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EMPRESAS
DE TRANSPORTE DE GRANOS Y AGROINDUSTRIAS EN
Silvia Santarelli
Doctora
en Geografía y Profesora Titular de las cátedras Metodología de la
Investigación Geográfica y Turística, y La Geografía en las Ciencias Sociales.
Teoría y método y del curso Técnicas en Geografía I, del Departamento de
Geografía y Turismo de la U.N.S.
Claudia Sereno
Licenciada
en Geografía y Ayudante de docencia A en curso Técnicas en Geografía I, del Departamento de Geografía y Turismo de
la U.N.S.
Carolina Trobbiani
Alumna de
Empresas de transporte de granos y agroindustrias en la producción del
espacio urbano en la ciudad de Bahía Blanca, Argentina: conflictos e
incumbencias (Resumen)
En el centro Sur de la provincia de Buenos Aires
–parte de
Palabras
claves:
transporte de granos, agroindustrias, conflictos urbanos, calidad de vida.
Grain transport business and agro industry in the
production of urban space in the City of
In the South center of the
Keywords: grain transport, agro-industries, urban conflicts, quality of
life.
Introducción
La ciudad como espacio social se construye a
través de la interacción de diferentes agentes que plasman en un sitio formas y
estructuras generadoras de distintas funciones, reflejo de las lógicas
condicionantes de su accionar; en este proceso de transformación continua los
lugares se diferencian y, por lo tanto, conforman una imagen distintiva que en
conjunto define según la intensidad de sus rasgos la identidad no sólo de un
sector sino de toda la trama urbana.
En este sentido, los pueblos y ciudades del
suroeste bonaerense se caracterizan por la estrecha relación con el ámbito
rural próximo y sus actividades pues desde sus orígenes se constituyeron en
puntos de enlace con el puerto y en centros de localización de los acopios,
agroindustrias y empresas de transporte.
Bahía Blanca, inmersa en una región
agrícola-ganadera por excelencia se distingue por la presencia de diferentes
emprendimientos tales como agroindustrias –molinos harineros, fabricas de
fideos, de aceite comestible, entre otras-, empresas de transporte de carga,
acopios y acondicionadoras de granos que impactan en su morfología y fisonomía
debido a las modalidades de trabajo, equipamiento e infraestructura que estos
asentamientos necesitan y los consecuentes nexos que entablan.
Al respecto, el presente
trabajo tiene como finalidad indagar sobre los cambios producidos por la
instalación de estos emprendimientos en el ejido urbano tanto en el uso y valor
de las tierras como en las consecuencias sobre la población aledaña en aspectos
referidos a su vida cotidiana. Se busca comprender entonces cómo estas
empresas, que en algunos casos no respetan el código de zonificación urbana
vigente y compiten con otros usos del suelo, traen aparejadas una serie de
contradicciones evidentes en beneficios y conflictos que afectan la dinámica de
la ciudad y alteran la calidad de vida, circunstancias que han obligado en
ocasiones a modificar modalidades de trabajo o localizaciones tanto a empresas,
residentes como comerciantes.
La
metodología empleada para analizar lo antes expuesto se basa en la comprensión
de la realidad utilizando textos, diarios, revistas especializadas,
estadísticas en distintas fuentes, consultas con integrantes de empresas o
instituciones y charlas reiteradas con informantes calificados y profesionales
(2003 a 2005) -vecinos de áreas de estudio, transportistas, operador de playa,
corredor, representante de la comercialización, exportador en terminales
portuarias y agentes de inmobiliarias locales- como una vía operativa válida
para caracterizar el comportamiento de los agentes y conocer la percepción y
opinión de los residentes sobre la dinámica que imprimen y el efecto que
ocasionan estos emprendimientos; de este modo el trabajo en el terreno
constituye una etapa clave y es un medio adecuado para detectar cómo influyen
las empresas estudiadas en la configuración del suelo urbano.
