Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona.
ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. IX, núm. 194 (69), 1 de agosto de 2005

 

EL SISTEMA URBANO DE CHILE CENTRAL. DESAFÍOS SOCIALES Y MEDIO AMBIENTALES

 

Didima Olave Farias

Universidad del Bío-Bío. Chillán – Chile.

E- mail: dolave@pehuen.chillan.ubiobio.cl

 


El sistema urbano de Chile central. Desafíos sociales y medio ambientales (Resumen)

Se encuentran en el territorio de Chile a inicios del tercer milenio, tres áreas metropolitanas: Santiago, Valparaíso-Viña del Mar y Concepción-Talcahuano, más la Conurbación La Serena-Coquimbo.  Las ciudades de nivel intermedio siguen en rango y llegan a doce centros las mayores de 100.000 habitantes. La localización de estos centros urbanos presentan un carácter litoral al norte de Santiago, en cambio, al sur de este punto están situadas en la Depresión Intermedia, en ellas se incluyen las ciudades de este estudio, localizadas al sur de Santiago hasta el río Bío-Bío.  Estas urbes son de fundación en período colonial de América, localizadas en el área del Valle Central de Chile, tienen una posición de integración lineal. Sobre los ejes viales principales del país, carretera panamericana y línea férrea Norte Sur, las atraviesan.  Además de ellas, se desprende la red vial hacia la Costa y Cordillera de Los Andes, que las vinculan con otros centros urbanos pequeños y su hinterland rural. Se encuentran a escasa distancia unas de otras jerarquizadas entre ciudades medias de primer rango regional como corresponde a Rancagua y Talca, cuyo rol es ser capitales regionales, centros de segundo orden las capitales de Provincia, San Fernando, Curicó, Linares, Chillán y los Ángeles, seguidas por centros urbanos menores entre 20.000 y 50.000 habitantes. Si bien existe cercanía en esta red, no se constituye una aglomeración. El interés por trabajar este sistema urbano tiene que ver por el crecimiento continuo intercensal a partir de 1960, la relación existente entre la ciudad intermedia mayor con  los centros menores y su entorno rural.

 

Palabras Claves: Área Metropolitana, Conurbación, Ciudad Intermedia, Sistema Urbano.

 


Chile’s Central Urban System.  Social And Enviromental Challenges (Abstract)

It’s situated in Chilean territory, at the beginning of the third millennium.  In this system, we can identify three metropolitan areas:  Santiago, Valparaíso-Viña del Mar, and Concepción-Talcahuano plus the La Serena-Coquimbo conurbation.  The cities of intermediate level continue in range making up to twelve centers of over 100.000 inhabitants. These urban centers are located along the coastal territory to the north of Santiago, whereas to the south we can find what is known as the Intermediate Depression which includes the cities and towns south of Santiago and on which this research was conducted.  These urban centers were founded during the period of the colonization of the American Continent. This cities located in the area of the Central Valley are arranged in a pattern of linear integration.

These towns are located alongside the two main transportation axes of the country:  the Panamerican Highway and the North-to-South railroad.  Besides, there can be found the highway network that leads towards the Coast and another which leads towards the Andes linking them to some other small urban centers and their rural hinterland. Not far from each and located between cities of first regional rank such as Rancagua, and Talca correspondingly, which are regional capital cities; we can find towns of second order.  These are the capital cities of each province and among them are:  San Fernando, Curicó, Linares, Chillán, and Los Angeles followed by some other minor urban centers with a population between 20.000 and 50.000 inhabitants.

 

Keywords: Urban System, Metropolitan Area, Conurbation, Intermediate City.


