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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. IX, núm. 194 (101), 1 de agosto de 2005

 

LA CIUDAD, SU ESPACIO Y SUS POLÍTICAS

 

Roque Juan Carrasco Aquino

Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio ambiente y Desarrollo (CIIEMAD-IPN). Laboratorio de Medio Ambiente Socio Urbano Regional (LAMASUR).

E- mail: henaivan@hotmail.com

 


La ciudad, su espacio y sus políticas (Resumen)

La ciudad de este milenio enfrenta serias contradicciones y nuevas paradojas, desde sus formas de construcción hasta las especificidades que se inscriben en un escenario que enfrenta con sus instancias de su apropiación. La estructura de la ciudad de este milenio presenta tres elementos que nos permiten reconstruir los espacios y las estructuras urbanas y rurales que se localizan en su área de influencia. Primero, la ciudad del presente produce nuevas formas de vivir, construir y transformar los espacio físicos territoriales del proceso de urbanización en nuestras ciudades; segundo, la dinámica de migración de la población rural y de los centros de población, no logran  cubrir las exigencias del mercado inmobiliario, es decir, las exigencias del mercado especulativo y de los espacios propios de la concentración migrante no son territorios para la inversión y; tercero, el proceso de globalización que junto a los medios de comunicación e información demandan de ciudades especializadas de carácter informatizadas para la competencia. Estas características no son diferentes frentes al capital que destruye, reestructura y transforma las ciudades tanto las pequeñas, medianas y grandes urbes como para la reproducción del capital que mantiene las relaciones de producción capitalista en detrimento de las grandes mayorías de los habitante del campo y de las ciudades: ciudad del y para el capital; espacio mercancía y de valorización.

 

Palabra clave: ciudad del nuevo milenio, ciudad de la centralización, espacio mercancía y ciudad del capital.


The city, its space and its policy (Abstract)

The city of this millennium faces serious contradictions and new paradoxes, from its forms of construction to the specificities that register in a scene that faces its instances of its appropriation. The structure of the city of this millennium presents/displays three rural elements that allow us to reconstruct the spaces and the urban structures and that are located in their area of influence. First, the city of the present produces new forms to live, to construct and to transform territorial them space physical of the urbanization process into our cities; second, the dynamics of migration of the rural population and the centers of population, they do not manage to cover the exigencies with the real estate market, that is to say, the exigencies of the speculative market and the own spaces of the migrant  concentration are not territories for the investment and;  third, the globalization process that next to mass media and information they demand of computerized specialized cities of character for the competition. These characteristics are not different fronts from the capital that as much destroys, reconstructs and transforms the cities the small ones, medium and great large cities like for the reproduction of the capital that maintains the relations of capitalist production in damage of the great majorities of the inhabitant of the field and the cities: city of and for the capital; space merchandise and of valuation.

 

Keywords: city of the new millennium, city of the centralization, space merchandise and city of the capital.


La ciudad, sus formas de vivir y construir

 

En este siglo que iniciamos, las ciudades manifiestan de saltos y sobre saltos a, hechos y realidades que aún no logran entrar en sintonía con las exigencias de la nueva configuración del territorio, del espacio metropolitano y de las políticas hegemónicas del Estado Benefactor[1]; antes “benefactor”, hoy mediatizador, sobre todo, contra las necesidades de las mayorías; al menos es la expresión que presenta en México.

 

En un proceso de nuevas formas de configuración del territorio, como producto de las transformaciones de las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales, han dado origen a la construcción de la ciudad heterogénea y compleja. Se interrelacionan espacios delimitados por las políticas urbanas, además, se diluyen entre las acciones de apropiación privada de la ciudad. Las áreas metropolitanas de México, devienen de hechos históricos desde los años cuarenta, con el impulso de la industrialización que impulso la urbanización. No obstante, se reestructura el territorio por la demanda de bienes y servicios en lo fundamental, se debió a la concentración de las estructuras productivas en las ciudades que concentraban las condiciones generales para la producción.

 

Las configuraciones territoriales de lo físico espacial de los años sesenta y setenta propias de la generación de crecimiento y expansión de forma radial y sin control, se construyeron corredores urbanos-industriales que conformaron un mosaico de áreas diferenciadas, planteadas de esta manera por Roberto Fernández, , hoy parece armarse en torno de una acumulación heterogénea de fragmentos – como enclaves terciarios de consumo exclusivo, barrios cerrados, parques temáticos, etc.- que obedecen a distintas lógicas de producción y que resisten a y son autónomas de todo sistema normativo y de condiciones objetivas de recalificación social integral  (Fernández, 2003).

 

Con base en determinaciones de la industrialización lo que significó, según Alain Touraine, la pérdida del control del Estado sobre la economía y también, la pérdida del control de la ciudad sobre gran parte de su población. Se organizan afueras, ciudades satélites, o zonas puramente urbanas. Y poco a poco la mezcla de clases sociales, de categorías sociales que había, fueron reemplazadas por un proceso de separación, de segregación (Touraine, 1998).

 

El dinamismo actual de las áreas metropolitanas, se diseña a partir de una manera hegemónica para la concentración y centralización del capital, sobre todo, en espacios delimitados de la ciudad, ésta convertida como entidad en la cuál la profundización de diversos movimientos – capital, información, mercancías, personas – ha devenido en derrame o magma territorial indefinido, con difuminación de las ideas de centralidades y periferias y afianzamiento de criterios como vectores conectivos, redes difusas, etc.[2]

 

La ciudad se construye a imagen y semejanza del capital que se adueña del territorio. En una relación de la construcción y la reestructuración socio-económica propia del capitalismo globalizado que coloca al capital privado en una posición de centralidad respecto de cualquier tipo de marco regulatorio público, proceso que también se traduce en el crecimiento de nuevos modelos de producción y consumo, y en las inversiones centradas en el sector financiero y de los servicios[3]. Estas nuevas centralidades, tienen una característica que difieren de la ciudad que las preceden, en dos direcciones: 1) se concentran nuevas formas del servicio terciario para homogeneizar el espacio urbano, en las pequeñas y medinas ciudades, en las grandes urbes es un papel hegemónico que subsume a las dos anteriores y; 2) el capital privado nacional o extranjero, busca consolidarse en los centros históricos por su trama urbana y tiende a esparcirse por todo el territorio metropolitano para apropiarse de los usos del suelo y, transformar la configuración física. La historia de la Ciudad de México, en el pasado fue de consolidación de clases sociales locales hegemónicas, hoy, es sustituida por el capital trasnacional.

