Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. 
ISSN: 1138-9788. 
Depósito Legal: B. 21.741-98 
Vol. XI, núm. 245 (42), 1 de agosto de 2007
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

Número extraordinario dedicado al IX Coloquio de Geocritica

 

LA EXPANSIÓN DE LA PERIFERIA METROPOLITANA DE BUENOS AIRES. “VILLAS MISERIA” Y “COUNTRIES”:
DE LA GHETTIZACIÓN A LA INTEGRACIÓN DE ACTORES EN EL DESARROLLO LOCAL URBANO


Sonia Vidal-Koppmann
Investigadora Adjunta del CONICET
Centro de Información Metropolitana -FADU
Universidad de Buenos Aires
svidal@ciudad.com.ar

La expansión de la periferia metropolitana de Buenos Aires. “Villas miseria” y “countries”: de la ghettización a la integración de actores en el desarrollo local urbano  (Resumen)

La expansión acelerada del área metropolitana de Buenos Aires, ha puesto en evidencia un fenómeno de polarización acentuada que se traduce en el territorio a través de la localización de enclaves de riqueza y de pobreza. De todo este proceso ha surgido un mosaico urbano fragmentado y donde conviven en situación de vecindad los dos extremos de una sociedad fuertemente marcada por los avatares políticos y económicos que ha sufrido nuestro país desde hace treinta años. Para ejemplificar esta situación hemos seleccionado algunos casos-testigo que nos permitirán analizar las relaciones en el espacio de estos enclaves y definir lineamientos alternativos para encaminar la planificación estratégica local, tendiente al desarrollo sustentable y a la expansión controlada de las áreas periféricas.

Palabras-clave: área metropolitana, enclaves cerrados, polarización, articulación urbana


The expansion of the buenos aires metropolitan area. “Slums” and “country clubs”: from the ghettization to the integration of actors in the urban local development ( Abstract)

The accelerated expansion of the Buenos Aires metropolitan area shows a phenomenon of polarization that is translated in the landscape through the location of poverty and wealth enclaves. In order to exemplify this situation, we have selected some cases that will allow us to analyze the relationships in the structure of these enclaves and to define alternative ways to guide the local strategic planning, that tend to the sustainable development and to the controlled expansion of the peripheral areas.

Key-words: metropolitan area, closed enclaves, polarization, urban integration



La periferia metropolitana de Buenos Aires, al igual que otras metrópolis hipertrofiadas de América Latina, presenta la particularidad de integrar territorios reticulares y territorios areales (Haesbaert, 2004), configurando un sistema urbano-regional de alta complejidad. La articulación de espacios globalizados con espacios tradicionales ha generado un orden diferente, englobando no sólo la dimensión físico-territorial, sino también otras dimensiones de orden cultural, social, político y económico.

En esta superposición de diferentes tramas se ha ido gestando un desarrollo urbano “desparejo” según el concepto acuñado por D. Harvey[1]. Por un lado, se encuentra la fuerte oposición entre barrios cerrados de lujo y villas miseria; y por otro, las bajas densidades de las pequeñas localidades se relacionan con las bajas densidades de los conjuntos residenciales cerrados que las rodean, sin que se haya podido encontrar  una adecuada forma de integración.

En algún trabajo se ha defendido la postura de que el área metropolitana es algo así como un conjunto de zonas verdes y zonas rojas[2] haciendo alusión al verde encerrado de las urbanizaciones privadas y a las áreas de marginalidad formadas por villas miseria y asentamientos precarios. Creemos que a este paisaje le falta el agregado de las zonas grises; o sea, todas las localidades urbanas con distintas densidades y estados de consolidación, que han quedado en muchos casos como zonas neutras con poco atractivo para las inversiones privadas y con carencia de obras públicas.

Así como en las zonas rojas se concentra la población por debajo de la línea de pobreza y/o indigencia, y en las zonas verdes se han recluido las clases medias altas; en las zonas grises se encuentra el resto de la población esperando un efecto de “derrame” del desarrollo que tarda en llegar (o que quizás no llegue nunca).

Nuestra intención consiste en mostrar las relaciones que existen entre estas tres zonas sobre el territorio, como parte de procesos de fragmentación, articulación e intercambio entre diferentes actores; y por otro, analizar posibles estrategias de negociación y de concertación entre actores públicos y privados, para apuntar a nuevas estrategias de desarrollo urbano local.


