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Scripta Nova.
 Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9788] 
Nº 94 (84), 1 de agosto de 2001

MIGRACIÓN Y CAMBIO SOCIAL

Número extraordinario dedicado al III Coloquio Internacional de Geocrítica (Actas del Coloquio)

TERRITORIO, MOVILIDAD DE MANO DE OBRA Y FORMACIÓN DEL MERCADO DE TRABAJO. EL PENSAMIENTO ECONÓMICO ESPACIAL HASTA LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Benito Muiños Juncal
Doctorando en Geografía Humana
Universidad de Barcelona


Territorio, movilidad de mano de obra y formación del mercado de trabajo. El pensamiento económico espacial hasta la Segunda Guerra Mundial (Resumen)

Esta comunicación se propone a demostrar la presencia del mercado de trabajo y de la movilidad de la mano de obra en el pensamiento económico espacial. Este estudio está basado, más especialmente, en una lectura de carácter cronológico de las principales obras de los más destacados investigadores europeos de la ciencia regional y sus teorías, desde Von Thünen hasta Lösch.

Palabras clave: pensamiento económico / ciencia regional / mercado de trabajo / movilidad de mano de obra


Territory, manpower mobility and labour market's formation. The spatial economic thought until the Second World War (Abstract)

This communication intends to demonstrate the presence of the labour market and the mobility of the manpower in the spatial economic thought. This study is based, more especially, in a chronological review of main works of important European schoolars and researchers in the regional science and its theories, from Von Thünen until Lösch.

Key-words: economic thougth / regional science / labour market / work mobility


La movilidad de la mano de obra y la formación del mercado de trabajo, especialmente en las grandes ciudades, están fuertemente relacionadas desde los tiempos más remotos. La gran mayoría de los teóricos de la ciencia regional, frecuentemente, relacionan la relación migración entre los distintos mercados de trabajo como resultado de decisiones individuales o como resultante de las relaciones estructurales socioeconómicas entre distintos territorios. El pensamiento económico espacial en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, presenta en sus teoría una importante contribución sobre la movilidad de la mano de obra, la formación del mercado de trabajo y desarrollo económico regional.

El pensamiento económico del siglo XVIII ya revelaba una preocupación con las cuestiones espaciales. La relación entre ciudad y campo, la localización de las actividades productivas, y la relación entre mano de obra y espacio ya estaban presentes en las obras de aquellos autores, especialmente Cantillon e incluso Adam Smith.

En la primera mitad del siglo XIX se empieza la construcción del pensamiento económico espacial. El alemán Johann von Thünen (1783-1850) es ampliamente considerado pro diversos autores como el "padre de las teorías de la localización", como lo define Claude Ponsard.

La obra de Thünen puede ser definida como un punto de ruptura con el pensamiento económico de su tiempo, especialmente la escuela clásica inglesa. Al mismo tiempo su obra retoma algunas de los principios de los autores del siglo XVIII. Otra característica de su obra, contrariamente a la mayoría de los economistas de su época, es que sus análisis estaban basados en observaciones empíricas, distintamente de los análisis abstractos realizados por aquellos

Propietario agrícola, agrónomo y economista aficionado, Thünen vivió en Mecklembourg, una localidad del norte de Alemania. Su principal obra fue "Der isolierte Staat in Beziehung auf Landwirtschaft and Nationalokonomie" publicada en 1826.

Su obra se caracteriza por explicar claramente y en términos espaciales diversos temas relacionados con los intercambios económicos como la influencia de las ciudades y su entorno, la localización de los cultivos y el transporte, y como estos influencian en la formación de los precios, de la renta y de los salarios.

Thünen utilizó modelos matemáticos en sus estudios sobre la distancia de las explotaciones y las ciudades, sobre los costes de transporte y la formación de los salarios. Así Thünen construyó un modelo donde definía la mejor localización para que cada cultura tuviera el mejor beneficio monetario de su explotación.

Thünen no concordaba con el pesimismo de Ricardo y Malthus en relación al aumento poblacional. Para él, además del control voluntario del embarazo, habrían dos salidas al problema: la intensificación de la economía agrícola y la implantación de industrias exportadoras. Creía que la producción agrícola podría ser aumentada a través de nuevas técnicas y que las previsiones de Malthus sobre el hambre no ocurriría.