 

 

Introducción

 

La ciudad definida como fenómeno urbano, dado su carácter complejo y multidimensional (Ballestero, 1995), nos conduce a destacar lo importante de su estudio, la autora destaca el problema para especificar cuándo se habla de ciudad, considerando lo físico, urbanístico, acorde a la sociedad que lo adopte.  Subsisten para otros autores estructuras urbanas que no pueden ser clasificadas como ciudad, aún cuando éstas tengan una densidad de población, vivienda, actividades económicas y continuidad de construcción.  Siguiendo los estudios hechos en Chile por Geógrafos (González y Villagrán), y el INE, se considerarán como ciudades los Centros Urbanos mayores de 20.000 habitantes que reúnan las condiciones analizadas por estos autores, basados en tamaño de población, actividades económicas terciarias y secundarias, rol administrativo y político.  Los centros urbanos considerados para este estudio situado en la Depresión Intermedia de Chile Central presentan características específicas en tamaño y jerarquía, todos son de Nivel Intermedio.

 

Estas ciudades que organizan el espacio en Chile Central, forman un sistema tipo red al que puede aplicarse lo que expresa George, P., (1970), deben estar jerarquizadas y concentrar funciones urbanas “juegan el papel de poleas de transmisión hasta el último escalón perteneciente al sistema urbano”.  Aún cuando este territorio en estudio la dinámica urbana no tiene el desarrollo de Europa, ha adquirido, en las últimas décadas del siglo XX, fuertes funciones que han dinamizado a todos los centros urbanos de Chile Central, al igual, que las ciudades al Norte de Santiago y Regiones Centro Sur del país.

 

Para Charline C., (1995), la ciudad en las áreas desarrolladas han experimentado características urbanas que tienen que ver con la toma de decisiones en el contexto institucional, acorde a cada país.  Son los municipios los que tienen el poder en materia de urbanismo, planificación y base económica.  Estos aspectos son también propios en el caso de Chile, sin embargo, a diferencia de la urbe del mundo desarrollado, pocas ciudades Chilenas han alcanzado el desarrollo urbano requerido para el mundo global que permite ser centro de ciencia y de convenciones.  Sólo la gran metrópoli de Santiago reúne tecnología, industria y ciencia y es centro de convenciones.  En cambio, la ciudad media, está distante de apropiarse de estas características

 

El autor citado señala  el contexto institucional y su poder de competencia ente el estado central y el gobierno local, aspecto que se aplica al sistema urbano en Chile con grandes deficiencias económicas para complementar las demandas urbanas.

 

En la perspectiva del medio ambiente, por el tamaño de estas ciudades, como se espera en el siglo XX, muchas ya con más facilidad miran hacia sus cuerpos de agua y sus elementos naturales.  Como dice el autor antes citado, la ciudad debe reconciliarse con sus recursos y llegar al compromiso de lo deseable y lo posible. Todo esto tiene que ver con madures y cultura ciudadana, sólo de este modo se dará paso a los sentidos de las personas del lugar que se habita y resaltar los valores del habitante, considerando que la ciudad es el marco de la vida de los grupos sociales que en ella residen.

 

La ciudad actual presenta una nueva identidad, Levy, J. (1995) ya no fundada en la pertenencia de un lugar único, a un barrio, sino a la interaccesibilidad de todos los lugares de la ciudad.  En la urbe intermedia de Chile juega un rol importante el lugar céntrico como lo señala el autor pero con una menor escala urbana.  En escala menor es la oferta de centralidad en relación a lo que ocurre en una ciudad metrópoli, en sectores centrales como periurbanos donde la demanda supera ampliamente la oferta, como lo demuestra el precio del suelo y los desequilibrios de los flujos.  Aspectos que ya la ciudad media del país empieza a sentir, pero sigue siendo fuerte el valor del suelo en su centro.

 

El paso de una denominación económica a una denominación cultural, puede sintetizar en la ciudad la representación de sus propias finalidades (Godelier M, 1984).  Todo esto abre paso a una nueva urbanidad.  El carácter progresista hace verdaderamente moderna a la ciudad, lo que Leferbre H.C. (1971) ya denominó revolución urbana.  La ciudad como concepto espacial puede llegar a ser hoy un objetivo político expone Levy, J., hecho que ya se hace presente en la ciudad chilena cuyo gobierno local elegido  democráticamente pone frente a los ciudadanos una oferta de proyectos urbanos.

