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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. IX, núm. 194 (66), 1 de agosto de 2005

 

CRISIS URBANA Y TRANSPORTE ALTERNATIVO: LA OPCIÓN REMISE

 

Lic. Susana Kralich

CONICET-Inst. Geografía-UBA

E- mail: skralich@fadu.uba.ar


Crisis urbana y transporte alternativo: la opción remise (Resumen)

En el ámbito metropolitano de Buenos Aires, así como en otras ciudades del país y de América Latina, se ha verificado en los últimos años una notable captación de viajes urbanos por modos alternativos al sistema ortodoxo de transporte público. Dos versiones los tipifican: los charters (servicios contratados, prestados por ómnibus de diverso tamaño, vans o combis), a los que nos referimos en trabajos previos y los remises, objeto de esta ponencia. El remise (automóvil de alquiler, con chofer y sin taxímetro), existe en el esquema circulatorio urbano nacional desde hace décadas, pero su uso se veía restringido a viajes de lujo, ocasionales y especiales, en tanto que hoy se utiliza preferentemente para la realización de desplazamientos ocasionales cortos, y menos frecuentemente de media distancia, en reemplazo del automóvil particular y el taxímetro. En los últimos años se advierte asimismo la proliferación de su uso también en sustitución del transporte masivo, al que supera en comodidad y rapidez, cuando no en precio, ya que -como el taxi- se abona por viaje, independientemente del número de pasajeros. Llamativamente, como veremos, su demanda resulta ser independiente, tanto del grado de accesibilidad, como del nivel socioeconómico de los usuarios. El surgimiento explosivo de prestadores, entre los que se registra importante proporción de ilegales, se dio fundamentalmente durante los '90, abonada por el incremento de la desocupación, el simultáneo auge del cuentapropismo y la génesis de nuevas demanda de viajes, surgidos de la combinación entre deterioro de la accesibilidad mediante transporte masivo y aumento de la inseguridad urbana. A ello debemos sumar un esquema de control altamente permeable a conductas corruptas, cuya investigación y erradicación se impone a priori de cualquier intervención en pos de depurar el servicio de prestadores al margen de leyes y normativas. Puntos cruciales sobre los que, concluimos, se hace imprescindible trabajar, coordinando la discusión entre actores, para lograr un reordenamiento y reglamentación realista de la actividad, que garantice servicios accesibles y seguros, en competencia leal con el resto de los operadores del sistema de transporte urbano.

 

Palabras clave: transporte alternativo, remise, accesibilidad.

 


Urban crisis and alternative transportation: the remise option (Abstract)

In the past years there has been recorded a noticeable amount of alternative means of transportation to the orthodox public transportation system, in the metropolitan ambit of Buenos Aires, as well as in other cities in the country and in Latin-America. Two versions typify the alternative option: charters (contracted services offered by different sizes of buses or vans) and the option made reference to in previous works: the “remise”, object of this presentation. The "remise" (car rental with driver and without taxi meter) has existed in the national urban circulation scheme for decades, but it was restricted to luxury trips and to special occasions; while today it is used preferably for short, occasional trips and less frequently for longer travels. The “remise” has replaced the private car and the taximeter. In the past years it has been drawn to attention the proliferation of the use of this alternative transportation as substitution of massive transport, to which surpass in terms of comfort and speed. However, the "remise" does cost more, since like the taxi people pay per trip, no matter the number of passengers. Surprisingly, its demand turns out to be independent, as well as the degree of access ability and the socioeconomic level of its users. The explosive emergence of the drivers offering such service, among which it registers a large proportion of illegal aliens, came about mostly during the 90’s. The increasing rate of unemployment, the boom of self-employment, and the beginning of the new travel demand, emerged from the combination of accessibility through massive transport deterioration and the increase of lack of urban safety. In addition, we need to add a highly permeable control scheme, whose investigation and eradication prevails any intervention to purge the drivers’ service in terms of them complying with the laws and norms. To conclude, these crucial points make it essential to work, coordinating the discussion between those that provide the service, in order to attain a rearrangement and realistic regulation of such activity that will guarantee safe and accessible services, in true competition with the rest of the urban transport system providers.

 

Keywords: urban transport, private shuttle service, accessibility.


 

Introducción

 

En el ámbito metropolitano de Buenos Aires, así como en otras ciudades del país y aún de América Latina (De Soto, 1992: 103), se ha verificado en los últimos años una notable captación de viajes urbanos por modos alternativos a la red regular de transporte público: remises (automóviles de alquiler sin taxímetro) y charters (ómnibus o combis contratados), de uso público, no colectivo el primero, y semipúblico colectivo el segundo. Su intrusión en el esquema modal urbano provocó múltiples impactos, que analizamos en el presente trabajo: cambios de hábitos de movilidad de la población, cambios en la prestación de otros modos de transporte y, en lo que se refiere al ámbito de gestión, revisión y modificación de normativas vigentes.

