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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VII, núm. 146(022), 1 de agosto de 2003

JERARQUIZACIÓN SOCIAL DEL ESPACIO URBANO EN EL BILBAO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

José María Beascoechea Gangoiti
Universidad del País vasco/Euskal Herriko


Jerarquización social del espacio urbano en el Bilbao de la industrialización (Resumen)

A partir de una serie de fuentes fiscales originales, se estudia la distribución y el valor de la totalidad de los inmuebles de Bilbao en la década de 1890, momento clave en la conformación de la nueva ciudad industrial. El análisis de las rentas estimadas por vivienda en una amplia serie de calles completas elegidas en la ciudad se cruza con información del lugar de residencia de distintos grupos profesionales en la misma fecha. El resultado en una visión global de la profunda segregación social del espacio que presentaba la ciudad en esa fecha y las repercusiones en el desarrollo de Bilbao y su papel central en el área urbana de la Ría.

Palabras clave: fiscalidad, Bilbao, espacio social, historia urbana.

Social hierarchial structuring of the urban space in the Bilbao of industrialization (Abstract)

From a series of original fiscal sources, is studied the distribution and the value of the totality of the buildings of Bilbao in the decade of 1890, key moment in the conformation of the new industrial city.  The analysis of the rents considered by house in an ample series of chosen complete streets in the city, is crossed information of the place of residence of different professional groups in the same date.  The result in a global vision of the strong social segregation of the space that displayed the city in that date, and the repercussions in the development of Bilbao and its central role in the urban area of Bilbao River.

Key words: fiscality, Bilbao, social space, urban history.

Este trabajo significa la recuperación de una investigación previa, que en su versión  inicial formó parte de una obra colectiva[1]. Sobre esa base, he vuelto a las fuentes documentales originales, fundamentalmente de origen fiscal, para revisar, reorganizar y reanalizar toda la información contenida. La intención es profundizar en las posibilidades de conocimiento de la distribución social de la vivienda en el espacio de la ciudad de Bilbao a finales del siglo XIX.

Pero además, se ha pretendido realizarlo en base a unas fuentes muy concretas, el Padrón de Fincas Urbanas de 1893 (base para una futura posible Contribución Territorial) y la Matrícula de Industria y Comercio de 1895. Ambas son especiales en el contexto de Bilbao por las particularidades políticas y hacendísticas que derivaban del régimen foral primero, y luego del concierto económico en vigor en el País Vasco. Concretamente, en Vizcaya los conciertos económicos se prolongaron de 1878 a 1937 y, en la práctica significaron la exención de varias partidas, entre ellas las relativas a las distintas fórmulas de contribución territorial[2]. Por lo tanto, resulta muy complicado contar en estos territorios con una información para este periodo equiparable con la del resto de España.

Sobre la base de estas fuentes, situadas además, como veremos, en un momento clave en la definición de la ciudad, me he fijado en las diferencias espaciales entre las distintas zonas de la ciudad en el valor declarado de los edificios. A partir de ahí, realizo una aproximación en profundidad a la valoración diferencial de la totalidad de las viviendas individuales de una serie de calles representativas de la Villa.

Finalmente, estos datos se cruzan con la localización de la vivienda habitual declarada de varios grupos profesionales, extraídos de la Matrícula, situándolos además en un sencillo mapa de la ciudad. Su distribución espacial completa y permite definir con mayor profundidad la clara y rotunda segregación social del espacio urbano que aparece ya perfectamente definida en este Bilbao anterior a 1900.

Fin de siglo en Bilbao

La dinámica histórica de todo el área de la Ría de Bilbao se define desde la segunda mitad del siglo XIX por un rápido proceso de industrialización y modernización social, con enormes consecuencias en todos los ámbitos. En último término significó la ruptura de la sociedad tradicional, y la configuración de una sociedad compleja y diversificada[3].

Una de las más directas repercusiones de la industrialización es la profunda transformación urbana y demográfica de todo el entorno de Bilbao y la Ría. No se trata únicamente de la constatación de un crecimiento cuantitativo de las cifras de población. Junto a éste, que es evidente, asistimos a una reorganización global del espacio, y una modificación de las pautas demográficas y sanitarias en toda la comarca.

No hace falta detallar muchas cifras para constatar que Bilbao era mediado el siglo XIX una muy pequeña ciudad. Tras unos años marcados por un incipiente dinamismo, en 1860 el entonces municipio de Bilbao contaba con sólo 17.969 habitantes. Estos pueden elevarse hasta 29.482 personas incluyendo los municipios circundantes que finalmente anexionó (Abando, Begoña y Deusto). A lo largo del periodo 1877-1900, momento en el que se configura la estructura industrial básica, Bilbao más que duplica su población, pasando de 39.695 a 93.250 habitantes (32.734 y 83.306 habitantes sin considerar las anexiones), lo que supone un crecimiento anual continuado durante esos 23 años del 3,8%, una cifra impresionante. En conjunto, durante el mismo periodo 1877-1900, la población del conjunto de la Ría de Bilbao -desde Basauri a Portugalete y Getxo- pasó de 62.417 a 166.220 habitantes, casi triplicándose, y alcanzando los 304.364 habitantes en 1930. En ese año sólo en el municipio de Bilbao se censaban ya 161.987 personas[4].