Countries y villas: el desarrollo urbano “desparejo”

Al analizar las transformaciones de la región metropolitana de Buenos Aires (RMBA) se observa que tanto los procesos generados por el mercado como los procesos por fuera de él, han marcado una impronta de urbanización diferenciada. Curiosamente la primera villa que se instaló en la ciudad de Buenos Aires, en las cercanías del Puerto Nuevo y el primer club de campo (Tortugas Country Club) son coetáneos. Ambos aparecen en el año 1930, un momento de profunda crisis económica a nivel mundial.

“A medida que se masificaban, algunas ciudades dejaron de ser estrictamente urbanas para transformarse en una yuxtaposición de guetos, incomunicados y anómicos. […] Fue un proceso que se inició sordamente con la crisis de 1930 y que prosigue hoy, acaso más intensamente, hasta caracterizar y definir la situación contemporánea de Latinoamérica”. (Romero, 1976:322)

En el breve párrafo del historiador J. L. Romero se pone de manifiesto que el fenómeno de la segregación y por ende, de la fragmentación en guetos, comienza en forma anticipada; aunque el resultado más chocante de esas transformaciones haya quedado en evidencia desde 1990 en adelante.

En efecto, la correlación entre enclaves marginales y enclaves de lujo la encontraremos en la década del 90, cuando se produjo el boom inmobiliario y cuando los asentamientos precarios volvieron a multiplicarse en forma acelerada  en la conurbación bonaerense, dándole cabida a grupos de nuevos pobres, que alguna vez tuvieron vivienda y empleo.

La inversión inmobiliaria recaló en la periferia, liderada por grupos de empresarios locales junto con la participación de capitales extranjeros; en tanto que los sucesivos gobiernos democráticos dejaron de lado los planes de vivienda social y los municipios de  la segunda y tercera corona[3] se vieron enfrentados a procesos de crecimiento demográfico acelerados, sin contar con instrumentos de planificación ni con recursos para absorberlos.

Las obras públicas en los municipios del conurbano hasta el presente no han sido suficientes para paliar la situación deficitaria en materia de vivienda e infraestructura; pero paralelamente en sus territorios se han desarrollado urbanizaciones cerradas que cuentan con todos los servicios (provistos por empresas privadas); y cuya capacidad locativa dista de llegar a un punto de saturación. De tal manera que se ha delineado un paisaje suburbano donde conviven la precariedad y la riqueza.

La nueva estructura que está emergiendo en la periferia, nos ha llevado a preguntarnos si es posible encontrar algún tipo de relación entre estas “islas” de pobreza y de opulencia, por una parte; y por otra, en qué medida ambos tipos de enclaves podrían integrarse al resto de la ciudad tradicional abierta.

Para analizar la situación descripta hemos seleccionado varios municipios de la región, pertenecientes a diferentes zonas. El partido[4] de Tigre en la zona norte; Pilar en el noroeste; Malvinas Argentinas, Moreno y San Miguel, en el oeste; y Esteban Echeverría y Ezeiza en la zona sur.

Decidimos comparar, en principio, algunos indicadores socio-demográficos y otros que directamente están relacionados con la calidad de vida urbana, como es el caso de la cobertura de infraestructura y servicios.

En el Cuadro 1, las dos primeras columnas (superficie del partido y densidad bruta) permiten elaborar una primera aproximación espacial sobre los casos de estudio; las tres columnas siguientes (población total del partido, población en villas miseria y porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas) conllevan a una sintética caracterización socio-demográfica; en tanto que la última columna agrega la cantidad de urbanizaciones cerradas desarrolladas en cada municipio, dando una aproximación del avance de los procesos privados de expansión suburbana.

Cuadro 1   
Indicadores socio-espaciales

Partido

Superf. (Km2)

Densidad Hab./Km2

Población

Total

Población en villas

Población NBI

Urbaniz. cerradas

Echeverría

120

2033,1

243.974

4.696

20.4

16

Ezeiza

223

532,8

118.807

18.331

26,1

14

Malvinas

63

4614,1

290.691

13.255

22,9

5

Moreno

180

2113,9

380.503

368

26,0

11

Pilar

355

654,8

232.463

s/i

24,8

117

S. Miguel

80

3163,6

251.299

21.937

18,2

15

Tigre

360

836,7

301.223

25.747

20,3

60

            Fuente: elaboración propia sobre la base de datos censales y de la Guía Verdecountry.com, 2006