 

El charter es, por definición, un servicio contratado, representando una opción planificada de viaje cotidiano en ómnibus de tamaño variable, desde el típico utilizado para el transporte interurbano, hasta el microbús o combi de 12 asientos (Gutiérrez y Kralich, 2005). Es requerido fundamentalmente para cubrir trayectos pendulares, en promedio superiores a 10 km, por lo que compite fuertemente con el sistema regular de transporte masivo y especialmente, con el automotor colectivo (Kralich 1993 y 1995). Se abona por asiento reservado (una de sus características es que no lleva pasajeros de pié /1) y, excepto en el caso de los clandestinos (denominados truchos en la jerga local), por anticipado/2) Comparte con el taxi y el remise el mayor confort y previsibilidad y en general el atractivo de la supresión de esperas y trasbordos, así como.

 

El remise, del que nos ocuparemos especialmente en este trabajo, existe en el esquema circulatorio nacional desde hace décadas, pero la radicación de agencias prestadoras creció abruptamente durante los '90, con el incremento de la desocupación y la génesis de nuevas demandas, surgidas de la combinación entre merma de la accesibilidad y aumento de la inseguridad. Es utilizado prevalentemente para la realización de desplazamientos ocasionales, generalmente cortos (3 a 10 km) y menos frecuentemente de media distancia, en reemplazo del automóvil y/o el taxímetro. Como en el taxi, se abona por viaje, independientemente del número de pasajeros/3) por lo que involucra la ventaja de su prorrateo cuando los transportados son dos o más/4), así como la comodidad del traslado puerta a puerta. En la última década se advierte asimismo la proliferación de su uso también en sustitución del transporte masivo y llamativamente, como veremos, su demanda puede resultar independiente, tanto del grado de accesibilidad, como del nivel socioeconómico de los usuarios.

 

Nuestro proyecto, financiado por el CONICET (Kralich, 2004), pretende analizar la situación actual relativa al uso de este modo de transporte, y causas y consecuencias sociales y económicas, a partir del estudio de caso de dos distritos metropolitanos: un municipio al sur del aglomerado, actualmente en preparación, y la ciudad de Buenos Aires, sobre la que haremos hincapié en el presente trabajo, complementado el panorama con el relevamiento de información secundaria, dando cuenta de las características más salientes sobre el desarrollo del servicio estudiado en otras ciudades del país.

 

 Marco teórico e hipótesis

 

El calificativo de alternativo surge para nombrar un tipo de oferta de transporte por fuera del régimen de servicio público. Es prestado por particulares que conforman pequeñas y medianas empresas -PYMES- de gestión familiar; fundadas por los propietarios de los vehículos, que también trabajan como conductores. Destaca su tendencia a acompañar el proceso económico de fuertes contrastes, cristalizado en la notable polarización socioespacial, resultante de la producción urbana (y por ende su movilidad) dualizada y/o fragmentada (Santos, 1994: 53, Coraggio, 2004, etc.).

 

Por lo antedicho, entendemos al transporte alternativo, como la forma post industrial, flexible, de producción del transporte de pasajeros, representativo de la fase actual del capitalismo avanzado (Gutiérrez y Kralich, 2005). Resultante del proceso de reestructuración de la economía global, regional, nacional, cuyo impacto en la ciudad se manifiesta, entre otras, en los cambios señalados.

 

Para intentar explicar el importante crecimiento de viajes en modos de transporte alternativos, cuyo punto culminante se verificó a principios de la década pasada, nuestras hipótesis se centran en tres pivotes:

 

         Descenso general de la tasa de movilidad. La persistencia y profundización de la crisis social y económica redujo sensiblemente las tasas de movilidad de la población. El empresariado, también afectado por la crisis económica, ante el fenómeno de merma de los viajes, redujo las prestaciones pactadas y desatendió la calidad de los servicios;

 

         Incremento sostenido de la inseguridad: En lo que al sector transporte se refiere, estimuló la búsqueda de modos que, eludiendo paradas intermedias, esperas, caminatas y trasbordos -característicos del transporte masivo- reducen la probabilidad de asaltos;

 

         Expansión urbana, diferenciando en ella I) la suburbanización tradicional, protagonizada por las clases baja y medio baja, en áreas periféricas y de baja densidad, con provisión escasa o nula de servicios urbanos (para el caso, destacando los de transporte público), y II) aquélla propia de los grupos mejor posicionados, bajo la modalidad predominante de barrios cerrados que, alejados del centro y con movilidad apoyada prioritariamente en el uso del automóvil, es complementariamente demandante de servicios de transporte alternativos.

