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Índice de Scripta Nova

Geo Crítica
Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VIII, núm. 157, 15 de enero de 2004


MOVILIDAD Y MIGRACIONES EN LA CONSTRUCCIÓN EUROPEA EN EL XVIII CONGRESO DE LA AGE. INTRODUCCIÓN

Aron Cohen
Universidad de Granada

LAS MIGRACIONES INTERNAS DE RETORNO EN ESPAÑA DURANTE LA PRIMERA MITAD DE LA DÉCADA DE LOS NOVENTA: IMPLICACIONES DEMOGRÁFICAS Y TERRITORIALES

Joaquín Recaño Valverde
Centre d'Estudis Demogràfics, Universitat Autònoma de Barcelona

Nota de la Redacción.

Con el presente número iniciamos la publicación en Scripta Nova de una serie de comunicaciones que se presentaron al XVIII Congreso de la Asociación de Geógrafos Españoles, que se celebró en la Universidad Autónoma de Barcelona entre los días 24 y 27 de septiembre de 2003. Cinco de esas comunicaciones se presentaron efectivamente en el Congreso y se publican en primer lugar, tras un proceso de evaluación externa por parte de la revista. Se trata de los siguientes, que se publicarán en los números sucesivos que se indican.

Joaquín Recaño Valverde: Las migraciones internas de retorno en España durante la primera mitad de la década de los 90: implicaciones demográficas y territoriales (Scripta Nova núm. 157)

Marc Ajenjo i Cosp y Albert Sabater i Coll: El impacto de los movimientos migratorios sobre la movilidad habitual por trabajo en Cataluña (Scripta Nova núm. 158)

Juan Antonio Módenes Cabrerizo y Julián López Colás: Movilidad residencial, trabajo  vivienda en Europa (Scripta Nova núm. 159)

Amparo  Ferrer Rodríguez y María Eugenia Urdiales Viedma: Caracteríticas de la población extranjera en España (Scripta Nova núm. 160)

Josefina Domínguez Mújica y Raquel Guerra Talavera: El origen geográfico de los inmigrados marroquíes en Canarias. Migraciones exteriores y factores de repulsión. (Scripta Nova núm. 161)

Las restantes comunicaciones, enviadas igualmente al citado congreso, se irán publicando en números posteriores, tras el proceso normal de evaluación externa de esta revista.

En este primer número incluimos también la introducción realizada por el profesor Aron Cohen, como introducción a la sesión del Congreso en que se leyeron las cinco comunicaciones antes señaladas

Índice

Aron Cohen. Movilidad y migraciones en la construcción europea: introducción a una sesión del XVIII Congreso de la Asociación de Geógrafos Españoles (Barcelona, 24-27 de septiembre de 2003)

Anexo. Relación de las comunicaciones presentadas a la sesión “Movilidad y migraciones en la construcción europea”

Joaquín Recaño Valverde: Las migraciones internas de retorno en España durante la primera mitad de la década de los 90: implicaciones demográficas y territoriales

MOVILIDAD Y MIGRACIONES EN LA CONSTRUCCIÓN EUROPEA: INTRODUCCIÓN A UNA SESIÓN DEL XVIII CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN DE GEÓGRAFOS ESPAÑOLES (BARCELONA, 24-27 DE SEPTIEMBRE DE 2003) [*]

Arón Cohen
Universidad de Granada
acohen@ugr.es

Movilidad y migraciones en la construcción europea: introducción a una sesión del XVIII Congreso de la Asociación de Geógrafos Españoles (Barcelona, 24-27 de septiembre de 2003) (Resumen)

Las 16 comunicaciones presentadas a la sesión dieron cuenta de la diversidad de los tipos de movilidad que reclaman la atención de los geógrafos, así como de los métodos, las escalas territoriales y las fuentes de los análisis. La inmigración extranjera fue el tema mayoritario, dentro de un panorama variado en el que destacaron también las contribuciones sobre la movilidad residencial y las migraciones internas de “retorno”.

Palabras clave: “retornos” interiores, movilidad residencial, inmigración extracomunitaria.

Mobility and migrations in Europe construction: an introduction to one of the topics of the Spanish Geographers Association 18th Congress (Barcelona, 24th-27th September 2003) (Abstract)

16 papers treat the matter dealing with different types of mobility, methods, territorial scales and documental sources. Foreign immigration is a recurrent subject within a larger ensemble in which contributions on residential mobility and “return” internal migrations are also outstanding points.

Key words: “return” internal migrations, residential mobility, extra-EU immigration.

Las instrucciones emanadas del Comité Organizador del XVIII Congreso  de la AGE para el desarrollo de cada sesión preveían una intervención inicial del coordinador, de unos 20 minutos, que planteara una síntesis de los temas tratados por las comunicaciones, seguida de una presentación oral de 5 de ellas, para la que sus autores dispondrían de un tiempo máximo de 10 minutos por comunicación, antes de dar paso al debate general.

Esta introducción será, pues, apretada y, por fuerza, bastante incompleta. No tanto por el número de comunicaciones que se presentaron a la sesión (que puede considerarse asequible: 16), sino por la diversidad de fuentes, métodos, escalas de análisis y, sobre todo, tipos de desplazamientos que engloban los trabajos recibidos [1]. La mitad se centran propiamente en la inmigración de extranjeros; otro más la incluye entre sus objetivos, pero trata también de migraciones interiores, con particular atención a las de “retorno”, que, a su vez, monopolizan el contenido de otra comunicación. Un bloque de otras cuatro podrían agruparse en el ámbito temático de la movilidad residencial (incluyendo a una que relaciona este tipo de movimientos con los de carácter “pendular”). Hay un estudio de un grupo humano parcialmente formado por emigrados españoles y, por otra parte, otro que, aun evocando un caso de inmigración, esboza un proyecto que se interesa, sobre todo, por una problemática muy específica y “conceptual” (las percepciones de lo “rural”).

Sabiendo del abrumador predominio que en los últimos tiempos tiene la inmigración en las investigaciones y publicaciones que se relacionan con fenómenos de movilidad geográfica de las poblaciones en casi todas las áreas de las “ciencias sociales”, parece que la distribución temática de las comunicaciones a esta sesión configura un panorama más equilibrado: algo más conforme con una cierta razón “estadística”, aunque de escasa traducción mediática, habida cuenta el carácter muy ampliamente mayoritario hoy, y no sólo en Europa, de los movimientos que no implican paso de fronteras (físicas o simplemente jurídicas) internacionales. Esta respuesta, ¿es representativa en el panorama actual de los estudios geográficos españoles de la movilidad? Posiblemente, pero aquí la diversificación de los contenidos que comento viene enteramente de estudios realizados desde Cataluña (un total de nueve, muy mayoritariamente del Departamento de Geografía de la UAB y del Centre d’Estudis Demogràfics), y ello a pesar de que esta Comunidad no queda precisamente al margen de la asimetría temática característica en los estudios sobre migraciones, como ilustra un reciente y exhaustivo balance del Grup de Recerca sobre Migracions que dirige Àngels Pascual (Solana et al., 2002). Así, las temáticas tratadas ¿expresarían, más que nada, un efecto de localización (la de nuestro Congreso)? He comprobado que en el XIV Congreso Nacional de Geografía, celebrado en 1995 en Salamanca, y en el que compartí la coordinación de una ponencia con encabezamiento no muy distinto del de esta sesión, también se dieron rasgos parecidos a los que nos encontramos aquí (Cambios regionales... Comunicaciones, 1995, p. 231-354; Cohen, 1997): diversidad de contenidos, con una proporción (sobre una cifra idéntica a la de aquí) que allí no pasó de un tercio de las  comunicaciones que se ocuparon de inmigración extranjera... e importancia, lógicamente no tan acusada como ahora, pero muy significativa, de las aportaciones desde Cataluña (más de un tercio de los textos presentados entonces).

