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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VII, núm. 146(004), 1 de agosto de 2003

 

LA INVASIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO EN LA GERONA BAJOMEDIEVAL

Pau Gerez Alum
UNED, España

La invasión del espacio público en la Gerona bajomedieval (Resumen)

En el siglo XIV Gerona se va a dotar, sobre todo mediante concesiones reales, de un sistema jurídico que le permita crecer urbanísticamente con un cierto orden. Esta necesidad se ve justificada en parte por las actuaciones de los propietarios privados sobre terrenos de uso público e incluso por conflictos de intereses entre diferentes grupos de poder (clero o jurisdicciones señoriales). Con frecuencia la documentación de la época muestra que las distintas respuestas municipales en este sentido se realizan en nombre de razones estéticas y de seguridad civil sin recurrir al argumento de la propiedad del espacio. De hecho, el municipio no podía actuar como tal sobre un espacio que no le pertenecía sino que era propiedad real. Mostraremos mediante el análisis de documentos de la época de qué modo durante el siglo XIV la ciudad va tomando la autonomía jurídica en decisiones urbanísticas que la ha llevado a ser como es.

Palabras clave: Edad Media, Gerona, urbanismo.

Public space invasion in the late medieval Gerona (Abstract)

In the 14th century, Gerona was looking for and in fact found a new law system, namely thanks to king concessions, which allowed the city to increase following a certain order. This need was justified in a way by private owners actions in public areas and even because of the clash of interests between different groups representing power (clergy or feudal lords). Frequently, literature shows that the different responses were due to both asthetic reasons and civil security without taking into acount the reason of space property. In fact, the town couldn’t act as the owner of space since it belonged to the crown. We’ll show through the analysis of literature how, during the 14th century, the city took the juridical authonomy in urbanistic decissions which remeted in what the city is nowadays.

Key words: urbanismo, Gerona, medieval Age.

Gerona ha sufrido a lo largo de su historia diversos sitios bélicos, tantos y tan conocidos que incluso dieron nombre a uno de sus periódicos locales (Los sitios de Gerona). Por su posición estratégica la definían los propios reyes de la corona catalanoaragonesa clau del regne -"llave del reino"- pues lo había de proteger, por ejemplo, de las incursiones galas en el período que nos ocupa (sitio de 1285).

En nuestra comunicación intentaremos abordar otro tipo de invasión, otro tipo de sitio; el que soportaron innumerables enclaves urbanos públicos por parte de la iniciativa privada. El chabolismo, la especulación urbanística que hay detrás de algunas recalificaciones de terrenos, expropiaciones más o menos forzadas, el movimiento okupa... son fenómenos actuales que nacen a la sombra de la lucha entre la propiedad del espacio y el uso efectivo que se hace de él. En la Baja Edad Media otros fenómenos urbanísticos (distintos, claro está) también surgieron bajo esa sombra; no solamente en Gerona sino en la mayor parte de las ciudades medievales. Dicho período concentra, a nuestro parecer, uno de los más altos índices de virulencia en la lucha entre el espacio privado y el público. Veremos qué causas hacen del siglo XIV el más delicado en la contienda espacio urbano público-privado en Gerona con argumentos más o menos extrapolables a otras ciudades y analizaremos varios ejemplos de la primera mitad del siglo catorce, pertenecientes a la ciudad de Gerona, que muestran esa situación.

Para P. Pinon (2001), el hecho de que un tejido urbano se modifique debido a las invasiones del espacio privado es un indicador de la relajación del poder público, bien sea estatal o municipal. Estas modificaciones se dieron en multitud de ciudades de vieja planta y explicarían, por ejemplo, en la ciudades de fundación romana la pérdida o desfiguración de las vías principales (cardo y decumanus) o del foro. En las ciudades islámicas, las primitivas plantas ortogonales se convertirían en laberínticas, tema muy bien estudiado por M. Acién (2001). Se pasaría de una ciudad "reglamentada" a otra "liberal", de cuya "liberalidad" se pueden constatar tres indicadores básicos: la transformación de las antiguas avenidas en vías porticadas más estrechas, el abarrotamiento o estreñimiento de las plazas públicas y las deformaciones en los recorridos de las tramas viarias. A partir de la Baja Edad Media se va a producir (siempre siguiendo a Pinon) una "reconquista del espacio público por las reglas edilitarias y las prácticas de alineamiento, de localización y de urbanización regulares". En el caso de la ciudad de nuestro estudio, un elemento sintomático de esta reconquista será la figura del "obrer", cargo municipal creado en 1315 por el rey a imitación del que antes había nombrado en Barcelona, cuyo papel consistía en controlar los espacios que debían ser construidos, defender los públicos y procurar el embellecimiento de la ciudad en general. Es precisamente esa "reconquista" lo que va a diferenciar los espacios urbanos occidentales de los orientales, en general.

Pero este esquema evolutivo urbano más o menos válido para las ciudades antiguas no se puede aplicar evidentemente ni a las ciudades construidas ex novo, por ejemplo ciudades fundadas tras la Reconquista como focos de repoblación, ni para espacios de ciudades antiguas no urbanizados antes: suburbios, arrabales extramuros, etc.

