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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VIII, núm. 170 (01), 1 de agosto de 2004

EL IMPACTO SOCIAL Y ESPACIAL DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN

Sesión inaugural

Horacio Capel

Universidad de Barcelona

 
Un año más el Coloquio Internacional de Geocrítica reúne a investigadores de diferentes disciplinas, para poner en común sus trabajos y debatir abierta y cordialmente sobre ellos.

Siempre hemos prestado atención a temas que tienen una dimensión espacial, pero que exigen una aproximación interdisciplinaria. Empezamos en 1999 con el Coloquio sobre "Iberoamérica ante los retos del siglo XXI", y hemos seguido con los de "Innovación, desarrollo económico y medio local" (2000), "Migración y cambio social" (2001), "El trabajo" (2002) y "La vivienda urbana y la construcción del espacio social de la ciudad" (2003).

La reacción ante las convocatorias ha sido excelente. En el primer Coloquio se presentaron y debatieron 53 comunicaciones, que pasaron a 90 en el II, a 109 en el III, a 140 en el IV y a 145 en el V. En total, pues, más de medio millar de comunicaciones han sido presentadas y debatidas en los anteriores encuentros. Todas ellas publicadas en los números correspondientes al 1 de agosto de cada año en la revista electrónica Scripta Nova, que edita la Universidad de Barcelona dentro del sitio web de Geocrítica.

El éxito de la convocatoria tiene que ver con muchos factores, uno de los cuales es, sin duda, la existencia de citado sitio web. Y también con el hecho de que las comunicaciones se publican previamente. Ello permite dedicar tiempo al debate, que siempre continúa fuera de las sesiones.

El tema de este año, "El impacto social y espacial de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación", es una cuestión especialmente relevante. Necesitamos reflexionar en común sobre la incidencia que esas nuevas tecnologías están teniendo en la sociedad y en el territorio. Una gran variedad de dimensiones de la vida social y económica se están viendo afectadas por su rápido desarrollo: nuevas formas de acceso a la información, relaciones personales, movilidad, hábitos de compra, participación en la toma de decisiones y muchos otros aspectos están siendo modificados profundamente por ello.

Las implicaciones de los cambios que se están produciendo son enormes. Y no es posible reflexionar sobre ellos desde una sola disciplina. Necesitamos debates interdisciplinarios, y poner en común experiencias, análisis y estudios de procedencias diversas. En especial del mundo iberoamericano, uno de los más dinámicos e imaginativos que existen.

El desarrollo histórico de las tecnologías de la información y la comunicación

Es conocida la importancia de los cambios que se han producido recientemente en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Sin duda la intensidad de dichos cambios impresiona a todos, y se ponen en relación esencialmente con la generalización de los ordenadores y la puesta en funcionamiento de Internet. Pero tienen una historia más larga.

Después de la invención de la escritura, y luego del alfabeto, las tecnologías de la información y la comunicación experimentaron un primer cambio de gran trascendencia con la invención de la imprenta. Más tarde otro paso decisivo fue, sin duda, la invención del telégrafo en el siglo XIX. Los hombres de la época fueron conscientes de ello, y en especial de lo que representaba la posibilidad de transmitir mensajes a la misma o mayor velocidad que se escribía. Los testimonios son numerosos y hemos aludido a ellos en otro lugar.

El telégrafo contribuyó a intensificar las tareas de control y de gobierno: "prevenir, dirigir, fomentar o sofocar tan pronto como sea necesario todos los sucesos que en bien o en mal de país se verifiquen, acudir a las necesidades más apremiantes, proteger las fronteras, dar a las relaciones administrativas y diplomáticas la prontitud de la voluntad" es lo que valoró en 1854 el gobierno español, al igual que hicieron otros, al debatir la ley para establecer un sistema completo de telégrafos eléctricos.

Pero, al mismo tiempo, el telégrafo permitió también mejorar la información de los ciudadanos, y facilitó las relaciones comerciales, el funcionamiento de la economía y la difusión de noticias culturales. Y tuvo asimismo inmediatos efectos espaciales, al permitir la descentralización de la industria; se podían localizar las fábricas fuera de la ciudad, manteniendo la conexión con las oficinas del empresario. Primero se desplazaron a la periferia de las ciudades -lo que aquí en Barcelona ocurrió tempranamente en la década de 1860- y luego a toda la región. Se inició de esta forma un proceso que alcanzaría más tarde un alcance mundial.