 

Sobre la ciudad añorada por la sociedad; en el presente se convierte en códigos, imaginaban aquella ciudad como el espacio material y espiritual donde se ejercía la participación, la soberanía popular, y donde las vanguardias eran legitimadas por la demanda del cliente libre en la sociedad libre, según sus necesidades reales. Una ciudad libre exenta de las leyes del mercado y de la ley del más fuerte, donde la posibilidad de inventar, de imaginar, de cambiar, no tuviera límites[4]. Para Naredo (2001), estas concentraciones rompieron las ideas de unidad en el trazado que se tenía de las ciudades, haciendo que su continua construcción y remodelación evolucionara de forma errática e incontrolada, para ofrecer el panorama de las modernas "conurbaciones"[5]

 

La ciudad, su forma de vivir y construir, tiene tres elementos: 1) como un proceso que reproduce el soporte físico que identifica la edificación para su reproducción en condiciones de segregación social, dispersión de actividades económicas y nuevas concentraciones; 2) nuevas condiciones de concentración y centralización espacial para la producción y reproducción del capital financiero, comercial, inmobiliario y bancario en los fundamental; así como de la fuerza de trabajo, sobre todo, de la población migrante; fuerza de trabajo desempleada dispuesta a competir con la fuerza de trabajo en activo y; 3) Los equipamientos y “servicios colectivos”[6] exprimen una forma determinada y particular de socialización de las necesidades de producción y reproducción en sociedades histórica. En el actual nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, estos procesos tienden a profundizarse por la creciente espacialización urbana en áreas de especialización comercial, bancaria, recreativa, habitacional etc.; de la renta de localización que determina el precio del suelo urbano y, por tanto, el acceso a la habitación para las diferentes clases y fracciones de ella, se crean las contradicciones internas y externas de la ciudad en construcción para ser apropiada de manera privada (Icasuriaga, 2002).

 

Harvey, nos presenta un análisis crítico sobre el planteamiento urbano que tiene que ver con la forma de construir la ciudad: a) debe reconocer que las frecuentes contradicciones que se dan en el seno del proyecto neoliberal o entre los distintos segmentos de las clases dominantes proporcionan un margen de maniobra para llevar a cabo diversas actuaciones constructivas y creativas en el proceso de planificación que pueden acarrear beneficios para los grupos o clases marginales. b) ha de identificar las posibles alianzas de fuerzas que pueden formarse en el seno de los movimientos sociales urbanos o entre los movimientos populares en general y que podrían sentar una base para avanzar sutilmente en un proceso de planificación que pudiera facilitar el desarrollo de las fuerzas favorables al cambio (Harvey, 1998).

 

La era de la modernidad es un proceso que está en crisis; según Berdia, en el sentido de que, existe una crisis de la sociedad moderna, que emerge a principios de los 70, como crisis del sistema capitalista y después se extendió a los países integrantes del llamado socialismo real. Ha sido tanta su duración como su generalización, que ha llevado a pensar a los críticos de la modernidad que ésta es una crisis general de la sociedad moderna (Berdia, Adriana, 2002). La población urbana incrementa. Ver figura Nº1.

 

Figura Nº1

Porcentaje de población urbana

 

 

Fuente: http://www.desenredando.org/public/libros/2000/ryc/RiesgoYCiudad-1.0.1.pdf

  

Empero, desde la historia de las ciudades (ver cuadro Nº1, cuadro Nº 2 y figura Nº 2.)[7], por supuesto va en paralelo con el capitalismo, en tanto, permite ver claramente el enorme potencial destructivo del capital, potencial que, paradójicamente, es solo comparable con su capacidad productiva (Bentura, 2002). Una de las grandes incógnitas que continua por ser develada es como el capitalismo logra que este potencial no se vuelva en su contra, a pesar de que, incluso, destruye permanentemente partes de sí mismo[8].

 

Cuadro Nº1

Porcentaje, población urbana viviendo en megalópolis, América Latina (1950-2000)

 

Cuidad

País

1950

1960

1970

1980

1990

2000

Buenos Aires

Argentina

45.0

44.6

44.8

42.4

41.3

40.0

Lima

Perú

35.9

36.7

38.7

39.7

41.3

41.3

Ciudad de México

México

26.3

28.0

30.1

28.4

22.5

21.6

Río de Janeiro

Brasil

14.9

15.1

13.2

10.9

9.5

8.6

Sao Paulo

Brasil

12.6

14.4

15.1

15.1

15.4

15.3

 

Fuente: Naciones unidas.

