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REESTRUCTURACIÓN
ECONÓMICA Y REFUNCIONALIZACIÓN TERRITORIAL EN MÉXICO: SU IMPACTO EN EL SISTEMA
REGIONAL Y EL URBANO EN MÉXICO 1980-2000
Maestro Orlando Eleazar Moreno Pérez
Universidad Nacional Autónoma de México. Escuela Nacional de Estudios Profesionales Aragön.
E- Mail: ormor@servidor.unam.mx
Reestructuración económica y refuncionalización
Territorial en México: su impacto en el sistema regional y el urbano en México
1980-2000 (Resumen)
En el presente trabajo se analiza
el impacto que han traído en las regiones y el sistema urbano, los cambios en
la estructura económica del país, trayendo una conformación regional en función
a las necesidades del capital transnacional y excluyendo a vastas regiones del
desarrollo; a la vez de perfilar una tendencia de metropolización del sistema
urbano nacional, toda vez que aumenta el número de ciudades que rebasan sus
límites político-administrativos. De esta manera, a nivel regional tenemos un
país con las siguientes características: Una región norte, con un área de
maquiladoras en la frontera y unas ciudades toyotistas, articuladas con
California y Arizona al noroeste y con Texas al noreste. Esta región
según algunos autores como Hiernaux, Villareal y Delgadillo, entre otros, forma
una segunda frontera. Entre esta frontera y una tercera frontera delimitada al
sur por la Ciudad de Puebla, están las zonas metropolitanas que forman un
triangulo articulador del territorio que conforman un eje dinamizador del
desarrollo regional; al norte tenemos a Monterrey, al oeste está Guadalajara y
al sur la Ciudad de México. Finalmente, al sur de la tercera frontera tenemos
la región sur y sur –este del país que, con excepción de las zonas turísticas,
ha sido excluida del desarrollo económico y que mediante el Plan Puebla Panamá,
se pretende integrar al desarrollo, en función de las necesidades de recursos
naturales de las grandes corporaciones de la economía global. En lo que respecta el sistema urbano nacional,
se va profundizando el desequilibrio de nuestro sistema de ciudades,
favoreciendo el crecimiento de las metrópolis que para 1995 son 6 con más de un
millón de habitantes. Es importante
señalar que en el caso de
Palabras Clave: Reestructuración,
Refuncionalización, Sistema urbano-regional, Metropolización, Megalopolización
The Economical Restructurization and
Territorial Refuncionalization in
The impact that has
been brought to the different regions and the urban systems (of Mexico); the
changes in the economical structure of the country, bringing about a regional re-adaptation
creating a dependency on transnational capital and excluding vast regions of
development; as well as outlining a tendency of the metropolization of the
national urban system, and the ever increasing number of cities which are
surpassing their political-administrative limits. Because of this, on a regional level, we have
a country with the following characteristics.
The Northern Region, with a zone of assembly plants along the border and
a few “toyotist” cities, along the northwestern border with
Key words: Restructurization,
Refuncionalization, Urban-regional system, Metropolization, Megalopolitzation
Globalización transnacional y reestructuración espacial
En los últimos veinte años el capitalismo ha experimentado una serie de transformaciones en su estructura que han dado paso a lo que se conoce como proceso de globalización y que, en rigor podríamos denominar “globalización transnacional” por ser las grandes corporaciones transnacionales sus principales impulsoras y cuya base de sustentación tecnológica la encontramos en la informática y las telecomunicaciones.
Este proceso en
donde la empresa transnacional se ha convertido en el elemento dinamizador de
la expansión de las relaciones de producción y distribución capitalistas,
merced al desarrollo de las fuerzas productivas materializadas (aunque parezca
paradoja) en el desarrollo de los sectores de la informática y de las
telecomunicaciones, no tan sólo ha expandido el proceso de concentración y
centralización [1] del capital a nivel
mundial, ensanchando el mercado mundial bajo la égida del capital financiero
transnacional, sino que además, ha traído transformaciones en el tiempo de
rotación del capital, reduciendo de manera nunca antes experimentada el tiempo
de circulación, como consecuencia del desarrollo de las antes citadas
informática y telecomunicaciones. Al mismo tiempo, se extiende el tiempo de
trabajo al diseminar, en distintos
puntos del orbe, procesos técnico – productivos que, encadenados, permiten
darle continuidad a la producción capitalista, al tiempo de producir una serie
de cambios en el proceso de trabajo que han impactado en su organización,
particularmente en los sistemas conocidos como fordistas de empleo
automatizado, a partir de las líneas de montaje productivo de carácter rígido y
estandarizado, sustituyéndolos por sistemas de producción más flexibles que
permiten su localización en distintos lugares a
La reestructuración económica ocurrida en este lapso sentó las bases para el establecimiento de una nueva dinámica de acumulación a partir de un patrón orientado, en el “centro” , al impulso de las ramas productivas del sector de la informática, la electrónica, la ingeniería genética, Así mismo el impulso en mayor medida al sector científico educativo y a la diversificación del sector de los servicios, principalmente los financiero crediticios, informáticos, al productor y mercadológicos, los cuales mediante la utilización de la tecnología de los sectores informático y de las telecomunicaciones, controlan los flujos financieros de todo el mundo.
