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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VII, núm. 146(069), 1 de agosto de 2003

LA VIVIENDA EN EL CENTRO HISTÓRICO DE BARCELONA. EL CASO DE LA RAMBLA DEL RAVAL

Ma. Alba Sargatal Bataller
Universidad de Barcelona

La vivienda en el centro histórico de Barcelona. El caso de la Rambla del Raval (Resumen) 

En los centros urbanos habitados por clases populares, la vivienda ha constituido tradicionalmente uno de los principales problemas; la degradación es un lastre que están acarreando numerosos barrios centrales. Éste es el caso del barrio barcelonés del Raval, donde los últimos años está teniendo lugar una intensa renovación urbanística impulsada por el ayuntamiento. La reciente apertura de la avenida llamada Rambla del Raval ha generado en su entorno unas expectativas urbanísticas de gran repercusión sobre el barrio y sus habitantes. Por un lado, se espera que la mejora económica que proporcionarán los futuros servicios de la zona impulse la inversión inmobiliaria, entre otros aspectos. Por otro lado, el derribo de manzanas de edificios enteras ha conllevado el desplazamiento de la población residente, desplazamiento que se verá intensificado si el capital inmobiliario invierte de modo significativo en la zona.

Palabras clave: centro histórico, degradación, rehabilitación, gentrificación.

Housing in the historical center of Barcelona (Abstract)

In the urban centers inhabited by low social classes, housing has been traditionally one of the main problems; downgrading is a ballast that many central neighbourhoods are carrying. This is the case of the Barcelona's neighbourhood called elRaval, where the last years is taking place an intensive urban renovation , promoted by the municipal government. The recent opening of the avenue called RambladelRaval has created in its surroundings urban expectations of big repercussions in the neighbourhood and on its inhabitants. Of the one hand, the economical improvement, that will be involved with the future services of the area, is expected to promote building investments , among other aspects. Of the another hand, the demolition of complete blocks has entailed the removal of the residents, that will be intensified if the property capital invests significantly in the area.

Key words: historical center, downgrading, rehabilitation, gentrification.

La vivienda constituye uno de los principales problemas de los centros históricos de las ciudades, en los numerosos casos en que estos centros son lugar de residencia de los grupos sociales más desfavorecidos, sean inmigrantes, gente con escasos recursos económicos o gente mayor. Además de la vivienda existenproblemas sociales, económicos, de seguridad ciudadana, entre otros muchos, que se presentan de manera interdependiente. En algún momento de la historia urbana, las autoridades se plantean intervenir en las áreas centrales degradadas. A grandes rasgos, las políticas urbanas destinadas a mejorar los centros intervienen no sólo en el aspecto residencial; también lo hacen en el económico, al intentar revitalizar las actividades lucrativas, y en lo que podríamos denominar el aspecto simbólico, ya que se pretende valorizar el carácter central de estas áreas y hacerlas atractivas para la ciudadanía. Esta complejidad hace que cualquier intervención sea objeto de análisis y de debate por parte de los ciudadanos.

El centro histórico de Barcelona, correspondiente al distrito de CiutatVella, se encuentra en una situación similar a la que hemos expuesto. Muchas zonas sufren importantes deficiencias en materia de vivienda, y desde las dos últimas décadas, sobre todo la de los 90, se está llevando a cabo una política urbanística que está cambiando profundamente la fisonomía de las áreas en las que se interviene.

En el distrito de CiutatVella, la intervención en el barrio del Raval afecta directamente a la vivienda, ya sea a través de la rehabilitación o, más frecuentemente, de la demolición. Uno de los ejes centrales de la intervención más reciente en el Raval es la llamada Rambla del Raval, nueva vía originada a partir de la demolición de las manzanas de edificios que separaban dos calles, la calle de SantJeroni y la calle de la Cadena. No trataremos exclusivamente sobre esta nueva vía, sino que abarcaremos algunas calles yespacios a su alrededor. Algunos de estos espacios colindantes están siendo radicalmente cambiados; éste es el caso del lugar antes ocupado por tres manzanas de edificios de viviendas, la llamada Illa Rambla del Raval, cuyo uso futuro será sólo en parte el residencial. Otras calles perpendiculares a la rambla serán objeto de futuras afectaciones, mientras que otras vías permanecerán sin intervención directa del planeamiento urbanístico.