Durante la Baja Edad Media la población urbana va a experimentar un aumento "modesto pero sostenido" [M. F. Ladero (1996)] que hará crecer las ciudades por dentro (intramuros) y por fuera (extramuros) con los efectos mencionados; pero no solamente desde el punto de vista físico o geográfico, esa evolución también se va a dar desde el punto de vista político y social; pasando de un sistema jurídico aplicado a las ciudades de carácter altomedieval, según el cual la Corona otorga un fuero a la ciudad como máximo marco de referencia legislativa; a un sistema jurídico de recepción del derecho común, por el que los derechos locales se reducen en pro de una concepción de estado más centralizado en el que hay una legislación real general y unos fueros municipales de rango inferior, perdiendo estos amplitud pero ganando especificidad. Es en los fueros locales, "usatges" u "ordinacions" en los que podemos encontrar abundantes pistas de estudio del tema que nos concierne. Otras fuentes de primer orden para descifrar las claves de la lucha por el espacio urbano son los documentos generados por la universidad (municipalidad) de Gerona en relación a privilegios reales o señoriales, pleitos, acuerdos, sanciones, permisos puntuales, etc. que se fueron compilando a modo de cartularios para consulta y aplicación del derecho consuetudinario. En nuestro trabajo presentaremos algunos de dichos documentos que nos servirán para analizar estas claves. Antes de abordarlos dibujaremos sucintamente los preliminares históricos, el contexto previo a la generación de los documentos en cuestión.

Uno de los hechos más importantes que afectaron a la morfología urbana de la ciudad de Gerona en la época medieval fue el sitio de 1285. La importancia de las consecuencias urbanísticas del sitio de Gerona de 1285 no reside tanto en lo que se pudo destruir justo antes o durante el aislamiento, como en la redistribución de la propiedad del suelo que se produjo a posteriori.

Para evitar que las tropas francesas asaltaran con mayor facilidad la ciudad, se mandó derruir las edificaciones que estaban adosadas a la muralla. La población civil salió de la ciudad y ésta fue ocupada por una nueva población militar cuyo objetivo no era defender la ciudad en sí sino más bien el punto estratégico que el lugar suponía como paso hacia el sur y el interior del reino. De este modo, los arrabales extramuros fueron completamente destruidos y en cambio se conservó la parte más alta de la ciudad, convertida en auténtica fortaleza militar. Una vez retomada la paz, la población, empobrecida, que se había desplazado a localidades vecinas o al campo y que ya podía regresar a su ciudad, se vio empujada a ocupar nuevas zonas de ella; hacia el sur y hacia la orilla del río Onyar, dejando en manos eclesiásticas -pudientes- los barrios que antaño habían sido laicos. Se puede hablar de un despegue de la especulación urbanística sin precedentes que se verá agravada con las crisis alimentarias ("lo mal any primer", 1334) y con las sucesivas oleadas de peste (1348), aunque ambos aspectos han sido relativizados en las últimas décadas por autores de la talla de Ch. Guilleré o J. Nadal.

No solamente podemos hablar de un interés en ocupar o poseer ciertas partes de la ciudad (la periferia de la Catedral) por parte del estamento eclesiástico o del patriciado urbano, conviviendo con la aljama judía, como explicación del crecimiento de la ciudad hacia el sur, o hacia el río; hay otros factores de suma importancia como es el hecho de que se generase un centro artesanal dependiente de los cursos de los ríos gerundenses (Güell, Ter, Onyar, Galligants), de los molinos reales (del "monar reial"), de las acequias y canalizaciones que debían moverlos para elaborar, por ejemplo, los cueros o para el lavado del lino o el teñido de telas. Precisamente buscando esos núcleos artesanales, burgueses, cuya doble actividad comercial e industrial tan bien dibujó H. Pirenne, se instalarán los primeros conventos de las órdenes mendicantes en Gerona, índice inequívoco de la magnitud social de los nuevos núcleos urbanos.

El nacimiento de esas microciudades periféricas o suburbios que ocupaban lo que hasta entonces había sido terreno baldío o terreno agrícola supuso un cambio demasiado abrupto para la mentalidad aun medieval de las clases dominantes. El mismo Pirenne destaca que "tuvo que pasar algún tiempo antes de que los poseedores de tierras se percatasen del beneficio que podían sacar" de la situación (H. Pirenne, 1939). Los nuevos burgueses, ante la necesidad de espacio para sus actividades e incluso para su vivienda -habitualmente era el mismo-, se encontraron con un enjambre jurisdiccional; con terrenos cuya propiedad era discutida frecuentemente, con intereses municipales contra reales y viceversa, con la iglesia y con los restos de la feudalidad más o menos urbana intentando sacar provecho del nuevo mercado inmobiliario.

Es en ese caldo de cultivo en el que podemos encontrar un intento de invasión del espacio público por parte del privado: galerías, balcones, escalas exteriores, pequeños puentes aéreos, ocupación de adarves, voladizos, arcos de madera o de piedra (las populares "voltes" de la Rambla), aberturas de cobertizos, cuadras, almacenes a pie (o a expensas) de la muralla... igual que estaba sucediendo en el resto de las ciudades medievales occidentales (J. P. Leguay, 1984).

Nuestro análisis se centra en documentos que corresponden al período 1321-1351 y que creemos que ilustran distintos problemas relacionados con la lucha espacio público - espacio privado. Los documentos pueden consultarse en el "Llibre Verd dels Jurats de la Cúria de Girona", depositado en el "Arxiu Històric de la Ciutat de Girona" y que consiste en una recopilación de los privilegios con los que contaba la ciudad concedidos por el conde-rey y otros documentos que habían de servir como ejemplos para el buen gobierno de la municipalidad. Se trata de copias de ellos realizadas en el siglo XIV. El análisis global y la transcripción de todos los documentos del "Llibre Verd..." fue realizado por Ch. Guilleré, hace un par de años (Ch. Guilleré, 2000). Serán algunos de los documentos de este trabajo nuestra referencia.

El primer documento al que acudiremos es el número 49 de Guilleré (2000, p. 111), fechado el 23 de abril de 1321. Alfonso Ciffredi, jurista de la ciudad, intenta construir delante de su hospicium, es decir, de la vivienda o conjunto de viviendas que posee, unos arcos de piedra (archus lapideos) sobre los cuales ampliarla(s) (dictum edifficium sive opus quod ibi supra archus lapideos construere intendis); bajo ellos pretende situar, además, paradas de venta (tabulam).

