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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XII, núm. 270 (126), 1 de agosto de 2008
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]


Pobreza y accesibilidad a la educaciÓn en un marco de privatizaciÓn de los servicios
en África Subsahariana.
Los casos de Conakry y Duala[1]

Lourdes Díaz Olvera
Lourdes.Diaz-Olvera@entpe.fr

Didier Plat
Didier.Plat@entpe.fr

Pascal Pochet
Pascal.Pochet@entpe.fr

Laboratoire d'Économie des Transports, Universidad de Lyon (Francia)


Pobreza y accesibilidad a la educación en un marco de privatización de los servicios en África Subsahariana. Los casos de Conakry y Duala (Resumen)

El África Subsahariana se encuentra sumergida desde finales del siglo pasado en una ola de privatizaciones. En el sector educativo, ¿cuál es el impacto de las evoluciones cuantitativas y cualitativas de la oferta escolar, en particular de los niños de hogares pobres? Para tratar de contestar a esta cuestión, utilizamos un trabajo de campo de 2003 sobre la movilidad y la accesibilidad a los servicios urbanos de los urbanitas pobres de Conakry y Duala. Las dificultades de escolarización son más importantes en Conakry que en Duala pero los análisis producen dos resultados convergentes: 1) la densidad de escuelas y su alejamiento del domicilio tienen un impacto, real pero limitado, sobre la tasa de escolarización; 2) con altos costos de escolarización y problemas de solvencia de muchos hogares, los centros docentes públicos y privados son poco sustituibles entre si. En la perspectiva de la equidad en el acceso escolar, es imprescindible contar nuevamente con la implicación del Estado en el sector educativo.

Palabras clave : educación, transporte, enseñanza primaria, ciudad, África Subsahariana.


Poverty and accessibility to education in the context of privatisation of services in Sub-Saharan Africa . The cases of Conakry and Douala (Abstract)

Sub-Saharan African countries have been experiencing since the end of the last century a privatisation process in a number of areas. What could the impact of the quantitative and qualitative evolutions of the offer of schools on schooling rates be particularly for children from poor households? We have carried out secondary analyses of empirical data collected in 2003 for a study on mobility and accessibility to urban services of the poor populations from Conakry and Douala . If schooling problems seem even more significant in Conakry than in Douala, two converging results can be pointed out: 1) the density of schools and distance to the school have a real but limited impact on schooling rates; 2) because of high schooling costs and unaffordability for a number of households, private and public are not substitutable. From the point of view of equity in access to education, these results renew the need for public intervention as regards education.

Key words : education, transport, primary education, city, Sub-Saharan Africa.


La educación y el transporte en los procesos de desregulación

Los países del África Subsahariana se encuentran sumergidos desde finales del siglo pasado en una ola de privatizaciones que han afectado progresivamente a la totalidad de los servicios públicos. Aún cuando el número de niños que deben escolarizarse está en fuerte crecimiento, el sector de la educación no se ha visto descartado de este movimiento, aunque los ritmos y las formas difieren según los países.

Durante el período 1970-2000 hubo tres fases sucesivas en materia de logros de escolarización en los países del África Subsahariana (Lange, Zoungrana y Yaro, 2002). La primera década se caracteriza por un aumento explosivo del número de niños escolarizados que crece a un ritmo anual de aproximadamente 9 por ciento, mucho más allá del de los niños (3 por ciento). Durante la siguiente década, en la que se implentan en numerosos lugares los planes de ajuste estructural, la escolarización disminuye debido a la falta de recursos, tanto de los padres como de los Estados nacionales. Por último, desde fines de los años ochenta, se percibe un aumento de la escolarización, el cual se acelera después. Este aumento es concomitante a una mayor inversión de los financiadores internacionales en materia de educación que se fundamenta ideológicamente en la incitación a la diversificación de la oferta escolar. Así, las escuelas comunitarias y asociativas y sobre todo, las escuelas privadas vinieron a sumarse a las escuelas públicas. En 2001, Uagadugú cuenta con tantas escuelas primarias públicas como escuelas privadas (Pilon, 2002a); en 2003 en Duala, el sector público en la enseñanza primaria y secundaria[2] acoge solamente un niño escolarizado de cada dos (Institut National de la Statistique-République du Cameroun, 2005). Pero junto a esta forma de privatización “común y corriente” de la educación, en varios países aparece una privatización “larvada” (Solaux et Suchaut, 2002) ya que el sector público depende cada vez más de docentes no funcionarios (“voluntarios de la educación” en Senegal y Níger, “agentes” en Guinea, “profesores independientes” o “IVAC” en Camerún). A través de estos cambios, el crecimiento de las tasas de escolarización en el África Subsahariana ha sido notable, puesto que en 2001-2002, 62 por ciento de los niños están escolarizados en la enseñanza primaria, contra 54 por ciento en 1990-91. Sin embargo, esta evolución aún es insuficiente para poder alcanzar el objetivo del Milenio de lograr en 2015 la educación primaria completa para todos los niños (Bennel, 2002). Para ello sería necesario que todos los niños del grupo de edad correspondiente estuviesen escolarizados en 2009 (Unesco, 2007).

En particular, las diferencias de escolarización entre medio urbano y medio rural siguen siendo grandes. Las características físicas del acceso a la escuela y especialmente el alejamiento entre el centro docente y el domicilio son mencionados frecuentemente para explicar este desequilibrio. Es cierto que las situaciones de aislamiento nunca son tan graves en la ciudad como en las zonas rurales, pero en las ciudades aún persisten diferenciales de accesibilidad notables que pesan sobre la capacidad de los niños de hogares pobres y relegados en periferia, para asistir a clases. Estas desigualdades de accesibilidad pueden verse reforzadas por las dificultades de acceso a la oferta de transporte que también ha atravesado profundos cambios.

