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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 69 (88), 1 de agosto de 2000

INNOVACIÓN, DESARROLLO Y MEDIO LOCAL.
DIMENSIONES SOCIALES Y ESPACIALES DE LA INNOVACIÓN

Número extraordinario dedicado al II Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

NUEVAS ESTRATEGIAS URBANAS Y RETROCESO PROGRESIVO DE LAS
TIERRAS AGRÍCOLAS EN LA ZONA RURAL DE DAKAR

Papa Sow
Doctorando Departamento de Geografía
Universidad Autónoma de Barcelona


Nuevas estrategias urbanas y retroceso progresivo de las tierras agrícolas en la zona rural de Dakar (Resumen)

El crecimiento urbano desmedido actual de la aglomeración de Dakar (Senegal) ha influido mucho sobre las modificaciones estructurales de los espacios periurbanos y de las ciudades intermedias, en las cuales los referentes y las actividades tradicionales han sido desvalorizadas, transformando relativamente las antiguas lógicas vinculadas a la gestión de la tierra. Este estudio identifica y analiza el avance urbano, las consecuencias de la descentralización de base y las nuevas territorialidades que están actualmente en curso en la zona rural de Dakar.

Palabras clave: Senegal/ urbanización/ descentralización/ participación popular/ nuevas territorialidade/, zona rural de Dakar.



New urban strategies and progressive come-back of agriculture in Dakar's rural zone (Abstract)

The current urban growth of Dakar (Senegal) has influenced the structural modifications of the suburbs and intermediary cities, in which reference points and traditional activities have been devalued, and relatively transformed old logistics relating to land management. This report identifies and analyses urban growth, the consequences of the decentralization and new territorialities which are currently in progress in Dakar's rural zone.

Key words: Senegal/ urbanization/ decentralization/ popular participation/ new territorialitie/ Dakar's rural zone.



Neuves estrategies urbaines et progresive arrêt des terrains agricoles dans le zone rurale à Dakar (Résumé)

L'urbanisation excessive actuelle de Dakar (Senegal), en influant sur les modifications structurelles des espaces péri-urbains ­ dont les repères et les activités traditionnelles sont dévaluées ­ a relativement bousculé les anciennes logiques liées à la gestion de la terre. Cette suivante étude identifie et analyse l'avancée urbaine, la décentralisation à la base et les nouvelles territorialités villageoises qui sont, actuellement en cours, dans la zone rurale de Dakar.

Mots-clé : Sénégal/ urbanisation/ décentralisation/ participation populaire/ nouvelles territorialités/ zone rurale de Dakar


Reflexión teórica y marco conceptual

Luego de la independencia, Senegal entró de lleno en una política de participación popular al crearse, a partir del año 1972, las Colectividades locales rurales que, infelizmente, no han jugado plenamente el rol que les tocaba desempeñar. La política de proximidad que durante mucho tiempo se había mantenido alejada de los ciudadanos, se convierte en moda a partir de 1996 sobre la base de las transferencias de competencias, cuando la situación de la aglomeración adquirió de golpe proporciones alarmantes. Hay que decir que, con 35 habitantes por kilómetro cuadrado, Senegal, que se extiende sobre una superficie de 196.192 Km2, no escapa, como en la mayoría de países del sur del Sahara, a los esquemas de cambio estructural de su población la cual se articula mediante importantes desplazamientos territoriales. Sería muy difícil acotar los contornos de estos esquemas, si no tenemos en cuenta diversos elementos cualitativos y cuantitativos que intervienen en sus interrelaciones. Es realmente a partir de las décadas de los años setenta y ochenta que Senegal conoce un fuerte incremento de su población urbana debido no solamente a los efectos negativos de las sequías (entre 1970 y 1973) las cuales ocasionaron un cambio profundo en sus estructuras urbanas así como una intensificación de flujos migratorios hacia las ciudades costeras en el extremo oeste del país. La situación que ha favorecido estos cambios de estructuras urbanas ha sido alimentada, principalmente, por la mala planificación que resulta de la política estatal. Durante mucho tiempo, esta última, ha puesto muy pocos medios para la planificación territorial prefiriendo concentrar todas las actividades, y de una manera desordenada, en la capital Dakar. Las consecuencias de esto hecho se traducen sobre el terreno en un éxodo masivo dirigido, generalmente, hacia la localidad de Dakar, actualmente considerada como un "crisol étnico" (M. DIOUF, 1998, p.102) y los centros urbanos limítrofes creando así un fuerte gap que acentúa las diferencias regionales.