 

 

Figura Nº 1

Área de estudio

 

 

 

Área de estudio

 

A inicios del tercer milenio, tres áreas metropolitanas destacan en el país: Santiago, Valparaíso-Viña del Mar y Concepción-Talcahuano, más la Conurbación La Serena-Coquimbo, fenómeno que está presente desde la década de 1980. Las ciudades de nivel intermedio menor siguen en rango y llegan a doce centros mayores de 100.000 habitantes, luego se interrelacionan las ciudades menores.

 

La localización de estos centros urbanos presentan un carácter litoral al norte de Santiago, en cambio, al sur de este punto están situadas en la Depresión Intermedia, en ellas se incluyen las ciudades de este estudio, localizadas al sur de Santiago hasta el río Bío-Bío.  Estas urbes son de fundación en período colonial de América.

 

Las ciudades localizadas en el área del Valle Central de Chile, área de estudio (Figura  Nº 1), tienen una posición de integración lineal. Ciudades vecinas que demandan acciones recíprocas según su jerarquía urbana y tienen ejes de vinculación.  Un sistema lineal  es caracterizado por Gottman (1961) para referirse  a aglomeración de ciudades, situación que no corresponde a esta red urbana.

 

Para Chile estas ciudades aún no pertenecen a un sistema de este estilo, son de jerarquía intermedia a nivel nacional, pero de primer rango en lo Regional.  Las características para este sistema urbano son:

 

  • Localización sobre un eje vial

 

  • Escasa distancia una de otras

 

  • Tamaño medio nacional y jerarquía regional

 

  • Organización funcional interna.

 

Estas ciudades intermedias  de Chile Central, están localizadas sobre los ejes viales principales del país, carretera panamericana y línea férrea Norte Sur.  Además de ellas, se desprende la red vial hacia la Costa y Cordillera de Los Andes, que las vinculan con otros centros urbanos pequeños y su hinterland rural.

 

Se encuentran a escasa distancia unas de otras jerarquizadas entre ciudades medias de primer rango regional como corresponde a Rancagua y Talca, cuyo rol es ser capitales regionales, Centros de segundo orden son las capitales de Provincia, San Fernando, Curicó, Linares, Chillán y los Angeles, seguidas por centros urbanos menores entre 20.000 a 50.000 habitantes, cabeceras comunales. 

 

El ritmo de crecimiento fue alto hasta la década de 1980,  para las ciudades mayores, sin embargo, en la última década mantienen un ritmo creciente los centros menores lo que significa que las regiones de esta área reconocen ciudades de tamaño entre 100.000 a 300.000 habitantes para los mayores y 20.000 y 100.000 las menores. Existe una retroalimentación y fuerzas de atracción entre estos dos tipos de asentamientos con las villas y el entorno rural.  Además, esta zona del país empieza a dinamizarse con turismo integrado urbano-rural, corresponde el entorno rural el área vitivinícola del país, recurso exportador, pero que además se abre al turismo.

 

Estos Centros Urbanos presentan en los últimos censos un crecimiento continuo de habitantes y todos han sido receptores desde 1960 a 1980 de migrantes rurales los que incrementan su tamaño de población y expansión urbana específicamente en las ciudades de rango uno. Hasta la década del 80 mantienen amplia dependencia del área rural, lugar que toman después las nuevas actividades urbanas y los cambios en el agro, como son agricultura y fruticultura  de exportación y la agroindustria (Olave, 2000).  Estas ciudades a su vez son competitivas entre sí por su carácter económico y funcional, acorde a los requerimientos globales.  También el entorno rural de esta parte del país ha experimentado un cambio sustancial en las últimas décadas entrando al nuevo milenio con fuerte especialización en tecnologías de riego y producción para la exportación.

 

Figura Nº 2

Ejes viales

 

 

 

Esta zona en el país presenta el mayor número de centros urbanos de nivel medio  de tamaño mayor y menor, la suma de habitantes tiene un porcentaje de 30% del total de la población urbana nacional.  Las ciudades medias mayores, a su vez, se caracterizan por el estrecho vínculo con los núcleos urbanos menores.  Los habitantes de éstos se mueven en flujos diarios para satisfacer actividades terciarias, de estudio y de comercio en el polo mayor.  Por lo tanto,  entre estos dos tipos de asentamientos urbanos, existe una actividad recíproca complementaria.  Los nuevos y modernos medios de transporte facilitan la vinculación y la interrelación entre un centro y otro, complementados por los requerimientos del sistema neoliberal de la economía, que ha globalizado la empresa, estableciendo redes en los diversos núcleos urbanos cuyos productos se mueven entre ciudades (Figura Nº2). 