En las ciudades del África Subsahariana, el final del siglo pasado se caracterizó por un doble movimiento en el sector del transporte: por un lado, la proliferación anárquica de pequeños transportistas autónomos (que de aquí en adelante llamaremos “transportistas artesanales”) y por otro lado, la desaparición, en algunos casos de hecho y en otros por ley, de las empresas públicas de transporte colectivo cuya creación fue a menudo emblemática de la independencia de estos países. Los males que padecieron estas empresas públicas o parapúblicas fueron muy similares de una ciudad a otra: gestión y mantenimiento de los vehículos raramente controlados, política discrecional de contratación, productividad generalmente baja, falta de política sobre la flota vehicular, tarifas controladas, obligaciones de servicio público no compensadas por las subvenciones correspondientes, etc. (ISTED, 1999). A esto se añade la incapacidad del poder público para mantener en la práctica el monopolio de operación concedido inicialmente a las empresas de transporte. Por ejemplo, en Dar es Salaam (capital económica de Tanzania), las tutelas sucesivas o simultáneas de UDA (por un lado, la empresa estatal encargada de los transportes públicos a nivel nacional NTC, y por otro lado, el municipio, bajo sus distintas formas administrativas), abandonaron rápidamente la idea de ejercer su función de accionista y, sin ninguna política sobre la flota vehicular, dejaron a la empresa renovar erratiquement el parque vehicular, según se presentaban las oportunidades (Plat y Pochet, 2002). Aunque los Proyectos Sectoriales de Transporte a menudo hicieron hincapié en la necesidad de la desregulación (SITRASS, 1999), ésta se impuso progresivamente, pero más por falta de real interés por el sector y, sobre todo, de recursos, que en función de criterios ideológicos. Y de hecho se asiste a una “privatización por omisión”, sin una voluntad deliberada (Howe, 2000).

Estos cambios conllevaron al predominio del transporte artesanal, vasto e inventivo. Pero las condiciones laborales son difíciles y la relación directa entre el volumen de pasajeros transportados y la remuneración de la tripulación va en contra de la calidad de servicio (Díaz Olvera, Plat y Pochet, 2007). La seguridad vial es por lo tanto muy deficiente, especialmente en lo que respecta a los peatones y los usuarios de transportes colectivos. Los medios de transporte barato proliferan, como lo atestigua la difusión de los taxi-motos en múltiples ciudades, medias y grandes (Díaz Olvera, Plat, Pochet y Sahabana, 2007). Sin embargo, los transportes colectivos siguen representando un servicio fuera del alcance diario de los urbanitas pobres que se ven obligados a “caminar y nada más” (Diaz Olvera, Plat y Pochet, 2008). En 2000, en Duala, una vez deducidos del presupuesto hogareño la alimentación y la vivienda (incluyendo renta, agua y electricidad), en los hogares pobres les queda diariamente un monto inferior a una ida y vuelta en taxi colectivo. Con eso deben sufragar los gastos vinculados a la salud, la educación, el vestido, el mantenimiento de la vivienda y… el transporte.

Ya sea que se trate de la educación o del transporte urbano, los procesos de privatización implicaron un aumento sensible del volumen de la oferta pero en contrapartida hay un encarecimiento del precio de los servicios, lo cual deja a un lado a los urbanitas pobres, y la calidad de servicio no siempre es satisfactoria. Aunque la decisión sobre la escolarización depende principalmente de las características propias del niño y de su unidad doméstica, también cuenta el grado de adecuación cuantitativa y cualitativa entre la oferta propuesta y las necesidades de los hogares. Por medio de este estudio deseamos comprender en qué medida el contexto actual en los sectores de la educación y del transporte, caracterizado por el crecimiento cuantitativo de la oferta, pero con fuertes desequilibrios espaciales y elevado costo del servicio para los usuarios, resultante del retiro del Estado, pesa sobre la escolarización de los niños y jóvenes, y particularmente de aquéllos de hogares pobres.

Los análisis se sustentan en un trabajo de campo emprendido en 2003 en el marco del estudio Pobreza y Movilidad Urbana (SITRASS, 2004ab), sobre las condiciones de movilidad y accesibilidad a los servicios urbanos de los habitantes pobres de Conakry, capital de Guinea, y Duala, capital económica del Camerún. La metodología empleada combina los enfoques cualitativo (encuesta por entrevista personal de 30 urbanitas pobres de Duala sobre sus necesidades de desplazamiento) y cuantitativo (dos encuestas domiciliarias de 600 hogares[3] cada una, sobre los comportamientos de movilidad diaria y las dificultades de accesibilidad a las necesidades básicas, encuestas que llamaremos de aquí en adelante PMU). En el segundo apartado presentamos las condiciones de escolarización en la enseñanza primaria y secundaria en las dos ciudades: tasas de escolarización, principales problemas mencionados por los padres, características de los desplazamientos a la escuela. En el tercer apartado nos concentramos en la escolarización en la primaria en Conakry con el fin de determinar en qué medida las condiciones del acceso físico al centro docente facilitan o limitan la escolarización. Finalemente, en el cuarto y último apartado, insistimos sobre el bajo grado de sustitución entre las escuelas públicas y las escuelas privadas y sobre la necesidad de tomar en cuenta el transporte como factor de escolarización.

La escolarización en Conakry y Duala

La ciudad de Conakry, con 1,3 millones de habitantes, se encuentra localizada en la costa atlántica del África Occidental, en una estrecha franja de terreno (generalmente de 2 a 6 km de ancho pero en algunos sitios aún más estrecha) que se extiende a lo largo de unos 30 km. Duala, que supera los 2 millones de habitantes, se localiza en el África Central, en el Golfo de Guinea, y se extiende en las dos orillas del río Wouri (figura 1). Las dos ciudades son portuarias y aunque la pobreza es más aguda en Conakry que en Duala, los problemas relativos a la localización residencial de los hogares son muy similares.



Figura 1 . Localización geográfica de Conakry y Duala

Cuando se trata de explicar los motivos del último cambio de domicilio del hogar, ser propietario de su vivienda es el objetivo evocado por la mayoría de los hogares ya que a plazo se puede reducir el rubro de la vivienda en el presupuesto del hogar. La mejora de las condiciones de accesibilidad a los distintos equipamientos urbanos sólo es mencionada por una minoría de hogares y en ese caso lo que se busca principalmente es la proximidad del lugar de trabajo. La existencia de centros docentes a proximidad del domicilio es mencionada muy raramente por los hogares como un elemento importante en la decisión de localización residencial. Pero eso no significa que los hogares no relacionen vivienda y escolarizacion. En varias ocasiones los padres argumentan que cuando se es dueño de su vivienda, los hijos pueden escolarizarse más facilmente: “Lo que es seguro, es que en tiempo normal si fuese inquilino, sería muy difícil sobre todo para los niños ir a la escuela”[4] (hombre de 43 años, dos hijos). Pero, incluso para los proprietarios, a menudo relegados en zonas periféricas informales, la escuela es cara, sobre todo si el barrio tiene un déficit de escuelas públicas, “escuelas, hay muchas, pero muchas son privadas” (mujer de 32 años, 3 hijos). Esto se refleja en las características de los traslados a la escuela y los niños pueden verse obligados a effectuar largos trayectos. Antes de examinar estas características, primero presentamos las tasas de escolarización en Conakry y Duala y enseguida los principales problemas percibidos por los padres sobre la escolarización.