El crecimiento urbano desmedido actual de la aglomeración de Dakar, ha influido en las modificaciones estructurales de los espacios periurbanos y de las ciudades intermedias, en las cuales los referentes y las actividades tradicionales han sido desvalorizadas, transformando relativamente las antiguas lógicas vinculadas a la gestión de la tierra. Así que la macrocefalia de Dakar (2.000.000 de habitantes sobre una población nacional total de 8.500.000, MUH: 1998) sigue siendo, en la práctica, una forma de evidenciar las enormes desigualdades sociales y las numerosas dificultades para alcanzar una organización urbana y espacial adecuada. Dicho de otra manera, para establecer una planificación equilibrada del resto del territorio senegalés.

Administrativamente, las ciudades senegalesas se llaman Communes (Municipios) pero la mayoría raramente sobrepasan los 7.000 habitantes(1). Otras, por el contrario, sobrepasan aunque excepcionalmente los 10.000 habitantes (Mboro, Touba, etc.) aspirando al estatuto de Communes a pesar de que todavía sean considerados como pueblos grandes. Así que en Senegal, la denominación Commune conlleva ciertos aspectos extraños porqué, al lado del aumento de los efectivos, criterios de orden político clientelista pueden entrar en juego. Esta paradoja hace, entonces, que los poderes públicos a veces encuentran grandes dificultades para poner una tasa de urbanización aceptada por todo el mundo. A esto se añaden los problemas observados en la producción de cifras demográficas como los censos de población.

Lo que llama nuestra atención en este trabajo, es la rapidez y la espontaneidad con que se producen las hábiles estrategias humanas en materia de política de viviendas tanto del interior del país hacia la zona rural de Dakar como en la misma capital; es decir, hacia su periferia inmediata. Esta situación conduce a un proceso de urbanización que pone en relieve un avance constante de ciudades hacia los espacios tradicionalmente destinados a las actividades agrícolas, como ya está pasando en Dakar. Este proceso de urbanización consecuencia de la metropolitanización en curso de la aglomeración de Dakar constituye, verdaderamente, uno de los fenómenos sociales que tienen repercusiones directas sobre la organización del territorio. Es muy importante destacar el sentido dado aquí a esta noción de metropolitanización, en un contexto africano en general, y senegalés en particular, para evitar asimilarla a la situación de las megaciudades europeas o de América del norte. Así este estudio quiere, primero, integrar las dimensiones naturales, sociopolíticas y culturales que representan la identidad o las identidades de las poblaciones de un espacio bien determinado en Senegal acordando un marco particular a "la especificidad de los hombres, de los grupos y de los lugares"(P. Claval, 1999, p. 23). Segundo, quiere interesarse por un espacio de producción que, hasta ahora, ha sido objeto de pocos estudios: la zona rural de Dakar.

Las apuestas de la creación de las nuevas colectividades locales: la política de regionalización.

Desde el primero de enero de 1997 los nuevos Municipios de Arrondissements (parecidos a lo que serían los distritos aquí en España) han sido instituidas dentro de las grandes Communes. Una nueva ley sobre la regionalización ha sido permitida por el CCL (Código de las Colectividades Locales) del 22 de marzo del 1996. Actualmente, el departamento de Dakar cuenta con 19 distritos mientras que otros 16 distritos se están localizados en el departamento de Pikine. Los otros distritos se reparten entre Rufisque (3) y Guédiawaye donde hay otros 5. Solamente 1 distrito ha sido creado en la zona rural, es decir en la localidad de Sébikotane. Recordamos que Pikine y Rufisque son dos de los tres Departamentos con que cuenta la región de Dakar. El tercero lleva el mismo nombre que la capital: Dakar.

Antes, y desde 1993, habían sido creados un Departamento Ministerial encargado de la Descentralización y un Ministerio de la Ciudad. Según el decreto nº 93-107 del 7 de julio de 1993 que creó este Departamento Ministerial, el rol del Ministerio de la Cuidad consiste en estudiar, seguir y evaluar las condiciones por las cuales los diferentes actores de los sectores públicos interesados están implicados (L. S. MBOW, 1999). Y eso con la finalidad de que dichas condiciones respondan realmente a los objetivos pretendidos por el Estado y a las preocupaciones de las poblaciones. Así, desde su creación, este Ministerio ha elaborado un programa de acción una de cuyas prioridades es intervenir en las áreas urbanas problemáticas más conocidas por el nombre de quartiers chauds (traducción literal: barrios calientes).

