Menú principal
Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VIII, núm. 170 (2), 1 de agosto de 2004

TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN Y LA DIVERSIDAD COMUNICACIONAL CULTURAL: PERSPECTIVAS DEL SUJETO RADIOFÓNICO EN LA ERA MULTIMEDIA

Esther Durante
Iris Prieto de Ramos
Universidad del Zulia (Venezuela)


Tecnología de la información y la diversidad comunicacional cultural: perspectivas del sujeto radiofónico en la era multimedia (Resumen)

El presente trabajo elaborado con una metodología cualitativa de tipo analítica, tiene como propósito generar un marco de discusión sobre el rol de los medios de comunicación e información y el uso de la tecnología en la vida cotidiana, a partir de las relaciones societales que se establecen, así como la identidad colectiva que se reproduce en un tiempo y un espacio determinado. La revisión de textos vinculados al tema, y la contrastación con la realidad actual global, sugieren que la participación mediática debe vincularse con las comunidades de comunicación y el sujeto radiofónico.

Palabras clave: Medios de comunicación, diversidad cultural, Tecnología de la información y la comunicación, sujeto radiofónico, Globalización.


Information technology and communicational and cultural diversity: radiphonic subject perspectives in the multimedia era (Abstract)

The present work paper, elaborated with a qualitative methodology of analytical type, propose a discussion frame about the role of the information and broadcasting media and the technology use in the everyday life, from the social relationships that are established, as well as the collective identity that is reproduced in a determinate time and space. The revision of texts related to the subject, and the contrast with the global actual reality, suggest that the media participation should be related to the educative communication and the radiophonic subject.

Key words: Communication media, cultural diversity, Communication and Information Technology, radiophonic subject, Globalization.


La presente reflexión sobre la influencia de los flujos comunicacionales en la formación y preservación de identidades colectivas en la era de la información, apunta hacia la participación del propio sujeto en el desarrollo y evolución de la pluriculturalidad que se genera cuando nos conectamos por medio de la plataforma tecnológica multimedia, especialmente la radiofónica, con infinidad de pares en cualquier parte del mundo, a cualquier hora, y sin importar el idioma[1].

Sustentamos esta investigación en la revisión bibliográfica efectuada y que se enfoca hacia la posibilidad de si los medios, especialmente el radiofónico, con el apoyo de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), dirigen su armamento hacia el cambio cultural en las sociedades de la información, hoy globalizado, que nos aporta conocimientos sobre las nuevas relaciones sociales, económicas, culturales y políticas, así como los valores que deben coexistir en los núcleos societales. Se toma como referencia el hecho de que los medios de comunicación determinan hoy en día qué es lo que vale. Los medios convierten en público lo privado. Ellos no inventan la realidad, la interpretan y manipulan en algunos casos; la presentan al público a su manera. Las libertades pueden llegar a un conflicto. Es allí donde la participación comunitaria es vital con el fin de que los sujetos actúen comunicativamente, desplazándose en el medio del lenguaje natural, compartiendo y respetando los patrones de interpretación cultural y de su mundo social compartido. Ahí, la radio como medio de masas, hace más cercano lo lejano, convierte el mensaje en uno más popular e inmediato, más expedito y planetario.

Desde esa perspectiva, se definirán y trabajarán modelos teóricos como el de la Tecnología de la Información y la Comunicación, Representaciones Sociales e Identidad Colectiva, entre otros conceptos emitidos por diferentes autores que fueron analizados y soportan de manera ontológica, gnoseológica y axiológica este papel de trabajo.

Es así como en el primer punto enfocamos la metodología empleada, seguido por el segundo punto que apunta a la perspectiva de la tecnología de la información y la comunicación y su relación con el entorno a partir de los medios de comunicación; en el tercer punto ofrecemos una visión de la tecnología como generadora de conocimiento, culminando con una propuesta de identidad colectiva y representativa que se refleja en el uso adecuado de las TIC y los medios de comunicación.

Metodología

El trabajo se desarrolló siguiendo el constructivismo colectivo, donde el aprendizaje del sujeto es dinámico y voluntario. El sujeto -que puede ser cualquiera de nosotros- tiene una cosmovisión transdiciplinaria de su contexto.

Entre esas visiones destaca la Corriente Crítica de la Comunicación Alternativa, que en el caso de América Latina, nace en la década 70 - 80 con Antonio Pasquali (filósofo venezolano), Paulo Freire (educador brasileño), Armand Mattelart (sociólogo en Chile) y Elíseo Verón (semiólogo argentino).

En el segundo lanzamiento de la corriente, en la década 80-90, se incluyen Martín Barbero (colombiano), López Veneroni (mexicano), Guillermo Orozco (mexicano) y Néstor García Canclini (argentino); estos autores nutren sus propuestas desde la óptica antropológica, etnográfica e histórica, mientras que en Europa, los aportes los brinda la Escuela de Frankfurt donde figuran autores como Habermas, Benjamín, Adorno y Horkheimer. Y desde otro ámbito, Gramsci aportó al estudio de la comunicación sus apuntes sobre la relación cultura - poder - Estado (García; 1999).

También seleccionamos a Muniz Sodré (1998) quien contrapone la posición de los teóricos críticos al apuntar que las conceptualizaciones de esa corriente, en la era digital, lucen desgastadas, pues las imágenes estatizantes se dispersan por todas partes, no definiéndose ya a partir de una zona especial a la que podamos dar el nombre de "industria", ni a partir de un público llamado de "masas"… las realidades comunicaciones contenidas en expresiones ya clásicas se ven rápidamente modificadas por el advenimiento de nuevas tecnologías de la información, que hacen proliferar una comunicación satelital, multicoaxial y reticular. Muniz Sodré menciona que nuestra fascinación por la tecnología es más erótica que sensual, más espiritual que utilitaria, y es que ese es el principio de la consecución de la tecnología del conocimiento, y de las comunidades de comunicación que en la misma línea plantea Galindo Cáceres (2002).

Muniz Sodré (1998) también hace referencia directa hacia la necesidad de reinventar la cultura, planteando el término "tecnocultura" como aquel que abarca los medios de comunicación de masas ya considerados "tradicionales" (televisión, radio, periódicos, revistas, discos, publicidad), pero también las variadas formas del presente tecnológico, los "rizomas", característicos del espacio que han ido creando en forma progresiva las redes telemáticas. Para él, la tecnocultura es la "cultura de la comunicación" o la "cultura mediatizada". Coincidimos con Muniz Sodré cuando alude a la comunicación como un puente entre las relaciones éticas, económicas, estéticas y cosmológicas.