Cuanto a los salarios, dentro de un "estado aislado" los trabajadores tenían dos opciones: ser empleados remunerados o explotar las áreas agrícolas marginales. Dos grupos de trabajadores en el territorio: un grupo mucho más numeroso formado por los empleados urbanos, y otro bien más resumido formado los trabajadores agrícolas de las áreas periféricas. Los salarios reales de la ciudad y del campo eran distintos en relación a distintos productos de consumo, sin embargo, Thünen creía que había un interés común de los empresarios y de los trabajadores de las explotaciones marginales de optimizar esta relación generando por lo tanto un equilibrio intraregional.

El desplazamiento de la mano de obra tenía entonces un efecto de equilibrio del mercado de trabajo, atrayendo hacia las ciudades, debido a los salarios relativos más altos en relación a los productos manufacturados, al mismo tiempo que garantizaba las actividades agrícolas.

Ser un pionero a Thünen le costó un cierto olvido por algunos años debido al dominio de la economía tradicional. Sus ideas influenciarían, en los años sesenta del siglo XX, los estudiosos de la "nueva economía urbana", así como a otros economistas ya que sus cálculos, la noción de distancia y los términos marginalistas por él creados, serían utilizados por una gran cantidad de investigadores.

A pesar de todo encontramos las ideas de Thünen influenciando algunos estudiosos alemanes en el siglo XIX. Dos de ellos fueron Wilhem Roscher, que publica su principal obra en 1865, y Albert Schaffle, en su libro publicado en 1873.

Para Roscher la industrialización de una región tenía como requisitos esenciales la existencia de una agricultura evolucionada, un consumo diversificado y refinado, una densidad demográfica capaz de permitir la división del trabajo compleja, oferta de capital y medios de transporte desarrollados.

En las regiones con precaria división del trabajo las industrias procurarían instalarse en las cercanías de los grandes centros consumidores, estimulando con su presencia el desarrollo de grandes centros comerciales. Esto también ocurriría con las industrias de productos de lujo o de difícil transporte.

En aquellas regiones donde la división del trabajo fuera más compleja, la ubicación de la industria obedecería a intereses más "naturales", como por ejemplo la localización de las fuentes de energía. Sin embargo, reforzaba que la localización en una gran ciudad era una ventaja añadida.

Por su parte Schaffle fue un sintetizador de las ideas de Roscher y de Thünen. Para este autor dos tendencias opuestas se manifiestan constantemente en un territorio: la centralización y la descentralización. Schaffle creó tipologías de las distintas industrias, tipologías estas que condicionarían su ubicación. En aquellas industrias en que el capital es intensivo y especialmente aquellas que necesitaban mano de obra muy especializada, la tendencia sería la concentración. En aquellas otras donde el factor humano fuera menos importante estas tenderían a localizarse por influencia de otros factores, como las materias primas o las fuentes de energía.

Las ideas de Roscher y Schaffle fueron una búsqueda de evolución del pensamiento de Thünen, y representaban una época de transición del modelo de localización de actividades agrícolas hacia una realidad más urbana e industrial. Sus estudios ejercieron una gran influencia en futuros estudiosos de la ciencia regional como Alfred Weber y Tord Palander.

Tenemos que esperar a principios del siglo XX para que se restablezcan las teorías económicas espaciales. En este sentido Alfred Weber (1868-1958), hermano del gran sociólogo Max Weber, es considerado por varios autores como aquel que estableció las bases teóricas fundamentales de las futuras teorías de localización industrial. A partir de sus estudios sobre la localización industrial alemana publicó en 1909 su libro Uber den Standort der Industrien, donde propone sus ideas principales.

Weber definió los factores de localización en generales, o regionales como él los llamaba, que eran la renta, el transporte y el trabajo. Loss especiales estaban constituidos por factores como el peligro de ciertas estructuras productivas. Según la distribución de estos factores el territorio podrían generar procesos de aglomeración o de dispersión de las actividades industriales.