La vivienda en un barrio popular

El centro histórico de Barcelona, el actual distrito de CiutatVella, constituyó el único espacio de la ciudad hasta mediados del siglo XIX, cuando se derribaron las murallas y se empezó a urbanizar el ensanche. La burguesía emigró desde el centro hacia este nuevo espacio, más abierto y salubre. El centro fue quedando como lugar de residencia para los más pobres.

El barrio del Raval, integrante del centro histórico, era en origen el arrabal de Barcelona. Estaba constituido por huertos, edificios religiosos (distintas órdenes religiosas tenían allí sedes conventuales) y edificios asistenciales (hospitales, casas de acogida). A partir del siglo XVIII, el barrio fue sede de actividades industriales y actuó como lugar de residencia de la población inmigrante que la industria requería, básicamente procedente del resto de Catalunya. La convivencia de la función industrial con la residencial supuso la creación de tipologías edificatorias propias del barrio, como las casas fábrica, formadas por un espacio industrial, situado generalmente en la planta baja, y viviendas en los pisos [1] .

Desde que Barcelona derribó sus murallas en 1854, la principal actividad constructora se trasladó fuera del centro urbano, sobre todo al ensanche. La industria también setrasladó, aunque en el Raval se mantuvieron las actividades de tipo industrial, como los talleres o los almacenes. El Raval, barrio obrero afectado por los problemas de salubridad derivados de la presencia de actividades fabriles junto a las residenciales, vio intensificados los problemas de sus viviendas por la falta de inversión. El capital inmobiliario prefería invertir en las nuevas zonas urbanas emergentes, con mayores perspectivas de futuro. 

En las primeras décadas del siglo XX, cuando la actividad industrial ya no era primordial en el barrio, el Raval recibió grandes oleadas de inmigrantes en busca de trabajo, ya que la industria y las obras públicas de la ciudad requerían mano de obra [2] . El régimen predominante de ocupación de las viviendas ha sido siempre el alquiler, y entonces los fenómenos del realquiler y el hospedaje, sobre todo protagonizados por inmigrantes, fue muy frecuente. La población se densificó de tal modo que las condiciones de vida eran muy deficientes. Antiguos edificios fabriles pasaron a convertirse en viviendas; otras veces se mantuvieron las funciones industriales en los bajos de los edificios, mientras que los pisos superiores estaban destinados a viviendas. Las viviendas cobijaban a muchos residentes. Se construyó por encima de las terrazas de los edificios y, siendo ya las calles estrechas, apenas quedaban espacios sin construir. Las pensiones y las denominadas casas de dormir, habitáculos sin condiciones higiénicas destinados a albergar a los más desfavorecidos, eran numerosas en el Raval.

A lo largo del siglo XX, en todo el barrio el estado de las residencias se ha caracterizado por la poca actividad de mejora [3] . Actualmente, el Raval sigue siendo un barrio con predominio de la función residencial, fundamental mente para las clases populares. En el barrio vivían 37.498 personas en el año 2000;según los datos municipales, en enero de 2003 un 47 por ciento de los habitantes del Raval son inmigrantesprocedentes del extranjero. Las nacionalidades pakistaní, filipina, marroquí y ecuatoriana son las predominantes, por este orden [4] . La superficie del Raval es de 1,09 km2; la densidad es, pues, de 34.401,8 hab/km2, muy elevada.

La superficie media de las viviendas en el Raval era en 1991 de 62,25 m2, mientras que la media de Barcelona era de 80m2. El porcentaje de viviendas de alquiler era entonces del 68,47 por ciento, cifra que para la ciudad de Barcelona era del 35,87 por ciento. El 87,05 por ciento de las viviendas del barrio fue construido antes de 1940, el 10,59 por ciento lo fue entre 1940 y 1980 y sólo el 2,36 por ciento después de 1980. En cuanto al precio de la vivienda, el dato más significativo a escala de barrio es la evolución del precio de la de segunda mano: en 1996 era de 866 euros/m2 y en el 2000 pasó a ser de 1585 euros/m2, casi se había multiplicado por dos. Del precio de la vivienda nueva tenemos datos a escala de todo el distrito de CiutatVella, no del barrio; en el 2001, cada m2 costaba en el distrito 2301 euros, mientras que en Barcelona costaba 2499,7 [5] . La vivienda del Raval está caracterizada, pues, por tener poca superficie, por el predominio del alquiler como régimen de tenencia, por la antigüedad de su construcción, y por tener un coste medio ligeramente más bajo que el de Barcelona en conjunto, pero con poca diferencia entre las dos medias.