El cuadro precedente nos motiva a hacer algunos comentarios. En principio, puede notarse la diferencia en las densidades de los partidos. Ello es debido a que en 1994 se sancionó la Ley Provincial 11.551 que disponía la subdivisión de algunos municipios de la región metropolitana. Los partidos que se vieron afectados en sus límites fueron: Pilar (perdió superficie); Malvinas Argentinas y San Miguel (surgieron de la división del partido de Gral. Sarmiento); y Ezeiza y E. Echeverría (formaban parte de Alte. Brown). Estos nuevos límites influyeron en el territorio, ya que en algunos casos se alteró el equilibrio entre áreas urbanas, complementarias y rurales, y además, la distribución de equipamientos comunitarios no siempre resultó satisfactoria. Asimismo el territorio de algunos de ellos quedó más densamente poblado, al concentrar áreas urbanas más consolidadas y pocos espacios sin urbanizar.

En segundo término, se destaca que la población con necesidades básicas insatisfechas (NBI) y el asentamiento en villas miseria es una constante, no sólo en los partidos seleccionados sino en el resto del área metropolitana.

En el conjunto de municipios no se observa una notoria variación de los porcentajes de población carenciada. Alrededor de un 20 por ciento de la población total no alcanza a cubrir sus necesidades básicas en materia de hábitat, atención sanitaria, educación, etc. Esta situación se extiende al resto de la región metropolitana con variaciones significativas sólo en algunos partidos de la primera corona, como por ejemplo San Isidro y Vicente López[5].

Por último, la columna referida a la urbanización privada pone en evidencia que Pilar sobresale en cuanto a la cantidad de emprendimientos. No obstante, por investigaciones realizadas con anterioridad, estamos en condiciones de afirmar que, si bien el número de emprendimientos en el municipio de Tigre es menor, la superficie afectada es equivalente.

Otro aspecto que debe remarcarse es la hegemonía de las inversiones privadas en las zonas norte y noroeste en relación con las otras dos subregiones. Del cuadro anterior se infiere que una parte importante de esas inversiones fue destinada al sector inmobiliario; sin embargo, también como producto de otros trabajos, debemos señalar que las inversiones en centros comerciales y de amenidades, fueron el destino para capitales extranjeros que ingresaron al país en los 90[6].

En la década mencionada los planes de vivienda para sectores de bajos recursos no estuvieron presentes en la agenda política; por lo tanto, el déficit crónico del parque habitacional siguió aumentando, en tanto que crecía la construcción de viviendas de lujo para los estratos medio-altos.

A las falencias citadas precedentemente se agrega la situación ocupacional desfavorable de vastos sectores de población. Este es otro aspecto que incide directamente sobre la calidad de vida. No sólo existe un déficit en materia de viviendas, sino que la población subempleada o desempleada tampoco está en condiciones de ingresar en algún tipo de plan oficial para acceder a un programa de hábitat social.

Cabe señalar que los estudios elaborados por el Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales (SIEMPRO), entre mayo de 1998 y el mismo mes del año 2002, presentaban cifras alarmantes para el área metropolitana.

Este período englobaba los años previos y posteriores a la crisis económica e institucional de la Argentina, que estalló en diciembre de 2001. Las cifras muestran que la desocupación había trepado al 24,2 por ciento, la subocupación era del 20,7 por ciento, y la ocupación en la economía informal superaba el 47 por ciento[7].

En los años recientes, los valores expuestos se han atenuado levemente; pero aún el desempleo no baja de los dos dígitos y gran parte de la población sigue subsistiendo con estrategias propias de la economía informal.

El empleo precarizado, la falta de capacitación para insertarse en las nuevas demandas del sistema productivo y la deserción escolar en los establecimientos de nivel medio, conllevan a que cada año mayor cantidad de familias deban recurrir al asistencialismo de los gobiernos de turno, como único medio para poder sobrevivir.

Los trabajos de investigación del Instituto Infohabitat[8] dan cuenta de que la emergencia habitacional afecta a casi 2.000.000 de habitantes en el área metropolitana; ya que a la población  residente en villas y asentamientos precarios hay que adicionarle los que habitan en viviendas sin infraestructura de servicios.

La falta de cobertura de redes básicas (agua corriente, desagües cloacales y pluviales, pavimentación, etc.) es una constante que incide negativamente sobre la calidad de vida urbana.