El Informe de síntesis del Consejo Interministerial sobre Urbanismo y Urbanización de 1998 (p.5) indicaba que "en la aglomeración de Dakar, las reservas de tierras están situadas al norte de la Península, en los departamentos de Pikine y de Rufisque." Esto indica la situación estratégica que va a jugar en el futuro próximo la parte norte de la región de Dakar: es decir, la parte que está tocando más a la zona rural.

La ley de 1964 que legisla las tierras nacionales estipula que los terrenos son inalienables y que la acción de desposeer exige el consentimiento del Estado. Según la ley sobre las tierras del dominio nacional cualquier otro modo de usurpación presenta un carácter ilícito e ilegal. Así, el estatuto de ocupación más corriente y que da derecho al estatuto de propietario es el de inquilino. Hay también el estatuto del permiso de ocupar expedido a un inquilino de la tierra del dominio nacional para un permiso de uso. Este derecho concedido a título personal impone obligaciones como, por ejemplo, el pago de un impuesto.

Pero hay que subrayar que el termino "propietario" es muy relativo dentro de el sistema de distribución de tierras en Senegal, ya que el "propietario" puede ser a la vez un ocupante regular o no regular. El Libro Blanco del MUH, (1982, p.63), por otra parte, hace la distinción a partir de estos términos: "Hay que relativizar el calificativo de "propietario". Se llama "propietario" el que no paga alquiler a nadie, sea su ocupación regular o no. El que se instala sobre un terreno desocupado u obtiene una autorización de instalarse de un jefe de barrio, se declara "propietario", mientras que en derecho, no lo es realmente". En el engranaje superfluo de las prácticas que se hacen para controlar una tierra que parece pertenecer "a todo el mundo y a nadie", el Estado mismo tiene problemas a veces para recuperar su propia propiedad. Es así que, en Senegal, según la lógica de gestión de la tierra, el sistema de propiedad parece ser una realidad híbrida que alimenta con frecuencia una confusión que siembra la duda en la distinción entre lo que es estatal y lo que es privado. Esto refuerza al mismo tiempo la cultura de la especulación.

Descentralización y actividades periurbanas

La política de descentralización ha ayudado mucho a responsabilizar más las poblaciones, sobretodo rurales. Eso ha sido posible desarrollando paralelamente con los centros urbanos limítrofes unas dinámicas de actividades propias a menudo en los pueblos, aunque el éxodo rural todavía sigue, y el "tiempo de las incertidumbres" (M. FALL, 1986) se ha instalado relativamente en la gestión pública. El Estado entró de lleno en una fase de "refundación" acelerada (M. C. DIOP, 1999), la sociedad civil, dejada a su suerte, se reorganiza poco a poco activándose a través de estrategias hábiles de supervivencia en el seno de los agrupamientos asociativos y de las Ong. De forma que ella misma administra, a su manera, su destino desafiándose la dura política de ajuste estructural impuesta por las instituciones financieras internacionales (FMI, Fondo Monetario Internacional y BM, Banco Mundial) desde principios de los años ochenta.

Pero esta situación, económicamente difícil, combinada con las operaciones urbanas que todavía siguen haciendo en el interior y en los márgenes de la aglomeración no han disuadido los pequeños agricultores de la zona rural de Dakar. Al contrario, gracias a la fluidez de las vías de comunicaciones y a las nuevas condiciones de producción agrícola estructuradas en base a agrupamientos de agricultores, las explotaciones agrícolas siguen desarrollando cerca de los terrenos periurbanos.

