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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. VIII, núm. 170 (34), 1 de agosto de 2004

NUEVAS TECNOLOGÍAS Y RENOVACIÓN URBANA: LUCES Y SOMBRAS DEL DISTRITO 22@BARCELONA

Jordi Boixader Solé

Doctorando en Geografía, Universidad de Barcelona

Nuevas tecnologías y renovación urbana: luces y sombras del distrito 22@Barcelona (Resumen)

El distrito 22@barcelona es una propuesta de urbanismo flexible e integradora de diversos usos que pretende la reconversión de un antiguo barrio industrial y posicionar la metrópolis en el mercado mundial de ciudades. Persigue un modelo de ciudad más densa, compacta y equilibrada a través de la plurifuncionalidad y la búsqueda de la incorporación tecnológica, pero al mismo tiempo contribuye a la homogeneización social, con una intensa cualificación del suelo.

Se sitúa el proyecto 22@ en el contexto posfordista de desarrollo para analizar el encaje del mismo a escala de la región metropolitana. Se discute el potencial de las nuevas tecnologías en los procesos de renovación urbana, el alcance de la refuncionalización como parte fundamental de la política urbana y la acción de los agentes locales.

Palabras clave: renovación urbana, nuevas tecnologías, dualización metropolitana, Barcelona


New technologies and urban restructuration: the 22@Barcelona district (Abstract)

22@ district it is a flexible and integrating urban proposal of diverse uses. The main item is the reconversion of an old industrial district into a metropolis in the worldwide market of cities. Is modelled on a denser, more compact and balanced city based on multifunctionality and incorporation of technology, while at the same time contributing to social homogenization, with intense ground assignation.
The 22@ project is located in the postfordist development context in order to analyse its integration in the metropolitan region. The potential of new technologies in the proceses of urban regeneration is questioned as well as the extent of refunctionalisation and action of local agents.
Key words : urban renovation, new techologies, urban dualization, Barcelona


Introducción
 
La crisis del modelo fordista de acumulación presenta en el barrio barcelonés del Poblenou una rica lectura por sufrir en primer plano las consecuencias del ajuste productivo y por ser objeto, recientemente, de una intensa renovación que afecta no sóloa los planos funcional y morfológico sino también al simbólico.
 
Las últimas décadas han sido de discontinuidades profundas. El de posfordismo es un término que a partir de los ochenta encabeza una nueva gramática que pretende dar cuenta de la substitución del modelo imperante de desarrollo económico y de la mutación en el modo de regulación social. Con todo el término no pone en cuestión la continuidad del sistema capitalista sino que en muchos aspectos representa simplemente una intensificación.
La salida de la crisis del régimen fordista implica nuevas soluciones espaciotemporales y pone en juego una multiplicidad de instancias, niveles y escalas.
Después de la larga crisis económica, social y urbanística, y en un proceso que dista de ser homogéneo, se hablará paulatinamente de un renacimiento de las ciudades el cual se sustentará en dos procesos relacionados: la erosión de la soberanía de los estados, por el desgaste provocado por los procesos simultáneos de globalización y localización, y la reestructuración de la economía industrial (Held, 1995, Veltz, 1999).
Desde el punto de vista territorial Harvey (1989) ha puesto de relieve que en la transición del fordismo al posfordismo el territorio aumenta su influencia y peso específico en los ámbitos económico, social, político y cultural, en contraste a la compresión y suavización de las barreras espaciotemporales. Debemos partir de considerar que como sostienen Nogué y Vicente (2001) para la globalización los lugares son los puntos de materialización. En tal caso, si el territorio es el principal receptor de los efectos de la globalización, también se configura como el principal emisor de respuestas a los retos que plantea (Brugué, Gomà i Subirats, 2002).
Se produce un abandono de la tradicional imagen del territorio zona en beneficio del territorio red, más complejo que el anterior. Como ha escrito J.-E. Sánchez (1998: 61) "la relaciones del individuo con el territorio y la organización socioterritorial evolucionan de la zona a la red, con un papel particularmente importante de la ciudad como nudo".

Finalmente tenemos que hablar del incremento del papel de las metrópolis como lugar de acumulación en un proceso que se caracteriza por la concentración, la jerarquización y la importancia de los flujos relacionales entre éstas.