Coincidimos con Muniz Sodré, de nuevo, cuando señala que "en las industrias culturales ya clásicas -saturadas y virtualmente decadentes-, la materia prima está hecha de entretenimiento y opinión, o sea de representaciones sin la exigencia de la verdad, aunque necesarias para la vinculación o la cohesión social. Mientras que en el ciberespacio -resultante de los progresos en microelectrónica y telecomunicaciones-, es una realidad original que se produce por superación del espacio físico y de la interdependencia humana directa, cambiando la velocidad de digitalización de toda la realidad social".

De hecho, es aquí cuando la comunicación entra en la era postmoderna, de la mano de la plataforma multimedia, sostenida en la interconexión de la telefonía celular, banda ancha, satélite, señales microonda, uso de computadoras cada vez más pequeñas y portátiles, apoyado en la onda de radio que oscila en el espacio las veinticuatro horas del día. Así, la comunicación social es vista como una posibilidad hermenéutica, entendida por Muniz Sodré (1998) como una teoría de la interpretación y como práctica de reconstrucción del sentido histórico-cultural, que intenta desarrollar la reflexión sobre la diferencia ontológica, es decir, entre el ser (lo que existe) y en el ente (lo existente).

Siguiendo con el cuerpo estructural de este papel de trabajo se seleccionó a Manuel Castells (1999) con su obra La era de la información, La sociedad red (volumen 1), cotejado con los planteamientos delineados por Teun Van Dijk (1999) desde el triángulo conceptual Cognición, Sociedad y Discurso. Por Cognición se entiende las ideologías que poseen estatuto social, organización interna y funciones mentales; por Sociedad, las ideologías sociales, políticas, culturales e históricas y por Discurso, las ideologías que se forman, cambian y reproducen. En la sociedad, los ciudadanos son los hombres libres, aquellos que no necesitan trabajar para vivir. Los ciudadanos son tantos cuantas sean las variedades en los gobiernos (Aristóteles, 1998). Sin ciudadanos no habría sociedad alguna, ni discursos para que éstos los escuchasen, ni medios de comunicación (con su tecnología toda) que hicieran posible la difusión del conocimiento.

Estos ciudadanos forman parte de las representaciones explicadas por Mato (1999) como las simbolizaciones de aspectos de la experiencia social formuladas por actores sociales, es decir, socialmente producidas y compartidas por un número significativo de individuos. Allí, la comunicación juega un papel primordial, pues según Muniz Sodré (1998), su sentido fuerte se dirige a la superación de su base dual (el yo y el tú, con sus imperativos de participación y amor) en función del Otro, guiado por una trascendencia y por una transdisciplinaridad de ocupaciones del sujeto así como por el lenguaje.

La TIC y su relación con el entorno a partir de los medios de comunicación

Si partimos del hecho que donde hay individuos hay relaciones sociales, y donde ésto sucede está presente todo un proceso ideológico, la evolución y transformación del mismo se autorregula de acuerdo a las directrices de los grupos dominantes que ostentan el poder por diferentes vías. Así sucede con la tecnología y la información.

Desde los tiempos de Francis Bacon, filósofo del siglo 17, se promovió la idea que el control de la naturaleza por medio de la innovación tecnológica, contribuye al mejoramiento cualitativo de la vida humana. Esta noción determinista implica la sugerencia de que el progreso tecnológico es en sí positivo y la sociedad debe adoptarlo como históricamente inevitable.

Esto lo refuerza Koichiro Matsuura -noveno director general de la ONU en 1999-, cuando apunta que humanizar la globalización no es un sueño: es una ambición (Borzacchini, 2001). Matsuura define la globalización humanizada como aquella que articula las actividades futuras de las organizaciones sobre tres puntos estratégicos: proteger el bien común (especialmente la educación), reforzar la diversidad y promover el intercambio de conocimientos. Para ello se prevé invertir hasta el año 2003 al menos el 50% del presupuesto asignado para los renglones de educación básica, la gestión de los recursos del agua, la ética aplicada a la ciencia y la tecnología, el pluralismo intercultural y el diálogo y el acceso a la información de dominio público.

Matsuura involucra a la UNESCO junto a los diferentes gobiernos nacionales al señalar que el uso adecuado de la TIC representa un vasto potencial para el libre flujo de información y para el intercambio de conocimientos y experiencias, principalmente en la educación a distancia. La TIC puede ayudar a la gente que vive en comunidades distantes a tener información útil así como intercambiar conocimientos y comunicar sus necesidades. Matsuura aclara que en la educación, el aprendizaje a distancia, con el respaldo de la radio o de Internet, puede contribuir al desarrollo de grupos diversos, especialmente en aquellos donde el número de docentes capacitados es reducido.

Esa es la ventaja de la globalización, que forma parte de nuevos imaginarios. Pero cabría preguntarse qué es la globalización. De acuerdo a la versión aportada por Moneta (2000), el término puede entenderse como el proceso de interacción entre los Estados y los actores trans, sub e internacionales en procura de sus respectivos objetivos políticos, militares, económicos, sociales, ecológicos y culturales, generando múltiples redes de relaciones y espacios sociales.

Villá (27/06/00) apoyado en Oguibe y Hammand, avala esta visión. Ellos señalan que la posición a ejercer desde el tercer mundo digital parece surgir de la exploración que hagamos de la TIC como alternativas sociales y comunitarias desde una perspectiva crítica. Esta debe servir de base para el surgimiento de proyectos que apunten a la construcción de capacidades locales, nacionales y regionales para emplear el potencial científico tecnológico, privilegiando el sentido de justicia social, la participación política y la diversidad cultural que no puede ser dejada sólo en manos de economistas, tecnócratas o profetas del desarrollo digital; es decir, se debe fomentar el uso público y comunitario de las redes como herramienta política, de integración y del diálogo intercultural.

Aún así, esas innovaciones tecnológicas - tal como lo plantean los economistas neoclásicos como Smith, Schumpeter, Arrow y el propio Marx - provienen de los sectores poderosos de la sociedad (los militares y las grandes corporaciones industriales) y es probable que refuerce las formas existentes de control y desigualdad. Se trata de un proceso donde las invenciones, incluyendo los mass media y la tecnología de punta, han sido el resultado de una evolución lógica basada en la deficiencia de sus antecesoras.