 

 


Cuadro Nº2

Municipios de la ZMCM y población, 1990-1995

 

Municipio

1990

1995

%

Chalco

282,940

175,521

8.71

Chicoloapan

57,305

71,351

3.89

Chimalhuacan

242,317

412,014

9.41

Ixtapaluca

137,357

187,690

5.53

La Paz

134,782

178,538

4.44

Valle de Chalco

-287,073-

 

 

 

Fuente: http://iglom.iteso.mx/HTML/encuentros/congresol/indi4.htm

                            

 

Figura Nº 2

Crecimiento de megalópolis

 

 

Fuente: http://www.desenredando.org/public/libros/2000/ryc/RiesgoYCiudad-1.0.1.pdf

 

 

Cabe mencionar dos instancias de un mismo proceso: las formas de vivir y construir en la ciudad (ver figura Nº 3). La ciudad del nuevo milenio, crea necesidades que ya no son compatibles con la ciudad del pasado inmediato. Hoy, la sociedad participa al cuestionar su entorno, al tiempo propone su proyecto de ciudad y se manifiesta con las movilizaciones sociales de gran diversidad ideológica. Por ejemplo, hemos sido testigos y los seguimos siendo de las más grandes movilizaciones de jóvenes y trabajadores en las propias metrópolis capitalistas, donde las multitudes han desplegado una energía y una combatividad que prometen mantenerse y desplegarse. En Québec contra el proyecto ALCA, en Washington, Praga, Davos, Göteborg y Barcelona contra el Banco Mundial, el FMI y Bush (Revista Utopía Nº 88).

 

 

Figura Nº 3

 Evolución de la población en la ZMCM

 

 

Fuente: http://www.desenredando.org/public/libros/2000/ryc/RiesgoYCiudad-1.0.1.pdf

  

El capital destruye involuntariamente toda una serie de condiciones de existencia. La contradicción -cualitativamente nueva- entre la valorización, transnacional, del capital y la forma, nacional, del dinero-moneda (Kurz, 2003). Así, la "nueva clase media" se precipita al torbellino de la crisis mundial desencadenada por la tercera revolución industrial. Se revela que todos estos sectores no tienen una base económica independiente en la estructura de la acumulación capitalista, sino que dependen de la redistribución de la plusvalía que proviene del centro industrial (Kurz, 2004).

 

La ciudad, su espacio y las políticas

 

Las ciudades con tres elementos que constituyen un espacio diversificado e interrelacionado, en el “escenario de lo posible” (Pernas, 1998): a) lugar de convivencia en la diferenciación con procesos de inclusión y exclusión socioespacial; b) área de relaciones económicas, políticas y sociales y; c) la construcción de nuevas centralidades para la transformación, apropiación y centralización de la economía de la terciarización:

 

·                   Se terciariza la economía, (en los centros históricos de ciudades latinoamericanas, se ubican vendedores ambulantes, manifestación del “libre mercado”).

 


Figura Nº4

 Vendedores ambulantes

 

 

Fuente: http://www.esmas.com/noticierostelevisa/mexico/391116.html

 

·                   Los espacios públicos y socializados del pasado, hoy, son una muestra de un pasaje histórico, apropiados por el sector informal con economía “subterránea” (en la Ciudad de México, sobre todo en las entradas y salidas de las estaciones del metro, se encuentran los llamados vendedores “toreros”[9]). Ver figura Nº5.

 

Figura Nº5

Modificación de fachadas e interiores

 

 

Fuente: http://www.cyp.org.mx/chcm/chcm.html

 

 

·                   Las zonas de rentabilidad inmobiliaria, es la lógica de concentración y centralización para la reproducción de la ciudad, de la fuerza de trabajo y del capital. la globalización en las ciudades remarcan la hegemonía de las transnacionales que a se apropian de edificios antiguos para revitalizarlos y transforman la esencia de su valor histórico; actualmente, edificios históricos son convertidos en bodegas, restaurantes, bancos, hoteles, museos, etc. (ver figura Nº 7).

 

·                   La renta del suelo en una ciudad capitalista, sólo logra su rentabilidad con la infraestructura que por efecto indirecto de los habitantes, vía impuestos, se construyen para socializar el costo de la construcción (El corredor financiero de Avenida de la Reforma, en la Ciudad de México; la continuidad de la Avenida Madero al Zócalo, muestran la desproporción de la apropiación privada de las aceras y espacio rentables para el capital inmobiliario).

 

·                   Las nuevas centralidades del terciario y de segmentos avanzados de la reproducción se concentran en espacios contiguos: centros comerciales; Bancos, Hospitales, Restaurantes, Casas de Bolsa, Compañías de Seguros, Agencias de viajes, Almacenes de productos suntuarios, Concesionarias de Automóviles, Tiendas de ropa deportivas, Centros de ocio y/o parques temáticos, etc.

 

·                   Se polarizan las zonas residenciales en guetos de intereses económicos y familiares. Lo real de la ciudad se conjuga con la imagen del pasado.

 

·                   Las periferias son las fronteras de lo urbano y rural para convertirse en terrenos especulativos de las inmobiliarias. La frontera entre lo real y virtual se rompe.

 

·                   En su enorme crecimiento, el territorio sufre de las penurias del desarrollo urbano.  En la (ZMCM); (ver figura Nº6) en el Oriente: Ixtapaluca, Nezahualcoyolt, Chalco, se produce la periurbanización: transformación de las actividades rurales a procesos de urbanización, y la modificación de los usos del suelo: de agrícola a suelo urbano.

 
Figura Nº6

ZMCM.

 

·                   La construcción de la interacción movimiento popular/gobierno ahora se expresa a través de metodologías de gestión involucradas o Presupuesto Participativo; en Latinoamérica se ha desarrollado justamente en los países donde tales construcciones políticas existen: el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil o el Frente Amplio en Uruguay (Jeifetz, 2005).

 

·                   La producción capitalista “unifica” el espacio. Un proceso extensivo e intensivo de banalización. La acumulación de mercancías producidas en serie para el espacio abstracto mercantil, rompe las barreras regionales, legales y las restricciones que mantenían la calidad de la producción artesanal (Debord, 1967). Fuerza de homogeneización-exclusión rediseñan los espacios urbanos.