La intervención urbanística en el barrio del Raval

Hay que considerar las distintas operaciones urbanísticas planeadas por su repercusión directa sobre la vivienda. La visión histórica, aunque sintética, es fundamental por el hecho de que algunos planteamientos actuales se inspiran en ideas proyectadas en el siglo XIX. 

Hasta el siglo XVIII prácticamente no se llevó a cabo ninguna reforma sustancial en el tejido urbano de Barcelona. A mediados de dicho siglo, la industrialización y el crecimiento demográfico conllevaron la reforma y ampliación de los edificios existentes; en el Raval aparecieron las primeras fábricas. A partir de entonces se llevaron a cabo actuaciones puntuales, como la apertura de algunas calles. Durante la primera mitad del siglo XIX, se realizaron operaciones de mayor envergadura; con las desamortizaciones de 1820-1823 y de 1836 se obtuvieron terrenos que permitieron abrir nuevas calles y plazas.

El planeamiento global del centro de la ciudad empezó en 1859, con el Plan de Reforma y Ensanche de Barcelona, obra del ingeniero IldefonsCerdà. La ciudad estaba derribando las murallas y había que planificar el crecimiento fuera del antiguo recinto amurallado e integrar la ciudad antigua en la nueva trama urbana. Para este último propósito, Cerdà planeó el trazado de tres vías que cruzaban el centro de la ciudad, dos perpendiculares al frente marítimo y una paralela, con el fin de comunicar el ensanche entre sí y con el puerto. La propuesta de Cerdà de abrir calles rectilíneas en el centro histórico muestra cierta inspiración en los trabajos de Haussmann en el París del XIX [6]

El plan de Cerdà no llegó a aplicarse, aunque se aprovechó la idea de las tres vías, con modificaciones en su trazado, por parte del arquitecto ÀngelBaixeras. Su plan fue aprobado en 1889, pero de éste sólo se realizó una de las tres vías, la ViaLaietana (1908-1913). La finalidad de esta calle era la de comunicar el ensanche con el puerto. Su apertura conllevó el derribo de calles medievales, edificios antiguos y casas señoriales [7] . El derribo de las viviendas de familias nobles y burguesas provocó el éxodo de sus residentes, que se trasladaron a vivir al nuevo ensanche. De este modo se aceleraba un proceso ya vigente desde la existencia del ensanche, la huida de las clases altas del centro urbano. J. Olives explica cómo a partir de entonces se aceleró la ya vigente degradación del barrio de SantCugat del Rec, plenamente afectado por la apertura de la ViaLaietana. El vacío dejado por los que abandonaron el barrio fue ocupado por estratos pobres de población y SantCugat sufrió abandono por parte de las instituciones municipales. La ViaLaietana actuó como una barrera física que dejaba marginado al barrio [8] .

La idea de abrir calles anchas en el centro de Barcelona ha seguido vigente en distintos planes urbanísticos a lo largo del siglo XX. Sin embargo, sólo se han realizado algunos tramos; en el barrio del Raval se abrió durante los años 60 la actual avenida de les Drassanes, con la cual está directamente conectada la reciente Rambla del Raval.