En el caso de los medios de comunicación, éstos comprenden las instituciones y técnicas mediante las cuales grupos especializados emplean recursos tecnológicos (prensa, radio, cine, TV, etc.) para difundir contenidos simbólicos a un grupo heterogéneo, numerosos y disperso (Zambrano, 1989). No importa cuán moderno sea el equipo técnico - tecnológico de los mass media, la comunicación seguirá siendo un problema del hombre y de su estructuración como ser social. Más que un problema tecnológico o una cuestión de técnicas periodísticas o publicitarias, la comunicación es un problema que se refiere a un modo específico de ser del hombre y una práctica social que se revela en la historia como ejercicio del conocimiento, diálogo y pluralidad y no un hecho mercantil. Al respecto, Martín Barbero (1987) refiere que ello no es algo que les pase a las cosas sino a las relaciones sociales, a los procesos de comunicación, de información y culturales, convertidos en producción histórica - social de la significación y no en mera reproducción. Allí dominan las relaciones sociales.

Este piso teórico se enmarca, a su vez, en un referente jurídico que se convierte en el norte a seguir al momento de pasar al estadio del "sentido común". Como lo describe Moscovici (citado por Losada, 21/07/00), es la acción ejecutada por el ciudadano cuando asume su rol como intermediario social - cultural, cuando sus sentimientos, creencias, valores, símbolos y lenguaje entran en juego.

Moscovici afirma que dado el cambio de las relaciones sociales en este ambiente de revoluciones ideológicas, políticas, sociales y culturales, sólo han sobrevivido - por su influyente legitimidad - las empresas, los hombres y mujeres de los medios y los hombres y mujeres políticos. Se sabe que la participación de los medios de comunicación de masas en la elaboración de una representación de lo que sucede en el mundo, se inicia cuando la institución mediadora u otros agentes sociales (agencias de noticias, consejo de redacción, censores, etc.), seleccionan determinados aconteceres para hacerlos públicos, y éstos a su vez son elegidos de acuerdo a determinados objetos de referencia (Martín Serrano, 1997:137).

 El medio de comunicación produce y reproduce. La decisión queda en manos de los diferentes grupos humanos quienes se esfuerzan en preservar o implantar esos aconteceres, así como prever hechos futuros que incidirán en sus relaciones colectivas.

"En el caso de los políticos sin escrúpulos, éstos usan los medios de comunicación para la demagogia y el engaño, apoyando políticas injustas y regímenes opresivos, ridiculizan a sus adversarios y sistemáticamente distorsionan la verdad por medio de la propaganda y de planteamientos falsamente tranquilizadores. Allí, los medios de comunicación más que unir a las personas, sirven para separarlas, crean tensiones y sospechas que constituyen gérmenes de nuevos conflictos.  Eso sucede, incluso, en países con sistemas democráticos, donde los líderes políticos, lejos de promover una participación informada en los procesos políticos, manipulan la opinión pública" (Quinto Día, 07 al 14 de julio de 2000).

Lo  cierto es que el espacio de los medios de comunicación está atravesado por las relaciones de poder, las evoluciones culturales y los mismos procesos de profesionalización (incluso intelectualización) que cualquier otro tipo de espacio público. La diferencia se sustenta no en la naturaleza de éste, sino en su importancia, según lo señala Touraine (1999).

Por ejemplo, es interesante comparar casos como el de Ecuador, donde la vocación y el interés por informar y transformar momentos y hechos tienen un asidero jurídico. La Constitución Política de la República de Ecuador, que rige desde el 10 de agosto de 1998, en su sección décima, artículo 81, establece: "El Estado garantizará el derecho a acceder a fuentes de información; a buscar, recibir, conocer y difundir información objetiva, veraz, plural, oportuna y sin censura previa, de los acontecimientos de interés general, que preserve los valores de comunidad, especialmente por parte de periodistas y comunicadores sociales.(...) Los medios de comunicación social deberán participar en los procesos educativos, de promoción cultural y preservación de valores éticos. La Ley establecerá los alcances y limitaciones de su participación" (Guzmán Cárdenas, 1999:20).

Al cotejar este ejemplo con el de la República Bolivariana de Venezuela, se observa que el asidero jurídico es débil para los sectores públicos y privados venezolanos. Desde la óptica de la remozada Constitución (1999), el Código de Ética del Periodista y la Ley Orgánica de Telecomunicaciones (2000), se incluye la participación del comunicador y el empleo de la tecnología de punta como herramienta principal para formar y transformar ideologías desde la comunicación educativa. Allí, el comunicador más que convertirse en destructor de filosofías y prácticas sociales debe ser el guía, el mediador, el portavoz;  el comunicador no es parte del proceso político de las sociedades. El comunicador, en cualquier medio empresarial, es un difusor de creencias, costumbres, valores, identidades (moda en maquillaje y textil, y modismos lingüísticos). Desde esa óptica, Drucker (1996) afirma que la comunicación, a través de sus diferentes medios, revela los cambios y transformaciones sociales que se producen en la colectividad, cambios que en otros tiempos  desataron violentas crisis intelectuales y espirituales, rebeliones y guerras civiles. Las extremas transformaciones sociales de este siglo apenas han causado conmoción alguna, pese a que ha sido el más cruel y violento de la historia, con sus guerras mundiales y civiles, torturas en  masas, limpiezas étnicas, genocidios, terrorismos, dictaduras, etc.

Joyanes (1997:23) corrobora esto al apuntar que el cambio social podría definirse como la modernización, aunque el resultado de este proceso abarca una amplitud de estructuras sociales y valores culturales que se producen hoy en las sociedades de todo el mundo según la dirección marcada por los países desarrollados, donde la tecnología es el factor de dicha revolución. Joyanes  asegura que la tecnología es, por sí misma, un valor social de primer grado por lo que la TIC constituye un punto de referencia macrosocial cuyo objetivo está definido en el ámbito económico como valor que perfila el progreso, que modifica los hábitats territoriales y la estructura familiar, así como los modos y mecanismos de información y comunicación social. Para él, el cambio tecnológico es a la vez un cambio social donde el saber es un recurso económico de incalculable valor.