A la vez que la revolución de la informática y de las telecomunicaciones ha permitido la reducción del tiempo de circulación del capital, también ha traído consecuencias en términos de la reducción del espacio. Esto significa que ha habido un proceso de reestructuración espacial del capitalismo que ha producido una serie de transformaciones que se manifiestan en lo que entendemos como el desarrollo regional y urbano.
La globalización transnacional extiende las relaciones de
producción y distribución capitalista por todo el orbe. Esto tiene su expresión
espacial que afecta las diversas regiones en el mundo provocando desequilibrios
al interior de cada país como consecuencia de la reestructuración del
territorio y del sistema urbano promovida por las empresas transnacionales. En
el nivel de los Estados se establecen nuevas relaciones entre éstos y
La transnacionalización del territorio genera contradicciones que se manifiestan en los siguientes fenómenos: integración – desintegración; reestructuración – desestructuración.
La expansión del capitalismo ejerce una tendencia a integrar a todos los territorios bajo su égida al introducir por una parte las relaciones de producción y distribución capitalistas, al tiempo de desarticular aquellas relaciones de producción y distribución precapitalista que lo obstaculizan. Esta ha sido una constante en cada etapa del desarrollo capitalista que ha servido de base para la expansión que experimenta el capitalismo contemporáneo.
A partir de estas formas de integración económica internacional, se han formado megaregiones supranacionales que reestructuran el espacio mundial en función de las necesidades de reproducción del capital productivo, mercantil y dinerario de las transnacionales, generando una nueva dinámica territorial que se expresa en la constitución de grandes bloques económicos como son: La Unión europea; El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ( que es el primer paso de una integración de todo el continente, pasando por otros tratados de libre comercio con otros países latinoamericanos y cuyo referente es el ALCA) y La Cuenca del Pacífico. Estas megaregiones formadas por bloques económicos, constituyen la actual economía – mundo (Ianni 1998), sistema – mundial (Wallerstein 1996) o capitalismo informático – global (Borja y Castalls 1998; Dabat 2002), dominado por Los Estados Unidos al frente, Alemania – Francia y Japón.
Bajo estos criterios el potencial de desarrollo urbano regional[2] depende no de las necesidades locales, ni nacionales, lo que genera un proceso de desintegración y desestructuración económica y social, al excluir a ciertas regiones subnacionales del proceso de desarrollo, profundizando los desequilibrios urbano-regionales ya existentes y exacerbando las tensiones sociales y políticas en los territorios nacionales.
Así, las condiciones de integración supranacional desigual y excluyente, lejos de ser la solución para los problemas del desarrollo de los países y constituir un nuevo orden mundial justo y equilibrado, ha acentuado la crisis de soberanía y de gobernabilidad, ha empeorado las condiciones de vida de cerca de cinco mil millones de personas, ha profundizado la crisis ambiental y ha profundizado las disparidades regionales subnacionales.
Capital monopólico, Globalización y metropolización
Con el surgimiento de los monopolios y la participación del capital financiero, el proceso productivo incrementó en magnitudes nunca antes vistas la masa de productos y con ello se dio un cambio cualitativo en la estructura interna del capital que se expresó entre otras cosas en la organización del trabajo asalariado en grandes complejos productivos que abarcaron prácticamente todos los sectores productivos (introduciendo nuevos sistemas de producción basados en el taylorismo, como es el fordismo) incrementando el proceso de socialización del capital que se materializó en una mayor concentración y centralización del capital. Este proceso fue apoyado de manera decisiva por el Estado. La participación del Estado en este proceso de cambio de la estructura interna del capital, debido al surgimiento de los monopolios y el capital financiero, consolidó a los “modernos estados dominantes y permitió también la consolidación subordinada de los estados nacionales de América Latina, África y Asia.
De esta manera, se
hizo posible que en los países dominantes se diera una revolución productiva
sin parangón en la historia de
En el caso de los países subordinados, el Estado coadyuvó al desarrollo de un mercado interno, provocando una transformación social y territorial que se tradujo en un proceso de urbanización y desarrollo regional acorde con las necesidades de procesos técnico productivos definidos en el exterior. Este proceso posibilitó que las grandes ciudades, tanto de los países dominantes, como los dominados, experimentaran un proceso de metropolización que es una expresión de la etapa monopólica del desarrollo capitalista.