Este extraordinario dinamismo demográfico tuvo su inmediata manifestación en el ámbito urbano, donde las transformaciones fueron rápidas y profundas. El crecimiento de Bilbao se enmarcaba genéricamente en un plano regulador (Plan de Ensanche frustrado en 1862 y definitivamente aprobado en 1876), que reservaba el futuro centro de la ciudad a los grupos pudientes, y se construía lentamente. Mientras, los suburbios se desarrollaban a una velocidad extraordinaria  hasta terminar por ocupar anárquicamente la mayoría de los bordes de los terrenos del ensanche.

Caracterización de los Distritos Urbanos

Dentro de este contexto, los años en los que se centra este trabajo, la década de 1890,  se sitúan en momento interesante, en el centro del periodo de industrialización acelerada que terminó configurando el carácter de Bilbao como capital industrial y financiera[5]. La ciudad se esforzaba por asimilar las rapidísimas transformaciones que se estaban produciendo en todos los órdenes, pero aún no se había desprendido de las características básicas de su estructuración anterior como núcleo preferentemente comercial. Este hecho se manifestará con claridad al analizar los datos de las Estadísticas Territoriales.

La figura 1 representa la estructura básica de la ciudad en esa fecha y la distribución de los distritos urbanos que sigue la fuente.

 
Figura 1. Distritos Urbanos de Bilbao en 1893.
Fuente: Elaboración propia a partir de los Padrones de Fincas Urbanas del municipio de Bilbao (1893)
en AFB -Administrativo-  Fondo de Hacienda, Estadística Territorial y Comercial.

Se puede apreciar como la organización de los distritos mantiene unas claras directrices de raíces históricas, morfológicas y sociales. Así, de los dos en que se divide el Casco Viejo de la ciudad, uno corresponde al núcleo original de las Siete Calles (Mercado) y su expansión del siglo XVIII y principios del XIX al otro (Santiago). A partir de ellos, el antiguo arrabal de Achuri sirve de eje al distrito de Hospital, y el de Iturribide y Sendeja,  con su prolongación hacia Campo Volantín, a San Nicolás. Al otro lado de la Ría, San Francisco ha adoptado ya un perfil definido, Bilbao la Vieja se alarga por Urazurrutia y Zamacola recogiendo toda la edificación entre Miravilla y la Ría, y en Las Cortes se incluye no sólo esta calle y su difusa área circundante, sino también las barriadas hasta la zona de la plaza de la República en Abando (La Casilla).

En cuanto al Ensanche, el distrito más reciente y extenso, se pueden distinguir tres situaciones diferenciadas. Por un lado nos encontramos con el área de 75 hectáreas, el denominado distrito de San Vicente, que corresponde a algo menos de dos tercios del proyecto de ensanche de 1876. Esta era la zona realmente urbanizada en esa fecha, aunque sólo se habían ocupado alrededor de la mitad de los solares[6]. Esto se ha querido señalar en el mapa de la Figura 1 por medio de la línea que corre por Alameda Recalde, Plz. Elíptica, Elcano y Alameda Urquijo, límite aproximado de la zona edificada, o cercana a edificarse en este momento.

El resto del distrito del Ensanche se prolongaba en la zona aún rural de la vega de San Mamés, donde inmediatamente se iba a proyectar la ampliación del ensanche[7]. Además, se incluía las zonas recientemente anexionadas de Basurto, Zorroza y Olabeaga, ocupadas por suburbios obreros, instalaciones industriales, y donde se comenzaba a levantar la principal instalación sanitaria de la provincia, el Hospital Civil de Basurto[8]. Estas zonas, no eran aún realmente parte del Ensanche como tal, así que se han dejado sin representar en el mapa para evitar distorsiones, de la misma forma que sus datos  se han separado de los del resto del Ensanche en las cuadros posteriores. Todo esto queda más definido en las cifras del cuadro 1.