Ahora bien, solamente atendiendo a la creciente competitividad posfordista podemos conceptuar de forma clara el proceso de transformación del Poblenou. En efecto,la mundialización de la economía ha ampliado el ámbito de la competencia y la reestructuración socioeconómica ha introducido nuevos procesos competitivos (Precedo, 1996). Para M. Santos (2000:57) "la necesidad de competir es, además, legitimada por una ideología ampliamente aceptada y difundida, en la medida en que la desobediencia a sus reglas implica perder posiciones e, incluso, desaparecer del escenario económico".

El mercado actual de ciudades se caracteriza por el crecimiento de la oferta urbana para localizaciones y por una demanda cualitativa que dibuja por si sola un mercado selectivo. El encuentro de oferta y demanda se produce en un contexto cada vez más abierto y competitivo lo cual se explica tanto por las nuevas condiciones de carácter político, macroeconómico o geográfico como a partir de comportamientos nuevos, derivados de la mundialización que se refieren sobretodo a los agentes económicos y a las propias ciudades (Precedo, 1996).

En suma, solamente desde la intensificación de la competencia y la acumulación flexible podemos entender las transformaciones recientes del espacio urbano de Barcelona. La renovación del Poblenou parte de esa necesidad de identificar el lugar con el sistema económico global.

Cambios en la estructura económica metropolitana

El conjunto de cambios descritos, de carácter general, se visualizaran en las transformaciones del espacio urbano y de sus usos. La voluntad por parte de los agentes locales de insertar Barcelona en el mercado global y de atraer capitales, ha significado profundos cambios, y en ocasiones substituciones, de los tejidos sociales y urbanísticos.
 
Si Barcelona planificó su espacio industrial en 1895, el año 1976, de aprobación del plan general metropolitano, significará el inicio de la reconversión de la ciudad en escenario de consumo (Tello, 1993). Sobre esta normativa, respetándola o con la introducción de modificaciones puntuales, se hizo la denominada reconstrucción de Barcelona, redefiniendo la ciudad para adaptarla a los cambios económicos y sociales contemporáneos (Carreras, 1993).
 
Más tarde, para la transformación del Poblenou, se optará por mantener formalmente la base del PGOU pero flexibilizándolo e introduciendo poderosas modificaciones. Se trataba de la décimo-tercera modificación del PGOU desde 1997.
Del cambio estructural del modelo económico de Barcelona destaca que se produce un intenso proceso de terciarización, pero sin desindustrialización (J.-E. Sánchez, 1998, 2002). El cambio de la estructura productiva alcanza una mayor apertura y diversificación económicas. En este punto se acentúa la actividad industrial con mayor contenido tecnológico toda vez que los servicios se expansionan a través de las actividades vinculadas al estado del bienestar, los servicios a las empresas y las TIC.
En aquella estrategia de posicionamiento el peso del comercio exterior de la RMB tiende a crecer en la década de los noventa. El cambio en el modelo exterior se presenta acompañado de una mejora sistemática de la posición competitiva Boix, Lladós y Trullén (2001). Al final, el mercado exterior ha aumentado al mismo tiempo que se ha ido configurando la metrópolis en el territorio.
El éxito económico de Barcelona, al cual algunos han buscado un paralelo en el "modelo Barcelona" urbanístico, reside ante todo en el territorio ya que es atribuible en gran medida a la existencia de economías de aglomeración muy significativas, ya sean de localización o de urbanización. A los factores de competitividad específicos habrá que añadir la existencia de economías de red. Precisamente, como ha señalado Trullén (2002a) en la nueva economía del conocimiento se van a desarrollar tecnologías que fortalecerán las relaciones de red. Barcelona ha visto aumentar su dimensión como metrópolis. Y, de hecho, el incremento de la interacción espacial se presenta como una fuente notable de competitividad.
En la expansión y vertebración de una región metropolitana puntera a nivel europeo la estructura territorial y la base histórica resultarán fundamentales. De la tradicional distinción entre el sistema de ciudades y el espacio interior sabemos que no podemos comprender lo que sucede en las relaciones entre áreas urbanas sin captar la configuración interna de cada una y, a la vez, que las transformaciones morfológicas están estrechamente vinculadas a la relaciones que la ciudad mantiene con la red.

Por tanto, la renovación del barrio industrial de Barcelona debe ser abordada desde esta relación, de la red global de ciudades con el espacio interior de las mismas.