La agricultura periurbana de la zona rural de Dakar, aunque tenga una producción pequeña, constituye por otra parte los primeros víveres de la población de los centros urbanos de la región. En efecto, las autoridades han reconocido la importante contribución de la zona rural de Dakar en materia de provisión de los centros urbanos. Los agricultores de los perímetros hortícolas de la zona rural de Dakar han introducido nuevas técnicas de explotación periurbana. Estas últimas están basadas en el método sylvo-pastoral (ganadería) y combinan la introducción del cultivo de riego por aspersión con la técnica de irrigación comúnmente llamada "gota a gota", permitiendo el control del agua y minimización de las cantidades requeridas. Esta agricultura periurbana, que es una práctica intensiva, requiere menos espacio y introduce una polifuncionalidad en la explotación. Así, en la agricultura periurbana de Dakar, los perímetros hortícolas se combinan con la ganadería (de pollos o de vacas) y con la repoblación de árboles. Los expertos agrícolas han asegurado que en el dominio de los horticultores, por ejemplo, la zona rural revela unas potencialidades todavía mal explotadas.

En su política de dinamización y de divulgación de la actividades periurbanas, sobretodo las de los horticultores y de la arbolicultura, las autoridades senegalesas proyectan la creación de un "mercado de Interés Nacional" que será el mercado de venta al mayor de frutos y legumbres en Senegal", (Le Soleil nº 8612, 1999, p.4). La construcción de este mercado está prevista en Diamniadio y comprenderá un conjunto de infraestructuras para almacenes y conservación. La erección de ciertas localidades antiguamente rurales como Sébikotane, en el distrito no ha parado por lo tanto las pequeñas explotaciones agrícolas amenazadas por el avance urbano. Así, nace un nuevo dinamismo de las actividades rurales dirigidas hacia la agricultura, los cultivos de árboles fruteros, la ganadería, la pesca, el turismo rural integrado y de costa. Los productores privados invierten cada vez más en la industria alimentaria implantando unidades industriales de transformación en la zona rural y, sobretodo, allí donde la administración descentralizada ofrece posibilidades de acceso a la tierra mucho más flexibles.

Modificaciones estructurales de los espacios de los pueblos

En las zonas de pueblos cercanos a la aglomeración de Dakar, el control territorial está en vías de modificación ya que ahora cada uno acede a la propiedad por la ley del mercado. Sin embargo, eso no evita que ciertos antiguos propietarios de terrenos siguan ocupando o valorizando las tierras heredadas de sus abuelos. Pero, cada vez más, el individualismo creciente que se traduce en los nuevos perfiles de las viviendas y la atomización social actual, que derivan de las conmociones de los esquemas tradicionales de actividades, han podido suscitar una nueva estructuración del espacio en la zona rural de Dakar, aún si todavía la tradición prima.

El espacio rural de Dakar está entonces en una fase de reestructuración profunda. Esta última se nota no solamente a través de la descentralización, y de las formas participativas de gestión local sino también a partir de los dinamismos constructivos de las actividades del sector informal. A esto se añade la más o menos buena calidad de las redes de carreteras, y el dinamismo de los circuitos de provisión ciudades campos. La provisión, a través de los conductos urbanos, de una variedad de productos alimentarios hacia los campos ha contribuido de lleno a la transformación de la zona rural. Esta última situación puede notarse, por ejemplo, a través del retroceso progresivo de los espacios de cultivos tradicionales. Según el Srad (Servicio regional de agricultura de Dakar, 1999), la producción de mijo ha pasado entre 1995 y 1996 de 231 toneladas a 78 toneladas. Por su parte, el sorgo ha tenido una caída importante entre 1996 (184 toneladas) y 1997 (63 toneladas). La explicación de estas caídas de producción quizá puede justificarse por el hecho de que las explotaciones de cereales (maíz, mijo, sorgo, etc.) exigen más el uso del agua y otras técnicas de fertilización costosas de las que no disponen siempre los agricultores.

Además, con la "refundación" del Estado y la instauración a principios de los años ochenta de una política de rigor en la gestión presupuestaria de los poderes públicos, los servicios nacionales de la agricultura se han retirado cada vez más del financiamiento del sector agrícola. Algunas raras unidades técnicas agrícolas que quedan en funcionamiento en la zona rural de Dakar para aconsejar y apoyar a los agricultores son los Cerp(2). Pero estas unidades no tienen medios sofisticados para llevar bien su política. Los Cerp de la zona rural de Dakar están atascados entre la marginación (falta de medios técnicos) y la fidelidad a las autoridades centrales. La retaguardia, que constituía el Estado, ha dejado caer entonces la máscara nutritiva (las subvenciones estatales) en detrimento de una política de ajuste estructural sin precedente. Esta situación está empeorada también por la falta de transparencia en las políticas de descentralización que suelen privilegiar más personal pletórico que una verdadera puesta en marcha de los recursos de desarrollo. A eso, se ha añadido la especulación sobre las tierras, que contribuye a la venta acelerada de terrenos que estaban destinados tradicionalmente a las actividades agrícolas, favoreciendo además el retroceso de grandes espacios agrícolas.