Prácticamente con la llegada de la democracia entraron en vigencia los Planes Especiales de Reforma Interior (PERI), que aplicados a los centros históricos tienen como objetivos la mejora de las edificaciones y de los equipamientos, y el cambio de actividades y funciones. El PERI del Raval, aprobado en 1985, propone la realización del llamado Pla Central, en una zona ya afectada por el planeamiento anterior, en el marco de la apertura de vías en el centro histórico. Elproyecto fue modificado en 1995; la fase principal de las obras terminó en el año 2000, aunque actualmente se están realizando los trabajos de una extensa área lateral afectada por las reformas, la llamada Illa (manzana de edificios) de la Rambla del Raval, cuyas características generales exponemos en el siguiente párrafo. Con la realización del Pla Central se han derribado las cinco manzanas comprendidas entre las antiguas calles de la Cadena y SantJeroni., Según los documentos oficiales, con la operación se pretendía crear un espacio público, como una plaza, de 58 m. de ancho por 317 m. de longitud, en el sentido mar-montaña, que enlazara con la avenida de les Drassanes y que absorbiera el tráfico del barrio, de manera que las calles más comerciales del Raval fueran zona preferente de peatones. Con la operación se quería renovar profundamente el tejido urbano sin expulsar a los residentes y crear una zona con usos urbanos diversos en un espacio reducido [9] . El resultado ha sido la creación de una avenida con árboles, como las que en las poblaciones mediterráneas de nuestras latitudes se conocen como ramblas, denominada Rambla del Raval. El espacio, pues, no cumple las funciones de una plaza, sino el de una avenida destinada en parte a absorber el tráfico del barrio.

Al lado de la Rambla del Raval, en lo que constituirá la llamada Illa Rambla del Raval, se están derribando actualmente dos manzanas de edificios y parte de otra manzana; de esta última sólo quedan en pie algunos edificios, ya que el resto fue derribado para construir una plaza hace más de una década. Estos últimos derribos corresponden fundamentalmente a viviendas. En el nuevo espacio urbanizado, que corresponde a una modificación del PERI del Raval aprobada en el 2001, habrá viviendas, un hotel de nivel medio-alto, oficinas, locales comerciales, espacios destinados a usos culturales y de ocio -tal vez salas de cine, aunque todavía no está confirmado-, y un aparcamiento subterráneo [10] .

Está previsto que en el futuro se abra una nueva vía perpendicular a la Rambla del Raval, que probablemente aprovechará el trazado de las calles de Sant Rafael -ya afectada en gran parte por las reformas anteriormente mencionadas-, SantPaciàLleialtat, que en realidad son tres tramos de una misma calle. También se pretende conectar el ensanche con la Rambla del Raval, probablemente a través de la calle Joaquín Costa, que podría verse afectada en el futuro. Estas nuevas vías ya habían sido propuestas en los distintos planes desde finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX, aunque su trazado había sido diseñado sobre distintas calles paralelas. 

La vivienda en torno a la Rambla del Raval

Las calles existentes antes de la apertura de la Rambla del Raval y las de su entorno fueron urbanizadas entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, como la mayoría de las calles del barrio; sin embargo, una de las calles del sector, la calle Robador, ya estaba prefigurada en el siglo XIII. Los edificios de todo este sector, tanto los ya desaparecidos como los que permanecen en pie, pueden considerarse una muestra del pasado relacionado con la actividad industrial, tanto por la existencia de viviendas para obreros como por la presencia de almacenes. Un ejemplo de estas construcciones lo constituyen las llamadas casas fábrica, anteriormente mencionadas.

Por otro lado, estas calles participaron plenamente de las actividades relacionadas con los llamados bajos fondos durante prácticamente todo el siglo XX. La prostitución y la venta de drogas caracterizaron a prácticamente todas las calles afectadas por la Rambla del Raval y la futura Illa, así como a las calles vecinas. El hacinamiento propio de las primeras décadas del siglo XX, cuando el Raval soportaba enormes densidades de población, unido a este tipo de actividades marginales, se manifestaba en la existencia de pensiones y de lo que P. Villar denomina semipensiones, que suponemos debían reunir incluso menos condiciones que las pensiones de la época, así como también había algunas de las llamadas casas de dormir. De las actividades al margen de la ley quedan ya sólo algunas reminiscencias de lo que fueron. El auge y la desaparición de tales negocios están muy bien relatados y documentados en la obra de P. Villar; la intervención municipal ha jugado un papel decisivo en la extinción paulatina de estas actividades [11] .

Distinguiremos entre la situación de la vivienda de las zonas donde ya se ha intervenido urbanísticamente y la de dos calles vecinas, una de las cuales será objeto de intervención municipal por el ensanchamiento de la calle.

