonización supeditado al Ministerio anteriormente nombrado. Las funciones a realizar por esta Oficina serán expuestos en el decreto 733 del 31 de mayo de 1907, en el cual respecto de sus tareas se señala lo siguiente:

En otra división del mismo decreto se establecía cual era la constitución administrativa de dicha Oficina. Estaría compuesta por secciones con su respectivo personal administrativo, teniendo cada una de ellas un jefe responsable y unas labores específicas a desempeñar.

La primera Sección era la Dirección, con un total de ocho personas, entre las cuales se agrupaban los cargos de director, ocupado como hemos dicho por el ingeniero Luis Riso Patrón, un contador-secretario, dos dibujantes, un archivero de planos, un guarda instrumentos, un escribiente y un portero bodeguero. Las tareas de la jefatura eran la «reorganización e implantación de nuevas reglas de servicio, formando al efecto un reglamento interno»8, con la finalidad de realizar sus trabajos lo más acertadamente posible.

La Sección Geodésica estaba compuesta por tres funcionarios, un geodesta primero, un geodesta segundo y un geodesta ayudante; sus labores eran «esclarecer gráficamente las dificultades que aparecían alrededor de las entregas de terrenos efectuadas (...), trabajos que nos habrían de servir de base a la cartografía fidedigna y racional»9, además de realizar una medición trigonométrico del territorio. El cargo de geodesta primero lo desempeñó el ingeniero Ernesto Greve, quien se había graduado en el año 1890 en la Universidad de Chile; trabajó en la Dirección de Obras Públicas, en el Observatorio Astronómico y dictó las cátedras de astronomía, geodesia y topografía en la casa de estudios que lo formara. Posteriormente realizó algunas tareas de geodesia en la Oficina del Estado Mayor del Ejército y en la Oficina de Límites, por un corto período, para finalmente pasar a laborar en la Oficina de Mensura de Tierras10.

La Sección de Topográfica estaba compuesta por tres profesionales, un ingeniero primero, cargo que desempeñaría don Alvaro Donoso, un ingeniero segundo y un ingeniero ayudante. Esta debía atender «preferentemente todo lo relativo al levantamiento de planos de las extensiones grandes de terrenos fiscales, así como lo que se refiera a la entrega de terrenos a las empresas de colonización»11. Este grupo asumió las tareas que desempeñaba la antigua Oficina de Límites.

El Servicio Regional agrupaba a un total de ocho empleados: un agrimensor de territorio, un agrimensor de sección, un agrimensor primero, cuatro agrimensores segundos y un agrimensor ayudante; y «fue formada teniendo en mira la resolución de todos los asuntos provenientes de las solicitudes y reclamos sobre tierras de los colonos nacionales y extranjeros, así como el levantamiento de los planos, tasación del terreno y las mejoras de los pequeños loteos que se rematen en el futuro y la entrega de los que han sido subastados»12.

La Comisión de Radicación de Indígenas tenía a siete personas con los siguientes cargos: un abogado, el Licenciado Leoncio Rivera, dos ingenieros, un secretario, un escribiente, un intérprete y un portero. La Primera Memoria elaborada por director se expone que desde los inicios de los trabajos de la Oficina a su cargo, dio cuenta de la importancia de la Comisión para resolver «el problema de las tierras de colonización, solucionar todo lo relativo a la radicación de los indígenas, puesto que se deduce de la legislación actual, que las tierras fiscales son las que sobran después de otorgados los títulos de merced a los indios»13.

Durante los siete años que la Oficina de Mensura de Tierras estuvo en funciones, redactó y entregó al Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización las memorias explicativas de las actividades realizadas durante cada año. Se confeccionaron un total de siete memorias, entregadas en el mes de abril, comenzando la primera en el año 1907 y la última en el año 1914. En ellas el director de este organismo redactaba un completo informe de los estados, avances y trabajos que realizaban cada una de las secciones que componían la Oficina a su cargo.

Los trabajos de cartografía y de geodesia.