 

 Metodología

 

La metodología planteada contempló la búsqueda de información primaria relativa a la oferta y demanda de servicios, así como su relación con otros modos de transporte urbano. Su elaboración incluyó la construcción de tablas, cuadros, gráficos, y cartografía que posibilitó analizar la distribución espacial de la oferta (radicación de agencias) y su relación con indicadores sociodemográficos, publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

 

Los datos sobre desarrollo de la actividad y habilitación de agencias en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fueron obtenidos en dependencias de la Dirección de Tránsito y Transporte de dicha jurisdicción, donde asimismo nos interiorizamos sobre la normativa correspondiente.

 

Complementamos dicha información con la realización de entrevistas a informantes clave: funcionarios, choferes y titulares de agencias, así como con la realización de encuestas a usuarios y operadores, de la que obtuvimos rica información cualitativa.

 

El relevamiento de bibliografía, relativa tanto a la actividad y al transporte urbano en general, como a procesos económicos globales, incluye además la reunión de información secundaria, surgida de la literatura consultada y de artículos periodísticos referidos a la temática estudiada.

 

 La "primavera" del remise

 

A partir de la experiencia de investigaciones previas, relativas a la movilidad cotidiana en la Región Metropolitana de Buenos Aires, fuimos observando la creciente importancia que cobraba la prestación de servicios alternativos, tradicionalmente restringidos a la realización de viajes de excepción: hasta hace 20 años se los utilizaban casi exclusivamente para viajes excepcionales: desplazamiento de deudos en ocasión de casamientos, fallecimientos; servicio de lujo para traslado de ejecutivos o funcionarios, etc. En otras palabras, similar al que presta la limousina, pero menos ostentoso.

 

Actualmente los motivos de viaje, que surgen de las entrevistas y encuestas efectuadas a usuarios de la Región Metropolitana de Buenos Aires (Ciudad de Buenos Aires y municipios vinculados por la red de transporte urbano-suburbano), muestran abarcar un amplio espectro, así como todas las categorías socioeconómicas, siendo llamativo en este sentido su uso frecuente por personas de bajos ingresos, jubilados, asalariados, residentes en barrios precarios (villas miseria) en los que inclusive se detecta la radicación de agencias. Destacando que el servicio ofrece la seguridad de viajes puerta a puerta y con la confortabilidad e intimidad que brinda el automóvil, los que por añadidura, como señaláramos más arriba, hasta pueden resultar más baratos que en medios masivos. Detectamos en tal sentido viajes de madres con niños, embarazadas, personas mayores, convalecientes, discapacitados temporarios o definitivos, viajes nocturnos, traslados desde o hacia estaciones ferroviarias, terminales de transporte de larga distancia, puertos o aeropuertos, idas y/o regresos desde y hacia universidades, colegios, escuelas, jardines de infantes, discotecas, recitales, etc. etc.

 

En la medida que el desempleo fue trepando cifras, en los últimos años y especialmente en la última década, hasta pasar largamente los dos dígitos (a nivel nacional, superó el 20 por ciento en el 2003, a fines del 2004 fue del 12 por ciento, pero del 17.3 por ciento para los 24 municipios del Gran Buenos Aires), varias fueron las actividades que convocaron a desocupados, despedidos y retirados de la administración pública, para subsistir. Tuvieron su hora dorada parrillas, venta de empanadas, maxi kioscos, video clubes, lavaderos, locutorios, ciber cafés, canchas de paddle, charters y remises. La mayoría de tales emprendimientos, incluyendo el que nos ocupa, languidecieron a poco de inaugurados, en muchos casos hasta su extinción, debido a saturación por sobre oferta. En el caso del remise surgieron asimismo problemas de competencia con otros modos de transporte, en especial con los taxímetros, pero en la medida en que su uso se popularizó, afectaron también a otras modalidades tradicionales: ferrocarril, subterráneo y transporte automotor colectivo, de los que la prensa nacional y locales dan buena cuenta, tanto para el medio local como para algunas otras ciudades del país (García, 2004: 44, Empezaron los operativos...,2004: 45; Cuestionan...2004; El gobierno admite..., 2004, Ruidosa caravana...,2001: 39; Malestar por el desorden del transporte, 2001; etc.).

 

En cuanto su protagonismo en la movilidad local, ofrecemos a continuación, Cuadro 1, datos que permiten ponderar la evolución sufrida por la participación modal en desde 1970:

 

Cuadro Nº1

Ciudad de Buenos Aires. Evolución de la partición modal en el transporte urbano

 

MODOS

AÑO 1970

AÑO 1992

AÑO 1997/00

Públicos:

66,7

53,6

42,5

Ómnibus

54,3

46,4

33,5

Trenes de superficie

7,0

4,7

6,1

Trenes subterráneos

5,4

2,4

2,9

Automóvil privado

15,4

27,3

36,6

Otros:

17,9

19,1

20,9

Taxis, remis, charter

6,8

7,7

7,9

Motos, bicicletas

3,0

3,4

4,4

A pié

8,1

8,0

8,6

Fuentes: Estudio de transporte y movilidad urbana. Año 1999. Convenio FADU - GCBA.

