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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 69 (17), 1 de agosto de 2000

INNOVACIÓN, DESARROLLO Y MEDIO LOCAL.
DIMENSIONES SOCIALES Y ESPACIALES DE LA INNOVACIÓN

Número extraordinario dedicado al II Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

LA DIFUSION DE LA INNOVACION. LAS REVISTAS CIENTIFICAS EN ESPAÑA 1760-1936.

Antonio Algaba 


La difusión de la innovación.  Las revistas científicas en España, 1760-1936 (Resumen)

A partir de la realización de un inventario bibliográfico que cuenta con 1520 publicaciones periódicas especializadas fundadas en España entre 1760 y 1936, se estudia la influencia que los factores sociales y económicos han tenido en la edición científica en España, el importante nivel de centralización en las ciudades de Madrid y Barcelona; así como la temporalización del proceso de especialización de las disciplinas científicas.

Palabras clave: revistas científicas/ innovación tecnológica/ catálogos bibliográficos



Innovations diffusion.  The scientifical reviews in Spain, 1760-1936 (Abstract)

From the bassis of an existent  bibliographical  inventory with 1520 periodical publications and founded in Spain between 1760 and 1936, we study the influential economic and social factors on the scientifical edition in Spain; the considerable centralization level of Madrid and Barcelona; as well as the temporailization of scientif disciplines specialization process.

Key words: scientifical rewiews/  technological innovation/ bilbiographical catalogues


Las ideas o las innovaciones producidas en un lugar y en una época concretos están en relación con el nivel de conocimientos acumulados en dicho punto hasta ese instante. Las innovaciones culturales, científicas o tecnológicas producidas por la comunidad de intelectuales o científicos de una ciudad concreta podrían ser explicadas por los conocimientos a los que esta comunidad tuvo acceso. En el ámbito del estudio de la génesis de la innovación es básico el conocimiento de los libros y revistas a que tuvieron acceso los innovadores y, también, el de las materias que se impartieron en los estudios que cursaron.

El análisis de las interrelaciones existentes entre la innovación tecnológica y el desarrollo urbano es uno de los temas de estudio que se desarrollan en el Departamento de Geografía Humana por un grupo de investigadores vinculado a Geocrítica y dirigido por el doctor Horacio Capel. El estudio de las revistas científicas y tecnológicas a las que podían haber tenido acceso los innovadores barceloneses es el origen del presente trabajo, que se inició con el objetivo de complementar un directorio de revistas que ya había elaborado el Dr. H. Capel y que alcanzaba el millar de títulos. El primer resultado ha sido un inventario bibliográfico de 1.520 revistas especializadas fundadas en España entre 1760 y 1936 que aquí se presenta. Un inventario del que se han excluido las revistas médicas y de farmacia estudiadas en otros trabajos, así como las revistas económicas y de derecho cuya importancia numérica es suficiente como para justificar un estudio específico.

En España el estudio bibliométrico del periodismo se ha visto dificultado "por la continua destrucción de las colecciones de instituciones y profesionales, debido a la falta de conciencia casi general de que se trata de fuentes de importancia primordial. [Y por otra parte, porque] la catalogación de los fondos de este tipo existentes en las bibliotecas españolas se ha acometido con notable retraso respecto a la realizada en los países más avanzados y los resultados hasta ahora conseguidos, aunque meritorios distan mucho de ser satisfactorios(1)". Aún así, existen bastantes estudios bibliométricos sobre las publicaciones periódicas que se han ido editando en el conjunto del país. Estudios parciales centrados en temáticas específicas o en áreas regionales delimitadas, como el elaborado bajo la dirección del profesor J. M. López Piñero(2) para las revistas médicas. Y también estudios de alcance temporal como el dedicado por A. Ten y M. C. Aragón(3) que cataloga 522 revistas científicas del siglo XIX. En este contexto, el presente inventario formado por 1.520 revistas editadas en España entre 1760 y 1936 constituye una nueva, aunque todavía incompleta aportación. Los datos hasta ahora obtenidos no constituyen un censo exhaustivo, pero a partir de la información recogida es posible hacer algunas consideraciones generales sobre la producción de revistas científicas en España, especialmente, en relación con el desarrollo político, económico y científico del país, el proceso de especialización científico o los centros editoriales más dinámicos de la nación. Nuestro interés se centra en el estudio de las condiciones locales necesarias para la producción científica. Conscientes de que la labor bibliográfica iniciada no está acabada, tenemos la intención de hacer accesible este inventario a corto plazo a través de Internet, de manera que pueda ser utilizado y completado con la colaboración de toda la comunidad científica.

Las dificultades de elaborar un censo de las revistas publicadas son conocidas, pues aunque siempre ha existido la obligación de registro de las publicaciones los sistemas basados en identificadores como el ISBN son muy recientes. Nuestra investigación se ha basado en diferentes fuentes:

1. Los catálogos de publicaciones periódicas depositadas en diversas bibliotecas españolas y que citamos a continuación:

Catàleg de les revistes de la Reserva Marca. Biblioteca General de la Universidad Autònoma de Barcelona. Montserrat Lamarca autora. Barcelona, 1988.