 

Figura Nº7

 Paseo de la Reforma, Ciudad de México

 

 

Fuente: http://biblioteca.redescolar.ilce.edu.mx/sites/colibri/cuentos/indepen/htm/sec_3.htm

                  

 

Figura Nº8

Centro Bancario Banamex.

 

 

Fuente: http://www.feriachapultepec.com.mx/index.php?fuseaction=home.div&id=126

 

 


Figura Nº9

 Parque Temático

 

 

Fuente: http://www.martinat.com/artistico.htm

 

Un pasaje que concretiza la idea anterior se plantea como un hito de transformaciones del pasado y hoy resurge en el presente. América en construcción (o en reconstrucción, incluso en desconstrucción, pues se está construyendo-destruyendo una nación sobre las ruinas de otros pueblos), pero es esencialmente otro, extremadamente más complejo y difícil de aprehender en unos sencillos espacios construidos, reconstruidos y destruidos. Estamos precisamente en un momento tan confuso, y de cambio tan acelerado, que los conceptos y teorías que expliquen nuestra relación con el espacio están por hacerse (Baigorri, 1995). Es la tendencia de la no existencia de un espacio socializado. Se rompe la tradición de la ciudad y sus contradicciones, algunas de ellas a reconsiderar:

 

·                      Una articulación sobre una red de redes de ciudades con todas las condiciones generales para la reproducción del capital especulativo: bancario, industrial, comercial, inmobiliario, constructor, etc. (infraestructura que demanda la economía terciaria en sus fases avanzadas del mercado nacional, regional y transnacional).

 

·                      Se reduce a un espacio delimitado por la llamada economía de aglomeración; los mercados próximos a su área de influencia se consolidan para abastecer y llevar a cabo la realización de toda la mercancía producida en la ciudad. Se implementan nuevas redes viales, se amplían y reestructuran las calles y avenidas con la intención de reducir el tiempo muerto de los semáforos.

 

 

·                      La globalización exige de una ciudad informatizada; la tecnología es la expresión máxima de la segregación y la socialización de una información para los que logran adquirir la tecnología de punta. Es la negación de la sociedad de la información. Los que logran introducirse en la informatización compiten entre sus posibilidades, pero, a costa de la explotación de la fuerza de trabajo capacitada para el “combate” cuerpo a cuerpo entre las transnacionales.

 

·                      Las grandes urbes, se estructuran por la flexibilidad de la planta laboral; por la relación dominante del patrón-obrero, donde este último se somete a las leyes del mercado por el abaratamiento de la fuerza de trabajo; la infraestructura productiva y las instalaciones industriales corren en muchas de las veces por cuenta de los gobiernos locales; las condiciones generales de la producción (carreteras, agua, drenaje, luz, comunicaciones de teléfono, red de internet, mercados, hospitales, escuelas de oficios, recolector de basura, servicios generales de vigilancia, etc.), son pagadas por la sociedad vía impuestos directos e indirectos.

 

 

·                      La globalización, segrega los espacios en una red de pequeñas ciudades –de materias primas y de mano de obra barata- para abastecer a las medianas y grandes urbes. Sobre todo las que concentran entre 500 a un millón de habitantes. Es aquí donde la ciudad globalizada juega un papel de aglutinador de servicios especializados para la economía terciarizada. Al mismo tiempo, tiende hacia el “vaciamiento” de la población de comunidades, municipios y regiones que no alcanzan ni logran consolidarse con las infraestructuras.

 

En torno a las políticas urbanas

 

Los aspectos de lo político en el ámbito de la política de lo urbano, están relacionados con las formas de apropiarse del territorio, no sólo, en la ciudad sino de todo el espacio necesario de ser transformado para la valorización. Interviene en esta dirección la ideología que identifica la propiedad privada como el sustento jurídico de pertenencia individual. Instancia que admite la existencia de una colectividad de espacios para transformarse en lo privado. Se liberan los precios de lo público e incrementa el valor originado por la renta del suelo; también delimitado primero, por las condiciones generales de la reproducción y; segundo, se adhieren tres elementos interrelacionados y contradictorios entre sí: el capital, la fuerza de trabajo y la ciudad.

 

Existe al interior de las grandes urbes un efecto que se divide en dos frentes para la apropiación del territorio: primero, un acción que se rediseña y se redefine con base en las políticas urbanas para transformar el espacio construido y en espera de ser transformado; en segundo, el aspecto ideológico que se plasma en la trama urbana de las ciudades. En tanto, la renovación o la reforma de la imagen citadina, conduce, al decir de Lojkine, a la segregación residencial, ampliando la ocupación de la ciudad (Lojkine, 1981: 170). Se polariza el territorio en estratos superiores y las clases con menos posibilidades a acceder a los “beneficios” de las políticas y de la “ordenación” territorial.

 

Las políticas urbanas en tres puntos importantes en la vertebración del territorio:

 

·                    La redefinición de los estratos económicos en la apropiación privada de los usos del suelo. Un proceso que se justifica por la instancia jurídica de apropiación indiscriminada de áreas importantes de la ciudad.

 

·                    Exclusión social; mayor desigualdad social, menor intervención de la sociedad en la redefinición de los espacios para la urbanización y discriminación de clases por ingresos económicos. Dos escenarios: a) la fuerza de trabajo sin posibilidades de reproducción y, b) la clase media en proceso de proletarización.

 

·                    Los usos del suelo choca con la “ordenación del territorio” y la planeación urbana. Polos opuestos de la fragmentación: a) zonas habitacionales de la fuerza de trabajo sin equipamientos necesarios de reproducción; b) las periferias de las grandes urbes es usurpado su renta del suelo y; c) aglomeración en centros de negocios, espacios de nuevas tramas de centralidades del terciario avanzado.