Cuadro 3
Porcentaje de hogares sin cobertura de infraestructuras y servicios

Partido

Total hogar.

Red desag

Red agua

Electr

Gas

Al. Publ.

Pav.

R.S.U.

Transport

TE

Echeverría

62.922

81,87

54,4

2,4

21,0

9,9

19,6

3,5

9,4

12,9

Ezeiza

29.561

83,13

79,2

1,8

31,2

20,6

26,8

9,7

47,6

73,4

Malvinas

72.948

96,99

90,7

3,6

29,4

13,1

29,8

3,7

14,3

24,4

Moreno

95.523

75,48

53,1

3,7

55,9

19,1

18,1

8,1

9,7

20,4

Pilar

58.303

84,1

76,0

6,8

60,7

24,5

44,9

13,6

27,4

51,4

S. Miguel

65.688

62,41

63,0

2,1

17,9

7,4

14,9

3,1

5,2

13,1

Tigre

79.782

85,47

35,5

2,7

27,8

7,2

8,5

3,9

9,5

26,7

Fuente: elaboración propias con datos del Censo Nacional 2001, INDEC.

La ausencia de redes de desagües cloacales y pluviales y las redes domiciliarias de agua corriente, afectan a la mayoría de los hogares. La carencia de estos servicios incide directamente en el estado sanitario de la población. En la mayoría de las viviendas suburbanas, los servicios son provistos por sistemas individuales domiciliarios  En el caso de los desagües, por el sistema de cámara séptica y pozo negro, y para la provisión de agua, pozo de extracción y sistema de bombeo en el predio de la vivienda. Obviamente, en la mayoría de los asentamientos tugurizados ni siquiera existen estas instalaciones.

Con excepción del tendido de redes de electricidad y del servicio de recolección de residuos sólidos (RSU), el resto de las redes que demandan obras de infraestructura costosas,  llega a menos del 60 por ciento de los hogares.

En estos escenarios urbanos deficitarios en materia de desarrollo urbano, a mediados de los 90, irrumpieron las inversiones privadas inmobiliarias y las reformas administrativas tendientes a la modernización institucional de los organismos. Las primeras lograron sus objetivos, en tanto que las segundas sólo los cumplieron a medias.

Mientras tanto, el número de habitantes con necesidades básicas insatisfechas creció y los asentamientos precarios se multiplicaron, como resultado de la instauración de un capitalismo a ultranza, que fue descartando del sistema a sectores cada vez numerosos de población. 


Urbanizaciones cerradas y asentamientos marginales ¿integrados o segregados?

La carencia de viviendas e infraestructuras es un común denominador junto con la pobreza que abarca a grandes sectores de población, no sólo en los casos presentados si no en la totalidad de los municipios del conurbano. Por lo tanto, en muchos de estos municipios la superación de situaciones coyunturales no ha dejado lugar para pensar y ejecutar una planificación de mediano y largo plazo.

Entre tanto se abrieron paso los procesos de mercado, trayendo hacia estas áreas proyectos de gran envergadura, con un ritmo acelerado que se impuso ampliamente a cualquier planificación estratégica.

Las inversiones públicas se destinaron a sectores clave para el desarrollo de las inversiones privadas: infraestructuras viales y comunicaciones. Los negocios inmobiliarios resultaron mucho más atractivos para el capital ocioso, que invertir en otro tipo de actividades. De esta forma, las operaciones inmobiliarias en los partidos periféricos pudieron apropiarse de suelos de alta aptitud productiva en materia agropecuaria. La rentabilidad de los proyectos residenciales resultaba ventajosa.

Los emprendimientos inmobiliarios buscaron también fracciones de grandes superficies y baratas; para ello recurrieron a los partidos más alejados, en donde las áreas inundables y los basurales a cielo abierto formaban parte del entorno de las ciudades.  Y es en este entorno, rural en algunos casos, híbrido y degradado en otros, donde coincidieron la localización los enclaves de lujo y las villas miseria.

De acuerdo con estudios realizados[9], el segundo momento de crecimiento de villas y asentamientos precarios en el conurbano comenzó en la última mitad de los años 80, después de finalizada la dictadura militar. Hasta ese entonces los sucesivos gobiernos de facto habían desmantelado y erradicado asentamientos, expulsando a sus pobladores hacia las zonas más alejadas de la periferia metropolitana.