Catálogo de autores y anónimos de la Biblioteca de Catalunya. Biblioteca de Catalunya. Barcelona.

Catálogo de revistas de las Universidades Catalanas. Escuela Técnica Superior de Ingienería Industrial de Barcelona, ETSEIB. Barcelona.

Catálogo de Revistas Científica y Técnicas recibidas en su biblioteca. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid. Madrid.

Catálogo colectivo de publicaciones periódicas en Bibliotecas Españolas. Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid.

Catálogo de la Biblioteca de Murcia. Murcia.

2. Trabajos de recopilación bibliográfica realizados por compiladores particulares o institucionales :

Zamora Lucas, F. y Casado Jorge, M: Publicaciones periódicas existentes en la Biblioteca Nacional., Madrid, 1952,

Patronato Juan de la Cierva de Investigación Técnica: Indice de Revistas Científicas y Técnicas., Madríd, 1953.

Fernández Souza, R.: Indice de publicaciones diarias y periódicas españolas.

Prieto, C. (compilador): Guía-catálogo de las publicaciones periódicas españolas.

3. Los directorios publicados por la Asocicación de la Prensa Técnica Española, que recopilan publicaciones de iniciativa privada y carácter técnico que no son recogidos en las otras fuentes:

Asociación de la Prensa Técnica y Profesional: I Anuario de la Asociación Española de Prensa Técnica y Profesional, Barcelona, 1935.

Asociación de la Prensa Técnica y Profesional: Cincuenta años de la Prensa Técnica. Pasado, presente y futuro de la Prensa Técnica y Profesional, Barcelona.

La base de datos así obtenida cuenta, como se ha dicho, con 1.520 revistas. El criterio para la incorporación de las revistas a este inventario se ha basado en la presencia de determinadas palabras clave en el título o subtítulo de la revista, o en su clasificación bibliográfica. Este criterio no garantiza la inclusión de todas las revistas científicas ni tampoco el valor científico del contenido de todas las censadas, ya que "según Saphin y Thacray muchos de los que publicaron cosas de ciencia en el período 1700-1900 no eran científicos, ni siquiera si aplicamos una definición de científico muy generosa [aunque Solla definiese la ciencia como] lo que se edita en las publicaciones científicas(4)".

De cada revista se ha intentado incluir los siguientes datos: título, subitítulo, localidad de edición, año de inicio de su publicación, año en que finalizó su distribución y periodicidad. Entre las limitaciones que estos catálogos han impuesto, la más significativa para nuestro estudio ha sido la imposibilidad, en muchos casos, de corroborar el año de fundación de las diferentes revistas, ya que en un gran número de fichas bibliográficas sólo ha quedado registrado el año de recepción del primer número de la revista en la biblioteca, que no siempre coincide con el año de edición del primer número de la publicación. Un aspecto menos importante es la ausencia de noticias sobre la periodicidad en algunas publicaciones.

Existen, sin duda alguna, importantes sombras regionales que con el tiempo y nuevas colaboraciones será posible subsanar. Aún así, el análisis de los directorios de las bibliotecas más importantes de Madrid donde han sido depositadas un elevadísimo porcentaje de las publicaciones editadas en otras poblaciones. y el estudio de los catálogos de la totalidad de las bibliotecas catalanas, segunda área editorial del Estado, además, de las relaciones de la Asociación de la Prensa Técnica de España nos permite realizar esta primera aproximación. Creemos que las 1.520 publicaciones que quedan relacionadas en nuestra base de datos permiten comenzar a realizar unas primeras valoraciones sobre el panorama editorial de la época.

La evolución temporal de la edición de revistas especializadas en España

Las circunstancias también condicionan las empresas editoriales. Aspectos sociales, económicos y jurídicos han condicionado el número de revistas existentes, el alcance de su difusión e incluso su continuidad. Sistemas no democráticos han impedido la normal difusión de las ideas y de los avances técnicos. La censura, utilizada como herramienta de control social, ha impedido la difusión de ideas contrarias al status quo mediante la restricción de los contenidos editados en libros y revistas.

En el periodo temporal analizado, 1760-1936, el número de publicaciones fundadas anualmente en España se incrementó paulatinamente, coincidiendo con una revolución en los medios editoriales y un incremento de la audiencia. Aunque es imposible certificar si el tiempo de duplicación de las revistas científicas se aproxima a los quince años indicados por Price(5) en sus estudios sobre el crecimiento exponencial del conocimiento científico.

