Menú principal                                                                                                                                 Índice de Scripta Nova
 
Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 94 (106), 1 de agosto de 2001

MIGRACIÓN Y CAMBIO SOCIAL

Número extraordinario dedicado al III Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

FIESTA, MIGRACIÓN Y FRONTERA

María Cristina Hevilla
Universidad Nacional de San Juan (Argentina)
Universidad de Barcelona (España)


Fiesta, migración y frontera (Resumen)

A fines del siglo XIX los procesos de movilidad de población entre habitantes de la zona central de Chile y la provincia de San Juan (Argentina) estuvieron vinculados con las orientaciones económicas de los estados nacionales en su proceso de conformación. En sus desplazamientos interfronterizos las poblaciones trasladan algunas de sus pautas culturales. En este caso particular analizaremos la relación entre movimientos de población interfronterizo y el desarrollo de la fiesta en honor a la Virgen de Andacollo, una festividad de carácter religioso popular cuya práctica involucra tanto los aspectos de diferenciación como los de aproximación vinculados en la propia idea de la frontera (1).

Palabras clave: migración fronteriza /frontera/fiesta/Argentina-Chile



 
Celebration, migration and frontier (Abstract)

By the end of century XIX processes of mobility of population between inhabitants of the central zone of Chile and the province of San Juan (Argentina) were tie with the economic directions of the national states in their process of conformation. In their interborder displacements populations transfer some of their cultural guidelines. In this particular case we will analyse the relation between movements of interborder population and the development of the celebration in honour to the Virgin of Andacollo, a feast of popular religious character whose practice involves so much the differentiation aspects as those of tie approach in the own idea of the border.

Key words: Frontier migration/frontier/celebration/Argentina-Chile


La historiografía argentina que analizó los movimientos de población del siglo XIX, puso su atención sobre todo en la llegada de migrantes europeos, de acuerdo con el proyecto político y económico de la llamada generación de 1880, cuyo objetivo era potenciar la llegada al país de estos grupos en el contexto de los cambios económicos producidos por la división internacional de trabajo. Se ha profundizado en el análisis de temas como por ejemplo el acceso a la tierra, el origen y las causas de la decisión de migrar como también sobre su influencia en los movimientos políticos del momento. Menos atención ha recibido los movimientos de población interfronterizos.

La migración proveniente de países limítrofes a la Argentina ha sido estudiada sobre todo en el siglo XX. Las líneas de investigación han desarrollado entre otros aspectos la exclusión social, la participación de los migrantes en los sectores de producción y las estrategias de supervivencia. Nos ha parecido que tanto desde la perspectiva de los procesos históricos de los movimientos de población como así también en el caso de los desplazamientos limítrofes recientes, se ha prestado menor atención al traslado de las pautas culturales y su resignificación como modos de adecuación de los pobladores que proceden de los países fronterizos.
 

Apuntes sobre los movimientos de población trasfronteriza

Desde los datos proporcionados por el primer censo nacional en 1869 hasta los expresados en los censos del siglo XX el arribo de habitantes de población de países limítrofes a la Argentina ha representado entre el 2 y el 3 por ciento de la población total. Esta llegada ha sido asociada al trabajo agrícola y a regiones determinadas. En rasgos generales se relaciona a los paraguayos con la cosecha de algodón y yerba mate del noreste del país; a los bolivianos con el tabaco de Salta y Jujuy, la caña de azúcar de Tucumán, la horticultura en Mendoza y Buenos Aires y a los chilenos con la recolección de la pera y la manzana en Neuquén y con actividades como la extracción del petróleo y la construcción en la Patagonia. Finalmente cabe destacar que los migrantes uruguayos llegados a Argentina no se insertaron en la actividad agrícola sino en la de servicios en Capital y gran Buenos Aires (2).

Otra de las características generales que ha distinguido históricamente a estos movimientos de población originarios en los países vecinos ha sido que los mismos tuvieron un carácter constante y espontáneo y, que al menos durante todo el siglo XIX y hasta casi la mitad del siglo XX, contribuyeron a superar el déficit de mano de obra local. En algunos casos cuando se trataba de traslado de población laboral en la frontera los migrantes continuaban viviendo en su país y trabajaban en Argentina; y en otros la migración adquirió un carácter estacional vinculada con los ciclos agrícolas de determinados cultivos de tipo circular con carácter semi-permanente. Ello significaba que los migrantes pasaban de la cosecha de un cultivo a la de otro y, por lo tanto, de una a otra región. En términos generales las causas de la migración se debieron a problemas económicos de sus países de origen, planificada en el seno de cada hogar trabajador, no pensada como definitiva y apoyada por una red social de familiares y amigos existentes en los lugares de llegada que los ayudaban y asistían en los primeros tiempos debido a su experiencia en el país receptor.

Los estudios que desde la antropología se están realizando en la actualidad prestan atención a las pautas culturales de los migrantes en Argentina, a cómo éstas se insertan socialmente y son reelaboradas en el lugar de asentamiento elegido por los migrantes. Sin embargo y aunque no han sido muy analizadas con anterioridad estas características de la migración se han dado históricamente y sobre ellas han influido numerosas situaciones en las que los vínculos históricos entre los lugares fronterizos y los países expulsores probablemente han sido importantes.

Centrándonos en el grupo migratorio que nos interesa (los chilenos) el lugar de llegada (provincia de San Juan, región de Cuyo) y la época (el siglo XIX) analizaremos el traslado de pautas culturales de uno a otro lado de la frontera, su significado y su reelaboración a través del tiempo. Tomaremos como ejemplo representativo la fiesta en honor a la Virgen del Rosario de Andacollo (Chile), la participación de sanjuaninos en ella, el traslado de la fiesta a los valles preandinos en San Juan y posteriormente al oasis central. De este modo veremos cómo una festividad religiosa originada en la época colonial en Chile, es recreada localmente en San Juan adquiriendo algunas particularidades de acuerdo al nuevo lugar de implantación sin perder los vínculos con la celebración que se desarrolla en Chile y, a la vez, sin presentarse como conflictiva.

Como hemos dicho la generación de 1880 promovió la entrada de migrantes europeos a la Argentina con el objetivo de poblar el territorio del nuevo Estado e incorporar mano de obra al mercado de trabajo que surgió en el país ante su papel de exportador de materia prima en el contexto de la economía mundial. Unas décadas antes, en 1865 se realizó el primer censo nacional y en 1895 el segundo (3). Dichos censos ofrecen datos que dan cuenta de los cambios en la evolución de la movilidad de la población de origen chileno en la provincia de San Juan.(Cuadro 1)

.

Cuadro 1
Población de origen chileno en los departamentos sanjuaninos 
según los censos de 1869, 1895 y 1914
Censos 1865 1895 1914
Departamento N° hab. origen chileno Departamento N° hab. origen chileno Departamento N° hab. origen chileno
Jáchal (incluye
Iglesia)
379 18,4% Calingasta 392 26,1% Calingasta 436 31,3%
Ciudad 319 15,5% Iglesia 157 10,5% Iglesia 185 13,3%
Calingasta 294 14,3% Desamparados 145 9,7% Capital 127 9,1%
Trinidad 172 8,4% Jáchal 126 8,4% Jáchal 119 8,5%
Concepción 158 7,7% Concepción 117 7,8% Pocito 62 4,5%
Desamparados 136 6,6% Pocito 102 6,8% Trinidad 54 3,9%
Pocito 124 6% Trinidad 92 6,1% Albardón 36 2,6%
Total hab. chilenos en San Juan
2059

1500

1392
Fuentes: Primer Censo de la República Argentina, verificado los días 16, 17, y 18 de septiembre de 1869. Buenos Aires: El Porvenir, 1772; Segundo Censo de  Población, Resumen de la República, 1895. Bibliografía. GÓMEZ, Graciela y MIRANDA, Gladis. Análisis de la inmigración internacional en San Juan a través de los Censos.1869/1980. Trabajo seminario de Demografía Histórica. Universidad Nacional de San Juan, 1990.(inédito).