El avance metropolitano se caracteriza por la expansión tanto de la ciudad central como de las ciudades maduras de la región. Barcelona no responde a las tradicionales imágenes del crecimiento metropolitano en sucesivas coronas sino que nos hallamos ante una metrópolis polinucleada. Dicho esto podemos hablar de concentración espacial de las actividades en el ámbito de la RMB. De entrada, destaca la mayor presencia de los servicios en la ciudad central mientras que la industria pierde ocupación en Barcelona desde 1970. Con todo, los indicadores de actividad o de uso del suelo siguen mostrando la importancia de la misma. Finalmente, observamos una aglomeración de las actividades intensas en conocimiento, que se corresponde con su carácter de región avanzada.

Así las comarcas limítrofes al Barcelonés serán las receptoras principales de la descentralización industrial toda vez que darán continuidad a las economías metropolitanas por medio de la concentración sectorial. Aquí Barcelona operará de servidor central de la red metropolitana de ciudades. Barcelona recalificará suelo industrial que se integra urbanamente, aun manteniendo como observa J.-E. Sánchez (2002) aquél que por sus condiciones territoriales conserva la funcionalidad, bien por su posición relativa bien por ser compatible con otros usos urbanos. Tal es el caso del distrito 22@.

En términos económicos el cambio de base ha sido intenso, en especial en el municipio central, y refleja el nuevo posicionamiento del centro respecto a una metrópolis compleja que representa la mayor parte de las exportaciones catalanas y españolas. Sobre esta base se entiende que los requerimientos de suelo industrial en Barcelona sean menores a los requerimientos de nuevo techo para actividades terciarias y, de hecho, aquí encuentra su punto de partida la nueva estrategia económica y territorial de Barcelona (Trullén, 2002b).

Las actividades y funciones urbanas en el 22@barcelona

Convergen en el 22@ dos elementos decisivos: el vacío dejado por los viejos espacios industriales, que abren la puerta a la implantación de nuevas actividades, y su ubicación estratégica como espacio central urbano de una metrópolis europea, con ventajas de matriz funcional y que alcanzan igualmente las construcciones simbólicas y de imagen generadas por la iniciativa pública.
 
Los bloques anteriores ofrecen el marco para el estudio de las transformaciones urbanas y el cambio de actividades en el distrito 22@. En conjunto partiendo del papel de la ciudad como nodo de la economía global, veremos los elementos de continuidad y cambio que caracterizan las actividades y funciones en el plano transicional actual y los conflictos que genera la transformación urbana, con particular énfasis en la creciente dualización intrametropolitana.
 
La densificación de los usos residenciales e industriales que sean compatibles es el elemento que fundamenta la renovación del distrito 22@ impulsada por los agentes locales.

Redensificación residencial

La función residencial ocupará nuestra atención en primer lugar. Se trata de un uso elemental de los tejidos urbanos, ya que, como se ha escrito, no hay ciudad sin habitantes. En este bloque tenemos que hablar de redensificación. Una redensificación que busca superar la baja densidad que caracteriza las zonas industriales. Se produce así un incremento de la edificabilidad neta del sector de dos a tres metros cuadrados de suelo en la regulación de usos y se incentivarán aquellos que sean intensivos en la utilización de suelo. De un lado, ello debe contribuir a generar una masa crítica para que se puedan desarrollar las economías de localización. Del otro, se convierte en una oportunidad de oro para el negocio inmobiliario.
 
Los gestores municipales pretenden captar nuevos habitantes después de la salida hacia otros municipios por el agotamiento del suelo y la disminución de la ocupación media debido al cambio de las pautas familiares. Queremos recordar aquí que se trata de un ámbito con un elevado índice de envejecimiento.
 
En el Censo de 1991 se contabilizaban un total de 19 265 viviendas en el Poblenou, que habrían aumentado hasta las 23 000 en los siguientes diez años. El horizonte es que el barrio llegue a las 40 000 en quince años (La Vanguardia, 22-11-2002).
Dentro del ámbito 22@ se localizan 4 614 viviendas el 90% de las cuales construidas con anterioridad a 1953 cuando son reconocidas a través del plan, con una ocupación a 2002 del 73%. Ahora bien, del total solamente 3 344 viviendas estarán en frentes consolidados, de modo que el resto, 1 200 viviendas, podrán ser afectadas. Aplicando la ocupación media de Barcelona el total de afectados serían 1 700.
Por otro lado, el plan prevé la construcción de 4 000 viviendas, 1 600 de próxima construcción y 3 500 en un plazo de quince años, de nueva planta bajo algún régimen de protección no especificado, sobre una población en la fecha de aprobación del plan de 7 936 personas.