La innovaciones realizadas por la Oficina de Mensura de Tierras se refieren fundamentalmente a los trabajos de cartografía y geodesia elaborados en el territorio chileno. La República de Chile disponía de una base cartográfica nacional, la que sin embargo carecía de una red geodésica exacta y extensa del territorio, según las propias palabras del ingeniero Ernesto Greve que estaba como sabemos a cargo de la Sección de Geodesia de dicha Oficina.

Efectivamente la cartografía existente era poco exacta. Así ocurría con los trabajos cartográficos y geodésicos realizados por el naturalista Claudio Gay, que fue contratado por el gobierno de Chile en el año 1830, para realizar una descripción del territorio chileno, la cual quedaría plasmada en una obra monumental llamada Historia física y política de Chile, publicada entre los años 1841 a 1871, en donde se incluía «un mapa general de Chile, doce mapas parciales y 8 planos complementarios»14 del territorio nacional. Luego se contrató al francés Amado Pissis, quien lleva a cabo entre los años 1849 a 1875 el primer Plano topográfico y Geológico de la República de Chile15, a escala 1:250.000, que abarcaba desde los 27º a los 42º de latitud sur, y que estaba construido con «ochenta vértices de los triángulos de primer orden, cuyas coordenadas transportadas sobre el mapa del mismo señor, manifiestan respecto de todos los puntos, divergencias notables entre los datos numéricos y el mapa»16. Al comenzar el siglo XX, este era el estado de la cartografía civil de la nación. Paralelamente el ejército chileno realizaba algunas labores topográficas y geodésicas sobre el territorio nacional, a través de la Oficina del Estado Mayor General del Ejército, siendo ejecutados por esta institución los levantamientos geodésicos de primer orden sobre las provincias de O'Higgins, Santiago, Valparaíso y Aconcagua17.

Si se compara la situación de Chile con algunos países europeos, este país de América del Sur se encontraba con retraso en la confección de mapas topográficos de su territorio, ya que los avances logrados por diversas naciones del viejo mundo habían comenzado en el año 1809 con sus levantamientos topográficos, siendo este el caso de Gran Bretaña. España, por su parte, inició su levantamiento el año 1858 y la edición de un mapa topográfico de todo el país a escala 1:50.000 en el año 1875; cabe destacar que las escalas con que se realizaron los trabajos europeos era superior a la escala 1:100.00018, lo cual conlleva un mayor detalle del territorio.

A pesar de todos los esfuerzos realizados en Chile para generar un plano del territorio nacional, representados en la contratación durante el siglo XIX de los científicos franceses citados y dedicados al tema de las ciencias geográficas, los trabajos ejecutados por ellos eran considerados por muchos como planos que «no están basados en ninguna operación trigonométrica, ni siquiera preliminar, y no pasan de ser un croquis trazado más o menos a ojo, quizás auxiliándose con una brújula y con algún aparato para medir distancias»19. Solo se podría agregar que en base a esta cartografía poco exacta se tomaron muchas decisiones políticas y administrativas, que se pretenderían corregir con los nuevos trabajos que realizara la Oficina de Mensura de Tierras.

Las condiciones naturales del paisaje chileno, junto a su diversidad geomorfológica, serían los factores que, al parecer de Riso Patrón, dificultarían las tareas de la Oficina de Mensura de Tierras. Por ejemplo, la región norte tiene el inconveniente de la niebla o neblina, la gran insolación y la escasez de agua, elementos que hacen engorrosa la medición trigonométrica. La región central, posee mayores posibilidades para realizar mediciones, pero con una cordillera andina abrupta, presentando esta zona una mayor facilidad para las tareas a desempeñar. El territorio sur y austral, con clima muy lluvioso, grandes terrenos boscosos e islas, no permite una realización del trabajo de manera expedita. Lo anterior, según las propias palabras del señor Riso Patrón, hacía dificultoso el rápido avance en las mediciones geodésicas del país, para el posterior volcado de los datos en una cartografía.

Los resultados alcanzados durante los años de gestión de dicha Oficina, en asuntos de geodesia, estarían representados por dos triangulaciones geodésicas, a cargo del ingeniero Ernesto Greve. La primera de ellas fue la red geodésica de primer orden20, realizada en la zona norte del país, entre la Quebrada de Camarones y el Trópico de Capricornio. La otra fue la red geodésica de segundo orden21, que se realizó en el sector sur del país, entre los ríos Laja al Toltén22.