Trayectorias escolares incompletas

Los cuadros 1 y 2 presentan las tasas de escolarización neta (TNE) y bruta (TBE) en la enseñanza primaria y la secundaria en Conakry y Duala, respectivamente. La TNE mide la proporción de niños escolarizados, en edad oficial de cursar un determinado nivel escolar, con respecto a la población téorica, según la edad, correspondiente a ese nivel. La TBE mide la proporción del número total de alumnos inscritos en determinado nivel escolar (sin tomar en cuenta su edad) con respecto a la población del grupo de edad que debe estar inscrita en ese nivel. La comparación de las tasas calculadas por diferentes encuestas recientes muestra una gran conformidad de la información disponible.

Cuadro 1. Tasa de escolarización neta (TNE) y bruta (TBE)
en Conakry, según diferentes encuestas
 

Primaria

Secundaria

 

TNE

TBE

TNE

TBE

EDSG-II (1999)

78,6

124,7

25,3

41,6

QUIBB (2002)

84,7

128,4

39,4

58,3

PMU (2003)

82,4

110,7

42,7

61,5

EDSG-II: Enquête Démographique et de Santé en Guinée
QUIBB: Questionnaire Intégré sur les Besoins de Base
PMU: Pobreza y Movilidad Urbana
Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 2. Tasa de escolarización neta (TNE) y bruta (TBE)
en Duala, según diferentes encuestas

 

Primaria

Secundaria

 

TNE

TBE

TNE

TBE

CAVIE (2002)

90,4

115,4

67,8

101,0

PMU (2003)

93,5

102,7

71,9

101,7

DHS+ (2004)

93,9

131,1

56,4

80,2

CAVIE: Enquête sur le cadre de vie des populations de Yaoundé et de Douala
PMU: Pobreza y Movilidad Urbana
DHS+: Enquête Démographique et de Santé
Fuente: Elaboración propia.

Las tasas brutas son sensiblemente más altas que las tasas netas en las dos ciudades, lo cual resulta de los numerosos obstáculos que padecen los alumnos durante su trayectoria escolar, como la matriculación tardía, el abandono temporal, y sobre todo, la repetición de curso[5]. Por ejemplo, en Conakry, más de la mitad de los niños de 14 años aún está escolarizada en la enseñanza primaria, lo cual representa un retraso de cuando menos dos años con respecto a una trayectoria “normal”. Tal como lo muestran las tasas de escolarizacion, la situación de los alumnos es mucho más desfavorable en Conakry que en Duala. Las divergencias surgen en la enseñanza primaria, con aproximadamente 10 puntos porcentuales de diferencia entre las dos ciudades, y se amplían sensiblemente en la secundaria, aunque el diferencial parece reducirse entre la encuesta más antigua y la más reciente.

Las dos ciudades difieren también en cuanto a la importancia de la enseñanza privada. Aún cuando el sector privado estuvo prohibido en Guinea hasta mediados de los ochenta, en Conakry el sector público acoge sólo dos de cada cinco alumnos en la primaria y casi nueve de cada diez en la enseñanza secundaria. La situación está más equilibrada en Duala, en donde alrededor de un alumno de cada dos está escolarizado en el sector público, una proporción un poco más elevada en la primaria, un poco más baja en la secundaria. Las dos ciudades también presentan evoluciones divergentes del reparto sector público-sector privado. Mientras que durante los últimos años, el cociente público/privado no muestra una evolución particular en Duala, al menos en cuanto a la enseñanza primaria, en Guinea[6] los alumnos son cada vez más numerosos en la matrícula de las escuelas privadas: de 5 por ciento en 1994 aumentaron a 20 por ciento diez años después.

Sin embargo, el costo de la escolarización[7] es una carga en el presupuesto del hogar. En Duala, en 2002-2003, el gasto anual medio por alumno asciende a 40 000 FCFA[8], incluyendo enseñanza primaria y secundaria, sector público y privado (Institut National de la Statistique-République du Cameroun, 2005). Este monto puede compararse con el ingreso mediano de la población activa ocupada, 700 000 FCFA anuales. En un contexto de mayor pobreza y con un sector privado más importante, como acabamos de ver, la carga de la escolarización en el presupuesto del hogar es proporcionalemente más elevada en Conakry, según lo muestra la encuesta ESDG-II de 1999: 43 000 FG[9] en el sector público y 156 000 FG en el privado, y de esta última cantidad, casi 100 000 FG son gastos de inscripción y colegiatura, que pueden compararse con el ingreso mediano de 480 000 FG anuales. Sin embargo, un análisis más desagregado de estos datos muestra la existencia de cuando menos dos categorías de escuelas privadas. En el primer grupo, la escolarización de un alumno cuesta en promedio 71 000 FG anualmente, y la mitad corresponde a gastos de inscripción y colegiatura. En el segundo grupo, el costo anual sobrepasa 250 000 FG, de los cuales los dos tercios son gastos de inscripción y colegiatura. La coexistencia en el sector privado de dos subsectores, uno orientado hacia los hogares pobres y ofreciendo probablemente una mala calidad de servicio[10], y otro más elitista proponiendo mejores condiciones de estudio, se observa también en Douala: el barrio tiene escuela pública y escuelas privadas, que cuestan entre 700 y 25 000 [FCFA mensuales]” (hombre de 26 años, dos hijos); “sí, hay escuelas; sí, en cantidad suficiente. Hay escuelas, es cierto que hay gente que se desplaza para ir a la escuela en el centro pero eso depende… eso depende de la calidad de educación que se pide...” (hombre de 26 años) y en otras ciudades (véase por ejemplo Pilon, 2002b, para Uagadugú).

La variedad de la oferta del sector privado manifiesta su capacidad de adaptación a las diferentes posibilidades de los hogares, pero con costos que siguen siendo de cualquier manera sensiblemente superiores a los del sector público. De hecho, el costo representa la primera desventaja de las escuelas privadas, según las declaraciones de los padres de familia.