El título de esta sesión era una invitación a la pluralidad de temas y problemáticas: “movilidad y migraciones”.  La mención de la “construcción europea” o de la “Nueva Europa” se inscribe en uno de los ejes del Congreso. El concepto y el proceso de “construcción europea” siguen despertando muchas y muy serias dudas. En lo que respecta a la movilidad de la población, implica, como es sabido, discursos y tendencias diversos y, en cierto modo, contradictorios: de un lado, desmantelamiento de fronteras entre estados miembros; actitudes y respuestas diferenciadas ante las migraciones “interiores” (en el marco político de la UE), según los tipos de desplazamientos (es decir, sus motivaciones, tan variables como la condición socioeconómica de quienes los efectúan y de sus países de procedencia); retos asociados a la inmediata perspectiva de ampliación de la UE, etc. De otro lado, reforzamiento de la ideología de la “fortaleza” Europa, con un recurso cada vez más insistente a los “nuevos” desafíos de la “seguridad” colectiva, hasta la proclamación (en junio pasado, en la “cumbre” de Salónica) del principio de intervención militar “preventiva”,  aparentemente más bien secundando a la superpotencia hegemónica que rivalizando con ella. Y, a la vez, reducción del gasto social, avisos de recesión económica y deterioro del clima social, que incide en la estigmatización de grupos convencionalmente asimilados a “la inmigración” y en la cristalización, dentro de cada estado, de “fronteras” más sutiles, pero no menos determinantes en muchos aspectos, que las jurídico-políticas difuminadas por la construcción europea. ¡Razón de más para que desde medios científicos y académicos se insista en abordar todo el estudio de la movilidad geográfica de las poblaciones, y en no identificar el fenómeno con lo que es sólo uno de sus componentes, además captado muy sesgadamente! Sin perder de vista su diversidad, por descontado, pero sin cerrarse a priori a todas las comparaciones, y a algunas lecciones de experiencias que pueden ser ahora de utilidad para la acción pública y que, desde luego, lo son para el ejercicio pedagógico al que pueden contribuir los especialistas. Experiencias como la de nuestras migraciones interregionales intensivas, sobre todo del tercer cuarto del siglo XX, pero también anteriores, o la de emigraciones al extranjero, incluidas las masivas salidas desde Europa al continente americano entre mediados del siglo XIX y las primeras décadas del XX (de uno de cuyos flujos menos estudiados, en el caso español, la emigración a Florida, trata sugerentemente una de las comunicaciones que se presentan) ayudan a poner en perspectiva a la inmigración que ahora recibimos y mejoran nuestra comprensión de algunos de los desafíos que ésta nos plantea.

La diversidad de las escalas territoriales de los análisis está bien representada entre las comunicaciones: desde la UE (3 comunicaciones), pasando por el Estado (un total de 4: España en 3 casos, e Italia, en el otro, como referente posible para una prospectiva brasileña en materia de políticas migratorias) y alguna Comunidad Autónoma (otras 4 comunicaciones: una sobre Andalucía, otra sobre Cataluña y dos más sobre Canarias), a la perspectiva “micro” (5 estudios cuya base territorial varía entre la comarca y el barrio urbano). La repartición según las fuentes empleadas es la siguiente: 4 estudios “cualitativos” a partir de encuestas o entrevistas realizadas por los autores; 3 basados en una encuesta institucional europea: el Panel de Hogares de la Unión Europea (ECHP); 3 que han utilizado censos de población (el Avance del censo español de 2001 y sendas muestras del censo de 1991 y del estadounidense de 1910); 2 han recurrido a la Estadística de Variaciones Residenciales; uno a datos consulares, solicitudes de permisos de trabajo y/o residencia y expedientes de regularización del año 2000; uno a informaciones de la prensa escrita y otros dos que emiten valoraciones de diverso alcance sobre disposiciones legales e iniciativas públicas que guardan relación con la inmigración.

Para no alargar en exceso esta introducción, mis comentarios se ceñirán a algunos de los aspectos suscitados por las comunicaciones.

1) Sobre las migraciones interiores en España.- La ambigüedad conocida del concepto de migración de “retorno” se suscita en las comunicaciones de Joaquín Recaño y de Carmen Egea, José A. Nieto y Vicente Rodríguez. Las dos explotan una fuente trabajosa, la Estadística de Variaciones Residenciales,  no exenta de limitaciones y problemas, pero, como se prueba en ambas aportaciones, de grandes posibilidades (la única estadística de flujos disponible). Una definición operativa de la categoría “retorno”, como recurso del análisis, no debe confundirse con una realidad cuyos contornos se prestan a discusión. La escala territorial del análisis interfiere en la definición que se adopte: autonómica en la primera de las comunicaciones citadas, que abarca a toda España; provincial y municipal en la segunda, de perspectiva andaluza, pero considerando, igual que la anterior, como “retorno” a cualquier reemigración a Andalucía, aunque su destino no coincida con el municipio o la provincia de nacimiento. Ambas dejan mal parados tópicos bastante arraigados: la primera, por ejemplo, establece la escasa “propensión al retorno” (medida por las “tasas de retorno”) entre los emigrados a Cataluña, cuando se compara con lo que sucede en las dos comunidades insulares. La segunda nos muestra el claro dominio de las inmigraciones “interiores” de todo tipo entre los flujos con destino en Andalucía, a lo largo del quinquenio 1997-2001, aunque con tendencia a atenuarse desde finales del pasado decenio: suman cerca del 92% de los “retornos” (que a su vez representan, en conjunto, un tercio del total de inmigraciones) y la mitad de las restantes entradas del periodo. Un estudio publicado el año pasado por el Instituto de Estadística de Andalucía (López de Lera y Domínguez Andujar, 2002), basado en la misma fuente, mostró que entre los inmigrados a Andalucía en el transcurso de los años 90 la razón de españoles por extranjero era de 9  a 1. Lo repito: este desequilibrio ha debido de reducirse bastante en los últimos tiempos, pero sin duda supone un fuerte contraste respecto a discursos y percepciones al uso.

2) Sobre la movilidad residencial.- Tenemos, de un lado, una comunicación (de Marc Ajenjo y Albert Sabater) que estudia, a través de un análisis de componentes, la relación, en el territorio de Cataluña, entre esta movilidad y los desplazamientos pendulares intermunicipales residencia-trabajo (intensidad y distancia media); y de otro, tres comunicaciones (las de Joan Alberich, Antonio López Gay y Juan A. Módenes y Julián López Colás), integrantes de una misma investigación colectiva, que explotan la macroencuesta europea Panel de Hogares, con diferentes objetivos que tienen todos como eje la movilidad residencial y las comparaciones internacionales en el ámbito de la UE: en un caso, su relación con distintos indicadores de “integración social” (de sociabilidad) y de calidad del entorno residencial, aprovechando las comparaciones temporales que permite una encuesta del tipo “panel” (antes y después del cambio de residencia);  en otro, su intensidad y su “calendario” a lo largo del “ciclo de vida”; por último, su relación con los regímenes de tenencia de la vivienda y con las modalidades de inserción laboral. Digamos que las desigualdades en la estructura de la tenencia de la vivienda se configuran, directa o indirectamente, como uno de los factores decisivos en el patrón geográfico en el que vienen a coincidir las tres comunicaciones.