Cuadro 1
Población y superficie de los distritos de Bilbao en 1897
Distritos Pobl. % pobl. Sup.
(Ha.)
% sup.
total
%pobl.
sin 9-10
% sup.
sin 9-10
Pobl. / Ha.
1. Bilbao la Vieja 7.593 10,3 18,19 0,7 11,5 10,0 417
2. San Francisco 8.995 12,2 19,58 0,7 13,6 10,8 459
3. Las Cortes 6.681 9,0 8,49 0,3 10,1 4,7 787
4. Hospital 6.785 9,2 13,48 0,5 10,2 7,4 503
5. Mercado 5.932 8,0 5,00 0,2 8,9 2,7 1.186
6. Santiago 5.925 8,0 8,10 0,3 8,9 4,5 731
7. San Nicolás 8.475 11,5 33,49 1,3 12,8 18,4 253
8. San Vicente (Ensanche) 15.903 21,5 75,60 2,8 24,0 41,6 210
9. S. Mamés, Basurto, Olabeaga y Zorroza (Ensanche) 6.273 8,5 372,03 14,0 - - 17
10. Exteriores (Buya y Mallona) 1.438 1,9 2.101,29 79,1 - - 1
Total 74.000 100 2.655,25 100 100 100 28
Fuente: Elaboración propia a partir del Boletín Municipal de Estadística de 1897.

Eliminando la distorsión de los distritos exteriores, fundamentalmente los montes que rodean la ciudad, y la parte no urbanizada del ensanche, nos encontramos con una superficie total de 182 Ha., de la que casi la mitad corresponde a San Vicente, el distrito más poblado pero con escasa densidad, ya que residían en él menos de una cuarta parte del total de los vecinos. No son cifras muy halagüeñas para un proyecto de ensanche que llevaba casi veinte años aprobado y más de tres décadas en el centro de las expectativas locales. En cambio, eran San Vicente y  San Nicolás (que incluía el ensanche de Campo Volantín) los únicos distritos con proporción de habitantes por hectárea inferior a la media de parte urbanizada de la ciudad (364 habitantes / ha.). El resto contenía densidades muy superiores, con el máximo en el distrito más pequeño, antiguo y céntrico, los 1.186 habitantes por hectárea de Mercado.

Sobre esta distribución de la ciudad en base a cifras de población se superpone el espacio edificado y su valoración diferencial, plenamente reflejada en los datos del cuadro 2.

Cuadro 2
Edificios y Valor de Renta Bruta en los Distritos  Urbanos de Bilbao (1893)

Distritos

Edificios

%
Renta Bruta (Ptas.)
%
Renta Media (ptas.) % sobre media
Bilbao la Vieja 173 9,8 264.278 3,9 1.528 39,5
San Francisco 173 9,8 633.544 9,3 3.662 94,7
Las Cortes 147 8,4 332.060 4,9 2.259 58,4
Hospital 162 9,2 423.599 6,2 2.615 67,6
Mercado 262 14,9 763.040 11,2 2.912 75,3
Santiago 215 12,2 1.723.183 25,3 8.015 207,2
San Nicolás 214 12,2 738.503 10,9 3.451 89,2
San Vicente (Ensanche) 294 16,7 1.851.912 27,2 6.299 162,8
Basurto-Olabeaga (Ensanche) 118 6,7 70.823 1,0 600 15,5
Total 1.758 100 6.800.942 100 3.869 100
Fuente: Elaboración propia a partir de los Padrones de Fincas Urbanas del municipio de Bilbao (1893) en AFB -Administrativo-  Fondo de Hacienda, Estadística Territorial y Comercial .

En una primera lectura nos encontramos una ciudad profundamente dividida por la industrialización, en la que el caserío se distribuye al 50% entre las áreas centrales y su expansión planificada, por un lado, y los suburbios en diverso grado de marginalidad, por el otro. Es decir, una mitad entre la suma de los dos distritos centrales tradicionales de la ciudad (Mercado y Santiago, el ensanche de San Vicente y cerca de la mitad del de San Nicolás. El otro 50% suburbial lo formaría las zonas Iturribide, Mallona, Cristo y Tívoli-Castaños del distrito de San Nicolás, más la totalidad de los distritos de Bilbao la Vieja, San Francisco, Cortes y Hospital, y las zonas de Basurto, Olabeaga y Zorroza que figuraban como parte del Ensanche.

Esta relación equilibrada se trastoca completamente al considerar los valores de renta. Ahora, el Centro más Ensanche acaparan cerca del 65%. En conjunto, se aprecia en la columna de rentas medias del cuadro 2, se pueden distinguir cuatro situaciones entre los distritos. El nivel más bajo -descontando los valores ínfimos de Zorroza y Olabeaga- se da en Bilbao la Vieja (menos de la mitad que el nivel medio de la ciudad). Desde luego, era un dato previsible, lo mismo que en el siguiente escalón (de 2.000 a 3.000 Ptas., unos 2/3 del valor medio) se encuentre los distritos  de Las Cortes y Hospital.

Sin embargo, junto a ellos aparece también Mercado. En este caso, junto a un moderado valor de los inmuebles se debe considerar la desvaloración derivada de la antigüedad en la construcción de bastantes de ellos ya que, como se vera más adelante, esta zona conservaba un altísimo grado de centralidad y era aún uno de los lugares más comunes de residencia para los grupos de profesionales liberales.