Las dificultades señaladas por los hogares

Le encuesta PMU recaba información sobre los problemas que deben afrontar los hogares usuarios de los servicios educativos en escuelas públicas y privadas[11] (figura 2). A partir de un cuestionario común a ambas ciudades analizadas, se pueden jerarquizar los problemas de acceso a los establecimientos escolares (alejamiento, dificultades en los trayectos domicilio-escuela) con respecto a los problemas inherentes a la escuela (costo de escolarización y calidad de servicio, principalmente), según el tipo de escuela (pública o privada).

Figura 2. Dificultades mencionadas por los padres sobre la escolarización
en la enseñanza primaria y secundaria en escuelas públicas y privadas
Fuente: Elaboración propia, encuesta PMU 2003.

Como lo indica la baja proporción de hogares que declaran no tener ningún problema, la situación es más grave en Conakry que en Duala, lo que puede relacionarse tanto con las características de la oferta educativa en Conakry como con su elevada demografía y la pobreza de la población. Dos problemas principales resaltan de las respuestas de los hogares: la calidad de servicio en el sector público (plazas insuficientes, aulas atestadas, falta de personal, falta de matérial de enseñanza, etc.) que concierne 70 por ciento de los hogares de Conakry y 50 por ciento de los de Douala; y el costo de la educación en el sector privado, que afecta también a 70 por ciento y 50 por ciento de los hogares de Conakry y Duala, respectivamente. En un contexto de racionamiento de la oferta escolar pública, el recurso al sector privado tropieza con la dificultad financiera, sobre todo que el mismo obstáculo se presenta para al uso de otros servicios colectivos, como lo declara un habitante (47 años, 5 hijos) refiriéndose a la educación y la salud: “en el barrio no hay escuela pública. Mis niños van a la escuela en el otro barrio pero siempre cerca. Mi barrio tiene dos centros de salud, uno que es desconocido cuando digo desconocido quiero decir que no es público […]. ¿La distancia con relación al domicilio? ¡la escuela está cerca, pero mis hijos no van allí porque se paga! Mis hijos van a la escuela pública, es allí donde es menos caro y el centro de salud, el centro de salud está junto, pero allí no pueden atenderlo si no tiene usted dinero”.

La accesibilidad física hacia los centros docentes representa también un obstáculo pero de segundo orden puesto que según el nivel y el tipo de escuela, se le menciona como un obstáculo para una proporción hogares variando entre “solamente” uno de cada seis y uno de cada dos en Conakry, y entre uno de cada seis y uno de cada tres en Duala. Pero eso no le resta realidad a los problemas de accesibilidad: “Sí, Mabanda cuenta con muchas escuelas, sí [hay] escuelas privadas, de hecho la mayoría de las escuelas son privadas. Una vez, me dijeron que había una escuela pública lejos, al fondo, hacia la fábrica que se llama ALPICAM, nunca he ido por allá abajo, además ese lugar está muy lejos” (hombre de 43 años, 6 hijos). Las dificultades de acceso se agravan para las secundarias y bachilleratos públicos, poco diseminados en ambas ciudades y requiriendo tiempos de traslado a menudo elevados. A causa del contexto de desregulación del transporte colectivo, la cuestión del costo monetario vuelve inevitablemente: “vea usted un poco, como mis hijos están en el bachillerato, tienen problemas porque su liceo está lejos. No hay transporte, si hubiese transporte, los llevarían a cualquier precio entonces [habría] que proponer una cantidad un poco elevada, entre la tarifa normal y [una cantidad] superior, después [habría que negociar el precio]… ” (hombre de 47 años, 5 hijos).

Estas cifras representan valores medios para la población total. El tomar en cuenta el nivel de vida del hogar permite entrever lógicas y dificultades ligeramente diferentes según el ingreso, sin que la jerarquía de los factores limitando la escolarización se vea modificada. En particular, aunque el coste del acceso a la educación es un problema padecido en gran medida por toda la población, principalmente cuando la educación se efectúa en el sector privado, los hogares más pobres son, sin sorpresa alguna, más sensibles que los demás a los obstáculos financieros.

Los trayectos a la escuela

En las dos ciudades, la caminata es el medio de transporte dominante para ir a la escuela primaria y los transportes colectivos captan casi todo el resto de los traslados (cuadro 3). Se recurre a los medios de transporte mecanizados (principalmente medios motorizados) cuando los traslados son largos: en Duala la duración media es de más de 20 minutos y en Conakry de más de media hora. Pero la caminata también puede utilizarse para recorrer distancias relativamente grandes. Si el tiempo mediano es de 10 minutos en Conakry y 15 minutos en Duala, en las dos ciudades un niño de cada ocho camina cuando menos media hora para llegar a su escuela.

Cuadro 3. Características de los trayectos domicilio-escuela de enseñanza primaria

 

Conakry

Duala

Alumnos matriculados fuera del barrio de residencia ( por ciento)

26

44

Trayectos a pie ( por ciento)

97

92

Duración media de los trayectos a pie (min)

14

17

Trayectos en transporte colectivo ( por ciento)

3

5

Duración media de los trayectos en transporte colectivo (min)

32

22

Fuente: Elaboración propia, encuesta PMU 2003.

En la enseñanza secundaria, debido a la menor densidad de escuelas, la proporción de la caminata se reduce significativamente pero aún así sigue siendo el primer medio de transporte para ir a la secundaria o al bachillerato (cuadro 4). El tiempo de acceso al centro docente aumenta para todos los medios de transporte, pero sobre todo para la caminata: la duración mediana pasa a 18 minutos en Conakry y a 20 minutos en Duala; un joven de cada tres en Duala, un poco menos en Conakry, camina cuando menos media hora para llegar a su escuela. El aumento de los tiempos de desplazamiento en la enseñanza secundaria, más patente para la caminata que para el transporte colectivo, traduce las dificultades financieras de una buena parte de los jóvenes para llegar a la escuela.

Cuadro 4. Características de los trayectos domicilio-escuela de enseñanza secundaria

 

Conakry

Duala

Alumnos matriculados fuera del barrio de residencia (%)

89

74

Trayectos a pie (%)

57

66

Duración media de los trayectos a pie (min)

21

23

Trayectos en transporte colectivo (%)

41

23

Duración media de los trayectos en transporte colectivo (min)

39

25

Fuente: Elaboración propia, encuesta PMU 2003.

