Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. 
ISSN: 1138-9788. 
Depósito Legal: B. 21.741-98 
Vol. XI, núm. 245 (73), 1 de agosto de 2007
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]


Número extraordinario dedicado al IX Coloquio de Geocritica

GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES ANTE LA CRISIS GLOBAL.
Discurso de clausura del IX Coloquio Internacional Geocrítica

Horacio Capel
Universidad de Barcelona


El desarrollo del IX Coloquio

El balance de este IX Coloquio Internacional Geocrítica ha sido muy positivo. Durante cinco días hemos tenido ocasión de leer, escuchar y debatir más de un centenar de comunicaciones agrupadas en 22 secciones. De los numerosos temas que habíamos propuesto en la convocatoria del Coloquio, prácticamente todos han sido objeto de atención, lo que resulta verdaderamente notable.

También hacíamos notar en la convocatoria que si bien existen gran número de investigaciones “que conducen a una descripción y diagnóstico crítico de los problemas del mundo actual” y que esos diagnósticos son certeros y dirigen muchas veces hacia las causas de los problemas, en estos momentos necesitamos dar un paso más: “es preciso –se decía- empezar a proponer respuestas y soluciones, presentar alternativas. No basta con la descripción crítica. Es necesario pasar a una nueva fase: la de proponer explícitamente medidas para resolver los problemas existentes”.

También ese objetivo ha sido alcanzado en cierta manera. Ya de forma sorprendente en la fase de propuestas de comunicaciones. Que más de 300 investigadores se sintieran motivados a presentar comunicaciones a este encuentro científico es, sin duda, notable. Desgraciadamente no fue posible aceptarlas todas, pues el tiempo disponible era limitado y estimábamos importante tener tiempo para el debate.

Como objetivo esencial de este coloquio se señalaba asimismo “la realización de comparaciones internacionales y el debate interdisciplinario”. La diversidad de participantes, procedentes de una docena de países, y la asistencia amplia y regular a todas las secciones lo han permitido. Las discusiones han sido siempre abiertas y cordiales, a pesar de los puntos de vista diferentes que pudieran existir.

Se trata, sin duda, de debates sobre cuestiones complejas y que tienen múltiples aristas. Para empezar, sobre el mismo carácter del trabajo del geógrafo aplicado. Algunos siguen llamando la atención sobre los peligros de ponerse al servicio de las empresas privadas. Sin embargo, una geografía práctica aplicada al servicio de éstas puede ser una buena salida profesional para los geógrafos y generar respetabilidad social a la disciplina. Son muchos los caminos posibles: participación en gabinetes de consultoría, en equipos interdisciplinarios de planificadores, en contratos de investigación, en los diversos niveles de la administración pública (del estado al municipio), contratos de trabajo con Departamentos universitarios para proyectos aplicados específicos.

Todo ello tiene también sus riesgos. En la ciencia aplicada el científico o el técnico es requerido a veces para dar soluciones concretas. Consciente o inconscientemente el investigador puede verse inclinado a dar en esos trabajos lo que realmente espera la parte que encarga el estudio, tanto si se trata de la administración, que tiene objetivos e intereses políticos concretos, como de las empresas privadas que buscan el beneficio económico. Pero también existen procedimientos para evitar que eso suceda.

La creación de licenciaturas y cursos de maestría especializados en geografía y en otras ciencias sociales obliga a diseñar programas de estudios aplicados. Tal vez sea llegado el momento de que, al igual que en las Facultades de Medicina no se concibe una formación puramente teórica de los médicos, y por ello todas tienen sus hospitales universitarios al servicio público, también los Departamentos de Geografía y los de ciencias sociales deberían tener un Servicio Aplicado de Consultoría que combinara la formación teórica y la práctica en trabajos de gestión, urbanismo y ordenación territorial al servicio de la administración pública y de las empresas, para intervenir en la resolución de problemas concretos. Pero también al servicio de los ciudadanos en general, de los movimientos vecinales, de las cooperativas, de los grupos alternativos, de los sindicatos, de los inmigrantes. Para dar ayuda y voz académica y profesional a los que no tienen voz. Se trataría de organizar institucionalmente lo que ya se hace frecuentemente por numerosos investigadores y equipos de trabajo.

