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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 94 (01), 1 de agosto de 2001

MIGRACIÓN Y CAMBIO SOCIAL

Número extraordinario dedicado al III Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

EL TERCER COLOQUIO INTERNACIONAL DE GEOCRÍTICA

Horacio Capel
Universidad de Barcelona


I

Los movimientos migratorios constituyen probablemente el mayor factor de cambio social que ha actuado en el mundo desde el comienzo del proceso de humanización. Cuando iniciamos los Coloquios de Geocrítica en 1999 decidimos dedicar uno a este tema, "Migración y cambio social". Creíamos que debíamos realizar un debate interdisciplinario sobre los procesos de migración, las redes y cadenas migratorias, la adaptación y el cambio social en una situación de movilidad creciente de la población.

Pero es indudable que los sucesos del último año le han añadido interés y urgencia social. El aumento de las cifras de inmigrantes extranjeros en España se consideraba como un síntoma de la normalización económica del país y estaba pasando relativamente desapercibido, hasta que surgieron los primeros conflictos sociales relacionados con la inmigración extranjera con sucesos como los del barrio de Can Anglada en Tarrasa o los del Ejido, entre otros, que conmocionaron a la opinión pública. En el último año la prensa y los medios de comunicación se han hecho eco de un amplio debate social o han contribuido a provocarlo.

No se trata solo de un fenómeno que afecte a España, donde ha sido especialmente llamativo debido a la falta de tradición inmigratoria. Los movimientos migratorios están adquiriendo unas dimensiones y carácterísticas totalmente nuevos, al igual que otros muchos rasgos de nuestra sociedad.

Hemos de repensar hoy, en efecto, muchas cosas: la nación, la ciudad, la educación, las formas de trabajo, los estilos de vida. Se están creando áreas urbanas multiétnicas, multiculturales y cosmopolitas. Se plantean nuevos problemas de cohesión social y de identidad. Todo ello supone retos para los investigadores sociales y nos obliga a repensar muchos problemas, a mirar con ojos nuevos la realidad.

II

El interés por los movimientos migratorios en las ciencias sociales es creciente. En España el debate que se realiza es ya muy rico y se está intensificando con rapidez.

Como investigadores debemos diseñar y abordar programas de investigación ambiciosos e imaginativos sobre los procesos migratorios, sobre sus causas y sus consecuencias, sobre los conflictos que puede generar.

Necesitamos desde luego planteamientos generales y continuar debates que ya son habituales. Hemos de hablar, sin dudad, del otro y de la alteridad, de la xenofobia y el racismo, de la multiculturalidad y la pluralidad cultural. Pero hemos de plantear también otros muchos problemas: el mercado de trabajo, las redes sociales, las mafias y la "industria de la migración", el acceso a la vivienda, las políticas de ayuda a los países de emigración, la utilización política del fenómeno, y otras más. A estas cuestiones me he referido ya en un trabajo anterior (Scripta Nova nº 81), que ha dado lugar a algunas críticas y comentarios (Scripta Nova nº 83)

Son muchos los problemas que nos interesan y que consideramos relevantes para este Coloquio. En la convocatoria hacíamos un largo listado de los mismos; y aunque ha habido que agrupar las comunicaciones en una quincena de secciones, muchos de esos problemas aparecen tratados de una u otra forma.

Las contribuciones realizadas a este encuentro son muy estimables. Nos aportan gran cantidad de datos y de reflexiones para el debate. Y nos sitúan ante una multiplicidad de aproximaciones, de perspectivas y de fuentes.

En lo que se refiere a éstas últimas, es evidente el interés de explorar la utilización de nuevas fuentes, entre las cuales la historia oral permite aproximaciones muy sugestivas. Resulta también interesante la utilización de fuentes que hagan posible estudiar el proceso de la migración, que desciendan al análisis de como se toma la decisión para emigrar, al estudio detallado de las cadenas migratorias y de las redes sociales. Ya existen modelos sobre ello, con investigaciones históricas longitudinales que tienen un enorme interés.

No siempre el marco teórico está suficientemente explicitado. El déficit en la teoría es algo que afecta muy profundamente a los estudios sobre migración, como se ha puesto de manifiesto recientemente por diversos autores. La diversidad y la complejidad de las variables y de los factores que influyen es tan grande que hace difícil alcanzar esa meta, y a veces incluso plantearla.

El camino hacia una posible Teoría General de la Movilidad de la Población está lleno de enormes dificultades. Dicha teoría debería incorporar la dimensión histórica y prestar atención a las diferentes tipologías de los movimientos migratorios, así como a las diferentes escalas espaciales.