De nuevo afloran cuestiones relacionadas con los conceptos, con las adaptaciones inducidas por las fuentes y con las escalas de análisis. La muestra censal utilizada por Ajenjo y Sabater excluye del campo de la movilidad residencial la de ámbito intra-municipal. Todos los cambios de residencia que entran en sus cálculos son, pues, intermunicipales. Su designación como “migraciones” residenciales resulta tan aceptable como cualquier otra si, como hacen los autores, se explicitan los contenidos de las categorías de las que se sirve el análisis estadístico, que es lo verdaderamente importante para entendernos. Es indudable que la mayor parte de los cambios de municipio de residencia no saldrían de los límites del “espacio de vida”, en la acepción que de este concepto propuso Courgeau (1988). Por el contrario, la encuesta europea que analizan las otras comunicaciones de este grupo permite contabilizar todos los cambios de vivienda, independientemente de que se produzcan dentro o fuera de una misma circunscripción territorial de base. Naturalmente, las tasas e índices que se calcule dependen de la definición de la variable. A pesar de lo aparentemente previsible de algunos de los resultados que se nos presentan, las comunicaciones ponen bien de manifiesto el interés de un cuadro de comparaciones internacionales como el que permite el Panel europeo. Alguna de las variaciones más significativas reveladas a esta escala (la de las medidas de la intensidad de la movilidad residencial), son, se nos dice, más acusadas que las que se registran dentro de los distintos países. Lo que no es óbice para que se piense en la utilidad de combinar las escalas de observación (con incursiones en las más finas), como sugiere alguna de las interpretaciones causales que podemos leer, diferenciando según países las posibles razones de asociaciones estadísticas coincidentes (por ejemplo, entre “estatus profesional” y movilidad residencial).

3) Sobre las migraciones internacionales.- Salvo en un caso, se abordan desde el prisma del país o lugar de llegada de los migrantes. La única excepción, la comunicación de Albert Esteve, Àngels Torrents y Clara Cortina, sobre la emigración española a Estados Unidos a partir del censo de 1910, serviría, por cierto, también, para alguna reflexión más general sobre los datos procesados en las estadísticas censales (Schor, 2003; Anderson, 2003; y, en general, el conjunto del volumen 2003-1 de Annales de Démographie Historique), y algunos criterios de análisis ahora de la in-migración en nuestro entorno: una problemática más compleja de lo que a veces se piensa, como demuestra una controversia todavía reciente en Francia (Cohen, 2003; Simon, 2003).

Se trata, como ya he dicho, del grupo más numeroso de comunicaciones. El abanico de los contenidos abarca desde el estudio focalizado en un colectivo profesional, el de una muestra de inmigrantes que han logrado establecerse como “autónomos” en las comarcas almerienses del Campo de Dalías y el Campo de Níjar (Ángeles Asensio), a un panorama estadístico-descriptivo de la población extranjera en España a partir del último censo (Amparo Ferrer y Mª Eugenia Urdiales); desde el estudio de prensa como fuente de conocimiento de las vías de entrada de “clandestinos” (Lucía González) al análisis de las procedencias de los inmigrantes marroquíes en Canarias (Josefina Domínguez y Raquel Guerra); desde las entrevistas y encuestas sobre “percepciones” (Fabià Díaz, Mª Jesús Marrón y, con la inmigración como telón de fondo más que como objetivo central, Ricard Morén) a las iniciativas públicas y las políticas relacionadas con la inmigración (Vicente Zapata y Helion Póvoa). Sólo añadiré tres breves acotaciones:

1) Sobre la cuantificación de la presencia de ciudadanos extranjeros en España y las diferencias constatables entre unas y otras fuentes estadísticas. Aunque demos como cierta la aceleración de la inmigración exterior desde los últimos años 90, en la que coinciden todos los datos disponibles, los habituales de estas estadísticas no carecen de motivos para expresar algún desconcierto ante la evolución producida y, sobre todo, en lo que hace a sus determinantes (Arango, 2002). A la diferencia de 460.000 entre los censados a 1 de noviembre de 2001 y el “stock” de permisos de residencia en vigor a 31 de diciembre del mismo año (a favor de los primeros), se añade otra de 400.000 entre el censo y la actualización del padrón a 1 de enero de 2002, es decir dos meses después, dada a conocer por el INE a comienzos de agosto pasado (El País, 6-8-03), que eleva el total hasta una cifra cercana a los 2 millones, casi un 5% de la población de España. En Andalucía, las cifras del padrón continuo, actualizado a octubre-noviembre de 2002, obtenidas por un equipo del Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA) en una muy amplia y significativa muestra de 150 municipios,  confirman la persistencia de las correcciones al alza (Rinken et al., 2003). El responsable del censo admitía en una publicación reciente las muy probables insuficiencias de las cifras censales, aunque también las muy posibles de la depuración de las inscripciones repetidas en el padrón (Villán Criado, 2002). Si la diferencia global entre el censo y las estadísticas del Ministerio de Interior pueden imputarse en gran medida a la presencia de extranjeros en situación irregular, su desagregación por Comunidades Autónomas no ha dejado de sorprender a los especialistas (El País, 24-3-03): ¡menos del 10% de diferencia entre ambas fuentes en Cataluña frente a más de 60% en Navarra y en Murcia! Recuérdese que en la regularización de 2000 y en su prolongación de 2001 (por “arraigo”), la provincia de Barcelona dio porcentajes de resoluciones favorables muy inferiores a los promedios generales. Hemos sabido hace pocos días que la reforma en ciernes de la Ley de Extranjería recogerá la obligación de los municipios de mantener actualizado el padrón y su utilización por el Ministerio del Interior como fuente de información “para el control migratorio” (El País, 12-9-03). En cualquier caso, está claro que el mosaico de cifras escalonadas en el tiempo que componen las distintas fuentes sólo podría tratarse como un apunte de serie cronológica con la condición de tener muy presentes las importantes discontinuidades de las que adolece.

2) A mediados de los 70, Pierre George (1976) escribió que los famosos “umbrales de tolerancia”, a los que a menudo se acude para “explicar” conflictos que se asocian con la presencia de colectivos inmigrados, tenían mucho más de “geográfico” que de “aritmético”. En la apelación de George a la geografía deberíamos incluir las combinaciones entre todos los condicionantes que convergen en un espacio dado: socioeconómicos, legales, históricos... y psicológicos (entre los que están los modelados por la confrontación de experiencias migratorias con distintos protagonistas y cronología en un mismo territorio); mucho más complejas que un resorte accionado por números (“umbrales” u otras designaciones análogas), pero no por ello más descuidables, sino todo lo contrario. Las reflexiones suscitadas en torno a los sucesos de julio de 1999 en Ca n’Anglada (Terrassa) constituyen un exponente de las posibilidades de las mayores escalas territoriales a este respecto.