Todo ello requiere sólida formación intelectual y profesional, en campos diversos como geografía física, medio ambiente, geografía humana, sistemas de información geográfica, teledetección, técnicas cuantitativas. Se hace necesaria una apertura interdisciplinaria para usar los métodos necesarios a la resolución de los problemas abordados. La información es a veces insuficiente y no apropiada. Pero en general hay superabundancia, y se necesitan métodos cuantitativos para su tratamiento y valoración. Debemos también incorporar la experimentación y la predicción a través del empleo de simulaciones, para, en los casos apropiados, ofrecer alternativas diversas a los problemas planteados. Advirtiendo al mismo tiempo contra la pretendida cientificidad y objetividad de algunos de los métodos o técnicas que utilizamos (por ejemplo, los SIG o la teledetección).

Deberíamos también establecer prioridades en los problemas que abordamos y poner énfasis en los más importantes y urgentes. Recientemente algunos economistas, al discutir la crisis global y la necesidad de soluciones globales (Bjorn Lomborg, ed., Global Crisis, Global Solutions, 2004), han realizado el ejercicio de identificar las principales dimensiones de esa crisis global y jerarquizarlas, con el fin de discutir cuales serían las acciones prioritarias y el coste y beneficio de las mismas. Treinta y ocho economistas, entre los cuales varios premios Nobel, elaboraron el Consenso de Copenhague que identificaba los treinta problemas globales más importantes y se atrevieron incluso a señalar los diez principales. En orden alfabético, son los siguientes: cambio climático, conflictos, educación, enfermedades transmisibles, gobernanza y corrupción, inestabilidad financiera, malnutrición y hambre, migraciones de la población, salubridad y agua, subsidios y barreras comerciales. La idea básica de esta selección consiste en dirigir los recursos limitados hacia las prioridades esenciales, cuya resolución podría dar lugar a los mayores beneficios generales.

Se trata de una iniciativa interesante, aunque las críticas no se hayan hecho esperar: desde el carácter de los especialistas convocados y que elaboraron esta relación, todos ellos economistas, hasta la misma relación de problemas seleccionados. De todas maneras, puede servir de ejemplo para otras iniciativas similares, con participación de geógrafos y otros especialistas de ciencias sociales. Además, podemos hacernos preguntas como las siguientes: ¿Son éstos realmente los problemas esenciales? ¿Cuáles otros podemos seleccionar?, ¿Pueden jerarquizarse todavía más?

Sorprende notar la ausencia de algunos. Sobre todo de determinados aspectos de la misma estructura económica, y otros esenciales como la desigualdad y la exclusión, el sistema tributario, la insuficiente acción de la administración pública, el planeamiento inadecuado o inexistente. En todo caso, desde la geografía y las ciencias sociales podemos reflexionar sobre estos temas a partir de lo que se ha dicho en este Coloquio.

Pobreza, biodiversidad y administración pública

De todos los debates que se han realizado a lo largo de este Coloquio me atrevo a destacar dos cuestiones como especialmente importantes: el desempleo y la pérdida de la biodiversidad.

El desempleo y la pobreza

Un problema esencial del mundo contemporáneo es sin duda el desempleo, el trabajo informal, eventual o precario, que influye en la amplitud de la pobreza. Nunca hubo mayor número de personas y de trabajadores en el mundo. Y nunca éstos son tan poco necesarios para el proceso productivo. En muchas tareas son sustituidos con ventaja por máquinas, tanto en la industria y la agricultura como en los servicios.

Solo en los servicios personales no pueden serlo todavía, pero se trata de un trabajo que genera frecuentemente relaciones serviles o de sumisión y que no constituye precisamente un modelo, aunque hayan sido un importante yacimiento de empleo en muchos países. Los servicios personales domésticos deberían tal vez desaparecer, excepto en algunos casos excepcionales. En cuanto a los servicios a personas discapacitadas, deben ser atendidos por instituciones públicas con el personal especializado correspondiente y los salarios adecuados.