Una de las articulaciones de este proceso de cambio estructural del espacio rural puede también ser analizado a través del nuevo prisma de las "viviendas modernas" (por oposición a las de paja). El tipo de vivienda moderna en el medio rural está basado en función de la estructura familiar, que no se resume aquí solamente (como en la tradición de los países del mundo occidental) a la madre, al padre y a los dos o tres hijos. Así, la política de viviendas en la zona rural de Dakar obedece no solamente a la elasticidad y a la familia numerosa (que puede comportar además del padre, la madre y los niños, los abuelos/las, los tíos/tías, y a veces los sobrinos/nas, los yernos/nas, etc.) sino también a las estrategias culturales heterogéneas.

Estos dos factores hacen volver a la concepción de la "vivienda moderna" en la zona rural de Dakar siempre con un fuerte marco del hecho tradicional. Esta concepción pone en relieve la manera de habitar, la utilización del espacio según unos criterios muy culturales y la territorialidad según los modelos sociales de la gran familia. Por eso los nuevos modelos de arquitectura que se difunden generalmente en el país, aún si empiezan a introducir el individualismo, tienen mucho en cuenta las características culturales que dirigen ante todo las practicas ligadas al uso del espacio por y para la gran familia. Sin embargo hay que decir que los nuevos modelos de individualismo que conducen desde luego a la atomización de los grupos no deterioran en nada las relaciones de solidaridad. Estas individualizaciones son jóvenes parejas a veces, en buena situación económica, que prefieren vivir sin la asistencia de sus padres, algunas viudas o algunas parejas monogámicas.

La conjugación de todas estas características hace que la "vivienda moderna" (vivienda a base de cemento por oposición de la de paja) encuentra su plaza en el sistema y sobretodo en las estrategias de auto construcción. A pesar del hecho que el cemento es muy caro, aún que sea de producción local, el mercado regional de Dakar ofrece una gama de variedad de materiales más o menos accesibles para todos los monederos. Así, la política de viviendas cuenta con un cierto numero de oportunidades que favorecen su proliferación: la promoción de materiales locales; la auto construcción que es unos de los sectores más practicados en la zona rural ya que la mayoría construyen su vivienda según el sistema de "coup par coup" (según los medios que tengan y sin prisa) y no son solventes o formales para acceder a los créditos de la promoción inmobiliaria o de las cooperativas. En este sector, el único inconveniente que se encuentra en esta dinámica de construcción es que ésta se opera a veces sin ningún respecto de las reglas de urbanismo o aún sin autorización de construir. El MUH reconoce así que en el 1998 en la región de Dakar que "cerca de 40 % de las construcciones no son autorizadas". Esto está más empeorado por el hecho de la ausencia de un Código de construcción que los poderes públicos son todavía incapaces de producir o hacer resaltar para el respeto de las normas urbanas en la auto construcción.

La otra oportunidad es la importante acción cooperativa de promoción de viviendas. El apoyo para la creación de cooperativas de viviendas por parte de las autoridades ha favorecido una eclosión de unidades de agrupamientos para la producción de viviendas. Es así que a lado de la especulación inmobiliaria, las cooperativas de viviendas llevan sus propias actividades de promoción de viviendas sociales. En la zona rural de Dakar ha habido de golpe una proliferación de estas cooperativas y eso desde que "(...) el Estado ha puesto en marcha un fondo revolving destinado a ayudar a los miembros de las cooperativas de viviendas para constituir su aportación previa a fin de poder acceder lo más rápido al crédito", (MUH, 1998, p.8).

Hay también el desarrollo de la promoción inmobiliaria. De nuevas viviendas creadas por las sociedades inmobiliarias. Hay que decir que el sector informal y sobretodo las nuevas formas sociales participativas generadas por la urbanización difusa han contribuido mucho a acelerar el proceso estructural actual del espacio en la zona rural de Dakar. Eso también ha favorecido la aparición de nuevas actividades informales. Estas actividades son: el comercio al mayor, el "tiercé" o Pmu (Pari mutuel urbain, especie de lotería sobre las carreras de caballos que se hacen fuera de Senegal), los servicios de "télécentres" (cabinas telefónicas privadas), los campamentos y albergues turísticos, etc. Esta descentralización, hay que recordarlo, debe mucho al sector privado cuya economía informal constituye una parte importante.