Proceso de producción del espacio urbano: incidencia
de la actividad agrícola
La producción de suelo urbano es el resultado de
los intereses y necesidades de los múltiples agentes que a través del tiempo
aportan patrones propios asociados con la modalidad que representan y los requerimientos
inherentes al funcionamiento de la misma; en este proceso de apropiación se
genera una estructura particular derivada de los elementos que caracterizan la
nueva actividad que se incorpora y de la morfología que provoca su impronta. En
este sentido Milton Santos afirma que el espacio debe considerarse como un
“... conjunto de relaciones realizadas a
través de las funciones y de las formas que se presentan como testimonio de una
historia escrita por los procesos del pasado y del presente” (1990: 139).
En consecuencia, las ciudades de la Región
Pampeana de la República Argentina se distinguen porque poseen rasgos
semejantes, condicionados no sólo por su trazado en damero sino por la
actividad económica circundante y por estar ligadas al avance del ferrocarril.
En ellas se destacan desde sus inicios las estaciones del ferrocarril, galpones
y silos como los edificios más
importantes y, más tarde las agroindustrias, venta de semillas y agropecuarios.
Romain Gaignard (1989: 18-19) rememora los paisajes de los primeros tiempos de
la colonización agrícola:
"Cuando evocamos esas llanuras del Plata,
reserva de cereales, oleaginosas y de ganado para el mundo futuro, se agolpa
ante nuestros ojos todo un conjunto de imágenes: caminos rectos bordeados por
alambrados cuyas líneas fugitivas se pierden en una lejanía polvorienta;
praderas tan vastas que no permiten distinguir los rebaños que las recorren;
dilatados campos de trigo, de girasol o de maíz; aspas de molino que emergen de
un montecito de eucaliptos ...; en el horizonte la silueta de los silos que
anuncian la estación y el pueblo ..."
En este contexto, es oportuno destacar que las
condiciones climáticas y edafológicas de la región circundante a Bahía Blanca
son propicias para el desarrollo agrícola-ganadero, actividad económica que se
sustenta en un conjunto de servicios y emprendimientos que hacen posible la
transformación y comercialización de estos productos tanto para el mercado
interno como externo. Así, tal como se mencionara, los agentes vinculados con
el agro plasman formas peculiares que modifican la trama urbana; singularidades
que se diluyen y entremezclan en la actualidad dada la importancia que la
ciudad reviste como centro regional -prestadora de servicios a una amplia zona,
con funciones comerciales, sanitarias y universitarias, entre otras- y porque
las nuevas localizaciones, impuestas para disminuir los conflictos con los
residentes en áreas no aprobadas por la legislación vigente para la instalación
de estos emprendimientos, están por lo general en cercanías del puerto; sin
embargo aún perduran este tipo de empresas que imprimen sus particularidades,
complejizan el ejido urbano y provocan una serie de contradicciones de diversa
índole (Figura 1).[2] Los conflictos y aportes
que las mismas ocasionan en el proceso de producción de este espacio se
esquematizan en la Figura 2, síntesis orientadora del tratamiento del tema.
El transporte de granos, las agroindustrias y
el acopio en la construcción y dinámica del espacio urbano
Bahía
Blanca se destaca por constituir un importante nodo de comunicaciones con
infraestructura de transporte marítimo, terrestre, ferroviario y aéreo que
facilita el enlace con los mercados del país e internacionales; su carácter
portuario la convierte en receptora de la producción granaria y otras
mercancías producidas en la zona circundante gracias a esta amplia red
circulatoria y a una significativa flota de camiones destinada al transporte de
granos y productos elaborados.
Al
respecto, los agentes involucrados directamente con este tipo de transporte
–cuentapropistas y empresas- requieren equipamiento y, en especial, cuando son
grandes.
Figura Nº1
Localización
de emprendimientos vinculados al agro en la ciudad de Bahía Blanca
Fuente:
Elaboración propia sobre la base de planos de la Municipalidad de Bahía Blanca
y relevamientos en el terreno.