Las transformaciones del capital dinero, productivo y mercantil, trajeron como consecuencia, aglomeraciones urbanas que sirven de sustento para su funcionamiento. Estas aglomeraciones son, en la mayoría de los casos, metrópolis que reproducen en su estructura interior las relaciones de producción y distribución capitalista.
De la misma manera, los cambios en el estructura interna del capital trajeron cambios en el ámbito de la rotación del capital, prolongando el tiempo de producción mediante su distribución por todo el planeta, mientras que por otra parte se experimenta una reducción del tiempo de circulación provocando una revolución en la esfera de las comunicaciones y los transportes que enlazó a las distintas regiones del planeta, generando una red urbana global en donde se establece una jerarquía que corresponde a la división de países en dominantes y dominados y a la división internacional del trabajo.
Las transformaciones ocurridas en el sistema capitalista desde la década de los treinta, hasta la de los setenta, tanto en el ámbito de los procesos productivos, como en el mercado mundial capitalista, llevaron a la crisis de la primera mitad de los años setenta que, generó las condiciones de su ulterior expansión en la etapa actual que hemos caracterizado como la de la globalización transnacional.
Estas condiciones crearon la base material y social para que, a partir de la jerarquía urbana, determinada desde la etapa anterior, a partir de la década de los setenta y ochenta, se centralizaran todas las funciones de dominio del gran capital transnacional, estableciendo una serie de ciudades globales que subordinan a ciudades y regiones de todo el orbe, según su propia dinámica y conforme a sus intereses. De tal manera que las leyes de la acumulación capitalista en el nivel territorial en todo el mundo, se expresan en el papel que juegan dentro de la jerarquía urbana, cada ciudad y metrópoli. Con lo que surgieron una serie de ciudades globales de primer orden que dominan en el contexto de la economía – mundo (Ianni) cuyo eje central lo encontramos en Nueva York – Berlín-Paris – Tokio, como ciudades globales de primer orden y que también incluye a Londres.
El resto de los países de esta economía – mundo lo
conforman los países dominados, cuya dinámica económica depende de la de los
países hegemónicos. Y cuyas metrópolis, responden a la dinámica de
funcionamiento de las urbes dominantes. En estas condiciones los países
dominados han visto profundizada su subordinación y, en consecuencia, son
quienes han pagado el precio de la “globalización” al ver que lo único que se
ha globalizado para ellos es la explotación, la pobreza y la depredación de
Desarrollo económico y refuncionalización
urbana y regional en México
Como se
señaló, la “globalización” produce procesos de reestructuración y
refuncionalización de las ciudades y las regiones producidos por la nueva
organización del proceso técnico-productivo en función de las “ventajas
comparativas y competitivas” de los grandes conglomerados económicos y no de
los países por lo que, de esta manera, imponen nuevos roles al “desarrollo”
urbano-regional en los países dependientes, profundizando su sometimiento y
subordinación.
En México estos cambios involucran al sistema
urbano regional, reforzando la incorporación de algunas regiones y centros
urbanos al proceso de integración a la economía de los Estados Unidos, al
tiempo excluir a otras del desarrollo económico y tecnológico.
La expresión espacial de la nueva estructura económica, nos permite distinguir ciertas regiones que resultaron favorecidas. Así podemos ver que con el incremento de la actividad maquiladora, principalmente en el norte del país, se dio un crecimiento de centros urbanos como son los ubicados en el Estado de Baja California, cuyo saldo neto migratorio en términos relativos representó un incremento de 12.88 por ciento entre 1985-1990[3], siendo el segundo a nivel nacional, después de Quintana Roo con 18.13 por ciento[4]. Así podemos entender que el incremento de la población en las ciudades fronterizas de ese Estado (Tijuana y Mexicali), no tan sólo se debe a que son un paso obligado para aquellos mexicanos que intentan emigrar hacia los Estados Unidos, sino también a la oferta de puestos de trabajo, producto de las maquiladoras y el efecto multiplicador en el empleo que esta conlleva.