De la lectura del documento (reproducido en el apéndice) se puede deducir que las obras habían empezado ya o estaban incluso a medio terminar cuando intervienen los jurados de la ciudad a instancias de sus habitantes (ad requisicionem quorumdam ipsius civitatis) para paralizarlas. Alfonso Ciffredi apela la decisión alegando un permiso concedido por el alcalde real de la ciudad un año antes. El documento es, pues, un acuerdo en última instancia entre los jurados y el interesado según el cual aquellos retiran su oposición (oposuissemus et contradiccionem vobis fecerimus), visto el permiso previo, pero añadiendo unas cláusulas o recordándolas si existían en él; a saber: que los arcos sean suficientemente altos para pasar bajo ellos a pie o a caballo (equitando vel peditando), de bastante anchura como para que también puedan pasar bajo ellos animales de carga (bestia [h]onerata), que en caso de guerra no supongan un peligro -recordemos que el sitio francés se produjo tan sólo treinta y seis años antes-, de modo que el mismo propietario se haga cargo de su eventual cierre, demolición o reconstrucción (meis propriis expensis) y, en último lugar, que las paradas que se sitúen bajo los arcos tengan unas dimensiones muy determinadas -un metro aproximadamente- (quatuor palmos et non ultra).

En el documento que estamos analizando no se discute el hecho de que un propietario amplíe su casa (o casas) a expensas del espacio público, una plaza (in platea et patio), aunque sea mediante un voladizo sobre arcos o que se saque un provecho económico de ello con la construcción de las paradas. Eso no era problema, el problema se circunscribe a que dicho espacio público continúe siendo utilizable y a que no se pueda generar una situación de indefensión o de peligro ante un conflicto bélico como el que había vivido la ciudad unos decenios antes. Es más, se reconoce que esos arcos mejoran la estética de la ciudad (redundabit ad pulcritudinem et decorem sine dampno publici usus). La moral que se desprende del acuerdo es que cada cual pueda proceder según le convenga siempre y cuando no perjudique al resto de ciudadanos.

No se advierte la presencia de la figura del "obrer", creada tan sólo cinco años antes de la fecha de este documento, simplemente se menciona que las obras han sido evaluadas favorablemente por una especie de comité de expertos (tam cum iurisperitis quam cum probis hominibus). Esta figura aparecerá en el último de los documentos analizados.

Con el tiempo, construcciones como estas, que amortizaban mejor el espacio habitable sin detrimento del uso público, sobre todo en la parte antigua de la ciudad, le dieron la fisionomía que aún conserva. Otros ejemplos similares de construcciones de arcos sobre la vía pública para el caso de Gerona podemos encontrarlos documentados con anterioridad en 1229, 1252 y con posterioridad en 1345 y 1350 (Guilleré, 2000; J. Canal, 1994 y Amich, 1998).

A pesar de todo, no siempre las construcciones privadas hechas a expensas del espacio público tenían esta valoración positiva. En 1345 (doc. 249 de Guilleré, 2000, p. 353) Bernardi Bartoni, procurador real, concede a la ciudad que la ribera del río se destine a uso público y, por tanto, no sea edificable (non possint fieri seu edifficari (...) hospicia, tabule, domus, botigue, barrache vel alia hedifficia). Precisamente en este documento se vuelve a citar al jurista Alfonso Ciffredi del acuerdo anterior y sus arcos como límite máximo de la zona edificable.

En esta ocasión la necesidad de mantener libre la zona no responde a las intenciones estéticas que expone ya en su inicio el documento (Noverint universi quod, cum ad decorem locorum insignum...) o de protección de la ciudad; se deben más bien al hecho que la ribera del río (arinium) se había convertido en una zona de mercadeo muy útil por su localización. La descripción que se hace de los usos mercantiles del espacio nos ofrece una imagen vívida de los medios de subsistencia de sus habitantes: tenentur nundine, mercata, stant fructus et venduntur et animalia tenentur, ligna ad vendendum, interficiuntur bestiaria carnificum que in ipsa civitate venduntur, extenduntur ibi lane, panni et coria, fusta... Evidentemente ese bullicio comercial propio de las ciudades bajomedievales además de comportar una serie de beneficios indirectos sobre la propia Gerona en cuanto a su demografía o a las comodidades de sus habitantes en relación a la obtención de todo tipo de víveres y objetos, también suponía un beneficio directo en forma de "bovatges", "carreratges" y otros impuestos que gravaban la circulación de mercancías y que engrosaban las arcas municipales. Estos lugares públicos gozarán, por tanto, de especial protección en esa lucha por el espacio edificable. Ya en 1160, Ramón Berenguer IV ordenó la urbanización y regularización de la zona del nuevo mercado y diez años después se llega a un acuerdo sobre el reparto de la propiedad de la ribera del río entre el obispo Guillermo y el rey Alfonso I (Canal, 1994 y Amich, 1998). Para Canal (1994), la constitución de este mercado en el siglo XII fuera del recinto amurallado supone la constatación de un período de seguridad frente al enemigo musulmán, pero lo más destacable es que su usufructo se pone en manos de los burgueses y los judíos, no de las grandes familias feudales; signo inequívoco del posicionamiento de la monarquía respecto de los cambios sociales que se avecinan.