Pero la caminata puede representar una práctica difícil, incluso peligrosa, hasta para las distancias cortas debido a la falta de infraestructuras peatonales: rodeos debido a puentes caídos, drenaje defectuoso en temporada de lluvias, estorbos en las aceras cuando éstas existen, falta de alumbrado, etc. Sin embargo, si el hogar dispone de pocos recursos, el costo de escolarización puede implicar renunciar al transporte colectivo, demasiado caro y no prioritario: “¡Algunos padres ya tienen demasiadas dificultades para dar a sus niños el dinero para que coman algo [en la escuela], entonces, todavía más para el dinero del transporte!” (entrevista colectiva con padres de alumnos y profesores de un bachillerato). En efecto, según la encuesta PMU, un desplazamiento domicilio-escuela en transporte colectivo cuesta 225 FG en Conakry y 155 FCFA en Duala en promedio. Para un alumno usuario del transporte colectivo, el costo anual de los desplazamientos domicilio-secundaria o bachillerato[12] es de aproximadamente 54 000 FG en Conakry. En comparación con el gasto medio total de escolarización de un niño en una escuela primaria pública, esta cantidad representa un 25 por ciento adicional. En Duala, el costo anual de los desplazamientos en transporte colectivo es practicamente equivalente al gasto medio de escolarización en la enseñanza primaria o secundaria (sectores público y privado juntos), respectivamente 37 000 y 40 000 FCFA. Por lo tanto, se puede concebir facilmente que el costo del acceso físico a los centros educativos de nivel secundario represente un factor disuasivo para los hogares con recursos limitados.

Por último, se deben tomar en consideración las condiciones de transporte de los niños y jóvenes en los traslados domicilio-escuela, pero sin olvidar que para el personal docente las dificultades para llegar a su lugar de trabajo son similares. Las carencias del transporte colectivo, la falta de vehículos particulares y el retraso frecuente del pago de salarios son algunos de los factores que favorecen el absentismo laboral, como lo plantea un profesor en una escuela privada: “de verdad tengo la impresión que gasto mucho dinero para mis desplazamientos cuando sé que debo ponerle combustible a la moto. Hay veces en que no voy a la escuela por falta de combustible”. En algunos casos, si los centros docentes están aislados, lejos de las vías de comunicación, “el aislamiento del bachillerato hace que algunos profesores rechazen la plaza. Ya que la mayoría no tiene un vehículo propio, el costo de los desplazamientos les parece elevado comparado con el salario” (entrevista colectiva con padres de alumnos y profesores de un bachillerato).

Este primer análisis hace resaltar que el sector público proporciona una cobertura espacial más limitada que el sector privado, que el tiempo medio de acceso a la escuela puede ser bastante elevado y que puede haber varias dificultades para el acceso físico a las escuelas. A pesar de que estas dificultades no surgen en el primer plano, ya que se les menciona después del costo de la escolarización si se trata del sector privado y de la calidad de servicio en el caso del sector público, constituyen una preocupación para los hogares. Es necesario entonces tratar de evaluar de manera más precisa el impacto de las dificultades de acceso físico en las tasas de escolarización.

El impacto del acceso físico a los centros docentes en la escolarización en Conakry

En este apartado nos limitamos al análisis de las tasas de escolarización de la población de 7-14 años en la enseñanza primaria en Conakry. En efecto, el acceso a la enseñanza primaria condiciona la continuación de los estudios y de las dos ciudades, Conakry es en la que el acceso es más deficiente, más discriminante y más negativamente percibido. Primero mostramos los efectos brutos (es decir, sin controlar por los otros factores susceptibles de influir sobre las tasas de escolarización) de dos indicadores de oferta educativa: la densidad de los centros docentes y la distancia-tiempo para llegar a la escuela. Después, a partir de un conjunto de modelos logit, presentamos un panorama más completo de los determinantes de la tasa de escolarización con el fin de relativizar la importancia de estos dos indicadores de oferta y estimar sus efectos netos (es decir, controlando por los otros factores).

Efectos brutos de la distancia domicilio-escuela y de la densidad de centros docentes

La implantación espacial de las distintas escuelas no constituye evidentemente el único parámetro de calidad de servicio de la oferta educativa. La presencia o no de ciclos de enseñanza completos, la formación de los maestros, las infraestructuras disponibles, la disponibilidad de material didáctico son algunos de los factores que influyen en la percepción que tienen los padres de las escuelas disponibles y, correlativamente, del interés que pueden tener en enviar a sus niños a una escuela determinada. Pero la menor o mayor distancia entre el domicilio y la escuela, y por consiguiente el tiempo más o menos largo requerido para este desplazamiento, también influyen potencialmente en la propensión a escolarizar a todos o parte de sus hijos. Por un lado, el tiempo del desplazamiento es un tiempo “muerto”, que no puede dedicarse a otras actividades directa o indirectamente productivas: faenas domésticas, pequeñas actividades económicas, etc. Por otro lado, el alargamiento de los trayectos aumenta los riesgos de accidente, de agresión, o incluso expone a los niños durante más tiempo a la contaminación del aire en ejes viales congestionados (Pilon, 2002a, como ejemplo del caso de Uagadugú).

La dimensión espacial de la oferta es caracterizada aquí por dos indicadores, distinguiendo en cada uno el sector público y el sector privado: la densidad (número de centros) por barrio, a partir de un censo de la oferta escolar realizado en 2003 por el Ministerio de la Educación; el tiempo para llegar caminando a la escuela a la que se asiste, a partir de los datos de la encuesta PMU. La densidad da cuenta de la implantación “objetiva” de los establecimientos, mientras que la distancia-tiempo integra las posibles estrategias de los padres en la selección de la escuela. Para las escuelas del sector público, la densidad y el tiempo del trayecto se correlacionan negativamente, resultado de la dificultad o incluso la imposibilidad de poder seleccionar un centro docente público. Pero no es así en el caso del sector privado, para el cual los dos indicadores son estadísticamente independientes, validando así la existencia de arbitrajes por parte de los hogares entre costo y alejamiento y probablemente también, calidad de enseñanza. Por último, la ausencia de relación estadística entre densidades de escuelas privadas y escuelas públicas evidencia que las escuelas privadas no se instalan preferencialmente allí donde la oferta pública es insuficiente.

Lógicamente, la escolarización parece ser desalentada por un alejamiento demasiado importante de la escuela (cuadro 5). No obstante, la relación no es lineal y la reducción de las tasas de escolarización surge a partir de duraciones de 10 y más minutos. Pero, más importante todavía, esta reducción desaparece si se distingue escuela pública y escuela privada, lo que se justifica dado el carácter poco sustituible de estos dos tipos de oferta. En el sector público, el vínculo con la tasa de escolarización se mantiene, ya sea que se examine el tiempo del traslado o, sobre todo, la densidad. En el sector privado, por el contrario, el impacto negativo de la densidad en la escolarización es paradójico, y aún más que es confirmado por el examen del efecto del tiempo de traslado, al principio favorable a la escolarización.

