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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. IX, núm. 194 (122), 1 de agosto de 2005

 

 

CLAUSURA DEL COLOQUIO

 

Horacio Capel

Universidad de Barcelona


 

El VII Coloquio de Geocrítica ha mostrado otra vez el interés de los debates interdisciplinarios e internacionales.

 

Los problemas de la ciudad son hoy en buena parte los problemas de la Humanidad. Hay cuestiones que no dependen solo de la política urbana, que son más generales y afectan al conjunto de la sociedad; son lo que podemos llamar problemas en la ciudad. Entre ellos la segregación, la pobreza, la injusticia y otros muchos. Pero hay otros que son propios de la ciudad; son los problemas de la ciudad. Entre ellos se cuentan el consumo de energía, los transportes, el tráfico, las infraestructuras, los equipamientos, la congestión urbana. También la vivienda, el acceso equitativo a la misma y su localización. Todos ellos son crecientemente los problemas de la Humanidad, ya que la mayor parte de ésta habita en áreas urbanas.

 

La calidad de las comunicaciones presentadas ha sido excelente. Oyéndolas las angustias iban aumentando. Problemas antiguos y repetidos. Escasez de viviendas, mala calidad de las mismas, demanda no solvente, especulación y desvergüenza de los promotores inmobiliarios. Problemas que son cuantitativamente crecientes por aumento de la población mundial, por formación de gigantescas megalópolis,  (a veces por la inestabilidad social en el campo o por guerras civiles, como en Colombia).

 

Estándares de vivienda que habían ido mejorando desde el siglo XIX se degradan nuevamente, y en la   vivienda popular se aceptan ahora dimensiones más reducidas en las nuevas construcciones (35 m2)

 

Se emplean materiales de mala calidad, y se construyen, por tanto, viviendas que se van a degradar (a veces casi degradaciones programadas). Frecuentemente en sectores ambientales inadecuados: tierras bajas e inundables, en áreas pantanosas, sísmicas, en las que se sabe que no resistirán, como se ha dicho respecto a la ciudad de Bogotá.

 

¿Qué hacer?. Ante todo, ha de insistirse en la importancia de la administración pública, de la norma jurídica y del reglamento. Normas elaboradas democráticamente, lo que exige la existencia de la democracia formal y representativa.

 

Pero la norma por sí sola no es suficiente. Hace falta también la voluntad de cumplirla. Hemos de exigir, en lo que se refiere a la ciudad y al territorio, un planeamiento cuidadoso, que cumpla las misma normativa urbanística aprobada, lo que a veces no sucede, según hemos podido ver en algunas comunicaciones presentadas en este Coloquio.

 

Las democracia formal es el punto de partida. Pero ya vemos que resulta insuficiente, y que hemos de profundizarla. Hemos de imaginar mecanismos eficaces de participación democrática. Ésta no puede limitarse a las elecciones cada cierto tiempo.

 

Una administración pública legitimada democráticamente tiene autoridad para imponer normas claras en beneficio de la población. A veces la revolución consiste simplemente en aprobar normas y exigir que se cumplan.

 

La solución a los problemas actuales no puede conseguirse solamente con la buena voluntad. La beneficencia no basta para combatir la pobreza. Solo la actuación decidida de la administración pública puede lograrlo; por ejemplo, a través de la reforma fiscal y la redistribución de los recursos. Para ello hace falta la presión popular.

 

Muchas veces se tiene la impresión de que no necesitamos más estudios. Es ya mucho lo que se sabe. Lo que necesitamos es política.

 

Con referencia a los problemas resultantes de la acción del hombre en la superficie terrestre, se sabe ya suficientemente la necesidad de controles para evitar que siga aumentando la contaminación. A pesar de ello, el gobierno que sin duda tiene más información sobre esos temas, el de Estados Unidos, se niega a firmar el protocolo de Kioto. Por eso hemos de pasar de la ecología a la ecología política, o simplemente a la política.

 

De manera similar, hemos de pasar de la geografía urbana a la geografía política, o simplemente a la política.

 

Es sorprendente lo que se sabe y lo mal que se usa ese saber. Por ejemplo, lo que la arquitectura ha avanzado y lo mal que se construye. A veces el mercado formal e informal dan lugar a viviendas muy semejantes en cuanto a la calidad de los materiales, la vulnerabilidad y la permanencia.