Las actividades económicas

Como se ha dicho, es en el ámbito de las actividades económicas donde más claramente se reflejan los vectores de crecimiento de la ciudad. Tras la aprobación de la carta municipal de 1960 solamente la Zona Franca, el Poblenou i el conjunto del Besòs mantendrán en parte su papel industrial con la expulsión de muchas empresas que se trasladarán al área metropolitana. Se asistirá igualmente a una progresiva terciarización que es expresión del cambio económico, más intensa en la ciudad central.
 
El Plan 22@, con un ámbito de 200 ha., supone una apuesta para mantener el carácter productivo del Poblenou bajo la combinación que se presenta en el cuadro 1.Tal mantenimiento se desarrolla mediante la definición de las denominadas actividades @ que son aquellas vinculadas a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la investigación, el diseño, la cultura y el conocimiento. Es decir, se trata de actividades de definición extensional difícil (y que están recojidas como anexo a las normas urbanísticas de la MPGM).
Cuadro 1
Distribución de usos del suelo en el ámbito 22@, actual y previsto
Usos (m2 de techo)
Situación actual
Situación según MPGM
Residencial
361 649
720 600
Industrial
1 486 577
-
22@
-
2 033 866
Actividades @
-
462 459
Oficinas
99 579
324 866
Comercial
65 182
155 445
Equipamientos
-
409 205
Fuente: MPGM para la renovación de las áreas industriales del Poblenou

La Modificación del PGM crea la denominada subzona de actividades @. Por tanto se habla de actividades y no de una zonificación sectorial. Se prevén 2 659 859m2 destinados a actividades económicas. Como ponen de relieve Andreu, Gol y Recio (2001) en la práctica tanto las zonas industriales @ como los equipamientos @ significan una intensa terciarización sin que esté claro, de momento, el lugar que quedará para actividades industriales tradicionales, tampoco contaminantes, o las empresas de servicios a las personas, que según el plano también deberían poder ubicarse en el distrito.

La apertura de la Diagonal a través del Poblenou significa paralelamente a lo que hemos señalado respecto a las viviendas el desalojo de unos 500 talleres y otros negocios. En conjunto, el 22@ supone la afectación de alrededor de 1000 talleres, comercios y otras empresas intensivas en la utilización de mano de obra.

La nueva calificación debe de ser analizada en relación al grado de encaje de las nuevas actividades en una ciudad que mantiene cierta base industrial y en relación a la inserción dentro de la estrategia de terciarización en el marco de la RMB. En último término, la recalificación es de gran alcance y como ha sugerido Capel (2001) afecta un tejido industrial consolidado que podría coexistir de algún modo con el terciario y la residencia.

El auge hotelero que experimentará Barcelona fundamentalmente a partir del año 2000 y que atraerá constructoras y otros inversores en el Poblenou, pero también en el Paral.lel y Ciutat Vella, se explicará sobretodo por el lado de la oferta, en la búsqueda de una diversificación frente al temor de estancamiento del mercado de viviendas, todo ello después de la experiencia de la crisis del mercado de oficinas (Tello, Martínez Rigol y Boba Caballé, 2000).

Así, la simple lógica económica del juego entre oferta y demanda se muestra insuficiente para explicar globalmente el proceso y obligará a recurrir a un breve análisis de los agentes. Por ahora, retengamos que "en un mundo en el cual las industrias de servicios son el motor económico, el sector de la construcción es, en la mayoría de casos, especulador, e imita y amplia los movimientos del mercado" (Hall 1996: 422).

En el plano de las actividades, la crisis de las empresas tecnológicas, el retraso de Barcelona en la implementación del distrito tecnológico y las dificultades para captar sedes de multinacionales afectan a la funcionalidad del 22@, que mantiene un potencial inmobiliario de 12 020 M €.

Si bien se convertirá en una zona terciaria de oficinas y comercio importante para la ciudad es más dudoso que se pueda concentrar en el sector tecnológico puro, teniendo que aspirar a desarrollar actividades complementarias vinculadas al diseño, a la creación de contenidos, a los servicios a las empresas o centros de saber.