Cuadro 5. Tasas de escolarización de la población de 7-14 años (porcentaje),
según diversas características de la oferta educativa en Conakry

Según la distancia-tiempo caminando a la escuela más cercana  

menos de 5 minutos

90

6-10 minutos

90

11 minutes y más

80

Según la distancia-tiempo caminando a la escuela pública más cercana  

menos de 5 minutos

90

6-10 minutos

87

11 minutes y más

85

Según la distancia-tiempo caminando a la escuela privada más cercana  

menos de 5 minutos

85

6-10 minutos

93

11 minutes y más

83

Según la densidad de escuelas públicas en el barrio  

Baja

84

Media

83

Alta

95

Según la densidad de escuelas privadas en el barrio  

Baja

89

Media

89

Alta

81

Fuente: Elaboración propia, encuesta PMU 2003.

Efectos netos, controlando por las características de la demanda

Con el fin de aclarar estos efectos, ahora vamos a tratar de medirlos, controlando por otros determinantes de la escolarización vinculados con la demanda de educación: las características sociodemográficas y económicas del niño y su unidad doméstica. Para eso, presentamos varios modelos logit, que a partir de un modelo inicial implicando únicamente indicadores de demanda, permiten examinar, primero sucesivamente y después simultaneamente, los efectos de la densidad de centros docentes y la duración del trayecto domicilio-escuela, distinguiendo sector público y sector privado.

Los efectos relacionados con la demanda de educación: las características del niño y su hogar. El modelo inicial solamente tiene en cuenta las características relativas al niño así como los descriptores de la unidad doméstica (Cuadro 6). No incluye todos los factores que influyen sobre las oportunidades de escolarización, sino únicamente los más significativos desde el punto de vista estadístico, en coherencia con las enseñanzas de la literatura (véanse por ejemplo Bommier y Lambert, 2000; Canagarajah y Nielsen, 2001; Glick y Sahn, 2000; Kobiané, 2001; Lloyd y Blanc, 1996).

Cuadro 6. Los determinantes de la escolarización de la población de 7-14 años (Conakry, 2003)

 

Modelo 1

Modelo 2

Modelo 3

Modelo 4

 

Odd ratio

Proba

Odd ratio

Proba

Odd ratio

Proba

Odd ratio

Proba

Constante

0,.096

0,091

0,097

0,096

0,224

0,288

0,234

0,340

Sexo del niño(a)

               

Femenino

0,642

0,019

0,629

0,017

0,644

0,022

0,599

0,012

Parentesco

               

Hijo(a)

4,369

0.000

4,874

0,000

4,477

0,000

5,389

0,000

Pariente cercano

3,875

0,000

3,952

0,000

3,627

0,001

4,011

0,001

Edad del niño(a)

               

9-12 años

1,060

0,793

1,124

0,609

1,098

0,678

1,216

0,409

13-14 años

0,591

0,044

0,582

0,043

0,630

0,080

0,591

0,061

Nivel de estudios ( jefe)

               

Escolarizado

3,707

0,000

3,859

0,000

3,576

0,000

3,679

0,000

Estado matrimonial (jefe)

               

Polígamo

0,591

0,016

0,580

0,015

0,643

0,047

0,591

0,025

Edad (jefe)

               

Edad

1,103

0,068

1,097

0,089

1,109

0,055

1,077

0,200

Edad*Edad

0,999

0,085

0,999

0,126

0,999

0,067

0,999

0,218

Inactiva (en la unidad doméstica)

               

1,616

0,031

1,662

0,028

1,522

0,062

1,544

0,069

Ingresos (unidad doméstica)

               

3er cuartil

1,719

0,021

1,921

0,007

1,644

0,036

2,139

0,003

4° cuartil

2,438

0,005

2,571

0,004

2,354

0,008

2,822

0,003

Densidad de escuelas

               

Públicas

   

1,220

0,001

   

1,246

0,006

Privadas

   

0,969

0,000

       

Tiempo caminando

               

Pública

       

0,981

0,119

   

Privada

       

0,948

0,019

0,879

0,000

Pseudo-R2

 

0,14

 

0,17

 

0,15

 

0,23

AIC

 

770

 

746

 

764

 

708

Ejemplo de lectura del cuadro (Modelo 1).
Sin variación de las otras condiciones, la probabilidad de estar escolarizado es mayor para un menor de una unidad doméstica en donde el jefe
ha ido a la escuela que para un niño de una unidad en donde el jefe nunca ha estado escolarizado (significativo en el límite de uno por mil).
Al contrario, una niña tiene menos probabilidades de estar escolarizada que un niño,
sin variación de las otras condiciones (significativo en el límite de 2 por ciento).
Número de observaciones: 1009 menores de 7 à 14 años.
Fuente: Elaboración propia, encuesta PMU 2003

En primer lugar, en cuanto a las características personales del niño, el género desempeña un papel fundamental. Las mujeres son desfavorecidas con relación a los varones debido a que los costos de oportunidad son más elevados ya que a las niñas se les puede encargar las faenas domésticas, el cuidado de los niños más pequeños o incluso la ayuda laboral de un miembro del hogar económicamente activo. Pero esta desventaja se explica también porque los beneficios potenciales son más limitados puesto que, contrariamente a un varón, la chica dejará a su familia para irse con la de su marido. El vínculo con el jefe de la unidad doméstica también influye. Se escolariza menos a los niños “confiados” a ese hogar por algún familiar o aquéllos sin lazos de sangre con el jefe de casa. Este factor se acumula además con el género: en Conakry, la tasa de escolarización varía de casi 30 puntos porcentuales entre un varón del jefe y una niña que no sea parienta suya. Por último, entre más edad tenga el niño, menores son sus probabilidades de asistir a la escuela, a causa, por ejemplo, del costo creciente de la escolarización, de la acumulación de fracasos escolares, o porque debe buscar un empleo remunerado.