Figura Nº2
Incidencia del agro en la producción del espacio urbano: tipos de emprendimientos,
conflictos y aportes
Fuente: Elaborado sobre
la base de entrevistas realizadas en octubre-diciembre, 2004 y observaciones en
el terreno.
firmas
una importante infraestructura para llevar a cabo su labor -galpones, playas de
estacionamiento o depósitos- que estructuran el espacio, modifican el trazado
del periurbano y repercuten en el funcionamiento del mismo.[3]
De este
modo, la existencia de empresas de transporte de granos con vehículos propios
–en el área se detectó que la cantidad de vehículos que las representa varía
entre 3 y 10-, el alto número que habitualmente contratan junto al accionar de
los cuentapropistas, originan un flujo de camiones de carga desde la ciudad
hasta la zona de producción y desde ésta hacia la playa de estacionamiento El
Triángulo, las agroindustrias y luego al puerto que transforman y dinamizan el
sector aunque, en contrapartida, suscitan conflictos derivados de la intensa
movilidad que ocasiona esta actividad.
Como las
instalaciones de las grandes o medianas empresas de transporte de granos por lo
general están en el periurbano en zonas escasamente ocupadas por población y
sólo sus oficinas o pequeños galpones permanecen dentro de la ciudad en
sectores más densamente poblados, no se detectaron otros conflictos evidentes
con los habitantes de estos lugares excepto el mencionado.
Un emprendimiento que
ejerce amplia ingerencia sobre el sistema de transporte de granos es la
mencionada playa de estacionamiento El Triángulo creada durante el transcurso
del año 1998 por iniciativa municipal;[4] la
misma, que se localiza en la intersección de la Ruta Nacional 3 con la Ruta
Provincial 252 en 60 hectáreas de la periferia seleccionadas con la finalidad
de evitar conflictos de congestionamiento de vehículos de gran porte en rutas y
banquinas, constituye un nexo entre el sector productor o de almacenaje y el
puerto de Ingeniero White.[5]
El mecanismo distintivo
de esta modalidad -que actúa como un componente articulador de la relación de
dos modos de transporte: el camión, que traslada el grano de acuerdo al cupo[6]
otorgado y el barco, que define la cantidad de granos requeridos en puerto
según de la demanda externa- es que los vehículos esperan el turno de descarga
en función de la disponibilidad de cupos asignados por las terminales.
Esta playa, con una
capacidad de albergue para 1.600 vehículos, en épocas de cosecha es superada y
las rutas de conexión se convierten en los lugares donde se manifiestan los
conflictos pues, si bien los transportistas llegan como norma según la
disponibilidad de cupos en puerto, en ocasiones arriban sin la cuota
preestablecida circunstancia que obliga a esperar turno, a realizar largas
filas o estacionar en las banquinas ocasionando desajustes en el tránsito y
riesgo de accidentes. Además, los agentes del transporte consultados opinan,
casi en su totalidad, que se debería realizar un control rígido de las normas
pues el sistema les provoca serios inconvenientes.
Es dable destacar que la
conexión entre el puerto y la playa se concreta por rutas muy transitadas que
intensifican aún más el movimiento de vehículos en verano debido al flujo de
turistas hacia la costa atlántica del suroeste bonaerense y a un incremento en
la actividad como consecuencia de la finalización de la cosecha.
Sin
embargo la mayor incidencia de la localización, funciones y elementos que
componen la playa se produce en la periferia de la ciudad de Bahía Blanca
puesto que desde el comienzo de las actividades se incorporan paulatinamente
una serie de infraestructuras, equipamientos y servicios: restaurante, estación
de servicio, talleres, red de alumbrado, caminos, entre otros, que en conjunto
provocan un nuevo diseño espacial y como se especificara un aumento del
tránsito dado el intenso flujo de vehículos de distinto porte que allí operan.
Asimismo,
cerca de los silos subterráneos de Grümbein existe un predio dedicado
exclusivamente a albergar vehículos que arriban sin cupo para facilitar el
control sobre las unidades autorizadas y las que llegan “por las dudas” en
procura de dejar la carga, no cuenta con servicios y es gratuita (La Nueva
Provincia, 1, agosto, 2004: 13).
Las agroindustrias
también participan en la modificación de la trama urbana de Bahía Blanca; así,
es posible sintetizar las problemáticas procedentes de las mismas a través del
análisis de los impactos que ocasionan las empresas que actualmente funcionan
inmersas en la ciudad y aquellas que por diversos motivos han abandonado sus
antiguas instalaciones y trasladado hacia el periurbano.