Esto lo complementa el sociólogo y filósofo venezolano Rigoberto Lanz (28/07/00:18), quien de manera crítica señala que no estamos fuera del mapa mundial; la modernización parcial nos desacopla de los efectos de las tecnologías comunicacionales donde el aumento de la marginación social no es contradictorio con un aliviamiento de lo moral. Lanz (entrevistado por Moreno Uribe, 28/07/00:18) asegura que todo cambio supone costos que son difíciles de obviar; dichos costos deben ser asumidos de manera responsable y consciente por las empresas comunicacionales porque ninguna organización es inocente a esos cambios.

Según Lanz, (28/07/00), en esta época de cambios y transformaciones profundas, las organizaciones,  sea indistinto su origen y rama,  deben aprovechar toda la sinergia de esas transformaciones en curso. Se trata de trabajar conscientemente en un nuevo sentido de lo cultural, visto ésto no como una manifestación artística sino como todo aquello que hace al hombre un sujeto social y sociable, tanto en su dimensión socio - política como en su componente de gestión.

Es precisamente el gerente o el líder de la organización quien debe configurar un modelo de sociedad que está en caminº Supone una remodelación completa de la organización que ponga en tensión las prácticas tradicionales, los sistemas de funcionamiento, los dispositivos normativos. Pero sobre manera, que gane a la gente para emprender con entusiasmo nuevos retos, que se les capacite en roles acordes con las exigencias del mercado. Lanz (1998:140) cita a Levy, para afirmar que esa gente debe manejar la técnica como discurso, entendida como el conjunto de mensajes y representaciones que circulan en una sociedad y que son considerados como un gran hipertexto móvil, laberíntico, de cientos de formatos y miles de vías y canales.

La técnica como discurso, enfatiza Lanz (1998), permite ver la comprensión profunda de los fenómenos tecnológicos y el análisis del propio comportamiento interior de las "nuevas tecnologías" y su correlato en el campo de las teorías organizacionales. Allí es dónde se insertan los medios de comunicación. Brauner y Bickmann (1996:87) refuerzan esta visión al precisar las bondades de propiciar el aprendizaje laboral sin estar atado a un lugar ni a un espacio, por medio de las tecnologías combinadas, lo que modifica la relación laboral y el aspecto humano del proceso productivo, incluso se reducen los obstáculos económicos, geográficos y lingüísticos.

Apunta López Veneroni (1997:35) que no son los medios masivos los que determinan las condiciones económicas y sociopolíticas de una estructura o formación social, sino éstas las que determinan y condicionan el uso y la dimensión de los medios. En función de la potestad y el poder de la comunicación, López enfatiza: si se postula que la comunicación está determinada por aquello trasmitido, recibido u operado a través de los medios de comunicación, y si reservamos para los periodistas, los jefes de prensa, los publicistas o los productores de radio, televisión y cine, la actividad de "comunicadores" o "comunicadores sociales", caemos en un problema de exclusión o racismo laboral.

En el marco de ese racismo laboral, López (1997) señala que prácticamente el 99% de la población mundial que no maneja ni el periodismo ni ninguna otra técnica informativa especializada, definitivamente, no tiene acceso a los medios más que como espectadora; por tanto no sólo queda vedada de la posibilidad de ser comunicadora, sino también queda literalmente incomunicada o, en todo caso, sujeta a los que unos cuantos manejen a través de los medios. Esta cifra, en el principio del siglo XXI, quizás ha variado un poco, pues la población joven y adulto contemporáneo se ha adaptado al mundo tecnológico de forma rápida y con un alto desarrollo de destrezas.

En este sentido, Leal (1999) apunta que los medios de comunicación producen distorsiones en el proceso de aprehensión y concepción de determinados valores que son generalmente aceptados pero que se fracturan cuando el desconocimiento informativo crea en la audiencia un impacto actitudinal, cognoscitivo e ideológico.

Citando a Aniyar, Leal (1999) destaca que en cierta forma los medios de comunicación simplifican el conocimiento de los hechos porque entregan el producto terminado, proporcionan la ilusión de participación y asumen la tarea de legitimar el mandato del líder. Se puede apreciar en la cotidianidad noticiosa, por ejemplo, como las denuncias de las organizaciones vecinales tienen mucha fuerza y logran constituirse en un elemento de presión, restándole autoridad a quien legítimamente la tiene. Se evidencia, entonces, como lo asume Winocur (2002: 191), que los noticieros y los programas de opinión pública someten a los ciudadanos de carne y hueso y sus demandas a un proceso de reinvención, que origina la fabricación de estereotipos populares.

Esto permite corroborar lo planteado hasta ahora: que los medios de comunicación moldean y constituyen la realidad, que aunque sea ficcional, es referencia obligada del mundo objetivo, elaborando estructuras de conocimientos con roles, sentimientos y estereotipos a seguir; todo eso sucede con el fin único de que los individuos y grupos, de manera conjunta, "le den sentido al mundo que les es propio" (Chartier, 1995:49). Así, los medios de comunicación apoyados en la tecnología de la era de la información, que abunda al grado de sobresaturar, se convierten en fieles representadores de máquinas que fabrican respeto y sumisión a bajo costo, con alto rendimiento y eficacia, pero sin desmerecer las múltiples bondades que propician si el aspecto mediático fuese explotado desde la comunicación educativa.

Tecnologías para la generación del conocimiento

Para dilucidar la conceptualización del término conocimiento, Castells (1999) lo explica como una serie de afirmaciones organizadas de hechos o ideas que presentan un juicio razonado o un resultado experimental, que se transmite a los demás mediante algún medio de comunicación en alguna forma sistemática.

 No tan alejado de este planteamiento se presenta Van Dijk (1999), quien define conocimientocomo aquel relativo a grupos o culturas específicas. Él plantea su visión desde la óptica del conocimiento social o conocimiento común de una cultura. Según Van Dijk (1999), ese es el conocimiento que todos los miembros nuevos de una cultura deben aprender durante la socialización, la educación formal, a través de los medios, etc.

Ese conocimiento cultural para el autor puede conceptualizarse como el conjunto (difuso) de las creencias que son compartidas por (prácticamente) todos los miembros competentes de una cultura, que están sostenidas como verdaderas por esos miembros por criterios de verdad igualmente compartidos.  De esta manera, se entiende el conocimiento como un fenómeno colectivo, social, que la tecnología contribuye a difundir.

En ese sentido, y para introducir el poder que tiene la tecnología desde su aparición y natural evolución, Castells (1999) avala su teoría con las 5 características de la Revolución Tecnológica que se nutre de la transformación social, económica, cultural e incluso política.