En un primer análisis se advierte que en términos absolutos la llegada de población chilena a la provincia de San Juan fue importante a partir de la primera mitad del siglo XIX y que en los dos censos de este siglo representó un grupo significativo lo que de alguna manera refleja cierta continuidad en los vínculos históricos entre San Juan y Chile. En segundo lugar, en el período analizado por los tres censos la migración chilena disminuyó; sin embargo, contrariando la tendencia general de la provincia en los departamentos de Calingasta e Iglesia se observa un aumento de la población de origen chileno. Es importante no perder de vista que, al menos en los territorios de los departamentos de frontera citados, la población de este origen al dedicarse a actividades como el pastaje en los valles interandinos y a la minería en los valles preandinos en muchos casos residió en ellos ya sea en forma temporal, estacional o transitoria. Tanto en Iglesia como en Calingasta se registran los oratorios más antiguos dedicados a la advocación del la Virgen de Andacollo.
 

A uno y otro lado de la frontera: la fiesta en honor a la Virgen del Rosario de Andacollo en Chile y en San Juan (Argentina)

Es conocida la importancia de la devoción mariana en toda América desde la conquista, reflejada en un importante número de advocaciones como, por ejemplo, la Virgen de Luján en Argentina, la Virgen de Guadalupe en México y la Virgen del Carmen en Chile, entre otras muchas.

El pueblo de Andacollo pertenece en la actualidad a la IV Región chilena, es una localidad montañosa localizada a 1.035 metros a nivel del mar al sureste de La Serena (54 km). El nombre de Andacollo parece tener un origen quechua (4). La región del Norte Chico chileno (actuales III y IV región) forman parte de un ámbito mayor denominado Chile Norte, que comprende desde el límite con Perú y Bolivia hasta Santiago y Valparaíso por el Sur. Las condiciones generales del llamado Norte Chico en relación al clima son intermedias entre la severa aridez del Norte Grande (actuales I y II Región), y las zonas más frías y húmedas del sur del país. Por su parte, el Norte Chico cubre unos 80.000 km2 y comprendió históricamente dos provincias, según la división administrativa anterior a la establecida por el gobierno chileno en 1979 en regiones: la de Coquimbo con 39.647 km2 con capital en La Serena (con latitud igualada con los valle de Jáchal e Iglesia en San Juan, Argentina), y la de Aconcagua con 9.873,km2 y capital en San Felipe (coincidente latitudinalmente con el Valle de Calingasta en San Juan, Argentina).

Según el padre Principio Albas, es presumible que los primeros indicios del culto a la Virgen en Andacollo no tuvieran lugar antes de 1580, pues los primeros relatos de bailes en su honor se registran en el manuscrito del Libro de Danzas del Cacique Laureano Barrera entre 1585 y 1590 (5). Es necesario aclarar, como bien señala P. Albas, que es poco probable que esta imagen fuera precisamente la de la virgen del Rosario en la medida en que recién en el año 1573 el Papa Gregorio XIII instituyó la fiesta de devoción a dicha Virgen, desde cuya fecha comenzaron a propagarse algunas de sus imágenes bajo esta advocación, existiendo solamente algunas pocas en conventos dominicos europeos. Esto quiere decir, entonces, que la advocación como Virgen del Rosario podría ser más tardía que el inicio del culto mariano en la zona de Andacollo.

Durante un corto tiempo la capilla de Andacollo, estuvo bajo la advocación de San Miguel debido a que la imagen de la Virgen que fue primeramente objeto de devoción había desaparecido. La falta de una imagen para la celebración del culto es una situación no permitida por el reglamento litúrgico; ante esto, el obispo diocesano Fray Diego de Humanzoro, instituyó en 1672 como patrono a San Miguel, ya que la Iglesia poseía una imagen del Arcángel. Ante la gran devoción mariana de la localidad, el párroco Bernardino Álvarez del Tobar junto con los vecinos mandó a hacer una imagen de bulto a Lima (Perú) que llegó en octubre de 1676, la que, luego de ser bendecida, se restituyó como titular de la parroquia (6).

A partir de la santificación de la imagen traída del Perú en el siglo XVII y hasta la actualidad, tanto en octubre como en diciembre, se celebran fiestas en honor a la Virgen del Rosario de Andacollo también denominada Virgen China o virgen de la Montaña. La celebración del primer domingo de octubre es llamada Fiesta Chica y en ella se adorna a la Virgen con elementos de plata. El primer domingo de octubre, durante la Fiesta Chica de Andacollo, asisten bailarines y devotos de los pueblos chilenos de Ovalle, Coquimbo y La Serena y, en esta oportunidad, se produce el traslado de la imagen en procesión del templo antiguo a la iglesia más moderna, construida en 1893, acompañada por tres bailes locales; la celebración continúa con la misa y procesión. La de diciembre es denominada Fiesta Grande (26 de diciembre); en este caso, la imagen es adornada con elementos de oro, trasladada del templo chico al templo grande y son característicos los bailes de los chinos en honor a la Virgen (7).

En la fiesta de Andacollo en Chile se desarrollan distintas danzas, tal es el caso del baile de los chinos, el de Turbantes de La Serena o Turbantes del Obispo, el de los Danzantes y el del Instrumento Grueso, todos los cuales fueron incorporadas en los rituales dedicados a la Virgen de Andacollo en distintas épocas.

El baile de los chinos es el más antiguo y es considerado típico de Andacollo. El vocablo chino es de etimología quechua y tiene la acepción de servidor y en el proceso de mestizaje esta palabra se hizo extensiva a los devotos de divinidades y santos patronos del catolicismo (8).No hay datos suficientemente seguros para expresar una fecha exacta de aparición de este baile en la festividad de Andacollo, pero parece probable que durante el siglo XVII ya se realizaban habitualmente. Los chinos mantienen una serie de figuras coreográficas y la danza de salto acrobático se acompaña con flauta de caño y tambores. La mayoría de los autores señalan que en 1752 se presentó por primera vez en la festividad, el "baile de Turbantes de La Serena" o "Turbantes del Obispo", danza suave con instrumentos como guitarra, acordeón, tambor, triángulo y pito. Posteriormente en 1798 surgió el "Baile de Danzantes" que se caracterizó por un continuo zapateo y su música se ejecutaba con guitarra, triángulo y pito. En el siglo XX, (1958) apareció el "baile de Instrumento Grueso", en el que todos los bailarines llevaban cajas y tambores y algunas panderetas, estos son originarios del norte de Chile (9).

Los bailes chinos en Chile, en particular, han sido analizados por un grupo de investigadores de este país que sostienen que el sentimiento religioso entre campesinos y pescadores es profundo, ya que este grupo social depende directamente de los elementos de la naturaleza ofrecidos para su supervivencia -desde la opinión de estas sociedades- por la divinidad. De esta manera se establece una relación de favores y gracias con la divinidad; a la divinidad se le baila, se le toca y se le canta para satisfacer ciertas necesidades fundamentales: salud, lluvias y una buena cosecha en el interior del territorio protección y abundante pesca en el litoral.