Sin embargo, Weber tenía suficientemente conocimientos para, incluso trabajando con un modelo cerrado, comprender que además del factor transporte, la especialización de la mano de obra y los factores de "aglomeración" y "desglomeración" actuaban sobre los costes.

La "orientación del trabajo" como llama Weber en su libro se puede definir como un punto alternativo entre el punto óptimo en relación al factor transporte y la atracción ejercida por un centro de mano de obra avanzada. Este desplazamiento de la localización de la industria llevó Weber a crear unas superficies en sus modelos llamadas "isodapanas", cuya función era establecer unas zonas de posibles localización a partir del punto óptimo de transporte alteradas por la mano de obra o los efectos de aglomeración.

Para Weber cuanto más alto sea el "índice del coste de trabajo" más fuerte es la capacidad de atracción de la mano de obra, extendiendo así las "isodapanas". Tanto mayor el coeficiente de la mano de obra, más concentración de las industrias más complejas y mayor dispersión de las industrias de bajo coeficiente de trabajo.

Otra característica del territorio que influencia la concentración de la mano de obra es la densidad de su población. Una región con poca densidad significa un alargamiento de las distancias medias entre los puntos de localización de las industrias y de los puntos de trabajo, al contrario ocurriría en una región densamente poblada. Otro punto fundamental en la obra de Weber, es el concepto de aglomeración. Para Weber

"los costes de transporte y los costes del trabajo son los únicos factores en la localización que operan regionalmente. Todos los otros trabajan, como hemos visto, apenas como parte de las fuerzas aglomerante o no aglomerantes contribuyendo con la acumulación local o distribución de la industria..."


En 1935, el sueco Tord Palander, en su obra Contribución a la teoría del espacio, fue uno de los primeros autores no alemán a contribuir de forma decisiva en el pensamiento económico regional. Palander estaba influenciado por el pensamiento neoclásico y su obra visaba el intento de elaborar una teoría de equilibrio general.

Para Palander en una economía que conoce la división del trabajo, el problema es la posibilidad de instalar la producción en un lugar distinto del lugar de consumo, ya que en una economía familiar esta se adapta a sus condiciones geográficas. Esta análisis le permitió trabajar con algunas clasificaciones en las relaciones económicas espaciales. Las relaciones entre producción y consumo, sea esta ligada al centro de consumo o independiente del mismo, así como la evolución técnica como factor de concentración de la producción y descentralizador de los servicios.

Palander establece una relación entre tecnología y localización, ya que según su opinión, el progreso técnico puede llevar a que algunas empresas puedan "independizarse" de los antiguos factores naturales que las prendían a un determinado territorio. La movilidad de los factores era otra de sus preocupaciones y los clasificó en transportables como los productos finales ( capital, maquinarias, materias primas e incluso energía) y aquellos de difícil movilidad como las construcciones y la mano de obra.

La dificultad de desplazamiento de la mano de obra residía en los problemas de transporte. La dimensión espacial del alcance del factor mano de obra dependería exactamente de la infraestructura de transporte de la región y de la disponibilidad de tiempo que los trabajadores acordasen en utilizar para sus desplazamientos.

Palander evolucionó sus estudios para una teoría de localización empresarial. Basado en una gran cantidad de modelos matemáticos, desarrolló una serie de cálculos, que según él, visaba contemplar las preocupaciones del emprendedor que básicamente serian los coste del transporte, los métodos locales de fijación de los precios y la competencia empresarial local. A partir de estos estudios se definiría la localización idónea para la instalación de la nueva empresa.

Influenciado por Thünen, Weber, Predohl y el mismo Palander, Lösch fue para varios autores, el primero en presentar un sistema completo de equilibrio general, describiendo las interrelaciones de las diversas localizaciones, imprimiendo así una dinámica sobre al sistema de localización de la escuela neoclásica.

En el prefacio a la primera edición de su libro Teoría Económica Espacial, Lösch ya admitía que "tal como la teoría del desarrollo económico considera el tiempo, así este libro incluirá el espacio en su influencia sobre la economía(...) El libro de propone a encarar todas las actividades geográficamente. En principio toda teoría económica pude así formularse desde un aspecto espacial".

