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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VIII, núm. 170 (21), 1 de agosto de 2004

LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN EN LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS MEXICANAS

Dra. Mónica Casalet Ravenna
Profesora Investigadora FLACSO-México

Mtro. Leonel González
Asistente de investigación FLACSO-México y estudiante de doctorado El Colegio de México



Las tecnologías de la información en las pequeñas y medianas empresas mexicanas (Resumen)

La presente investigación plantea una reflexión sobre el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC)[1] en las Pequeñas y Medianas empresas mexicanas (Pymes), en términos de los cambios en los procesos de producción y organización, en el entorno institucional público-privado y las ventajas de esto en la creación de capital social.

Discutimos en este trabajo, la escasa incorporación de TIC en la gestión interna y externa de las Pymes, el desequilibrio entre infraestructura en TIC y sus aplicaciones en las Pymes, así como la debilidad del desarrollo institucional como determinantes del reducido aprendizaje en el uso de las TIC para elevar y extender la competitividad de las empresas.

Los ejes básicos serán: a) Identificar el rol de las pequeñas y medianas empresas mexicanas en una estrategia hacia la competitividad aprovechando las Tecnologías de la Información y Comunicación, de manera que su impacto se refleje en la generación de ventajas competitivas para las empresas, los sistemas productivos locales y el país y; b) Analizar la efectividad de la articulación institucional público-privado para desarrollar, incorporar y adaptar nuevas tecnologías.

Palabras clave: TIC, México, empresas



Information tecnologies in small and medium Mexican companies (Abstract)

This paper discusses the importance of ICT among SME´s in terms of changes in production and organization process, the public-private institutional network and its advantages to create social capital.

Also we discuss the poor ICT incorporation into internal and external management of SME´s, the disequilibrium between ICT infrastructure and software applications and the weakness of institutional network as determinants of limited use of ICT to extend SME´s competences.

The basic axes are: a) To identify the SME´s role to improve the national competitive strategy applying ICT´s and; b) To analyze the effective articulation among public-private institutional network to incorporate, develop and adopt new technologies.

Keywords: ICT technologies, México, companies


El objetivo de esta ponencia  es presentar una reflexión sobre el rol de las Pymes en una estrategia hacia la competitividad en el marco de las profundas mutaciones tecnológicas que caracterizan el actual escenario. En la primera parte se discute el rol de las Pymes y su revalorización a partir de la emergencia de un nuevo paradigma tecnológico intensivo en información y comunicación que tiene al conocimiento como su factor clave. Se plantean en forma estilizada las principales exigencias asociadas a una nueva concepción de competitividad planteadas en las políticas públicas y aplicadas en diferentes experiencias regionales en el país. Asimismo, se discute el efecto sobre la reemergencia de las Pymes del pasaje de la competitividad individual a otra centrada en las redes y en la valorización del territorio y los sistemas locales. Finalmente, se plantean algunas reflexiones sobre el uso de las TIC en las Pymes mexicanas.

Cambio técnico y nueva visión de competitividad en México

En los noventa, hay un giro en la forma de hacer política industrial y aparece una estrategia centrada en la demanda. Esta nueva manera de hacer política estuvo influida principalmente por los organismos de financiamiento internacional. En las experiencias de diversos países (Chile, México, Argentina, Costa Rica) podemos ver la manera como se pasa de un enfoque de política centralizado a un enfoque más descentralizado basado en los agentes locales en el marco de una fuerte interacción con instituciones centrales.

Lo anterior, significó una ruptura del modelo lineal de la innovación, porque plantea el pasar de una competitividad individual hacia una visión  donde la construcción de redes de cooperación, se convierte en la forma de organización ideal para adquirir conocimientos. Esto a su vez, permite abrir espacio a nuevos aspectos que articulan la discusión: En primer lugar, permite plantear que las ventajas competitivas no son heredadas, sino que se pueden crear y también perder. Además, los flujos tangibles e intangibles de conocimientos e información entre las empresas  y otros agentes  se vuelven fundamentales en la construcción del espacio público.

La competitividad, por ende, se convierte en un concepto más complejo, porque se produce un profundo cambio de enfoque. La competitividad deja de ser pensada como la resultante de ventajas comparadas estáticas y/o de la dotación factorial que tiene un país y como un fenómeno exclusivamente asociado a los comportamientos individuales de los agentes, para pasar a una concepción que involucra fundamentalmente territorios y redes de empresas (Casalet, 2000, Poma 2000, Yoguel 2000). Esta resignificación del territorio y de los sistemas locales y redes queda explicada por un enfoque que otorga un carácter sistémico a la competitividad y por la naturaleza interactiva de la innovación que está en el centro de las ventajas competitivas dinámicas.