La tercera situación es la de los distritos de San Nicolás y San Francisco que se hallan cercanos a la media. San Nicolás es el distrito más heterogéneo, ya que comprende zonas de altísima calidad, como las casas de vecindad de Estufa (calle Viuda de Epalza) y los chalés de Campo Volantín, con otras  de tipo medio (Ascao) o casi marginales (Cristo, Iturribide...). Por ello ese valor medio aporta realmente poca información. Caso totalmente distinto es el de San Francisco. A primera vista sorprende que los inmuebles de este área alcancen un valor tan alto, considerando su conocida condición de barrio proletario por excelencia en Bilbao, pero ya lo matizaremos al analizar el valor de las viviendas individuales por calle.

Finalmente, dos únicos distritos -Ensanche y Santiago- poseen una renta media por edificio superior a la media. Ellos dos solos reunían más de la mitad del valor de las rentas urbanas de Bilbao y, al menos, duplicaban los valores medios de los demás. Sin embargo, el aspecto más relevante es la igualdad de los valores absolutos de Santiago y Ensanche -pese a la evidente desproporción superficial- y la superioridad de Santiago en renta media por edificio. De esta forma, queda en evidencia que los mejores edificios de la ciudad seguían estando en esta zona -igual que 20 a 30 años antes[9] - y que pese a su modernidad y calidad, globalmente las construcciones del Ensanche no habían alcanzado el nivel de calles como Correo y Bidebarrieta.

Nos encontramos así ante una situación que podría calificarse de transición en la definición de las áreas centrales y de prestigio de la ciudad, que en este año de 1893 parecen encontrarse aún en la zona que tradicionalmente las había asumido (Santiago), pero ya consumada una parte de su traslado hacia la nueva ciudad[10].

La misma idea puede deducirse al considerar la localización espacial de los edificios de mayor valoración de la ciudad. Los datos de la figura 2 corresponden a los inmuebles que declaran rentas brutas superiores a 10.000 Ptas.[11]

En este caso la tendencia apuntada en los párrafos anteriores se clarifica extraordinariamente. Santiago y Ensanche se reparte equitativamente el 83% de las construcciones de esa categoría, y el resto se concentran en San Nicolás, o más concretamente en la calle Estufa (Vda. de Epalza), que se abre al Arenal igual que las calles de Santiago, y participa de semejantes características sociales y tipológicas.

Se marcan perfectamente el núcleo concentrado de Santiago, sobre todo el cuadrilátero entre la calle Bidebarrieta, la Catedral, la calle de la Cruz y el Arenal, incluyendo la Plaza Nueva. Fuera de ese espacio reducido sólo aparecen casos sueltos entre los que destaca la calle Santa María. En cambio, en el Ensanche se aprecia una línea singularmente remarcada que coincide con el eje que forman la calle de la estación (Navarra) y la Gran Vía. Se vislumbra también una dirección secundaria en Hurtado de Amézaga y edificaciones sueltas por el Ensanche de Albia, al norte de la Gran Vía, desapareciendo completamente al sur de ella.

 
Figura 2. Edificios valorados en más de 10.000 ptas. de Renta Bruta.
Fuente: Elaboración propia a partir de los Padrones de Fincas Urbanas del municipio de Bilbao (1893).

Resulta evidente que la edificación de alta calidad que se estaba promoviendo en el Ensanche se ajustaba a unas expectativas aún muy estrechas, que primaban extraordinariamente las calles ya consolidadas como espacios prestigiosos y actuaba dubitativamente en el resto.

 Segregación espacial

Hasta este momento se han considerado siempre como base del análisis a los edificios completos y los distritos. Ahora se intenta avanzar en el estudio analizando el valor medio por vivienda en lugar de por edificio. Para ello, se ha realizado una amplia selección de calles, buscando su representatividad[12]. Las cifras resultantes se representan en el cuadro 3