3) Interrogarse por la historia migratoria previa a la llegada a España de grupos muy significativos de inmigrantes es un camino fecundo para mejorar nuestra comprensión de los determinantes de algunos de los flujos más destacados del periodo reciente y para valorar algunas de las “alternativas” a la inmigración que suelen plantearse desde Europa. Como hicieron Bernabé López y sus colaboradores (1993, 1996), Josefina Domínguez y Raquel Guerra se han aproximado a ella confrontando las regiones marroquíes de nacimiento y última residencia de los inmigrantes de esta nacionalidad inscritos en 1999 en el Consulado marroquí de Las Palmas. La proporción de nacidos en el medio rural que obtienen (menos del 41%) es inferior a la que este segmento de la población representa hoy en Marruecos (en torno al 48%) y, desde luego, a la que representaba cuando nacieron estos inmigrantes [2]. Los mecanismos de las relaciones entre migraciones internas y emigración al extranjero son, sin duda, complejos: hábito de migrar, emulación de actitudes (“efecto demostración”), nuevas expectativas, estrategias familiares... Las dinámicas territoriales en los países de procedencia no deben perderse de vista; sin olvidar que la emigración internacional constituye sólo una parte, relativamente reducida, de la movilidad geográfica de la población que se está produciendo en estos países [3].

 

Bibliografía

ANDERSON, M. The Missouri debates, slavery and statistics in service of politics. Annales de Démographie Historique, 2003, nº 1, p. 23-38.

ARANGO, J. La inmigración en España a comienzos del siglo XXI: un intento de caracterización. In GARCÍA CASTAÑO, F. J. y MURIEL LÓPEZ, C. eds.: La inmigración en España: contextos y alternativas. Vol. II. Actas del III Congreso sobre la inmigración en España (Ponencias). Granada: Laboratorio de Estudios Interculturales, 2002, p. 57-70.

Cambios regionales a finales del siglo XX. XIV Congreso Nacional de Geografía. Comunicaciones. Salamanca: AGE-Universidad de Salamanca-Departamento de Geografía, 1995. 487 p.

COHEN, A. Movilidad espacial de la población europea. Introducción al debate. In CABERO DIÉGUEZ, V. y PLAZA GUTIÉRREZ, I. coords. Cambios regionales a finales del siglo XX (XIV Congreso Nacional de Geografía. Ponencias y Documentos de Trabajo). Salamanca: AGE-Departamento de Geografía de la Universidad de Salamanca, 1997, p. 139-150.

COHEN, A. Las categorías estadísticas de la inmigración: acotaciones a un debate francés. Ería. Revista Cuatrimestral de Geografía, 2003, nº 60, p. 5-15.

COURGEAU, D. Méthodes de mesure de la mobilité spatiale. Migrations internes, mobilité temporaire, navettes. París: Éditions de l’INED, 1988. 301 p.

ESCALLIER, R. y SIGNOLES, P. Changement économique, social et culturel et modifications des champs migratoires internes dans le monde arabe. Etude comparée (Maroc, Algérie, Tunisie, Égypte, Soudan, Jordanie). Rapport final d’une recherche financée par le Ministère de la Recherche et de la Technologie. Tours: MRT-URBAMA (mecanografiado), 1992, 2 tomos.

GEORGE, P. Les migrations internationales. París: PUF, 1976. 230 p.

LÓPEZ, B. et al. Inmigración magrebí en España. El retorno de los moriscos. Madrid: Ed. Mapfre, 1993. 427 p.

LÓPEZ, B. et al. Atlas de la inmigración magrebí en España. Madrid: UAM Ediciones, 1996. 262 + 76 p.

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RINKEN, S. et al. Cuantía y características de la población inmigrante en Andalucía. In III Seminario sobre la investigación de la inmigración extranjera en Andalucía. Huelva, 14-16 de mayo de 2003 (en prensa).

SCHOR, P. Statistiques de la population et politique des catégories aux États-Unis au XIXe siècle. Théories raciales et questions de population dans le recensement américain. Annales de Démographie Historique, 2003, nº 1, p. 5-21.

SIMON, P. Les sciences sociales françaises face aux catégories ethniques et raciales. Annales de Démographie Historique, 2003, nº 1, p. 111-130.

SOLANA, M. et al. Migraciones en Cataluña (1975-2000). Reflexiones sobre el estado de la cuestión desde las ciencias sociales. Revista Migraciones, 2002, nº 11, p. 141-172.

VILLÁN CRIADO, I. El Padrón Continuo como instrumento para el conocimiento sobre la inmigración en España. Revista Fuentes Estadísticas, 2002, nº 69 http://www.fuentesestadisticas.com/Numero69/paginas/13-14.htm.

 

Notas

[*] La sesión fue coordinada por el autor de esta introducción. El título general del Congreso fue:  Geografías para una Sociedad global: diversidad, identidad y exclusión social.

[1] Al final de esta presentación, a continuación de las otras referencias bibliográficas, puede consultarse una relación de los autores y títulos de todas las comunicaciones que concurrieron a la sesión. Los originales, junto con los de las otras 10 sesiones del Congreso, fueron íntegramente recogidos en un CD-ROM entregado por la organización a todos los inscritos.

[2] El censo marroquí de 1994 clasifica como “urbana” a la población de los núcleos de más de 1.500 habitantes que reúnan al menos cuatro de las siete condiciones siguientes: estar dotados de agua potable (a), electricidad (b), alcantarillado (c), hospital (d), instituto de enseñanza secundaria (e) o juzgado (f) y contar con un 50% o más de población activa no agrícola.

[3] El URBAMA (Centre d’Études et de Recherches sur l’Urbanisation du Monde Arabe), un instituto de investigación de adscripción mixta al CNRS y a la Universidad de Tours, ha acumulado una importante experiencia en el estudio de esta problemática en el mundo árabe (véase especialmente Escallier y Signoles dirs., 1992).

 

Anexo. Relación de las comunicaciones presentadas a la sesión “Movilidad y migraciones en la construcción europea”

AJENJO i COSP, M. y SABATER i COLL, A. El impacto de los movimientos migratorios sobre la movilidad habitual por trabajo en Cataluña.

ALBERICH GONZÁLEZ, J. Cambio de vivienda y contextos sociales y residenciales en Europa.

ASENSIO HITA, Mª A. Formación del empresariado extracomunitario y contexto social. El caso del Poniente Almeriense.

DÍAZ CORTÉS, F. Espacios públicos e inmigración: una mirada a los barrios populares a partir del caso de Ca n’Anglada (Terrassa).

DOMÍNGUEZ MÚJICA, J. y GUERRA TALAVERA, R. El origen geográfico de los inmigrados marroquíes en Canarias. Migraciones exteriores y factores de repulsión.

EGEA JIMÉNEZ, C., NIETO CALMAESTRA, J. A. y RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, V. La inmigración actual en Andalucía (1997-2001).

ESTEVE PALÓS, A., TORRENTS ROSÉS, A. y CORTINA TRILLA, C. La emigración española a Estados Unidos: una aproximación desde los microdatos censales de 1910.

FERRER RODRÍGUEZ, A. y URDIALES VIEDMA, Mª E. Características de la población extranjera en España.

GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, L. Cambios en las tradicionales vías de entrada de los inmigrantes clandestinos a la U.E.

LÓPEZ GAY, A. Intensidad y calendario de la movilidad residencial en la Unión Europea.