En: BUENOS AIRES, Gob. 2000. Plan Urbano Ambiental, p.52.

 

En él se destacan la importante merma de pasajeros sufrida por el transporte automotor colectivo; una pérdida y recuperación posterior en los modos guiados; un marcado crecimiento en la participación del automóvil particular -adjudicable a políticas explícitas e implícitas que favorecieron su reproducción- (Kralich, 2002) y en lo que atañe específicamente a este trabajo, un incremento leve para el conjunto taxis, remises y charters. Es importante destacar las limitaciones de la estadística oficial la que, además de considerar tres modos en uno, además no contabiliza a la totalidad de los prestadores de los últimos dos modos, en tanto que, procedente de registros oficiales, no incluye al importante número de los que operan sin habilitación (se estima que sea una cifra similar o incluso duplicada o triplicada/5).

 

En cuanto a los viajes totales realizados en toda la Región Metropolitana, el monto pasó de 14 millones, a principios de la década del '70 (Arg. Min. de Econ., 1972, Vol. I) a aproximadamente 22 millones en el 2003 (Bs. As., Gob., GCBA - STT, 2003); de los que el transporte público cubría 67 por ciento en 1970 y apenas supera el 50 por ciento en la actualidad. Si relacionamos el número de viajes metropolitanos con la población, que pasó de 8 a 12 millones, advertiremos que la tasa de viajes se elevó de 1,75 por ciento a 1,84 por ciento, habiéndose modificado notablemente, como dijimos, la proporción de desplazamientos en automóvil y en modos alternativos, que absorbieron la demanda perdida por el transporte público (Müller, 2003).

 

Normativa y control

 

La normativa actual en la Ciudad de Bs. As. incluye la Ordenanza 38.701 (regulación y control de taxis) y la Ley 618, siendo de destacar el tope estipulado de un taxi o remise por cada 600 habitantes. Actualmente en la Legislatura del gobierno de la Ciudad de Bs. As. (GCBA) hay dos proyectos -que podrían unificarse- esperando su sanción, para brindar a la actividad un marco jurídico más formal y acorde a la situación actual. Se busca proteger a las agencias legales, creando un padrón unificado, para acorralar a los ilegales, apoyado por operativos periódicos organizados tanto por cuenta del GCBA, como por el de la provincia de Bs. As. (GPBA)/6).

 

En cuanto a las habilitaciones y revisión técnica de las unidades, tanto para taxis como para remises en la Ciudad de Bs. As., están a cargo de una empresa privada (SACTA), que es la que corrobora el cumplimiento de los requisitos previstos, de los que resumimos seguidamente los principales:

 

           Del vehículo: no debe tener más de cinco años, cuatro o cinco puertas, última patente paga, seguro cubriendo responsabilidad civil (incluyendo pasajeros transportados y no transportados).

 

           Del chofer: DNI, registro profesional de conducción, inscripción como monotributista, libre deuda de infracciones.

 

           De la agencia: debe contar con por o menos cinco vehículos, localizarse cerca de una cochera, presentar el convenio donde se registró la sociedad anónima, contrato de alquiler del local o título de propiedad y constancia de que el titular no cuenta con antecedentes penales.

 

Caracterización económica del servicio (los remises y la crisis)

 

El gremio sufre las consecuencias de la grave crisis desatada a fines del 2001, que con la devaluación de nuestra moneda incrementó los costos operativos -incluido el notable aumento de los combustibles- y retrajo la demanda.  Por ejemplo, el costo cobrado por km en el año 2003 era de $ 0,90 (23 por ciento más que en el 2001). Teniendo en cuenta que en los dos años transcurridos, los costos de mantenimiento y reposición se incrementaron, según el rubro, entre 80 y 400 por ciento, el presidente de la Cámara Argentina de Agencias de Remises (CAAR), al que entrevistamos, entiende que el costo por km debería elevarse, pero a la vez acepta que si lo hicieran, se produciría una nueva retracción de la demanda. En cuanto al combustible, el gasoil cuesta ahora 260 por ciento más que en el 2001y como la mayoría de los vehículos lo utilizaba, dicho incremento los devaluó, a la vez que el costo de transformación a gas natural comprimido (GNC) resulta desproporcionado(alrededor de $ 1.000.-).

 

Manteniendo aquélla tarifa, prosigue el entrevistado, la recaudación mensual por vehículo, sobre la base de 12 hs. diarias de trabajo, asciende a aproximadamente $ 2.400.- Descontando gastos y comisión para la agencia, al dueño del vehículo le quedan aproximadamente unos $ 650.- poco más del 25 por ciento de la recaudación bruta, con lo que los márgenes de ganancia se han reducido drásticamente, hecho que se constituye en una fuerte motivación para prestar servicios en negro.