A posteriori, el aumento de la población villera se aceleró en la década del 90, por converger en dichos asentamientos pobres estructurales, nuevos pobres (sectores de clase media baja) e inmigrantes, en su mayoría, de países limítrofes. De tal forma que en la actualidad no existe ningún partido en las dos primeras coronas de la región sin villas ni asentamientos precarios; y en la tercera corona, aunque la cantidad de asentamientos es menor, la población en barrios pobres ocupa un porcentaje elevado (en Pilar, por ejemplo, llega casi al 30 por ciento).

Por otra parte, en la totalidad de los municipios de la RMBA se han localizado en mayor o menor escala urbanizaciones privadas junto con sus equipamientos periféricos (centros de amenidades, de comparas, hipermercados, etc.).

A modo de ejemplo, hemos seleccionado tres municipios de los presentados, en donde puede observarse la relación entre enclaves de lujo, enclaves de pobreza y ciudad abierta.

De los siete casos analizados, el partido de Tigre es el que posee el menor porcentaje de población asentada en villas. No obstante, en el sector de islas parte de la población habita en viviendas que podrían calificarse como subestandar y los servicios y las infraestructuras son altamente deficitarios. Las grandes áreas verdes que aparecen en la figura corresponden a dos mega-emprendimientos: los pueblos privados de Nordelta y Villanueva. En este partido el número de urbanizaciones cerradas se eleva a sesenta, ocupando un 40 por ciento del territorio.

Figura 1
- Urbanizaciones cerradas y asentamientos marginales en el partido de Tigre

Fuente: C.I.M.- FADU/UBA., 2006.

Las autoridades del área de Planeamiento opinan que esta situación los favorece, ya que las tierras de las dos mini-ciudades eran bajas e inundables y ahora han sido recuperadas mediante desarrollos inmobiliarios. No obstante, estudios realizados por especialistas en materia ambiental destacan que el movimiento de tierras y los “polders” ejecutados en estos dos mega-proyectos inciden desfavorablemente en algunos barrios aledaños[10].

Puede visualizarse en la Figura 1 que “pegados” a los emprendimientos  se encuentran asentamientos marginales. Asimismo se advierte que en los partidos limítrofes de San Fernando y Malvinas Argentinas, las urbanizaciones de lujo y los bolsones de pobreza se localizan en relación de proximidad.

Dada esta posición de vecindad, nos pareció importante indagar sobre la existencia de algún tipo de integración que no pasara simplemente por los empleos individuales que los habitantes de los asentamientos podrían realizar eventualmente en los barrios cerrados.

Al respecto constatamos que las dos empresas que llevaron a cabo los mega-proyectos han realizado algún tipo de acción comunitaria.

La empresa Nordelta S.A. organizó paralelamente una Fundación homónima sin fines de lucro, cuya finalidad ha sido propender a la mejora de la calidad de vida de barrios carenciados. Para ello implementó programas en las áreas de Salud, Capacitación Laboral, Educación y Desarrollo Comunitario.

Hasta el presente estas acciones se han centrado en el Barrio Las Tunas de la localidad de Gral. Pacheco (municipio de Tigre), que debe aclararse que no es una villa de emergencia sino una barriada humilde y. en donde, además, otras organizaciones no gubernamentales han implementado programas de desarrollo local

La otra empresa desarrolladora, EIDICO S.A., ha realizado eventos familiares dentro del Complejo Villanueva para luego donar la recaudación a Caritas y otras instituciones católicas para obras de beneficencia; y en 2006, concretó la Fundación Oficios.

Dentro del ámbito de esta asociación se ha creado la Mesa de Desarrollo Social, con el objetivo de relevar los barrios con necesidades más acuciantes y colaborar comunitariamente con ellos. El emprendimiento que ha resultado exitoso ha sido la capacitación de pobladores en oficios tales como albañilería, armado de encofrados de obras, hormigón, etc. La idea básica consiste en aprovechar el capital social del partido para la satisfacción de las necesidades emergentes.

El segundo caso-testigo se ubica en la zona oeste de la RMBA. El partido de Moreno cuenta dentro de su jurisdicción con once urbanizaciones cerradas (el Club de Campo del Banco de la Provincia de Buenos Aires, es una de las de mayor superficie y de alto grado de consolidación) y con una población carenciada que casi alcanza el 30 por ciento con respecto al total de habitantes del partido.