El documento nº 102, fechado en 1331, nos ofrece también una imagen del celo con que los garantes de la seguridad de la ciudad, los reyes, observan las condiciones de su sistema de protección. La vieja muralla, que será reparada y ampliada por Pedro III el Ceremonioso treinta años después, debía presentar un aspecto bastante deplorable en tiempos de Alfonso III, pero no a causa de su uso bélico sino del aprovechamiento que de ella hicieron los vecinos. Tal como hemos comentado con anterioridad, el centro de la ciudad estaba ocupado en un porcentaje muy alto por los clérigos y por la aljama de los judíos. Unos y otros abrieron en la muralla ventanas y portales a discreción. En el documento se exige que los orificios (portalia sive foramina) que clérigos y judíos han realizado sean tapados a fin de recuperar la inexpugnabilidad de la urbe. No se trata solamente del hecho que unos vecinos hayan favorecido el acceso de los transeúntes al interior de la ciudad ampliando el número de puertas en la muralla o que se haya conseguido una mayor entrada de luz en ella, sino que se aprecia una desidia en la conservación de la parte del muro contigua a las casas; en concreto se usan los términos: per clericos et iudeos dicte civitatis fuisse partim "destructa ac etiamperforata". En este caso no se advierte que el interés privado redunde en una mejora del público, como sucedía con la construcción de las arcadas del primer documento, sino al contrario.

El dato de interés aquí reside en que es el propio rey quien apela al batlle general de Cataluña y al veguer y al batlle de Gerona para que haga cumplir su decisión y no sea, en cambio, la municipalidad quien por iniciativa propia tome cartas en el asunto. Es el rey todavía, como se ha dicho, el encargado de la seguridad de la ciudad en cuanto se trata de regnorum et terrarum nostrarum, en sus palabras.

Pero el rey no solo se encarga personalmente de que los sistemas de protección de sus súbditos estén en condiciones, sino también su entorno. En el doc. 148, de 1336, pide a sus oficiales y lugartenientes en Gerona (officialibus nostris civitate Gerunde vel eorum locatenentibus) que no realicen establecimientos de plazas en perjuicio de los ciudadanos (deformitatem seu preiudicium civitatis). Este otro caso ilustra la lucha por el dominio del espacio público por parte de poderes también públicos, pues los oficiales reales ordenan el territorio urbano de un modo que los representantes del poder local (iuratorum et proborum hominum civitatis) consideran inadecuado. Nuevamente el rey se nos presenta como garante del orden edilicio, poniéndose del lado de sus ciudadanos.

En el doc. 156, del año siguiente, 1337, el mismo rey Pedro III concede a los jurados de Gerona el privilegio de otorgar licencia para la construcción en lugares públicos (construere in plateis, areniis vel locis publicis). Esta concesión no es más que una delegación de sus competencias en los jurados, una muestra más de las atenciones que la monarquía tenía para con unos súbditos que le ofrecían continuamente pingües beneficios económicos. Además, consta una nota al margen del documento que reza: "En virtud del present privilegi concedien la ciutat les licències de obrar, fer y traçar finestres, carrés y altres coses" de la que se deduce que el privilegio extendió su campo de acción. Tanto el documento como la nota adjunta suponen un hito en el control del ordenamiento urbano por parte del poder público local, pudiéndose hablar aquí con propiedad de "reconquista" (M. Acién) del espacio público cuyo uso se veía usurpable por los propietarios privados que pudieran acudir al rey o incluso los propios oficiales reales, tal como se ha visto en el análisis del documento anterior. La solicitud de la concesión se produce "ad instanciam et suplicacionem humilem pro parte nostri iuratorum et procerum civitatis Gerundam".

Finalmente, queremos hacer mención aquí al doc. 273, de octubre de 1351, por lo que supone de último estadio en la lucha por el dominio del espacio público. Ya no se trata de prohibir que un particular construya en un lugar público, como era el caso de la ribera donde se instaura el nuevo mercado, o que realice unas obras (arcos) con el beneplácito de los jurados bajo ciertas condiciones o de que los particulares deban restaurar la destrucción que hayan podido ocasionar en la muralla (de uso público) para su conveniencia o de que determinados poderes tengan la facultad de organizar urbanísticamente la ciudad... En este último documento, el rey Pedro III otorga a la municipalidad la facultad de destruir directamente aquellos edificios que molesten al espacio público. Los términos en que se refiere a la molestia son gráficos: in tantum ofuscata sit ex coagulacione edificiorum, structurarum seu envannorum edificatorum supra diversa loca publica... No solamente deja al arbitrio de los jurados de la ciudad (asesorados por los "obrers") señalar qué edificios son los que perjudican la "pulcritudine" y qué cantidad debe ser dada como indemnización sino que además la decisión municipal será inapelable. El documento añade al argumento de la pulcritud urbana, el de la seguridad de los ciudadanos: "...ob hoc ab olim die noctuque insidie neces et vulneri ibi perpetrata fuerint adhuc perpetrantur etiam aliquando..."

En resumen, la Gerona del siglo XIV se nos presenta como un ejemplo de ciudad bajomedieval demográficamente creciente -se ha dicho de ella que era la segunda en importancia demográfica en toda Cataluña en su época (Guilleré, 2000)-, que lucha por un marco legal propio, de alcance municipal, en manos de los jurados de modo que éstos no necesiten apelar al rey para evitar que el crecimiento incontrolado desborde la habitabilidad del núcleo; una ciudad que se dota a sí misma de un conjunto de normas que la hagan habitable y segura en base al control municipal del espacio público y del privado. Podemos afirmar que a partir del siglo XIV la batalla espacio público - espacio privado en el centro de la ciudad había terminado. La siguiente batalla se librará en el terreno de las jurisdicciones sobre la periferia urbana ("el districte de la mitja llegua"), pero eso ya es otro asunto.

 

ANEXO

Documentos analizados. Fuente: Guilleré, 2000
Gerona, 23 de abril de 1321.