Por otro lado, la experiencia de los distritos industriales en algunas regiones de Alemania y España ofreció elementos para plantearse una nueva conceptualización de las Pymes en México. De manera que la experiencia internacional señaló la existencia de una fuerte vinculación entre la intensificación de la competencia en el mercado y las necesidades de entrenamiento continuo, debido a que la capacidad de aprender de las organizaciones constituye un factor clave en la competitividad de los agentes. Sin embargo, este proceso de entrenamiento no se limita a la capacitación formal, sino que involucra procesos informales que se desarrollan a partir de: (i) la resolución de problemas en el puesto de trabajo; (ii) las relaciones interpersonales y; (iii) la cooperación y formación de redes internas de la empresa.

En este sentido, con el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994,  se aceleró la realización de un conjunto de reformas radicales que venían dándose desde la década de los 80 en México, con el fin de romper con el sendero de industrialización por sustitución de importaciones, dada su escasa capacidad para desarrollar ventajas comparativas dinámicas y la dificultad para consolidar áreas claves, en el marco de desequilibrios macroeconómicos. Así, las políticas planteadas en el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994 buscaron cubrir múltiples cambios en la organización productiva e institucional y transformar sustancialmente las condiciones macroeconómicas y de operación de las empresas.

Posteriormente, el Plan Nacional de Desarrollo 1995/2000 consagró la vocación exportadora de las empresas y la necesidad de articular agrupamientos productivos para sostener el desarrollo integral de las regiones. Aunque el inicio de esa administración estuvo marcado por una severa crisis financiera y una quiebra del sistema bancario local. Estas políticas públicas abrieron un espacio de sensibilización sobre la innovación y lograron la reemergencia de las Pymes y la creación de un mercado de servicios para apoyar las nuevas responsabilidades.

Características que asume la reemergencia de las Pymes

La reemergencia de las Pymes asumió múltiples características, muy ligadas al patrón de especialización productiva en los diferentes países latinoamericanos, caracterizado por bienes pocos diferenciados o intensivos en conocimiento y tecnología.

Por estos motivos, en América Latina las respuestas de las Pymes frente al nuevo escenario productivo han sido fuertemente heterogéneas y en ese marco han predominado las conductas defensivas (firmas de reducida internacionalización, escasa capacidad de generar procesos de aprendizaje, poco integradas a redes y a sistemas territoriales). Esta heterogeneidad estructural se profundiza debido al patrón de especialización centrado en commodities, bienes intensivos en recursos naturales con escasas transformaciones y maquila que prevalece en la región y que se acentúa en los noventas (Cimoli, 2002; Perez y Stumpo 2001). Sin embargo, la importancia de las Pymes dedicadas a actividades de baja productividad es latente, si consideramos que estas absorbieron siete de cada diez trabajadores durante la etapa de expansión que culminó con la crisis asiática (Ocampo 2001).  Por el contrario, el grupo con conductas más ofensivas (de elevada capacidad tecnológica e innovativa, internacionalizadas, integradas a redes, con capacidad de generar y absorber conocimiento)  tiende a ser minoritario.

Esta situación contrasta con el rol que tienen las Pymes en los países desarrollados y la implementación de las políticas de tipo sistémicas centradas en el aumento de su complejidad, su internacionalización y sus posibilidades de generar procesos de aprendizaje en el marco de pertenencia a redes y a sistemas territoriales. Por lo tanto, el mayor peso de las Pymes en los países desarrollados viene acompañado de sociedades más equitativas, con mayor integración social y con fuerte desarrollo de lo que se denomina espacio público, que emerge como un nuevo concepto conformado por el conjunto de agentes e instituciones privados y estatales y sus interrelaciones. Al decir de Ocampo (2001), “el ámbito de lo público debe concebirse como el punto de encuentro de los intereses colectivos más que como un sinónimo de las actividades del estado”.

En suma, los perfiles de especialización productiva de América Latina y de los países desarrollados han sido –en la mayoría de los casos- fuertemente divergentes en los 90. Mientras en América Latina se ha profundizado el perfil intensivo en maquila, recursos naturales y commodities con escasos encadenamientos hacia atrás luego de las reformas estructurales; en los países desarrollados la especialización ha sido crecientemente en bienes diferenciados intensivos en conocimiento y tecnología.