Las relaciones internacionales.

Para una adecuación era preciso ante todo establecer relaciones internacionales y conocer lo que se hacía en otros países. A ello se dedicó el director de la Oficina de Mensura de Tierras, al asistir él mismo o al enviar a un delegado de este organismo a los diversos eventos científicos que se realizaran sobre el tema de la cartografía y la geodesia, en donde se exponían los avances alcanzados, dudas y sugerencias sobre el tema, con la finalidad de progresar en las tareas que desempeñaba dicho organismo. Las instituciones científicas tienen la necesidad de realizar una «demostración ante las naciones extranjeras»23 de sus labores y logros. En este sentido, se hace imprescindible el reconocimiento de sus pares y mejor aún de sociedades reconocidas internacionalmente. De esta manera, el trabajo ejecutado se haría más valioso.

En un informe realizado el 2 de diciembre del año 1909 por Riso Patrón, éste da cuenta al gobierno chileno sobre su asistencia a la 16ª Conferencia de la Asociación Geodésica Internacional, realizada en la ciudad de Londres. En este lugar se encontraban representantes de trece países de Europa, Japón, Estados Unidos y México, y solo Chile de América del Sur. En esta Conferencia, se tomó el acuerdo de confeccionar una Carta Internacional a escala 1:1.000.000. La República de Chile, se comprometió a efectuar la cartografía correspondiente a su territorio, que estaría comprendida por dieciséis cartas a dicha escala. Además, en dicha reunión el director de la Oficina de Mensura de Tierras pudo compartir las experiencias de los trabajos realizados en variados países del globo. Posteriormente visitó diversas oficinas geodésicas y cartográficas tanto de Europa como de América24.

Al Congreso Científico Internacional Americano, realizado en la ciudad de Buenos Aires en el mes de julio del año 1910, asistiría Riso Patrón junto a una treintena de personas, funcionarios de la Oficina de Mensura de Tierras y del gobierno de Chile. La intervención de Riso Patrón estuvo dirigida a exponer los avances de los trabajos geodésicos y cartográficos de la Oficina de Mensura de Tierras que el tenía a su cargo. Luego, propuso con respecto al acuerdo tomado el año anterior para realizar la Carta Internacional a escala 1:1.000.000 lo siguiente: «el Congreso Científico Internacional Americano vería con agrado que el Perú procediese a verificar las operaciones necesarias para unir el arco de meridiano medido en el Ecuador por la Francia, con el que se está midiendo actualmente en Chile»25. Esta intervención del Director de la Oficina de Mensura de Tierras se refería a que el país vecino debía ser el encargado de extender el arco meridiano utilizado por Chile hasta el Ecuador, con el fin de ejecutar bajo el mismo parámetro la Carta Internacional correspondiente al Perú.

Más tarde, en el mes de marzo del año 1912, el ingeniero Alejandro Bertrand, asistió en representación de la Oficina de Mensura de Tierra y del gobierno de Chile al X Congreso Internacional de Geografía de Roma. Expuso sobre el estado de la cartografía de Chile, dando a conocer en dicho Congreso los avances y características de los trabajos cartográficos de la Oficina que el representaba, explicando: «estas cartas han sido formadas, en general, sobre simples levantamientos geográficos e hidrográficos, y en parte sobre poligonales geodésicas»26. Lo señalado por Bertrand, muestra que los trabajos tanto cartográficos como geodésicos realizados en el territorio de Chile, utilizaban técnicas y métodos muy similares a las internacionales, y que solo la constancia y perseverancia aseguraban que una tarea de estas magnitudes llegara buen puerto.

Durante el mes de septiembre del año 1912 se realizó en Hamburgo, Alemania la 17ª Conferencia de la Asociación Geodésica Internacional; delegado por la Oficina de Mensura de Tierras asistió Ernesto Greve, quien como sabemos, estaba a cargo de la Sección de Geodesia de ésta. El señor Helmert, Director del Instituto Central de Postdam, propuso a los asistentes y participantes de la Conferencia lo siguiente: «la Asociación ha tomado conocimiento con interés del desarrollo de las triangulaciones de Chile, y espera que los trabajos se activen en forma que haga posible, en primer lugar, una prolongación hacia el Ecuador, a través del Perú»27. Lo referido por Helmert, motivó sobre manera a la Oficina de Mensura de Tierra y al gobierno chileno, ya que el reconocimiento de un experto en el tema geodésico internacional demostraba que los trabajos realizadas estaban muy bien encaminados.