 

Esta fuerte relación y corta distancia entre un centro y otro hacen perder el concepto de vacío, cambiando totalmente el paisaje en Chile Central.  Esto mismo lleva a hablar de nueva ruralidad para el entorno de la ciudad, además presenta esta zona el paisaje  agrario más humanizado del país.

 

Así mismo, estas ciudades son polos de salida de productos derivados de la industria del entorno a los corredores de exportación oceánicos hacia los puertos de Valparaíso y San Antonio y los de la Región del Bío-Bío, por el sur. 

 

 

El sitio de las ciudades intermedias de Chile Central

 

Los  Centros Urbanos de esta zona pertenecen a una situación climática mediterránea continental y su sitio en el valle central del país está encerrado por la cordillera de Los Andes al Este y Cordillera de la Costa al Oeste.  Caracteriza al valle Central la amplitud lo que fundamenta la localización de centros urbanos, excepto las ciudades de la región Bernardo O’Higgins que se sitúan en la Cuenca de Rancagua.

 

Geomorfológicamente el espacio de esta depresión es un relieve bajo y sus materiales tienen que ver con la naturaleza de los sedimentos fluvio glacio volcánicos, ha incidido en esto la condición  climática, la morfología y sistemas de escurrimientos, los que han determinado la distribución del nivel freático y a su vez el tipo de riesgos que en esta área actúa (Mardones, M., 1990).

 

Constituida la Depresión Central por Valles, se distinguen distintas terrazas fluviales y parte del piedemonte antiguo de origen andino, destaca una unidad mayor, en la cual se distinguen unidades menores que son los niveles de las distintas  terrazas originadas por sistema de escurrimiento en períodos geológicos pasados y actuales cuya dinámica se observa claramente en su topografía.

 

El sitio de estos centros urbanos presenta un nivel freático, cercano a la superficie, factor importante en los riesgos físicos que los afectan principalmente en los períodos invernales que se expresan en anegamiento e inundaciones  y con un tercer riesgo que corresponde al sísmico por la condición de país andino.  Aspecto que ha afectado en distintas épocas a estas urbes incidiendo en su evolución, obligando a las ciudades a cambiar de sitio en varias oportunidades en sus primeros períodos para luego ocupar definitivamente el sitio actual.

 

 

Evolución del emplazamiento urbano

 

La dinámica urbana de los centros de nivel intermedio en esta parte del país, sirven de modelo en el comportamiento para otras ciudades medias de Chile,  previéndose en éstas un crecimiento en población no superior a 1.5 para la primera parte de siglo XXI, lo que permitirá que estas urbes tengan un tamaño moderado, con una fuerte interacción con su entorno rural, que permita arraigar su población e impedir un crecimiento mayor como ocurre en las áreas metropolitanas del país.

 

La dinámica urbana de estos centros ha conformado una morfología similar en estas ciudades al igual que los factores incidentes en la consolidación de su expansión.

 

El primer emplazamiento de la ciudad de Chile Central es un cuadrilátero correspondiente al damero de la ciudad hispana.  Diversas fundaciones en el Siglo XVII son intentos de establecer asentamientos entre Santiago y Concepción por el Sur.  Las primera fundación de estas urbes no prosperó por el arraigamiento a sus estancias de los propietarios rurales sin interés de establecerse en un poblado (Bodini, H., 1982).  Se inicia una segunda fundación en el centro del país en torno al mismo sitio en el siglo XVIII ocasión en la que se hace el trazado de calles en manzanas siguiendo el modelo colonial hispánico que hoy perdura.  El crecimiento de estas villas fue lento en su primera etapa histórica, manteniéndose este ordenamiento urbano hasta después de la mitad del Siglo XIX.