Según Claudio Mercado en su estudio sobre bailes chinos en Chile Central, el sistema religioso en que se insertan los bailes y sus devotos es el católico, respetan a los curas como los representantes de la Iglesia y las fiestas se realizan en honor a los santos católicos, a la Virgen, y en otros días festivos del calendario ritual católico como Corpus Christi, Semana Santa, Ascensión de la Virgen y Navidad. En realidad, se trata -según el autor- de una mezcla entre prácticas de origen indígena y otras de procedencia española. En palabras de Mercado:

"El ritual de bailes chinos podría insertarse dentro de un marco general de rituales populares americanos, en los que confluyen aspectos propiamente locales (el tipo de música instrumental, los instrumentos musicales, la relación entre la música y estados especiales de conciencia) y otros españoles (el canto del alférez, la institución católica y su corpus de imágenes sagradas). Aunque las comunidades que lo practican no son indígenas (…) sino campesinos y pescadores que podrían ser catalogados como mestizos, parecieran conservar un sustrato indígena que ha logrado mantenerse pese a la fuerza de la cultura dominante(…). Es importante mencionar que la estética musical de la música instrumental de los bailes chinos es absolutamente ajena y contraria a la europea, es decir, se trata de una manifestación que, en lo estrictamente musical, está relacionada a las poblaciones indígenas que habitaban la zona central de Chile antes de la llegada de los españoles" (10)


Aunque el autor citado excluye los bailes que se ejecutan al norte de Illapel, en el cual se encuentran los realizados en Andacollo, nos parece oportuno realizar algunas observaciones. Desde nuestro punto de vista el baile en honor a la Virgen del Rosario que se realiza en Andacollo (Chile) está relacionado con la población minera y no con campesinos y pescadores. Además, de acuerdo con estudios históricos recientes no parece probable que en el ámbito del cono sur -al menos no en la zona andina central- los campesinos sean los descendientes de los indios (Por ejemplo, C. T. Michieli en sus estudios de San Juan en el siglo XVIII niega esta aseveración). Otra evidencia que, de alguna manera pone en duda lo expresado por los investigadores chilenos, en relación a las influencias indígenas en los rituales vinculados a la fiesta es la existencia de una danza semejante, con música similar, con los mismos trajes -incluso los sombreros con espejito-que se realiza aún en las ciudades de Mariana y Ouro Preto en Minas Gerais,(Brasil).Estas ciudades fueron antiguas áreas mineras durante la Colonia no habitadas por las mismas poblaciones aborígenes que el ámbito central de Chile (11). En lo que sí acordamos con las investigaciones chilenas citadas es en que el uso de estandartes y la existencia de figuras como el alférez tienen una estrecha vinculación con las festividades europeas (españolas o lusitanas). Queda por dilucidar en el caso de la fiesta concreta a la que nos referimos los lugares de la península ibérica donde estas danzas fueron incorporadas a los rituales festivo-religiosos como así también la época, lo que nos ayudaría a definir similitudes y diferencias con las danzas que se dan en otras partes de América Latina.
 

La frontera como escenario y paso de fieles

Los estudios realizados en relación con las fiestas que involucran el cruce del límite entre España y Portugal sostienen que la peregrinación hasta el santuario con una duración que puede oscilar en horas o días, supone en sí misma un ritual de tránsito. Durante la peregrinación se ponen de manifiesto los valores de generosidad, hospitalidad y ayuda mutua entre los feligreses que llevan adelante el cruce de la frontera (12).

La festividad celebrada en honor a la Virgen de Andacollo en particular posee una importante devoción en la provincia de San Juan.Hasta no hace muchos años desde ella acudían fieles hasta no hace muchos años de los departamentos norteños de Iglesia y Jáchal como "peregrinos" al santuario de Andacollo en Chile cruzando la cordillera frontal a caballo o en mula por un camino de herradura (13) a través de la Cordillera de Olivares (5.280 m) que suele estar cubierta por nieves eternas. También asistían al santuario andacollino pobladores del valle calingastino.

El ya citado padre Principio Albas, en su libro sobre esta festividad publicado en 1944 expresó:

"No hablaremos de esas pequeñas peregrinaciones que en grupos de veinte, quince y menos individuos suelen llegar todos los años por los meses de Enero y Febrero, procedente de Argentina, particularmente de la provincia de San Juan, de la región de Cuyo, no sin gran sacrificio, por cierto, ya que se trata de hacer el viaje a lomo de mula por quince y más días, atravesando la cordillera por cañadas escabrosas y entre ventisqueros de lluvia y nieve, no rara en aquellas regiones aún en épocas de verano;" (14).
Más adelante, en su libro Albas muestra una imagen de la antigua catedral de San Juan (destruida por cierto en 1944 por un terremoto), sobre la cual agregó:
"la catedral de San Juan de Cuyo, en Argentina, foco fecundo de peregrinaciones marianas a Andacollo; en esta iglesia se festeja todos los años con toda celebridad la novena de Andacollo; lo mismo que se hace en las Parroquias de Andacollo existentes en Santiago de Chile y en Valparaíso" (15).
Lo expresado por el padre Albas refleja que, por lo menos, para la Iglesia oficial, la festividad de la Virgen de Andacollo vinculó a la población sanjuanina a la localidad donde se realizaba tal celebración en Chile más que a los habitantes de cualquier otra provincia cuyana. Pero no sólo el Padre Albas observó este desplazamiento religioso a través de la Cordillera. Desde 1910 los estudios chilenos hacen referencia a las peregrinaciones desde San Juan a Andacollo. Ricardo Latchman, antropólogo que trabajó en Chile a principios el siglo XX en su estudio sobre esta festividad nombró tres veces a las peregrinaciones desde Argentina y una sola vez a las peruanas. Otro autor chileno, Uribe Echeverría, en su obra sobre la Virgen de Andacollo tratando el tema del alojamiento de los fieles llegados a la ciudad con motivo de la festividad reproduce las palabras de un dominico: "han llegado muchos argentinos a caballo, desde San Juan y, desde luego, hay que darles preeminencia". Refiriéndose a los tesoros de la Virgen, el padre P. Albas señaló el origen de los regalos, entre ellos un rosario de cuentas de oro de dos metros de largo del gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 28 de noviembre de 1825 como así también, otros ejemplos de presentes argentinos en agradecimiento a la Virgen (16).

Durante el proceso de formación estatal nacional argentino algunos habitantes de Chile comenzaron a cruzar la Cordillera con el objetivo de incorporarse a los procesos productivos que se desarrollaban en San Juan y asentarse temporal o definitivamente en dicha provincia. A esta situación hay que sumarle el aumento y concentración demográfica en la región de Copiapó (Chile) en el último tercio de este siglo, ante el auge de la explotación salitrera y el fin de la Guerra de Pacífico. Estas situaciones promovieron la demanda de productos alimenticios de alto valor energético entre los que la carne ocupó un lugar fundamental. Se produjo entonces un aumento de la actividad ganadera, del comercio de la misma desde la Argentina hacia Chile y un traslado de población, desde este país en un principio temporal dedicada al engorde de ganado en los altos valles andinos del lado argentino (17). Probablemente el lugar del primer asentamiento de los trabajadores migrantes transitorios de Chile hacia San Juan fueron los departamentos adyacentes o cercanos a límite internacional ya que éstos conservaban mayores y más continuos vínculos familiares con la región chilena. Además Calingasta anteriormente había ofrecido posibilidades de trabajo temporal en minería durante la gobernación de D. F. Sarmiento (1862-1864).

En efecto, los dos censos realizados en el siglo XIX en la Argentina ya mencionados permiten constatar la continuidad de estos desplazamientos aún luego del proceso de formación nacional estatal, desde Chile hacia la provincia de San Juan permitiéndonos observar las localizaciones de estos grupos y su posible relación con las más antiguas y tradicionales manifestaciones de la fiesta en honor a la Virgen del Rosario de Andacollo en San Juan.

Las peregrinaciones religiosas a la festividad de Andacollo -como también el trabajo temporal o las necesidades laborales- nos señalan que la cordillera de los Andes no representó un obstáculo en el tema que nos interesa, que es observar cómo una festividad religiosa trascendió el límite impuesto por los Estados, ampliando su área simbólica de influencia que traspasaba las montañas y dando muestras de la continuidad de los vínculos culturales de una región que estuvo históricamente unida.

En realidad, la fiesta de Andacollo no es la única que ha provocado una peregrinación transfronteriza entre Argentina y Chile. Un caso similar de religiosidad popular se dio en el territorio de Neuquén (Argentina), a fines del siglo XIX (entre los años 1880 a 1916) donde la migración económica significó el traslado de las prácticas religiosas chilenas a la provincia anteriormente citada. M. A. Cerutti y C. Pitta advierten que los chilenos emigraron a territorio neuquino en ese período imposibilitados de acceder a la tierra en Chile, encontrando en el suelo argentino el lugar adecuado para instalarse, por ser cercano a su lugar de origen, con tierras fiscales de fácil acceso, débil presencia del Estado argentino y una importante relación comercial con Chile. Según los autores esa región se vio "chilenizada" desde el punto de vista de la producción material y simbólica (18). En este sentido uno de los aspectos significativos fue la celebración de fiestas religiosas. La religiosidad popular fue una de las maneras en que los campesinos chilenos resolvieron sus problemas cotidianos como el aislamiento, la salud, la subsistencia económica, la relación con los otros y con lo sobrenatural (19).