Esto se ha manifestado además en fuertes diferencias en las tasas de crecimiento, en un agravamiento de las condiciones distributivas previas (tendencias a acentuar la dualización; fuertes diferencias salariales) y en fuertes diferencias en términos de la complejidad y el grado de vulnerabilidad de las estructuras productivas que se han ido generando. Así, en América Latina, se tienden a generar estructuras productivas que debido a la reducida presencia del factor clave del nuevo paradigma tecnológico (el conocimiento) se caracterizan por su escasa complejidad y su elevada vulnerabilidad.
Como consecuencia,  existe una marcada debilidad en: (i) la generación de competencias técnicas en empresas e instituciones; (ii) en los encadenamientos hacia delante y hacia atrás de las principales redes y; (iii) tendencias a la fragmentación de los sistemas territoriales. Lo cual se traduce principalmente, en una reducida tasa de creación de firmas en el marco de una marcada inestabilidad, una elevada tasa de mortalidad de las empresas y en un nivel de capacidad empresarial significativamente menor al desarrollado en el sudeste asiático.

En este contexto es que con las políticas públicas se manifiesta un creciente interés por cambiar las conductas defensivas, de las empresas que se caracterizan por tener una reducida internacionalización, escasa capacidad de generar procesos de aprendizaje, poco integradas a redes y a los sistemas territoriales. Dicho cambio se ha buscado de diferentes maneras:
 

    En unos casos se ha intentado acentuar la interacción de las Pymes con las grandes empresas (programa de desarrollo de proveedores en las regiones vinculadas con la maquila de exportación).
    Otras veces se buscó el asociacionismo entre Pymes (para la adquisición de equipos, comercialización de productos).
    Pero, también se trató de fomentar la creación de agrupamientos locales en los sectores de electrónica, automotriz, agroindustria y textil.
Puede decirse entonces, que la construcción de competencias bajo los nuevos parámetros se orientó a mejorar los procesos internos de aprendizaje, organización de calidad, selección de proveedores, certificación, capacitación a los empresarios. Pero además, se trató de paliar la dificultad para adaptar e incorporar los nuevos conocimientos técnicos en los procesos de producción y a eliminar la discontinuidad y la falta de evaluación de los problemas relacionados con la gestión, la capacitación, la adquisición de tecnología y el crédito.

En forma complementaria, los procesos externos se dirigieron a provocar la interacción productiva con otros agentes e instituciones (falta de eslabonamientos hacia delante y hacia atrás), debido a la baja importancia que tienen en la experiencia mexicana los sistemas locales virtuosos (fuerte generación y circulación de conocimiento, importancia de las redes, la fortaleza de las instituciones y el predominio del espacio público). Es decir, se buscó generar una asociación positiva entre el desarrollo de los procesos de aprendizaje y el tamaño de las firmas, eliminando por lo tanto, las limitaciones a la participación de las Pymes.

Por otro lado, la debilidad del desarrollo institucional y de su sendero evolutivo constituye un elemento determinante del nivel del reducido aprendizaje alcanzado por las empresas. Porque esto restringe las posibilidades del espacio público para impulsar los factores que posibilitan procesos de desarrollo endógeno, la circulación del conocimiento (codificado y tácito) a partir de prácticas formales e informales de cooperación y el desarrollo de competencias. Así, en los ambientes en los que este desarrollo institucional es limitado, los factores microeconómicos tienden a prevalecer sobre el entorno en el desarrollo de las competencias de los agentes, limitando notablemente el número de agentes que hacen importantes los procesos de aprendizaje.

En esta forma, las nuevas políticas industriales se orientaron hacia la investigación aplicada y asociada con el sector privado, para responder a la  desconexión existente entre las políticas para la industria y el sistema local y los limitados esfuerzos que se efectúan para aumentar los umbrales de competencias tecnológicas de las empresas. Asimismo, en los casos locales virtuosos en los que se generan externalidades, su aprovechamiento requiere ciertas competencias mínimas sin las cuales es imposible complementar los conocimientos faltantes, disminuir las incertidumbres dinámicas, potenciar los procesos de aprendizaje y contrarrestar las debilidades de la cultura organizacional. Este umbral “mínimo” va aumentando al superar los ambientes con externalidades negativas que son los predominantes en la región. Las heterogeneidades de los ambientes y por lo tanto, los desiguales umbrales mínimos necesarios para participar en el proceso de generación de conocimiento dificultan un desarrollo sistémico de las competencias empresariales.

Como una respuesta a lo anterior es que se vuelve necesaria la creación de un entramado institucional estatal/privado para atender las nuevas necesidades. En la medida que, el menor desarrollo institucional aumenta los umbrales mínimos necesarios para acceder a la oferta de servicios tecnológicos, lo que aumenta a su vez la heterogeneidad estructural. Dicho de otro modo, se buscó desarrollar redes entre Pymes y entre estas con otros agentes del entorno productivo tales como los centros de investigación.