 

Aquí el Estado surge como una válvula de escape y trata de materializar la acción planificadora con la intención de reorganizar la ciudad de redes de transferencias de capital y de recursos. El territorio presenta dos alternativas de las políticas estatales de la urbanización: 1) expresión de los intereses del bloque de clases dominantes (Lojkine, 1981: 172) y; 2) un ámbito de la pobreza citadina por la dinámica de pauperización.

 

Según el planteamiento de Zimerman (2001)[10], retomó de Ives Mney y Jean Claude Thoenig, identifica tres posiciones básicas sobre las políticas públicas. Los autores señalan que en la década del ’60 dominaban tres enfoques:

 

·                   La ciencia administrativa, que responde al pensamiento americano de la Public Administration Theory;

 

·                   La sociografía de los llamados grupos de presión;

 

·                   El determinismo de los grandes sistemas, donde se ubican desde un “marxismo caricaturesco” hasta un “economicismo triunfante”.

 

Del mismo Zimerman, propone que existe un análisis más exhaustivo dentro de las ciencias políticas y además esta ligado al welfare state y su crecimiento. Con esta tesis la gestión de gobierno hasta aproximadamente la década del ’80 se caracterizó por el dimensionamiento del Estado con tres argumentos: 1) económico; 2) político-burocrático; 3) ideológico. Aquí la credibilidad de las políticas para el beneficio de las grandes mayorías de las ciudades, ya no es tan fácil de encontrarlas con certezas para la convivencia ciudadana. Después de décadas de discusiones acerca de si era mejor el modelo de ciudad difusa o el de ciudad compacta, hoy la realidad de las ciudades (especialmente de las llamadas megaciudades) muestra que todos los modelos y variaciones confluyen en ella (Latorre, 2004).

 

En este sentido, la lógica del capital concentrado y centralizado en espacios concatenados en una red de redes de comunicación, de infraestructura de medianas y grandes ciudades. Según Kurz, "El capital" ya no es un grupo de propietarios legales, sino el principio común que determina la vida y la acción de todos los miembros de la sociedad. Dada la reducción cada vez mayor de la clase obrera industrial, se crea cada vez menos plusvalía. El capital monetario huye rumbo a los mercados financieros especulativos, visto que las inversiones en nuevas fábricas se vuelven no-rentables. Mientras partes crecientes de la sociedad fuera de la producción se pauperizan o incluso caen en la miseria, por otro lado se realiza tan solo una acumulación simuladora del capital por medio de burbujas financieras (Kurz, R. 2004). El territorio y los espacios de las ciudades se convierten en partes constitutivas de la especulación, al fin mercancías, se venden e intercambian entre las mismas empresas, el capital inmobiliario, industrial y bancario.

 

Nuevas tendencias de la economía capitalista influyen de manera directa e indirecta en la reconfiguración de los espacios territoriales en la nueva etapa de acumulación postfordista en tres expresiones: a) de la desindustrialización; b) la deslocalización industrial y; c) la terciarización de la economía. La reestructuración territorial va más allá de las nuevas funciones económicas asignadas a los territorios (Cariola, 2000).

 

Cabe mencionar también, en torno a las políticas urbanas y de “ordenación del territorio”, son productos de los vaivenes de la economía internacional. Se imponen las políticas dictadas desde el exterior para recibir “beneficios”, por ejemplo, del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Banca Mundial (BM): los procesos territoriales provocan:

 

·                      Metropolización con suburbanización impulsada fundamentalmente por la terciarización de la economía urbana.

 

·                      Procesos simultáneos de inclusión y exclusión en cada espacio, lo territorial es la síntesis de procesos de reestructuración económica, social, política y cultural.

 

·                      Fragmentación socio-territorial, producto de procesos históricos de segregación urbana y territorial, de procesos actuales con dinámicas y contenidos segregados.

 

·                      Conflictos socio-territoriales derivados del avance de las estrategias económicas y de la falta de una instancia que reconozca e incluya la defensa de los derechos ciudadanos frente a los efectos de la globalización y las políticas de reforma estructural y de ajuste (Cariola, 2000).

 

·                      Movilizaciones de organizaciones populares de carácter contestatario que reivindican espacios, servicios públicos (agua, salud, energía eléctrica, carreteras, educación). Movimiento que se pierde entre las demandas economicistas.

 

Hoy se pueden llamar ciudad global, ciudad mundial, megalópolis, macrocefalia, procesos de metropolización. La relación de lo local y global de lo urbano, se reduce a un simplismo sin entender el dinamismo que adquiere más allá de su localismo. La región-estado o de ciudad, contrasta con el planteamiento de lo local. Cinco momentos:

 

·                      Ciudad dividida por los contrastes del territorio.

 

·                      Ciudad en la ruptura de sus remedes de interconexión.

 

·                      Ciudad subdesarrollada y oasis de la tecnología, dualidad de la contradicción.

 

·                      Ciudad fragmentada, polarizada y segregada.

 

·                      Ciudad incluyente de procesos territoriales y excluye en los ámbitos sociales.

 





Al interior de las metrópolis, se desborda ya las regiones, se pierde la noción de medición cuantitativa y el área metropolitana se convierte en difusa; la reestructuración del territorio se vuelve un continuo de emplazamientos y de espacios en construcción, en lo construido y en vísperas de reconstrucción; de ahí entonces, la lógica es la especulación como una consecuencia de la expansión fuera de control de las políticas mediadoras entre el Estado y el sector privado. Las periferias retoman el concepto de periurbanización[11] o de la suburbanización[12], para caracterizar las tendencias de la región que engulle las partes de lo municipal o de la localidad.