A pesar del incremento general, un estudio temporal más detallado revela la sucesión de épocas de crecimiento neto y periodos recesivos coincidentes con etapas políticas o condicionamientos económicos y sociales específicos que incidieron sobre el sector editorial. Entre 1760 y 1936 hubo una larga e intensa evolución histórica que comprende sucesos tan opuestos como el cierre de las universidades españolas durante el reinado de Fernando VII o la promulgación de la primera Ley de Prensa. "Desde luego es muy probable que el papel del Estado desde el punto de vista de los impulsos o frenos a la innovación haya sido diferente en periodos progresistas o en periodos conservadores(6)", siendo los gobiernos progresistas más favorables a la innovación y los conservadores más reaccionarios y represivos. Es, por tanto, necesario presentar con mayor detalle los factores sociales y especialmente políticos que condicionaron el desarrollo de la prensa científica especializada en este periodo de la historia de España. En este sentido es posible diferenciar seis etapas, una periodización que también ha sido empleada por J.M. López Piñero y M.L. Terrada en su análisis de las revistas médicas editadas en España(7).

La prehistoria del periodismo científico, 1736-1808.

En España el periodismo científico se inició con cierto retraso respecto a otros paises europeos, algunos decenios después de la publicación de las Philosophical Transactions of the Royal Society de Londres y del Journal des Savans de Denis de Sallo.

Durante esta etapa, aparecieron en España las primeras publicaciones periódicas de la mano de distintas instituciones o de intereses individuales con objetivos diferenciados y suerte muy diversa. La primera de estas obras Varias dissertaciones medicas, theorico-practica, anatomico-chirurgicas y chymico-pharmaceuticas, enunciadas, y puclicamente defendidas en la Real Sociedad de Sevilla datada en 1736. En estos primeros años, existió un claro predominio de las publicaciones de divulgación científica general, que pretendieron satisfacer la curiosidad global. El Diario de los literatos de España donde se reduce a compendio los Escritos de los Autores Españoles, y se hace juicio de sus obras, datado en 1737, es un ejemplo de estas primeras publicaciones generalistas. Y las ciencias de la salud fue la única disciplina científica que contó con publicaciones especializadas, J.M. López Piñero y M.C. Terrada censan un total de doce publicaciones de ese ámbito científico editadas con anterioridad a 1810. En esta primera etapa también se editaron otras publicaciones de marcado carácter generalista como:

1763, Biblioteca periódica, Barcelona.

1765, Semanario económico, Madrid.

1766, Memorias académicas de la Real Sociedad de Medicina y demás ciencias de Sevilla.

1784, Memorial literario, instructivo y curioso de la Corte de Madrid.

1787, Correo de Madrid.

1787, El corresponal del censor, (educación), Madrid.

1796, Memorias de la Real Academia de Historia, Madrid.

1797, Miscelánea instructiva, curiosa y agradable o anales de literatura, Madrid.

1797, Estado general de la Armada, (náutica), Madrid.

1799, Anales de Historia Natural, Madrid.

1801, Memorial literario, Madrid.

1804, Correspondencia literario-médica, Barcelona.

1804, Variedades de ciencias, literatura y artes, Madrid.

1805, Nuevas efemerides de España, Madrid.

1806, Semanario de agricultura y artes dirigido a los párrocos, Madrid.

Así como los siguientes almanaques:

1760, Guía oficial de España, Madrid.

1784, Calendario manual y guía de forasteros de Valencia.

1806, Kalendario y guía de forasteros en Barcelona para el año 1806.

En esta etapa, 1736-1808, España atravesó un periodo fuertemente absolutista que puede explicar su retraso editorial. "El progreso tuvo sus detractores: de la crítica de los eruditos se pasó a la de la misma ciencia, tachada de inútil y vacia, cuando no considerada como causa de la perversión del hombre(8)". En estos años, los esfuerzos de los pocos gobiernos ilustrados por disminuir la distancia existente entre la producción científica nacional y extranjera fueron insuficientes. Y aunque se fundaron algunas revistas que difundieron las nuevas ideas científicas e ilustradas producidas en el resto de Europa, en España durante estos años la edición de una revista fue una aventura arriesgada no sólo en el ámbito económico, sino también en el plano político o religioso, localizada sólo en las ciudades más dinámicas y comerciales en contacto con Europa y en la capital del estado. En este periodo, la fundación de una nueva revista fue, en cierta manera, un hecho aislado, las aventuras editoriales fueron puntuales y la continuidad editorial una excepción.

El peso del absolutismo, 1809-1833.

Este periodo comprende la Guerra de la Independencia y el reinado de Fernando VII. Durante estos años la actividad científica nacional sufrió una profunda decadencia, quizás la más grave de toda su historia moderna, que aumentó el retraso científico ya acumulado por España respecto a los paises de su entorno y que estaba a punto de ser superado a dines del siglo XVIII.

En efecto, la modesta trayectoria ascendente que el periodismo científico había iniciado en las últimas décadas del siglo XVIII quedó truncada en el primer tercio del siglo XIX, cuando se incrementaron las dificultades para la edición. Algunas de las publicaciones fundadas en este periodo son:

1810, Almanaque nautico y efemerides astronómicas calculadas por el observatorio de Cádiz, Madrid.

1815, Memoria de agricultura y artes. Barcelona.

1819, Miscelánea de comercio, arte y literatura, Madrid.

1821, Periódico universal de ciencias, artes y literatura. Barcelona.