La recreación de prácticas religiosas de origen chileno en áreas bajo dominio del Estado Argentino por parte de pobladores tanto chilenos como argentinos llevó a que la presencia de la cultura popular chilena en la zona rural fuera importante. De esta manera la frontera cultural del territorio no coincidió con la frontera estatal nacional.
 

La celebración de la Fiesta de Andacollo en San Juan

La fiesta de Andacollo fue culturalmente trasladada desde Chile a San Juan por arrieros, mineros y viajeros a través de la Cordillera(20)y no por iniciativa de la Iglesia oficial. La Fiesta Grande de Andacollo que se celebra en el paraje denominado Los Tambillos en el valle preandino de Iglesia (San Juan), según lo observado por Mariano Gambier a principios de la década del 1980, comienza con una novena en la cual se reza el Rosario y luego los promesantes de todas las edades bailan y cantan a la Virgen del Rosario de Andacollo durante nueve días en cumplimiento de las promesas de ellos y las de sus padres. El fin de la novena es el 26 de diciembre. Los asistentes, sobre todo las mujeres, rezan el rosario y luego el cuerpo de promesantes baila durante una hora sin detenerse. Según el autor:

"El baile responde a una coreografía y música que al igual que la letra difiere levemente de pueblo en pueblo. Los instrumentos usados son guitarra, tambor y triángulo que regionalmente es denominado 'timbre'. En líneas generales la coreografía muestra a los danzantes encolumnados en dos líneas en donde alternan hombres y mujeres con los más altos adelante, situados frente a la imagen de la Virgen. El movimiento consiste en avances y retrocesos con movimientos simétricos de las piernas hacia los laterales con el frente siempre hacia la Virgen. En algunas ocasiones se entrecruzan las hileras y en otras los de atrás pasan adelante. Al final uno a uno se van despidiendo de la Virgen sin dar nunca la espalda a la imagen. Ocasionalmente y de acuerdo a las órdenes del director los promesantes que 'sostienen' o financian la fiesta, entre las estrofas fijas de la programación se dan a conocer cantando. En otro momento los promesantes especiales avanzan por un callejón formado por los restantes promesantes generales y presentan sus promesas a la imagen de la Virgen. El baile termina con la retirada en retroceso de los bailarines, los que reciben el nombre de 'chinos de la Virgen', cerrando la acción los músicos que lo hacen también retrocediendo" (21).

La fiesta reproduce el orden social mostrando jerarquías sociales, como se observa en la cita; los creyentes que financian la fiesta tienen un lugar más relevante y destacado en el ritual que los que no lo hacen.

En su análisis sobre la realización de la fiesta en honor a la virgen del Rosario, en la misma localidad, C. Krause afirma que tanto allí como en el departamento de Calingasta,(en el sector suroeste de la provincia que también limita con Chile) ninguna de las parroquias tienen como titular la Virgen del Rosario. Ello quiere decir que la marcada devoción a la Virgen de Andacollo o Virgen de la Montaña en estos sitios como en otros departamentos provinciales de acuerdo con los estudios de otros investigadores está en estrecha relación con la celebración de esta festividad en el pueblo chileno de Andacollo. Son los históricos vínculos culturales y las migraciones laborales, a las que ya nos hemos referido, los que sostienen esta interrelación.

En este contexto, podría entenderse que para los grupos locales el traslado a Andacollo para cumplir una promesa, hacer un pedido o agradecer a la Virgen no constituyó un impedimento. Por un lado, desde la vivencia espacial de los mismos los Andes no eran infranqueables y desde antiguo se cruzaban estas montañas para llegar a pedir o a agradecer a la 'Virgen China' de Andacollo. Por otro lado, las dificultades del viaje fueron parte de los sacrificios que los devotos necesitaban realizar para lograr los favores de la divinidad. El viaje a Andacollo se hace muchas veces generalmente como cumplimiento de una promesa que ha hecho una madre cuando ha nacido su hijo con algún problema de salud. Por ejemplo la promesa puede consistir en que cuando el niño cuando crezca vaya a caballo al santuario chileno de Andacollo una o más veces. C. Krause expresa que Andacollo queda a "tres días a caballo" del departamento de Iglesia y la mayoría de los iglesianos ha concurrido más de una vez al santuario andacollino (22).

La devoción a la Virgen de Andacollo ha sido y es significativa también en el valle de Calingasta. Según los historiadores locales M. Herrera y J. G. Ponce, desde principios del siglo XX y hasta 1938, en la localidad de Barreal en el departamento de Calingasta existió un oratorio en honor a la Virgen de Andacollo, en el cual se concentró la vida religiosa de la localidad. Su propietario, José María Flores lo habría erigido en cumplimiento de una promesa y según estos mismos autores existen fotos que documentan la realización de la fiesta en honor de la Virgen de Andacollo en la localidad de Barreal fechadas en 1916 y en 1917. En ellas se observa al pueblo calingastino reunido en torno al oratorio, a la imagen y con sus vestimentas semejantes a las usadas actualmente (23).

Como observamos se suele rendir homenaje a la virgen de Andacollo, esta vez sin atravesar la frontera, en los santuarios familiares o templos privados. Según A. Casado Alcalde, el caso de los templos familiares sería un ejemplo de la mayor apropiación por parte del pueblo de una imagen religiosa, ya que esta se deja, en una casa particular, una propiedad privada, durante unos días y la gente del pueblo va a visitarla. En ese caso la familia que posee y protege el templo, es guardiana de la imagen. La presencia de la Virgen resulta ser un elemento de influencia política y moral de esta familia (24).

En San Juan, las familias que mantienen de forma hereditaria el templo y la fiesta construyen una habitación que tiene la función de capilla o una casa templo como la citada por C. Krause localizada "sobre la ruta de tierra que une Iglesia y Calingasta. Es la ruta provincial n° 412 poco transitada" (25). Esta capilla se encuentra en una zona cercana a los dos límites: el internacional con Chile, ya que tanto Iglesia como Calingasta, como ya hemos afirmado, son departamentos fronterizos, y el administrativo provincial entre los dos departamentos, con poblaciones muy devotas de la Virgen del Rosario de Andacollo.
 

Lo nuevo y lo viejo en la fiesta, la memoria colectiva. El estado nacional y la reformulación de la fiesta

En la fiesta de Andacollo en Chile, se entremezclan el culto católico y costumbres de los pobladores del lugar. Desde las primeras referencias, se observan las influencias hispánicas; ellas se reflejan, por ejemplo, en el uso de estandarte y banderas y en una organización similar a la de las cofradías del sur de España, donde se constatan las presencias de autoridades como mayordomos y alférez.

Latchman, miembro corresponsal en Chile de The Royal Anthropological Institute Great Britain and Ireland en Chile, al describir la fiesta de Andacollo en 1910 expresó: "Las cofradías son sin duda la continuación de las antiguas hermandades o sociedades secretas de los tiempos españoles" (26).

En búsqueda de los datos sobre esta festividad, encontramos que en las litografías del Atlas de Claudio Gay sobre Chile fechadas en 1838 (a sólo veinte años de la Independencia de este país)una bandera que puede identificarse como chilena (ver figuras n° 1). Este hecho nos está diciendo que durante la primera mitad del siglo XIX existen antecedentes que permiten la asociación de la celebración de Andacollo con los elementos identificatorios de la nación chilena. La ausencia de referencias al respecto en la bibliografía consultada no permite inferir en qué momento comenzó a usarse la bandera nacional chilena en la festividad andacollina. A medida que avanzaba el siglo XIX, y con más fuerza en el siguiente, se observa que los cánticos y los pedidos a la Virgen en Chile hacen una referencia concreta a la nación chilena y se dirigen a que la divinidad otorgue protección a las tropas por ejemplo durante la guerra del Pacífico y, posteriormente, a las autoridades eclesiásticas y gubernamentales de dicho país (27). Ello permitiría afirmar que la conjunción entre intereses estatales y religiosos contribuyeron a conformar una comunidad imaginada, a la vez, chilena y católica.
 