 

De tal manera que en 1900 estas ciudades alcanzaron una expansión fuera de su damero y comienza la ocupación de espacios de uso agrícola, sectorizándose además por niveles socioeconómicos. 

 

Drenajes antiguos en estas áreas otorga separación natural para su crecimiento (canales) e impidieron su desarrollo uniforme, obligando a romper su forma de damero.

 

Desde comienzos del siglo XX los centros urbanos mayores consolidaron su espacio y se rebalsan sus límites naturales.  Los factores incidentes en esta expansión son la dinámica que toma su entorno rural por un desarrollo de comercialización agrícola.  En la década de 1920, las ciudades mayores ya sobrepasan los 20.000 habitantes, comienzan su equipamiento de infraestructura en comunicaciones al trazarse el ferrocarril al sur del país.  Se genera la segunda gran expansión de estos centros en torno a la carretera Norte Sur, después de 1940, cambiando los planos de estas ciudades.  La actividad económica de su entorno llevó a la creación de Bancos, localización de industrias (molinos, cervecerías), fundación de Centros Educacionales  (Liceos y Centros Formadores de Profesores).

 

Los terremotos  de 1928 y 1939 afectaron a estas urbes, el primero llevó a perder gran parte de las viviendas y edificios del siglo anterior en las ciudades al norte de Talca, además, esto modificó el damero al trazarse calles en forma de diagonal.  El terremoto de 1939, derrumbó la edificación de la ciudad de Chillán y otras vecinas al río Bío-Bío, remodelándose a partir de ese año la forma y construcción de estas áreas urbanas, con un nuevo diseño urbano.

 

Entre 1940 y 1960 se da un tercer gran período de expansión, generándose un mosaico poblacional externo, cambiando completamente la forma urbana en extensión y morfología.  La década del 60 y 70, de fuerte crecimiento demográfico,  por migración rural, diversificó las actividades en los centro urbanos y, por lo tanto, generó planes reguladores para ordenar el crecimiento y localizar la industria en su parte externa.

 

La zona periurbana se ocupa en el período de 1970 en adelante, además se usan todos los espacios baldíos internos y aumentó la expansión hacia fuera.  Desde entonces en veinticinco años se desequilibra el ordenamiento de los planos reguladores de 1965 y aparecen los cordones urbanos de carácter espontáneo localizados en la periferia de la época, en la actualidad son parte del segundo anillo de las ciudades.  Después de 1990, una periferia de nueva clase social alta se instala originando sectores cerrados.

 

En estas condiciones han llevado a plantearse nuevos planos reguladores desde fines del siglo XX que tienden a normar las ciudades para el tercer milenio en su condición de Nivel Intermedio con un punto centro en el corazón de damero sector comercial y de servicios, al igual que los espacios para vivienda, la localización del sector industrial en su parte externa y ordenan áreas de expansión, además se preveen los riesgos físicos y ambientales urbanos.

 

 

El sistema urbano de Chile Central en el tercer milenio

 

Las ciudades medias mayores de Chile central han sufrido cambios trascendentales después de 1980, dejando atrás la imagen antigua, dando lugar a nuevas perspectivas de análisis. Su funcionalidad se enmarca en el rol de Capital Regional, en lo administrativo y económico sustentan eminentemente la fuerza de ser ciudad de servicios y concentración regional de las finanzas, además monopolizan la cultura regional.  Estas características las transforman en un mundo social más complejo, en cuya población están presentes la mayoría de los estratos socioeconómicos y en su interior se encuentran todas las tendencias, modelos y valores, elementos humanos que una sociedad contemporánea genera (Bodini H, 1982).

 

En su marco espacial la Ciudad Intermedia ha sufrido desde la década del 1970, una rápida transformación territorial, experimentando crecimiento hacia distintos espacios cuando lo permiten los límites físicos, muchas de ellas han doblado su superficie, perdiendo en parte su forma concéntrica.