En efecto, desde que los poderes públicos han puesto en marcha una política de liberalización de ciertos productos alimentarios de primera necesidad que entran activamente en la provisión de los Senegaleses a mediados de los años noventa, una nueva iniciativa empresarial privada popular ha nacido también en la zona rural de Dakar, a la imagen del resto del país. Es así que se han abierto, al lado del pequeño comercio comúnmente llamado "comercio de detalle", un nuevo tipo de comercio que hasta ahora era patrimonio de los grandes centros urbanos: el comercio al mayor o venta al mayor.

A partir de ahora, los pequeños comerciantes o vendedores no están obligados a ir a las ciudades periféricas como Rufisque, Pikine o Bargny para abastecerse de mercancías al mayor. Todo y casi todo se hace, en la práctica, en el área de la zona rural de Dakar y particularmente en los grandes pueblos. Por lo que de la provisión alimentaria al mayor, los productos pedidos y servidos son: el arroz, el aceite, el jabón, el azúcar y la sal; mientras que la venta al detalle compensa las otras necesidades. En cuanto al sector agrícola, está abastecido por las nuevas unidades de venta al mayor de semillas y fitosanitarios que se han desarrollado en la zona rural, paralelamente al comercio al mayor de los productos alimentarios. Estas unidades de venta se implantan a veces en ciertos pueblos centrales, con muy buenas comunicaciones o en algunas localidades donde la actividad agrícola ocupa más de la mitad de los habitantes.

Un dinamismo artesanal privado popular vivaz en medio rural

Se ha constatado una proliferación del famoso "tiercé" o Pmu y de las cabinas telefónicas privadas más conocidas por el nombre de "télécentres". Desde el advenimiento de un nuevo impulso de dirigismo al principio de los años ochenta observado en el microcosmo social y la liberalización total del teléfono en 1994 por los poderes públicos senegaleses, el sector privado ha cogido de nuevo de lleno esta actividad generando así empleos en las ciudades y en las zonas rurales. A partir de ahora, al lado de algunas cabinas públicas que habían instalado las autoridades y que permanecían incapaces de absorber la demanda del gran publico, se ha añadido una proliferación de "télécentres" que ofrecen otros servicios: fotocopias, fax, encuadernación, tratamiento de textos, etc. El Pmu ocupa una parte importante de la juventud, pero también de los adultos. Es la población femenina la que es más numerosa en ejercer la profesión de vendedor en el Pmu. Y como su nombre indica, este juego de azar que estaba únicamente reservado a los centros urbanos, se ha propagado rápidamente en los campos de Dakar. Actualmente, en cada núcleo de pueblos están implantados, al menos, dos kioscos de Pmu.

El espíritu empresarial privado popular ha permitido entonces ofrecer localmente una multitud de servicios que los poderes públicos eran incapaces de asegurar a las poblaciones rurales, pero también a suscitar un entusiasmo de creación de nuevas ocupaciones, para no decir de nuevos empleos. La zona rural de Dakar está ya haciendo una especie de revolución en la descentralización de las "actividades terciarias populares".

Hay también el sistema expansivo del turismo rural. Albergues y campamentos turísticos, sobretodo en las costas rurales sur (entre Bargny y Toubab Dialao) y norte (lago rosa), y complejos culturales (casas de jóvenes, centros culturales de danzas como el de Toubab Dialao, etc.) han acabado de dotar la zona rural de lugares de ocio. Los jóvenes ya no están obligados, cada fin de semana, a bajar a las discotecas o "dancings" de las ciudades. Ellos mismos organizan sus propias actividades en sus pueblos y en sus propios locales: casas de jóvenes, centros rurales, casas de mujeres, etc. Sin embargo, hay que afirmar que la mayoría de estos centros ocupacionales de jóvenes o de mujeres están construidos por las autoridades senegaleses y un pequeño numero de ellos se han realizado gracias a la cooperación internacional, con la ayuda de las Ong o de agrupamientos organizados.