La presentación de la obra ejecutada por la Oficina de Mensura de Tierras a diversos congresos o asociaciones científicas, llevó a que algunos de los integrantes de prestigiosas sociedades dedicadas a estos temas se expresaran con mucha deferencia hacia los trabajos realizados en Chile, e inclusive hicieron llegar misivas exponiendo que «constituyen los mejores trabajos cartográficos de la América del Sur»28.

Un conocedor chileno de los adelantos cartográficos internacionales agregó que a la fecha «ninguno de los países de América, sin exceptuar Estados Unidos, posee hasta ahora una carta completa de su territorio basada en un levantamiento geodésico»29. Dicho trabajo llenaba de orgullo al gobierno chileno, e inclusive en el diario El Mercurio de Santiago se publicaron las alabanzas a los trabajos realizados por la Oficina de Mensura de Tierras, expuestos por el señor Juan Monteverde, comisionado oficial de Uruguay para representar a su país en el I Congreso Científico Panamericano; en una carta enviada al señor Riso Patrón, exponía:

En el año 1913 el director de la Oficina de Mensura de Tierras le envía al coronel Close, del Ordenance Survey de Gran Bretaña, las hojas provisorias realizadas hasta ese año pertenecientes a la Carta Internacional a escala 1:1.000.000, y que llegaban a un total de siete. Tiempo más tarde, Close le respondía a Riso Patrón: «son muy interesantes y marcan un gran paso en la tarea internacional»31. Lo anterior, dejaba en evidencia que los trabajos realizados por esta Oficina recibían el reconocimiento internacional de una prestigiosa institución extranjera, destinada a realizar trabajos geodésicos y cartográficos.

La asistencia a diversos eventos científicos referidos a la cartografía y la geodesia, ponen de manifiesto la creación de lazos y redes internacionales por parte Oficina de Mensura de Tierra con distintas instituciones extranjeras; esto deja de manifiesto la importancia que generaba el reconocimiento de la comunidad científica hacia los trabajos que ejecutaba dicha oficina. Además, la participación en congresos creaba la oportunidad de concretar nuevos acuerdos que llevaban a afianzar las relaciones entre países y gobiernos.

La labor de la Oficina de Mensura de Tierras.

Durante los siete años en que estuvo en actividades, la Oficina de Mensura de Tierras produjo un levantamiento geodésico fundamental que se ejecutó con bases geodésicas de primero segundo y tercer orden32. Además, realizó importantes trabajos cartográficos, como la Carta Nacional a escala 1:500.000, la Carta de la Frontera a escala 1:250.000, la Carta a escala 1:100.000 y la Carta Internacional a escala 1:1.000.000; cada una de ellas confeccionadas a diferentes escalas, con el fin de obtener para el territorio chileno variados documentos de apoyo.

La obra realizada por la Oficina de Mensura de Tierras fue muy intensa. Podría resumirse con las mismas palabras de don Luis Riso Patrón en una Conferencia realizado en el año 1915 al Instituto de Ingenieros de Chile. En ellas se exponen detalladamente las labores que la Oficina bajo su mandato realizó, tanto en lo técnico como en lo administrativo, que queda expuesto en la siguiente cita:

Uno de los trabajos cartográficos nacionales realizados por la Oficina fue la Carta Nacional a escala 1:500.000, que se realizó en 22 hojas, cada una de ellas con dimensiones de 0,47 m. x 0,84 m., y comprendían dos grados de latitud por hoja, elaborándose entre los años 1910 y 1911. La elaboración e impresión de este documento, muestra el nivel alcanzado por la industria litográfica chilena, ya que se realizó una innovación en este sentido en la Oficina por el propio Riso Patrón, a través de la creación de un Taller Cartográfico, con la finalidad de ejecutar algunos de los trabajos de composición y edición al interior de la misma; siendo otros confeccionados en los talleres de la Imprenta Universo de Santiago.