 

Siguiendo con la información de la CAAR, entre 2001 y 2003 bajó un 60 por ciento la cantidad de vehículos remises habilitados en la Ciudad de Bs. As. De 7000 disminuyeron a 2750. La crisis que determinó la caída del presidente De la Rúa, así como la devaluación posterior y sus secuelas, gravitaron notoriamente -como dijimos antes- en los costos de mantenimiento, por lo que actualmente, por más que la demanda se mantiene, se hace difícil para las agencias reponer las unidades emigradas por la falta de margen ganancial (es común ver en casi todas las agencias, carteles pidiendo tomar vehículos). Ésto determina que los usuarios deben esperar por el traslado requerido, o bien hacer el pedido con varias horas de anticipación. Por añadidura, la oferta insuficiente hace que las agencias privilegien a la clientela regular, rechazando viajes ocasionales, especialmente si son cortos. Todo ello atenta contra la calidad del servicio, menoscabándolo y por otra parte colabora con la tendencia a evadir impuestos y normas, elevando el registro de prestaciones total o parcialmente ilegales.

 

 La prestación del servicio de remises

 

En la Ciudad de Buenos Aires

 

Con la información oficial proporcionada por la Subsecretaría de Tránsito y Transporte, procedimos al cartografiado de la ubicación de las agencias (246 sobre un total ponderado en casi 900), que referimos a los veintiún distritos escolares (DE) en que está subdividido el distrito, ponderando las ventajas de disponibilidad de datos sociodemográficos actualizados para dicho nivel de desagregación territorial.

 

La información relativa a radicación de agencias habilitadas respecto de población residente (Tabla 1) y su cartografiado (Figura 1) muestran que los distritos donde se da la mayor concentración de locales por habitante (la distribución de población y densidad por DE, se ofrece en las Figs. 3 y 4), se ubican en el centro y norte de la ciudad, con altas densidades, poder adquisitivo elevado, buena accesibilidad (la Figura 2 muestra la distribución geográfica de la red de transporte público) y altos índices de inseguridad /7) Es asimismo significativo que la mayoría de ellos son limítrofes con municipios del Gran Buenos Aires, lo que permite inferir que se verían beneficiados por la absorción de tráfico interjurisdiccional, generado por las demandas desde sendas márgenes de la frontera constituida por la Av. Gral. Paz.

 

 

Figura Nº1

Ciudad de Bs. As. Localización de agencias de remises habilitadas, por distritos escolares

 

 

Fuente: Elaboración propia sobre datos de la DTT GCBA, 2003

 

En el extremo opuesto, los distritos que acusan indicadores de menor cuantía, se localizan en primer término en el sur de la ciudad donde el límite barrera que representa el Riachuelo y la escasez de puentes conectando Capital y Provincia /8), determinan una fluidez de circulación notoriamente inferior a la del sector norte), y en segundo, en el centro oeste. Unos y otros correspondientes a barrios con peor accesibilidad y densidades y nivel socioeconómico comparativamente más bajos.

 

Es de destacar la preferencia en la elección de este modo de transporte para la movilidad de personas mayores, familias con niños pequeños, discapacitados permanentes o temporarios/9) y aún su uso extendido a todo el espectro social, para los desplazamientos en horario nocturno.

 

 

Figura Nº2

Ciudad de Buenos Aires: Red de transporte público de pasajeros.

 

Fuente: GCBA. PUA 2001.

 

 

 

Figura Nº3.

Población por distritos en ciudad de Buenos Aires

 

Figura Nº4

Densidad de población por distrito escolar en ciudad de Buenos Aires

 

 En otras ciudades del país

 

Como dijéramos al principio de este trabajo, la presencia y multiplicación de este servicio no es privativa de Buenos Aires o su región metropolitana. El fenómeno, con mayores o menores variantes puede verificarse en casi todas las ciudades del país, donde vemos se reiteran, aunque en menor escala, las principales características, motivaciones y problemas ya comentados para la Capital Federal. Para ilustrar este hecho, comentamos seguidamente una breve selección de información sobre el tema, recabada en artículos periodísticos y/o científico técnicos. Hemos agregado, para orientar sobre la dimensión urbana respectiva, el dato relativo a su población.