Figura 1
Fiesta en Honor a la Virgen del Rosario de Andacollo (Chile) 1838.

 
 

Figura 2
Detalle de la figura 1

Fuente: GAY. Claude. Album D'Un Voyage dans la Republique du Chili par Claude Gay. Original Paris: Imprime Thunot,1838. Santiago: Editorial Antártida, 1982.


Antes hemos señalado que los cambios que se originan en el devenir histórico producen transformaciones en las fiestas en la medida que los contextos recrean sus significaciones y contenidos. A lo largo del siglo XIX cuando se consolidaron los estados, a uno y otro lado de la frontera aumentaron los símbolos que señalaban las diferencias estatales. A su vez frente a este proceso de diferenciación, la simbología religiosa pretendió acentuar la unidad y hermandad entre las naciones.

Así en las celebraciones de la festividad en honor a la Virgen de Andacollo en San Juan se observa la convivencia entre banderas argentinas y chilenas. En la descripción del baile de los chinos en Los Tambillos (Iglesia-San Juan-Argentina) C. Krause expresa:

"Entre ambas corridas [hileras], y algo más delante que ellas, se ubica el 'cantor' que lleva la bandera chilena, con el cabo del asta apoyado en la cintura. A su derecha se coloca el "primer danzante" que es el bailarín más antiguo y lleva la bandera de la paz- blanca y amarilla. El resto se coloca por antigüedad, luego por estatura y al final las mujeres, cuyo número no asciende a doce. Cada uno de los danzantes lleva una pequeña bandera Argentina" (28)


C. Krause observa que durante el baile religioso, también se le rinde homenaje a la Virgen con las banderas argentinas y chilenas que se inclinan ante la imagen. Según la autora, el uso de las banderas no sólo aproxima a ambos países sino también acerca los intereses religiosos y los políticos bajo un mismo signo el de la devoción. Citando a Victor Turner, C. Krause observa que "la forma externa de la danza -'polo sensorial'- condensa los bailes andacollinos, es decir revive ritualmente la procedencia, el origen [Chile]. Así el fuerte sentimiento de adhesión a la Virgen provoca un fuerte sentimiento de hermandad entre los pueblos, ambos 'devotos hijos' de una misma Virgen Madre" (29).

Como ilustración de la unidad que provoca la devoción a la Virgen del Rosario entre las poblaciones chilena y argentina, Krause señala lo ocurrido en el año 1978 cuando, frente a la posibilidad de que el conflicto limítrofe entre Argentina y Chile desembocase en un enfrentamiento armado, en la localidad sanjuanina de Iglesia los fieles rogaban y realizaban promesas a la Virgen del Rosario de Andacollo por la paz.

Más allá del sentimiento religioso como elemento identificatorio común entre las comunidades fronterizas en una situación de conflicto internacional, cabría revisar más en detalle el papel diferenciador o unificador entre las comunidades a partir de la incorporación de las banderas nacionales en las celebraciones. C. Krause destaca que la combinación entre banderas argentinas y chilenas supone una aproximación simbólica entre las poblaciones de ambos estados nacionales, además las claras similitudes entre los bailes y cantos a la Virgen en Los Tambillos con los de Andacollo, permite deducir que se "verifica una continuidad del espacio entre dos grupos territoriales, unidos por un único valor religioso. Así, el 'polo ideológico' de esta danza sincrética es la abolición de la discontinuidad geográfica. La virgen de Andacollo supera el orden jurídico-político" (30).

La incorporación de las banderas (en especial de la bandera argentina) se dio al menos en el momento en que dicha fiesta comenzó a realizarse también en las localidades sanjuaninas en el período que abarca fines del XIX y la primera mitad del siglo XX, teniendo en cuenta la afirmación de C. Krause sobre el comienzo de la celebración de Los Tambillos cuatro generaciones hacia atrás, ya que el aprendizaje se trasmite de padres a hijos (31).

Estimamos que esta fecha está en directa relación con los datos sobre las migraciones chilenas que decidieron establecerse finalmente en suelo sanjuanino afectadas por la crisis económicas en la IV Región chilena. Se observa entonces en el uso de la bandera una reafirmación de la identidad nacional entre los estados limítrofes A diferencia de la opinión de C. Krause pensamos que la incorporación de las banderas nacionales hablaría de objetivos diferenciadores.

En el proceso de apropiación del nacionalismo estatal por parte de las localidades fronterizas ha sido muy importante el papel que ha desarrollado el sistema educativo que ha acudido a símbolos como la bandera en su intento de lograr la identificación de la población con la nación. Sin embargo, no parece constituir un problema en la celebración de esta festividad en San Juan que quien encabece la danza porte una bandera chilena; podríamos considerar este hecho como un ejemplo de los vínculos históricos con Chile de todo Cuyo, en general, y de los valles preandinos del oeste sanjuanino, en particular.

Como expresan Hernández de León, Castaño Madroñal, Quintero Morón y Rafael Cáceres Feria en su análisis sobre las fiestas entre el límite de Portugal y España:

"En los procesos de construcción de las identificaciones aparecen imágenes ambiguas para la identificación del 'otro'. Los aspectos negativos y positivos se entrecruzan en el mismo discurso. Así, se utiliza la experiencia directa, es decir, la experiencia procedente del cara a cara para reforzar y matizar el discurso institucionalizado, el discurso trasmitido ideológicamente a nivel estatal. De forma que en el estudio de las fiestas que se dan en las fronteras es fácil identificar los estereotipos compartidos a escala estatal que califican al país vecino y que mediatizan las imágenes que se desarrollan a escala local" (32).


Trasladando la reflexión anterior al caso de los departamentos sanjuaninos más cercanos al límite internacional en la realización de la fiesta andacollina se entrelazan un discurso nacional argentino en relación al "chileno", que, coexiste con la experiencia histórica compartida de convivencia y, las experiencias locales, (el cara a cara) de los habitantes de la zona en contacto con sus vecinos chilenos.

A. Giuliani analizó las características musicales de la festividad en los departamentos sanjuaninos de Capital (Concepción), Chimbas (localidades de Villa Paula y Villa Unión), Ullúm (en Villa Ibáñez) en el oasis central a 2, 6 y 25 kilómetros de la plaza central de San Juan (donde está el kilómetro cero) respectivamente y, en Jáchal, en las localidades de Tamberías y La Represa a una distancia aproximada de 160 km de San Juan. En algunos de esos lugares la manifestación religiosa popular se habría iniciado en capillas familiares durante el siglo XIX y en otros a comienzos del XX como ya hemos señalado anteriormente. La autora afirma que este ritual está plenamente vigente en las zonas que ha estudiado e involucra en su mayor parte a familias argentinas con la participación de algunas personas de origen chileno. En un comentario inicial A. Guliani expresa:

"Se observan en este ritual grupos diferenciados que estarían representando a Chile y Argentina respectivamente, y otros que en sí mismos contienen elementos simbólicos, que representan equitativamente a los dos países. El primer caso corresponde a los grupos de Tamberias (Jáchal, el más cercano a la frontera), la música y los medios de ejecución que utiliza cada grupo nos induce a asociarlos con uno u otro país, así como con una tradición de origen indígena o de origen occidental. La música ejecutada por cajas y flautas en el 'Baile Chino' remitiría por su sonoridad al mundo indígena. En San Juan, esta música y sus instrumentos, no son usados con otro fin, por lo cual la gente la identifica como de Chile. Por comparación el grupo  Danza aparece como la contrapartida occidental al valerse de música tonal que, ejecutada por guitarras y bombos en el contexto celeste y blanco de la vestimenta y las banderas, es interpretada y entendida como Argentina. El segundo caso corresponde a los grupos relevados en Chimbas y Ullum (más lejos del límite y en el oasis central) entre los cuales musicalmente predomina lo occidental que, en la zona, se asocia con lo argentino. La denominación genérica de Chinos para todos los que bailan, así como la mención de las flautas (que la mayoría de los grupos no utilizan), en los textos que cantan, remiten a lo chileno. La anualidad del rito garantiza el equilibrio: la Virgen de Andacollo une a los pobladores de San Juan con los de la IV Región de Chile, mientras que la música afirma la identidad de cada grupo. Quedaría por determinar de qué baile chileno procede el Baile Chino y si la música y el baile ejecutados por la Danza y por los grupos de Chimbas, Ullum y El Rincón son creaciones autóctonas o variantes locales de bailes chilenos" (33).
Según la misma autora en los grupos de bailes chinos estudiados por ella, la indumentaria consta de un tocado, banderas y vestimenta. Nos interesa destacar en nuestro análisis el tema de las banderas.
"Solamente argentinas (Danza de Tamberías); una chilena (Baile Chino de Tamberías); argentinas, chilenas, una papal, una rosada o de la virgen, y una roja y amarilla o de Santa Bárbara (Chimbas y Ullum); argentinas (Albardón). Vestimenta: pantalón blanco y camisa celeste con excepción de un grupo que lleva camisa amarilla (Chimbas); de civil (Ullum); ídem que Chimbas a excepción del acordeonista que viste camisa roja y corbata blanca (Albardón); pollera o pantalón blanco, mujeres y hombres respectivamente, y camisa celeste (Danza de Tamberías); pantalón rosado y camisa celeste intenso (Baile Chino de Tamberías). No se observaron elementos sonoros asociados a la indumentaria" (34).


El análisis de la festividad realizado por Guliani, nos permite reflexionar sobre varios aspectos. Concretamente, en el ejemplo de las fiestas celebradas en Jáchal hay mayor coincidencia con la fiesta en Chile, esto se observa en hechos tales como la celebración en la misma fecha que en Chile: el 26 de diciembre; la celebración del baile chino con bandera chilena (como en la litografía de C. Gay), la presencia de un coordinador o alférez, y en el aspecto musical son los únicos que usan la flauta. Sin embargo a diferencia de la festividad chilena una de las danzas lleva la bandera argentina.

A medida que nos alejamos del límite, las diferenciaciones con la festividad chilena son mayores y aluden a otros aspectos además de los musicales de acuerdo con lo expresado por Giuliani; la denominación de chinos y la alusión a las flautas en los recitados son los únicos aspectos más próximos a los de los bailes chilenos. Ante esto podemos pensar que probablemente en las villas cercanas a la capital ha habido una mayor fusión de las nacionalidades, por medio de matrimonios mixtos o generaciones que son sanjuaninos con antepasados chilenos muy cercanos. En esas zonas parecería más necesario distinguirse de otros grupos sanjuaninos que veneran y bailan a la virgen de Andacollo que señalar la diferencia de nacionalidades.

En la capilla particular perteneciente al Señor Oliva, en Chimbas, departamento localizado al norte del oasis central, a ocho kilómetros del centro de San Juan, ocurre actualmente la celebración en honor a la virgen de Andacollo. Esta manifestación de la religiosidad popular, en donde se producen los "bailes chinos" como expresión devocional estarían ligados a las regiones de Copiapó, Coquimbo y Valparaíso. Esta presencia se hace evidente tanto en las referencias orales de los propios bailarines, como en los componentes plásticos e icónicos que sobresalen y dominan el ambiente de la fiesta de la Virgen de Andacollo, en la citada Capilla particular en San Juan. En efecto, se observan "innumerables banderas chilenas, que junto a las argentinas componen parte del material simbólico y ornamental que portan las dos columnas de bailarines que regularmente conforman los bailes locales" (35).

Refiriéndonos al departamento antes citado, Chimbas, O. Rodríguez con un equipo de investigadores sanjuaninos ha analizado las características de integración de la villa marginal llamada Mariano Moreno. Esta villa es conocida también por la denominación "Villa de los Chilenos", lo que da cuenta de la nacionalidad de la mayoría de su población que con el tiempo se combinó con grupos "iglesianos", es decir de habitantes originarios del anteriormente mencionado valle de Iglesia. Dicha villa fue en sus comienzos una agrupación de familias provenientes de los departamentos del oeste sanjuanino -sobre todo de Iglesia-; en algunos casos se trata de matrimonios de nacionalidad chileno-argentina basada en las relaciones que se establecieron hasta principios del siglo XX en los valles de pastoreo en la Cordillera de los Andes. En este trabajo sobre religiosidad popular se señala la persistencia continuada desde inicios del siglo XX hasta la actualidad -a pesar de que la población actualmente haya cambiado y sea mayoritariamente nacida en Argentina- de la festividad de la Virgen de Andacollo. Entre las variaciones locales producidas en esta Villa se pueden observar los cambios de fechas, la Fiesta Chica se celebra en noviembre y no en octubre. Otro ejemplo es la ejecución del llamado baile de "Los danzantes o de los chinos de la Virgen" durante la Fiesta Grande. Esta última denominación para los bailes da cuenta de que éstos han perdido la individualidad originaria de Andacollo (o de Chinos o de Danzantes) mostrando los cambios locales. En esta celebración se presentan tres banderas, la papal, la chilena y la argentina. Según los autores la festividad en honor a la Virgen de Andacollo en esta villa es la fuente donde la diversidad se atenúa y cobra vigor la armonía de la comunidad (36).

De acuerdo a los trabajos presentados por A. Guliani, C. Krause y O. Rodríguez se advierten características diferenciales entre las celebraciones de esta fiesta en los departamentos más cercanos al límite (Calingasta, Iglesia Y Jáchal) y los del oasis central. Así, a medida que se aleja del límite, las fiestas en honor a la Virgen adoptan características propias que acentúan las diferencias entre los grupos locales (sanjuaninos) y la fiesta andacollina que se realiza en Chile. De todos modos, su celebración en distintas localidades sanjuaninas parecería vincularse a la instalación de migrantes chilenos que con su desplazamiento en distintas épocas trajeron el bagaje cultural familiar de participación en la fiesta de Andacollo en Chile o de devoción familiar a la Virgen.
 

Conclusiones

La provincia de San Juan mantuvo vínculos administrativos con la Capitanía General de Chile hasta el año 1776 en que toda la región de Cuyo pasó a pertenecer al recién creado Virreinato del Río de la Plata. Sin embargo, hasta fines del siglo XIX la región de Cuyo en general, seguirá vinculada de diferente manera con Chile, en especial la región de los altos valles interandinos y preandinos sanjuaninos. A ellos llegaron en el pasado y continúan haciéndolo hasta la actualidad, los pastores chilenos en el verano para aprovechar las pasturas para sus rebaños.

El traslado de pobladores de origen chileno (pastores, arrieros y mineros) a San Juan y con ellos el traslado de pautas culturales, en este caso representadas por una festividad religiosa popular -la fiesta en honor a la Virgen del Rosario de Andacollo-constituye un ejemplo histórico de los recursos culturales a los cuales acuden los migrantes para integrarse a su lugar de llegada.

Ya sea en la provincia de San Juan o en la de Neuquén, ambas adyacentes al límite internacional, la religiosidad popular trasciende y amplía su área simbólica haciendo caso omiso de las divisiones jurídico-estatales representadas en el límite internacional. En el caso sanjuanino la celebración de la festividad permite la simultánea integración-diferenciación: según mi opinión, a la vez que participan conjuntamente argentinos y chilenos en su celebración, la pertenencia nacional diferenciada se refuerza simbólicamente por el uso de las banderas nacionales de los dos países.

Otro ejemplo de festividades que se realizan en ámbitos fronterizos argentinos, pero esta vez en el ámbito norte del país, en la localidad de la Quiaca (Argentina) es la práctica del baile llamado La Diablada. Gabriela Karasick estudia un suceso reciente relacionado con esta festividad y su realización en territorio argentino, considerado un "robo cultural" por parte de las autoridades de la localidad limítrofe de Villazón (Bolivia.) Es de nuestro interés señalar que en las entrevistas transcritas en el artículo de Karasick, se hace referencia al uso de banderas bolivianas lo que estaría representando según los realizadores (argentinos) el origen boliviano de la danza. Sin embargo, este hecho particular así como la ejecución de esta danza en el Carnaval de la Quiaca (Argentina) fue considerado conflictivo en el contexto actual de la frontera y tuvo como consecuencia la realización de acciones que puso en juego el tema de las identidades nacionales (37). No se conoce sucesos semejantes en lo que a San Juan se refiere y a la realización de la fiesta de la Virgen de Andacollo a pesar de la inclusión de banderas chilenas y argentinas.