1821, Periódico de las sociedad de salud pública de Cataluña, Barcelona.

1822, Repertorio general de noticias políticas, civiles, económicas, estadísticas de Europa y más particularmente de España, Madrid.

1823, Variedades o mensajero de Londres. Londres.

1828, Anales de nuevos descubrimientos, Barcelona.

1829, Semanario de agricultura y artes, Londres.

1832, Gaceta de Madrid.

1832, Repertorio médico extrangero. Periódico mensual de medicina, cirugía, veterinaria, farmacia, química y botánica. Madrid.

1833, El Tecnológico, Barcelona.

Nótese que un importante número de revistas concentran su fundación en periodos de mayor apertura como el trienio liberal (1820-23) o la regencia de Maria Cristina, así como la importancia de las publicaciones fundadas en Londres por exiliados políticos.

El periodo finalizó con el Gobierno interino de María Cristina que desarrolló una política más progresista. La reina promulgó una amnistía política, decidió la reapertura de las universidades cerradas en 1830 y substituyó a Calomarde por Zea Bermúdez al frente del Ministerio de Educación. Ante tales síntomas de apertura, la reacción no se hizo esperar y renació la actividad académica, universitaria y científica en la nación, además de la editorial, aunque el proceso se verá afectado por la guerra civil provocada por los carlistas.

El despegue del periodismo científico, 1834-1868.

Para la prensa científica española, el reinado de Isabel II fue una etapa intermedia entre el profundo colapso anterior y la recuperación parcial del último tercio del siglo XIX. Aunque, el desarrollo económico y social del país no fue importante, se consolidaron avances significativos que alejaron a la nación del absolutismo del periodo anterior. Esta desarticulación del régimen absolutista permitió la aparición de un número considerable de revistas, que contribuyeron a la difusión de las novedades europeas más importantes. Además la prensa en general sufrió una revolución cualitativa que delata el comienzo del negocio editorial, con la irrupción de la publicidad en las publicaciones, el inicio de la inversión en maquinaria y la aparición de organizaciones con una estructura empresarial moderna. En cuanto a la prensa científica, también fue durante estos años cuando las comunidades intelectuales o científicas alcanzaron el nivel económico suficiente para dar paso al periodismo especializado. Y, también, hacia mediados de siglo surgió, como en otros países, la costumbre actual de citar explícitamente los trabajos anteriores(9), como síntoma de reconocimiento de la labor científica.

Cuadro 1: Publicaciones fundadas anualmente en España entre 1834 y1936. Año y número.

Fuente: Elaboración propia a partir de las revistas inventariadas.

Un análisis más detallado de estos años nos permite observar en el reinado de Isabel II dos etapas diferenciadas. Los primeros años coincidieron con la primera guerra carlista (1834-1840) y se caracterizaron por una marcada inestabilidad. Finalizada esta contienda, la regencia progresista de Espartero (1840-43) inauguró un periodo de fuerte estabilidad político-social que tuvo continuidad tanto durante la Década Moderada (1844-54), como con los gobiernos de O'Donnell o Narváez, posteriormente. Dicha estabilidad permitió un importante crecimiento económico, cuyo ejemplo más destacado fue la inauguración del primer ferrocarril de la península en 1848. Pero el desarrollo no fue únicamente material, sino también político, normativo y cultural. Tanto las universidades, como las academias científicas adquieren nuevos contenidos y ven reorientadas sus funciones. El florecimiento fue el fruto de un número considerable de actuaciones políticas, desde la desamortización o la disolución de los últimos restos del régimen señorial y gremial a otras medidas más puntuales como la implantación de la enseñanza primaria, la fundación de Escuelas Normales de Maestros, la organización definitiva de la Universidad Central o la creación de las escuelas de ingenieros. Entre estas medidas es necesario destacar la Ley General de Instrucción Pública de Claudio Moyano (1857), la cual articuló las instituciones universitarias, académicas y educativas del Estado, así como el marco ideológico, científico y pedagógico de la España contemporánea(10).

Esta estabilidad social y el desarrollo económico y político que caracterizó esta etapa tuvo su reflejo en el campo editorial. Así, en su conjunto, el reinado de Isabel II, una vez superada la inestabilidad inicial, propició un crecimiento continuado de la actividad editorial, que tanto los gobiernos conservadores como liberales garantizaron.

La consolidación de la prensa especializada, 1869-1918.

El final de siglo albergó políticamente la Revolución de 1868, el Sexenio Revolucionario, la Restauración y el desastre colonial de 1898. Pero, también, el despegue de la industria textil y metalúrgica, de la electricidad, del ferrocarril y de las obras públicas, además de un nuevo despertar de la agricultura.

En el ámbito editorial, aumentó progresivamente el número de publicaciones periódicas especializadas. Se promulgó la Ley de Prensa en 1875. Y al finalizar el siglo XIX según sostiene la Asociación de la Prensa Técnica existían en España 838 revistas, 155 de las cuales eran técnicas o especializadas. Publicaciones que se caracterizaron por su periodicidad semanal o quincenal, circunstancia que se vería modificada a partir del primer tercio del siglo XX.