La configuración de la unidad doméstica influye también en la escolarización. Esta varía en el mismo sentido que el nivel de vida. Los niños de los hogares del primer cuartil, el más pobre, y en menor medida del segundo cuartil, se ven singularmente desfavorecidos. En particular, con el objeto de no empeorar su situación, los hogares situados justo arriba del nivel de subsistencia tratarán de no escolarizar a los niños, escolarizar solamente a algunos o sacarlos de los estudios para suprimir los costos directos e indirectos de la escuela y, eventualmente para orientarlos hacia las actividades caseras o productivas de la unidad doméstica. Un jefe de hogar que no ha ido a la escuela, escolarizará menos a sus hijos, y en particular a las chicas. Su edad, estado matrimonial y la poligamia influyen asimismo negativamente al aumentar el número de niños que potencialmente dependen de los recursos económicos del jefe. También, el contar en el hogar con una joven inactiva, susceptible de remplazar a los niños en edad de ir a la escuela en el cuidado de los más pequeños o en la realización del trabajo doméstico, incrementa la probabilidad de escolarización.

Los efectos relacionados con la oferta escolar: escuela pública/privada, densidad, tiempo del trayecto domicilio-escuela.

Una vez controlados los efectos relativos a la demanda escolar en el modelo 1, los modelos subsecuentes permiten estimar los efectos netos de la configuración espacial de la oferta de transporte. Los modelos 2 y 3, que enriquecen el modelo inicial integrando respectivamente la densidad y el tiempo de trayecto, presentan resultados a priori sorprendentes pero coherentes con los de la sección 3.1. La densidad juega muy significativamente sobre la escolarización, ya sea pública o privada. No obstante, si se observa detenidamente, el efecto esperado para el sector público (es decir, un aumento de la oferta conlleva al aumento de la escolarización) es opuesto al del sector privado. Simultáneamente, el tiempo para ir a la escuela pública no influye de manera significativa mientras que el aumento del tiempo para la escuela privada sí influye y aminora la probabilidad de escolarización.

El considerar conjuntamente tiempos y distancias resulta en un modelo en el cual el tiempo a la escuela pública no es significativo, debido a la fuerte correlación entre tiempo y densidad[13]. Al contrario, los coeficientes de los otros tres indicadores de oferta ven su valor y su significancia aumentar ligeramente, sin que se ponga en entredicho la influencia negativa de la densidad de escuelas privadas. Ahora bien, distancias y densidades se determinaron al nivel de cada barrio. Entonces, podría ser que algunas particularidades locales no consideradas fuesen reflejadas parcialmente por estos indicadores, como por ejemplo, el profundo interés de los padres por la educación, lo cual aumenta las probabilidades de implantación tanto de escuelas privadas (a causa de la mayor demanda) como públicas (gracias a las acciones de las autoridades locales); las políticas públicas voluntaristas destinadas a incrementar la escolarización, etc. Para tratar de tomar en cuenta esas particularidades y evitar que perturben la valoración de los efectos de los indicadores de oferta, introdujimos un conjunto de variables indicadoras que dan cuenta de la zona de residencia, según el municipio al que pertenecen y la distancia al centro. Los resultados muestran que: 1) el efecto de la distancia-tiempo a la escuela privada se amplía todavía un poco más, y sigue siendo muy significativo; 2) la sensibilidad de la escolarización a la densidad de escuelas públicas se mantiene idéntica; 3) al contrario, el efecto de la densidad de escuelas privadas se vuelve ligeramente positivo pero pierde toda significancia estadística. El modelo 4 presenta entonces los coeficientes de los distintos determinantes, después de volver a calcularlos sin la densidad de escuelas privadas.

Estos análisis muestran la existencia de dos tipos de arbitrajes entre distancia y densidad, que revelan aspiraciones y actitudes diferentes frente al sector público y al sector privado. En lo que se refiere al sector privado, el volumen de la oferta de escuelas, medido por la densidad, se ve opacado por el tiempo necesario para ir al centro docente: la accesibilidad únicamente física, representada por la densidad, es remplazada por la accesibilidad financiera. El tiempo de trayecto manifiesta, indirectamente, esta accesibilidad financiera al “ponderar” la oferta “objetiva” por la capacidad para pagar de los hogares. Al contrario, para el sector público, la disponibilidad de los establecimientos, caracterizada aquí únicamente por la densidad, aparece como el factor determinante: es como si el tiempo del trayecto para ir a la escuela simplemente “se borrase” ante la disponibilidad física de la oferta.

La necesidad reiterada de la intervención pública

El examen de los casos de Duala y, sobre todo, de Conakry permite abordar la influencia de la dimensión espacial de la oferta escolar en la escolarización.

Los indicadores disponibles sólo permiten una visión parcial de este fenómeno. La escolarización no se limita únicamente a la inscripción en un establecimiento; aún es necesario poder asistir asiduamente a los cursos, cumplir con las exigencias escolares, validar un año escolar, y hasta un ciclo de estudios completo. Del mismo modo, la calidad de servicio propuesta no puede limitarse únicamente a la dimensión espacial: el número de alumnos por aula, la formación de los enseñantes, la disponibilidad de material didáctico, la existencia de ciclos escolares completos son algunos factores susceptibles de diferenciar a los centros docentes entre si. Sin embargo, los indicadores utilizados pueden considerarse como los criterios “mínimos” indispensables con los que hay que contar. Sin inscripción, no habrá ninguna oportunidad de logro escolar; lo mismo, sin escuela accesible físicamente, la escolarización no es viable[14].

En contextos de escasez de recursos, el aumento de la oferta escolar es lógicamente un factor influyendo positivamente en la escolarización. No obstante, los efectos son variables según si los establecimientos son públicos o privados. En primer lugar, se puede observar que las escuelas privadas no se instalan principalmente en las áreas en donde las deficiencias del sector público son más patentes. Al contrario, las implantaciones públicas y privadas parecen independientes, cuando menos en el caso de Conakry. Sin embargo, la matriculación en una escuela privada se ve obstaculizada por su costo demasiado elevado. A pesar de la existencia de una amplia oferta del sector privado en donde coexisten instituciones elitistas que requieren gastos de colegiatura representando decenas de miles de francos guineanos, y establecimientos mucho más modestos, numerosos hogares no pueden sufragar los gastos de escolarización. Si el aumento de la oferta pública, representada en nuestra investigación por la densidad de escuelas, implica un incremento casi mecánico de la escolarización, no puede decirse lo mismo del sector privado. Para éste, la accesibilidad física a los establecimientos está supeditada a su accesibilidad económica. Allí se encuentra uno de los principales límites del proceso actual de privatización parcial de la educación. La diversidad de la oferta privada permite teóricamente escolarizar a los niños, inclusive aquéllos de hogares pobres. Pero en el contexto de pobreza muy extensa, y debido a que las prácticas son condicionadas en primer lugar por las dificultades económicas, el sector privado no permite garantizar a los niños de hogares pobres el mismo acceso a la escolarización que la escuela pública.