Consideramos que la celebración de la fiesta de Andacollo da cuenta de un territorio simbólico, diferenciado al establecido por los límites jurídicos territoriales creado a partir de la continuidad temporal y continuidad espacial de una práctica religiosa que trasciende los límites jurídico territoriales. A su vez, dentro de este territorio simbólico el paso de un lado a otro de la Cordillera adquirió hasta no hace mucho tiempo el carácter de un rito particular dentro de la liturgia como es el de la peregrinación. Teniendo en cuenta la peregrinación transcordillerana, el hecho adquiere mayor significado si se observa que la celebración comenzó a practicarse en templos familiares en la provincia de San Juan, en ámbitos que tuvieron y en algunos casos aún tienen, alguna relación con poblaciones de origen chileno.

Así pues, observamos como el traslado de pautas culturales en el caso que presentamos da cuenta de estrategias de integración de los migrantes a su lugar de llegada, mostrando cómo en una práctica festiva popular y religiosa, se recuerdan los orígenes (chilenos),al mismo tiempo, que la participación de nuevas generaciones introducen variaciones en la festividad. En este contexto, aunque los símbolos estatales señalan la diferencia impuesta por las propias acciones de los Estados, también podrían contener otros significados otorgados por los propios pobladores locales y que tiene que ver con la representación simbólica de su origen.
 

Notas

1. Esta comunicación es parte de laTesis Doctoral que desarrollo bajo la dirección del Dr. H.Capel en la Universidad de Barcelona

2. VENECIA Roberto y GAZZOTTI, Alejandro. Migración limítrofe y empleo: precisiones e interrogantes: Estudios Migratorios Latinoamericanos,1995, año10, n ° 31, p.576.

3. Es de nuestro interés destacar que particularmente en el primer censo citado se realizó una constante comparación con los índices y características demográficas de Chile. A la vez, es oportuno señalar que los censos del XIX son difíciles de contrastar ya que tiene en cuenta variables diferentes de análisis y están confeccionados de muy diferente manera, muestran períodos intercensales discontinuos y, al mismo tiempo se produjeron cambios en las divisiones jurídico-administrativas debido a las transformaciones de las leyes de ordenamiento departamental que tuvieron lugar en esos años.

4. ALBAS, Principio. Historia de la Imagen y el santuario de Ntra. Sra. Del Rosario de Andacollo. Chile: Imprenta Claret, 1944, p. 17.

5.  ALBAS, Principio. Historia de la Imagen …Op. cit., p. 42. EL cacique Laureano Barreras -según este autor- fue el más famosos de los últimos caciques de los caciques danzantes de la Cofradía de Nuestra señora del Rosario de Andacollo. Este andacollino copió en una lista todos los bailes existentes, sus jefes y participantes en 1895. (p.162)

6. ALBAS, P. Historia de la Imagen y el santuario…Op. cit., p.58 La imagen de la Virgen sufrió varias transformaciones: en 1828 el Mayordomo de la Cofradía de Andacollo le realizó cambios en la vestimenta y en 1886 se le aclaró el rostro

7.  KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario de Andacollo. Scripta Ethnologica, 1993, V. XV, p. 138.

8. DANNEMAN, Manuel. Enciclopedia del folklore de Chile. Chile: Editorial Universitaria, 1998, p.163.

9.  ALBAS, P. Historia de la Imagen y el santuario…Op. cit.132-133.KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario de Andacollo. Scripta Ethnologica, 1993, V. XV, p. 138-139. En relación al baile que aparece en las propiedades de la marquesa de Piedras Blanca y Guana, puede tener relación con la importancia que tenía para María Bravo el aspecto religioso. Según el estudio de Margarita Iglesias y Cristian Leal, la marquesa era fiel devota de las vírgenes sobre todo de la de la Merced pero también, de la del Rosario y de la virgen de los Remedios. Una prueba de ello es la cantidad de dinero dejada en su testamento y otras disposiciones relacionadas con obras de caridad y arreglos de conventos. Para mas datos sobre el tema se puede consultar: IGLESIAS, Margarita y LEAL, Cristian. La marquesa de Piedra Blanca y Guana: Una mujer en la Serena colonial. Publicaciones Cyber, p.1-13.
(http://www.uchile.cl/facultades/filosofía/publicaciones/cyber/Cyber4/texto/miglesias.html)

10. MERCADO, Claudio. Música y estados de conciencia en fiestas rituales de Chile central. Inmenso puente del Universo.Revista Chilena de Antropología, 1995-1996, n° 13.
http://www.rehue.csociales.uchile.cl/rehuehome/facultad/publicaciones/antropología/rcha13/antr13-8.htm)

11.Leila M. Fraga en un artículo publicado en la Revista Divulgación Científica, de Brasil analiza el carácter religioso de la fiesta de la Congada en la ciudad de Catalao, en el estado de Goias (de tradición minera) en la cual presenta imágenes de la fiesta que tiene similitudes con la que se festeja en Chile en Andacollo en honor a la Virgen del Rosario. Los orígenes más remotos de la Hermandad vienen desde el siglo XVI en Portugal donde también algunos estudios señalan la presencia y influencia negra en las fiestas. Los estudios del folclore brasileño indican la presencia de los esclavos semi-libertos desde 1820 en estas fiestas, los esclavos participaban con las creencias y costumbres cristianos que iban adaptándolas a los ritos africanos. La fiesta de Nuestra Sra. del Rosario es asociada a la diosa "Iemanjá" de los negros africanos encuentra distintas versiones y definiciones en todo el país. Sobre las tradiciones de la Congada de Cataläo, la autora observó en las conmemoraciones una mezcla del catolicismo y de los ritos africanos y las danzas de orígenes africanas: danza de los Congos (región del Congo) y Mozambique (región de Mozambique).La autora concluye que la fiesta da Congada en la ciudad de Cataläo sus ritos y simbolismo representan la necesidad de reafirmación social y política de aquellos que tienen un importante papel en la construcción y formación de la sociedad brasileña - los negros. FRAGA, Leila. Irmanda de Nossa Señora do Rosario das Congadas de Cataläo: a legitimacao da ordem. Divulgación Científica,1999, v.3, p.165-182.

12. MORENO NAVARRO, Isidoro. Identidades y Rituales. In PRAT, Joan, MARTÍNEZ Ubaldo, CONTRERAS, Jesús, MORENO, Isidoro (Ed.) Antropología de los Pueblos de España. Madrid: Taurus Ediciones, 1991, p. 629.

13. Camino de herradura se le llama a la senda que se reconoce por la identificación de las huellas de las cabalgaduras que han pasado previamente por el lugar

14.  ALBAS, Principio. Historia de la Imagen…. Op .cit., p. 276.La cursiva es nuestra.

15.  ALBAS, Principio. Historia de la Imagen….Op. cit., p. 283..

16.  LATCHMAN, Ricardo. Virgen de Andacollo. La fiesta de Andacollo …Op. cit., p. 678; URIBE ECHEVERRÍA, Juan. La Virgen de Andacollo y el Niño Dios de Sotaquí. Chile: Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1974, p. 21; ALBÁS, Principio. Historia de la Imagen….Op. cit. p. 79.

17.  GAMBIER, Mariano. Los valles preandinos de San Juan. Documenta Laboris, 1981, p. 8.

18.  CERUTTI, Ángel y LVOVICH, Daniel, Migración y prejuicio: los inmigrantes chilenos en el territorio del Neuquén 1885-1930. Revista de Historia, 1993 Concepción: Facultad de Educación, Humanidades y Arte (U. De Concepción), Año III, vol. 3, p. 136.

19.  CERUTTI, Ángel y PITA, Cecilia. Los santos cruzan la cordillera. Migración y religiosidad popular de los campesinos chilenos en el territorio del Neuquén, Argentina, 1880-1916. Seminario Interno de Investigación, Universidad del Comahue,1997.