Potencial de las Pymes para la utilización de las TIC

La aparición de las tecnologías de la información y comunicación y su impacto en el desempeño de las grandes empresas transnacionales, inspiraron desde un principio un optimismo en cuanto al tipo de cambios que se podían generar en las formas de organización de los procesos de producción y en las posibles ventajas que esto significaría para la industria mexicana. Fue un optimismo ingenuo, porque se hizo una lectura equivocada del proceso de implementación de la tecnología abstrayéndolo del contexto socioeconómico en el que se encontraban insertas las empresas nacionales, del tamaño de las empresas donde aparecieron las TIC y de su proceso de implementación.

El origen de esta estrategia de integración del aparato productivo en las redes globales con base en la adopción de la tecnología, parece partir de una visión que considera como requisito único alcanzar niveles de infraestructura en Tecnologías de la información y Comunicación (conectividad) semejantes a los de los países tecnológicamente desarrollados. Más aún, para que las diferencias con respecto a estos países no se amplíen, organismos como la CEPAL (2002) recomiendan hacer esfuerzos adicionales orientados a evitar que el ciclo económico determine la inversión en infraestructura y capacidades tecnológicas y ocasione la obsolescencia o el rezago en este campo de rápido cambio global.

En cierto modo diferimos del argumento anterior, puesto que este trabajo plantea que aunque la disposición de infraestructura en TIC dentro de las Pymes hace suponer cierto éxito, este primer paso de digitalización de los flujos de información y la comunicación en las diferentes áreas y procesos, no garantiza la capacidad de resolución de las necesidades que enfrentan las Pymes, esencialmente, porque estas son sistemas productivos caracterizados por su forma de articular a los actores y las funciones productivas, donde el propietario o patrón ejercen las funciones que les interesan y ubican a personas de confianza en los demás puestos de trabajo (Ruffier, 1998).

El siguiente paso en el uso de las TIC, es el que permite ver el desempeño actual y futuro de la empresa con base en la presencia o no de canales para hacer llegar la información a todas las áreas. Es decir, se expresa en términos de la capacidad de las Pymes para el aprovechamiento de la información y de la construcción de redes que contribuyen a la competitividad de la empresa. Desgraciadamente, entre ambos niveles surge una línea que divide a las pequeñas y medianas empresas que tienen la posibilidad de beneficiarse de las TIC con las que aún son incapaces de hacerlo. Estas diferencias entre las Pymes pueden evaluarse de acuerdo a tres criterios:

1)      La infraestructura en TIC disponible que puede dar una medida cuantitativa del acceso a estas tecnologías, en el Cuadro 1, presentamos algunos datos estadísticos sobre el tamaño del mercado mexicano de las TIC. Pero, con este criterio de infraestructura, queremos referirnos básicamente a las restricciones en el equipamiento y empleo de las TIC en las Pymes. Los datos presentados en los Cuadros 2 y 3,  son significativos para el país si tomamos en cuenta que las pequeñas y medianas empresas representan un porcentaje importante del total de establecimientos y dentro del total nacional los sectores de comercio y servicios concentran al 85.4 por ciento de los establecimiento (INEGI, 1998) y nos hace recordar primeramente, los altos precios del hardware como un obstáculo en América Latina y el Caribe para acceder a la tecnología (Hilbert y Katz, 2002; Frattasio, 2003). Otros obstáculos se encuentran en la infraestructura disponible y el costo de los servicios de telecomunicaciones. No obstante que para este tipo de problemas, existen diferentes soluciones tecnológicas, en el sector de las Pymes se demandan las aplicaciones más sencillas y de bajo costo (Cruz, 2004).
 
 

Cuadro 1
Mercado mexicano de las tecnologías de la información y comunicación 1998-2003 en millones de dólares
Concepto  Total  Tecnologías de la Información 
Total  Equipo  Software  Servicios 
1998  16 009.0  4 170.0  2 377.0  493.7  1 298.9 
1999  19 598.9  4 663.5  2 513.3  521.7  1 628.5 
2000  22 219.0  5 716.0  3 328.0  608  1 780.0 
2001 P 24 625.0  5 929.0  3 444.0  632  1 853.0 
2002  26 929.0  6 186.0  3 600.0  631  1 955.0 
2003  29 433.0  6 510.0  3 773.0  637  2 100.0 
Fuente: Estadísticas sobre tecnología de la información y comunicación 2003, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, México.
 