Figura 2
Urbanizaciones cerradas y asentamientos marginales en el partido de Moreno

Fuente: C.I.M.- FADU/UBA., 2006.

El diagnóstico elaborado por el municipio según puede leerse en el sitio oficial consigna:

 “Los hogares que presentaban un indicador de privación relacionado con la vivienda (tipo de vivienda o hacinamiento) ascendían a 11.706 (72,2 por ciento del total de hogares NBI), mientras que 2.822 hogares (17,4 por ciento del total de hogares NBI) presentaban una combinación de los dos indicadores (tipo de vivienda y hacinamiento) y en 210 hogares (1,3 por ciento del total de hogares NBI), a los indicadores de privación relacionados con la vivienda se sumaban necesidades insatisfechas asociadas con las condiciones sanitarias.” (Página web del municipio de Moreno, Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local, 2006)

La situación habitacional deficitaria se vio agravada en el último decenio por el crecimiento de la población. El aumento fue equivalente a un tercio de la que se contabilizaba en el partido en 1991 (INDEC, 2001).

En el plano de Moreno (Figura 2) se observa que las villas de emergencia se encuentran diseminadas en las diferentes localidades urbanas y que sólo tres de ellas están ubicadas en relación de vecindad con urbanizaciones cerradas.

Sin embargo, el 23 de diciembre de 2001 el siguiente título ocupó toda  la página de un matutino nacional:

“Días de pánico en el country club Bapro. El temor a una invasión de saqueadores mantuvo en vilo a los vecinos, hubo rondas armadas y preparativos de evacuación.

Es un barrio de 1450 casas y 800 residentes fijos · El jueves último temían que grupos de pobres sobrepasaran la seguridad privada · Nada ocurrió pero el miedo sigue”

“Por la noche cuando la mayoría de los hombres ya estaba en el lugar, se impuso un nuevo régimen: las mujeres esperarían en las casas; ante cualquier anormalidad sonarían las bocinas de los autos; los hombres se reunirían cada dos horas y harían rondas a lo largo del perímetro de 2,5 Km de ancho por 3 de largo, en especial en el portón delantero y el lateral, que linda con un descampado y no está lejos de una villa de emergencia.” (Diario La Nación, 23/12/2001)

El relato del cronista parece de ciencia ficción pero fue la realidad que se vivió no sólo en el country del Banco Provincia, sino también en muchos otros, donde se realizaron reuniones de propietarios para proponer medidas frente a una eventual invasión. Las clases se encontraban enfrentadas, los instalados sentían temor de los desposeídos.

La situación de inequidad, de ese desarrollo desparejo que sugiere Harvey, es la clave para entender el equilibrio inestable de estas ciudades fragmentadas: un municipio con altos porcentajes de pobreza en áreas que rodean enclaves de lujo, donde parte de las viviendas sólo se utilizan para el esparcimiento del fin de semana.

En este caso no pudimos encontrar acciones comunitarias desde las urbanizaciones cerradas hacia el entorno. Pero sí aparecieron formas de integración desde el municipio hacia el resto de los actores.

Las acciones  concretas para combatir el déficit de empleos y de viviendas vienen del ámbito oficial. El Instituto de Desarrollo Urbano, Ambiental y Regional (IDUAR) tiene por objetivos: administrar y recuperar espacios públicos; articular las relaciones público/privado; incrementar la conectividad del territorio; posibilitar las acciones de concertación; etc.

A su vez, el Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local (IMDEL) cumple la finalidad de formular, ejecutar y supervisar políticas, programas y proyectos para el fomento del desarrollo económico y social y para la inserción de los habitantes en el mercado laboral.

A diferencia del caso anterior, el número de urbanizaciones, la potencial cantidad de habitantes en las mismas y la superficie ocupada, arrojan cifras inferiores a las de la población concentrada en las localidades urbanas del municipio. En consecuencia, y aprovechando la iniciativa de gestión municipal, podría intentarse articular dentro de la zonificación las áreas públicas y privadas. De esta manera, el futuro crecimiento se organizaría en función de una planificación consensuada.

El último ejemplo seleccionado, el partido de Esteban Echeverría, pertenece al sur del conurbano. El área urbanizada se halla concentrada en la zona norte y central del territorio, quedando en la zona sur importantes extensiones de tierras sin lotear con usos agrícolas y con bosques de talas y otras especies.