La vivienda en la Rambla del Raval y en la futura Illa Rambla del Raval

Las viviendas de las calles SantJeroni y Cadena, afectadas por la citada Rambla y de las cuales se mantiene en pie una de sus respectivas alineaciones de edificios, fueron construidas en dos períodos cronológicos. Los edificios de la calle SantJeroni se construyeron en la primera mitad del siglo XIX, probablemente hacia los años 1820 y 1830. Los de la calle Cadena lo fueron a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Según los autores del planeamiento municipal, se trata de "construcciones con un claro valor patrimonial e histórico"; por ello se están rehabilitando casi todos los 38 edificios, con 454 viviendas, de que consta la Rambla del Raval. Otras mejoras de las viviendas han afectado sobre todo los suministros de agua, gas, electricidad y la línea telefónica [12] .

Las manzanas de edificios derribadas para abrir la Rambla se caracterizaban, en muchos casos, por un mal estado general de las viviendas. Según datos del Ayuntamiento, los edificios derribados eran 62, que en total sumaban 789 viviendas y 140 locales. Para elevar el futuro conjunto de la IllaRambla del Raval, cuyas características generales se han citado anteriormente, se derribaron 50 edificios, según datos municipales. El derribo integral de los bloques ha suscitado polémica, por el hecho de que han desaparecido edificios de interés patrimonial histórico-artístico y arquitectónico. Según O. Alexandre, con estas operaciones urbanísticas se han destruido muestras valiosas de la construcción en el barrio, como casas fábrica, otros edificios residenciales que databan desde finales del siglo XVIII hasta principios del XX y edificios con esgrafiados. Según dicho autor, el proyecto diseñado anteriormente al que se ha realizado era más respetuoso con los edificios de interés patrimonial [13] .

El aspecto fundamental de estas intervenciones radica, según nuestra opinión, en el desplazamiento de los residentes de las viviendas desaparecidas; F. Magrinyà y G. Maza afirman que muchos deshauciados por el proceso de la Rambla del Raval se reinstalaron en las calles de SantRamon y Unió, que ellos califican como "calles traseras" del mismo centro [14] . En el espacio que constituirá la Illa existían algunas propiedades municipales -el local de un antiguo cine, una escuela de educación infantil, un local de uso público-, pero también había viviendas, algunas de las cuales aún permanecen en pie. Los residentes se han encontrado con el mismo problema que en el caso de la Rambla; algunos han sido realojados en pisos de protección oficial en la calle Santa Elena y en algunas otras promociones de vivienda protegida en el mismo barrio, pero no se ha dado cabida a la mayoría de ellos. Muchos de los que han residido toda la vida en el barrio han tenido que irse del Raval. La prensa se ha hecho eco de algunos de los problemas relacionados con expropiaciones e indemnizaciones.

Los principales afectados por estas reformas urbanísticas han sido gente de edad avanzada, que dispone de escasos recursos y que con frecuencia vive solaen pisos de bajo alquiler y sin condiciones adecuadas. A escala de barrio, en los casos de desalojo de personas mayores que se encuentran sin ninguna alternativa para residir, el ayuntamiento opta por otorgarles una vivienda en régimen vitalicio en edificios del barrio destinados a tal uso, pagando un alquiler bajo. Al morir la persona usufructuaria, la vivienda es ocupada por otra persona en la misma situación. 

La situación actual de la Rambla no ha mejorado las posibilidades para los residentes del Raval. Las viviendas de los edificios que han sido totalmente remodelados no son asequibles por parte de la mayoría de la gente del barrio. Algunos locales están ocupados por negocios básicamente de restauración, muchos de los cuales ya existían antes de las reformas y han sido renovados. En la alineación correspondiente a la anterior calle de SantJeroni, los bajos están ocupados por tiendas de pakistaníes; existe una decena de tiendas contiguas, en el extremo que limita con la calle SantPau. Según informa la asociación de vecinos Taula del Raval, se trata de establecimientos efímeros: están sujetos a contratos de arrendamiento de cinco años, con lo cual al vencer este plazo probablemente desaparezcan para ser sustituidos por otros comercios que requieran mayor inversión. La mencionada asociación cree que se instalarán sobre todo establecimientos con franquicia, muy abundantes en toda la ciudad y grandes uniformadores del paisaje urbano.