MARRÓN GAITE, Mª J. Inmigración y convivencia intercultural en la España actual Percepciones y actitudes de los universitarios madrileños hacia los inmigrantes.

MÓDENES, J. A. y LÓPEZ COLÁS, J. Movilidad residencial, trabajo y vivienda en Europa.

MORÉN, R. Perspectiva sobre la ruralidad en áreas de inmigración. El caso del Alt Camp catalán ante un espejo australiano.

PÓVOA, H. Evaluación de políticas para inmigrantes y refugiados en Italia: una prospectiva para el caso brasileño.

RECAÑO VALVERDE, J. Las migraciones internas de retorno en España durante la primera mitad de la década de los noventa: implicaciones demográficas y territoriales.

ZAPATA HERNÁNDEZ, V. La inmigración extranjera en Canarias: fenómeno multidimensional.


 

LAS MIGRACIONES INTERNAS DE RETORNO EN ESPAÑA DURANTE LA PRIMERA MITAD DE LA DÉCADA DE LOS NOVENTA: IMPLICACIONES DEMOGRÁFICAS Y TERRITORIALES[1]

Joaquín Recaño Valverde
Centre d’Estudis Demogràfics. Universitat Autònoma de Barcelona
jrecano@ced.uab.es

Las migraciones internas de retorno en España durante la primera mitad de la década de los noventa: implicaciones demográficas y territoriales (Resumen)

El objetivo es el análisis de las migraciones internas de retorno durante la primera mitad de la década de los noventa con datos de la Estadística de Variaciones Residenciales y el censo de 1991. Los aspectos tratados son: la estructura demográfica, el impacto territorial, la intensidad y la distribución regional según áreas de origen y destino del retorno. Este tipo de migraciones está protagonizada por jóvenes, su impacto territorial es muy variado; desde el punto de vista de la región de residencia son las regiones insulares (Baleares y Canarias) y las comunidades históricamente emigratorias las que tienen las mayores intensidades relativas de retorno con relación a regiones como Cataluña, Madrid y el País Vasco. Desde el punto de vista de la región de nacimiento, los nacidos en Galicia son el colectivo de emigrantes con una mayor intensidad de retorno, muy por encima de andaluces y castellano-leoneses, estos últimos el colectivo con menor propensión al retorno.

Palabras clave: migraciones de retorno, migraciones internas, demografía regional, España.

Abstract

The goal is the analysis of the characteristics of the internal return migration in Spain during the first half of the 1990s. Data comes from the Estadística de Variaciones Residenciales and a sample of individuals of the 1991 census. Aspects adressed in this work are: demographic structure, territorial impact, intensity and  regional distribution according to the area of origin and destination of return migration.The main conclusions are: return migration are played by the youths; a high diversity in the territorial impact of phenomena; from the point of view of the region of residence the insular regions (Balearic and Canaries) and the ancient regions of emigration have the biggest relative intensities of return as compared to regions like Catalonia, Madrid and the Basque Country; from the point of view of the region of born, people born in Galicia represent the share of emigrants with the biggest return intensity which much above that of Andalusians and Castilian-leoneses, these last with the smallest return intensity.

Key words: return migration, internal migration, regional demography, Spain.

Fecha de recepción: 15 octubre 2003
Fecha de aceptación: 17 noviembre 2003

Uno de los fenómenos derivados de los intensos procesos migratorios que experimentó España durante el período 1951-1975 es la migración de retorno. A lo largo de la década de los setenta, primeramente desde Europa (Cazorla, 1981; Castillo, 1981), y, posteriormente desde las regiones inmigratorias tradicionales de España se fueron consolidando diferentes flujos de retorno que tienen su raíz en las diferentes crisis económicas que salpican la segunda mitad de los años setenta. Este es un período en el que las salidas de las áreas tradicionalmente emigratorias conocen un mínimo histórico, los flujos migratorios se invierten y como consecuencia éstas áreas, expuestas a un intenso éxodo rural en las décadas precedentes, registran por vez primera en el siglo XX un saldo migratorio positivo con el resto de España (Cabré, Pujadas y Moreno, 1985).

Durante los años setenta, acompañando a la incipiente migración interna de retorno y a la ya numerosa y consolidada inmigración de españoles que regresan de sus destinos en Europa, emergen en la literatura científica española una variada gama de artículos y libros relacionados con este tipo de migraciones. Entre ellos destacan los trabajos de la geógrafa Àngels Pascual de Sans (1970, 1983a y 1983b) o en colaboración con S. Cardelús (1990), centrados en los retornos internos y del extranjero, los de los sociólogos J. Cazorla (1981 y 1989), J. Castillo (1980), estos últimos dedicados al retorno de españoles del extranjero y los de la socióloga C. Solé (1984) sobre los retornos internos desde Cataluña. A finales de los ochenta y a lo largo de la década de los noventa aumenta el número de trabajos de ámbito local y regional realizados desde la geografía y la demografía (Arroyo y Manchado, 1989; Chicharro, 1991; Romero y Albertós, 1993; Fernández Cordón, López de Lera y Recaño, 1994; Recaño, 1995; Rodríguez, Egea y Nieto, 2002).

En la numerosa y desigual aportación bibliográfica que ha generado el tema de las migraciones de retorno, cuyo comentario excede las dimensiones de este trabajo, no existe bibliografía que aporte un análisis comparativo de la dimensión regional y demográfica del fenómeno. En la actualidad, no podemos ofrecer respuestas a preguntas del tipo: ¿Retornan más los andaluces que los gallegos?, ¿Cuál es la Comunidad Autónoma que tiene una intensidad de retorno más elevada? ¿Qué colectivo de edades es el que más retorna? Este artículo, que presenta de forma muy resumida algunas de las conclusiones de los proyectos mencionados en la nota 1, intenta responder a diversas cuestiones sobre las migraciones internas de retorno en España durante la primera mitad de la década de los noventa a partir de cuestiones como la estructura demográfica, el impacto territorial, la intensidad del fenómeno y la distribución regional según áreas de origen y destino del fenómeno.

Fuentes y métodos.

Los datos empleados en este trabajo proceden de una explotación inédita de los microdatos suministrados por el INE de la Estadística de Variaciones Residenciales (EVR) del período 1988-1995. En los ficheros informáticos analizados se registran todos los cambios de municipio ligados a la gestión del padrón municipal de habitantes, distinguiendo el municipio de nacimiento de los protagonistas, así como otras variables demográficas (sexo y edad) y geográficas (origen y destino municipal del movimiento migratorio). Sobre un conjunto próximo a los cinco millones de movimientos migratorios del período 1988-1985, se han seleccionado 1.790.078 desplazamientos interregionales efectuados por individuos nacidos en España, de los que se han analizado con mayor detalle los 540.085 movimientos correspondientes a los retornos a la región de nacimiento[2].

Para una correcta estimación de las intensidades de retorno por CA de nacimiento y de residencia, se han establecido unos denominadores de tasa a partir de una explotación de la muestra de microdatos del censo español de 1991. De esta forma se estiman para cada Comunidad Autónoma los stocks de emigrantes internos españoles por región de nacimiento y región de residencia a 1 de marzo de 1991, que constituyen la población de riesgo en la migración interna de retorno. Con los datos de eventos, las migraciones de retorno y los denominadores establecidos se obtienen dos tipos de tasas: a) las tasas de primera categoría en las cuales la población de referencia está formada por personas susceptibles de experimentar el fenómeno del retorno, emigrantes residentes fuera de su región de nacimiento, y que aún no han sufrido el fenómeno estudiado (Pressat, 1980: p. 114), son tasas de primera categoría las representadas en la figura 2 y los cuadros 3, 4 y 5; y b) las tasas de segunda categoría son aquellas en las que la población de referencia está formada por el total de las personas. Son tasas de segunda categoría las representadas en la figura 3.