La localización de barrios cerrados y clubes de campo se da en las proximidades de la ciudad de Canning, en el sur del partido Hasta el presente se han desarrollado doce emprendimientos en dicha zona y cuatro en la zona norte aledaños a la ciudad cabecera de Monte Grande. Los mismos configuran un mega-emprendimiento de barrios cerrados y equipamiento comunitario interno

Denominado “Mirasoles de Monte Grande”, el proyecto presenta la particularidad de poseer tres barrios cerrados y uno abierto con características edilicias similares. Dada su ubicación periférica a la ciudad podría pensarse, en el futuro, en una posibilidad de integración con el tejido urbano residencial existente.

Las villas de emergencia y los asentamientos precarios se encuentran ubicados en su mayoría hacia el noreste del partido y en relación de vecindad con la ciudad de Monte Grande. En la zona sur lo que se ha detectado en el entorno de las urbanizaciones privadas es la presencia de basurales clandestinos a cielo abierto. En la zona norte y en proximidad con los asentamientos marginales, se encuentra el resto de los basurales, generando situaciones de alta contaminación ambiental para los habitantes de los núcleos cercanos. (Figura 3)

Figura 3
Urbanizaciones cerradas y asentamientos marginales en el partido de Echeverría

Fuente: C.I.M.- FADU/UBA., 2006.

En la Figura 3 se puede observar, asimismo, que el partido limítrofe de Ezeiza presenta la particularidad que venimos señalando; es decir, las villas adosadas al perímetro de barrios cerrados. Enfatizamos este punto, porque si bien en este trabajo incluimos tres partidos a modo de ejemplo, la situación de vecindad de los “guetos de pobreza y de riqueza” se repite en la casi totalidad de los municipios del área metropolitana. Se agrega a este escenario (también en la mayoría de los casos) la presencia de basurales clandestinos. Este tema reviste importancia para estudios sobre las urbanizaciones cerradas y su entorno, y requería la aplicación de un enfoque ambiental..

En Echeverría, como en los casos anteriores, buscamos elementos de integración entre las urbanizaciones nuevas y los asentamientos precarios. En el intento apareció una relación de articulación de los barrios cerrados con la ciudad tradicional.

A principios de 2000, la localidad de Canning sufría los inconvenientes de no contar con calzadas pavimentadas. Las calles de tierra, con profundos baches, se inundaban e impedían una normal circulación de vehículos y personas. De común acuerdo, las doce urbanizaciones privadas de la zona decidieron pedir presupuestos y recolectar el dinero para encarar las obras de mejora. Si bien las circulaciones fueron una mejora para los accesos a los barrios privados, también los vecinos de la ciudad abierta se beneficiaron. La municipalidad intervino en esta operación proveyendo el proyecto y la dirección de la obra.

Otras de las mejoras para esta localidad de alrededor de 12.000 habitantes (sin contar con la población de las urbanizaciones), consistieron en la radicación de bancos, supermercados y colegios privados como consecuencia del “efecto country”; y la propuesta de nuevas acciones para organizar el proyecto de alumbrado de calles con cableado subterráneo.

Destacamos este ejemplo, ya que nos pareció un interesante caso de articulación entre sectores privados y públicos, que al igual que en Moreno, Tigre, Malvinas Argentinas y otros municipios que no hemos incluido, podrían marcar rumbos hacia una planificación de concertación y negociación entre actores.


A modo de conclusión

El “fenómeno country” es parte de las geografías post-modernas de este comienzo de siglo. Como urbanistas no estamos en condiciones de ignorarlo, ya que ha sido una de las grandes transformaciones que aparecen asociadas a la globalización.

Advertimos que en América latina adquiere un carácter particular, puesto que es imposible disociarlo de otras formas de hábitat tales como la ciudad abierta y los encaves tugurizados.

Por lo tanto, creemos que es necesario recurrir a lo que E. Soja (1997) denominó “la imaginación geográfica” para poder manejarlo e integrarlo a la dinámica urbana.

En este nuevo orden, la relación entre las villas y las urbanizaciones cerradas es un tema que merecería un tratamiento en profundidad, ya que como se ha insistido desde el principio de este trabajo, ambas formas de hábitat constituirían los extremos opuestos de una misma variable: la segregación social y territorial.