A la dimensión histórica, es decir, a la movilidad desde el inicio del proceso de hominización, en una perspectiva que debe ser considerada al comienzo en una dimensión antropológico-arqueológica, y proseguir con una cuidadosa atención a todas las circunstancias históricas específicas en las que se ha realizado el movimiento humano en las distintas fases de desarrollo. También debe incorporar las diferentes tipologías: migraciones internas e internacionales (afectadas, además por los cambios de las fronteras), voluntarias y forzosas, temporales y permanentes, legales e ilegales, de profesionales y de personas sin calificación, migraciones de activos y de jubilados, de hombres y de mujeres solos, de maridos o de esposas, de familias completas o parciales, de niños solos.

Se han de integrar también las diferentes escalas en que se realiza la movilidad. Desde los Grandes Descubrimientos Geográficos del siglo XVI las migraciones poseen un radio cada vez mayor y un volumen más masivo. Estas dos circunstancias se han acentuado en los últimos decenios, con la mejora y abaratamiento de los medios de transporte y la difusión de información. Pero siguen existiendo también movimientos de radio más reducidos, a la escala interestatal, interregional, intraregional, metropolitana y urbana.

Muchos de esos cambios intraregionales son en realidad cambios residenciales en las áreas metropolitanas, los cuales se ven afectados por las modificaciones de las rentas, de los gustos, del ciclo vital, por la constitución de nuevas parejas, por la llegada de inmigrantes y por los procesos de elitización o gentrificación. El estudio de esos factores y de los efectos de la distancia sobre la interacción humana, tiene ya una larga tradición en geografía y en otras ciencias sociales y puede integrarse fácilmente con el de los movimientos migratorios. Una posible Teoría General de la Movilidad de la población debería integrar todas esas escalas y aprovechar los estudios parciales que se han realizado a unas y otras.

Pero el estudio de las migraciones resulta especialmente complicado porque tiene dimensiones todavía más diversas.

La movilidad de la población tiene que ver con el mercado de trabajo, que posee características muy diferenciadas; con el desarrollo económico, con las expectativas vitales. Produce consecuencias económicas y sociales sobre el medio de salida y sobre el de acogida. Genera efectos de adaptación e integración y cambios culturales profundos. Afecta a la cohesión social y a los sentimientos de identidad de migrantes y receptores. Plantea problemas políticos y jurídicos delicados cuando se trata de migraciones transfronterizas. Y da lugar a políticas públicas que tienen incidencia sobre todo el proceso.

III

De todo ello se habla en las comunicaciones presentadas a este coloquio. Sin duda todas van a estimular el debate, ya que todas aportan datos y reflexiones. Todas, además adquieren sentido para ir avanzando hacia objetivos más ambiciosos, la formulación de hipótesis y conceptos, de teorías, de nuevas investigaciones.

Todos estos trabajos nos permitirán explicitar las dudas y las diferencias, y plantear nuevas preguntas.

Preguntas que se acumulan en relación con las noticias de la actualidad diaria. Los políticos acostumbran a hacer afirmaciones contundentes, que corresponden a sus intereses o ideales. Pero nosotros hemos de introducir sistemáticamente la duda.

Leyendo la prensa de los últimos días esas dudas surgen numerosas: ¿Es cierto que la oferta y la demanda pueden conjugarse de manera que ésta sea la principal fuente de regularización, como pretende el secretario general del sindicato Comisiones Obreras?; ¿es cierto que se puede ser "tierra de acogida, pero no de mestizaje", como pretende para Cataluña un Conseller de la Generalitat de Cataluña (en declaraciones realizadas en Manresa el 16 de mayo)?

Tenemos el reto de pasar de las investigaciones académicas que realizamos al planteamiento y explicitación de preguntas y de propuestas concretas que sean socialmente relevantes en relación a los problemas debatidos.

Seguramente la sociedad nos va a pedir que nos definamos, no ya como simples ciudadanos sino como científicos sociales, sobre las cuestiones que son debatidas en los medios de comunicación y que interesan ampliamente.

Por ejemplo, ¿deben establecerse cuotas a la inmigración?, ¿qué políticas de vivienda se necesitan?, ¿se autoregulan realmente las migraciones?, ¿funciona la Mano Invisible del Mercado Laboral?.

En las noticias de los medios de comunicación se acumulan informaciones sobre tomas de posición que parecen ser contradictorias. Por ejemplo: ¿se puede ser partidario de la libre circulación de capitales y de mercancías y poner barreras a la de hombres?, o al contrario, ¿se puede luchar contra la globalización y defender la apertura de fronteras y la libre circulación de personas?.

Hemos de ser conscientes que en este campo de la migración, como en otros de las ciencias sociales, las posiciones previas de los investigadores afectan al planteamiento de las investigaciones y a los resultados. Un examen sobre la forma como esos presupuestos no explicitados afectan a las investigaciones puede ser asimismo pertinente.