El "desastre colonial" puso final al XIX en España. Y tras un breve periodo de desconcierto, pesimismo e inseguridad, el reinado de Alfonso XIII, iniciado en 1902, facilitó hasta la crisis de 1917 las condiciones necesarias para el desarrollo económico y cultural de la nación, tanto con los gobiernos conservadores, que como el de Antonio Maura se caracterizaron por políticas de "revolución desde arriba", como con los gobiernos liberales. En este marco favorable, a partir de 1910 tenemos constancia de la fundación anual de una veintena de nuevas revistas especializadas, aunque sin duda fueron más. La etapa finalizó con la crisis de 1917 que conllevó la implantación de un gobierno de concentración nacional encargado de superar la difícil situación internacional y garantizar la seguridad nacional ante el riesgo manifiesto de revueltas obreras. Esta inestabilidad se reflejó en el campo editorial con un ligero descenso en la actividad fundacional.

El periodo de entreguerras, 1919-1936.

Durante estos años hubo un importante crecimiento económico-social en el país, a pesar de las dificultades políticas existentes. La etapa se inició con la denominada crisis de posguerra, que provocó un incremento de la conflictividad social. La situación se intentó solucionar con continuos cambios en el Gobierno, que no propiciaron la estabilidad necesaria. De este modo, los intentos cada vez más autoritarios por controlar la delicada situación social desembocaron en la dictadura del General Primo de Rivera; gobierno que, a pesar de su autoritarismo, tampoco solucionó los problemas del Estado y fue reemplazado por la promulgación de la Segunda República, etapa de gran progreso normativo en todos los campos.

A pesar de la conflictiva situación política, en estos años se observa una recuperación de la actividad científica y cultural, que ha dado nombre a la "edad de plata de la cultura española". A la vez que en el campo editorial se multiplicó casi constantemente el número de revistas en circulación y de publicaciones fundadas anualmente. Aunque el sector siempre estuvo claramente condicionado por la situación social; así es significativo contemplar como durante el primer año de gobierno republicano se fundaron menos revistas que la media alcanzada durante la dictadura, debido, quizás, a la incertidumbre que produjo este cambio político.

Finalmente, el panorama de la prensa periódica especializada durante el primer tercio del siglo XX ya fue evaluado por la Asociación de la Prensa Profesional. Según la mencionada institución en 1926 existían 800 revistas técnicas en España (de las 2.500 que podían haber sido creadas desde el siglo XVIII). Entre ellas, las temáticas predominantes eran la medicina, la agricultura y, por primera vez, la economía. También, desde el inicio del siglo XX se multiplicó el número de revistas dedicadas en exclusiva a otras ciencias y a otros oficios, a la vez que se generalizó la periodicidad mensual.

Los centros editoriales

El estudio de los centros editoriales nos permite determinar las ciudades que actuaron como focos difusores de las ideas en cada periodo temporal, comprobar la alta especialización temática de algunas ciudades y las diferencias regionales. También nos permite percibir el proceso de concentración de la innovación que ha ido reduciendo el número de centros editores de revistas científicas conforme se ha impuesto el mercado nacional.

La concentración de la edición científica española

La publicación de revistas especializadas se ha centralizado en un número limitado de ciudades, las cuales pueden ser diferenciadas en función de su rango administrativo, según sean o no capitales provinciales, o en función de su localización provincial. En cuanto a este último aspecto, durante el periodo estudiado, la edición se concentró en su capital en veinticuatro provincias españolas; mientras que otras doce albergaron más de un centro editor, como refleja el cuadro 4; sólo en las siguientes siete provincias no se ha constatado la edición de ninguna revista científica: Albacete, Huelva, Lugo, Pontevedra, Segovia, Soria y Teruel.

Cuadro 2
Número de revistas publicadas en las capitales provinciales 1760-1936.

Fuente: Elaboración propia.

La distribución de la edición de revistas en España durante este periodo manifiesta una clara concentración. Madrid capital albergó más del cincuenta por ciento de las revistas fundadas durante estos años. Barcelona, segundo centro editorial, reunió casi otro veinticino por ciento; y tres ciudades pueden considerarse centros editoriales terciarios: Zaragoza (31 revistas y 2,1%), Valencia (21) y Sevilla (17). Otras ocho capitales provinciales albergaron una decena de revistas: Burgos, Cádiz, Granada, Lérida, Palma, Salamanca, Toledo y Valladolid. Esta distribución geográfica responde a la estructura urbana nacional y, aún más evidentemente, a la red académica del estado; aunque sorprenda la escasa presencia de las capitales vascas.