Señalamos el caso de Baja California como ejemplo del fenómeno de aglomeración urbana que está ocurriendo en las ciudades fronterizas del norte de la República (Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros). Así, el impacto ejercido por la concentración urbana en esa parte del país, conformó el subsistema de ciudades Tijuana-Mexicali-Ensenada y hacia el este, Tecate y San Luis Río Colorado, este último en el Estado de Sonora. También en este Estado tenemos Nogales – Hermosillo y Guaymas. Cabe señalar que dado su aislamiento con respecto al resto del país, estos subsistemas tienden a integrarse económicamente con el subsistema urbano del sur de California y Arizona en los Estados Unidos. Algo similar ocurre con las otras ciudades fronterizas, lo que esta ocasionando la conformación de una nueva región económica que abarca ambos lados de la frontera de México y Estados Unidos y que constituye una situación bastante interesante y compleja, digna de estudiarse más.[5]
Es importante señalar en este punto que el desarrollo
regional del norte del país, ha ocasionado una especialización, sobre todo en
Cabe hacer mención que como parte de esta región tenemos dos subsistemas de ciudades de gran importancia a nivel nacional: el de Nuevo Laredo-Reynosa-Matamoros y Monterrey-Saltillo y Sabinas Hidalgo. Estos elementos junto con otros convierten a esta región en la de mayor dinamismo a nivel nacional, sobre todo por su integración económica a Texas, una de las economías más fuertes, tanto económica, como políticamente dentro de los Estados Unidos de Norteamérica.
En lo que se refiere a la industria petrolera y su impacto en la región del golfo, ésta abarca los Estados de Tamaulipas al norte, Veracruz al centro, Tabasco y Campeche al sur. Los subsistemas de ciudades que conforman esta macroregión son varios y están vinculados a su vez a otros subsistemas, dado que ésta tiene mayor integración, tanto con la región noreste, como con la centro este, siendo esta última la región que ejerce mayor fuerza de atracción y concentración de población.
Así, sobresalen en esta macroregión al noerte los subsistemas: Tampico - Ciudad Madero - Poza Rica - Tuxpán. Este subsistema ejerce su influencia en ciudades como Ciudad Valles, Ciudad Mante, Pánuco, Huauchinango; en el centro tenemos Veracruz, cuya función en la organización del territorio sobre todo la región del golfo y centro - este, ha sido siempre muy importante. Esta ciudad, ejerce su influencia sobre las ciudades de Xalapa, Orizaba y Córdoba.
En su parte sur
tenemos el subsistema Coatzacoalcos - Minatitlán; el subsistema Villahermosa - Campeche,
ejerciendo su influencia sobre
Finalmente tenemos
la macroregión centro, la cual esta dividida en dos: la centro - occidente y la
centro - este. La principal característica de está última es la influencia que
ejerce
Precisamente a partir de esta gran atracción y
concentración de población y de todo tipo de actividades en
De esta manera, dentro de la macroregión centro, en la
región centro - este, es la que observa la mayor concentración de las
actividades y, en consecuencia la que observa un saldo neto migratorio en
términos relativos, por encima de la media nacional y del crecimiento de
Los vínculos entre la cuenca económica de México con los demás Estados que constituyen la macroregión centro, integran un gran conglomerado regional y urbano, constituido por los Estados de Veracruz, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Aguascalientes, Colima y Zacatecas.
La conformación de redes urbanas en todo este espacio geográfico, se consolidó en la década de los ochenta, dándose una mayor concentración y especialización de la infraestructura productiva, de comunicaciones y transportes, comercial y de servicios. Esto está provocando una mayor presión sobre la estructura y uso de la tierra, así como de los recursos naturales, no tan sólo de esta gran macroregión, sino también de las otras del país. Esta situación provocará un impacto sobre las otras regiones menos favorecidas, ocasionando grandes desigualdades productivas inter-regionales, lo que dificultará un desarrollo regional equilibrado.
Así, la gran concentración y centralización de las actividades económicas en la región centro reproduce las condiciones de desigualdad regional, perpetua el fenómeno de atomización y fragmentación de la población de la región pacífico sur, así como de algunas subregiones de los Estados de México, Hidalgo y Puebla e impide una distribución más racional de las actividades económicas y de la población.
De la descripción hecha podemos perfilar un desarrollo regional del país con las siguientes características:
Una región norte, con un área de maquiladoras en la frontera y unas ciudades toyotistas, articuladas con California y Arizona al noroeste y con Texas al noreste. Esta región según algunos autores como Hiernaux, Villareal y Delgadillo, entre otros, forma una segunda frontera.
Entre esta frontera y una tercera frontera delimitada al sur por la Ciudad de Puebla, están las zonas metropolitanas que forman un triangulo articulador del territorio que conforman un eje dinamizador del desarrollo regional; al norte tenemos a Monterrey, al oeste está Guadalajara y al sur la Ciudad de México.