 
Cuadro 2
Estructura porcentual de los establecimientos por tamaño y equipamiento informático, 1998
  Total  Grandes  Medianos  Pequeños 
Con equipamiento  30.9  96.1  62.3  27.9 
Sin equipamiento  69.1  3.9  32.7  72.1 
Fuente: Encuesta nacional sobre la conversión informática año 2000 en el sector privado no financiero, 1998, INEGI, México.
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Cuadro 3
Proporción de establecimientos con equipo informático por sector de actividad económica y tamaño, 1998
  Grandes  medianos  Pequeños 
Manufacturas  99.10  98.90  61.90 
Comercio  96.10  69.00  23.60 
Servicios  94.60  63.50  21.10 
Construcción  99.60  98.30  96.50 
Agroindustria  100.00  99.00  86.90 
Fuente: Encuesta nacional sobre la conversión informática año 2000 en el sector privado no financiero, 1998, INEGI, México.


2) El segundo criterio se relaciona con la calidad de los servicios genéricos en lo relativo a aplicaciones de software o funcionalidad de los programas empleados. Por ejemplo, un obstáculo para que las Pymes se integren completamente en las cadenas digitales locales e internacionales de proveeduría proviene de la multitud de estándares de las diferentes plataformas de comercio en línea. En este punto, el debate se establece entre estándares abiertos o cerrados y la solución se ofrece en términos de las estrategias empresariales, las cuales condicionan la demanda de TIC enfocándose en la reducción de sus costos de operación y el incremento de su productividad. Es decir, la administración buscará las soluciones más rentables y flexibles que estén diseñadas para solucionar los problemas específicos del negocio, pero que le permitan a la vez tomar un camino rápido hacia la digitalización de sus procesos y mejorar la relación costo-efectividad.

3) El último criterio y quizás el que verdaderamente está en manos de las Pymes tiene que ver con la capacidad de gestión de las Pymes para el empleo de los recursos en TIC y con la percepción de un riesgo al introducir tecnología que remita a conocimientos y habilidades no disponibles en la empresa (Ruffier, 1998). Es decir, la administración de la empresa puede considerar como la mejor estrategia no adoptar tecnologías que le impliquen enfrentar áreas de conocimiento desconocidas. Pero, sí decide introducir nueva tecnología, entonces, las Pymes deben enfrentar la escasez de recursos humanos para el manejo y desarrollo de TIC.

La superación de este obstáculo incluye el diseño de un modelo sobre las competencias básicas que deben poseer los técnicos del área de informática y los usuarios de TIC a fin de lograr un uso adecuado de los recursos. De lo contrario, una subutilización de las TIC, es un indicador de ineficiencia, porque muestra como la empresa es incapaz de usar al máximo sus propios recursos. Según Greenan (2003) el rol jugado por los cambios organizacionales y el aprendizaje de los trabajadores son esenciales para obtener mayores beneficios en el momento que la empresa hace inversiones en TIC. La misma autora advierte que para lograr un impacto relevante de dicha inversión, se debe considerar la posibilidad de tener que realizar cambios en la conducta organizacional de la empresa. Las TIC por sí mismas no son capaces de modificar completamente la competitividad de las Pymes, para ello se requiere una estrategia que considere al mismo tiempo decisiones con respecto a la tecnología, la organización y las habilidades del personal.

No obstante que los comentarios de Greenan (2003) nos hacen ver que una estrategia de asistencia tecnológica para las Pymes es indispensable y por lo tanto debe ser un tema de mediano plazo de los gobiernos nacionales (Hilbert y Katz, 2002), la interpretación del problema puede seguir dos caminos: Puede pensarse que el problema del uso de TIC se reduce a adquirir los conocimientos necesarios, es decir, se trata de un problema de los niveles de formación. Otro camino puede ser una interpretación más amplia, que considere la necesidad de construir un entorno socio-institucional donde se introduzcan nuevos modelos institucionales de apoyo y que a partir de dicho entorno sea posible construir lazos asociativos de capacitación para que las Pymes tengan condiciones tecnológicas más favorables y puedan acceder a nuevos mercados (Casalet, 2004).

La articulación institucional pública-privada en la incorporación de las TIC en las Pymes

Este apartado, tiene como objetivo definir ¿Qué aspectos del proceso de desarrollo, incorporación y adaptación de las TIC puede cubrir la articulación institucional público-privada para la consolidación de las TIC en las Pymes mexicanas? Y ¿Cuál es el nivel de efectividad en la articulación institucional público-privada que debemos esperar?