Partiendo de estos principios, Lösch concluye que sí el tiempo es impuesto el espacio puede ser elegido. Por lo tanto, la localización podría ser definida entre la localización real y la localización ideal, y a esta se dedica Lösch. Sin embargo, así como la localización de algunos factores de producción existen previamente a la instalación de una empresa, la instalación de una empresa tendría efectos inmediatos sobre los agentes locales.

Pasando de los estudios sobre la localización individual de una empresa al estudio de la localización de las empresas en un mismo territorio, Lösch definió cuatro modelos de aglomeración empresarial. El primero y más sencillo es el representado por una única gran empresa, cuyo mercado consumidor esta representado por diversas otras regiones. El segundo modelo, representa la existencia empresas de un mismo ramo localizadas sobre un mismo territorio, que no necesariamente es su centro consumidor preferente, son los distritos. El tercer modelo esta formado por empresas cuya fuente de materia de prima esta próxima representando una red de mercado compacta, son los cinturones. Finalmente, las pequeñas empresas cuya proximidad al consumidor es esencial a su propia existencia, lo que Lösch llamó de redes autenticas. Por fin, Lösch introduce el concepto de regiones industriales, que abarca diversas actividades y se estructura como una mezcla de distritos y cinturones.

Una de las contribuciones de Lösch ha sido su teoría de las regiones. Afirmaba él: "Por supuesto, ya nadie piensa en negar que las líneas fronterizas políticas también son límites económicos. Lo que mis ejemplos quieren demostrar es solamente el hecho de existir aún regiones económicas dentro de los límites políticos y otras, en cambio, que los rebasan."

Lösch parte de un espacio uniforme, en lo cual las materias primas estén distribuidas igualmente, que no presentan desigualdades políticas y económicas, que las condiciones y de consumo de bienes agrícolas son uniformes. A partir de esta homogeneidad del espacio y basando sus argumentos exclusivamente en determinantes económicos, Lösch busca delimitar las regiones económicas y a partir de estas construir un modelo de la estructura intraregional caracterizada por las variable espacial de las concentraciones de la localización de las unidades productivas.

Los determinantes económicos para Lösch son:

- los productores buscan maximizar los beneficios, admitiendo que todos los productores estén compiten teniendo los mismos costes de localización;

- la existencia de beneficios crecientes de escala en la producción es debido exclusivamente a las economías internas de escala, ya que Lösch no considera los efectos de las aglomeraciones industriales externas;

- los costes de transporte esta relacionado con los precios de los productos siendo el flete constante para el mismo producto;

- la tierra es un factor que influye exclusivamente en la producción de alimentos;

- entrar o salir en un determinado mercado es muy costoso;

- los consumidores se comportan racionalmente y desde que no hay diferenciación entre productos buscan los menores precios;

Lösch se distancia de los paradigmas neoclásicos a partir de sus conclusiones. En el cuadro abajo hacemos una distinción entre el pensamiento neoclásico y el pensamiento de Lösch
 
 

Cuadro comparativo: Teoría neoclásica y Teoría de Lösch
Variable Neoclásicos Lösch
Espacio económico Unidades homogéneas  Espacio económicos a partir de la análisis de las unidades homogéneas
Movilidad de los bienes Limitado por los costes interregionales  Limitaciones tanto interregional como intraregional
Movilidad factores Movilidad intraregional y inmovilidad interregional  Perfecta movilidad
Estructura de mercado Competición perfecta Competición monopolística
Metodología de análisis Equilibrio general estático Análisis estática del equilibrio espacial de la economía monopolística

Análisis cualitativa y dinámica del espacio 

                               Fuente: elaboración propia.

Lösch dedica una capítulo de su teoría espacial a hablar sobre el tema del trabajo. Para el autor "desde el punto de mira del hombre, se trata del problema de la división del trabajo en su aspecto material y espacial." Para entender esta relación entre hombre, producción y espacio, Lösch propone que la análisis debe contemplar los siguientes problemas fundamentales: de la elección de la profesión, de la comunidad laboral, de la patria de elección (emigración), de la distribución geográfica, de la sociología urbana, de las posibilidades de desarrollo de una ciudad y, finalmente, de la localización tradicional. Para tanto propone el modelo que exponemos a continuación.