 

 Los problemas políticos y su solución, pese a todos los disfraces que quiera dársele, sólo puede ser política. Incluso el tema de la definición y la delimitación de la ciudad es un tema eminentemente político. Es imposible delimitar estrictamente la ciudad de hoy con criterios científicos, sólo podemos hacerlo con criterios normativos; y entonces no estaremos hablando de lo que la ciudad es, sino lo que queremos que sea (Sánchez, 2004). En México, las políticas urbanas se reducen a la medición técnica y se confunden con las acciones de las propuestas de la planificación. Se proyecta de manera indicativa para el sector privado, para el sector público es una mediación entre el Estado y los movimientos sociales que reivindican sus derechos. Podría ser retomado, por ejemplo:

 

·        Transformar los ámbitos físicos del territorio que se localizan más allá de las fronteras de la urbanización, es decir, de lo extenso, lo que identifica la ciudad difusa, incluso, coincide con la región metropolitana o región funcional urbana.

·        Rescate democrático de la sociedad; conservar y fortalecer el carácter por la vía directa y universal: democracia participativa, solidaria y tolerante.

 

·        Modificar los trámites para la simplificación administrativa, coordinando y substituyendo, lo que permite la corrupción administrativa.

 

·        Impulsar el fortalecimiento de la planeación física y democrática, gestión socializada de los servicios, políticas urbanas consensuadas, promoción de eventos y acciones encaminadas a restablecer la solidaridad entre las comunidades.

 

·        Transformar las estructuras políticas y administrativas centralizadas; adoptar un sistema de gobierno flexible, con solidaridad, tolerancia y respeto entre iguales; además, permita la participación de las comunidades locales y municipales.

 

 

De la planificación urbana a las transformaciones territoriales sin resultados

 

 Desde que fue implementado los primeros intentos para planificar la política económica y regional del país, en los años treinta del periodo del General Lázaro Cárdenas[13], han marcado líneas de acción en aquellos primeros años; mientras que en la actualidad, sólo han servido para llenar los espacios en los discursos sexenales. Tienen sus respuestas en la dinámica de la propia planificación, instrumento de gestión, de inserción, de mediación, incluso como instancia ideológica frente a los movimientos sociales:

 

·                    A finales de los años treinta[14] y principios de los cuarenta, México, urgió de un periodo de desarrollo industrial que viniera a enfrentar el despegue de un sector clave de la economía, es decir, el impulso del aparato productivo que volviera a responder la demanda externa en auge. Era el momento importante para el México rural; entonces, fue necesario una industrialización basada en la manufactura y bienes de consumo en la producción de alimentos, bebidas, muebles, instrumentos necesarios para el campo y apoyo para la industria textil derivado por la demanda externa.

 

·                    Los intentos de la planificación en el periodo cardenista, fue caracterizado por la inserción de una fuerza de trabajo hacia el aparato productivo para reducir los primeros brotes de descontento de la etapa posrevolucionaria. En este momento se logró contener los rezagos del campo, la reforma agraria jugó un papel importante en la distribución de miles de hectáreas para el campesinado sin tierra[15].

 

·                    En el sexenio de 1934-1940 de Lázaro Cárdenas[16] (Sánchez Zavala, 1998), la política económica y las respuestas sociales fueron de un régimen socialista hacia la distribución, equitativa de la riqueza. Se nacionalizó la industria eléctrica, control estatal de los ferrocarriles y la expropiación del petróleo.

 

·                    En este marco de reajustes y readecuaciones, el territorio se transforma, por las influencias tanto internas como externas e influenciado por la correlación de fuerzas de distintas corrientes en un escenario mundial.

 

·                    La planificación económica y sus rasgos regionales, sociales y políticas, son instrumentos políticos en lo urbano. En un entorno, de reajustes, de impulsos y de configuración en la concentración y centralización del capital buscaba reproducirse a instancias del Estado en dos direcciones: primero, detener y responder las demandas de los movimientos sociales, debido a las desigualdades regionales y; segundo, responder a las exigencias de una burguesía en consolidación, que en ese momento estructuraba su capital; ambos procesos entraban en una fase de conformación y consolidación para fortalecer al Estado y sus políticas.

 

 Bajo este razonamiento, la planificación urbana y el plan de desarrollo[17] presentan algunas de las características que el segundo perfilan las metas y objetivos que debe seguir la primera. Pero, no se presentan de manera simultánea. Lo anterior, no permite una aplicación de la planificación ni logra sus proyecciones en lo urbano. No obstante, los planteamientos del plan de desarrollo, según Solarte Pazos, en el cual, un plan de desarrollo puede establecer objetivos de carácter general a largo plazo, planteados en formulaciones tales como: ‘mejorar los condiciones ambientales de la localidad’; o plantear objetivos mucho más precisos y focalizados. En ambos casos, los proyectos tienen la misión de ‘bajar’ al terreno de lo práctico y concreto, los objetivos para convertirlos en acciones que puedan ser abordadas en la praxis, ‘manipulables’ y programables en detalle (Solarte, 1999: 2).

 

Por otra parte, si tomamos la reflexión que plantea Luis J. Castro, existe una tendencia marcada a reducir al máximo la participación del gobierno federal en el desarrollo urbano del país y eliminar programas diseñados a incidir en el mediano y largo plazo en una mejor distribución de la población en el territorio nacional y en el crecimiento ordenado al interior de nuestras ciudades. Esta tendencia la sustentan en la inadecuada interpretación de que la planeación del desarrollo urbano nacional no es de competencia federal (Castro, 2003). La planificación, está presa y maniatada por intereses de quienes diseñan las políticas y acciones para redistribuir los recursos económicos sobre el territorio.

 

 Los resultados bajo los esquemas de la planeación gubernamental, se han presentado en tres instancias interrelacionadas entre sí: primero, como un instrumento que de sustento a las acciones ideológicas de la clase política en el poder; segundo, existe el reconocimiento de la diferenciación y en algunos casos contraposición de los conceptos, métodos y técnicas de planeación convencionales, tiene una relación directa con los planteamientos neoliberales y; tercero, la sustitución de esquemas de decisión ‘empresariales’, por aquellos desarrollados por la política tradicional mexicana (Iracheta, 2000).