Articular una estrategia para consolidar el uso de las TIC en las Pymes mexicanas, es una actividad que debe orientarse más bien a potenciar la productividad de las empresas antes que fijar la vista en incentivar la demanda de las TIC como un fin per se. De manera que el despliegue de políticas, arreglos institucionales y los nuevos diseños organizacionales esten dirigidos a mejorar la eficiencia, fomentar el intercambio de información y promover las relaciones de cooperación entre el sector público y las Pymes (Stiglitz, 1996).

En este sentido, la modernización del proceso productivo y organizacional de las Pymes puede no ser suficiente para mejorar la eficiencia de la misma, por lo tanto, la acción articuladora de asociaciones empresariales e instituciones de apoyo pueden ayudar a consolidar el uso de las TIC como un elemento principal en las estrategias de cambio organizacional de las Pymes. Lo anterior significa que, el uso de las TIC debe verse como complemento de una estrategia cuyo beneficio potencial se encuentra en permitir el acceso de manera más rápida a la información sobre clientes y proveedores, mejorar el conocimiento sobre la empresa, focalizar recursos, mayor control de los flujos financieros y de mercancías, disminuir asimetrías entre las áreas de la empresa o tomar decisiones más informadas.

Un planteamiento como el anterior implica suponer que la capacidad de innovación que no siempre está presente en las Pymes, debido principalmente al carácter multidimensional de la misma, pueda alcanzarse con el respaldo de un entorno socio-institucional que pretende se utilicen las externalidades que se han ido creando por la acción pública y privada (Casalet, 2001). En este trabajo, también proponemos que el nivel de efectividad de la articulación público-privada será mayor en la medida que la formulación de los lineamientos básicos de una política de articulación se haga a partir de las funciones que pueden cumplir las TIC dentro de las PyME. En resumen, dicha construcción debe orientarse a paliar la dificultad para adaptar e incorporar los nuevos conocimientos técnicos y eliminar la discontinuidad y falta de evaluación de los problemas relacionados con la gestión, la capacitación y la adquisición de tecnología.

El proceso de implementación de TIC que considera las funciones que pueden cumplir, debe orientarse entonces, a llegar hasta los procesos de innovación, para reorientar las condiciones existentes en las Pymes mexicanas y eliminar lo que Ruffier (1998) denomina despilfarros en infraestructura, know how, saberes genéricos y vidas. Para esto, es necesario preguntarse si existe una visión y áreas de prioridad definidas. Es decir, habría que entender la importancia de la implementación de las TIC por ejemplo, a partir de su utilidad para procesar y aprovechar mayores cantidades de información en la medida que permitan ser más sensibles a las necesidades y opiniones del cliente o de forma más amplia a mejorar la productividad de la empresa.
 

 Cuadro 4
Funciones que cumplen las TIC
Información  Manejo y disponibilidad de la información de la empresa 
Interacción  Intercambio de información, plantear cuestionamientos y recibir respuestas 
Transacción  Permitir intercambios con clientes, proveedores, instituciones financieras y el gobierno. 
Integración  Vincular rutinas organizacionales entre áreas o sucursales, con clientes y proveedores 
Innovación  Nuevos métodos para organizar la empresa, realizar operaciones, agilizar procesos, reducir tiempos 
Fuente: Elaboración propia con base en Frattasio (2003).


En el cuadro 4, se muestran las funciones que pueden cumplir las TIC dentro de una empresa. Sin embargo, todas ellas deben verse como parte de un proceso continuo, puesto que considerarlas dentro de un esquema de separación, implica generar interrupciones en la cadena de información y se convierte en un sistema poco apto para hacer frente a nuevos desafios (Ruffier, 1998). Esto significa que una ruptura en esta cadena de funciones representa una destrucción de las redes de conocimiento y un freno a la capacidad innovadora de las empresas, al estar limitando el flujo de conocimientos y su aplicación hasta la última fase que representaría la generación de nuevo conocimiento y valor agregado.

Las primeras tres funciones que aparecen en el cuadro 4, son consideradas como la vía para ofrecer un nuevo canal de servicios en las empresas pero, están asociadas a la puesta “on line” de las rutinas actuales de la empresa (conectividad). Sin embargo, en algunas empresas es posible encontrar aplicaciones informáticas que por sí mismas no responden a sus necesidades, por lo cual, aunque es tarea de la propia organización identificar las áreas susceptibles de digitalizar y donde es posible encontrar o crear un valor agregado. La articulación con el sector público es indispensable, pues en ocasiones, no se toma en cuenta que la digitalización de un proceso puede exigir la digitalización de otro. Por ejemplo, la construcción de una página web debe acompañarse con la disponibilidad de la facturación electrónica, lo cual implica la existencia de una legislación e infraestructura que debe resolver el Estado y que las instituciones de apoyo pueden agilizar. Esta articulación significa entonces que, la identificación de obstáculos institucionales y los vínculos intersectoriales son una parte fundamental del desarrollo (Casalet, 2004).