A fines del XIX la transformación se amplió con el teléfono, y el impacto de todo ello continuaría durante todo el siglo XX con la extensión de las redes telefónicas y, más tarde, con su automatización.

La conexión de ordenadores a través de internet se sitúa, así, en la línea de un progreso continuado, de cuya trayectoria histórica conviene tener conciencia. Pero representa también un salto de gran trascendencia. Supone multiplicar las conexiones, y la cantidad de información transmitida instantáneamente, y hacerlas accesibles a todas las viviendas para su uso de forma individual.

Un crecimiento exponencial

El crecimiento es verdaderamente espectacular. En las últimas dos décadas la difusión del uso de internet ha sido extraordinariamente rápida. El tiempo se encoge. Si la imprenta tardó siglos en difundirse mundialmente, el telégrafo y el teléfono lo hicieron en décadas; e internet en años. Y las estadísticas sobre el número de usuarios aumentan sin cesar en todo el mundo.

También en España, donde el 31 por ciento de la población está ya conectada a Internet; en 1996 era solo el 0,7 por ciento, en el 2000 había pasado a 10,5 por ciento; se duplicó al año siguiente, y ha llegado a esa cifra en 2004 (Ciberpaís, 22 abril 2004). Pero sin duda va a seguir aumentando, porque tanto el gobierno español como muchas Comunidades Autónomas están haciendo un gran esfuerzo para generalizar la banda ancha.

Son muchos los problemas que aun existen. El reparto es todavía muy desigual, lo mismo que la capacidad para tener acceso y para utilizar las nuevas tecnologías. Una estadística relativamente reciente indicaba que un 40 por ciento de los europeos no era capaz de manejar un ordenador y el 50 por ciento no era capaz de navegar por internet. En otros países la situación es todavía peor, como ocurre al principio con todas las innovaciones. Pero la difusión de tecnologías y, en particular, la telefonía móvil ofrecen nuevas posibilidades a los países pobres. La brecha digital entre países ricos y pobres es, sin duda, muy importante; pero también se está reduciendo a un ritmo muy rápido; la India y Brasil han emergido como gigantes tecnológicos en ese campo y millones de nuevos usuarios están apareciendo en los países pobres. La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información celebrada en Ginebra del 10 al 12 de diciembre de 2003 ha propuesto un plan de acción para disminuir la brecha, a la vez que se impulsa la extensión a toda la red de la libertad de expresión que figura en la Declaración de Derechos Humanos.

Los cambios pueden ser todavía más profundos e inesperadamente rápidos. Las empresas eléctricas se preparan para ofrecer servicios de telefonía e internet de banda ancha a través del tendido eléctrico de baja y media tensión. Sería, sin duda, una revolución de las telecomunicaciones, dada la generalización de la red eléctrica, y aseguraría el acceso directo de internet a la mayor parte de los hogares, incluso sin tendido telefónico.

Impactos sociales y territoriales

El desarrollo de las nuevas tecnologías alcanza, como es sabido, a campos muy diferentes, desde la agricultura de precisión, al teletrabajo y al comercio electrónico, al turismo y al ocio, a la participación democrática en el gobierno. Comportamientos sociales y equipamientos están viéndose ya afectados, y lo van a ser todavía más en el futuro.

Las consecuencias de todo ello son enormes. El teletrabajo puede suponer nuevas posibilidades para la actividad profesional. La extensión del comercio electrónico va a afectar muy pronto a los equipamientos comerciales y a los hábitos de compra. En la agricultura la incorporación de nuevas tecnologías permite una agricultura de alta precisión. Los sistemas de posicionamiento global, permiten hoy gestionar la movilidad y el tráfico. Se está revolucionando el mundo del turismo de muchas manera, y no solo facilitando los viajes convencionales.