Cuadro 3
Valores Medios de Rentas Brutas en Viviendas Individuales
Distritos Calles Nº viviendas Renta total (ptas.) Renta/vivien. (ptas.)
Bilbao la vieja Cantarranas, Cantarr Alta y Cantar S.Esteban 292 44.901 154
  Bilbao La Vieja 220 59.354 270
  Urazurrutia 267 80.738 302
  Zamacola 60 10.759 179
San Francisco San Francisco 509 226.843 446
  Dos De Mayo 128 36.189 283
  Hernani y Bailen 413 186.229 451
  Arechaga y Conde Mirasol 109 47.281 434
  Autonomia 98 26.933 275
Cortes Cortes 191 58.655 307
  Gimnasio y Amparo 87 21.169 243
  Zugastinovia,Vistaalegre, Machin, y Pl. Abando 87 18.721 215
  Zabala 138 31.037 225
Hospital Achuri 208 67.370 324
  Ollerias, Ollerias Altas y Bajas 263 40.549 154
  Zabalbide 62 17.093 276
Mercado Somera, Artecalle y Tendería 904 459.023 508
  Belosticalle y Barrencalle 427 255.380 598
Santiago Correo y Bidebarrieta 255 432.749 1.697
  Plaza Nueva 100 145.735 1.457
  Loteria y B.España 70 127.687 1.824
  Nueva y Santa Maria 144 151.299 1.051
San Nicolás Campo Volantin y Huertas 19 55.398 2.916
  Resto Zona Campo Volantín* 519 168.692 325
  Estufa 96 154.728 1.612
  Iturribide 240 82.602 344
  Ascao y Esperanza 271 139.844 516
Ensanche Gran Via 212 262.245 1.237
  Navarra (Estación) 79 126.816 1.605
  Hurtado de Amezaga 264 225.487 854
  Gardoqui, A.Urquijo y Bertendona 9 37.523 4.169
  Ibañez de Bilbao 52 52.385 1.007
  Plaza Ens., Colon, Astarloa, Arbieto y M. Puerto 273 214.731 787
  Amistad, Ripa, Villarias, Princ. y Buenos Aires 261 162.850 624
  Uribitarte, Nervion, Muelle Uribitarte 93 42.990 462
  Lersundi, Henao, Heros y Espartero 369 153.988 417
  Fernández del Campo y Al. San Mamés 290 96.915 334
  S Nicolas Olaveaga y F Juan  Zorroza 111 15.458 139
  Total 8.190 4.538.346 554
*- Comprende las calles Campo Volantín (primer tramo), Tívoli, Fontecha y Salazar, Castaños, La Salve, Mújica y Butrón, Huertas de la Villa y Plaza Moraza.
Fuente: Elaboración propia a partir de los Padrones de Fincas Urbanas del municipio de Bilbao (1893)

Se trata de datos muy detallados que ofrecen una perspectiva bastante completa de la realidad interna de la ciudad. En primer lugar, aunque era previsible, convierte en cifras las enormes diferencias de valor en las rentas anuales declaradas para las viviendas entre las diferentes zonas y calles de la ciudad, que son más extremas entre las viviendas individuales que lo que encontrábamos para edificios completos. Pero para su análisis conviene establecer tres grandes grupos según los niveles de precios.

En primer lugar, los tres distritos de rentas bajas (Bilbao la Vieja, Las Cortes y Hospital). En este caso, los tres se sitúan en valores medios idénticos, alrededor de 240 pesetas, lo que representa en torno a 43% de la media de todas las viviendas de la muestra. Esto quiere decir que la distancia respecto al valor medio de la ciudad es mayor que al considerar edificios completos (era del 39% al 67%, ver cuadro 2). Además, en el interior de los distritos encontramos profundas diferencias internas, con distancias cercanas al 100% de valor en distancias muy reducidas. Por ejemplo, las que aparece entre las calles Bilbao la Vieja y Urazurrutia frente a Zamacola y el grupo de las Cantarranas (Bilbao la Vieja), y la calle Achuri y Ollerias (Hospital)

Sin embargo, la distorsión mayor se localiza en los distritos cercanos a la media, San Francisco y Mercado, que trucan sus valores. Si en la media por edificio San Francisco se colocaba un 25% por encima de los valores de Mercado, con las viviendas de las calles estudiadas aquí sucedía exactamente lo contrario. Los edificios de San Francisco eran más grandes y valiosos, pero se encontraban más compartimentadas y sus viviendas eran menos valoradas. Además de cuestiones de calidad conviene considerar la cuestión de la posición de San Francisco, rodeado de barrios obreros y separado del resto de la ciudad por la barrera de la ría y  el ferrocarril. Por el contrario, Mercado disfrutaba de la máxima centralidad y una consideración social muy superior. Todo ello se manifestará claramente cuando consideremos el lugar de residencia de los distintos grupos profesionales y sociales.

De cualquier forma, también en el interior de San Francisco había importantes contrastes entre calles  cercanas a la media de Bilbao (San Francisco, Hernani y Bailen) y otras situadas al nivel de las de Cortes o La Vieja (Dos de Mayo).

Las diferencias son enormes dentro del distrito San Nicolás. Estufa (Vda. Epalza) se asimila fácilmente con los valores de las calles de Santiago, mientras que Iturribide comparte valoración otros arrabales históricos como Achuri o Urazurrutia. Pero los contrastes máximos de toda la ciudad se encuentran en la zona de Campo Volantín. La fila de chalés que bordean la ría se encontraban rodeadas por calle ocupadas por viviendas que se situaban en los niveles más bajos de la ciudad, en concreto el de calles populares como Achuri, Cortes o Iturribide, y bastante inferior al de la calle San Francisco. Es una de las paradojas de las especulación y el modelo de desarrollo, que se llevaba al extremos en el Bilbao de la época[13]. En pequeña escala, representa lo que estaba sucediendo en el Ensanche, mantenido como reserva de suelo para la burguesía, pero para cuando ésta llega por fin a ocuparlo se halla totalmente circundado por suburbios obreros y populares.