La movilización simbólica en la renovación

Se constatan en el plano de las actividades los elementos de continuidad y cambio en el contexto de transformación productiva y social. Al tiempo que permanecen las actividades y usos más característicos de la vida urbana, vivienda, comercio, espacios de interacción social, etc. la adaptación de Barcelona a la economía globalizada marca fuertes pautas de reestructuración. Así, la industria tradicional que ya había ido cambiando sus productos y procesos se ve hoy substituida por actividades terciarias.
 
Con todo, de un examen detallado de las transformaciones se extrae que, junto a la necesidad de incorporación de nuevas actividades tecnológicas y frente a la constatación de que se llega tarde a la construcción de un distrito tecnológico centrado solamente en las actividades que las normas urbanísticas definen como @-TIC, se elabora y potencia un discurso que puede ser resumido en la noción de ciudad del conocimiento cuya fuerza permite la emergencia y materialización de lógicas que van más allá de las propias de la esfera productiva.
 
La capacidad de atracción de los nuevos espacios tanto para los ciudadanos como para las empresas las cuales, siguiendo la célebre expresión, votan con los pies se basa fuertemente en su potencial simbólico.
Un ejemplo claro es la generación de la idea del Manchester catalán la cual opera en un doble plano: para la revalorización del espacio, fortaleciendo la imagen de distrito económico, y para trazar, simultáneamente, una continuidad con las reivindicaciones vecinales. Reivindicaciones que se movilizan sobre una simbología estrechamente vinculada al pasado del barrio, esto es a la fábrica.
En última instancia, la nueva cultura urbana de la centralidad, vinculada a las nuevas tecnologías, contrasta con el viejo escenario industrial tradicional pero legitima una recalificación de gran alcance, incluso desde la perspectiva metropolitana.

La acción pública y de los agentes económicos

La apuesta de los agentes económicos locales por desarrollar estrategias que permitan a Barcelona entrar en la competencia mundial significa la refuncionalización descrita y una fuerte revalorización.
 
Tenemos transformaciones del espacio urbano y de sus usos con la combinación de una doble lógica: de adaptación a las nuevas funciones y de beneficio inmobiliario, pues se trata de un espacio altamente rentable.
 
Con un fuerte parecido a lo que sucedió en el más estudiado caso de los docklands londinenses la iniciativa pública se ve fuertemente limitada para desarrollar grandes intervenciones, más allá de un papel de catalizador, de crear condiciones y expectativas. El proyecto 22@ apuesta por el capital privado, a diferencia de lo que ocurrió en la primera fase de la transformación del Poblenou, es decir en la Vila Olímpica. Los recursos municipales se destinarán en una proporción mucho mayor al área del Forum y a la renovación del entorno Sant Andreu-Sagrera. El triángulo descrito define la estructura espacial de la estrategia de transformación del levante de Barcelona.
Siendo así, una pequeña cantidad de dinero público, en términos relativos, debe movilizar una cantidad mucho mayor de dinero privado, y ésta es la lógica del agente público en el 22@: hacer de palanca, admitiendo que la implementación del plan depende fuertemente de la coyuntura del mercado, de forma que se diferirá en el tiempo.
Globalmente se observa una tensión entre el componente productivo y el inmobiliario. En una dinámica iniciada a mediados de los ochenta, se asiste a la renovación del bloque local.
En primer lugar, el capital financiero ha consolidado su hegemonía. Se trata del garante y beneficiario último de las actuaciones, confirmando de algún modo lo que Topalov había avanzado en 1974. En segundo lugar, los cambios en el sector inmobiliario le han otorgado un mejor posicionamiento en los procesos generales de acumulación lo cual se pone de relieve en la creciente concentración empresarial y unos ingresos de la gran empresa inmobiliaria que a escala española se incrementaron hasta el 246.8% entre 1973 y 2000 (J.-E. Sánchez, 2003).
Para Folin (1976) la definitiva integración del sector de la construcción en el modo de producción capitalista se efectuaría con el avance de la concentración de capital y el desarrollo del sistema de crédito, momento enel cual existe una efectiva introducción del capital financiero como agente directo de producción de espacio, que no se limita a una sola fase de la producción sino que alcanza todo el proceso.