En esa Revolución Tecnológica, según Castells, su característica principal es que la información es su materia prima, son tecnologías para actuar sobre la información, no sólo información para actuar sobre la tecnología, como sucedía antes. Otra característica es la capacidad de penetración de los efectos de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC): como la información es una parte integral de toda actividad humana, todos los procesos de nuestra existencia individual están directamente moldeados (aunque no determinados) por la tecnología. La tercera característica se refiere a la lógica de la interconexión de todo sistema o conjunto de relaciones que utiliza la TIC. La red está bien adaptada y diseñada en su morfología para una posible interacción con otros sistemas análogos o digitales. La cuarta característica es la flexibilidad; no sólo los procesos son reversibles, también lo son sus organizaciones e instituciones, reordenando sus componentes con el fin de obtener una fluidez interna que se reflejará, de manera segura e inmediata, en su entornº

El hecho de cambiar o alterar la normativa interna de la organización, gracias a esa flexibilidad, puede ser una fuerza liberadora pero también una tendencia represiva si quienes reescriben las leyes son siempre los mismos poderes o personajes. Castells (1999) afirma que sólo los análisis específicos y la observación empírica serán capaces de determinar el resultado de tales desarrollos para la sociedad y la gente, en función de la interacción de la TIC y las formas sociales emergentes.

En ese sentido, el propio Castells (1999:31) enfatiza que "la tecnología no determina la sociedad: la plasma. Pero tampoco la sociedad determina la innovación tecnológica: la utiliza, si bien la sociedad no determina la tecnología sí puede satisfacer su desarrollo, sobre todo por medio del Estado. O de forma alternativa y sobre todo mediante la intervención estatal, puede embarcarse en un  proceso acelerado de modernización tecnológica, capaz de cambiar el destino de las economías, la potencia militar y el bienestar social en unos cuantos años".

Añade Castells (1999) que, en efecto, la capacidad o falta de capacidad de las sociedades para dominar la tecnología, y en particular las que son estratégicamente decisivas en cada período histórico, define en buena medida su destino, hasta el punto de que podemos decir que, aunque por sí misma no determina la evolución histórica y el cambio social, la tecnología (o su carencia) plasma la capacidad de las sociedades para transformarse, así como los usos a los que esas sociedades, siempre en un proceso conflictivo (guerras, represión gubernamental y competencia de poderes), deciden dedicar su potencial tecnológico.

En el proceso conflictivo vinculado a la revolución tecnológica puede presentarse un racismo de elite que maneja Van Dijk (1999). El autor afirma que el temor a la pérdida de los escasos recursos adquiridos (valores, hábitos, religión, lenguaje, educación) puede ser más fuerte entre los que no tienen nada que perder; la competencia de poderes se enfatiza en la medida que los diferentes grupos societales dominen todo el proceso de producción y diversificación del conocimiento cultural.

Van Dijk (1999) avala su teoría al señalar que el conocimiento cultural se proyecta a través de la iglesia, la escuela, las universidades, los medios masivos de comunicación, entre otras instituciones ideológicas,  creadas con el fin de propagar sistemas de creencias que tienen como reducto final el núcleo familiar como ente vigilante de las normas y valores.

En el caso de los medios masivos de comunicación, ya que hablamos que es allí dónde se aprovecha el recurso de la tecnología de la información y la comunicación, refiere Van Dijk (1999: 237) que la producción de noticias, publicidad, documentales, películas, juegos, "talk shows" y otros espectáculos, entre otros muchos géneros mediáticos, pueden por lo tanto examinarse en detalle para ver cómo organizan las acciones, los discursos, los sonidos y las imágenes, de modo tal que la producción y reproducción ideológicas, también entre la audiencia, sea más efectiva, como por ejemplo, quién puede determinar cómo se selecciona y se decide cuál noticia o entrevista entrará al espacio informativo.

Esas prácticas están gobernadas por pericia profesional y actitudes e ideologías sobre lo que es verdadero o falso (hecho u opinión), interesante o no interesante, relevante o nº La valoración de la noticia está dentro de los sistemas ideológicos que guían tales prácticas, donde se debe contar también quién tiene acceso a los medios, quién es entrevistado, quién tiene cobertura y quién será mencionado. Allí también se observa un racismo ideológico.

Se debe tomar en cuenta igualmente el hecho que el ciudadano como ser social se convierte en consumidor y objeto de la actividad mercantil. Se produce un vacío normativo que deja colar esos racismos de todo orden. El ciudadano no tiene "derechos", se convierte en parte de paquetes de negocios, según lo indica Follari (1999). Las libertades públicas del sujeto reducen su espacio. Lo público se apropia de la representación del poder establecido proponiendo una audiencia políticamente activa, consciente de los problemas que afectan su interés común y dispuesta a pelear por diferentes vías simbólicas y mediáticas donde en ocasiones los medios ocultan información para resguardar ese poder, tal como lo avala Silva (1999).

Llegamos ahora al punto de la quinta característica de la Revolución Tecnológica, presentada por Castells (1999) como la convergencia creciente de tecnologías específicas en un sistema altamente integrado, donde todos los sistemas que antecedieron al actual están ahora vinculados de manera indisoluble al sistema de información.

Las telecomunicaciones son ahora sólo una forma de procesar la información, se cuenta con la diversidad y la versatilidad de tecnología de transmisión adaptadas a toda una gama de empleos y posibilitando una comunicación ubicua entre usuarios móviles. Es allí donde se constata que la fuente de productividad radica en la tecnología de generación del conocimiento, el procesamiento de la información y la comunicación de símbolos (Castells, 1999). Este autor apunta que aunque la tecnología y las relaciones de producción técnicas se organizan en paradigmas originados en las esferas dominantes de la sociedad, éstos se difunden por todo el conjunto de las relaciones y estructuras sociales y, de este modo, penetran en el poder y la experiencia (praxis) que modifican los propios actores de acuerdo a sus necesidades y entornos particulares. Esto arroja la premisa que los modos de desarrollo conforman todo el ámbito de la conducta social, incluida por supuesto la comunicación simbólica.

Debido a que el exceso de información se basa en la tecnología del conocimiento y la información y en el modo de desarrollo informacional, existe la conexión estrecha entre cultura y fuerzas productivas, entre espíritu y materia, apunta el autor. Lo expuesto nos conduce a la identidad "glocal" - apócope de global y local citado por varios autores - donde la tecnología acerca lo lejanº En el caso de la comunicación simbólica, el mundo cultural del ser social cuenta, dada la relevancia y pertinencia de la información en marcha mediante los medios que lo permiten y difunden la promesa de felicidad al consumidor. Nos limitamos a ejercitar el hedonismo informativo, relegando lo cotidiano, lo cultural (García, 1999:30).