El tercer y último grupo es el de los distritos más valorados. Como sucedía cuando se consideraban los edificios, las viviendas de mayor renta de la ciudad se localizaban en las calles del distrito tradicional de Santiago. Los valores eran aquí una tres veces superiores a la media, y presentaba la estructura más homogénea, con todas las calles a un nivel alto.

Sólo queda el Ensanche que era un saco en el que se podían encontrar múltiples situaciones diferenciadas. Las calles más valoradas eran Navarra, evidentemente gracias a su función de enlace obligado entre la ciudad vieja y la nueva, el grupo de Gardoqui, Alameda Urquijo y Bertendona, que correspondía una serie de chalés urbanos.

En cambio, la Gran Vía presentaba unos valores más bajos, podríamos decir que sorprendentemente bajos. Pese al papel de principal avenida del ensanche que le reservaron sus proyectistas, y a enclavarse aquí algunos de los edificios más significativos de todo Bilbao[14], todavía en esta fecha no había asumido ese papel. El conjunto destacaba más por su tamaño y la cantidad de viviendas que por la calidad intrínseca de los inmuebles.

A partir de este eje central del ensanche el descenso de los valores es rápido en todas direcciones. En un primer nivel hasta el margen 750-1000 pesetas (es decir, entre el 30 y el 50% por encomia de la media) en Hurtado de Amézaga, Ibañez de Bilbao y el grupo de calles que eran entonces el centro de la frontera urbanizada (Colón de Larreategui, Astarloa etc.). De ahí se pasaba a la zona de Ripa-Buenos Aires, la más antigua del distrito y con fuerte presencia industrial y portuaria, cuyos inmuebles se colocaba ligeramente por encima de la media de la ciudad. Todas las demás calles recogidas del ensanche se situaban por debajo de la frontera de las 554 pesetas anuales.

Las calles del área de Uribitarte correspondían entonces a una zona de muelles, así que parece razonable su descenso hasta los valores de San Francisco. Pero ya en pleno ensanche, sobre sus dos extremos más alejados de la Gran Vía y más avanzados en ese momento, se había formado dos bolsas de viviendas de bajo valor en el entorno de Lersundi-Heros (hacia el norte) y, sobre todo, Fernández del Campo-Alameda San Mamés (al sur) que se valoraba al mismo nivel de una calle como Iturribide. Se trata de un dato de extraordinaria relevancia, que se relaciona con la instalación de elementos negativos, como las cocheras del tranvía. También encaja con el proceso de formación de áreas de viviendas de baja calidad en el interior del Ensanche, que se acentuaría más adelante.

Ocupación social del espacio urbano

Finalmente, completaremos los análisis anteriores basados en el valor de edificios y viviendas, intentando una aproximación a la distribución espacial del lugar de residencia de grupos sociales concretos en la ciudad. Para ello utilizaremos los datos de la Matrícula Industrial y Comercial de 1895[15]. Desde luego, es parcial, ya que sólo recoge grupos profesionales muy concretos, e incluso estos con limitaciones, pero contiene un listado de contribuyentes según tarifa y clases que incluye las direcciones de su domicilio personal y lugar de trabajo. A partir de estos datos se han agrupado las distintas categorías, identificando a los grupos de Elites, Profesionales y Empleados, elaborado las figuras 3, 4, y 5, que localizan gráficamente la direcciones señaladas en la fuente, y el cuadro 4, con los datos completos divididos por categorías y distritos.

Cuadro 4
Residencia de elites, profesionales y empleados de Bilbao (1893)
Distrito Elite % Profesionales  % Empleados %
Bilbao la Vieja 1 1,1 3 0,9 9 3,1
San Francisco 0 0 18 5,3 40 13,7
Las Cortes 0 0 2 0,6 4 1,4
Hospital 1 1,1 27 7,9 18 6,2
Mercado 7 8,0 52 15,2 40 13,7
Santiago 19 21,8 96 28,1 39 13,4
San Nicolás 21 24,1 42 12,3 39 13,4
San Vicente (Ensan) 37 42,5 99 29,0 97 33.3
Basurto-Olabeaga 1 1,1 2 0,6 5 1,7
Total 87 100 341 100 291 100
Elites (Navieros, Gerentes y Directores de Empresas, Mineros, Banqueros y Cambistas, Propietarios de Carruajes Particulares).
Profesionales  (Profesiones Médicas, Arquitectos y Maestros de Obra, Profesores y Peritos, Profesiones Judiciales, Profesiones Comerciales.