 

A estas características urbanas se llega: primero por la fuerte inmigración rural desde 1960 a 1980, luego por el impacto de los modernos medios de transporte y comunicación instalado en la ciudad (televisión por cable, internet y otros) y todos los sistemas de finanzas modernos (cajeros automáticos) como también  la llegada de grandes centros comerciales (Mall).  Todo esto ha cambiado la imagen de la urbe e inciden en su expansión y morfología urbana.  Además, lentamente se pasa de la ciudad de forma plana a la verticalidad, a su vez hay una fuerte renovación urbana con nuevos estilos de construcción y comienzan los megaproyectos.  Se ocupan espacios nuevos de periferia de manera que dan lugar a hábitat cerrados para niveles sociales altos, esto contrasta con la numerosa construcción de otro tipo de vivienda para satisfacer la demanda de nivel socioeconómico medio y medio bajo. La periferia cerrada denominadas parcelas de agrado en Chile, conforman la espina social alta (Griffin, 1992).  Estas áreas cerradas para clase alta, se caracterizan por poseer espacios verdes privados para parque y deporte (cancha de tenis, golf).  Se contrapone a esto la otra periferia con viviendas para clase media, denominadas villas, que conforman similitud arquitectónica, en algunos casos poseen seguridad.  En otro sector se localiza, la periferia de desamenidad social con viviendas con menos seguridad, en edificios de departamentos o casas pareadas de pequeño tamaño, sin áreas verdes ni espacios para recreación, algunas de autoconstrucción.  Esto ha quedado demostrado al aplicarse el modelo de Griffin a la ciudad de Chillán (Olave-Romero, 1998).

                                            

A pesar de estas características, la ciudad Intermedia de Chile Central, por sus dimensiones y tamaño de población (Figura N°3), mantienen moderados niveles de segregación socioespacial en su interior.  Esta integración social está en relación con la estructura de la sociedad en las ciudades intermedias habitadas por clase media predominantemente hasta la década del 70, luego al recibir migrantes rurales, que se ubican en la periferia que conforman áreas de niveles sociales bajos que marcan diferencias socioeconómicas.  Otra causa está en la relación con las políticas de vivienda del país iniciadas en la década del 80 que permite a las familias  obtener su vivienda a través de subsidio habitacional en distintos tramos, hecho que ayuda a alcanzar bienestar social ligado al hábitat y mejorar la calidad de vida del habitante urbano.

 

Además, incide en los centros urbanos medios de esta parte del país, la organización tradicional del espacio urbano, en general un unicentro-adminstrativo, político y comercial, vinculado al antiguo sitio urbano.  Lo que hace que la expansión de la ciudad esté ligada a áreas residenciales.

 

Estos aspectos en Chile Central, hacen que la ciudad media presente una dinámica urbana más tranquila, con más homogeneidad social que una metrópoli, una inferior segregación de usos residenciales, aún cuando aparece un área social alta ligada a una nueva periferia cerrada.  A pesar de todo esto,  se encuentra mayor integración de las distintas clases sociales en la mayor parte de estos sectores urbanos.

 


Figura Nº3

 Variación intercensal (%) de la población en las ciudades intermedias de Chile Central

 

 

 

Así mismo, la morfología urbana es más uniforme que en la gran ciudad.  La  expansión avanza lentamente hacia fuera y se ocupan áreas periféricas rurales acentuándose en la última década cambiando el uso y valor del suelo de estos espacios aún no consolidados.  Esta periferia es socialmente uniforme y es ocupada por sectores económicos de niveles altos que diferencian a la ciudad tradicional.  Otro aspecto nuevo es la revalorización del área central, se construyen condominios residenciales en sentido vertical, se enancha la red vial de este sector y se observa heterogeneidad morfológica.

 

En las ciudades medias mayores para descongestionar el área central, ésta se enlaza con la zona periférica a través de ensanchamiento  de calles y trazado de nuevas vías rápidas externas.  En definitiva, el espacio exterior es ocupado por una clase social más alta, son las áreas jóvenes de la ciudad media chilena, frente a otros sectores sociales también nuevos que presentan mayor diversidad habitacional y poblacional igualmente homogéneas ligadas a niveles sociales bajos.  Estos cambios han mejorado la calidad de vida urbana y del habitante que aparece predominantemente en Niveles Medios y Medio Superior (Olave, D., 1996).