Cada color insertado en la trama de líneas del tiraje definitivo de la Carta Nacional se dibujó en la misma Oficina de Mensura de Tierras, poniendo como base un papel transparente; de esta forma, se tenía la certeza de que los colores no serían variados. Los dibujos orográficos fueron grabados en piedra, con la finalidad de utilizar estos como molde, para cada una de las hojas de la Carta Nacional. La descripción de esta obra se encuentra expuesta el cita siguiente:

La Carta de la Frontera realizada a escala 1: 250.000, estaba siendo efectuada desde el año 1894 en adelante, primero por la Oficina de Límites y luego por la Oficina de Mensura de Tierras como heredera de la anterior. Esta Carta era dedicada a la delimitación del territorio chileno, expresamente al límite correspondiente con Bolivia, y por el sur con el límite con Argentina, entre los 17º a 55º de latitud sur.

En el mes de abril del año 1908 se publicó la Primera Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras, en la cual se daban a conocer los trabajos realizados a un año de la creación de esta agencia, en donde se detalla «que quedaron completamente finiquitados de los trabajos de demarcación del límite con la República Argentina, iniciados en el año 1890»35 y que correspondían a la trabajos para la ejecución de la Carta 1:250.000, que se ejecutó en 32 hojas, realizadas en cinco colores. Cada hoja cartográfica tenía 0,45 metros de altura, lo que corresponde a un grado de latitud, el ancho de cada hoja fue variable, ya que se extendía más allá de la frontera de Chile, teniendo a veces hasta 50 kilómetros de terreno cartografiado. La siguiente cita, explica y detalla las características de la carta referida:

La Carta a escala 1: 100.000, confeccionada entre los años 1906 y 1911, fue asignada a la Oficina de Mensura de Tierras, ya que fue este organismo quien terminó los trabajos que desempeñaba la ex-Oficina de Límites y que había sido unida a la Oficina en estudio cuando esta se creó. Esta Carta se elaboró entre los 17º a los 28º de latitud sur y estuvo ejecutada en dos períodos, el primero en el año 1906 bajo el mando de la Oficina de Límites y el segundo, en el año 1911, bajo la Oficina de Mensura de Tierra. La siguiente cita expone la descripción de la Carta a escala 1:100.000: En la Oficina de Mensura de Tierras se encontraba en proceso de realización la Carta Internacional del Mundo a escala 1: 1.000.000, por acuerdo tomado el año 1909, en la 16ª Conferencia de la Asociación Geodésica Internacional, a la cuál como anteriormente hemos expuesto asistió Luis Riso Patrón. De esta forma se obtendría a una escala homogénea la publicación de una carta mundial, tal como queda expresada en esta cita: Los trabajos cartográficos realizados por la Oficina de Mensura de Tierras fueron variados, enfocados básicamente a una representación lo más exacta, para la época en que fue realizada. Por este motivo, se elaboraron dos levantamientos geodésicos, como base para la posterior construcción de una cartografía diversa en los detalles, según la escala en que fuera volcada la información.

Consideraciones finales.

En el año 1914 dicha Oficina fue disuelta y el personal repartido en otras instituciones públicas. El cierre de la Oficina de Mensura de Tierras de debió fundamentalmente a dos aspectos principales, el primero surgido de las diferencias que se vivían en las esferas políticas, lo que impuso una discontinuidad de algunas instituciones públicas. El otro aspecto se asoció, principalmente, al pánico surgido en el ámbito económico hacia la segunda mitad de la década de 1914, ya que el país debió enfrentar una aguda crisis emanada por la caída de la venta del nitrato en el mercado internacional, a consecuencia de la introducción del salitre sintético durante la guerra europea, producto que era una de las bases sustentadoras de la economía nacional39. Lo anterior, redujo significativamente el gasto fiscal, con una readecuación de las finanzas nacionales, y la consiguiente desviación de los recursos estatales a los sectores considerados como prioritarios, relacionados con la citada crisis.