Noverint universi quod nos Bernardus de Scala, Gauffridus Geraldi, Berengarius de Sancto Celodonio et Iacobus Truyas, iurati civitatis Gerunde, profitemur cum hoc publico instrumento et recognoscimus vobis Alfonso Ciffredi, iurisperito Gerunde, quod quamvis nos, nomine dicte civitatis ad requisicionem quorundam ipsius civitatis oposuissemus et contradiccionem vobis fecerimus super quodam edifficio quod vos construere intenditis cum archubus lapideis iuxta fronteriam hospicii vestri in platea et patio que et quod est ante dictum hospicium prope arinium dicte civitatis secundum licenciam vobis ex parte illustrissimi domini regis Aragonum per venerabilem Bernardum de Oltzeto, baiulum olim Gerunde, datam de assensu et consilio etiam iudicis ordinarii eiusdem civitatis cum publico instrumento inde confecto per Petrum Massaneti, notarium Gerunde, scilicet quarto nonas marcii, anno Domini Mº CCCº vicesimo. Tamen est certum quod ad vestri requisicionem et ad recognoscendum et examinandum an dictum edifficium sive opus quod ibi supra archus lapideos construere intenditis, esset preiudiciale vel non dicte civitati et usui publico, extitit postmodum convocatum consilium ipsius civitatis voce preconia, ut moris est, fieri ibidem in capitulo fratrum minorum Gerunde, ibique extitit recognitum et plene examinatum inter nos tam cum iurisperitis quam cum probis hominibus ipsius civitatis quod dictum edifficium sive opus /195v/ fieri poterat sine dampno et preiudicio dicte civitatis et usus publici secundum modum infrascriptum, ita videlicet quod archus ibidem construendi per vos fierent ita alti ut volentibus subtus dictos archus ibi construendos transire equitando vel peditando sive cum bestia honerata, non prestaretur impedimentum, immo remaneret ibi carraria publica ad usum itinerancium et civium ipsius civitatis inde transire volencium. Et quod etiam tempore periculi propter guerram claudere tenerimini ipsos archus undique ad requisicionem iuratorum ita quod dictum edifficium esset ad tuycionem et defensionem civitatis iamdicte, et quod, cedata dicta guerra, ipsam clausuram teneremini apperire et reducere ad statum suum ad requisicionem iuratorum ipsius civitatis taliter quod liberum transitum possent inde facere et habere itinerantes seu alii volentes inde transire cum bestia vel sine bestia. Itaque concorditer habito consilio, attendentes quod dictum opus quod ibi construi contingat secundum modum premissum redundabit ad pulcritudinem et decorem ac fortitudinem ipsius civitatis sine dampno publici usus, vobis recognoscimus et cum hoc publico instrumento profitemur quod cessavimus ac desistimus ex causis iustis et contradiccione iamdicta et quod sine contradictione et impedimento ipsius civitatis possitis ibis operari et construere dictum opus et consentimus etiam quod vos et vestri possitis tenere ibi iuxta parietem dicti vestri hospicii tabulam seu tabulas que habeant in latitudinem tantummodo quatuor palmos el/196/ non ultra. Et ego dictus Alfonsus Ciffredi per me et meos promitto per firmam et validam stipulacionem vobis dictis venerabilibus iuratis quod ego et mei tenebimus et habebimus inperpetuum subtus archus in dicto patio construendos carrariam publicam qua possint transire volentes inde transire cum bestia cum honore vel equitando et pedites libere, ac etiam vobis promitto quod in tantum elevabo dictos archus et sostres sive voltes que ibi construere intendo, quod transitus non possint impediri itinerantibus vel aliquibus civitatis iamdicte inde transire volentibus, et quod nullam clausuram vel impedimentum, aliam vel aliud, ego vel mei aliquo tempore in aliqua parte ipsorum archuum sive patii faciamus, propter quod sive quam transitus inde impediatur, tempore vero periculi proter guerram tenear claudere predictos archus ad requisicionem iuratorum ob tuhicionem et deffensionem civitatis iamdicte secundum modum premissum, cedata vero guerra, tenear clausuram inde removere meis propriis expensis ad requisicionem iuratorum taliter quod inde possit transitus fieri libere sicut prius et hoc promitto facere per me et meos cum per iuratos dicte civitatis fuero requisitus. Quod nisi fecero et propter hoc vos vel successores vestri iurati civitatis Gerunde dampnum aliquod vel interesse sustinueritis vel sustinuerint vel missiones aliquas inde feceritis quoquomodo, totum vobis vel vestris successoribus restituere promitto et inde credamini et credantur vestro ipsorum simplici verbo sine testibus et iur/196v/amento et ubi in aliquo defficerem in premissis, promitto vobis et notario infrascripto stipulanti et recipienti nomine omnium quorum interest aut intererit. Et etiam iuro per Deum et eius sancta IIIIor Evangelia, corporaliter tacta, inde stare ad vestri vel successorum vestrorum iuratorum Gerunde cognicionem, obligando ad hec vobis et successoribus vestris in dicto officio iuradeschi et dicte civitatis in posse notarii infrascripti nomine eorundem et quo supra stipulantis et recipientis omnia bona mea ubique. Et ego Bernardus Riboti, iuratus civitatis Gerunde, certioratus plenarie de omnibus et singulis supradictis per dictos iuratos, consortes meos, cum tempore dicte convocacionis consilii essem infirmitate detentus et ipsi consilio non interfuissem, predictis omnibus et singulis consencio et ea laudo et confirmo tanquam vera et racioni consona.

Actum est hoc, IXº kalendas madii, anno Domini millesimo CCCº vicesimo primo.

Signum (...)


Tortosa, 3 de septiembre de 1331.

Alfonsus, Dei gratia rex Aragonum, Valencia, Sardinie et Corsice ac comes Barchinone, dilecto de consilio suo Fferrario de Lileto, baiulo Cathalonie generali, salutem et dileccionem.