Entre las
agroindustrias que perduran dentro del ejido cabe citar A.L.I.B.A. S. A.
-especialista en nutrición animal-, Virgilio Manera S. A. –fábrica de pastas
secas- y Molinera del Sud-Molino América S. A. C. I. –molienda de granos-
(Figura 3). Las mismas se localizan en
A estas deben agregarse
Italo Manera Nutregal y Argensoja –fábricas de pastas secas y alimentos
derivados de la soja- en las afueras de
la ciudad, sector de menor densidad de población y área permitida para “…
industrias de cierta magnitud que no producen altos grados de molestias”
según el Código de Planeamiento Urbano (1993).
El proceso de
adaptación de la agroindustria Oleaginosa Moreno Hermanos S.A.C.I.F.I. y A.[7]
a las imposiciones políticas, económicas y de convivencia en el Barrio San
Martín de uso predominantemente residencial (Figura 5) permite estudiar los
cambios experimentados en la morfología del lugar como consecuencia de la
instalación y las dificultades propias de esta industria -ruidos, olores,
voladura de pellets, entre otros-, accidentes casuales -derrame de aceite-,
quejas reiteradas de los vecinos y los intereses de expansión empresarial que
determinaron su traslado a la zona portuaria.
A pesar de ello,
otros problemas persisten pues las instalaciones y los accesos férreos permanecen
otorgando al lugar una fisonomía particular, más aún si se contemplan las
viviendas deshabitadas -algunas compradas por la empresa para ser usadas como
oficinas y otras para paliar las dificultades creadas a sus residentes (Figura
6)-, secuelas de los conflictos entre dos usos del suelo incompatibles.
Los acopios, empresas
exportadoras y acondicionadoras que se encuentra en la periferia de la ciudad y
en el puerto se suman a los silos de las agroindustrias con estructuras que
otorgan un aspecto visual particular pues, salvo en los silos subterráneos de
Grümbein y Serbal, se elevan sobre el resto de las construcciones con sus formas y colores típicos;
entre ellos es dable citar Terminal Bahía Blanca, Glencore-Toepfer S. A., Moreno
Hermanos S.A.C.I.F.I. y A., Cargill S. A.,[8]
las dos últimas también fabrican aceites vegetales y subproductos oleaginosos.
Es necesario destacar
que los emprendimientos mencionados no sólo aportan elementos singulares que
transforman el espacio original con rasgos propios de una economía ligada al
agro y originan una estructura y diseño urbano distintivo sino que también
generan un notable tránsito de vehículos en sus inmediaciones y accesos.
Figura Nº3
Uso
y ocupación del suelo en el área circundante a Molinera del Sud, A.L.I.B.A. S.
A. y Virgilio MANERA S. A.
Fuente:
Elaboración propia sobre la base de relevamiento en el terreno.
Figura Nº4
Casas
desocupadas y viviendas cercanas a las agroindustrias.
Casas deshabitadas
alrededor de A.L.I.B.A., Berutti al 1500. Barrio de emergencia en cercanía de
A.L.I.B.A. S. A.
Entrada principal
A.L.I.B.A. S. A. Fábrica de pastas
Virgilio Manera S. A.
Fuente: Relevamiento en
el terreno, 2004.
Figura Nº5
Uso
y ocupación del suelo en el Barrio San Martín: área circundante a ex Oleaginosa
Moreno
Fuente:
Elaboración propia sobre la base de relevamiento en el terreno.
Figura Nº6
Casas deshabitadas frente a las instalaciones de
Oleaginosa Moreno.
Casas deshabitadas en el Barrio San Martín, calle
Coronel Falcón al 200
y Donado y ex instalación de Oleaginosa Moreno.
Fuente: Relevamiento en el terreno, 2004.
Percepción de los residentes próximos a los
emprendimientos y estrategias empresariales ¿acuerdos o contradicciones?