La importancia abrumadora de Madrid se basa en el centralismo característico de las administraciones estatales durante esta etapa a todos los niveles sociales, culturales o administrativos. La localización en la capital del estado de ministerios, organismos de la administración del estado, escuelas especiales, sedes centrales de los colegios profesionales y otras organizaciones profesionales justifican esta importancia sin igual. Barcelona fue el segundo centro editor y, a pesar de su menor importancia, en un gran número de materias tuvo una relevancia similar a la de la capital. Así, lo resaltaba en su libro 50 años de Prensa Técnica la Asociación de la Prensa Técnica Profesional de España al indicar "la existencia de un claro predominio de Barcelona hasta 1936 como lugar de edición de este tipo de publicaciones(11)", refiriéndose a la publicación de revistas técnicas o profesionales de iniciativa privada.

En comparación con el conjunto de las revistas médicas, se nota la ausencia de centros editores secundarios, que reunan en torno al diez por ciento de las publicaciones, como sucede con Valencia para las revistas médicas. Los datos referentes a otra actividad editorial, en este caso la publicación de libros de geografía, nos permite indicar la ausencia de un centro editorial de menor importancia que Barcelona, pero de mayor importancia que los restantes centros terciarios. Sin lugar a dudas el papel destacado de Valencia en cuanto a las revistas médicas denota la importancia de su Universidad en este campo.

Cuadro 3
Principales centros editores en España. Revistas médicas, especializadas y libros de geografía.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de diversas fuentes(12)

El estudio de los centros de edición también revela la escasa descentralización de la actividad editorial en España. En la gran mayoría de provincias la edición se concentró en la capital, único núcleo urbano de importancia en un territorio eminentemente agrícola. No obstante, doce provincias acogieron más de un centro editor. En siete de ellas contaron con dos sedes, aunque en Gijón, Jativa y Calatayud sólo se publicaron almanaques. Y en Cartagena y Sestao fue la presencia de una empresa industrial importante la causa de estas publicaciones, mientras que en Tortosa fue el Observatorio Físico Cósmico del Ebro la explicación. Por otra parte, aunque Madríd contó con tres sedes editoriales, su grado de descentralización no es mayor, pues en Alcalá sólo se coeditó con Madrid una revista. En cambio si es significativa la descentralización de la actividad editorial en La Coruña y Cádiz entre las ciudades que aún en la actualidad se reparten la actividad y, sobre todo, en las Baleares donde hoy existe un mayor grado de centralización. Finalmente, Barcelona fue la provincia más descentralizada, ocho ciudades fueron sede de al menos una publicación especializada, reflejo de su estructura urbana y económica.

Cuadro 4
Provincias españolas con más de un centro editorial entre 1760 y 1936.

Fuente: Elaboración propia.

También se editaron, entre los años 1760 y 1936, algunas publicaciones científicas en español en unas pocas ciudades extranjeras. Las primeras fueron editadas durante el reinado de Fernando VII y responden a una causa política, la necesidad de los exiliados de difundir las ideas que habían sido excluidas del territorio nacional por la censura. Entre ellas:

Variedades o mensajero de Londres, Londres, 1823.

Semanario de agricultura y artes, Londres, 1829.

El instructor, Londres, 1834

Más tarde, durante la regencia de Espartero, en la década de 1840, se publicaron revistas en Londres, París y Nueva York cuya explicación requiere de estudiós específicos. Entre estas:

La colmena, Londres, 1842.

Revista enciclopédica de la civilización europea, París, 1843.

Revista de la Crónica, Nueva York, 1848.

Después de los ejemplos anteriores, no tenemos constancia de que se vuelvan a editar revistas en castellano en ciudades extranjeras hasta los años veinte. Ahora, éstas están justificadas por la dependencia tecnológica española respecto a compañías alemanas como Siemens o AEG:

Revistas Siemens, Berlín, 1922.

El progreso de la ingenieria, Berlín, 1926.

La A.E.G. al día, Berlín, 1928.

Los temas centrales de las publicaciones.

Las revistas generalistas fueron las que primero se difundieron, las más numerosas y las que contaron con una mayor distribución geográfica, ya que la mayoría de las provincias contaron con una de ellas. Mientras que las revistas más especializadas han necesitado, ya desde su origen, un mercado nacional, revelando que la innovación se difunde desde unos pocos centros urbanos. Por otra parte, algunas ciudades, debido a diversas circunstancias, han tenido una especial relación con una temática concreta.

Las revistas generalistas fueron las que tuvieron una mayor difusión: veinticuatro provincias españolas fueron sede de una de ellas. En muchos casos éstas tuvieron títulos de marcado carácter local, como Revista de Huesca, Museo Canario, Revista de Extremadura o Murcia. También, otras revistas de temática más específica contaron con una amplia distribución, entre ellas, las revistas de educación destinadas a los profesores o a las familias fueron editadas en veintiuna provincias, las revistas dedicadas a las humanidades en dieciseis, las agrícolas en quince y las veterinarias en trece.

Las revistas de temática más especializada necesitaron condiciones específicas para su aparición por lo que su edición se centralizó en número reducido de ciudades. De este modo, de los cincuenta temas diferentes en que han sido divididas las revistas de nuestro directorio, quince de ellos fueron editadas exclusivamente en Madrid o Barcelona.