Al lado de este esfuerzo de los poderes públicos, hay que reconocer que son las iniciativas privadas las que están a la base del movimiento del sector terciario de las ciudades hacia el campo. Se necesita también una movilización bastante importante de capital para desarrollar estos tipos de actividades que son, a veces, llevadas por los recién llegados. Esta remarca pudimos verificarla en 1994 con nuestras encuestas que revelaron que los ingresos de la población de la zona rural de Dakar eran débiles y no podían permitir el desarrollo de las actividades socioeconómicas de mayor amplitud.

Esta situación se explica por el hecho de que el "sector terciario rural" está en manos de un puñado de comerciantes o de gente rica que vienen de las ciudades. Las actividades de los recién llagados han cambiado una buena parte de las prácticas y de los sistemas de regulación tradicionales de los campesinos. Sistemas que sacaban su funcionalidad en la agricultura tradicional de secano. Además de las actividades que llevan, algunos recién llegados compran a veces parcelas de tierra en las cuales construyen residencias secundarias o desarrollan huertos familiares. Otros, por el contrario, deciden establecerse definitivamente con sus familias llegadas de los centros urbanos marcando así un comienzo de éxodo urbano; es decir, un éxodo de las afueras de las ciudades hacia la zona rural de Dakar.

Epílogo

El avance urbano es una realidad ahora en la zona rural de Dakar. Los nuevos proyectos de desarrollo y las operaciones urbanas, a largo plazo, ya retenidos para las autoridades van sin lugar a dudas conmocionar el espacio y el modo de producción de la zona rural. Por un lado, estos proyectos irán comportando seguramente un avance progresivo de ciudades basadas sobre la especulación de las tierras, y por otra parte van a suscitar nuevas relaciones fundadas sobre un aumento potencial de la dependencia (sobre todo alimenticia) con los centros urbanos grandes. Pensamos que la zona rural de Dakar perdiendo poco a poco sus aptitudes agroculturales va deber definitivamente orientarse, a largo término, hacia los centros urbanos de la región para poder asegurar sus provisiones en productos alimenticios si una política de revalorización de los perímetros periurbanos no esta rápidamente puesta en marcha. Así, si este proceso de urbanización sigue, sin paliativos, la zona rural de Dakar no será más en medida de resistir al avance de las ciudades.
 

Notas

1. El territorio nacional senegalés está dividido administrativamente por orden jerárquico, en Regiones, Departamentos, Arrondissements (subdivisiones de los Departamentos) y Comunidades rurales. La región es la primera unidad territorial del país, y está dividida en varios Departamentos que, a su turno, están divididos en Arrondissements. Las Comunidades rurales. Las Comunidades rurales son las subdivisiones de los Arrondissements. Las ciudades o Communes senegalesas son generalmente las capitales de provincias, chefs-lieux, de las regiones o de los departamentos, mientras que los pueblos y los villorrios (áreas rurales) son incorporados en el registro de las áreas de los Arrondissements y de las comunidades rurales. En el pensamiento popular, el término village (pueblo) se concibe como un centro de organización de la aldea, una comunidad colectiva, un espacio organizado donde se operan los modos de producción basados generalmente sobre lo sociocultural, la agricultura, la ganadería y la economía artesanal. Es en el episodio sociocultural que se tiene que insertar la dimensión política de la comunidad pueblerina que, a menudo, está dirigida por el jefe del pueblo, generalmente nombrado mediante una ley gubernamental. El jefe del pueblo que debe obediencia al Consejo rural (de la comunidad rural) es el que supervisa lo esencial de las prerrogativas ligadas a la gestión de las tierras. El village (pueblo) es así el penúltimo eslabón territorial del dispositivo administrativo senegalés; siendo el quartier (barrio)el último eslabón.
Pero desde mucho tiempo, el estado senegalés sigue practicando un centralismo incapaz de instaurar una nación entendida en el sentido del modelo occidental según F. Iniesta, (1998). Eso hace que la descentralización tiene entonces algunos limites para su aplicación en la practica territorial.

2. Los Cerp significan: Centros de Expansión Rural Polivalente. Están instituidos en Senegal desde el comienzo de los años setenta. Los Cerp son unas unidades dirigidas por un administrador que ha salido generalmente de la Escuela Nacional de Economía Aplicada de Dakar
 

Bibliografia

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