Finalmente, al sur de la tercera frontera tenemos la región sur y sur –este del país que, con excepción de las zonas turísticas, ha sido excluida del desarrollo económico y que mediante el Plan Puebla Panamá, se pretende integrar al desarrollo, en función de las necesidades de recursos naturales de las grandes corporaciones de la economía global.
Esta es en síntesis el perfil del desarrollo regional de nuestro país como consecuencia del proceso de desarrollo económico ocurrido durante los últimos veinte años, en el contexto de la globalización capitalista.
Proceso de metropolización en México
El fenómeno de metropolización se presenta cuando el crecimiento de una ciudad rebasa su límite político administrativo territorial para conformar un área urbana ubicada en dos o más municipios. Esta definición fue planteada por primera ocasión por Luis Unikel y Gustavo Garza (1978), incorporándole los siguientes elementos:
1) componente demográfico que incluye los movimientos intraurbanos del tipo centro-periferia.
2) distribución del empleo
3) territorial, determinado por el grado de fragmentación las entidades federativas en municipios.
De este concepto de metropolización se siguió al concepto de área metropolitana que tiene referencia con la estructura urbana que se extiende en el territorio de dos o más municipios con usos del suelo de naturaleza no agrícola y que, partiendo del núcleo o centro comercial y de negocios, presenta continuidad física en todas direcciones hasta que se interrumpe en forma notoria por terrenos de uso no urbano como bosques, sembradíos, o cuerpos de agua. Del concepto de área metropolitana se pasó a la definición de zona metropolitana que se diferencia del área porque su límite abarca la primera, pero su delimitación incluye los límites de las unidades político administrativas menores, que para el caso mexicano son los municipios (Unikel, Ruíz y Garza, 1978: 117-118).
En el caso de nuestro país, el proceso de metropolización se inicia en la década de los cuarenta, cuando las ciudades centrales de México, Monterrey, Orizaba, Tampico y Torreón rebasaron sus límites político administrativo. Como señalamos, la primera delimitación de zonas metropolitanas en el país fue planteada por Unikel, Ruíz y Garza (1978: 119-135) cuyo método consistió en agrupar municipios contiguos que manifestaran un carácter predominantemente urbano y una interdependencia mayor con la ciudad central que con cualquier otra. Para lo anterior se utilizaron cinco variables cuantitativas de los municipios de estudio:
1.- Porcentaje de la PEA no agrícola.
2.- Grado de urbanización.
3.- Valor agregado industrial.
4.- Incremento medio de la población.
5.- distancia entre el centro de la ciudad y la cabecera municipal.
A partir de estas variables se definieron 12 zonas metropolitanas:
- Ciudad de México Chihuahua
- Monterrey Tampico
- Guadalajara León
- Puebla Torreón
- Orizaba Mérida
- Veracruz San Luis Potosí
Tales zonas agrupaban a 15 de las 16 delegaciones del D.F. y 48 municipios de todo el país; su población en 1970 era de 14.8 millones de habitantes que representaban 30.1 por ciento de la población nacional.
Un segundo ejercicio de delimitación fue elaborado por Negrete y Salazar (1986) para conocer las zonas metropolitanas del país en 1980. Seleccionaron los municipios con una localidad de al menos 50,000 habitantes en 1980, y posteriormente configuraron un agrupamiento cartográfico de municipios contiguos a los primeros que potencialmente integrarían un primer, segundo o tercer contorno a la ciudad central. Se utilizaron cinco variables (grado de urbanización, tasa de crecimiento demográfico, elasticidad de crecimiento de la PEA no agrícola, densidad de población y productividad industrial) a las que se corrieron análisis de conglomerados, factorial y discriminante.
El resultado fue la delimitación de 26 zonas metropolitanas que incluían las 12 ya definidas por Unikel, Ruíz y Garza en 1970 más otras 14:
- Toluca Córdoba
- Coatzacoalcos Zamora
- Cuernavaca Zacatecas
- Xalapa Guaymas
- Poza Rica Cuautla
- Monclava Colima
- Oaxaca Tlaxcala
Cabe señalar que la zona metropolitana de León se denominó “Región urbana del Bajío”, que incluía al municipio de León y otros nueve municipios, entre los cuales se encuentran ciudades medias importantes como Celaya, Irapuato, Salamanca y Guanajuato. Las 26 metrópolis abarcaban las 16 delegaciones del D.F. y 115 municipios con una población en 1980 de 26.1 millones de habitantes, representando 39.1 por ciento de la población del país.
La delimitación más utilizada en los noventa fue elaborada por el Consejo Nacional de Población (CONAPO), que estableció 4 zonas metropolitanas y 30 conurbaciones; éstas equivalen al concepto de área metropolitana.