Las migraciones de retorno: su impacto y evolución temporal

En el cuadro 1, puede observarse la evolución temporal de las migraciones internas de retorno desde finales de la década de los ochenta hasta la primera mitad de los noventa. Estas representan una proporción muy estable en el conjunto de las migraciones entre regiones, en torno al 30%, con una escasa variación temporal que es independiente de las diferentes coyunturas que experimenta la economía española entre 1988 y 1995 (ciclo alcista 1988-1991 y recesión 1992-1995), como muestra el bajo nivel del coeficiente de variación de tan sólo un 6,3% en las proporciones de retorno.

Cuadro 1. Evolución temporal de las migraciones de retorno en España (1988-1995)

Año de la migración

Migración entre regiones

Retorno

% Retorno

1988

224.067

61.083

27,3

1989

253.841

71.868

28,3

1990

252.879

76.998

30,4

1991

151.747

48.841

32,2

1992

207.280

66.434

32,1

1993

217.671

71.000

32,6

1994

235.598

73.819

31,3

1995

246.995

74.042

30,0

Media

223.760

68.011

30,4

Desviación estándar

33.652

9.201

1,9

Coeficiente de variación

15,0

13,5

6,3

Fuente: INE, Microdatos de la Estadística de Variaciones Residenciales. Elaboración propia.

¿Qué papel juegan los retornos en las emigraciones e inmigraciones de cada Comunidad Autónoma? En el cuadro 2, se muestran las proporciones que representan los flujos de retornos en las entradas y salidas desde y hacia otras regiones. Las Comunidades se están ordenadas de mayor a menor en cada uno de los dos flujos considerados.

A diferencia de la estabilidad del flujo global de retornos, la proporción de este tipo de migración en las inmigraciones que recibe cada región española varía considerablemente (ver cuadro 2). En las comunidades autónomas de características emigratorias durante la década de los sesenta y setenta, esta proporción es muy elevada, situándose en Extremadura, Andalucía, Galicia y Castilla-León en torno al 50%. Una de cada dos inmigraciones que reciben las regiones mencionadas son retornos. Por el contrario, las regiones de características inmigratorias en el mismo período presentan proporciones muy débiles de inmigraciones de retorno como era de esperar.

Cuadro 2. Impacto de las migraciones de retorno
en las emigraciones e inmigraciones de las Comunidades Autónomas. España (1988-1995)

CCAA

Inmigraciones por región de destino

% de retornos

CCAA

Emigraciones por región de salida

% de retornos

Extremadura

67.833

54,7

Baleares

61.266

56,8

Andalucía

250.607

51,6

Canarias

71.190

56,0

Galicia

70.420

50,8

Cataluña

205.560

44,0

Castilla-León

120.684

46,8

Com. Valenciana

129.224

38,2

Castilla-La Mancha

131.661

38,6

Madrid

282.541

35,9

Asturias

35.120

38,1

Navarra

26.047

35,6

País Vasco

65.434

36,1

Ceuta y Melilla

18.136

34,5

Murcia

62.588

30,5

España

1.790.078

30,4

España

1.790.078

30,4

La Rioja

18.734

30,2

Aragón

57.216

29,5

País Vasco

120.732

29,6

Cantabria

26.045

28,8

Murcia

50.683

29,4

Navarra

33.713

23,6

Aragón

53.955

29,0

La Rioja

19.613

23,5

Cantabria

23.688

25,7

Madrid

278.316

19,8

Castilla-La Mancha

124.346

24,1

Cataluña

186.576

19,6

Asturias

40.241

24,0

Ceuta y Melilla

18.596

19,4

Castilla-León

161.330

17,8

Com. Valenciana

174.707

18,8

Andalucía

242.509

16,8

Baleares

86.632

7,2

Extremadura

83.455

16,1

Canarias

104.317

6,8

Galicia

76.441

15,9

Fuente: INE, Microdatos de la Estadística de Variaciones Residenciales. Elaboración propia.

La relación anterior se invierte cuando se consideran las salidas de cada Comunidad Autónoma. Baleares y Canarias son las que presentan las proporciones más elevadas. Estas dos regiones insulares, con una marcada orientación económica hacia el turismo y los servicios, se destacan de otras áreas inmigratorias por una elevada presencia de inmigraciones de corta duración procedentes de regiones como Andalucía, Extremadura y Galicia. Estos inmigrantes, fundamentalmente jóvenes, retornan a sus comunidades de nacimiento tras un período laboral que puede ser estacional o plurianual. En un segundo escalón se encuentran Cataluña (44%), la Comunidad Valenciana (38%) y Madrid (35%), estas áreas se distinguen del País Vasco, donde sorprendentemente sólo un 29% de las salidas de la región pueden caracterizarse como migraciones de retorno.

La estructura demográfica del retorno.

La proporción que suponen los retornos entre las migraciones interregionales crece con la edad alcanzando su máximo en la edad de jubilación, entre los 60 y 64 años donde, para el conjunto de España, representa el 50% de las migraciones entre regiones. No obstante, una vez más estas proporciones varían significativamente cuando se analizan por separado las emigraciones e inmigraciones y se considera la historia migratoria de la Comunidad Autónoma.

Figura 1. Proporción de migraciones de retorno por sexo y edad entre las migraciones interregionales. España (1988-1995).
Fuente: INE, Microdatos de la Estadística de Variaciones
Residenciales. Elaboración propia.

La mayor parte de las regiones tradicionalmente emigratorias tienen pocos inmigrantes, por lo que las proporciones de retorno entre las salidas de sus CCAAs no difieren del modelo general. Por el contrario, entre sus inmigraciones se manifiestan un crecimiento regular de las proporciones de retorno a medida que aumenta la edad, llegando en las edades de retiro a superar el 70% en Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla-León y Galicia y aproximándose al 90% en Extremadura. Las regiones históricamente inmigratorias presentan el esquema inverso: una débil proporción de nativos en las salidas de estas regiones y una inferior proporción de retorno en las inmigraciones. Entre estas regiones, la proporción más fuerte de retorno se encuentra entre los 10 y 14 años, dato que apunta al retorno de antiguos inmigrantes (retorno del retorno) con sus hijos nacidos durante el período migratorio (Recaño, 1998a).

En la estructura demográfica del retorno se aprecia, por otra parte, una estabilidad de las relaciones de masculinidad durante el período analizado en la mayor parte de los indicadores. La media, que es ligeramente superior a 100, indica un dominio de las migraciones familiares en seno de este tipo de desplazamientos (Recaño, 1999).