Teniendo en cuanta la extensión del desempleo y la dificultad de reducirlo, tal vez sea el momento de proponer una solución drástica. Parece necesario asegurar a todos los habitantes del planeta un salario mínimo que les permita vivir con dignidad, lo que debería incorporarse a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, desarrollando el punto 1 del artículo 23 que trata de la protección contra el desempleo. Hay en este momento recursos financieros suficientes para ello La redistribución de esos recursos debe hacerse a la escala de cada Estado por los gobiernos correspondientes, y a la escala de todo el planeta por la Organización de las Naciones Unidas.

Se hace necesario al mismo tiempo una disminución de los niveles de vida de los que más tienen. Ante la evidencia de que es imposible un crecimiento ilimitado para todos, es preciso impulsar lo que algunos califican ya abiertamente como un decrecimiento sostenible, es decir tratando de evitar que eso provoque grandes conflictos y costes sociales. Posiblemente se habrá de aceptar que no siempre el salario ha de ir necesariamente unido al trabajo. Hace falta un nivel de dignidad y sostenimiento vital para todos, en alimentación, educación básica y secundaria, salud, consumo energético y de agua doméstica. Para llegar a ello se requieren un salario asegurado y servicios mínimos extendidos a toda la población, que elimine la pobreza. Lo que exige paralelamente una disminución del nivel de vida de los más ricos, gravando con fuertes cargas impositivas y elevados impuestos el consumo excesivo de agua, electricidad y otros productos consumidos por encima del nivel de dignidad.

También habrá que actuar sobre la producción industrial, procurando gravar fuertemente la producción de artículos innecesarios, suntuarios y de lujo. Es sin duda un debate complejo, pero habrá que iniciarlo urgentemente, con voluntad y objetivos políticos claros. Lo cual no significa pensar que el desarrollo científico se va a detener y que no puedan producirse avances en el campo de la energía y de la producción de bienes básicos.

Finalmente, es esencial hacer una apuesta decidida por la educación. En los países que todavía carecen de un equipamiento escolar básico y secundario de calidad, con el fin de generalizarlo y ponerlo al alcance de todos los niños y jóvenes. En los países mas ricos donde este equipamiento básico ya existe, es urgente modificar la tendencia actual hacia la división entre servicios públicos educativos (y sanitarios) para las clases populares (entre las cuales los inmigrantes recientes) y servicios privados de mayor calidad –y muchas veces subvencionados con recursos públicos a través de conciertos- para las clases medias y altas. Solo la educación conjunta en centros educativos públicos y laicos de calidad, destinados a todos los grupos sociales, puede generar un clima social de convivencia que evite las graves fracturas sociales que se están produciendo o ahondando.

La biodiversidad

Un segundo problema esencial que se ha planteado en este Coloquio es la pérdida de la biodiversidad y del patrimonio genético, como consecuencia de la explotación desmedida de los recursos naturales.

La mercantilización de la naturaleza supone un gran impulso para su destrucción. Agua recursos minerales, especies vegetales y animales entran masivamente como mercancías. La agricultura tecnificada necesita abonos químicos y también herbicidas, plaguicidas, productos tóxicos que se acumulan con el tiempo y tienen consecuencias negativas sobre la población y el medio ambiente. Se tienen datos que muestran que los agrotóxicos producen cáncer a la población que trabaja en la agricultura.

La deuda de los países ricos frente a los pobres es inmensa. Se explotan de manera desmedida muchos recursos, y se está esquilmando la biodiversidad. El capital genético de multitud de especies biológicas y el saber de las sociedades que conservan formas de vida tradicionales está siendo utilizado por grandes corporaciones para tener acceso a sustancias de gran valor médico. El conocimiento tradicional (campesino, indígena…) es importante y ha de ser mantenido y valorado, ya que puede ser convertido en ciencia y aprovechado por la ciencia. De todas maneras, conviene proclamar que la ciencia es necesaria para incorporar el conocimiento tradicional en el mundo actual y del futuro: no hay que magnificar los ungüentos y las cataplasmas, aplicados por curanderos de sociedades tradicionales después de milenios de prueba y error. Sin duda en ellos hay mucho saber acumulado, pero también bastantes errores; que muchas veces no acertaban lo demuestra la elevada mortalidad existente en esas sociedades tradicionales. Es importante conservar y valorar los conocimientos que poseen dichas sociedades. Pero también hay que afirmar que la ciencia es necesaria para descubrir los principios activos y encauzar su uso. Sin ninguna duda, hay que estar agradecido a las instituciones y empresas que hacen avanzar el conocimiento científico, que descubren los principios activos que explican el poder curativo de esas medicinas tradicionales. El problema del uso de las patentes deberá resolverse con medidas legales adecuadas y generalizando el acceso abierto a las mismas, o a los productos genéricos, como se empieza a hacer ya en algunos países. Confiemos que en el futuro países con gran potencial científico, como Brasil o México, avancen decididamente en la investigación médica de estos recursos tradicionales y pongan a libre disposición de la comunidad internacional los resultados de sus investigaciones.