Durante el tiempo en que la Oficina de Mensura de Tierras estuvo en funciones, realizó importantes innovaciones basadas en el enriquecimiento de la cartografía y geodesia del país. Los resultados logrados se realizaron en base a nuevas técnicas y métodos no utilizados anteriormente en la elaboración de resultados cartográficos de la República chilena.

El reconocimiento científico internacional logrado por Chile a través de la Oficina en estudio, generó una importantisima red de contactos extranjeros a nivel mundial. Lo anterior, pudo ser posible por la labor que desempeñó Luis Riso Patrón como director de aquella agencia y el trabajo de sus subalternos. La organización de esta institución, había sido pensada para desarrollar todos los aspectos necesarios que se requerían para la realización de unos documentos cartográficos fiables.

La Oficina de Mensura de Tierras nació bajo el amparo de un simple decreto dictado por el presidente Pedro Montt, quien le dio a dicho organismo todas las facilidades para su desarrollo. Lamentablemente la situación política y financiera del Chile de la década de 1910 pasaba por fuertes vaivenes, lo que produjo el cierre de dicha Oficina, traspasando algunas de sus funciones a otros organismos públicos administrados por el Estado.

Fuentes y Bibliografía.

a) Fuentes primarias.

Cuarta Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. República de Chile, Ministerio de Colonización. Santiago: Encuadernación Universitaria, 1911.

Diario El Mercurio, Viernes 22 de Enero de 1909. p. 7.

Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización. Decreto, Oficina de Mensura de Tierras.- Se establece. Boletín de leyes y decretos del gobierno. Libro LXXVII, Santiago, 31 de mayo, 1907. P. 481-487.

Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización. Decreto, Demarcación de los terrenos de Colonización.- Se efectuarán bajo la dirección del jefe de la Oficina de Límites. Boletín de leyes y decretos del gobierno. Libro LXXVII, Santiago, 10 de abril, 1907. P. 343-345.

Primera Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. República de Chile, Ministerio de Colonización. Santiago: Encuadernación Universitaria, 1908, 228 p.

Sexta Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. República de Chile, Ministerio de Colonización. Santiago: Encuadernación Universitaria, 1913.

b) Bibliografía.

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Notas
 

1. EYZAGUIRRE, Jaime. Breve Historia de las fronteras de Chile. 18ª ed. Santiago: Editorial Universitaria, 1989. p. 69-75.

2. Ibídem, p. 79-102.

3. Este trabajo forma parte de la investigación de doctorado que desarrolla la autora en el Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Barcelona, bajo la dirección del Doctor Horacio Capel.

4. Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización. Decreto, Demarcación de los terrenos de Colonización.- Se efectuarán bajo la dirección del jefe de la Oficina de Límites. Boletín de leyes y decretos del gobierno. Libro LXXVII, Santiago, 10 de abril de 1907, p. 343-345.

5. Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización. Decreto, Oficina de Mensura de Tierras.- Se establece. Boletín de leyes y decretos del gobierno. Libro LXXVII, Santiago, 31 de mayo de 1907, p. 485.

6. ABASCAL, Manuel. Don Luis Riso Patrón. Revista Chilena de Historia y Geografía, 1941, Tomo XCI, nº 99, p. 6-7.

7. Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización, op. cit. en nota 5, p. 481-482.

8. Primera Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. República de Chile, Ministerio de Colonización. Santiago: Encuadernación Universitaria, 1908, p. 39.

9. Ibídem, p. 42

10. DONOSO, Ricardo. Don Ernesto Greve Schlegel, 1873-1859. Revista Chilena de Historia y Geografía, 1959, nº 127, p. 5-6.

11. Primera Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. op. cit. en nota 8, p. 47

12. Ibídem, p. 49.

13. Ibídem, p. 57

14. ERRAZURIZ, Ana María. Los primeros avances geográficos para el reconocimiento del territorio nacional (1810 - 1860). Boletín Informativo del Instituto Geográfico Militar de Chile, 1981, p. 13.

15. GANGAS, Mónica. La evolución de la geografía chilena durante el siglo XX. Contextos, tendencias y autores. Barcelona: Tesis doctoral presentada en la Sección de Geografía de la Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Barcelona, 1985, p. 591.