Finalmente, se debe destacar que algunas ciudades se especializaron en la edición de revistas de una especialidad científica en concreto, adquiriendo una importancia singular para la difusión de los conocimientos vinculados a esa temática. Es el caso, por ejemplo, de Valencia para la medicina o de Zaragoza para las revistas de ciencias. Esta especialización se justifica a veces por la presencia de una institución pública de importancia nacional como es el caso ya citado de Tortosa sede del Observatorio de Física Cósmica del Ebro o de San Fernando sede del Instituto y Observatorio de la Marina; mientras otras veces es la importancia industrial de un sector la que impone la especialización, como fueron los casos de El Ferrol respecto a la náutica o de Jerez de la Frontera y las dedicadas a la ciencia vitivinícola. En ambos casos, aumenta la importancia que para la innovación sobre una especialidad concreta posee una determinada ciudad.

El proceso de especialización del conocimiento y las revistas

Durante el periodo temporal estudiado, la acumulación de conocimientos tuvo un crecimiento exponencial. Durante estos años el saber se dividió y subdividió en nuevas disciplinas y especialidades, se multiplicaron las facultades universitarias y los colegios profesionales. Este proceso de especialización del conocimiento tuvo su reflejo en el mundo de la edición de revistas científicas, aumentando paulatinamente el número de especialidades a las que se les dedicaba en exclusiva una revista.

Cuadro 5
Número de revistas editadas por materia y año de edición de la primera revista de cada especialización(13).

Fuente: Elaboración propia a partir de las revistas inventariadas.

Las fechas de edición de las revistas científicas permiten contemplar la evolución del proceso de especialización científica durante estos años. Así, entre1760 y 1808 aparecieron, por este orden, la primeras revistas dedicadas a la información general, las ciencias en general, las ciencias de la salud, la educación, la historia, la policía y la agricultura. Es necesario indicar que durante los primeros años las publicaciones presentaron líneas editoriales generalistas, englobando artículos de diversas disciplinas para, poco a poco, aumentar su especialización temática.

En el reinado de Fernando VII, sólo apareció una nueva temática de la mano de la primera revista higienísta en 1821. Durante la regencia de Maria Cristina, además de iniciarse la publicación de la Gaceta de Madrid en 1832, apareció en Barcelona la que tal vez podemos considerar la primera revista especializada en innovación tecnológica: El Tecnológico, en 1833. Posteriormente, entre 1834 y 1868, se fundaron revistas de veinticinco nuevas especializaciones. En este último periodo se aprecian dos oleadas sucesivas de especialización, la primera en los años cuarenta y la segunda en los sesenta. En la primera es significativó la aparición simultánea en 1846 de las primeras revistas especializadas en arquitectura y en ingeniería, además de la aparición en 1848 de la primera dedicada a la construcción. Mientras que en la década de 1860 se produjo la especialización de la revistas agrícolas, las cuales habían abarcado toda la temática rural y el conjunto de las industrias pecuarias; así en 1867 aparecieron las primeras revistas de zootecnia y viticultura y en 1868 la primera de silvicultura.

Entre 1869 y 1919 apareció la primera publicación de dieciocho especialidades hasta entonces inéditas. La característica más importante de este periodo fue la edición de nuevas revistas especializadas en las innovaciones tecnológicas e inventos que iban apareciendo. En muchas ocasiones, estas publicaciones aparecieron en España pocos meses después de la fecha de patente del nuevo invento; hecho que denota, que si bien la nación no tenía capacidad para la producción de tecnología de primera línea, si tenía una respuesta inmediata a las innovaciones, debido a que ciertas regiones del país se encontraban entre las más desarrolladas del contexto internacional. De este modo, tras la edición de una revista dedicada al ferrocarril ya en 1852, se publicaron revistas dedicadas al telégrafo (1874), la electricidad (1883), la fotografía (1886), la automoción (1899), el cinematógrafo (1906) y la aeronáutica (1910) entre las más importantes. Estas revistas tuvieron la finalidad de divulgar, difundir e incluso servir de escaparate a estos inventos y, en muchos casos, fueron el vehículo que permitió la formación de técnicos en el manejo de las nuevas tecnologías. Estas innovaciones también provocaron la aparición de revistas vinculadas a la organización de la administración, más concretamente de sus cuerpos de comunicaciones (correos, telégrafos, teléfonos).

También se debe recordar que en esta etapa apareció la primera revista dedicada al turismo, El Viajero Ilustrado Hispano-Americano, Barcelona, 1879. Aunque las publicaciones destinadas a la promoción del turismo exterior no aparecieron hasta el siglo XX, primero como almanaques anuales de municipios tempranamente dedicados a la industria turística y, más tarde, como publicaciones periódicas para el uso del visitante como Valencia Attracction (1930) o Barcelona Attracction (1932).

Finalmente, entre 1919 y 1936 se editaron por primera vez publicaciones dedicadas a los transportes (1919), la publicidad (1919), la radio (1923) o el teléfono (1926). No obstante, en esta última etapa la característica fundamental no fue la aparición de nuevas disciplinas, sino el incremento en la actividad científica y editorial, que provocó la multiplicación de la revistas existentes. Incremento que fue continuado desde 1924 y explosivo a partir de 1929.