En el caso de las urbanizaciones esa segregación parte de una elección individual acerca del estilo de vida; en el de los asentamientos marginales, es la única opción para la mayoría de las familias que los habitan.

Entre ambos extremos hay situaciones de conflictos latentes que suelen aflorar cuando el sistema comienza a desequilibrarse. Es lo que pretendimos demostrar incluyendo la referencia de la posible invasión a los countries y barrios cerrados. La inequidad socio-ambiental podría calificarse como una “bomba de tiempo”, lista para estallar en algún instante. Por eso deberían buscarse mecanismos para atenuar estas tensiones en el territorio. Una forma posible es la concertación e integración entre actores públicos y privados. Las estrategias de negociación son variadas y las alternativas para incluirlas en los procesos de planificación no surgen como recetas previamente elaboradas, sino como soluciones “a medida”, organizadas mediante la participación de todos los actores, intentando crear sinergia que impulse y acompañe el desarrollo urbano local.



Notas

[1] Entrevista a David Harvey, Revista Ñ, 21/10/2006.

[2] Esta denominación aparece en el artículo “Imaginarios urbanos en zonas verdes y zonas rojas de la Región Metropolitana de Buenos Aires” de M. F. Girola, Cuadernos de Antropología Social nº 20, julio/diciembre de 2004.

[3] Se considera que la RMBA está configurada por sucesivos “anillos” o “coronas” de municipios que rodean a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, funcionando como una unidad de planeamiento.

[4] El partido una división jurisdiccional de la provincia de Buenos Aires cuyos límites son coincidentes con los del municipio. En el resto de las provincias argentinas  en lugar de esta denomoinación se utiliza la de “departamento” y los límites no siempre son coincidentes con los del municipio.

[5] En el Censo Nacional 2001 disponible en la página oficial del INDEC puede consultarse el plano de la región y de la provincia de Buenos Aires de población NBI

[6] Sobre el tema puede consultarse el trabajo de I.Mignaqui “Dinámica inmobiliaria y transformaciones metropolitanas. La producción del espacio residencial en la región metropolitana de Buenos Aires en los 90”, en Ciudades y regiones frente al avance de la globalización, Universidad Nacional del Sur,1998.

[7] Extraído del documento Informe de la Situación Social de la Provincia de Buenos Aires, SIEMPRO, Buenos Aires, 2005.

[8] Instituto de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento especializado en la temática de la vivienda social

[9 En el Cap.”La geografía de los asentamientos precarios”, de M.Nistal Y S.Vidal en “Hacia la gestión de un hábitat sustentable”, Ed. Nobuko, Bs. As., 2005, las autoras han abordado este tema.

[10] Sobre el tema puede consultarse la tesis de Licenciatura de Diego Ríos “Vulnerabilidad, urbanizaciones cerradas e inundaciones en el partido de Tigre durante el período 1990-2001” (Dir. Claudia Natenzon), Buenos Aires abril de 2002. Instituto de geografía de la FFyL de la Universidad de Buenos Aires


Bibliografía de referencia


HAESBAERT, R. O Mito da Desterritorializacao. Da fim dos territorios a multiterritorialidade, Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 2004. 395 p.

HARVEY, David. La ciudad como un cuerpo político. Revista Ñ, 21/10/2006.

PRESIDENCIA DE LA NACIÓN, Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales, Informe de la Situación Social de la Provincia de Buenos Aires. Mayo 1998 – Mayo 2002, Buenos Aires 2005. 29 p.

REPÚBLICA ARGENTINA. Ministerio de Economía, Inst. Nacional de Estadística y Censos, Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda, 2001.

ROMERO, J. L. Latinoamérica: las ciudades y sus ideas, Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 1976. 306 p.  

SOJA, Edward. El tercer espacio. Ampliando el horizonte de la imaginación geográfica. Geographikós, 1997, n°8, p.71-76.

© Copyright Sonia Vidal-Koppmann, 2007
© Copyright Scripta Nova , 2007

Ficha bibliográfica:

VIDAL-KOPPMANN, Sonia. La expansión de la periferia metropolitana de Buenos Aires. “Villas miseria” y “countries”: de la ghettización a la integración de actores en el desarrollo local urbano.  Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.   Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2007, vol. XI, núm. 245 (42). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-24542.htm> [ISSN: 1138-9788]

Volver al índice de Scripta Nova número 245
Volver al índice de Scripta Nova


Menú principal