El uso del espacio y del tiempo se modifica profundamente. Uno y otro se encogen, se comprimen. La proximidad y la distancia adquieren sentidos nuevos. Es posible la presencia simultánea en varios espacios, la localización física en un punto y el contacto simultáneo con otros alejados, en los que se está telepresente a través de las conexiones técnicas. Como acaba de afirmar un especialista hace pocos días, de hecho la telepresencia significa que "podremos estar en todas partes al mismo tiempo". Lugares alejados están virtualmente contiguos a través de las redes informáticas, y es la densidad de éstas, su capacidad, velocidad y eficiencia lo que establece continuidades o nuevas fronteras, independientes de las fronteras políticas o las distancias y obstáculos físicos.  Se ha hablado ya de la ciudad mundial, conectada a través del ordenador, una verdadera Telépolis, que prepara la Pantópolis universal que algunos perciben en el horizonte. Una nueva geografía se está configurando como resultado de todo ello.

El ciberespacio como nueva Terra Incognita

Pero hay otras dimensiones a las que debemos prestar atención. Se trata de las nuevas geografías virtuales que se están creando en el ciberespacio.

En 1947 un geógrafo declaró que acabada la era de los grandes descubrimientos quedaba todavía una Terra Incognita que descubrir, la mente del hombre. Durante los años 1960 y 70 esa dimensión fue siendo descubierta, con la revolución cognitiva.

En geografía, el estudio de las imágenes espaciales, de los mapas mentales, de todo el amplio campo de la percepción espacial y de sus efectos en los comportamientos humanos significó, como es sabido, una verdadera revolución que tuvo profundos efectos sobre el desarrollo de las ciencias sociales.

Hoy es otra Terra Incognita la que hemos de descubrir, la del ciberespacio, una tierra desconocida que está siendo conquistada y poblada ante nosotros. Un espacio que es paralelo al real, que tiene existencia solamente en la comunicación electrónica, en los ordenadores, en los flujos eléctricos; un espacio inmaterial pero con muchos atributos del espacio real, y con otros totalmente nuevos.

Se están creando ya ciudades y regiones virtuales. Se están produciendo nuevas geografías. Ciudades con sus barrios, calles, puntos de encuentro, redes de amigos con afinidades diversas. Se plantean también problemas de propiedad y de acceso a ciertos lugares o informaciones. Numerosas metáforas espaciales se aplican ya a dicho espacio: fronteras electrónicas del espacio cibernético, cordones sanitarios ante los virus, sistemas de policía para ordenar ese espacio, amenazado por los piratas informáticos.
 

Esas nuevas geografías virtuales tienen en parte una organización tradicional, porque lo que existe influye de forma muy importante en lo que se crea. Pero también se pueden imaginar otras nuevas estructuras, ya que ese espacio es verdaderamente el reino de la libertad y de las posibilidades de creación, a pesar de las restricciones que pueden imponerse. Los arquitectos pueden imaginar nuevos tipos de casas; los urbanistas, nuevos espacios urbanos; los creadores y diseñadores, nuevas normas de comportamiento. De manera similar a como se hizo con las geometrías no euclidianas, se pueden establecer otras reglas en ese espacio virtual: por ejemplo, es posible volar sobre la ciudad en determinadas condiciones, penetrar ciertos muros. La posibilidad de crear mundos virtuales alternativos está ya presente y abre nuevas posibilidades a la imaginación. El espectador queda inmerso y puede interactuar en dichos espacios con otras personas, se modifican las percepciones y surgen cuestiones nuevas sobre la identidad y la representación social. Solo algunos autores de la ciencia ficción habían podido imaginar algo de lo que ha sucedido y está sucediendo.

Los científicos sociales han de explorar y estudiar los nuevos espacios y sociedades que se están construyendo a nuestro alrededor. Necesitamos desarrollar una geografía, una antropología y una sociología del ciberespacio. También hemos de estudiar las consecuencias que todo ello está teniendo en las geografías reales y en los comportamientos humanos. Se están creando verdaderos laboratorios sociales, que sin duda influyen en la realidad, en los comportamientos que se realizan en el mundo real. Se pueden practicar técnicas nuevas y planificar intervenciones quirúrgicas, simular experimentos biológicos, construir nuevas estructuras en ingeniería, simular formas de gobierno y de participación.