En las 34 metrópolis consideradas por el CONAPO se incluyen 25 de las 26 definidas por Negrete y Salazar, excluyendo a Chihuahua y delimitando a León como conurbación y no como región metropolitana del Bajío. Así, 9 metrópolis se incorporaron a la lista:
- Aguascalientes - Irapuato
- Cancún - Querétaro
- Celaya - Reynosa
- Chilpancingo - Saltillo
- Guanajuato
Las cuatro zonas metropolitanas incluían al D.F. y 57 municipios, en tanto que las 30 conurbaciones agrupaban 87 localidades de igual número de municipios. Para 1990 la población de las 4 zonas y 30 áreas metropolitanas sumaba 32.1 millones y representaba 39.5 por ciento del total nacional.
Una segunda delimitación de zonas metropolitanas (zm) en México durante la década de los noventa apareció en el Programa de Desarrollo Urbano 1995-2000 y específicamente en el Programa Estratégico de 100 Ciudades.
De lo anterior se da paso a dos conclusiones:
1.- Es innegable el avance del fenómeno de metropolización en el país, ya que los estudios nos muestran que un número cada vez mayor de ciudades centrales rebasan su límite político administrativo.
2.- La delimitación de dichas metrópolis no ha sido homogénea en cuanto a la metodología utilizada y los resultados propuestos..[10]
Desarrollo económico y metropolización en México
El tradicional proceso de concentración de la población
en las principales ciudades de México, comienza durante los ochenta a advertir
una desaceleración que en un primer momento fue
más notable por la aguda crisis de principios de los ochenta, pero que
marca un punto de inflexión en el proceso de urbanización mexicano.
El
crecimiento de las metrópolis va disminuyendo en términos relativos, mientras
que se incrementa de manera considerable el de algunas ciudades intermedias
(100 mil a 1 millón de habitantes).
Durante el período 1950-1970, la tasa de crecimiento anual de la
población de la ZMCM fue de 5.9 por ciento,
Para el año 2000 según el CONAPO el sistema
urbano nacional estaba constituido por una megalópolis del centro con 23.52
millones de personas. Seis Metrópolis de
más de un millón de habitantes, con cerca de 11.62 millones de personas.
Así, podemos observar que una tercera parte de los habitantes del país residen en áreas metropolitanas, la mayoría de los cuales habitan en alguna de las ciudades que forman la corona megalopolitana del centro del país. Además, más de la mitad de la población de México habita en ciudades.
Por otra parte, Jaime Sobrino utilizando una metodología
distinta a
En cuanto al tamaño de las áreas metropolitanas, 6 son millonarias, 10 tenían entre 500 mil y 999, 999 mil habitantes, otras 10 entre 250 mil y 499,999 mil y 12 entre 100 mil y 249,999 mil residentes, por lo que 100 mil parece ser el umbral a vencer por parte de la ciudad central en México para conformarse como metrópoli.
Además estima que debe tenerse en cuanta la dimensión espacial de los municipios y la distribución territorial de las localidades, ya que ciudades como Acapulco(aunque esta ciudad se ha extendido para el 2004 hasta el vecino municipio de Coyuca de Benítez, según los últimos datos del CONAPO), Culiacán, Chihuahua, Hermosillo y Morelia, tienen más de medio millón de habitantes, pero no son metrópolis desde el punto de vista técnico.
Es importante señalar que la dimensión de las metrópolis en México no se reducen sólo a las 38 conurbaciones, sino también a conurbaciones internacionales: Tijuana – San Diego; Mexicali – Calexico; Nogales – Nogales; Cd. Juárez – El Paso; Nuevo Laredo – Laredo y Matamoros – Brownville.
Finalmente sobrino afirma que en el 2000
En cuanto
a la distribución del producto por ciudad y por rama de actividad, tenemos que
en términos generales la participación de las ciudades en el producto interno
bruto nacional observa un crecimiento
constante, ya que en 1970 la participación de las 125 mayores ciudades del país
era de 64.6 por ciento, 70.7 por ciento de la producción manufacturera, 74.4
por ciento del comercio y 75.7 por ciento de los servicios, mientras que para
1990 su participación se incrementa a 72.6 por ciento, mientras que su
participación en la manufactura, el comercio y los servicios pasa a ser de
79.4, 80.6 y 81.6 por ciento
respectivamente[13].