Las tasas españolas de migración interregional por sexo y edad, calculadas utilizando como denominador el conjunto de la población española se ajustan a los modelos establecidos por A. Rogers (Castro y Rogers, 1983) con las siguientes características: la mayor parte de migrantes son jóvenes adultos entre 20 y 34 años; estos grupos de edad tienen las tasas de migración más intensa; los niños emigran con sus padres, es por ello que la migración de niños y de jóvenes adultos siempre tienen una elevada correlación y; las tasas de migración registran un ligero crecimiento en las edades situadas alrededor de la jubilación. Estas regularidades observadas sobre la estructura por edad de las migraciones entre regiones se producen por la acción de dos mecanismos: el mercado de trabajo sobre los adultos jóvenes (atracción y repulsión-retorno) y la migración ligada a la jubilación. Sin embargo, cuando se considera otro denominador, en el caso de retorno la población que residía fuera de su región de nacimiento en 1991, la estructura por edad de las tasas de migración se modifica como puede observarse en la figura 2 donde se representan las tasas de migración de retorno de primera categoría del conjunto de la población migrante española.

Los retornos tienen, por otra parte, un calendario más tardío en ambos sexos que el resto de migraciones interregionales: la diferencia de edad media es de 5,23 años para los hombres y 7,08 años para las mujeres.

Como puede observarse en la figura 2, las tasas de migración de retorno de primera categoría adquieren el perfil de un cociente de migración por duración de residencia (que puede ser descrito por una función exponencial negativa). Esta tasa disminuye cuando aumenta el tiempo de residencia en la región de destino; decrece muy velozmente en los primeros años pero se ralentiza con el paso del tiempo. En este perfil aparece una singularidad alrededor de los 60-64 años en que las tasas de migración se alejan modelo del exponencial.

Figura 2. Tasas de migración de retorno. España  (1988-1995).
Fuente: INE, Microdatos de la Estadística de Variaciones Residenciales y Muestra de  Microdatos del censo de 1991 (10%). Elaboración propia.

Entre los jóvenes, la elevada intensidad de retorno está muy relacionada con las migraciones múltiples realizadas durante el período analizado. Se trata de migrantes entre los que la duración de residencia en la región de destino es reducida. Por el contrario, la variación del calendario correspondiente a los migrantes en edades próximas a la jubilación es independiente de la duración de residencia. Se trata de individuos que habían planeado realizar esta migración con anterioridad.

Este modelo general dispone de variantes regionales muy acusadas tal como puede observarse en la figura 3 (aquí descritas con tasas de segunda categoría). Las diferencias entre regiones de antigua emigración e inmigración intervienen una vez más para determinar estas disparidades. Las tasas por sexo y edad de la migración de retorno distinguen dos grupos de migrantes de retorno: el primer grupo, el más numeroso, está localizado entre los 25 y 35 años, correspondiendo a inmigrantes jóvenes de las antiguas regiones emigratorias que regresan a ellas cuando la coyuntura económica cambia o sus contratos de duración determinada se agotan (Cabré y Recaño, 1996); el segundo grupo de retorno se sitúa en las edades próximas a la salida de actividad, se trata de población de más de 55 años constituida por antiguos emigrantes que retornan a sus regiones de origen desde las regiones anteriormente inmigratorias. Estos dos flujos de retorno de jóvenes y de migrantes próximos a la edad de jubilación controlan la dinámica demográfica de los retornos en España.

Figura 3: Tasas de migración de retorno por región de salida (1988-1995).
Fuente: INE, Microdatos de la Estadística de Variaciones Residenciales y Muestra de  Microdatos del censo de 1991 (10%). Elaboración propia.

 

Cuatro regiones presentan perfiles de retorno joven: Baleares, Canarias, Navarra y La Rioja, son las regiones de nuevo desarrollo económico tras la crisis económica de los setenta y ochenta. Otras cinco regiones tienen un perfil donde juegan un papel importante las migraciones ligadas a la jubilación. Se trata de Asturias, Cataluña, Valencia, Madrid y País Vasco, siendo esta característica muy destacada en las dos últimas regiones (ver figura 3).

Efectivamente, pueden distinguirse dos tipos de regiones de salida con respecto a la migración de retorno (ver cuadro 3): las regiones dónde la edad media es significativamente superior a la media nacional,. Asturias, Cataluña, Valencia , Madrid y el País Vasco, se trata de antiguas regiones inmigratorias en las que domina un esquema de migración de retorno más ligado a las migraciones de jubilación o prejubilación; y el resto de regiones, que se distinguen por el predominio de los retornos de jóvenes. Este último conjunto agrupa tanto a antiguas regiones emigratorias como a las nuevas regiones inmigratorias dónde el turismo necesita empleos de jóvenes. En este último caso, las migraciones múltiples pueden ser importantes. Esta parece ser la explicación de los casos de Baleares y Canarias.

Cuadro 3. Tasas de migración de retorno según la región
de salida y de nacimiento y diferentes edades. Hombres (1988-1995). Tasas por mil.
 

Región de salida

Región de nacimiento

Comunidad Autónoma

30-34

60-64

30-34

60-64

Andalucía

16,25

4,87

13,11

5,61

Aragón

13,90

4,52

10,70

5,44

Asturias

11,77

5,82

15,56

5,83

Baleares

32,74

8,95

28,57

9,42

Canarias

68,91

12,19

35,99

12,42

Cantabria

17,76

4,72

17,64

5,67

Castilla-La Mancha

23,59

7,61

7,86

5,69

Castilla-León

21,67

6,69

9,04

5,53

Cataluña

8,36

5,44

21,88

5,70

Com. Valenciana

8,46

4,00

31,53

7,27

Extremadura

22,11

4,24

8,48

6,73

Galicia

17,16

5,96

21,57

10,45

Madrid

9,23

5,94

21,92

4,43

Murcia

18,31

6,84

19,52

5,37

Navarra

19,95

6,59

16,45

9,65

País Vasco

10,23

10,03

22,24

9,22

Rioja

18,30

7,68

12,02

7,27

Ceuta y Melilla

88,54

12,86

11,16

3,30

España

13,26

6,08

13,26

6,08

Fuente: INE, Microdatos de la Estadística de Variaciones Residenciales y Muestra de  Microdatos del censo de 1991 (10%). Elaboración propia.

 

El efecto de la Comunidad Autónoma de nacimiento y de residencia sobre la migración de retorno

En España, las intensidades de migración entre regiones varían considerablemente según la región de nacimiento. Los nativos de las regiones tradicionalmente emigratorias como Extremadura y Castilla-León tienen una propensión a emigrar de sus regiones dos veces superiores a la de regiones como Cataluña. Estos resultados indican, por otra parte, la persistencia estructural de una mayor intensidad emigratoria en una parte de las antiguas regiones emigratorias del centro y norte de España por el mantenimiento de ciertos factores de expulsión de los jóvenes (Cabré y Recaño). Los emigrantes nativos de las regiones más desarrolladas tienen una mayor propensión al retorno. Los nacidos en las regiones insulares disponen actualmente de las intensidades más elevadas de retorno, pero también los naturales de la Comunidad Valenciana, Madrid, Cataluña y el País Vasco. Se trata de las regiones con un mayor desarrollo económico, nivel de los servicios y estructura urbana. Después de estos colectivos, son los gallegos, una región emigratoria por excelencia y los asturianos los que tienen las tasas más elevadas de retorno. Estas dos regiones se distinguen también por una elevada emigración exterior. El caso de los gallegos es extremadamente interesante porque sus tasas difieren substantivamente del resto de las tasas de retorno de las regiones emigratorias tradicionales (Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla-León y Extremadura).