Nos hacen falta jornadas de reflexión y de debate, en las que todos podamos escuchar las opiniones de los otros, presentar nuestros hallazgos, nuestras certezas y nuestras dudas.

Debemos convertir a la universidad pública en ese foro de discusión de todas las ideas, de debate, de confrontación, de convivencia y de argumentación racional y civilizada de los puntos de vista enfrentados que puedan existir. Y digo bien la universidad pública, porque la privada defiende siempre intereses confesionales o económicos -ya que podemos suponer que para eso han sido creadas.

III

Modestamente y en la medida de nuestras posibilidades, a esos objetivos de debate público pretenden contribuir los Coloquios Internacionales de Geocrítica que se vienen celebrando desde mayo de 1999. En estos años los Coloquios de Geocrítica se han convertido ya en un foro de encuentro internacional, de decidida vocación interdisciplinaria y que trata de poner en contacto a maestros e investigadores experimentados y a jóvenes que justamente ahora se inician en la investigación, confiando en que es de ellos de los que saldrán las innovaciones teóricas y metodológicas que necesitamos.

Los jóvenes deben saber que pueden contar con la ayuda de los investigadores de más edad y experiencia. Como lo muestra la presencia en este Coloquio de dos maestros de talla internacional, los profesores Claudio Esteva Fabregat y Giacomo Corna-Pellegrini, por citar a dos especialmente relevantes, entre otros varios que están aquí presentes.

Este III Coloquio ha atraido el interés de investigadores muy diversos y de diferentes países, a los que les estamos profundamente agradecidos. Especialmente a los que vienen de fuera, que se han financiado el viaje hasta Barcelona.

Queremos que sientan nuestra amistad, nuestro deseo de constituir una red de investigadoras iberoamericanos que se reúna por el placer de discutir, de intercambiar información, de hablar por encima de las diferencias ideológicas, científicas o nacionales.

Solo tenemos una frustración, la escasa presencia de los estudiantes de nuestro Departamento, preocupados por sus exámenes y por obtener los créditos. Esa presencia reducida muestra que algo grave está ocurriendo en la Universidad de Barcelona (aunque seguramente no peor que los cabildeos a que se entregan nuestras autoridades universitarias, viejas y nuevas).

Los dos primeros Coloquios de Geocrítica (el primero, en mayo de 1999, dedicado al tema "Iberoamérica ante los retos del siglo XXI", y el segundo, mayo de 2000, a "Innovación, desarrollo económico y medio local") demostraron que se pueden organizar congresos científicos internacionales sin ninguna ayuda económica, contando simplemente con el entusiasmo y la voluntad de profesores e investigadores.

Pero no queremos caer en la soberbia de la humildad y la pobreza y por ello este año decidimos acogernos a las ayudas que la División de Ciencias Sociales y Humanas de esta Universidad concede a la organización de congresos. La que nos han otorgado de 250.000 pta, y que quiero agradecer públicamente, ha hecho posible atender a algunos gastos mínimos (como fotocopias, programas...) y contar con un refresco y café entre las sesiones, lo que espero nos permitirá aguantar la defensa y discusión de más de un centenar de comunicaciones, en sesiones continuadas de 9 de la mañana a 9 de la noche.

Además de ello, quiero expresar mi profundo agradecimiento, ante todo, al Coordinador del, Paulo Rodrígez Soares, y a todos los miembros del Comité organizador, cuya entrega y generosidad sin límites ha hecho posible este Coloquio. La colaboración de todos ellos ha sido totalmente desinteresada y altruista; su trabajo ha hecho posible leer y realizar una primera evaluación de las comunicaciones, corregirlas y homogeneizarlas, y publicarlas prácticamente todas antes del Coloquio, con el fin de que puedan ser leídas por los asistentes.

Asimismo deseo expresar mi agradecimiento al Comité Asesor internacional y a los moderadores de las secciones, que han aceptado prestigiar con su nombre el Coloquio y, en el caso de estos últimos, desempeñar la dura tarea de controlar rígidamente el tiempo de exposición (limitado a ocho minutos) con el fin de permitir luego un debate.

Al Director del Departamento de Geografía Humana y al Vicepresidente de la División de Ciencias Humanas y Sociales por haber aceptado la invitación para presidir esta sesión inaugural.

Y finalmente a todos los que se han inscrito, y a los asistentes, porque su presencia nos permite comprobar la utilidad de nuestro trabajo y nos anima a seguir organizando otros nuevos Coloquios en el futuro.

© Copyright: Horacio Capel Saez, 2001
© Copyright: Scripta Nova, 2001



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