Cum civitas Gerunde, ob eius situm et fortitudinem ac murorum et turrium disposicionem at ambitum, fuerint retroactis temporibus ad conservacionem regnorum et terrarum nostrarum, et ex hoc ipsas tuerres et menia reffici facere teneamur ipsamque civitatem in suo statu et turrium fortitutine reformare. Nuncque intellexerimus dictas turres et menia per clericos et iudeos dicte civitatis fuisse partim destructa ac etiam perforata, necnon etiam propugnacula sive denteyls inde ammota, ex que abilitas et pulchritudo ipsius civitatis obfuscata esse asseritur sive etiam diminuta. Idcirco volentes, ut convenit, quod dicte turres et menia reparentur sive etiam refformentur, vobis dicimus et expresse mandamus quatenus, accedendo personaliter ad civitatem predictam, quascumque personas cuiuscumque condicionis existant habentes hospicia dicto muro et turribus contigua compellatis fortiter et districte ad tenendum condirectum dictum murum et turres, quisque eorum in parte sua, et claudendum portalia sive foramina in ipso muro facta et ad tornandum seu refficiendum propugnacula supradicta, concessione subrepticia inde eis facta in aliquo non obstante, sic super hiis vos ahbendo ne/295v/ inde possitis a nobis de necligencia redargui sive etiam reprehendi. Nos enim per presentes mandamus vicario et baiulo dicte civitatis ut super premissis assistant vobis auxilio et favore quando et quociens inde a nobis fuerin requisiti.

Data Dertuse, tercio nonas septembris anno Domini Mº trescentesimo tricesimo primo

Subscripsit Iacobus.


16 de Diciembre 1336

Petrus, Dei gratia rex Aragonum, Valencie, Sardinie et Corsice comesque Barchinone, dilectis et fidelibus universis et singulis officialibus nostris civitatis Gerunde /325v/ vel eorum locatenentibus, ad quos presentes pervenerint, salutem et dileccionem.

Ex parte iuratorum et proborum hominum civitatis eiusdem fuit nobis clamosa insinuacione mostratum quod aliqui vestrum ordinatis et facere ac ordinare conamini statuta seu stabilimenta super aliquibus plateis et patuis civitatis predicte, asserendo a nobis super hoc potestame habere, que stabilimenta in dampnum et preiudicioum dicte civitatis dicuntur evidentissime redundare, ex eo quia, ut fertur, dicte platee sive patua sunt ad comunem utilitatem et usum publicum civtatis eiusdem. Quapropter nobis extitit humiliter supplicatum ut in hoc casu prvidere dignaremur de remedio oportuno. Nos itaque, supplicacioni huiusmodi annuentes benigne, vobis dicimus et mandamus quatenus super dictis plateis sive patuis non faciatis stabilimenta aliqua que ad deformitatem seu preiudicium civitatis iamdicte possent aliquatenus redundare.

Data Valencie, XVII kalendas ianuarii, anno Domini millesimo trecentesimo sexto.

Examinavit Dominicus.


Castellón de Borriana, 19 de marzo de 1337

Nos, Petrus, Dei gratia rex Aragonum, Valencie, Sardinie et Corsice comesque Barchinone, ad instanciam et supplicacionem humilem pro parte nostri iuratorum et procerum civitatis Gerunde propterea nobis factam, volumus et concedimus vobis, iuratis et proceribus supradictis, quod de cetero aliquis, cuiuscumque status vel condicionis existat, non audeat vel presumat aut possit operari vel stabilimenta aliqua facere vel construere in plateis, areniis vel locis publicis dicte civitatis, nisi cum consensum vestri, iuratorum, baiuli et administratoris nostri generalis qui nunc estis et sunt et fuerint pro tempore in dicta civitate et diocesi Gerundensi. Quamquidem concessionem vobis, iuratis et proceribus predictis, et qui fuerint pro tempore, facimus dum de nostre processerit beneplacito voluntatis. Mandantes pre presentem universis et singulis /353/ officialibus et subditis nostris, presentibus et futuris, quatenus concessionem nostram huiusmodi firmam habeant et observent quamdiu de nostra voluntate processerit, ut est dictum. In cuius rei testimonium presentem vobis inde fieri et sigillo nostro iussimus comuniri.

Data Castillione campi Burriane XIIIIº kalendas aprilis, anno Domini millesimo trecentesimo sexto.

Examinavit Dominicus.


Gerona, 8 de diciembre de 1345.