En el mismo sentido, las funciones de integración e innovación presentadas en el Cuadro 4, ofrecen la posibilidad de crear nuevas rutinas, servicios o productos. Además, entre las necesidades de las PyME que pueden ser cubiertas con la integración se encuentran: La reducción de costos, la integración de áreas, la seguridad en el acceso, y la oferta de servicios a través de la web. Los elementos disponibles para lograr la integración mediante las TIC son: Colaboración electrónica, CRM, EAS, e-commerce, e-marketplace, e-procurement, SCM, e-sourcing, wireless, PLM, SCM, etc.  A partir de estas funciones, se puede lograr una articulación orientada a lograr un intercambio acertado de conocimientos pertinentes entre las empresas y provocar la interacción productiva con otros agentes e instituciones (construir eslabonamientos productivos hacia adelante y hacia atrás) hasta lograr desarrollar redes entre Pymes y entre éstas con otro tipo de instituciones.

Aunque el cuadro 4, nos ofrece una idea más o menos clara de las funciones que cumplen las TIC, con el Cuadro 5, podemos ver como al establecerse la articulación de las Pymes con el entorno socio-institucional, las TIC hacen viable la digitalización de algunas tareas y los posibles beneficios de realizar estas actividades bajo un proceso digital. Los apoyos a las PyME para identificar y aclarar sus necesidades y eliminar los obstáculos para el acceso a las TIC de manera efectiva deben partir desde las propias aspiraciones y objetivos de las Pymes, pero para lograr esto, los cuadros 4 y 5, pueden ser un apoyo práctico.

Esto es importante, porque la posibilidad de realizar actividades conjuntas garantiza que las Pymes se interesen por adoptar proyectos tecnológicos compatibles con servicios y aplicaciones futuras. Sin embargo, las innovaciones a partir del uso de TIC se podrán observar cuando la implementación combine un enfoque “bottom up” con un diseño de participación (Gómez y Casadiego, 2002).
 

 
Cuadro 5
Áreas y tareas digitalizables en las Pymes
Articulación de 
la empresa con: 
Tareas 
Digitalizables 
Beneficios 
Clientes  Gestión de pedidos 
Facturación 
Control de clientes 
Historial de pedidos 
Información sobre productos disponibles 
Localización de clientes potenciales 
Más canales de comunicación 
Menores costos de transacción 
Ampliar horario de atención 
Mayor gestión 
Reducción costos de factoraje 
Compartir información 
Interacción constante 
Estado de las operaciones en tiempo real 
Mejor gestión de inventarios 
Entre áreas o 
Departamentos 
Comunicación entre áreas 
Seguimiento del ciclo de producción 
Área de diseño 
Planeación de producción 
Control de inventarios 
Gestión del mantenimiento de maquinaria y equipo 
Reportes del personal 
Control de calidad 
Contabilidad 
Nómina 
Mayor fluidez de la información 
Contacto permanente 
Reducir costos de transacción 
Mayor uso de la base de conocimientos 
Estado de las operaciones en tiempo real 
Proveedores  Gestión de pedidos 
Facturación 
Control de proveedores 
Historial de pedidos 
Información sobre productos disponibles 
Localización de nuevos proveedores 
Más canales de comunicación 
Menores costos de transacción 
Horario de atención 
Mayor gestión 
Reducción costos de factoraje 
Compartir información 
Interacción constante 
Estado de las operaciones en tiempo real 
Mejor gestión de inventarios 
Sector financiero  Postulación a créditos 
Transferencias 
Manejo de capital 
Localizar mejores formas de financiamiento 
Gobierno  Ventanilla única 
Programas de apoyo 
Asesorías 
Regulaciones sobre el sector 
Impuestos 
Información sobre trámites 
Ventanas de oportunidades 
Atención más rápida 
Información sobre trámites 
Fuente: Elaboración propia con base en Frattasio (2003).


Conclusiones. Las TIC en las Pymes mexicanas: Hacia la empresa “On demand”.

Hemos dicho anteriormente que con el surgimiento de las nuevas tecnologías, la conectividad de las empresas fue vista como un fin mismo y no como una herramienta que ayudaba a encontrar soluciones concretas a las necesidades y problemas de las empresas, se pensaba que la sola adopción de estas tecnologías antes que los competidores proporcionaba una ventaja competitiva (Carr, 2003). No obstante que la primera oportunidad que ofrecen las TIC es la posibilidad de estar en contacto con el resto del mundo, pero esto sólo tiene sentido si puede convertirse en resultados concretos e inmediatos para las empresas. “Al final, lo importante no es la conectividad sino como se usa” (Gómez y Casadiego, 2002).