La diversidad de actividades
y funciones que actualmente existen en Bahía Blanca diluye y acrecienta los
conflictos derivados de los emprendimientos del agro en la urbe. Se diluyen en
la percepción de aquellos agentes que no están directamente involucrados y por
la diversidad de usos que conviven; se acrecientan porque la expansión de la
mancha urbana –en ocupación, población y usos- los incorpora paulatinamente
como parte de la ciudad.
En este contexto, interiorizarse en la opinión y
percepción de los residentes de los sectores aledaños a los emprendimientos
examinados reviste interés dado que facilita comprender la incidencia de la
transformación de los elementos de la estructura urbana subyacente y del
ambiente en el modo de sentir, pensar y
“vivir” este nuevo cotidiano; así, las distintas situaciones provocan
comportamientos particulares que se manifiestan en las acciones que los agentes
realizan o desean concretar para modificar su lugar.
En consecuencia,
la percepción de las personas entrevistadas[9]
que residen en los alrededores de las agroindustrias es en general de oposición
y rechazo pues alteran su vida cotidiana y degradan el ambiente con ruidos (en
ocasiones se perciben hasta dos cuadras), olores, congestionamiento de tránsito
con vehículos de diferente tipo, proliferación
de alimañas destrucción de la
capa asfáltica, deterioro de las construcciones y de la vegetación por abandono
de las casas, suciedad y polvo en
suspensión, aunque es posible diferenciar una agroindustria de otra (Figura 7).
Es necesario aclarar
que no todas las consultas desacreditan el accionar de estos emprendimientos;
así los vecinos del Barrio San Martín destacan los perjuicios que ocasionó el
cierre de Oleaginosa Moreno y enfatizan las estrategias empresariales que ésta
siguió durante su estadía en el barrio fundadas en acuerdos para colaborar con
los vecinos, la Sociedad de Fomento y el Club Atlético Estrella, a fin de
revertir los efectos de su funcionamiento:
“A mi negocio
lo perjudicó el cierre de la empresa, venían muchos camioneros a comprar carne
hasta el mismo dueño, que era vecino nuestro... la empresa colaboró con la Sociedad de Fomento del barrio donando la
sala de odontología, al club Estrella lo ayudó trayendo nuevos jugadores de
básquet, había vigilancia y se hizo cargo de muchos de los daños que causaba...” (Entrevista realizada a un comerciante y
vecino que reside en Barrio San Martín desde hace más de 45 años).
Sin embargo algunas
expresiones muestran los sentimientos contradictorios ante las dificultades de
convivencia de disímiles agentes y las consecuencias de estructuras impuestas
en la trama urbana:
“El olor y la cáscara que volaba era infernal, había mucho
transito de camiones y trenes, era movimiento continuo día y noche... Recuerdo que alrededor del `80 explotó un silo con aceite... el aceite corría como agua esto manchó todo, hubo que tirar abajo
las paredes de varias casas, tirar muebles pero Moreno se hizo cargo de todo...” (Entrevista realizada a
un vecino que reside hace más de 20 años en el Barrio San Martín).
La localización de algunas empresas y sus
decisiones desarticulan los vínculos de los residentes con el lugar –pues la
mayoría desea mudarse si no cambian las condiciones- y provocan paulatinamente
el abandono de las viviendas con el consecuente cambio de ocupación del espacio
urbano. Así manifiestan sus problemas algunos residentes:
Figura Nº7
Percepción
de molestias ocasionadas por las agroindustrias
Figura Nº8
La figura anterior
representa los conflictos que las personas entrevistadas en las manzanas
ubicadas alrededor de la ex-instalación de Oleaginosa Moreno S. A.
experimentaron cuando funcionaba la empresa y aún recuerdan; las siguientes
figuras muestran las percepciones actuales.
Figura Nº9
Molestias
detectadas en los alrededores de Manera
Fuente:
Elaborado sobre la base de entrevistas realizadas durante octubre-diciembre,
2004.
“Se tapan y rebalzan todas las cloacas por
toda la grasa que tiran, el ruido es continuo e intolerable y el olor inmundo…
encima se llena de camiones que no tiene sanitarios. Elevamos 17 denuncias a la
municipalidad, todo tipo de queja, contratamos un abogado pero ni el abogado
nos escucha... ya baje los brazos
no hay nada mas que hacer, solo mudarse y no esta al alcance de todos” (Entrevista realizada a
una vecina que reside hace 16 años frente a A.L.I.B.A. S. A.).