Entre los puntos desarrollados por Lösch, destacamos algunos por mayor interés de nuestra investigación. El primero es sobre la localización de los hombres. Lösch contesta la afirmación vigente en su época que la localización de los hombres estaría basada fundamentalmente en el principio del equilibro interlocal del nivel de los salarios. Para Lösch, por no existir en la economía diferencias de utilidad espaciales de validez general, tampoco hay límite para las diferencias espaciales en el salario cualitativo, nominal o real. Como los salarios son extremamente singulares e incomparables en el espacio, este no sería el punto determinante para la distribución espacial de los trabajadores. Sin embargo, cuando las diferencias interlocales son suficientes para despertar el interés de las personas, se dan las condiciones para que ocurra una migración y al mismo tiempo un nuevo desnivel de los salarios.

La relación entre mano de obra y localización no solamente presupone el desplazamiento de la mano de obra. A pesar de afirmar que "la elección de la localización del empresario individual es mucho más limitada, y para la totalidad de los empresarios más calculable que para los obreros", Lösch concluye que la dependencia entre la localización de los hombre y de las empresas sería recíproca. Las empresas se desplazan a un territorio cuando la cantidad de mano de obra necesaria existente cubre los costes de implantación ( ej. Industrias textiles). Lo mismo ocurriría cuando la atracción de una aglomeración empresarial es suficientemente fuerte como para que diversos individuos de distintas regiones migren para incorporarse a estos mercados de trabajo.

En 1933, Walter Christaller presentó una tesis doctoral en la Universidad de Erlangen bajo el título Die zentralen Orte in Suddeutschland, cuya traducción al inglés solamente se daría en 1966. Uno de los primeros trabajos geográficos a utilizar el método deductivo, se convirtió en una de las teorías geográficas con más influencia, especialmente en los años cincuenta y sesenta.

Christaller parte de la análisis de una supuesta llanura isotrópica uniforme( similar a la de Thünen), con una distribución demográfica y de renta uniforme, así como una estructura de transportes que permitía una facilidad de intercambio de los bienes y competencia perfecta.

Las ciudades se definirían por su función como centro abastecedor de bienes y servicios sea para su población como para las áreas rurales de su entorno, actuando así como "lugares centrales" según su área de influencia. Christaller basa su sistema en una triple jerarquía: de las poblaciones urbanas, de la jerarquía comercial de las ciudades y de la jerarquía de los bienes y servicios.

Para tanto distingue siete niveles jerárquico. Desde las bienes y servicios ofrecidos en los pequeños pueblos, que por su característica deben estar muy próximos de los consumidores, como tiendas de alimentación o quioscos, hasta los bienes y servicios más complejos o sofisticados, hacia los cuales el consumidor esta dispuesto a desplazarse, y que en general se localizan en los grandes centros urbanos, como las universidades, grandes hospitales o grandes almacenes.

Cuanto a la variable trabajo Chistaller concordaba con Alfred Weber sobre la influencia de los costes de trabajo sobre la localización industrial. Él consideraba importante para sus estudios por dos razones fundamentales: primero de el mercado de trabajo evoluciona y segundo por causa de la importancia de la distribución de la renta del trabajo.

Christaller se preguntaba : "? Lo que puede ser entendido por el término mercado de trabajo? El término mercado de trabajo se aplica para aquellos lugares donde la demanda o la oferta de trabajo es suficientemente grande para crear un intercambio de oferta y demanda de trabajo – en el primer caso(demanda), lugares con muchas posibilidades de trabajo, especialmente lugares industriales, y en el último caso(oferta), locales con gran población. Esto puede ser visto como que ni la oferta ni la demanda tienen algo que haber con los lugares centrales, mismo que las áreas industriales y los lugares densamente poblados sean lugares centrales. Apenas el intercambio es una función central; y el local de esto intercambio es un mercado de trabajo".