Mientras tanto

Son muchos los que en este Coloquio han criticado las políticas neoliberales, la magnificación del mercado, la conversión de todo en mercancía, incluso la naturaleza, el territorio o un bien tan básico como la vivienda. Se ha cuestionado al mismo tiempo la disminución de lo público, el debilitamiento de la administración pública. Numerosas comunicaciones y debates han insistido en la defensa de la planificación para controlar la ocupación sin medida del territorio, para ordenar el crecimiento urbano. También parece evidente que la planificación democrática ha de ser radicalmente distinta. Se ha de basar en la participación y el diálogo, en la subordinación del saber de los técnicos a objetivos sociales consensuados.

Para muchos está cada vez más claro que hay aspectos del sistema social y económico que han de modificarse. Ante todo las pautas de consumo de los que más tiene, es decir las clases altas y medias. Y reorientar la producción reduciendo lo superfluo.

Se debe afirmar, como hacen algunas Constituciones políticas, que el derecho de propiedad no es ilimitado, que puede ser limitado por razones de justicia y por razones sociales. La propiedad no se cuestiona como derecho individual y colectivo. Pero debería limitarse en lo que se refiere a la gran propiedad. Lo cual podría y debería conseguirse con una legislación adecuada, en lo que se refiere al impuesto de sucesiones. La expropiación es, sin duda, un eficaz mecanismo en manos de los poderes públicos. Y debería quedar claro que no puede haber derechos de propiedad sobre el subsuelo o sobre el aire; esto último debería tenerse en cuenta especialmente hoy en relación con los proyectos para construir gigantescos rascacielos.

La legislación fiscal es un mecanismo esencial de la administración pública. Frente a la tesis de la reducción de impuestos que adoptan muchos partidos políticos (que ha conducido incluso a un “día sin impuestos” aquí en Brasil, potenciado por grandes corporaciones económicas) ha de afirmarse la necesidad de gravar a los que más tienen, para redistribuir la riqueza. Lo cual solo puede hacerse por la administración pública democrática. La manera correcta de abordar muchos problemas pasa por la dimensión jurídica, por las leyes, y la voluntad de cumplirlas.

Parece evidente que muchos problemas no tienen solución con la actual estructura social y económica. Solo la tendrán con su transformación. Pero no es seguro que en el momento actual dicha transformación de la estructura económica mundial y la introducción de cambios radicales cuente con el apoyo de las clases medias y populares de los países desarrollados, como se ha visto en las elecciones políticas en algunos países europeos. Una buena parte de las clases medias y parte de las clases populares en los países desarrollados son cómplices o beneficiarios (cuando existe el Estado del Bienestar) del sistema.

La transformación radical del sistema económico podría llegar a producirse por causas que nos escapan: una crisis financiera como la de 1929, la insuficiencia energética, el conflicto mundial, la violencia generalizada de los grupos sociales que no poseen nada, la aparición de China en la escena mundial. Hemos de estar preparados para esas y otras muchas posibilidades.

La pregunta crucial es qué podemos hacer mientras tanto, mientras llega un cambio revolucionario, y si son aceptables medidas de carácter reformista. En éste y en otros coloquios se pueden oír a veces descalificaciones taxativas de las medidas reformistas, o de la socialdemocracia, lo que no deja de resultar sorprendente.