 

Las actuaciones, o desde un planteamiento de que existen roles que verán su legitimidad fracturada toda vez que la crisis del Estado planificador se concibe como pérdida de direccionalidad colectiva; incluso se percibe una incapacidad para integrar/modernizar la sociedad desde la acción estatal. Por supuesto, como incapacidad para asignar racionalmente los recursos entre los distintos sectores sociales, o como conflicto entre la racionalización técnica impuesta por la planificación y las demandas y las reivindicaciones sociales que emergen desde la sociedad civil hacia el Estado (Haefner, 2000).

 

Los cambios en el escenario internacional y los objetivos del desarrollo regional hacen imprescindible cambios congruentes en el manejo de la cuestión regional, mediante la elaboración de planes regionales (Palomares, 2000). La esencia de estos planteamientos, estriba en que por más adjetivos y perogrullesca que parezca, la planificación, no tiene posibilidades de lograr sus objetivos, pese a los intentos de quienes tienden hacia una mayor participación social de la toma de decisiones; la realidad es contradictoria no está sujeta al voluntarismo moral ni por decreto, es el modo de producción dominante el que se impone: de un valor de uso espacial a un valor de cambio de los usos del suelo.

 

 

A manera de conclusión

 

·          La ciudad globalizada, ya no debe concebirse como una fracción de una geografía relacionada con una región nacional, sino que, se desborda ya sus marcos en la revalorización fuera del Estado nación. Es necesario realizar una nueva concepción del espacio, del territorio, de las medianas y grandes ciudades, pero no desde la perspectiva del carácter físico-espacial, sino de sus impactos sociales; además, explicar la forma especifica del espacio, no sólo como contenedor o soporte material de los procesos sociales, sino como elemento que influye en la reestructuración.

 

·         Las formas de construir y vivir la ciudad, ya no es un acto de relaciones simples de convivencia; hoy, es la reestructuración espacial la que está vinculada a la conformación de la división internacional del trabajo y de los mercados. La globalización ha venido a transformar lo que se ocultaba bajo el influjo de las políticas urbanas que, junto a la planificación, mediatizaban a los movimientos reivindicativos.

·          La ciudad y sus usos, de un valor de uso a un valor de cambio. Debe ser transformado en un espacio social, donde manifieste la libertad individual, colectiva y de una autogestión para permitir al hombre romper con el mundo de la alineación que sustenta la reproducción capitalista.

 

·          La incertidumbre existe siempre en los procesos sociales y por lo tanto en el desarrollo de la ciudad. De lo que se trata es fijar unos escenarios de futuro deseables, a través de un proceso de debate ciudadano entre muchos actores. Hacia dónde queremos ir, unos elementos tanto físicos como de actividades, de las funciones de la ciudad. Cómo queremos que sea la ciudad del año 2010 o 2020, sobre todo, concretar proyectos importantes y criterios para avanzar en esa dirección (Borja, 2004)[18].

 

·           Una lógica de las contradicciones de la planificación; rescatar su metodología, sus lineamientos políticos, pero, subordinando la ideología de los que la reivindican. No es la moda la que se imponga sobre la realidad, al contrario, es la realidad la que ya no permite ni la moda ni las etiquetas. Por más adjetivos que se le acomoden a la planificación, no podrá concluir sus objetivos mientras la lógica de la ganancia, de la mercancía y de la reproducción del capital esté en el primer escenario de la lucha de los constructores de la ciudad, del espacio y la transformación del territorio.

 

 

Notas



[1] Desde la perspectiva de Adolfo Sánchez plantea que, el Estado Benefactor surgió para garantizar los derechos sociales de los ciudadanos mediante el cumplimiento de funciones básicas: a) favorecer la estabilidad social, b) contribuir al incremento de la productividad del sistema económico y c) proporcionar seguridad económica a todos los ciudadanos. Remítase a Sánchez, A: “Marginación e ingreso en los municipios de México”. Análisis para la asignación de recursos fiscales”.  p. 29.

 

[2] Fernández, ha retomado de E. Soja, - en su ensayo Postmodern urbanization: The six restructuring of Los Angeles, incluído en S. Watson et al (eds.), Posmodern cities ans spaces, Editorial Blackwell, Oxford, UK, 1995 – plantea la noción de posmetropolis. Para ahondar remítase a Revista Theomai” Notas para una teoría crítica… Op.cit.

 

[3] El capitalismo en su fase de globalización, irrumpe en los estados nación para someter con sus leyes hacia un dinamismo de las estructuras económicas que van más allá de la construcción de la ciudad. Remítase a Núñez, Jankilevich, Brunstein y Pelfini: Agentes públicos y privados en la construcción de un desarrollo sustentable.

 

[4] Carpintero, Enrique: La ciudad planetaria.

 

[5] Naredo, J.M.: Ciudades y crisis de civilización.

 

[6] Aquí los “servicios colectivos”, tienen una connotación que difiere de su contenido como tal. Ya que, lo colectivo presenta sus diferentes especificidades en cada servicio. Por ejemplo, el transporte colectivo es en principio de todos, pero al mismo tiempo es de una sola persona o de una sociedad que a cambio de una renta se convierte en colectivo que se vende y se consume. Lo es también, un teatro, un cine o, un parque; sólo que en este último, la tendencia es hacia la privatización de los otros servicios que complementan el carácter de servicio público. Es decir, el agua, la luz, el mantenimiento y los elementos que la constituyen como un espacio de ocio o de concentración colectivo, se diferencia de lo colectivo, porque no todos, tendrán el acceso para disfrutar de su esencia como un soporte. En tanto se destina una parte delimitada para un número reducido de personas que logran acercarse a sus espacios; mientras que la mayoría no podrá por múltiples razones, entre ellas, el horario, las condiciones para atraer a las personas de preferencias distintas, los servicios pueden estar o no en términos de soportar al número de visitantes, etc.