 

En San Miguel de Tucumán (600.000 h), funcionarios de la municipalidad y el gobierno provincial estiman que actualmente ascendería a 7000 el número de remises ilegales, cuando en 1991 no eran más de 200. Por ello se encuentran trabajando en conjunto en un proyecto para depurar el servicio que, en sus propias palabras "es necesario allí donde no llega el transporte público". El diario local abunda en artículos relativos al tema, de los que seleccionamos uno que señala la preferencia de la población por este tipo de servicios, explicando los problemas que los llevan a acudir a él. Una empleada de comercio entrevistada declara: "los autos me vienen bárbaro. Es cómodo, rápido..No sé si tienen seguro. Pero el colectivo tampoco parece que tenga mucha seguridad..." (La Gaceta, Oct. 7 2004. )

 

En Santiago del Estero (200.000 h en 1991), según Camus et al (1996: 445) opera una flota de 900 remises, los que se estima movilizan, en conjunto con los 300 taxis existentes, unos 14 millones de pasajeros/año. Los mismos autores señalan cómo el pujante surgimiento del remise hacia 1993 impacta en la distribución modal, incidiendo particularmente sobre el taxímetro, al que obliga a mejorar precios, flota y sistema de oferta. Por parte del transporte automotor colectivo, en cambio, la respuesta fue la implementación de servicios diferenciales.

 

Resistencia (350.000 h) Para circular en esta ciudad, así como para su conexión con la vecina Corrientes, es sumamente importante la oferta de remises. Con la crisis de fin del 2001, que llevó a los empresarios de autotransporte colectivo a solicitar la implementación de un boleto social más barato, los remiseros se vieron obligados a bajar el costo de sus viajes para mantener su competitividad. De resultas, para el radio urbano, estipulan el cobro de una cifra por pasajero, independientemente del kilometraje recorrido (Cardozo, 2004). Por otra parte, los diarios locales dan buena cuenta del fuerte nivel de conflicto que generan (Remiseros denunciaron...,2001).

 

En La Rioja (110.000 h) la participación estimada de taxis y remises es alta, cubriendo entre ambos el 21.4 por ciento de los viajes totales, cifra que contrasta tanto con el 73.6 por ciento adjudicado desplazamientos en automóviles y motocicletas, como con la escasa proporción cubierta por transporte automotor colectivo: 5 por ciento (Lamadrid y Barna, 1996: 524). La flota total estimada, incluidos legales e ilegales sería de unos 850 vehículos, transportando montos de 30/ 40.000 pasajeros diarios, que cuadruplica el número de viajes efectuados mediante transporte público. No obstante, señalan las autoras, la recaudación resulta baja, logrando cubrir gastos operacionales, pero no los de reposición ( Ibíd.: 525).

 

En Córdoba (1,2 millones de h) es frecuente encontrar noticias sobre conflictos relativos a la operación de remises. Ejemplifican lo dicho, el registro de desmanes frente a la municipalidad, cortes de puentes y entorpecimiento de la circulación, tras la reciente aprobación de nuevo esquema tarifario para taxis y remises, en perjuicio de los últimos (García, 2004: 44). También hay referencia a la utilización de este modo de transporte debido a la falta de seguridad. Transcribimos un ejemplo elocuente y repetido, relativo al Barrio Nva. Córdoba "..Y no caminés sola de noche, es preferible tomar un remís" (Platía, 2004: 44).

 

En cuanto a Mar del Plata (500.000 h), Porrúa et al (1995: 454) destacan la relación entre descenso del índice pasajero/km en el autotransporte público y el incremento de la participación del automóvil particular y el transporte alternativo.

 

Iguera (1996: 253) por su parte señala cómo en Bahía Blanca (250.000 h) el impacto producido por el modo remise obliga a modificar la legislación vigente en 1994 y 1996 (tanto la que reglamenta su propia operatoria, como la de los taxímetros, sobre los que más directamente incide, estimándose que en conjunto cubren 15 millones de km/año). Resultante local es la liberalización de las tarifas, y la fijación de cupos (de 127 y 400 respectivamente).

 

Conclusiones

 

Hemos visto a lo largo del trabajo, las principales características acerca del desarrollo y situación actual relativo a la prestación del servicio de remises, especialmente en el ámbito de la Capital del país, aunque también rescatando información fundamentalmente cualitativa referida a otras ciudades argentinas.

 

Ha sido posible corroborar las hipótesis planteadas, en tanto la explicación del importante crecimiento de viajes en modos de transporte alternativos, y especialmente en remise, disparado en la década de los '90, concretamente puede ser respondido sobre la base de a los siguientes puntos:

 

Descenso general de la tasa de movilidad (donde prevalece la mengua que afecta a las clases de menores recursos por sobre el incremento protagonizado por las del extremo opuesto) y menoscabo de la accesibilidad para los primeros. La crisis verificada en los últimos años, que tuvo su cenit con la debacle de fines del 2001 (inflación, devaluación, desocupación, subocupación, etc.), entre otros efectos redujo la tasa de movilidad, retroalimentando un círculo vicioso en el que la menor demanda de transporte público y por añadidura, mayores costos operativos, conllevó el deterioro de las prestaciones (incluso desaparición de líneas, aún en zonas de buena accesibilidad), que a su vez retraen nuevamente la demanda. El proceso se verifica en dos frentes:

 

1. Desde el punto de vista del usuario, por la desproporción de los presupuestos de transporte (Kralich, 2002), tras afrontar incrementos tarifarios, sin mejora y peor aún, con la depreciación, rebaja, informalización y hasta pérdida (por cierres, despidos, etc.) de sus ingresos; hecho agravado por el requerimiento de trasbordos que incrementan el costo final del viaje (sin el alivio que podría significar la inexistente integración modal y tarifaria);

 

2. Por la merma y deterioro de la oferta de transporte público (espaciamiento de las frecuencias y aún su inexistencia en horario nocturno, así como saturación de las unidades en horas punta), como respuesta de los operadores frente al descenso de la movilidad, el incremento de los costos operativos y la competencia, especialmente la de informales .

 

En cuanto al incremento de la inseguridad, es ésta una de las consecuencias más dramáticas de la crisis sobre el entramado social, reflejo de la creciente exclusión social (lamentablemente no exclusiva de esta ciudad, ni de nuestro país, repitiéndose en la presente etapa de capitalismo avanzado, en el resto de América Latina, e incluso en el mundo desarollado). En lo que atañe al transporte, localmente resulta en la búsqueda de modos de que, eludiendo paradas intermedias, esperas y trasbordos -característicos del transporte masivo-, reducen la exposición a ilícitos. La gravedad de la situación ha incentivado incluso la creación y proliferación empresarial de las subespecies radio taxis y radio remises /10)

 

Atinente al fenómeno de expansión urbana, diferenciamos dos procesos contrastantes:

 

         La suburbanización protagonizada por las clases baja y medio baja, en los bordes e intersticios del aglomerado, hasta donde la red de transporte público -operada en su totalidad por empresas privadas- no llega y/o no tiene interés en llegar, vistas las relativamente bajas densidades prevalentes;

 

         La periurbanización de los grupos mejor posicionados, bajo la modalidad de barrios cerrados (Robert, 1999; Ciccolella, 1999; Svampa, 2001) también ha contribuido a consolidar la demanda de servicios de transporte alternativos, en tanto su autosegregación, que implica alejamiento del centro, baja densidad y movilidad fuertemente asociada a la autoconducción (Blanco (2004: 7) la llama movilidad "automóvil - intensiva") tienen como contraparte la ausencia o insuficiencia de servicios de transporte público. Entre otras consecuencias, este incremento de la participación del automóvil contribuye -vía externalidades- al uso ineficiente de la vía pública (congestión) y por ende al incremento del tiempo de los viajes en todos los modos, contribuyendo a elevar los respectivos costos operativos.

 

Al respecto cabe señalar que la operatoria de servicios alternativos de transporte, debido a su puesta en función relativamente económica y sencilla, muy especialmente en el caso del remise, se convierte en un emprendimiento asequible, atractivo para miles de desocupados (incluyendo retirados del Estado, voluntariamente o no), subocupados/11) e incluso jubilados cuyo ingresos resultan insuficientes para el desarrollo de una vida digna, y en muchos casos hasta para subsistir.

 

Ésto sumado a la dificultad para su control, particularmente en el caso de los remises, que no se distinguen exteriormente de los automóviles particulares; lo hace conflictivo, tanto al interior del propio sector (servicios habilitados versus clandestinos), como respecto de otros (principalmente propietarios y operadores de taxis y empresarios de autotransporte colectivo), al competir deslealmente con tarifas menores, posibles gracias a la elusión de normas de habilitación, operación y consiguiente evasión tributaria/12).

 

Con referencia al contralor por parte de los organismos y agencias responsables, se advierten dificultades para realizar los controles requeridos, mientras que las falencias y rigideces reglamentarias y de gestión, dificultan la consecución de equilibrio entre el resguardo del sistema de transporte público y la genuina y hasta acuciante necesidad, tanto de trabajar y percibir ingresos para los prestatarios como para la población, de disponer de servicios alternativos que cubran las falencias del sistema de transporte convencional.

 

Agradecimientos: Deseo expresar mi reconocimiento por su ayuda en diferentes etapas de la realización de este trabajo a Cristina Irusta, Horacio Blot, Augusto Peña Niño y Diego Nappa, Leticia Dall'Ospedale, Mariel Sosa Paz,  Osvaldo D. Cardozo y Claudia Curutchague.

 

 

 

Notas

 

1.        Hubo un caso excepcional verificado durante las largas huelgas ferroviarias de principios de los '90, oportunidad en que sí llevaron pasajeros de pie, en tanto la inusitada demanda de viajes generada por la ausencia de servicios guiados, desbordó todas las unidades disponibles.