No obstante estos incrementos como ya se
señaló, el papel que juegan las metrópolis cambia a partir de la década de los
ochenta. Así, se puede observar que la producción manufacturera tiende a
decrecer; por ejemplo, en la zona metropolitana de la ciudad de México (ZMCM),
de una tasa promedio anual entre 1970 y 1990 de 2.9 por ciento, mientras que en
el resto de las 125 ciudades tomadas en conjunto su tasa de crecimiento fue de
4.1 por ciento. Estos cambios hacen que se reduzca la participación de la ZMCM
en el PIB industrial urbano de 53.1 por ciento en
La participación de las cuatro mayores zonas metropolitanas
(México, Guadalajara, Monterrey y Puebla), es en 1970 de 57.8 y de 58..0 por
ciento en 1990 del PIB comercial nacional, es decir una tasa de crecimiento en
este lapso de tan sólo el 0.2 por ciento, mientras que la tasa de crecimiento
de las catorce ciudades del país más dinámicas en este sector (Tijuana,
Mexicali, Ensenada, Ciudad Juárez, Torreón,
Tampico, Reynosa, Nuevo Laredo, Aguascalientes, Acapulco, Veracruz,
Orizaba, Campeche y Mérida) aumentó a 3.0 por ciento[14]
En el caso de los servicios, la participación
de las 125 ciudades en el PIB aumentó en 1970 de
Se puede afirmar que
la gran concentración de los servicios en las principales metrópolis del país constituye una
refuncionalización del papel que éstas han jugado en el proceso de urbanización
nacional, al mismo tiempo que se ha modificado la distribución de las
actividades económicas en otras ciudades, teniendo que compartir el papel predominante
que tradicionalmente tenían las grandes metrópolis con las ciudades
intermedias, expresando de esta manera,
los cambios ocurridos en los últimos veinte años en la organización
territorial de las actividades económicas y de la población.
Conclusión
Durante el período 1990-2000 las tenencias de urbanización en el país se fueron acentuando. Las ciudades pequeñas se incrementan a 241 absorbiendo aproximadamente unos 700 mil habitantes. En el caso de las llamadas ciudades intermedias se incrementan a 85, pero reducen su población en unos 800 mil habitantes. En el caso de las metrópolis se incrementan a 25, aumentando su población total en 9.2 millones de habitantes. De esta manera durante el período se consolida en el proceso de urbanización nacional el patrón de concentración policéntrico, fenómeno que se puede constatar al observar el comportamiento del incremento de población. La tasa anual de crecimiento de la población urbana total entre 1990- 1995 fue de 2.9 por ciento considerando 309 y 350 ciudades en ambos años, mientras que se reduce a 2.6 por ciento manteniendo constantes las 350 localidades.
Para el año 2000 según el CONAPO el sistema
urbano nacional estaba constituido por una megalópolis del centro que integra
ocho zonas metropolitanas de tamaño diverso, siendo éstas: La Ciudad de México,
Puebla, Toluca, Cuernavaca, Cuautla, Tlaxcala, Querétaro y Pachuca, con 23.52
millones de personas. Seis Metrópolis de
más de un millón de habitantes, con cerca de 11.62 millones de personas.
Dieciocho Ciudades Medias Conurbadas de
500 mil a 1 millón de habitantes, con 8.3 millones de personas. Treinta y siete
Ciudades Medias no conurbadas de 100 mil a 500 mil habitantes con casi 10.1
millones de personas. Cuarenta y siete Ciudades pequeñas de 50 mil a 100 mil
habitantes, con cerca de 3.33 millones de personas. Doscientos cuarenta y ocho
Ciudades pequeñas, menores de 50 mil habitantes, con 6.31 millones de personas.
Por otra parte, el aumento en términos
absolutos de la población urbana manteniendo constante el número de ciudades es
de 7.8 por ciento, de los cuales las grandes urbes absorben aproximadamente dos
terceras partes del total 66 por ciento, mientras que las 6 principales
metrópolis con más de un millón de habitantes, absorben aproximadamente el 43
por ciento.
Podemos afirmar que durante la década de los
noventa se va profundizando el desequilibrio de nuestro sistema de ciudades,
favoreciendo el crecimiento de las metrópolis que para 1995 son 6 con más de un
millón de habitantes. Es importante
señalar que en el caso de la ZMCM su tasa de crecimiento se eleva al 2 por
ciento anual, lo cual es consecuencia del proceso de megapolización que está
ocurriendo en este espacio urbano y que, para el 2000 albergaba aproximadamente
a más de 23 millones de habitantes.
Esta modalidad de crecimiento urbano profundiza
las desigualdades regionales al concentrar en las áreas metropolitanas las
principales actividades económicas. Sin embargo, lo más significativo es que
como ya se ha señalado, la urbanización refleja los cambios en la estructura de
la economía nacional. Esta se caracteriza por un proceso de centralización oligopólica
del capital, principalmente del extranjero que a partir del capital financiero,
dinamiza la actividad económica del país en función de las necesidades de la
“globalización”.