 

[7] Durante el periodo comprendido entre 1990 y 2000, las megalópolis de los países desarrollados crecieron a una tasa del 0.5%, mientras que las megalópolis en Asia, América Latina y África lo hicieron al 3.3%, 2.1% y 3.9% respectivamente

 

[8] Nuevamente el autor, considera que, en el momento que la persona o familia abandonaba su lugar en el campo para trasladarse a la ciudad el desarraigo daba inicio a un proceso progresivo de caída en la anomia. Este ultimo orden de explicaciones se torna tautológico si pensamos que la institución trabajo es la institución que permite la integración social, la construcción de una identidad "respetable" y en fin la institución donadora de sentido fundamental. Bentura, José Pablo: Segregación territorial: el fenómeno de los asentamientos en Montevideo, 2002.

 

[9] Expresión hecha en la Ciudad de México para identificar a los vendedores ambulantes que sortean sus mercancías entre los pasajeros, por los pasillos de las estaciones de trasbordo del metro. Existe una variedad de productos, en su mayoría, son mercancías de importación de procedencia de países asiáticos: China, Singapur, Corea, etc. Desde un caramelo, pasando por discos compactos grabados hasta material de oficinas de todas las especialidades; asimismo, pululan las personas discapacitadas de vagón en vagón. La pobreza no se hace ausente en estos espacios de un tiempo indefinido para sortear la vida entre mercancías e individuos.

 

[10] Zimerman, a su vez, retoma de Meny y Thoenig: “Las políticas publicas”, Editorial Ariel Ciencia Política, Capítulos iniciales, 1992.

 

[11] Proceso de una ciudad moderna que se desborda más allá de sus límites geográficos; asimismo, presenta una tendencia hacia la desconcentración, dispersa, difusa, “borrosas” e “imprecisas”; no se percibe la frontera económica entre lo urbano y lo rural; es un tanto complicado precisar donde se ubica la razón de lo urbano para delimitar los espacio del campo con base en su frontera agrícola de periferia y rural. Se identifica, además, un espacio de la era del Fordismo y el posfordismo de la economía que estructura el territorio; al mismo tiempo, se pierde la precisión para caer en la imprecisión de la trama urbana por no comprender que los límites de la globalización ya no conforma ni establece los términos, por el contrario la lógica de un crecimiento desordenado está de acuerdo al modo de producir, consumir y en las de la distribución del territorio.

 

[12] Es la consecuencia de un proceso de crecimiento de la periferia, en la que está distribuyéndose la población con relación a sus expulsión directa o indirecta; dinámica que se refiere a la migración del campo a la ciudad; la interregionalización de la habitantes entre un centro y una periferia; la absorción de los pequeños centros de población por las grandes urbes. En consecuencia trae una conformación física y territorial de los habitantes que tienden hacia el continuo metropolitano para establecerse entre la periferia y los límites de la urbanización. La organización de las nuevos asentamientos identifican que la lógica de crecimiento empieza a urbanizar zonas que no se definen ni como periferias ni como partes de la urbanización centralizadas; por el contrario, se crean nuevas centralidades que no terminan de ser urbanas ni rurales, en tanto, se localizan como una disfunción de elementos contradictorios, pero, la región metropolitana se fortalece, en dos factores proporcionales: primero, por la fuerza de trabajo y; segundo,  por el consumo de la población flotante.

 

[13] Bajo el régimen del Lázaro Cárdenas del Río, se intentó llevar a cabo políticas que fueran directamente a beneficiar a las grandes mayorías. Periodo de los años del sexenio, 1934-1940, se lograron repartir tierras para los campesinos; se nacionaliza el petróleo y los ferrocarriles. Fue un sexenio donde las políticas impactaron hacia las grandes mayorías del pueblo de México.

 

[14] Aunque los planteamientos de la Planificación datan desde principios de los años treinta. Tomado de Antonio Azuela de la Cueva: “Algunos comentarios sobre la institucionalización de la planeación urbana en México”. Tomado de http://www.w3.org/1999/02/22-rdf-syntax-ns#

 

[15] Desde la perspectiva de los autores como Roberto García e Ismael Aguilar, en el planteamiento de que ha existido un periodo en el cual se caracterizó por la “Racionalidad social”, al decir de ellos impulsado por los planificadores públicos; por supuesto originalmente extraído de los años del “New Deal” previos a la segunda guerra mundial, en los Estados unidos. Para ahondar al respecto véase: “La globalización y su impacto en dos metrópolis del noroeste fronterizo de México”.

 

[16] En este periodo, el gobierno entregó casi 30 millones de hectáreas, con lo cual se evidenció la perfecta definición de los dos sistemas de tenencia de la tierra: la propiedad social y la propiedad privada.

 

[17] Si hemos de tomar en cuenta que, los planes tienen un contenido ideológico y de clase, entonces podremos concluir su esencia y, la relación que podrían tener con los planes y programas en los diferentes niveles de gobierno: Nacional, Regional, Municipal y Local. Por ejemplo, desde la perspectiva de, José Ángel Velásquez que, “siendo los planes de desarrollo la expresión de los sectores sociales hegemónicos en un momento histórico determinado, asimismo, han de contener los patrones del desarrollo que ellos aspiran, en concordancia con sus intereses y su preservación en el tiempo”. Véase en este caso “Estado, industrialización y planificación en Latinoamérica”, Op.cit.

 

[18] Tomado de LATORRE, Lucio: La ciudad, ese fenómeno cambiante y contradictorio. Op.cit.

 

 

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Ficha bibliográfica:

CARRASCO, R. La ciudad, su espacio y sus políticas. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2005, vol. IX, núm. 194 (9). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-101.htm> [ISSN: 1138-9788]

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