 

2.        La reglamentación respectiva exige que los pasajeros figuren en un listado, confeccionado de antemano, norma que tiene por finalidad evitar que se levanten pasajeros eventuales in itinere.

 

3.        Ya en la prehistoria del servicio de coches de alquiler, allá por la década del '40, se comentaba el hecho de que "si los alquilaba una sola persona, la tarifa era la misma que si fueran cuatro." (Hawks, 1946, en Parapugna 1980: 16).

 

4.        En teoría no debieran ser más que 4 adultos, vista la capacidad de las unidades, de tipo sedán, pero en la práctica hemos registrado hasta más del doble (típicamente en el caso de su contratación por grupos de jóvenes y adolescentes para regresar a sus hogares, tras asistir a locales bailables, fiestas, cumpleaños, recitales, etc.).

 

5.        En el Plan Urbano Ambiental (Bs.As., Gob., 2000: 54) se menciona una estimación de flota en 40.000 unidades y 600 agencias, lo cual duplica la cifra de 296 brindada por la Dirección de Tránsito y Transporte para el año 2003, por lo que entendemos que aquél número incluiría agencias carentes de habilitación. Por otra parte, según un diario de distribución local, 355 agencias estarían habilitadas en otras jurisdicciones, con lo que su condición sería de pseudo legales, siendo las restantes 265 totalmente ilegales (Pocos remises están en regla...2001: 6).

 

6.        A fin del año 2003, en procedimientos realizados por la policía bonaerense, se secuestraron decenas de autos robados, tras la inspección de agencias en los municipios de San Isidro, V. López, Gral. San Martín, San Miguel, Moreno, Merlo, Morón, La Matanza, Quilmes y La Plata (Secuestran..., 27/12/03: 53).

 

7.        Varios movimientos se han organizado en respuesta al incremento del delito urbano. Uno notable son las denominadas cuadras solidarias (acompañamiento vecinal de escolares, etc.) que ya involucra a 30.000 porteños. El Plan Ojos de la Ciudad., propuesto por la Asociación de Radiotaxis Argentinos (ADRA) con el apoyo de la Mutual de Choferes de Automotores (MCA), implementa un sistema mediante el cual, sin costo para el Gobierno de la CBA ni para los pasajeros, los radio taxis podrán comunicarse durante las 24 hs. con la central de ADRA, para denunciar ilícitos que observen mientras circulan. La central pasará el dato al Comando Radioeléctrico, bomberos, defensa civil, ambulancias, etc., según corresponda. También está previsto que los vecinos puedan parar a un radio taxi para pedir ayuda, en caso necesario, extendiendo este beneficio al conurbano bonaerense, ya que los taxis porteños que se encuentren allí realizando un traslado, podrán reportar ilícitos ocurridos en esa jurisdicción (Novillo, 2003).

 

8.        Hay en ciernes un proyecto para la construcción futura de cuatro puentes más (Sánchez, 2004: 36)

 

9.        La Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), presiona para que el Gobierno Nacional promulgue una ley de transporte que garantice la accesibilidad para las personas con discapacidad temporaria o permanente. En sus circulares, distribuidas públicamente durante fines del 2003 y principios del 2004 figura, entre otras demandas, la solicitud de penalización para los taxis y remises que se negaran a trasladarlos, con una inhabilitación de la unidad, de una semana por cada denuncia fehaciente (ítem 11).

 

10.     En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, el 59 por ciento de los taxis están enrolados en este sistema (Bassani, 2004: 38).

 

11.     Recordemos que durante los '90 las cifras de desempleo y subempleo han trepado en la RMBA a cifras récord, llegando en ciertos municipios a guarismos nunca antes alcanzados. Es el caso de La Matanza, Moreno, Florencio Varela, Gral. Sarmiento y E. Echeverría (los dos últimos subdivididos a mediados de los '90), que con un total de 4 millones de habitantes arrojan 26 por ciento de desocupados, 22 por ciento de subocupados y 50 por ciento de empleos en negro (Bermúdez, 2002: 18). Por otra parte, información brindada por el Ministerio de Trabajo, da cuenta del notable incremento que acusa la solicitud de subsidios de desempleo, que trepó de 120.000 a más de 200.000 entre febrero del 2000 y 2002.

 

12.     Según un estudio realizado por la Federación Metropolitana de Propietarios de Taxis, los servicios de transporte clandestinos emplean en negro a unos 20 mil choferes, implicando una evasión previsional anual de $ 49 millones (Clarín, 4-5-2000: 43).

 

 

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© Copyright Susana Kralich, 2005

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Ficha bibliográfica:

KRALICH, S. Crisis urbana y transporte alternativo: la opción remise. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2005, vol. IX, núm. 194 (66). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-66.htm> [ISSN: 1138-9788]

 

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