Es cierto que una política de oferta escolar voluntarista no puede solucionar todos los problemas encontrados por los hogares en la escolarización de sus hijos, ya que numerosos factores estructurantes de las sociedades urbanas africanas constituyen trabas resistentes. Sin embargo, en Conakry, en Duala, como en otras ciudades africanas, lograr la escolarización primaria universal y favorecer el acceso a la enseñanza secundaria no podrán hacerse si no se mejoran las condiciones materiales de escolarización de los niños de hogares pobres. El hecho de que escuelas públicas y escuelas privadas no sean sustituibles milita por que el Estado nacional vuelva a implicarse en la escolarización pública en medio urbano, para responder mejor a necesidades localizadas y en fuerte crecimiento. El regreso de la intervención pública en este campo deberá seguir ciertas orientaciones.

Por un lado, por lo que se refiere a la oferta escolar, ésta debe manifestarse por un incremento del número de establecimientos primarios y secundarios, prioritariamente en las zonas periféricas. Al mismo tiempo es necesario planear con suficiente anticipación la oferta educativa, mantener la voluntad y la capacidad de sufragar de manera permanente los gastos de operación de los centros docentes y disminuir los costos financieros de escolarización para los hogares pobres.

Por otra parte, en cuanto a la oferta del transporte, la intervención pública debe contribuir principalmente en la facilitación de los desplazamientos en las zonas poco densas. Esta mayor atención hacia las condiciones de movilidad de la población escolarizada, así como de sus profesores, debe enfocarse a corto plazo en la mejora del entorno global de los desplazamientos peatonales y, en particular, de las vías de acceso a los establecimientos existentes (alumbrado; cruzamiento de vías importantes, de arroyos, de obras de desagüe, etc.). La necesidad de una mayor accesibilidad de las secundarias y bachilleratos más alejados también debe incluir el que los transportes colectivos sean económicamente accesibles para los hogares pobres. Para ello se puede aumentar la productividad de los transportes artesanales para limitar el alza de tarifas, proporcionar una ayuda financiera al alumno condicionada por su inscripción escolar, etc. Por último, a más largo plazo, la mejora de la movilidad escolar requiere una coherencia entre la política escolar y la planificación urbana con el objeto de tener en cuenta la accesibilidad física en los proyectos de construcción de nuevas escuelas. Todos estos elementos muestran que en un contexto en el que los recursos escasean, la escolarización en las ciudades del África Subsahariana es un tema verdaderamente complejo que requiere una fuerte inversión pública suplementaria pero asimismo necesita cambios profundos en los modos de funcionamiento y en los procesos de decisión.

Notas

[1] Una version de este estudio se presentó en las XXIII Journées de l'Association Tiers-Monde: L'Etat malgré tout, Mons (Bélgica), 14-16 de mayo 2007.

[2] En este trabajo definimos la “enseñanza secundaria” según el sistema educativo que se práctica en muchos países francófonos del Africa Subsahariana. Incluye dos ciclos: el collège (que traducimos por “secundaria”) y el lycée (que traducimos por “bachillerato”). La secundaria corresponde más o menos a las edades 12-15 años y el bachillerato a los 16-18 años.

[3] Empleamos los términos “hogar” y “unidad doméstica” como sinónimos para referirnos al grupo de personas residiendo en una vivienda y que pueden tener o no lazos de parentezco entre si. Estas unidades domésticas generalmente son más amplias que la familia nuclear y es por ello que evitamos usar la palabra “familia”.

[4] La mayor parte de las entrevistas se realizó en francés. Aquéllas efectuadas en inglés o en una de las lenguas vernáculas del Camerún fueron retranscritas en francés. La traducción en español es responsabilidad de los autores de este artículo.

[5] Según la Unesco (2007), en el Africa Subsahariana, la tasa media de superviviencia es la más baja del mundo (63 por ciento) y el índice de repetición el más elevado (15 por ciento).

[6] No contamos con el dato correspondiente para Conakry.

[7] El costo de escolarización incluye principalemente: inscripción, colegiatura, cuotas diversas, uniformes, libros y útiles escolares, clases particulares y transporte.

[8] La paridad del Euro y el Franco CFA se mantiene constante: 1 Euro = 656 FCFA.

[9] En 2003, 1 Euro = 2 500 Francos Guineanos.

[10] Les enseñantes también son mal remunerados: “Soy maestro en una escuela privada de Bonamoussadi. No tengo un ingreso muy regular ya que puede suceder que tengamos un retraso de 2 meses en el pago del salario”. Este hombre de 47 años, padre de 3 hijos, padece las mismas dificultades económicas que un maestro interino del sector público: salario equivalente (40 000 FG), retraso en el pago del salario, etc.

[11] Se interrogó al jefe de casa o su cónyuge. Había 9 modalidades posibles y el(la) informante podía escoger cuando mucho tres modalidades: 1) distancia a la escuela, 2) problemas de transporte, 3) servicio demasiado caro, 4) larga espera para las inscripciones, 5) mala calidad de servicio, 6) falta de escuelas, 7) aulas atestadas, 8) otros problemas y 9) sin problema. Con las respuestas de hogares se construyeron cuatro grandes categorías de dificultades: a) sin ningún problema, corresponde a la modalidad 9; b) la accesibilidad, si la respuesta incluye cuando menos una de las modalidades 1 y 2; c) el costo, corresponde a la modalidad 3; y d) la calidad de servicio, si la respuesta incluye cuando menos una de las modalidades 4 a 8.

[12] Calculado sobre la base anual de una ida y vuelta diarias, 4 días por semana, durante 30 semanas, lo cual representa una asiduidad regular pero no perfecta.

[13] Este modelo intermedio, cuyos resultados son menos interesantes comparados con los del modelo final que integra densidad y tiempo, no se muestra en el Cuadro 6.

[14] En algunos casos, los padres buscan soluciones alternativas, como por ejemplo, el enviar a sus hijos a vivir en casa de parientes o conocidos, desde donde pueden trasladarse facilmente a la escuela.

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Referencia bibliográfica

DÍAZ OLVERA, L. PLATT, D. POCHET, P. Pobreza y accesibilidad a la educación en un marco de privatización de los servicios en África Subsahariana. Los casos de Conakry y Duala. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.  Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2008, vol. XII, núm. 270 (126). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-270/sn-270-126.htm> [ISSN: 1138-9788]


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