Por otra parte, García cita a Martín Barbero para reflexionar sobre la dimensión sustitutiva (ausencia en el discurso social de la política y de la cultura de dimensiones básicas de la vida de la gente y la ausencia en las instituciones de espacios de
negociación de los conflictos cotidianos) y la dimensión constitutiva  (nuevos modos de representación de las identidades, expectativas, miedos, esperanzas e ilusiones) de los medios de comunicación para entender su valor social. Y es que los medios, de acuerdo a Martín Barbero (1994), le dicen a la gente qué es importante, qué es relevante, qué merece la pena, cómo vestirse, cómo hablar, de qué hablar. Esa es la capacidad de representación de los medios. García (1999:31) apunta que esa capacidad proviene no tanto de su desarrollo tecnológico sino del modo cómo una sociedad se mira en los medios y de lo que se les pide, de acuerdo al resto de las instituciones de la sociedad.

Martín Barbero (1994) retoma el punto al manifestar que el problema de la identidad no tiene que ver sólo con el contenido de los medios, con el cómo se destruye, deforma o transforma éste, sino con el modo cómo percibimos la identidad misma; se transforma el modo cómo se construye la identidad, dado que ésta no es estable, no es lo que permanece en el tiempo y en el espacio; tampoco las identidades culturales y políticas son menos unitarias, son identidades plurales de culturas diversas. Es así cómo se constata que en esta era de la información, la tecnología es importante en tanto que el sujeto social cuente con libertad para conocer, informar y transformar el hecho cotidiano, esté donde esté, sea cuál sea el símbolo y el canal empleado, y el efecto generado. Pineda (2000) refuerza esta visión al proponer un nuevo neopositivismo en el desarrollo de la información en las sociedades modernas, gracias a la tecnología de punta; este pensamiento es más holístico y global, y tiende hacia la confluencia, hacia la interdisciplinaridad o postdisciplinaridad.

"La tecnología es la verdadera religión de fines del siglo XX y principios del siglo XXI", dice Monsiváis (2002), y no deja de ser cierto. Monsiváis reafirma  nuestra idea al apuntar que la tecnología substituye a las antiguas confianzas (amistades), informa poderosamente, moviliza las mentalidades, introduce nociones muy extensas de tolerancia y se traduce, de manera alternativa, en un sistema de inclusión y de exclusión. Así nos globalizamos desde afuera, participamos como elementos externos. Y es allí, también, donde el sujeto -emisor y receptor- puede obrar su magia al hacerse partícipe directo de la producción local con visos de hacerla glocal. López Vigil (2000) afirma que gracias a la producción radiofónica local, en este tiempo postmoderno, los ciudadanos se ven reflejados, miran sus problemas e imaginan soluciones, hablan entre sí, escuchan su música preferida, cruzan opiniones y se organizan para mejorar su calidad de vida. Se logra una comunicación intensa, los vecinos se conocen más, se reconocen mejor. La radio local construye identidad y consolida  la ciudadanía.

La tecnología glocaliza[3] la producción radiofónica. Esto queda plasmado en el desarrollo telemático que ha reducido al máximo las limitaciones técnicas para la difusión del mensaje radiofónico; por ejemplo, las transmisiones vía satélite hacen posible una conexión permanente, más nítida y con una amplia cobertura, logrando que la onda radiofónica llegue a puntos cada vez más equidistantes geográficamente, según lo dice Prieto (1998), quien cita a Ianni (1996) para refrendar que, a consecuencia de las tecnologías oriundas de la electrónica y la informática, los medios de comunicación adquieren mayores recursos, son más dinámicos y cuentan con mayor alcance.

Prieto (1998:7), citando a McLuhan y Powers (1991) apunta que, en el próximo siglo, la tierra tendrá su conciencia colectiva fuera de la superficie del planeta en una densa sinfonía electrónica donde las naciones, si es que aún no se separan, podrán vivir en una nidada de sinestesia simultánea, dolorosamente consciente de los triunfos y heridas de cada unº Todo lo que se haga o suceda en un punto geográfico indeterminado se reflejará en el vecino, situación que será aprovechada por los medios de comunicación, especialmente el radiofónico, para difundirlo.

Así podemos ver que la radio local con plataforma multimedia puede convertirse en constructora de identidades si se toma en cuenta la participación de la audiencia - que es el propio sujeto - en la producción radiofónica, elemento desarrollado por Camacho (2001).

El sujeto podría demostrar también que sí puede sentirse representado con un medio como el radiofónico, que se apoya en la tecnología de punta (señal satelital, vía microonda, conexión telefónica móvil o enlace digital) para brindarle compañía, música, sonidos, información y distracción las 24 horas del día, pese a la ausencia corpórea y real del perifoneador o locutor, pues éste se encuentra al otro lado del aparato. La respuesta a una duda o inquietud formulada sobre un hecho cotidiano y actual, quizás pueda llegar a obtenerla a la velocidad de la onda hertziana, del click del ratón o la velocidad del MODEM con su correspondiente software.

Ya lo refiere Cebrián Herreros (2001) al afirmar que con la digitalización y ampliación del ancho de las redes en la radio, también llegó la capacidad interactiva y la posibilidad de un cambio en el modelo comunicativo y es la audiencia quien toma decisiones y dirige la orientación del tema escogido para desmenuzar ese día de transmisión. El usuario, así, es libre de buscar los contenidos de la programación, una vez emitidos, dónde y cuándo quiera.

Como lo sentencia Morin (2000), debemos aprender a vivir en colaboración, de creer en un estado interior y profundo, una especie de polaridad de espíritu que nos oriente en un sentido definido para toda la vida, tratando de transformar la información en conocimiento, de transformar el conocimiento en sabiduría.

Apreciaciones teóricas finales

Si Castells (1999) afirma que las sociedades están organizadas en torno a procesos humanos estructurados por relaciones de producción, experiencia y poder determinadas históricamente, la producciónse convierte en la acción de la humanidad sobre la naturaleza del fenómeno para apropiársela y transformarla en su beneficio mediante la obtención de un producto, el consumo de parte de él  y la acumulación del excedente para la inversión, según las metas estipuladas por la sociedad.