Las instituciones financieras obtendrán valor de cambio a partir de la mercantilización de un bien duradero que precisa de una fuerte inversión de capital, proporcionado por particulares y empresas. Unas empresas que, como lo exponía Vilagrassa (1990), con la financiación obtendrán un incremento de los precios. Por tanto, el capital financiero aparece imbrincado en las distintas ramas de la producción y ejerce un rol integrador de las distintas lógicas.

Hemos hablado de iniciativa pública en el impulso de las transformaciones. Iniciativa, pero, que se mueve en un rango de alternativas reducido lo cual se puede interpretar como una muestra de alineamiento del poder público a las fuerzas del mercado, ya sea en la vertiente inmobiliaria, funcional o ambas.

El 22@ se caracteriza en este nivel por el mantenimiento de los usos productivos pero también por un desplazamiento de las actividades existentes compatibles con el resto.

Figura 1
Valor unitario de venta de viviendas por zona de estudio, 1997-2001

Junto a las afectaciones que se han presentado en el apartado anterior el precio del suelo operará como mecanismo discriminatorio. En conjunto, el valor unitario de venta de vivienda nueva aumentará de 1997 a 2001 de 1 158 € a 2 281. Ahora bien, allí donde más se va a notar la presión inmobiliaria será en la Diagonal y las calles principales del distrito, mientras que las zonas interiores, al margen de las predeterminadas, permanecen hoy por hoy más al margen de la transformación directa. Es lo que se muestra en la figura 1. Para los promotores, existen zonas de fácil operación en el corto plazo mientras que se espera la revalorización del conjunto entero en unas perspectivas de diez o veinte años.

En lo que al desarrollo de las actividades tecnológicas se refiere el avance del distrito ha sido lento. De una previsión inicial, a inicios del 2000, de un plazo de cinco años para la plena transformación del barrio (Avui, 6-1-2004) nos desplazamos a los horizontes actuales que la sitúan entorno a los quince años.

El ámbito a renovar, más de un centenar de islas del ensanche, es un ámbito que se está demostrando muy extenso para poder ser transformado en diez años tal y como pone de manifiesto el estado de ejecución actual que, además, impide dejar espacios libres para el desarrollo futuro de la ciudad.

Consideramos, con Capel (2001), que cabe pensar que si la recalificación ha sido de tales dimensiones es porque la industria y la población obrera disminuyen el valor de las operaciones inmobiliarias.

Conclusiones

En conjunto, podemos hablar de una licuación del barrio en términos de valor de cambio. Al lado de su enorme potencial para las renovaciones urbanas las nuevas tecnologías permiten también una producción simbólica y una movilización de lenguajes que dibujan un discurso legitimador de prácticas que fomentan la acumulación de capital a costa de la redistribución social.
 
Nos hallamos ante un aspecto decisivo del 22@: la sustitución del tejido social y urbanístico, desplazando población y actividades. La transformación del espacio urbano constituye una respuesta en términos adaptativos a los condicionantes de la globalización. Los grandes procesos generales se manifiestan en las escalas más cercanas, a nivel de barrio y de calle, tal y como muestrara N. Smith (1996) para el caso de Nueva York.
 
La atracción de capital y la estrategia de escalar en el ránquing mundial de ciudades en este caso apoyada sobre la movilización de nuevas tecnologías supone una crisis social, que es admitida desde la concepción de la ciudad empresa. La movilidad forzada se considera en el contexto de transformación hasta cierto punto inevitable en una implicación mutua de la lógica de la competencia i la lógica de la dualización (Borja, 1991).
En definitiva, el distrito 22@ supone una apuesta por una ciudad más densa, compacta y equilibrada a través de la plurifuncionalidad y la búsqueda de la incorporación tecnológica, pero contribuye de forma intensa a la homogeneización social.
En el proceso de homogeneización opera el precio del suelo como mecanismo discriminatorio, en un ámbito de gran negocio inmobiliario y también, recordémoslo, revalorizado desde la práctica urbana pública.

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© Copyright Jordi Boixader Solé, 2004
© Copyright Scripta Nova, 2004

Ficha bibliográfica:

BOIXADER SOLÉ, J.Nuevas tecnologías y renovación urbana: luces y sombras del distrito 22@Barcelona. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2004, vol. VIII, núm. 170 (34). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-170-34.htm> [ISSN: 1138-9788]

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