Noverint universi quod, cum ad decorem locorum insignum inter cetera competat habere spacia et loca publica in quibus populati ibidem spaciari et in quibus advenientes cum rebus et mercibus suis recipi in eis, que ad rem publicam pertinent fieri valeant et tractari, in civitateque Gerunde, inter cetera, ad usum rey publice eiusdem necessaria et pertinencia et eius decori incumbencia sint spacia et arinia ipsius civitatis circum circa rivum Undaris situata, videlicet ab ecclesia et monasterio fratrum de Carmelo et a fonte Hospitalis Novi Gerunde usque ad pontem fusteum Mercatalli Gerunde, in capite cuius pontis versus orientem, Raymundus Massoti de Gerunda habet constructum hospicium, et ab ipso ponte de Mercatallo usque ad rivum Ticeris et Gallicantus pro eo quia in ipsis spaciis et arinis tenentur nundine, mercata, stant fructus et venduntur et animalia tenentur, ligna ad vendendum, interficiuntur bestiaria carnificum que in ipsa civitate venduntur, extenduntur ibi lane, panni et coria, fusta et alia spaciamina habitancium in dicta civitate et ibidem adveniencium et alias sunt ipsa espacia et arinia necessaria usui publico et generali ipsius civitatis. Quequidem civitas, a paucis temporibus cirtra, ex concessionibs regalibus et oficialium regiorum, fuit restricta et diminuta spaciis et ariniis supradictis conveniatque regali providencie ne in futurum ipsa civitas dictis spaciis et ariniis ulterius restringi et diminui valeat, remedium congruum adhibere et ut res publica ipsius civitatis circa predicta illesa omnimode preservetur. Quequidem augmentum recepit et in futurum maius incrementum recipiet, Deo duce, idcirco ego Bernardus Barthoni, procurator /74/ regius in gubernacione Gerunde habens plenam et liberam potestatem a dicto domino reg ab subscripta et alia peragenda cum carta dicti domini regis eius sigillo impendenti roborata, tenor cuius noscitur esse talis: "Nos Petrus, Dei gratia rex Aragonum, Valencie, Maioricarum, Sardinie et Corsice comesque Barchinone, Rossilionis et Ceritanie, confidentes de fide et legalitate vestri fidelis nostri Bernardi Barthoni, procuratoris nostri in gubernacione Gerunde, concedimus et plenariam damus licenciam et potestatem vobis quod vice et nomine et pro parte nostra concedatis et stabilitatis ac stabilire et concedere possitis sive atributare vel dare ad cesum ad utilitatem curie nostre patua, domos, vineas, ortos, quascumque alias possessiones nostras heremas et ayguesleys et etiam molendina et furnos et tabulas carniceriarum et alia etiam quelibet que pro parte nostra stabilienda fuerint ac etiam atributanda intra procuracionem iamdictam. Nos enim, quecumque stabilimenta sive atributamenta que per vos predictis seu aliquo predictorum facta fuerint ad comodum, ut premititur, et utilitatem curie nostre absque tamen iuris preiudicio alieni ratas et firmas ese volumus ac roboris obtinere perpetui firmitatem Retinemus tamen quod si predicta superius expressata vel aliqua earum erant ita magna sive tanti valoris aut condicionis propter quod nostra esset super hoc consciencia requirenda, vos inde nostram conscienciam consulatis et consulere debeatis. Mandamus igitur per presentem cartam nostram universis et singulis officialibus et subditis nostris presentibus et futuris, quod predicta omnia et singula teneant firmiter et observent ac faciant observari ut superius continetur. In cuius rei testimonium presentem cartam nostram inde fieri iussimus nostro sigillo solito sigillatam. Datum Gerunde, quarto kalendas octobris, anno Domin millesiomo trecentesimo quadragesimo quarto. Sigillatum." Considerans at attendens honori et utilitari regio cedere et ipsam civitatem predictis spaciis et ariniis illesam servare, que predictis omnibus supra ennarratis publico /74v/ usui dicte civitatis et universitatis eiusdem et ibidem convenencium sunt necessaria et destinata, gratis et ex certa sciencia certioratus in et super hiis de iure dicti domini regis ex parte et nomine ipsius domini regis et ex potestate per ipsum michi atributa, volo, annuo et concedo vobis venerabilibus Andree de Balneolis, Iacobo de Belloloco, NIcholao de Campolongo, Ffrancisco Cerviani et Augustino Berengarii, iuratis dicti civitatis Gerunde anni presentis qui incepit in ianuario Mº CCCº XLº quarto, licet absentibus, in pose notarii subscripti ut infra estipulatis, nomine dicte civitatis et universitatis eiusdem, et eidem civitati et universitati ipsius et successoribus vestris iuratis dicte civitatis ad imperpetuum quod amodo dicta spacia sint publica et ad usum publicum ipsius civitatis et habitancium in eadem destinata, et quod de cetero in dictis ariniis et spaciis non possint fieri seu edifficari, nomine vel ex concessione domii regis vel suorum successorum vel officialium suorum vel cuiuscumque alterius persone, hospicia, tabule, domus, botigue, barrache vel alia hedifficia, immo ipsa arinia et spacia sint publica et habeant esse et stare et sint et stent lata et espaciosa et sine aliquibus hospiciis, dominibus, botiguis, cabanis, tabulis et aliis hedifficis, infra dictas confrontaciones, sicut nunc sunt, et quod hospicia, archus, botigue, cabanne, tabule et alia hedifficia que nunc sunt circum circa dicta spacia et arinia non possint protendi, extendi vel progredi versus ipsa spacia et arinia nec in ipsis spaciis et ariniis ultra quam nunc sunt, excepto quod a portali quod est ante hospicium heredis Petri de Serra quondam usque ad hospicium quod fuit Guillelmi de Buschets et nunc est Iacobi Calveti, civis Gerunde, possint fieri archus vel pilaria, que non protendantur ultra quam protenduntur illi qui sunt in frontaria hospicium dicti Iacobi Cal/75/veti et Alfonsi Ciffredi, iurisperiti, et Raymundi Fferrarii Gerunde et quod a dicto fonte de hospitali usque ad caput camini sive carrarie vocati Barcelones possint fieri archus et hedificari, qui non exeant versus arinium ultra quam ex tunc et protenduntur archus qui sunt in hospicio quod ibi construxit Raymundus Alberti, quondam civis Gerunde, et a dicto camino sive carrario Barçelones usque ad quadrivium sive carrarium de Çes Savaneres possint fieri archus sive pilaria qui seu que exeant sicuti alia qui seu que iam sunt ibi hedifficati, et salvo quod ad hospicio Guillelmi Guich, civis Gerunde, usque ad fontem maiorem possint fieri archus in illo directo et modo quibus fuit concessum ipsi Guillelmo Guich et ipse Guillelmus iam hedifficavit et a dicto fonte maiori usque ad porticum d'en Calvet quod fui d'en Bertiy, quondam possint concedi et fieri archus ac pilaria qui exeant versus rivum Undaris ad illam mensuram et modum quibus iam archus et pilaria in aliquibus locis sunt ibi hedificata, ita tamen quod infra sive suvtus dictos archus et pilaria non fiant nec fieri possint tabule, botiche vel aliud ex quo meatus publicus impediretur. Et si forte contingeret aliquem in dictis spaciis et ariniis construere vel hedificare seu velle construere vel hedifficare domos, hospicia vel tabulas vel alia hedifficia, vos, dicti iurati et successores vestri in dicto officio, et etiam quilibet singularis dicte civitatis absque incursu alicuius pene, auctoritate propria et sine requisicione et proclamacione domini regis et officialium suorum, possitis et possint quiquid ultra modum predictum in ipsis spaciis et ariniis hedifficaretur impedire ac etiam destruhere, demoliri et omnino extirpare preterquam in eis que superius sunt excepta. Constituens ipsum dominum regem et me nomine eiusdem, no/75v/mine dicte civitatis et universitatis eius predicta possidere donec inde possesionem vos dicti iurati adepti fueritis corporalem in quam intrandi, adipsicendi et adeptam retinendi vobis et vestris plenam do et confero potestatem. Promittens nomine et ex parte dicti nomini regis vobis dictis venerabilibus iuratis, licet absentimus, et notario infrascripto, tanquam publice persone, predicta omnia et singula ac etiam infrascripta a me legittime stipulanti et resipienti, nomine vestri dictorum iuratorum et dicte civitatis et universitatis eiusdem et singularium de eadem, quod ipse dominus rex et sui dictam concessionem et alia predicta tenebunt et servabunt, attendent et complebunt et non contravenient nec aliquem contravenire permittent, aliqua racione, sub bonorum ipsius domini regis et suorum omnium ubique obligacione. Et pro hac concessione confiteor et recognosco habuisse et recepisse non spe future numeracionis, nomine domini regis predicti at ad opus et utilitatem eius a vobis dictis iuratis, numerando mille quingentos solidos monete Barchinone de terno, renunciando excepcioni pecunie non numerate et non recepte et doli. Renunciantes etiam scienter super hiis legi qua deceptis ultra dimidiam subvenitur. Et si plus pro predictis dicto domino regi vel michi nomine eiusdem competit vel competere potest et debet, totum illud plus nomine et ex parte dicti domini regis, vobis dictis iuratis et civitati et eius universitati predictis dono et remitto donacione et remissione irrevocabili inter vivos ac sine revoccacione quacumque.