La experiencia es la acción de los sujetos humanos sobre sí mismos, determinada por la interacción de sus identidades biológicas y culturales y en relación con su entorno social y natural, que se construye en torno a la búsqueda infinita de la satisfacción de las necesidades y los deseos humanos, y el poder  es la relación entre los sujetos humanos que, basándose en la producción y la experiencia, impone el deseo de algunos sujetos sobre los otros mediante el uso potencial o real de la violencia física o simbólica. Las instituciones de la sociedad, en estos casos, se erigen para reforzar las relaciones de poder existentes en cada período histórico, incluidos los controles, límites y contratos sociales logrados en las luchas de poder.

Todo ello conlleva a que la comunicación simbólica entre los humanos, y la relación entre éstos y la naturaleza, basándose en la producción, la experiencia y el poder, se cristalice durante la historia en territorios específicos con lo que se obtienen las culturas e identidades colectivas de la mano de una sociedad sobresaturada de información.

Este hecho le resta agilidad a la toma de decisiones en las comunidades y empresas, que en casos específicos pueden presentar deficiencias en el aprendizaje tecnológico y un menos adecuado uso de la tecnología de punta para fines realmente benéficos en el seno de una comunidad glocal, donde los medios de comunicación juegan un papel relevante a la hora de medir el sentimiento público, de organizar sistemática y auténticamente a las colectividades, de comunicarse con la gente, no sólo de hablarle, porque ello implica conocer las necesidades de la gente, ser consciente de sus luchas y presentar todas las formas de comunicación con la sensibilidad que la dignidad humana exige, en el espacio y tiempo de las ciudades digitales, descritas por Mamede (2003, http://bocc.ubi.pt/pag/_texto.php3?html2=mamede-jose-arquitectura-cidades-digitais.html) como redes de información y comunicación constituidas por computadoras, líneas telefónicas y conexiones electrónicas digitales que interconectan ciudades, sectores públicos y privados, en una localidad de características sociopolíticas, económicas y culturales específicas.

Así lo refuerza el Papa Juan Pablo II, en su discurso a los especialistas  en comunicación (1987), porque el desarrollo integral del ser humano amerita la oportunidad de florecer en función de bienes físicos, intelectuales, afectivos, morales y espirituales.

Por eso, el fin único de los mass media debe canalizarse siguiendo un solo objetivo: el bien común, aprovechando todas las bondades tecnológicas con las que cuenta para forjar un grupo societal con valores, principios, y espíritu en armonía con el entornº Es hacer de la aldea global de McLuhan una acera local, donde la cultura y las comunicaciones se muestran totalmente globalizadas para el beneficio de los actores sociales que tienen su propia representación. Es saber que en esa globalización humanizada de los medios de comunicación, como lo revela Krohling (1999), las características predominantes son el pluralismo, la sintonía con las especificidades de cada realidad donde está inserta y la participación activa de las entidades no gubernamentales y sin fines de lucro. Esa será la verdadera transformación y la auténtica revolución social del siglo XXI.
 

Notas
 

[1] El texto constituye un avance de investigación del proyecto "Efecto de la TIC en el medio radiofónico venezolano", elaborado por Esther Durante como autora principal, Iris Prieto como coinvestigadora y Migdalia Pineda, Coinvestigadora auxiliar, y tutora del proyecto de tesis del Doctorado en Ciencias Sociales (convenio UCV-LUZ). Es financiado por el CONDES bajo el nº 0474-2002, adscrito al Centro Audiovisual de la Facultad de Humanidades de La Universidad del Zulia
 
[2] De "glocalismo": reducción y fusión literal de global y local. Por globalidad se entiende "la existencia de una sociedad mundial que comprende la totalidad de las relaciones sociales que no están bajo el control del Estado nacional ni determinadas a través de éstos; además tienen pluralidad sin unidad" (Moneta, Carlos. 2000. "La dimensión cultural de la globalización: una perspectiva desde los Estado - Nación". América Latina en tiempos de la globalización II. Editan  CIPOST - UNESCO y UCV. p177).
 
 
Bibliografía

ARISTÓTELES. La Política. Madrid: Alba, 1998 (1ª reimpresión).

BORZACCHINI, Chefi. Koichiro Matsuura quiere dinamizar el rol de la UNESCO: Humanizar la globalización no es un sueño: es una ambición. El Nacional, cuerpo Cultura, Caracas, Venezuela: 14 de enero 2001, p. C/16.

BRAUNER, Josef / BICKMANN, Roland La sociedad multimedia. Las futuras aplicaciones del audio-video, la informática y las telecomunicaciones. Barcelona, España: Gedisa, Barcelona, España. 1996 (1ª. Edición).

CAMACHO, Carlos. Las radios populares en la construcción de ciudadanía. Enseñanzas de la experiencia de ERBOL en Bolivia. La Paz, Bolivia: Universidad Andina Simón Bolívar Editor, 2001,  p. 198.

CASTELLS, Manuel. La Era de la Información. La Sociedad Red (Vol. 1). Economía, Sociedad y Cultura. Madrid: Siglo XXI, 1999 (1ª Edición en Español).

CEBRIÁN HERREROS, Marianº La radio en la convergencia multimedia. Barcelona, España: Gedisa, 2001 (1ª Edición).

CHARTIER, Roger. El mundo como representación. Estudios sobre historia cultural. Barcelona, España: Gedisa, 1995.

DRUCKER, Peter. La gestión en un tiempo de grandes cambios. Barcelona, España: Edhasa, 1996.

FOLLARI, Roberto. Inflexión postmoderna y calamidad neoliberal: fin de fiesta. Revista Cultura y globalización. Bogotá: Centro de Estudios Sociológicos, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, 1999.

GALINDO CÁCERES, Jesús. De la sociedad de información a la comunidad de comunicación. La Cibercultura en evolución a través de la vida social de las tecnologías de información y comunicación. Memoria en CD ROM de la ponencia presentada en el VI Congreso Latinoamericano de Investigadores de la Comunicación "Ciencias de la Comunicación y Sociedad: Un diálogo para la era digital". Bolivia, Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra: del 5 al 8 de junio de 2002.

GARCÍA, Dulce María Conformación de la identidad regional a través de la radio. Trabajo de grado de la Maestría en Ciencias de la Comunicación, mención Socio - semiótica de la Comunicación y la Cultura de La Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela: 1999, p. 203

GUZMÁN CÁRDENAS, Carlos. Constituyente y políticas culturales. Revista Comunicación # 105. Caracas, Venezuela: Centro Gumilla, 1999,  p. 12 - 25.