Empleados (Dependiente, Empleado, y Administrativo Cualificados)

Fuente: Elaboración propia a partir los datos de la Matrícula Industrial y Comercial de Bilbao (1895) en AFB -Administrativo- Sección de Hacienda, Estadística Territorial y Comercial, num.15

Como se puede observar, las preferencias que manifestaba la elite en la elección del lugar de residencia no guardaba excesiva concordancia con las de los grupos de profesionales liberales, aunque si se aprecia unas tendencias semejantes entre las distintas especialidades profesionales

En conjunto los ricos presentaban una mayor concentración sobre lugares específicos de la ciudad : Campo Volantín, Ensanche de Albia, Gran Vía, calle Estación y plaza Circular, primer tramo de Alameda Urquijo, calle Estufa y alrededores de la plaza Nueva. Los que conocemos ya como las zonas de más valor de la ciudad y la localización de las villa urbanas. Los lugares elegidos se situaban casi exclusivamente en los distritos de Santiago, San Nicolás y  Ensanche, que se repetían en el 86,5% de los casos. Pese a lo que podría suponerse por el valor de sus inmuebles, no era Santiago el área más frecuente. En cambio, resulta muy clara su más temprana disposición para trasladarse hacia el Ensanche. La suma de este distrito más la zona del Campo Volantín del de San Nicolás, ascendía a casi el 60%.

 
Figura 3. Residencias de la Alta Burguesía urbana.
Fuente: Elaboración propia a partir de la Matrícula Industrial  y Comercial de Bilbao (1895)

La actitud  de los profesionales liberales respecto al traslado al Ensanche aparece mucho más tímida y retardada. Del total de personas recogidas como tales en la Matrícula de 1895, solamente un 29% habían fijado su residencia en el nuevo barrio. Extraña esta cifra considerando que estos grupos se presentan precisamente como los principales destinatarios de la promoción.

 
Figura 4. Residencia de los Profesionales Liberales.
Fuente: Elaboración propia a partir de la Matrícula Industrial  y Comercial de Bilbao (1895).

 La distribución general de los profesionales en el plano muestra difusión global superior que las de los estratos más exclusivos. Sin embargo, realmente nos encontramos con un altísimo grado de concentración alrededor del Casco Viejo de la Villa. Los distritos de Santiago y Mercado, más las calles colindantes de Hospital y San Nicolás (las calles Ronda y María Muñoz suponen cerca del 90% de la cifras de Hospital, y la calle Estufa más Ascao-Esperanza-Sendeja un porcentaje similar de San Nicolás) alojaban a más del 60% de los profesionales registrados en la Matrícula.

Al coincidir el hecho de que los distritos de Santiago y Mercado eran los superficialmente más pequeños de la ciudad, el resultado es el abrumador apiñamiento de puntos negros en ese área hasta formar la mancha continua que se representa en la figura 4. En su interior se aprecian convergencias máximas en la Plaza Nueva y sus alrededores, y en las manzanas cercanas a la Catedral de las calles Artecalle, Tendería, Cruz y Belosticalle.

 
Figura 5. Distribución de los lugares de residencia los empleados.
Fuente: Elaboración propia a partir de la Matrícula Industrial  y Comercial de Bilbao (1895).

Destacan singularmente los resultados del distrito de Mercado y su comparación con los de San Francisco que sería el referente en cuanto a la categoría de las casas y el valor de la viviendas individuales. Se observa una fuerte desconexión entre los parámetros anteriormente enunciados y la realidad social de cada barrio.

San Francisco era un barrio de reciente construcción y donde el relativo cuidado en la edificación no eliminaba su destino como habitación proletaria y pequeño burguesa, conseguida por medio de un creciente hacinamiento. En cambio, las Siete Calles mantenían un prestigio derivado de su centralidad y su historia que permanecía por delante de otras consideraciones[16]. De esta forma y gracias también a la conservación parcial de la antigua estratificación vertical en el interior de los inmuebles, en la práctica ya desaparecida en el resto de esta urbe tan segregada espacialmente, el Casco Viejo pudo retener durante más tiempo a una población cualificada que desatendía las supuestas virtudes del Ensanche[17].

La distribución de los empleados (figura 5) corrobora algunas tendencias apuntadas por los profesionales.  La principal es  su casi nula presencia en los distritos de Bilbao la Vieja, Las Cortes y Hospital, que completa la definición intensamente obrera dominaba allí. Por el contrario, los encontramos  con una distribución mucho más equilibrada por el resto de la ciudad, repitiendo los mismos porcentajes en torno al 13%  en la mayoría de los distritos. Esto significa que aparecen mucho más representado que los profesionales en San Francisco (más del doble), y en cambio mucho menos (la mitad) en Santiago. También es destacable su previsible abundante presencia en el Ensanche, especialmente en las calles de tipo medio, como el entorno de Ripa y Buenos Aires, Ibañez de Bilbao o la plaza del Ensanche.

En definitiva, la ya clara definición de una profunda segregación social del espacio habitado sería uno de los rasgos definitorios de la configuración de la ciudad a principios de la década de 1890. Otro, la circunstancia de hallarnos ante un momento de transición en cuanto a la definición de las áreas más cualificadas social y funcionalmente, de traspaso  entre los espacios que tradicionalmente habían cumplido estas labores y las que estaban llamadas a asumirlas en un futuro inmediato.