20.  KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario de Andacollo. Scripta Ethnologica, 1993, V. XV, p. 137-154.

21.  GAMBIER, Mariano. Los valles preandinos de San Juan. Documenta Laboris, 1981,p.19.

22. KRAUSE, Cristina. Templos familiares…Op.cit., p.137. Sin embargo, algunos iglesianos de mayor edad nunca pudieron cumplir la promesa porque la vigilancia fronteriza ya no permitía el cruce a caballo sin guía ni permisos durante la década de 1970. Agradezco el comentario de la experiencia de los trabajadores iglesianos en las campañas arqueológicas a C. T. Michielli

23. HERRERA, Mónica y PONCE, Juan Gervasio Ponce. Crónica de la Iglesia en Calingasta. San Juan: Multycopy, 1999, p.70. Los templos en honor a la advocación de la Virgen de Andacollo en el actual departamento Calingasta se localizan en la zona norte: en Castaño, Villa Nueva (dos oratorios de las familias Martín y Cortez); en Villa Corral (el culto aquí se mantiene independiente a la Iglesia oficial); en Calingasta propiamente dicho, en Alto y Alto Verde (existe una pequeña capilla perteneciente a la familia Montaña) y, al sur, en Barreal la primera citada erigida por José María Flores. M. Herrera y J. Ponce advierten que no se encuentra ningún oratorio con esta advocación en la capital del departamento, Tamberías, ni en las localidades de La Isla, Hilario, Sorocayense. Actualmente la liturgia tradicional se vincula a la liturgia de la Iglesia.

24. CASADO ALCALDE, Alejandro. El culto popular a las imágenes en Andalucía. De lo manifiesto a lo latente. In GÓMEZ GARCÍA, Pedro(ed.). Fiestas y religión en la cultura popular Andaluza España Universidad de Granada, 1992. p.110-111.

25. KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario de Andacollo. Scripta Ethnologica, 1993, V. XV, p.138

26. LATCHMAN, Ricardo. Virgen de Andacollo. La fiesta de Andacollo y sus danzas. Anales de la Universidad de Chile, 1910, V. CXXVI, p. 681.Ricardo Latchman fue miembro corresponsal en Chile The Royal Anthropological Institute Great Britain and Ireland.

27. Mariano Rojas y Juan de los Santos Ríos expresaron esta relación luego de volver de la Guerra contra Bolivia y Perú: "Dentre centenares de miles/Que de balas les tiraban/Y batiéndose exclamaban:/¡Reina Divina de Chile!/….Tu rostro fue el estandarte/y tus manos las trincheras, para que vencer pudieran lo imposible en esa parte/…En tu nombre sacrosanto/el ejército chileno/iba y del caños al trueno/se oían gritos y llantos…". ALBAS, Principio. Historia de la Imagen….Op. cit., p. 145-146.

"Para el presidente de Chile/ os pido protecció,/pa' legisladores y jueces /de toda nuestra nación/. Pema del baile Chino N° 1. URIBE ECHEVERRÍA, Juan. La Virgen de Andacollo y el Niño Dios de Sotaquí. Chile: Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1974, p.96-97 Aunque el autor no precisa la fecha de este verso en particular en páginas anteriores comenta haber asistido a la fiesta de Andacollo desde 1933 por diez años. KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario de Andacollo. Scripta Ethnologica, 1993, V. XV, p.140

28.  KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario …Op. cit., p.140.

29.  KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario de Andacollo. Scripta Ethnologica, 1993, V. XV, p.143. Cuando la autora se refiere a " Polo sensorial" hace alusión a lo propuesto por Víctor Turner en cuanto a las tres propiedades que tienen los símbolos: condensación, unificación de significado y la polarización de sentidos. En relación a esta última característica, el autor, diferencia dos polos de sentido fácilmente distinguibles. Por un lado, el "polo ideológico" referido a los componentes de orden moral y social, a principios de organización, a tipos de grupos corporativos, a normas y valores inherentes a las relaciones estructurales, del que se espera que guíe y controle a las personas como miembros de grupos y categorías sociales. El cambio el "polo sensorial" se relaciona con la forma externa del símbolo, conectados a procesos naturales y fisiológicos, esperando que provoque deseos y sentimientos. TURNER, Víctor. La selva de los símbolos. España: SigloVeintiuno, 1980, p.31-32.

30.  KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario Op. cit. p.143-144.La cursiva es nuestra.

31.  Cristina Krause publicó este trabajo en 1993, en el expresa que la imagen que se venera e Los Tambillos y que ocupa el centro del altar de la casa-templo es "la que trajo el dueño de esta casa desde Chile. Es la "Patrona" o "Dueña de casa" (…) los hombres de la familia, que mantienen el templo y la fiesta de la Virgen, lo han heredado del abuelo materno, quién concurría a Andacollo con cierta regularidad por el camino de herradura. Trajo la imagen que se venera, organizó la fiesta y construyó un templo de menores dimensiones. Sus nietos que hoy superar los 65 años fueron quienes lo ampliaron". KRAUSE YORNET, María Cristina. Templos familiares a nuestra señora del Rosario…Op. cit. p.139.

32.  HERNÁNDEZ LEÓN, Elodia, CASTAÑO MADROÑAL, Ángel, QUINTERO, MORÓN, Victoria y CÁCERES FERIA, Rafael. Fiesta y Frontera. Transformaciones de las expresiones simbólicas en la franja fronteriza de Huelva. Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, 1999, p.186.

33. GIULIANI, Alicia. Música para el baile de los chinos de la Virgen de Andacollo en San Juan, Argentina. p. 6 El destacado es nuestro. (http://www.margotloyola.ucv.cl/articulos/art01.htm.).

34.  GIULIANI, Alicia. Música para el baile de los chinos de la Virgen de Andacollo…. Op. cit. p. 2. (http://www.margotloyola.ucv.cl/articulos/art01.htm.)

35.  Investigadores del la Universidad de Valparaíso en Chile y de la Universidad de San Juan en Argentina se han propuesto indagar de forma más sistemática los movimientos culturales que se han producido y aun hoy continúan produciéndose a través de los Andes, mediante la comparación de resultados de investigaciones en torno a los bailes chinos y expresiones que posean significación social y cultural a ambos lados de la cordillera, con el objeto de descubrir perfiles de una territorialidad cultural cuyo marco teórico parece en nuestro medio insuficiente y postergado del interés científico. Algunos de los primeros pasos dados en este sentido ha sido la visita a San Juan para presenciar "bailes chinos" por parte de Agustín Ruiz estudioso de estas manifestaciones culturales en Chile y la participación y cesión de material por parte de Alicia Guliani de sus investigaciones para que formen parte del fondo Margot Loyola de consulta pública en el país trasandino. RUIZ, Agustín. Bailes Chinos en la región de Cuyo Argentina (http://www.margotloyola.ucv.cl/noticias/baileschinos.html) El destacado es muestro.

36.  RODRIGUEZ DE MOYANO, Olga y otros. Identidad e integración en la religiosidad popular. In III Encuentro de historia Argentina y regional. Cambios y permanencias en la historia Argentina y regional,, 1997, Tomo II, p. 329-348

37.KARASICK, Gabriela. A. Tras la genealogía del Diablo. Discusiones sobre la nación y el Estado en la frontera argentino boliviana. GRIMSON, Alejandro (comp.) Fronteras, naciones e identidades. La periferia como centro. Buenos Aires: Ediciones Ciccus, 2000, p.152-184. La danza denominada "La Diablada" -según la autora- es una de los bailes más característicos de las "entradas" del Carnaval de Oruro en Bolivia. Esta manifestación cultural es sentida y defendida por los bolivianos como patrimonio de su cultura "nacional". Sin embargo, esta danza como otras del altiplano se realizaron en territorios que hoy pertenecen a diferentes estados nacionales (Chile, Bolivia, Perú y Argentina) lo que haría improbable remontar su origen a un Estado particular.
 

© Copyright: Cristina Hevilla, 2001
© Copyright: Scripta Nova, 2001



Volver al principio de la página

Menú principal