Es posible también un turismo virtual, que no necesita el desplazamiento físico, jugar en campos de golf de todo el mundo sin moverse del domicilio, visitar el mundo sin salir de la casa y tener acceso inmediato a información variada mucho más fácilmente que si estuviéramos en el mismo lugar. Podemos también recrear el paisaje de ciudades desaparecidas (Babilonia, Roma) y movernos por ellas en entornos de realidad virtual tridimensionales.

Técnicas para la dominación y para la libertad

La generalización de las nuevas tecnologías plantea también problemas nuevos. Podemos temer que faciliten y amplíen el control social. Surgen cuestiones delicadas respecto a la intimidad y privacidad. Es posible acceder a bases de datos en donde están informaciones confidenciales de carácter personal, desde el documento de identidad a datos fiscales y médicos, y se están multiplicando los programas informáticos que permiten 'espiar' a los trabajadores o a los ciudadanos; al parecer el 40 por ciento de las empresas de Estados Unidos espía el correo de sus empleados. Es posible hablar ya de la cibervigilancia.

Pero al mismo tiempo, las nuevas tecnologías pueden ser un vehículo para la libertad y para la liberación. Permiten, por ejemplo, un periodismo crítico y alternativo que se difunde a todo el mundo con gran rapidez. Existen nuevas posibilidades para la producción de libros, de revistas, de música, de películas producidas a mucho menor coste por medios digitales. Las posibilidades técnicas actuales están amenazando a las grandes multinacionales con la aparición, por ejemplo, de pequeñas empresas que ofrecen música exclusivamente a través de internet, y que presentan alternativas a la oferta de las grandes compañías discográficas. Existen también posibilidades nuevas para las prácticas democráticas, para la participación ciudadana a través de internet. Algunos especulan ya con la posibilidad de una democracia digital, que otros temen que sea una simple democracia virtual.

No deberíamos ser pesimistas respecto a las consecuencias de todo ello. Críticos sí, pero no pesimistas. La tecnología es neutra. Somos nosotros las que le damos uno u otro sentido. Las nuevas tecnologías pueden ser utilizadas tanto por las grandes corporaciones capitalistas multinacionales, como por los movimientos sociales que tratan de poner en cuestión el sistema de relaciones sociales existentes.

De todo ello, y de otras muchas cuestiones, debemos hablar. Son muchos los temas que creemos interesantes, y que se enumeraban en la convocatoria del Coloquio. Para ello nos hemos reunido aquí. No todos los proponíamos han sido abordados, pero si muchos de los que citábamos y otros en los que no habíamos pensado. Estoy seguro de que, como ha ocurrido en los anteriores Coloquios, todos nosotros aprenderemos mucho de las comunicaciones -que ya hemos podido empezar a leer, porque están publicadas en su mayoría- y de los debates que realizaremos.

Agradecimientos

No quiero acabar sin expresar mi agradecimiento a las instituciones y personas que nos han apoyado y han hecho posible este encuentro.

Este año el Coloquio se inserta en el programa de la CICYT titulado "Geocrítica. Sistema de evaluación y sistema de información integral en el ámbito socioeconómico" (SEC2001-3424).

Hemos recibido también una ayuda de la Universidad de Barcelona, que quiero agradecer.

Pero, sobre todo, son muchas las personas que con su trabajo entusiasta y desinteresado han hecho posible esta reunión. Especialmente hay que recordar a los miembros del Comité Organizador, cuyos nombres aparecen citados en el programa.

También a los que han aceptado formar parte del Consejo Asesor Internacional. Creo que, como cada año, hemos aprendido mucho organizando el coloquio y leyendo las comunicaciones. Estamos seguros de que los debates nos permitirán avanzar todavía más.

Muchas gracias a todos ustedes por su presencia, y reciban nuestra más cordial bienvenida.
 

© Copyright Horacio Capel,  2004
© Copyright Scripta Nova, 2004

Ficha bibliográfica:
CAPEL, H. El VI Coloquio Internacional de Geocrítica. Geo Crítica / Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2004, vol. VIII, núm. 170-01. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-170-01.htm> [ISSN: 1138-9788]
 

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