JOYANES, Luis. Cibersociedad: Los retos sociales ante un nuevo mundo digital.Madrid, España: McGraw - Hill / Interamericana de España, S.A.U, 1997 (1ª edición en español).

JUAN PABLO II. Deben humanizarse los medios de comunicación. Quinto Día , cuerpo Índice, Caracas, Venezuela: del 07 al 14 de julio de 2000, p. 3.

KROHLING PERUZZO, Cicilia. Medios de Comunicación Comunitarios. Revista Comunicación, Caracas, Venezuela: Centro Gumilla, 1999, p. 42-47. nº 106.

LANZ, Rigoberto. La deriva posmoderna del sujeto. Para una semiótica del poder. Caracas, Venezuela: FEPUVA - UCV, 1998 (1ª impresión).

LEAL, Luisa. El papel de los medios de comunicación en la  construcción de las representaciones sociales en torno a la inseguridad  ciudadana. Revista Espacio Abierto, Maracaibo, Venezuela: EDILUZ, 1999, Vol. 8, nº 3.

LÓPEZ VENERONI, Felipe. La ciencia de la comunicación. Método y objeto de estudio. México: Trillas, 1997 (2ª edición).

LÓPEZ VIGIL, José Ignacio. Manual urgente para radialistas apasionados. Ecuador: ALER - AMARC y otros, 2000,  p. 524.

LOSADA, Mireya. Lo social en tiempos de transición: Diálogo con Serge Moscovici en Revista SIC. Caracas, Venezuela: Centro Gumilla, 21 julio de 2000.

MAMEDE, José. Arquitectura de ciudades digitales. Notas para un abordaje comunicacional de urbanismo web. Portugal: Biblioteca on-line de ciencias de la comunicación, 23 abril de 2003. http://bocc.ubi.pt/pag/_texto.php3?html2=mamede-jose-arquitectura-cidades-digitais.html.

MARTÍN - BARBERO, Jesús. Procesos de comunicación y matrices de cultura: Itinerario para salir de la razón dualista. México: Gustavo Gili, S.A - FELAFACS, 1987 (1ª edición).

MARTÍN - BARBERO, Jesús. Cultura popular e identidad política. Entre políticos y ciudadanos. Lima, Perú: Calandria Publicaciones y Asociación de Comunicación Social, 1994, p. 20 - 35.

MARTÍN SERRANO, Manuel. La Mediación de los medios. Proyectar  la comunicación. J.Martín Barbero y Armando Silva (Compiladores). Santa Fe de Bogotá, Colombia: Instituto de Estudios sobre Culturas y Comunicación y Tercer Mundo Editores, 1997 (1ª edición).

MATO, Daniel. Sobre la fetichización de la "globalización" y las dificultades que plantea para el estudio de las transformaciones sociales contemporáneas. Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, Caracas, Venezuela: de enero a junio de 1999. p. 129-147, Vol. V, nº 1.

MONETA, Carlos Juan. La dimensión cultural de la globalización: una  perspectiva desde los Estado - nación.América Latina en Tiempos de  Globalización II, Cultura y Transformaciones Sociales. Caracas,  Venezuela: UNRDVO, Cipost y UCV,  Daniel  Mato, Ximena Agudo, Illia García Compiladores, 2000. p. 175 - 198

MONSIVÁIS, Carlos. La globalización impone un nuevo estilo de vida. II Encuentro Internacional de la Radio por una Cultura de Paz de Radio Nederland. San José, Costa Rica: Radio Nederland, del 17 al 21 de junio de 2002.www.radionederland\CulturadePaz.htm

MORENO URIBE, E.A. Rigoberto Lanz: Un país para pensar. El Mundo, cuerpo Vivir, Caracas, Venezuela, 28 julio de 2000, p. 18.

MORIN, Edgar. Una cabeza bien hecha. Brasil: Éditions du Seuil, 2000.

MUNIZ SODRÉ (1998). Reinventando la cultura. Barcelona, España: Gedisa, 1998, Colección El Mamífero Parlante, (1ª edición en español)

PINEDA, Migdalia. Los paradigmas de la comunicación, Revista Comunicación. Caracas, Venezuela: Centro Gumilla, 2000, p. 70-71, nº 112.

PRIETO, Iris. Nuevas tecnologías, globalización e información radiofónica. Trabajo para seminario titulado "Corrientes teórico - metodológicas para el estudio de las tecnologías de la información y la comunicación", del Doctorado en Ciencias Humanas de La Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela, 1998, p. 6.

SILVA, Armando. Lo público frente a lo global: Arte urbano y nuevas tecnologías. Cultura y globalización. Bogotá, Colombia: Centro de Estudios Sociales de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, 1999.

SONTAGG, Heinz y Nelly Arenas. Lo global, lo local, lo híbrido. Paris: UNESCO - Management of Social Transformations Program.Documento de Debate, 1995, p. 1-21, nº 6.

TOURAINE, Alain. ¿Cómo salir del liberalismo?.Barcelona, España: Paidós Ibérica C.A., 1999 (1ª impresión).

VAN DIJK, Teun. Ideología: Un enfoque multidisciplinario. Barcelona, España: Gedisa, 1999 (1ª edición en español)

VILLÁ, Marc. ¿Tiene límites la frontera electrónica?. Revista Venezuela Analítica, sección e - negocios, Caracas, Venezuela: 27 junio de 2000, p. 4 (http://www.revistavenezuelaanalitica)

WINOCUR, Rosalía. Ciudadanos mediáticos: La construcción de lo público en  la radio. Barcelona, España: Gedisa, 2002, serie Culturas (1ª edición).

ZAMBRANO PASQUEL, Alfonso. Medios de comunicación y estrategia de control. Revista Capítulo Criminológico, Maracaibo, Venezuela: 1989. p. 203, nº. 17.
 

© Copyright Esther Durante Rincón e Iris Prieto Ramos, 2004
© Copyright Scripta Nova, 2004

Ficha bibliográfica:

DURANTE, E. PRIETO, I. Tecnología de la información y la diversidad comunicacional cultural: perspectivas del sujeto radiofónico en la era multimedia Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2004, vol. VIII, núm. 170 (2). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-170-2.htm> [ISSN: 1138-9788]

Volver al índice de Scripta Nova número 170

Volver al índice de Scripta Nova


Menú principal