DECLARACIÓN DEL

Reunidos en la Ciudad de México una amplia representación de científicos sociales deun centenar de universidades e instituciones académicas de 13 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Perú, Portugal y Venezuela) realizan la siguiente declaración.

Los bienes materiales e inmateriales del pasado, también considerados bienes intergeneracionales, son una herencia colectiva. Con un claro entendimiento de su valor, suponen una riqueza irrenunciable y un testimonio de cualquier sociedad, por lo que han de quedar incorporados a la memoria colectiva y todas las comunidades deben articular los medios para su preservación.

Ante la situación de escasa valoración e incumplimiento de las normativas existentes, es conveniente que se articulen y consoliden políticas patrimoniales que permitan intensificar los estudios y la redacción de inventarios completos de los bienes materiales e inmateriales de cada territorio o comunidad, fijando criterios objetivos que faciliten su valoración, catalogación y declaración, así como la conservación y puesta en valor para el uso y disfrute de la ciudadanía presente y futura.

Esta argumentación básica, que responde a los criterios asumidos por los organismos internacionales, se encuentra aún lejos de aplicarse en su integridad y continuamos asistiendo a todo tipo de agresiones contra dichos bienes. En este mismo Coloquio, a lo largo de sus sesiones, se han destacado numerosos casos.

Consideramos de especial importancia, para consolidar la protección patrimonial, al nivel que la legislación exija, que se avance en los siguientes aspectos:

- El necesario respeto a la legislación medioambiental destinada a la protección del patrimonio natural, que hasta ahora no ha servido para impedir la destrucción del propio paisaje que pretendía proteger y de extraordinarios ejemplos de la cultura tradicional.

En el Coloquio se puso énfasis asimismo en el abandono y, en ocasiones, la desaparición de sistemas tradicionales de regadío, que fueron el soporte de numerosas comunidades en zonas áridas y semiáridas, como las existentes en áreas de Nuevo México, del desierto de Chihuahua y de Mendoza en América, o del levante y sur de España en el continente europeo. Se habló, en general, de la necesidad de estudiar y defender los paisajes agrarios tradicionales con las manifestaciones culturales que les son propias.

- El compromiso de los estados con respecto a las garantías de protección de los bienes del patrimonio mundial.A pesar de los avances teóricos en el campo doctrinal realizados por ICOMOS, así como la existencia de una normativa internacional plasmada en la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO de 1972 y en las directrices para su aplicación, estos logros no van acompañados hoy en día de una necesaria eficacia en el terreno práctico de la conservación y la protección del patrimonio a escala local, nacional e internacional, ni siquiera respecto a aquellos bienes que deberían constituir un ejemplo modélico como son los inscritos en la lista del Patrimonio Mundial. Ello abre un interrogante sobre las dificultades que plantea, en la práctica, la operatividad y eficacia de estos documentos ante las fuerzas destructoras del patrimonio y su entorno y la responsabilidad de la administración competente, lo que debe obligar tanto a ICOMOS como a la UNESCO a reconsiderar con el mayor rigor las exigencias de sus respectivos cometidos y a reforzar sus actuaciones y compromisos internacionales ante las autoridades responsables y los profesionales, cuyas intervenciones repercuten en la conservación de los bienes patrimoniales. En la actualidad, varias ciudades y bienes españoles sufren las consecuencias de este tipo de efectos: Toledo, Ávila, Salamanca, Cáceres, San Cristóbal de La Laguna, son los que se encuentran en la situación más alarmante.

-La participación de la sociedad civil en la salvaguarda de los bienes de interés histórico, que siempre ha de hacerse bajo la supervisión y el control de instituciones públicas apropiadas. Consideramos muy peligrosa la tendencia hacia la privatización de los bienes culturales del patrimonio.

- La inclusión en los catálogos monumentales de todos aquellos elementos que por dejadez o falta de interés no hayan sido incluidos y el respeto hacia todos aquellos que ya estén catalogados.

- La valoración, preservación y catalogación del patrimonio industrial y de la obra pública, en inminente peligro a causa de las fuertes transformaciones urbanas y territoriales.

-La protección de los archivos documentales y del patrimonio bibliográfico y cartográfico.

Los participantes en el Coloquio estiman que la protección del patrimonio y lasintervenciones poseen una dimensión ética que nos debe implicar en la conservación y preservación de la memoria histórica y de los bienes que hemos recibido.

En diferentes comunicaciones del Coloquio y en los debates posteriores algunos participantes hicieron notar el peligro que se cierne sobre determinados bienes y áreas patrimoniales, y se destacó la necesidad de protegerlos. Los citamos a continuación, llamando la atención a las autoridades competentes sobre la urgencia de intervenir en su protección:

-La fábrica textil de Cocolapan en Orizaba, México, cuyas instalaciones y cuyo archivo de más de 160 años de historia están en serio peligro de destrucción.

-El centro histórico de la ciudad de Morelia, México, amenazado por el “fachadismo” que encubre la destrucción de su patrimonio arquitectónico.

-La casa de la Marquesa de Santos en Río de Janeiro, la iglesia de San Francisco del Valle del río Paraguaçu, y toda la ciudad de Cachoeira en Bahía, Brasil.

-El centro histórico de Río de Janeiro, sobre el cual hay un estudio en proceso por parte del IPHAN.

-La ciudad de Coro, Venezuela, en la que se han cometido graves violaciones a las normativas urbanas de protección.

-El barrio “Las Cruces” en Bogotá, el cual está empezando a sufrir los impactos de la renovación urbana que no respeta ni al patrimonio construido y ni a sus habitantes.

-El conjunto fabril neoclásico de Can Ricart en Barcelona, España, obra de Josep Oriol Bernardet, testimonio excepcional de la revolución industrial barcelonesa.

-La iglesia de San Sebastián de Olula del Río (Almería-España), obra de Ventura Rodríguez, extraordinario ejemplo de espacio religioso neoclásico.

-La playa virgen del Algarrobico, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, en Almería, España, en donde se ha construido un hotel que es un atentado sorprendente contra cualquier espacio natural protegido.