La apropiación de parte del espacio urbano por parte de grupos de inmigrantes procedentes del extranjero no sólo es vigente en los edificios, sino también en los espacios públicos, como la misma Rambla [15] , las calles adyacentes y la vecina plaza Salvador Seguí, que en el futuro formará parte del conjunto de la Illa Rambla del Raval. En esta plaza se organiza de noche una especie de mercado de objetos varios, cuyos vendedores y compradores son fundamentalmente inmigrantes. 

En cuanto a las viviendas que se construyan en la Illa, entre 120 y 130 según el ayuntamiento, se prevé que un 25 por ciento de ellas esté sujeto a algún régimen de protección. Probablemente serán cedidas a cooperativas de viviendas sindicales, tal como se ha actuado en otras promociones de vivienda protegida en el distrito. Si se cumplen estas previsiones de protección, el 75 por ciento restante tendrá un coste elevado, ya que estarán situadas en un área emergente dentro del Raval. Ateniéndonos a otros casos de vivienda nueva en el barrio, creemos que la compra de estos pisos actuará como inversión inmobiliaria más que como respuesta a las necesidades de vivienda reales del Raval

La vivienda en las calles de Sant Rafael y Aurora

La calle de Sant Rafael, que tiene continuación por el lado de poniente en las calles de SantPaciàLleialtat, está previsto que en el futuro comunique la Ronda de SantPau y la Rambla del Raval para el tráfico rodado. Poco quedará de esta calle, teniendo en cuenta que una parte ya ha desaparecido con la apertura de la Rambla y la Illa. Una de sus alineaciones de edificios, la del lado de mar, se verá afectada por esta operación. La calle de la Aurora permanecerá con el mismo trazado actual.

Las escasas reformas de las viviendas que caracterizan este sector urbano se manifiesta claramente en el estado de los edificios, tanto en el exterior como en el interior, y se confirma en los datos históricos referentes a las realizaciones de obras registrados en el archivo administrativo de Barcelona. En la calle de Sant Rafael se construyeron siete nuevas plantas entre 1899 y 1988, la última fecha de la que disponemos de datos para esta calle [16] . De estas nuevas plantas, cuatro corresponden a la construcción de cubiertos. Los cubiertos consistían en la elevación de un piso en las terrazas de los edificios, pero de menores dimensiones. Ante la imposibilidad legal de elevar el edificio, se construía fuera de la alineación de fachada. Los cubiertos se destinaban a la vivienda en épocas de fuerte presión demográfica, debida básicamente a la inmigración. Los de esta calle se construyeron en 1913, 1919, 1945 y 1961, correspondientes a períodos de inmigración en la ciudad. Desde 1897 se llevaron a cabo 28 obras deampliación, mantenimiento y mejora del saneamiento; son escasas si se considera que la calle contaba en origen con 38 números.

En el lado de montaña, que va a permanecer en pie, se han realizado reformas en algunas viviendas durante los últimos años. Un ejemplo lo constituye el edificio de viviendas de protección, en cuyos bajos se ha instalado la sede de un sindicato del trabajo que anteriormente estaba situado en una calle vecina (Riereta). El lado de mar está más abandonado; existe un almacén de carpintería en un antiguo edificio fabril -reminiscencia del pasado industrial del barrio. El futuro residencial de los habitantes de este lado de la calle seguramente será similar al que han tenido los de las áreas ya reformadas. 

Las viviendas de la calle de la Aurora, paralela a la anterior, actualmente participan en buena parte de las características de las de Sant Rafael, en cuanto a la degradación. En el archivo administrativo de Barcelona está registrada la construcción de seis nuevas plantas y un cubierto entre 1854 y 1960. De estas nuevas construcciones, dos corresponden a instalaciones industriales; uno figura como nuevo almacén industrial de 460m2, construido en 1945; otro figura como local industrial, que sustituyó en 1946 a otro anterior, sobre el cual se elevaron dos pisos, probablemente destinados a viviendas. Este edificio aún se mantiene con la misma estructura.