En una segunda etapa, algunas empresas percibieron la necesidad de integrar el conjunto de aplicaciones que poseían. El punto es que el uso de las TIC para mejorar el desempeño de las Pymes, no es sólo una cuestión de tecnología y hardware sino de relaciones entre las personas que forman una empresa y del entorno en el que se encuentra la misma. Más importante todavía es desarrollar la capacidad de apropiarse de las tecnologías y convertirlas en herramientas que les ayuden a encontrar soluciones a problemas concretos (Gómez y Casadiego, 2002). Es decir, la conectividad a través de TIC sólo ayuda a tener una vía con la cual escapar de la realidad, pero no tiene ninguna relación con la capacidad de potenciar el desempeño del sector productivo, sino se está dentro de una red de intercambios.

La etapa más reciente en cuanto a las posibilidades ofrecidas por las TIC es la llamada “On demand”. El argumento central de esta nueva etapa dice que no es suficiente con lograr el acceso a las TIC, lo más importante es fortalecer las capacidades de las Pymes para potenciar al máximo su utilización. Por lo tanto, las necesidades de las Pymes que pueden ser cubiertas por el enfoque “On demand” son: Mejorar el retorno de la inversión, agilizar la toma de decisiones, outsourcing, o reducir el riesgo operativo.

Ventajas y desventajas que se desprenden de este nuevo proceso

¿En qué se avanza con la articulación de instituciones?: En primer lugar, esto permite que haya un transito de una visión global y nacional a otra especifica de los agentes y a darle importancia al espacio geográfico donde actúan; además, se crea un espacio público conceptualizado a partir de la interacción estatal-privada y; por último, se pasa de un enfoque basado en la oferta de apoyo público a otro que da más énfasis a la entorno productivo de las empresas y a satisfacer sus demandas.

A continuación, se enlistan una serie de desventajas que aún se observan.
1.      La debilidad del desarrollo institucional persiste y su sendero evolutivo constituye un elemento determinante del reducido aprendizaje alcanzado por las empresas.
2.      En adición, el espacio público no impulsa selectivamente los factores que posibilitan procesos de desarrollo, la respuesta a las necesidades locales de la producción sigue siendo escasa.
3.      También, sigue siendo débil la participación en redes empresariales.
4.      Escasa incorporación de TIC en la gestión interna y externa de las Pymes.
5.      Faltan eslabonamientos hacia adelante y hacia atrás de las principales redes productivas.
6.      La proliferación de una oferta de servicios de capacitación y consultoría poco discriminada y concentrada en algunas regiones.
7.      Debilidad de articulación efectiva entre el sistema científico y el mundo empresarial.
8.      Los cambios políticos aún afectan el énfasis de los programas de fomento productivo.

En resumen, el balance entre la capacidad para intercambiar información con otras empresas y la posibilidad de mejorar el desempeño de las Pymes se encuentra en la capacidad de enraizar fuertemente el uso de las TIC en la realidad de las empresas y su cultura organizacional. Si las TIC se encuentran ancladas en las rutinas de interacción de las Pymes se pueden lograr dinámicas de generación de ideas, experiencias y procesos que lleven a descubrir oportunidades en nuevos nichos de mercado, servicios o productos.

Finalmente, el éxito de las políticas y programas para fomentar el uso de TIC no debe medirse por el número de empresas equipadas con computadoras o conectadas a internet, lo importante se observa cuando las empresas mejoran su competitividad a través de las oportunidades que ofrecen las TIC, cuando su productividad se incrementa y cuando el bienestar de los trabajadores se potencia a través de la apropiación de las TIC. Es necesario tomar en cuenta las diferencias que existen en el sector productivo y de las interrelaciones entre Pymes al momento de proponer estrategias para la difusión de TIC.
 

Notas

[1] Para efectos de este trabajo las TIC incluyen las telecomunicaciones, la informática (hardware y software) y la convergencia de ambas.

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© Copyright Mónica Casalet y Leonel González, 2004
© Copyright Scripta Nova, 2004

Ficha bibliográfica:

CASALET, M. GONZÁLEZ, L. Las tecnologías de la información en las pequeñas y medianas empresas mexicanas.Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2004, vol. VIII, núm. 170 (21). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-170-21.htm> [ISSN: 1138-9788]

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