 

Necesitamos del planeamiento. Los años de dominio de las ideas contra el plan tal vez han permitido mejorar la eficacia de los instrumentos de gestión, pero han conducido a reforzar la ciudad construidas por fragmentos; no solo por la iniciativa privada, que siempre lo ha hecho y prefiere ese sistema, sino también por la iniciativa pública, sin plan de conjunto, sin una idea clara de la ciudad que se quiere.

 

Parece claro que los problemas son muchos y graves, y en este Coloquio hemos tenido ocasión de escucharlo una y otra vez. Tal como se ha visto en muchas comunicaciones presentadas, hemos desarrollado excelentes instrumentos de análisis y de diagnóstico. Pero necesitamos algo más. En primer lugar, debemos salir de la academia e intervenir activamente en los debates sociales, e incluso estimularlos

Pero más allá de ello: debemos atrevernos a proponer soluciones y alternativas. No como técnicos que seamos depositarios exclusivos de la ciencia, sino como profesionales que tenemos unos conocimientos y una experiencias que hemos de poner al servicio de la comunidad. En una nueva forma de planeamiento que ha de ser diferente a la actual. En lugar de proceder de arriba abajo, de los técnicos y los políticos hacia los ciudadanos, ha de partir de abajo, de las necesidades, de las aspiraciones y de las demandas de la comunidad.

 

Necesitamos contribuir a ello con datos y con diagnósticos. Pero también con propuestas de soluciones. Sin dogmatismos ni sectarismos, que son tan corrientes en esta parte del mundo. Más bien con sentido común, con sentido de la mesura, siendo conscientes de los costes sociales de algunas propuestas maximalista.

 

Creo que deberíamos dedicar a eso un Coloquio de Geocrítica. Y pienso que el lugar adecuado para ello puede ser Portoalegre, donde se celebrará el IX Coloquio. El tema del mismo podría ser éste, que ya desde ahora propongo: “Los problemas del mundo actual: respuestas, soluciones y alternativas desde la geografía y las ciencias sociales”.

 

Estamos en un momento decisivo. Es evidente que el sistema económico dominante no asegura el acceso equitativo a los recursos existentes. Y que se necesitan formas nuevas de planeamiento, y una administración pública y unos técnicos (arquitectos e ingenieros, sobre todo) más sensible a las necesidades de la población. Que esté efectivamente a su servicio.

 

Hemos de atrevernos a pensar en cambios radicales que permitan construir esa sociedad y esa ciudad igualitaria, abierta para todos. Podríamos hablar de cambios revolucionarios, si esta palabra no estuviera tan afectada por los usos que se hicieron de ella en décadas anteriores y por el coste social que a veces le acompaña, y que puede afectar al funcionamiento de sistemas sociales que son extremadamente frágiles, como la historia contemporánea nos demuestra.

 

Creo que el Coloquio ha permitido afianzar nuestros lazos de amistad y confianza y profundizar en los debates que desde hace unos años venimos realizando. Unos debates en los que es posible la confrontación y el disentimiento desde el respeto y el esfuerzo por entender las posiciones del otro.

 

Esperamos publicar las comunicaciones presentadas a este Coloquio en el número especial de Scripta Nova que se publicará el 1 de agosto de 2005. Realizaremos previamente otra evaluación de los textos, para lo cual seguiremos contando con la colaboración de los miembros del Comité organizador, y de otros colegas.

 

Podemos ya anunciar que el Coloquio del año que viene, el VIII, se celebrará en México y será dedicado a "Geografía histórica e historia del territorio". El profesor Omar Moncada y Héctor Mendoza serán los organizadores en el Instituto de Geografía de la UNAM, y han repartido ya una información inicial sobre el evento. A comienzos de septiembre próximo se publicará la convocatoria, y esperamos que muchos de los que han participado en el Coloquio de Chile puedan estar también presentes en el siguiente, para seguir intercambiando nuestras experiencias e investigaciones. Así pues, con esa esperanza: hasta el año que viene en México.

 

 

© Copyright Horacio Capel, 2005

© Copyright Scripta Nova, 2005

 

Ficha bibliográfica:

CAPEL, H. Discurso de clausura del Coloquio. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2005, vol. IX, núm. 194 (122). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-122.htm> [ISSN: 1138-9788]

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