Entre las viejas regiones emigratorias, Andalucía presenta tasas muy cercanas a la media nacional. Sin embargo, son las regiones del interior de España que rodean la región de Madrid, las que presentan las tasas de retorno más bajas entre sus nativos que residen en otras regiones: se trata de Castilla-León, Castilla-La Mancha, Extremadura, pero también de Aragón y La Rioja.

Las intensidades de retorno por región de salida son elevadas en las regiones insulares y Ceuta y Melilla (rotación migratoria), pero también en las regiones con escasa presencia de inmigrantes como Castilla-La Mancha y Extremadura. Por el contrario, las regiones con mayor volumen inmigratorio y desarrollo económico tienen las propensiones de retorno más débiles: País Vasco, Comunidad Valenciana, Madrid y Cataluña, siendo estas dos últimas las que registran las intensidades más bajas de este tipo de migración.

Cuadro 4. Tasas de migración de retorno
según la región de salida y de nacimiento (1988-1995). Tasas por mil.

CCAA de nacimiento

Tasa por mil

CCAA de salida

Tasa por mil

Canarias

28,1

Canarias

49,4

Baleares

22,7

Ceuta y Melilla

32,9

Com. Valenciana

19,1

Baleares

24,0

Madrid

18,7

Castilla-La Mancha

19,8

Cataluña

16,9

Extremadura

19,3

País Vasco

14,4

Murcia

17,3

Galicia

13,3

Castilla-León

15,6

Asturias

12,1

Galicia

14,6

Navarra

10,8

La Rioja

13,8

Murcia

10,8

Andalucía

13,5

España

9,6

Navarra

13,1

Andalucía

9,4

Cantabria

10,7

Ceuta y Melilla

9,1

Aragón

10,5

Cantabria

9,0

España

9,6

La Rioja

7,5

Asturias

8,4

Aragón

7,3

País Vasco

7,9

Extremadura

6,7

Com. Valenciana

7,4

Castilla-La Mancha

6,0

Madrid

6,6

Castilla-León

5,9

Cataluña

6,2

Fuente: INE, Microdatos de la Estadística de Variaciones Residenciales y Muestra de  Microdatos del censo de 1991 (10%). Elaboración propia.

Es posible analizar el efecto combinado de la región de nacimiento y la región de salida en los cinco colectivos emigratorios más numerosos[3]. Las cinco regiones analizadas, Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Extremadura y Galicia disponen de una mayor intensidad de migración de retorno en Baleares y Canarias, continuación de las pautas anteriormente descritas (ver cuadro 5).

Cuadro 5. Tasas de migración de retorno por región de nacimiento
y salida de los principales colectivos migratorios. (1988-1995). Tasas por mil.
 

CCAA de salida

CCAA de nacimiento

Baleares

Canarias

Cataluña

Com. Valenciana

Madrid

País Vasco

Andalucía

23,4

57,9

5,9

7,0

7,9

12,9

Castilla-La Mancha

11,3

48,7

3,9

4,5

6,1

5,6

Castilla-León

16,4

28,8

4,5

7,3

4,4

5,5

Extremadura

30,7

42,4

5,2

5,7

5,5

6,2

Galicia

28,6

66,6

9,6

11,2

10,0

10,6

Fuente: INE, Microdatos de la Estadística de Variaciones Residenciales y Muestra de  Microdatos del censo de 1991 (10%). Elaboración propia.

Los gallegos tienen las intensidades de retorno más elevadas en las dos comunidades con un mayor volumen y tradición inmigratoria (Cataluña y Madrid). Únicamente los andaluces residentes en el País Vasco poseen una mayor propensión al retorno. Cataluña es, entre las regiones inmigratorias, la que presenta las tasas más bajas de retorno de sus colectivos de inmigrantes, resultado que contrasta con un tópico extendido entre los medios de comunicación que, a tenor de nuestros datos no parece tener una base real. Entre los inmigrantes, extremeños, castellano-manchegos y castellano-leoneses se caracterizan por presentar las tasas más bajas, en consonancia con el aún poco atractivo de los retornos a zonas eminentemente rurales.

Conclusiones.

Terminamos nuestro artículo con un breve resumen de los principales resultados y las futuras líneas de investigación. A modo de síntesis podemos establecer lo siguiente:

a) Las migraciones de retorno mantuvieron una gran estabilidad a lo largo de la primera mitad de la década de los noventa.

b) Las proporciones de retorno entre las migraciones interregionales crecen con la edad, mostrando una variada situación regional en función del pasado migratorio. Siendo muy intensa entre las inmigraciones que reciben las regiones anteriormente emigratorias y entre las emigraciones de las regiones con un pasado inmigratorio (aunque en menor medida).

c) Baleares y Canarias participan de una elevada intensidad de retorno en sus salidas potenciada por el carácter temporal de las inmigraciones de jóvenes que reciben.

d) Existen dos grupos de migrantes de retorno, el de mayor número e intensidad corresponde a los jóvenes entre 20-34 años. El segundo grupo se sitúa en las edades próximas a la jubilación.

e) Los colectivos de inmigrantes que residen en las regiones de mayor desarrollo económico tienen las intensidades de retorno más bajas, especialmente Cataluña pero también Madrid y el País Vasco.

f) Entre los colectivos de mayor dimensión emigratoria, andaluces, castellano-manchegos y castellano-leoneses, extremeños y gallegos existe una baja intensidad de retorno, especialmente característica de los nacidos en las áreas del interior de la Península (Castilla-León, Castilla-La Mancha y Extremadura). No obstante, los nacidos en Galicia son los que tienen una mayor intensidad de retorno con independencia de su región de destino, representando casi el doble de la intensidad relativa de los retornos de andaluces en Cataluña.

Para acabar, creemos que los resultados de este estudio exploratorio permitirán continuar la investigación en tres direcciones:

a)  en primer lugar, iniciar un análisis de las biografías migratorias a partir de la Encuesta Sociodemográfica de 1991 en la que puede observarse la incidencia de la biografía familiar e individual sobre el fenómeno del retorno;

b) en segundo lugar, indagar a partir de las características sociales y económicas de los municipios qué áreas territoriales inciden en una mayor propensión de salida de los migrantes de retorno y qué areas de destino (municipios de nacimiento) son más atractivas..

c) Por último, nuestra intención es extender nuestro estudio a los años 1996-2002 incorporando además datos del reciente censo de 2001.

 

Notas

[1] El presente texto forma parte del proyecto BSO2000-0477- Población y migraciones en Cataluña. Estudio territorial, histórico y prospectivo financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Programa Nacional de Promoción General del Conocimiento. Plan Nacional I+D+I 2000-2003. también se benefició en su etapa inicial de una financiación del Comissionat per a Universitats i Recerca de Cataluña, mediante una beca postdoctoral en la Universidad Paris X-Nanterre y el Institut National d’Études Démographiques (INED) Aspectes de les migracions internes als països de la Unió Europea: migracions de retorn, migracions de la tercera edat i mobilitat territorial dels estrangers (proyectos 1996BEAI00229 y 1997BEAI30011).

[2] Definimos de forma operativa como migración interna de retorno todo cambio de residencia entre regiones que suponga un desplazamiento hacia la Comunidad Autónoma de nacimiento

[3] La homogeneidad de la estructura por edades de la población migrante de estos cinco colectivos garantiza la significación de unas tasas de retorno que no han sido estandarizadas.

 

Bibliografía

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Ficha bibliográfica:

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