La construcción destinada exclusivamente a viviendas data de 1860, 1876, 1880 y 1960. Los edificios de 1860, 1876 y 1880 constaban de seis plantas; el de 1876 fue elevado sobre una planta baja ya existente, destinada a almacén. En 1960 se trataba de viviendas de renta limitada, sujetas a protección, promovidas por el Patronato Municipal de la Vivienda; constaba de cuatro plantas con diecinueve pisos, cuyas superficies útiles eran de 74 y 77m2. La planta baja estaba destinada a locales comerciales. Actualmente este edificio ya no existe, en su lugar está un solar para la práctica deportiva de los más jóvenes. El cubierto databa de 1922 y contaba con 34,50m2; seguramente fue destinado a vivienda. Los propietarios de los edificios residían en el mismo edificio -en las primeras plantas-, en el ensanche y también en calles del mismo barrio.

Las reformas que constan en el archivo consistían en la construcción de tabiques -probablemente para habilitar locales para destinarlos a vivienda-, reparar los desperfectos causados durante los bombardeos de la guerra civil española, y en 1960 se habilitó para pensión una planta baja y un entresuelo. En este caso, la disposición y características de las habitaciones muestran falta de ventilación. 

Las viviendas actuales de esta calle tienen características que han permanecido casi inalterables a lo largo del tiempo. Los edificios tienen una gran profundidad en relación con la superficie de la fachada; los planos de las viviendas que figuran en el archivo administrativo de Barcelona presentan una profundidad que triplica y cuatriplica la fachada, lo cual supone poca ventilación y luz natural. La función de tipo industrial coexistiendo con la residencial se mantiene en algunos edificios cuyos bajos están destinados a almacén y los pisos a vivienda. Apenas hay establecimientos en la calle; existen algunos bares y talleres, y una barbería. En algunos casos están regentados por inmigrantes procedentes del extranjero. 

Esta calle mantendrá su trazado y su anchura, que es de unos seis metros. En 1934 estaba previsto que fuera ésta la calle destinada a ensancharse para el tráfico rodado, pero no en el planeamiento actual. La inversión inmobiliaria está manifestándose a través de la reforma de algunos pisos, que se ponen a la venta a precios elevados en relación con el barrio. Sin embargo, dada la gran cantidad de viviendas con necesidades de reforma, la estrechez de la calle y el hecho de estar en una zona del Raval con problemas sociales y económicos, creemos que permanecerá durante bastante tiempo el mal estado de muchos edificios. 

Conclusiones

La intervención y mejora de la vivienda en un barrio con las características del Raval, que arrastraproblemas de marginalidad y de abandono institucional prolongado, es una tarea realmente difícil. Los problemas derivados de la expropiación aumentan sus consecuencias en un barrio con problemas sociales y económicos. Por un lado, en estos casos, a numerosospropietarios les interesa vender sus pisos en mal estado a cualquier precio, ya que no invierten en mantenimiento y los alquileres que cobran son bajos. Por otro lado, los inquilinos se llevan la peor parte. Además, la legislación nacional actualmente vigente autoriza actuaciones como las llevadas a cabo sobre los residentes de viviendas expropiadas.

Las operaciones urbanísticas han afectado a los antiguos residentes de la zona, que se han visto obligados a cambiar de residencia, sin que esto haya significado siempre una mejora de las condiciones de vivienda, ya que como se ha visto los pisos de protección oficial no alcanzan a cubrir todas las necesidades. Esto muestra cómo no se cumple una de las condiciones que se acordaron entre la administración y las asociaciones de vecinos al redactarse los PERI, que con las operaciones se evitara la expulsión de los residentes.

Creemos interesante citar un fragmento de un texto relativo a las consecuencias de las actuaciones sobre la vivienda popular: “Todo paisaje urbano, por hermoso o prosaico que sea, encierra en sí una profunda continuidad antropológica entre las personas, las calles y los edificios que las albergan. Cualquier destrucción conlleva radicalmente la ruptura de ese lazo de unión, creando un profundo efecto de extrañamiento. Esa indiscutible simbiosis entre los grupos sociales y su ambiente crea un sentido de continuidad que se apoya en el grupo social y que refuerza la conciencia de pertenencia a un lugar, por “banal” que éste sea. Desde ese punto de vista cualquier paisaje urbano,, y en especial, los paisajes residenciales “sin cualidad” son extremadamente útiles al mantenimiento de la vida en la ciudad, y son en definitiva patrimonio edificado en un sentido amplio, pero no por ello menos importante” [17]