La metamorfosis económica resultante de esta
dinámica globalizadora se expresa en la consolidación de una organización
territorial con tres regiones policéntricas hegemónicas: La megalópolis de la
ciudad de México; La metrópolis de Guadalajara y
[1] Entendemos la concentración y centralización de capital
en el sentido usado por Marx que dice “Todo capital individual es una
concentración mayor o menor de medios de producción, con el comando
correspondiente sobre un ejercito mayor o menor de obreros. Toda acumulación se
convierte en medio al servicio al servicio de una nueva acumulación. Amplía,
con la masa acrecentada de la riqueza
que funciona como capital, su concentración en las manos de capitalistas
individuales y por tanto el fundamento de la producción en gran escala y los
métodos de producción específicamente capitalistas. El incremento del capital
social se lleva a cabo a través del incremento de muchos capitales
individuales... Por tanto, con la acumulación del capital crece en mayor o
menor medida el número de los capitalistas... De ahí que si por una parte la
acumulación se presenta como concentración creciente de los medios de
producción y del comando sobre el trabajo, por otra parte aparece como repulsión
de muchos capitales individuales entre sí.
Contra este fraccionamiento del capital global social en muchos
capitales individuales, ... opera la atracción de las mismas... Es una
concentración de capitales ya formados, la abolición de su autonomía individual,
la expropiación del capitalista por el capitalista, la transformación de muchos
capitales menores en pocos capitales mayores.... Si el capital se dilata aquí,
controlado por una mano, hasta convertirse en una gran masa, es porque allí lo pierden muchas manos. Se
trata de la centralización propiamente dicha, a diferencia de la acumulación”.
Marx,C. El Capital T.I. Vol. 3. Siglo XXI. Mex. 1979. p.p. 777-778.
[2] Condiciones físicas, económicas, sociales, jurídicas, políticas,
administrativas, etc..
[3] Datos elaborados por CONAPO, con
base en los resultados del XI Censo de Población y Vivienda 1990.
[4] El caso del incremento en el flujo de población hacia ese Estado, puede
ser explicado por la atracción que sigue ejerciendo la Ciudad de Cancún,
ocasionada por los servicios turísticos de toda la zona costera del Estado.
[5] A este respecto, el Dr. Bassols realizó una
investigación de esta nueva región; ver Franjas fronterizas México Estados
Unidos 2 Tomos. (1998). IIEc. UNAM.
México.
[6] Para
mayor información sobre este punto ver el trabajo de Bernardo González Aréchiga
Rocío Bajaras. “Complejos Industriales en el Sur de Estados Unidos y su
Relación con la distribución espacial y el crecimiento de los centros
maquiladores en el Norte de México”, en “Las Maquiladoras: Ajuste Estructural y
Desarrollo Regional” compiladores: Bernardo González Aréchiga y Rocío Barajas
Escamilla, Fundación Friederich Ebert y el Colegio de
[7] Ver Dávila Flores, Alejandro. “Componentes del
Crecimiento Económico de
[8] Bassols Batalla, Ángel. “Introducción y Marco de
Referencia”, en Zona Metropolitana de la Ciudad de México. (1993) IIEC - DDF.
MEA.. pp. 35. México.
[9] CONAPO. Ibid.
[10] Tomado de Sobrino J. (2003) competitividad de las ciudades en México.El Colegio de México. P.p. 183-189. México. También ver “Delimitación de las zonas metropolitanas de México”. (2004) SEDESOL, CONAPO; INEGI. P.p. 9-16. México.
[11] Los datos de las tasa anuales de crecimiento de la población fueron tomadas de : Sánchez Almanza Adolfo, “El desarrollo urbano de México. Tendencias e hipótesis sobre su comportamiento futuro”. Ponencia presentada en el VIII Seminario sobre Economía urbana. IIEc. UNAM. 1995.
[12] Sobrino J. 2003. Ibid. .p.183-195.
[13] Los datos estadísticos fueron tomados de: Garza, Gustavo y Rodríguez Fernando. “Normatividad urbanística en las principales metrópolis de México” (1998).. El Colegio de México. Mex. p.37.
[14] Ibid. P. 44.
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© Copyright Orlando Eleazar Moreno Pérez, 2005
© Copyright Scripta Nova, 2005
Ficha bibliográfica:
MORENO, O. Reestructuración
económica y refuncionalización Territorial en México: su impacto en el sistema
regional y el urbano en México 1980-2000. Scripta Nova. Revista electrónica
de geografía y ciencias sociales. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de
agosto de 2005, vol. IX, núm. 194 (78).
<http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-78.htm> [ISSN: 1138-9788]
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