 

Por otro lado, se pierden cantidades de suelo agrícola y de reserva urbana, tanto en zonas con cierta pendiente en busca de áreas panorámicas o zonas planas, que conforman morfología urbana periférica para la elite social. Esta fragmentación urbana afecta el soporte ecológico de la ciudad y ha incrementado el uso del suelo para el hábitat allí donde décadas atrás estaba dedicado a hortalizas que abastecían de vegetales a la población citadina (Romero, 2002).  A su vez, demanda  grandes inversiones en tecnologías para mejorar y garantizar  las buenas condiciones ambientales urbanas, tales como plantas de purificación de aguas, de reciclaje de basura, nuevas redes viales tipo autopistas, planificación de áreas verdes en pos de las destruidas y zonas de amenidades para población según estructura de edad.  Aspectos requeridos por los nuevos principios de urbanismo para el siglo XXI.

 

 

Nuevas políticas urbanas y su aplicabilidad en la ciudad media de Chile

 

La ciudad Chilena no está ajena a las Políticas de Gestión Urbana de las Naciones Unidas (PGU) y de Hábitat II, en lo que se relaciona para América Latina y El Caribe, organismos cuyos planteamientos tienen que ver con la contribución que hacen las ciudades al desarrollo humano que se expresa en lo siguiente:

 

  • Fomento del diálogo y políticas urbanas

 

  • Perfeccionamiento para una mejor gestión urbana (Trivelli P., 1998)

 

Para estos organismos la ciudad juega un rol fundamental en el desarrollo humano de una nación, las políticas tienen que enfatizarse hacia el bienestar de la población, y formas de convivencia.  El análisis de estos organismos parte de que existe en la ciudad latinoamericana grandes problemas urbanos, lo que requiere a su vez, soluciones innovativas a diferentes escalas para los centros urbanos.

 

Es importante el enfoque con que se mira la ciudad moderna en lo integral e interdisciplinario (historia, geografía, sociología, urbanismo), esto lleva a la perspectiva global.  Hoy la ciudad debe responder a lo que ocurre en el resto del mundo, los cambios de la ciudad son parte de la globalización, ciudades más abiertas en todos sus sentidos: económico, social, cultural, funcional.  Esto tiene que ver con Calidad de Vida y una nueva cosmovisión de la ciudad.

 

Sin embargo, al igual que en las metrópolis, las nuevas tendencias urbanas conllevan a un  nuevo patrón de comportamiento humano, ya impregnado en la población joven de la ciudad media, aparecen la popularidad y se abandona la identidad por la diversidad.

 

Hacia dónde va la ciudad Media Chilena?. A la conquista y concentración de Inversiones, aspecto todavía difícil para la ciudad intermedia de Chile central, muy cercana a la gran metrópoli de Santiago, que se alza como una de las diez ciudades globales de América Latina, por lo tanto, concentradora de estas grandes inversiones.  Aún la ciudad media no es muy fuerte, para entrar en competitividad urbana.  Actualmente, estas ciudades más que vencer los núcleos de pobreza se impactan fuertemente por un gran megaproyecto.  Esto es lo que busca la autoridad urbana en la actualidad y es necesidad relevante para alcanzar fuerza como centro urbano.

 

Estos grandes proyectos urbanos generan desarrollo excéntrico lejos del área de pobreza, se forma de este modo una zona enriquecida y moderna.  En el centro queda el casco antiguo que tiende a ser abandonado residencialmente, sin embargo en la ciudad media chilena, aún ésta área juega un rol importante, no ha sufrido su abandono y lucha por su rescate.

 

En este cambio de morfología urbana, se alza un nuevo estereotipo de hábitat residencial de la vivienda clásica se pasa a la individual con acceso a paisaje y espacio recreacional propio pero a su vez cerrados.  Hay velocidad en el cambio intra urbano, pero un alto porcentaje del habitante de nuestras ciudades medias, aún no lo entiende.  Todo está en las manos del planificador urbano y no se logra todavía que las políticas de gestión urbana moderna tiendan a buscar la  participación ciudadana y sustentabilidad urbana.