“... el ruido del tren y de la fabrica es
insufrible, desviaron la vía para que entre adentro de la fabrica, las casa se
quiebran todas... A.L.I.B.A. no colabora para nada con los vecinos. Manera… no
larga olor, lo que más molesta seria el tema del congestionamiento de camiones”
(Entrevista realiza un vecino que
reside hace 19 años cerca de A.L.I.B.A. y Manera).
Si se comparan las
opiniones de los vecinos sobre las modalidades de accionar de las empresas
Oleaginosa Moreno S. A. y A.L.I.B.A. S. A. se evidencia que, a pesar del
traslado de la primera, aún perciben las tácticas que empleaban para mantener
la convivencia como positivas, sin embargo no manifiestan lo mismo en relación
con la segunda.
En las inmediaciones
de Molinera del Sud S.A.C.I. prevalece el uso comercial por lo cual no se
detectaron manifestaciones negativas a pesar de estar localizado en un sector
de uso dominante para vivienda familiar y multifamiliar y no permitidos para la
molienda de trigo o productos de molinería (según Código de Planeamiento
Urbano, 1993).
Como estos
emprendimientos repercuten en la trama urbana es interesante rescatar la
opinión de un agente inmobiliario sobre las valuaciones y preferencias de los
compradores con respecto a las propiedades ubicadas en los sectores
anteriormente analizados. El mismo opina que los resabios de las antiguas
instalaciones de Oleaginosa Moreno S. A. producen sensaciones de rechazo y
desconfianza por el destino de este inmueble, situación que influye en el
mercado inmobiliario y en los particulares que no realizan inversiones. Esta
circunstancia, entre otras, acrecentaría aún más la fuerte expansión hacia el
sector nor-noroeste, sobre determinados ejes de crecimiento y la consecuente
transformación de la forma de la ciudad.
Por otra parte, en el
sector ocupado por A.L.I.B.A. S. A. a pesar de los inconvenientes que genera su
funcionamiento se identifican algunas contradicciones en el proceder de los
agentes pues se ha construido una escuela Polimodal y se observan reformas en
distintas viviendas; sin embargo, teniendo en cuenta la opinión del agente
inmobiliario es un sector “que cuesta vender” y se ha devaluado debido a
la presencia de esta empresa y de los asentamientos marginales cercanos.
Reflexiones finales
Es oportuno recordar que la morfología urbana no
es el resultado de un único modelo de apropiación del suelo ni de un único
factor sino que en su conformación se entremezclan estilos, tiempos, intereses,
formas y tramas diversas y complejas.
En Bahía Blanca, el proceso de apropiación y
transformación incluye no sólo competencias y sustitución de funciones sino como
indica Andrés Precedo Ledo (1996: 254) para las ciudades españolas:
“… alteración
y ruptura de la volumetría, la parcelación, las tipologías y la densidad. Tales
intervenciones rara vez son recuperables, introduciendo en este subsistema urbano
factores de distorsión estructural, generadores a su vez de demandas
inadaptadas al entorno”.
En consecuencia, el accionar de los distintos
agentes y emprendimientos examinados muestra la fuerte relación entre la zona rural
circundante y el desarrollo económico de la ciudad pues no sólo aportan y
atraen capitales y posibilidades de trabajo sino también nuevas formas tanto de
instalaciones como en el diseño urbano, en las modalidades de funcionamiento e infraestructuras que los distingue como
constructores de una morfología urbana singular, resultado del nexo
ciudad-agro.
Esta imbricada trama de elementos y relaciones
demanda, entonces, una efectiva y actualizada planificación que guíe a los
diversos agentes para alcanzar un uso y ocupación consensuada y una convivencia
fructífera.