16. BERTRAND, Alejandro. Nuevo mapa de Chile trabajado aquí. Anales de la Universidad de Chile, 1884, p. 658.

17. GREVE, Ernesto. Trabajos topográficos y geodésicos de la Oficina de la Carta del Estado Mayor General. Anales del Instituto de Ingenieros de Chile, 1909, nº 10, p. 458.

18. NADAL, Francesc y URTEAGA, Luis. Cartografía y Estado. Los mapas topográficos nacionales y la estadística territorial en el siglo XIX. Revista Geo Crítica, 1990, nº 88, p. 11.

19. EDWARS, Alberto. Un nuevo mapa de Chile. Revista Chilena de Historia y Geografía, 1911, nº 1, p. 51.

20. «La red de primer orden, llamada también red primaria, primordial o principal representa el máximum de exactitud en las observaciones y cálculos, y es constituida por las figuras de mayor desarrollo que económicamente permite el terreno, exigiendo gran cuidado en el estudio de la ubicación de sus vértices, así como la mayor prolijidad en las medidas angulares y lineales» (RISO PATRÓN, Luis. Instrucciones para el reconocimiento trigonométrico destinado a ubicar las triangulaciones y bases geodésicas, impartidas por la Oficina de Mensura de Tierras. Anales del Instituto de Ingenieros de Chile, 1907, nº 11, p. 538).

21. «cuyos vértices se fijan directamente desde los de triangulación primaria, y sólo en caso excepcional de una configuración de grandes triángulos primarios, se intercalan varios de segundo orden entre dos vértices de aquella» (Idídem, p. 539).

22. ABASCAL, Manuel. op. cit. en nota 6, p. 21.

23. CAPEL, Horacio. El asociacionismo científico en Iberoamérica. La necesidad de un enfoque globalizador. In LAFUENTE, A., ELENA, A., ORTEGA, L., (editores), Mundialización de la ciencia y cultura nacional, Actas del Congreso Internacional«Ciencia, descubrimiento y mundo colonial», Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, 1993, p. 412.

24. «Washington, Berna, Viena, Berlín, Bruselas, Southampton, París, Madrid, Buenos Aires, al Instituto Geodésico de Postdam y a la Oficina Internacional de Pesos y Medidas de Sevres» (RISO PATRON, Luis. La Asociación Jeodésica Internacional. Anales del Instituto de Ingenieros de Chile, 1910, nº 3, p. 141).

25. Cuarta Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. República de Chile, Ministerio de Colonización. Santiago: Encuadernación Universitaria, 1911, p. 53.

26. BERTRAND, Alejandro. Chile en el Congreso Geográfico de Roma. Revista Chilena de Historia y Geografía, 1913, Tomo VI, nº 10, p. 239.

27. Sexta Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. República de Chile, Ministerio de Colonización. Santiago: Encuadernación Universitaria, 1913, p. 228.

28. Primera Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. op. cit. en nota 8, p.6.

29. EDWARDS, Alberto. op. cit. en nota 19, p. 49.

30. Diario EL MERCURIO, Viernes 22 de Enero de 1909, p. 7.

31. ABASCAL, Manuel. op. cit. en nota 6, p. 34.

32. «La triangulación de tercer orden se relaciona a la de primero por medio de otra de carácter intermediario, llamada de segundo orden» (RISO PATRÓN, Luis op. cit. en nota 20, p. 539).

33. RISO PATRÓN, Luis. Organización de la ex-Oficina de Mensura de Tierras. Anales del Instituto de Ingenieros de Chile, 1915, nº 4, 5 y 6, p. 78.

34. BERTRAND, Alejandro. op.cit. en nota 26, p. 240.

35. Primera Memoria del Director de la Oficina de Mensura de Tierras. op. cit. en nota 8, p. 6.

36. BERTRAND, Alejandro. op.cit. en nota 26, p. 241.

37. Idídem, p. 241-242.

38. Idídem, p. 243-244.

39. COLLIER, Simon y SATER, William. Historia de Chile, 1808-1994. Madrid: Cambridge University Press, Sucursal España, 1998, p. 175-185.
 

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