 

Para Chile central hay mega proyectos intra urbanos e  inter urbanos, uno de ellos es la idea de la Gran Área Urbana del Valle Central de Chile, modelo de urbanización visto por algunos geógrafos y urbanistas ya en la década del 80, proyectado recientemente por académicos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca en la Región del Maule.  Esta tendencia futurista puede dar lugar durante este siglo a una gran metrópoli central, utopía que busca rapidez y eficiencia, en un marco institucional urbano frágil, sin la madurez de los gobiernos locales, con débil participación ciudadana y presupuestos escasos.

 

Esta nueva forma de urbanización requerirá de:

  • Modernidad en transporte carretero y ampliación de Carreteras

 

  • Nuevas formas de energía eléctrica y de abastecimiento de gas por acueductos

 

  • Grandes inversiones en abastecimiento y purificación del agua.

 

  • Nueva legislación de ordenamiento de espacios para áreas verdes, parques y áreas de esparcimiento de grandes dimensiones para la mega área urbana

 

  • Gubernabilidad comunal integrada

 

  • Concreción del concepto de ciudadanía urbana

 

  • Nuevas redes viales hacia áreas menores y entrada a los grandes centros urbanos.

 

Todos estos aspectos están ligados a las nuevas políticas de gestión urbana del Siglo XXI.  Sin embargo, la ciudad media en la percepción de su habitante este no aspira a una ciudad de gran tamaño, esto se fundamenta objetivamente en las cifras bajas de su crecimiento, que sólo se dará en carácter natural, sin inmigración.  No hay duda que su población busca mejorar su calidad de vida, solucionar sus problemas ambientales que aún siendo menores que la metrópoli se mantienen en las áreas de ingresos bajos con inundaciones y en la zona céntrica, con contaminación de ruidos y falta de seguridad ciudadana.  Sólo si se eliminan estos problemas la ciudad Intermedia de Chile Central, será una urbe acorde a los requerimientos de las políticas de gestión urbana del Siglo XXI, con calidad ambiental y sustentabilidad urbana.

 

 


Conclusiones

 

El Libre mercado del suelo ha especulado obteniendo espacios externos de la ciudad chilena para vivienda, sin dar un orden social y urbanístico, no ha proporcionado espacios públicos para recreación y amenidades, para estas áreas.  En Chile Central, se han comprado terrenos ligados a zonas de humedades o terrazas bajas de poca impermeabilidad que ayudan a la falta de protección de salud ambiental. 

 

Por otro lado, las crisis económicas globales repercuten fuertemente en la ciudad de países como Chile, que tienden a ser emergentes.  Hecho que se presenta claramente en el mercado de la construcción urbana al detenerse esta como ocurre a fines de la década del ’90, empezando su repunte en el 2004.  Esto detiene el desarrollo urbano de la ciudad de Chile Central, sólo se refleja expansión de la vivienda.  A partir de este año se vislumbran diseños urbanos para un futuro a largo plazo, inspirados en la planificación socioeconómica global, estética, aprovechando los cuerpos de agua y su paisaje, más aún cuando la ciudad chilena central, se caracteriza por presentar identidad homogénea y forma plana lo que demanda generar una imagen atractiva en su morfología que la hagan un lugar  para vivir y trabajar con mejor calidad de vida y adecuado  medio ambiente.  En ella el habitante puede vivir sin stress, ser un peatón de su casa al centro de negocios.  Si los nuevos proyectos urbanísticos son receptores de la percepción del habitante y buscan su participación respetando los valores locales, entorno y estilos de vida se llegará a mayor beneficio urbano  colectivo, la autoestima urbana.

 

 

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© Copyright Didima Olave Farias, 2005

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Ficha bibliográfica:

OLAVE, D. El sistema urbano de Chile central. Desafíos sociales y medio ambientales. Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2005, vol. IX, núm. 194 (69). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-69.htm> [ISSN: 1138-9788]

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