[1] Este trabajo fue realizado en el marco
del proyecto financiado por INTA, Balcarce, dirigido por la Licenciada Susana
Brieva “Transporte y logística de la
producción agroalimentaria en el centro-sur de la provincia de Buenos Aires"
y del proyecto dirigido por la Dra. Silvia Santarelli “Las potencialidades de los espacios locales y
sistemas de articulación regional en la valoración de la calidad de vida en el
suroeste bonaerense. El aporte de los S.I.G.”, con financiamiento
parcial de la Secretaría General de Ciencia y Tecnología–U.N.S. que subsidia
dicho proyecto.
[2] El símbolo de cuentapropistas dibujado
en el mapa representa sólo localización y cantidad aproximada de agentes
entrevistados.
[3] Los resultados obtenidos de las
entrevistas realizadas (mayo 2003 a noviembre de 2004) muestran un predominio
de cuentapropistas -80 %- y una menor
proporción de empresas -17,7 %-, mientras que los comisionistas de transporte
ocupan un 0,3 % de la totalidad.
[4] Con anterioridad existía una playa de
menor capacidad por lo cual habitualmente debían estacionar los camiones en
rutas y banquinas. El origen de este tipo de infraestructura se relaciona con
los cambios iniciados a partir de 1991 cuando el Gobierno Nacional decreta la
desregulación de la actividad portuaria y transfiere el dominio del puerto al
poder provincial con participación de entes privados relacionados al quehacer
portuario; en consecuencia las playas comienzan a operar en los años siguientes
a este suceso.
[5] El puerto de Ingeniero White y puerto
Galván conforman el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.
[6] Es preciso aclarar, en
esta instancia, el concepto de cupo como la posibilidad de asignar tantas
cuotas, entiéndase en toneladas camión, como la cantidad de partes (en
toneladas) que poseen las terminales portuarias en relación con las demandas de
los compradores materializadas en la capacidad de los buques arribados.
[7] Oleaginosa Moreno -que inicia sus
actividades en Bahía Blanca en 1961 como una empresa familiar dedicada a
procesar semilla de lino cambia, diez años más tarde, por molienda de girasol-
posee plantas productoras de aceite en Bahía Blanca, Quequén, Daireaux y
General Villegas, almacenaje de granos, explotaciones agropecuarias, agro
insumos, servicios portuarios en Galván y Quequén, entre otros. En 1997 el
Grupo Moreno (Oleaginosa Moreno Hermanos S. A., Oleaginosa Oeste S. A.,
Sucesión Antonio Moreno S. A. y empresas vinculadas) vende el “… 51 %” de su paquete accionario que es
adquirido por Glencore Internacional AG, empresa “… multinacional Suiza…” organización cerealera que actúa en
Argentina; en la actualidad se localizan
en el puerto de Ingeniero White y a través de una amplia red de corredores y
movimiento continuo de trenes y camiones traen los granos de la zona para su
exportación. Para dar idea de la magnitud de estas empresas cabe citar que ya
en los tres primeros meses de 1997 Moreno exportó aceites vegetales por un
monto que representaba “… el 10,30 por
ciento del total embarcado… y
Glencore un 0,60%...”. (La Nueva Provincia, 26-06-1997: 1, y consultas en el lugar).
[8] La empresa posee tres plantas de
procesamiento en Argentina, la ubicada en Bahía Blanca fue inaugurada en 1996.
[9] Se procuró encuestar a todas las
personas que viven alrededor de estas industrias –concretándose aproximadamente
un 70 %-, sin embargo, al igual que las entrevistas realizadas a
cuentapropistas, los resultados expuestos corresponden sólo al universo entrevistado;
asimismo, las grandes empresas fueron relevadas casi en su totalidad (90 %).
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987-9281-91-8]. pp. 27-294.
© Copyright Silvia Santarelli, Claudia Sereno, Carolina Trobbiani, 2005
© Copyright Scripta
Nova, 2005
Ficha bibliográfica:
SANTARELLI, S.; SERENO,
C.; TROBBIANI, C. Empresas de transporte de granos y
agroindustrias en la producción del espacio urbano en la ciudad de Bahía
Blanca, Argentina: conflictos e incumbencias. Scripta Nova. Revista electrónica de
geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de
agosto de 2005, vol. IX, núm. 194 (17).
<http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-17.htm> [ISSN: 1138-9788]
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número 194
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