Una vez hayan concluido las actividades de rehabilitación de los edificios de la Rambla, esta avenida puede constituir una especie de alineación de edificios pantalla, ya que muchos edificios de las calles adyacentes, sobre todo las del lado de poniente, presentan un estado deficiente. El planeamiento municipal afirma que, dado el coste de las inversiones, hay que "concentrar los esfuerzos en pocas operaciones", y que los "sectores periféricos, beneficiarios en un futuro inmediato, de los efectos multiplicadores a causa de la creación del nuevo espacio público, deberán ser objeto de una observación detallada que alerte de los peligros de una consolidación y densificación de una estructura urbana obsoleta" [18] . Sin embargo, se espera que las remodelaciones promovidas por la administración atraigan el capital inmobiliario en la zona. Este efecto creemos que será limitado, ya que el barrio no se considera atractivo para vivir por parte la mayoría de la población; en lugar de la multiculturalidad que preconizan las instituciones se percibe más bien inseguridad [19] . Con frecuencia, las inversiones inmobiliarias privadas en el Raval actúan como simples inversiones y no suponen una ocupación residencial efectiva.

Tampoco se está consiguiendo una revitalización de las actividades económicas del barrio. La mejora económica es más lenta que la residencial, tal como indica el planeamiento vigente, ya que hay que atender a los negocios que con el tiempo se vayan implantando en la zona. No obstante, vista la situación de la Rambla casi tres años después de que se inaugurara, tal vez haya que esperar los efectos del nuevo complejo de la Illa Rambla del Raval, que puede dinamizar el sector de los servicios a través de incentivar la ocupación en este sector.

Numerosas son las opiniones críticas con las actuaciones del planeamiento escala de barrio. M. Tatjer afirma que éstas tienen carácter urbanístico, en detrimento del aspecto de la vivienda y la rehabilitación social y económica [20] . Por su parte, M. Delgado constata que, en el marco de la política de mejora de imagen del Raval, el cierre de pensiones ha provocado la oferta clandestina de pensiones ilegales, cobertizos o patios interiores habilitados, alquiler de balcones e incluso armarios. Los usuarios de estas infraviviendas son sobre todo inmigrantes [21] .

Si se desea revitalizar el barrio, las actuaciones de la administración necesitan más coherencia. No ser puede pretender aumentar el atractivo del barrio a costa de sus residentes. El Raval es un barrio con unos valores de centralidad con muchas posibilidades,y con necesidades de intervención, pero ante todo es un barrio habitado. 


Notas

[1] Tatjer, M., 1998

[2] Sargatal, A., 2002

[3] Tatjer, M., 1998

[4] Ajuntament de Barcelona, 2003

[5] Favb-Observatoriveïnal y Ayuntamiento de Barcelona, 2003

[6] Gravagnuolo, 1998

[7] Alexandre, 2000

[8] Olives, J., 1969

[9] Ajuntament de Barcelona, 1999.

[10] Ajuntament de Barcelona, 2001

[11] Villar, P., 1996

[12] Cabrera, P., 2000 y Ajuntament de Barcelona, 2001

[13] Alexandre, 2000 y Carrió, 2000.

[14] Magrinyà, F. y Maza, G., 2001.

[15] Aparici, I., 2001, y Magrinyà, F. y Maza, G., 2001.

[16] Para las construcciones realizadas en re 1854 y 1897, véase TafunellSambola, 1994.

[17] Oyón Bañales, 1998.

[18] Ajuntament de Barcelona, 1999.

[19] Magrinyà, F. y Maza, G., 2001.

[20] TatjerMir, M., 2000.

[21] Delgado, M., 2003.


Bibliografía

AJUNTAMENT DE BARCELONA. Proyecto de mejora del medio urbano. Urbanización del espacio público y remodelación de la edificación existente en el entorno del Pla del Raval. Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 1999.

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Ma. Alba Sargatal Bataller, 2003

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Ficha bibliográfica:
SARGATAL, M. A.
La vivienda en el centro histórico de Barcelona. El caso de la Rambla del Raval. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2003, vol. VII, núm. 146(069). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-146(069).htm> [ISSN: 1138-9788]

 
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