Christaller también afirmaba que este mercado, el mercado de trabajo, podría estar tanto en el lugar de la demanda, en el lugar de la oferta o en un tercero lugar dependiendo de una serie de factores. El mercado se desarrolla en el lugar de la demanda – un local industrial- cuando el desempleo es generalizado o existe regionalmente, o sea la oferta superando la demanda. El inverso ocurre cuando hay una carencia de mano de obra, lo que haría con que el mercado de trabajo se desarrollaría hacia las fuentes de mano de obra. Sin embargo, la función central del local industrial será incrementada si existe desempleo así como la centralidad de locales densamente poblados es reforzada si hay una carencia de mano de obra. Para Christaller la existencia de oficinas de empleo servirían como reguladoras del mercado de trabajo y ayudarían a desarrollar la centralidad de un número mayor de lugares.

Además de la relación entre oferta y demanda de la mano de obra los salarios también estarían condicionados territorialmente. Frecuentemente, pensaba Christaller, los salarios son menores en los lugares más pequeños así como es alto en las ciudades más grandes, así como son bajos en lugares superpoblados con un mercado de trabajo reducido. Los locales con salarios menores son especialmente procurados por las industrias de mano de obra intensiva.

Para los territorios centrales con un comercio especializado las rentas bajas significan menores costes pero también menores precios para los bienes centrales, lo que llevaría a las empresas de estos territorios a buscar regiones complementarias con renta más alta para introducir sus bienes o ofrecer sus servicios. Christaller veía las regiones turísticas como una de estos territorios a búsqueda de nuevos consumidores.

Las obras de Lösch y Christaller fueron decisivas tanto para la geografía como para la economía. Los trabajos derivados de sus análisis de las localizaciones industriales y de servicios establecieron paradigmas vitales para la comprensión de la relación entre espacio y equilibrio económico.

Gran parte de los pensadores de la economía regional estuvieron de acuerdo con la idea que la decisión de migrar es condicionada fundamentalmente desde el punto de vista económico, o sea que la búsqueda de la mejoría de las condiciones de vida es el impulso individual del (in)migrante. Territorialmente los desplazamientos de la fuerza de trabajo ocurrirían siempre de las áreas de menores salarios relativos hacia aquellas de mayores salarios relativos.

En un modelo de equilibrio clásico, la tendencia de migración de la mano de obra hacia los mercados con fuerte demanda del factor trabajo y que por consiguiente posee mejores salarios, es fundamental para el desarrollo de la economía de una región. Por tanto los lugares centrales tendrían una capacidad de atracción de la mano de obra en cuanto las zonas más deprimidas económicamente tendrían a ejercer un efecto empuje de la fuerza de trabajo.

Algunos críticos de la teoría del equilibrio regional contestarían posteriormente esas ideas, al afirmaren que el flujo migratorio hacia las regiones desarrolladas no son necesariamente el resultado de una fuerte demanda de mano de obra en esas regiones, sino que el exceso de mano de obra en una determinada región tendría una fuerza de empuje más fuerte que la fuerza de atracción de la otra región. Esta controversia está muy presente cuando se hacen, por ejemplo, los distintos análisis sobre el gran flujo migratorio de Europa hacia América en el final del siglo XIX y principios del siglo XX. Para algunos autores la crisis de los mercados de trabajo en Europa causó un inmenso efecto empuje; para otros, la fuerte demanda por mano de obra, en especial en Estados Unidos, ejerció un efecto de atracción espectacular; y, finalmente, una tercera corriente defiende que los efectos fueron complementarios.

Los estudios de los pioneros del pensamiento económico regional fueron de gran importancia para la comprensión del papel de la mano de obra, sus desplazamientos y la formación de los mercados de trabajo, en el desarrollo regional. Mismo con los cambios estructurales y coyunturales actuales, las bases del análisis del desarrollo económico regional se encuentra en sus ideas.
 

Bibliografía

BENKO, G. La science régionale. Paris, PUF. 1998

CHRISTALLER, W. Central places in southern Germany. New Jersey, Prentice-Hall.1966.

LÖSCH, A. Teoría económica espacial. Buenos Aires, El Ateneo, 1957

MORAN, P. L´analyse spatiale en science économique. Paris, Cujas. 1965

PONSARD, C. Histoire dês theories economiques spatiales.Paris, Armand Colin.1958

WEBER, A. Theory of the location of industries. Chicago, University of Chicago Press. 1968
 

© Copyright: Benito Muiños Juncal, 2001
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