Hay también una tendencia a la desvalorización del Estado, de lo público. Pero debe afirmarse que el Estado -es decir la administración pública, los gobiernos regionales, los municipios- debe ser lo primero. Para redistribuir los recursos y para proteger a los débiles.

Pero no ha de esperarse todo del Estado. La resolución de los problemas es responsabilidad de todos, de los que tienen mucho y de los que tienen poco. Son esenciales la cooperación y la solidaridad.

Sin duda es importante la confianza en los movimientos populares, en la sociedad civil, en las organizaciones no gubernamentales. Aunque sobre éstas convenga decir que sus acciones muchas veces responden a objetivos no conocidos, y que pueden ser contradictorias e incoherentes; también puede añadirse que frecuentemente no son transparentes y que hay que controlarlas; y también, que no debe pedir dinero público sino financiarse con fondos privados: los recursos públicos deben gestionarse por las administraciones públicas, democráticamente elegidas y facultadas para ello.

Frente al aumento de la desregulación, parece necesario exigir la regulación, en órdenes muy diferentes de la economía y de la actividad. Una regulación que debe ser igualmente realizada por los poderes públicos democráticos y las organizaciones internacionales que tienen autoridad legítima para hacerlo.

Es necesario reordenar y controlar el sistema financiero y bancario, la movilidad del capital, la generalización de las ingenierías financieras que son a veces una forma de engaño. Hay que eliminar los paraísos fiscales, aceptados por gobiernos y grandes corporaciones. Eliminar el dinero negro, el blanqueo de dinero, la ilegalidad en las transacciones financieras, aumentar la transparencia.

Todo esto y otras cuestiones relevantes podrían ser objeto del próximo Coloquio de Geocrítica.

Las tareas pendientes y el próximo Coloquio

El año que viene se cumplirá el décimo aniversario de los Coloquios de Geocrítica. Durante estos años hemos tenido ocasión discutir de temas científicos e intelectuales, de mostrar nuestra preocupación por algunos problemas relevantes del mundo actual. De reflexionar sobre el origen de los problemas, sobre sus posibles causas.

Hemos tenido también ocasión de estrechar los lazos ya existentes y de anudar otros nuevos entre geógrafos y científicos sociales, especialmente europeos y americanos.

Diez años de encuentros es un buen momento para pensar en el futuro. Hemos de imaginar también una nueva etapa para los coloquios de Geocrítica, una etapa en la que otros deberían comprometerse a impulsar la continuidad de este foro.

Tenemos una gran responsabilidad en ello. En nuestros países es muy frecuente la interrupción de las iniciativas existentes, y la creación de otras nuevas. Carecemos a veces del sentido de la continuidad, no nos damos cuenta de la trascendencia de tener estructuras y tradiciones que actúen durante decenios. Que vayan cambiando y adaptándose, si es necesario, pero que den la idea de continuidad.

Diez años de encuentros y de debates merecen hacer un alto en el camino y reflexionar sobre lo que ha ocurrido durante este tiempo, sobre las transformaciones que se han producido en el mundo, y en las mismas disciplinas científicas que lo estudian. “Diez años de cambios en la geografía mundial y en las ciencias sociales” parece un buen tema para un coloquio, que estará también abierto a otros científicos sociales, a cuyas disciplinas también trataremos de prestar atención.

Después de varios años en América, tal vez sea el momento de volver nuevamente a Europa, antes de regresar otra vez a estas tierras. Hemos de pensar en hacer un balance e imaginar la continuidad de esta iniciativa. Tenemos un año por delante para pensar en las tareas pendientes. Y para organizar un encuentro en el que desearíamos estar a la altura de lo que ha hecho aquí en Porto Alegre el comité local organizador, a quien damos las gracias por todo lo realizado. Queridos amigos que compartimos la voluntad de la crítica, del debate sereno y el diálogo: hasta el año que viene en Barcelona

© Copyright Horacio Capel, 2007
© Copyright Scripta Nova , 2007

Ficha bibliográfica:

CAPEL, H. Geografía y Ciencias Sociales ante la crisis global.  Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias sociales.   Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2007, vol. XI, núm. 245 (73). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-24573.htm> [ISSN: 1138-9788]


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