Conclusiones

Aunque este artículo es una modesta introducción al tema, debemos recordar que el análisis de las revistas científicas o especializadas permite conocer la información de que disponían los científicos, técnicos e intelectuales en cada periodo histórico y territorio; así como conocer cuando se inician los distintos debates científicos que han sido determinantes en la evolución de las diferentes especialidades científicas, por lo que su estudio es de gran trascendencia.

El análisis de la producción de revistas científicas también permite observar el proceso local de especialización del conocimiento, pues la publicación de una revista especializada es un claro símbolo de la madurez alcanzada por una comunidad-disciplina científica en un país concreto.

La edición de revistas científicas se inició en España con un retraso equiparable al de otros países científicamente periféricos de su entorno. Este retraso en la difusión de conocimientos, en líneas generales, se vio ampliado durante los años en que el estado estuvo dirigido por gobiernos conservadores y se recortó durante los gobiernos progresistas.

Aunque se trató de un retraso relativo, ya que en España aparecieron publicaciones dedicadas a las nuevas innovaciones más importantes de la época pocos meses después de la fecha de patente de cada nuevo invento. Este hecho denota una respuesta inmediata a las innovaciones en las regiones más desarrolladas del país.

La localización de la edición en España revela una fuerte concentración. En primer lugar, Madrid y Barcelona reunieron casi el 80 por ciento de las revistas científicas editadas. Y en segundo lugar en la mayoría de las provincías sólo su capital fue sede de alguna publicación periódica de contenido científico o técnico. Además, esta centralización se acentuó conforme las revistas se fueron especializando, pues la especialización conllevó la necesidad de un mercado nacional.

Finalmente, también se confirma el papel relevante que han tenido algunas pocas ciudades como focos de difusión de las innovaciones. En general, las ciudades más dinámicas han concentrado los flujos de conocimiento.

Figura 1
Evolución anual de las publicaciones periódicas españolas, según año de aparición

 
 

Notas

1. Lopez Piñero, J.M. y Terrada, M.L.: Bibliographia medica hispanica, 1475-1950. Volumen VIII. Revistas, 1736-1950, Valencia , Instituto de Estudios Documentales e Históricos sobre la Ciencia de la Universidad de Valencia; 1990.

2. Nos referimos al conjunto de la labor que el doctor López Pióero viene desarrollando en el Instituto de Estudios Documentales e Históricos sobre la Ciencia de la Universidad de Valencia; y en concreto al volumen IX de la serie que edita este organismo Bibliografhia Medica Hispanica 1475-1950.

3. Ten Ros, Antonio y Aragón, M. Celi: Catálogo de las revistas científicas y técnicas publicadas en España durante el S.XIX. Cuadernos Valencianos de Historia de la Medicina y de la Ciencia, Valencia, Instituto de Estudios Documentales e Históricos sobre la Ciencia. Universitat de Valencia- CSIC, 1996.

4. Kragh, H.: Introducción a la historia de la ciencia, Barcelona,Ed. Crítica, 1989. Pág. 240.

5. Price, D.J.S.: Hacia una historia de la ciencia, Barcelona, Ed. Ariel, 1973. Pág. 40.

6. H. Capel: Ciencia, innovación tecnológica y desarrollo económico en la ciudad contemporánea. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografia y Ciencias Sociales, nº23, 1998. htttp//www.ub.es/geocrit/menu.htm

7. José Mª López Piñero y Mª Luz Terrada. op. cit.

8. García de Cortazar, F. y González Vesga, J.M.: Breve Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1994. Pág. 406.

9.  Price, D.J.S: op cita, Pág. 112.

10. Vease sobre este tema S. Garma, J.L. Peset y S. Pérez Garzón: Ciencia y revolución burguesa en España. Madrid, Ed. Siglo XXI y H. Capel y otros: Ciencia para la burguesía. Barcelona, Ed. de la Universidad de Barcelona, Col. Geocritica. Textos de apoyo.

11. Asociación de la Prensa Técnica Española. 50 años de Prensa Técnica. Pasado, presente y futuro de la Prensa Técnica Española. Barcelona, 1978.

12. En este cuadro se presentan datos sobre revistas médicas procedentes de J.M. López Piñero y Mª. L. Terrada, Bibliographia Medica Hispanica, Vol IX, Bibliometría de las revistas, 1736-1950; los datos referidos a libros de geografía editados en España proceden de H. Capel, J. Solé y L. Urteaga, El Libro de Geografía en España (1800-1939); mientras que los enmarcados en el referidos a la recopilación de 1.520 revistas que sustenta la redacción del presente artículo.

13. En función de las categorías en que se decidió dividir las 1520 revistas catalogadas. La categoría higienismo recopila las revistas dedicadas a la gestión de la salud pública, aún a riesgo de invadir el campo de las ciencias de la salud, excluido del presente trabajo
 

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