Bilbao estaba creciendo muy rápidamente y de forma muy desequilibrada. La ciudad oficial y burguesa estaba aún asimilando su ensanche en muchos aspectos, mientras que alrededor crecía desordenadamente un gran cinturón obrero, claramente separado de las áreas centrales cualificadas.. Se estaban sentando las bases de la ciudad de la primera mitad xx, pero estaba todavía en estado embrionario. Esto mismo permite apreciar mejor los contrastes y contradicciones, que en muchos casos no harán más que intensificarse en los años siguientes.
 

Notas

[1]González Portilla y otros, 1995, pp.370-411).
 
[2] Sobre la cuestión de la política fiscal en el País Vasco durante esa época, su manifestación en el campo de la fiscalidad de la propiedad territorial y las vivienda, y las repercusiones en la ausencia de fuentes fiscales equiparables a las del resto de España (Alonso Olea y Beascoechea Gangoiti, 1998, pp.5-35). Esta misma cuestión en el marco de España y las fuentes históricas resultantes (Tatjer, 1988, vol.1, pp.135-173 y vol.2, pp.61-101), (Lopez Guallar y Tatjer, 1985)
 
[3] El fenómeno de las transformaciones económicas y sociales del País Vasco se encuentra ampliamente estudiado, especialmente a través de las distintas obras de Manuel González Portilla. Para situarlo en un contexto global  (González Portilla, 1981). Más concretamente, la relación entre transformaciones económicas, población y espacio urbano (González Portilla y otros, 1995) y (González Portilla y otros, 2001).
 
[4]Las cifras de población provienen de los datos censales, suministrados por el Laboratorio de Demografía del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco. Sobre la urbanización demográfica del área (González Portilla y Beascoechea, 2000) y (González Portilla y otros, 2001).
 
[5] (González Portilla, 1981), (Montero, 1990), (García Merino, 1987).
 
[6] Nuestros datos son corroborados por los cálculos del arquitecto municipal Enrique  Epalza en una serie de  artículos en la Revista Bilbao, entre octubre de 1895 y enero de 1897.
 
[7] Sobre las circustancia de este nuevo ensanche, cuando el anterior estaba aún medio vacio, y que finalmente se aprobaría en 1905, (Azpiri, 2000).
 
[8] (Beascoechea Gangoiti, 1998).
 
[9] (Arpal y Minondo, 1978, pp.45-46 y 60-61), (García Merino, 1987, pp.420-423).
 
[10] Un proceso semejante estaba teniendo lugar durante los mismos años en Barcelona, aunque en esta ciudad los ritmos de edificación y traslado de centralidad parecen ser mucho más rápidos y profundos. (Garcia Espuche, 1990, pp.207-212). También (Oyon, 2001)
 
[11]Consideramos que ese límite monetario es el que mejor puede reflejar los edificios de gran calidad o tamaño en este momento sin sobrecargar la información. De cualquier forma, no deja de ser una elección arbitraria.
 
[12] La selección es amplia y se ha hecho buscando equilibrar calles de distintas características y mantener el peso relativo de los distintos distritos en lo posible. El valor de la rentas que repreesentan siignifica dos tercios del total de la ciudad. De cualquier forma, sus datos sólo son extrapolables con las reservas correspondientes.
 
[13] En este contexto, no resulta extraño que la urbanización de calidad de Campo Volantín fuera estancándose a partir de esta década, y que la burguesía buscara nuevos espacios donde establecerse en la zona de Indauchu y fuera de la ciudad, sobre todo en Getxo, en un proceso que se hizo imparable desde los primeros años del siglo XX.
 
[14]En el mimo sentido hay que recordar que durante el mismo año de 1893 se estaban construyendo dos edificios emblemáticos que reforzaron este papel de la Gran Vía : el Palacio de la Diputación a mitad de camino entre la plaza Circular y la plaza Elíptica, y la mansión de Víctor Chávarri en el eje de esta última.
 
[15]Se trata de una estadística de base para recopilar información que sirviera a la hora de establecer una Contribución Industrial y Comercial. Como ocurrió con la Territorial el impuesto no llegó a aplicarse hasta entrado el novecientos, pero la estadística aporta informaciones muy sugestivas.
 
[16]Por otra parte, durante toda la segunda mitad del siglo XIX se asiste a una profunda transformación del caserio en el Casco Viejo, con renovación y reedificación de muchos de sus edificios. (Basurto Ferro, 1990, p.134).
 
[17](García Merino, 1987, pp.443-444, 661 y 705-706).
 

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© Copyright José María Beascoechea Gangoiti, 2003
© Copyright Scripta Nova, 2003

Ficha bibliográfica:
BEASCOECHEA, J. M. Jerarquización social del espacio urbano en el Bilbao de la industrialización. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2003, vol. VII, núm. 146(022). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-146(022).htm> [ISSN: 1138-9788]


 
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