Actum est hoc, sexto idus decembris, anno Domini millesimo trecentesimo quadragesimo quinto (...)



Perpiñán, 21 de octubre de 1351.

Nos Petrus, Dei gratia rex Aragonum, Valencie, Maioricarum, Sardinie, Corsice, comesque Barchinone, Rossilionis et Ceritanie, attendentes pro parte vestri iuratorum et proborum hominum civitatis Gerunde nobis supplicatum fuisse humiliter, quod cum civitas ipsa in diversis suis partibus et maxime in magnis publicis ipsius civitatis in tantum ofuscata sit ex coagulacione edificiorum, structurarum seu evannorum edifficatorum supra diversa loca publica eiusdem civitatis quod vix per eam quis incedens etiam die claro potest prospicere viam suam et ob hoc ab olim die noctuque inside neces et vulneri ibi perpetrata fuerint adhuc perpetrantur etiam aliquando, dignaremur vobis dare licenciam ea edifficia sive structuras tam domorum quam aliter diruendi seu dirui faciendi et ea et eas reparandi seu reparari faciendi ad vestri arbitrium et examen ad finem ut nostra civtas pulcritudine edificiorum incrementum suscipiat et espaciositate platearum et vicorum etiam preluceat claritate. Igitur ipsorum supplicacione benigne admissa, tenore presentis tanquam pater et legitimus administrator incliti infantis Iohannis primogeniti nstri carissimi dicisque Gerunde, vobis dictis iuratis presenetibus et futuris, plenam impatimur licenciam quod quando et ubi vobis visum fuerit quod dicta edificia sive structuras tam domorum quam alias dicte civitatis que tam obfuscacionem prebeant et usus rey publice impediant, dirui debean et per alium modum reparari quo desit ipsa obfuscacio et rei publice usus non impediatur possit prius satisfacto dampna passuris ea et eas absque contradiccione, impedimento, cuiuscumque omnique appellacione et protestacione, reiectis adhibitis vobiscum operariis civitatus ipsius, cum quorum consilio hec agantur diruere seu transmutare seu diruiri facere et ea reparare sei reparari facere ad vestri arbitrium et examen. Concedentes vobis dictis iuratis et operariis dicte civitatis predicte, presentibus et futuris, vel maiori parti ex vobis quod de bonis ipsius civitatis possitis et habeatis satisfacere omnibus illis qui dampna suscipient et dirucione seu mutacione predicta in illo quod vobis vel maiori parti /371v/ ex vobis videbitur faciendum Mandantes baiulo et aliis omnibus officialibus, presentibus et qui pro tempore fuerint, quod quicquid per vos aut maiorem partem ex vobis super predictis declaratum dictum seu diffinitum partem ex vobis super predictis declaratum, dictum seu diffinitum fuerit ilico exequantur, quibusvis appellacionibus nequaquam admissis.

Datum Perpiniani, XXI die octobris, anno a nativitate Domini millesimo CCCº quinqugesimo primo

Vidit Iaspertus

 

Bibliografía

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© Copyright Pau Gerez Alum, 2003
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Ficha bibliográfica:
GEREZ, P. La invasión del espacio público en la Gerona bajomedieval. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2003, vol. VII, núm. 146(004). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-146(004).htm> [ISSN: 1138-9788]


 
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