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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIV, núm. 331 (2), 1 de agosto de 2010
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

METROPOLIS Y DESARROLLO URBANO MÁS ALLÁ DE LA GLOBALIZACIÓN. HACIA UNA GEOGRAFÍA CRÍTICA DE LA CIUDAD LATINOAMERICANA

Pablo Ciccolella
Universidad de Buenos Aires

En las últimas décadas el urbanismo y la planificación urbana ingresaron en una crisis y en un debate que aún no parece haber concluido ni desembocado en un paradigma urbanístico comparable a los que se desarrollaron entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, en las brillantes ciudades redesarrolladas por Ildefonso Cerdá o el Barón de Hausmann), o en los intentos de los urbanistas del movimiento moderno y organicista que tuvieron como referentes a Le Corbusier, Garnier, o Wrigth.

Los tópicos urbanísticos se volvieron fragmentarios en el último cuarto del siglo veinte y transcurrieron en torno de la protección y rescate del patrimonio urbano, la protección del ambiente, el reciclaje de infraestructuras obsoletas, la revalorización de la arquitectura de escala, la monumentalidad y la planificación estratégica. Pero estas visiones del urbanismo han sido hasta ahora, sin embargo fragmentarias y no parecen estar delineando una nueva concepción integral de la ciudad, ni construyendo una nueva realidad urbana.

Queda claro que el modelo de desarrollo urbano neoliberal ha fracasado rotundamente paras solucionar los problemas de la ciudad. La Planificación Estratégica, si bien es de origen progresista y promueve contenidos y modalidades de planificación participativa, termina volviéndose a menudo reaccionaria, elitista y excluyente, sino ineficaz. Lamentablemente hay mas casos de asociación de la planificación estratégica con el marketing urbano y la gentrification que con una genuina democratización de los usos del suelo urbano y el desarrollo urbano integral e integrador. En algunos casos, especialmente en el ámbito latinoamericano, la planificación estratégica ha fortalecido la posición del capital especulativo y ha permitido al decir de Otília Arantes,  una convergencia entre especuladores, funcionarios y desarrolladores urbanos, al promover un tipo de gestión del espacio urbano que termina estando al servicio predominantemente de las elites.

Paralelamente, y también como lógica respuesta a los límites y a la fragilidad de la acción estatal, también se han revitalizado algunos movimientos y organizaciones sociales y mecanismos de participación que comienzan a plantear territorialidades diferentes y formulación de proyectos y visiones de la ciudad (o de barrios) alternativos a aquel del poder económico y de sus proyectos hegemónicos, mostrando una inusitada vitalidad de la sociedad civil.

Frente a estas transformaciones, es necesario retomar la discusión sobre la naturaleza de la ciudad y particularmente de los grandes espacios metropolitanos. y la Geográfica puede y debe aportar elementos para la construcción de una nueva Geografía Crìtica de la ciudad latinoamericana.

Como trasfondo de estas tensiones, aparecen interrogantes significativos: ¿Es posible pensar en una ciudad latinoamericana competitiva, productiva y a su vez socialmente justa y territorialmente integradora?

De un lado, se ubican los problemas de la comprensión de la naturaleza de los cambios en las formas, en la estructura, en las dinámicas, en las tendencias urbanas y de otro lado, los problemas referentes a las formas más adecuadas para intervenir y gestionar los sistemas socio-territoriales metropolitanos heredados de sucesivos procesos recientes de reestructuración.

El propio discurso académico parece estar en un callejón sin salida. Las reflexiones se han estancado en torno al discurso y a los relatos de la globalización y de la competitividad de nuestras ciudades. Es necesaria una reflexión desde el sur, que vaya más allá de estos “chalecos de fuerza”, profundizando sobre las nuevas formas de fractura socio-territorial, desmitificando la narrativa política, mediática y científica falaz que extiende al conjunto de nuestras metrópolis, la experiencia “exitosa” de algunos fragmentos de nuestras ciudades.

La transformación de grandes ciudades en centros financieros globales como Nueva York, Londres, Tokio, Frankfurt, y, en un futuro próximo, seguramente también Sao Pablo, Santiago, México, Buenos Aires, Shangai, Mumbai, El Cairo, etc., va haciendo progresivamente imposible a los sectores populares y ciertas clases medias vivir en los núcleos centrales de las grandes conurbaciones. El dinero especulativo financiero-inmobiliario esta “comprando” los mejores lugares de las ciudades y convirtiéndolas en gigantescos condominios cerrados y desplazando hacia las periferias más hostiles no sólo a los pobres sino también a los sectores medios. Las clases medias altas y altas se han ido apropiando a la vez de los mejores lugares del subúrbio y a la vez están volviendo al centro, apropiándose también de los mejores lugares para el consumo de objetos y bienes culturales, en las burbujas internacionales y turistificadas de las áreas centrales de la ciudad, de donde también están expulsando a los pobres en esos obcenos procesos que tanto hemos estudiado bajo el benévolo y neutro eufemismo de la gentrification...

Esto representa un gran problema y desafío intelectual, político y metodológico. Ya no es sólo la clase trabajadora, en términos clásicos, la que está siendo desposeída y desplazada. Las  izquierdas políticas y académicas deberían prestar más atención a estos nuevos fenómenos, relativizando los conceptos clásicos e intentando  acumular  energía para unificar los diferentes movimientos sociales y las formas de resistencia y lucha.

Lo realmente importante es que nuestras ciudades sean buenos lugares para vivir. Sin duda, tenemos un compromiso ético côn la realidad, côn la búsqueda de la mejor aproximacion a la verdad desde los métodos científicos, pero estos, a veces están condicionados por nuestros posicionamientos ideológicos y pertenencia de clase conscientes o inconscientes. Pero, por otro lado, también como intelectuales, pensadores o científicos, tenemos otro compromiso ético y moral e ideológico, que es el compromiso con el derecho a la ciudad, con una ciudad para todos, con la búsqueda de propuestas para ayudar, aún modestamente a construir ciudades cada vez más democráticas, integradoras solidárias e inclusivas.

La ciudad global en América latina esta sólo representada por ciertos fragmentos privilegiados de la ciudad, que el discurso político,  el de los medios, y aún a veces, el propio discurso académico mistifican por el conjunto de la ciudad.

Al lado de la “ciudad-éxito”, siempre está aquella otra ciudad, la ciudad popular, la que procura soluciones que garanticen la supervivencia y los valores que las mayorías buscan preservar, ya sean identidades, arquitecturas, estilos de vida o simplemente el cotidiano elegido y amado. Esa ciudad, a pesar de todo está viva y demanda soluciones y respeto, cosa que el capital y la pasividad y permisividad del Estado ignoran o atropellan.

Nuestras ciudadades latinoamericanas se parecen en sus problemas y ello representa una fortaleza de las mismas, no en el sentido de la planificación estratégica sino en el sentido de una articulación para la lucha común en el futuro cercano.

Pero también, desgraciadamente, nuestras ciudades se parecen en sus fragmentos más globalizados: los barrios cerrados, los monumentales y pavorosos distritos de comando, los patéticos centros comerciales y de ocio. Todas monstruosidades arquitectónicas y  urbanísticas procedentes de otra cultura, de otra realidad, de otras necesidades que no son las de América latina. Este es el gran triunfo cultural del estilo de vida norteamericano.

Es necesaria más que nunca una Geografia Urbana Crítica que no sólo cuantifique y describa  aquellos artefactos. Es necesaria una Geografía Urbana Crítica que no quede sólo fascinada y sorprendida por esos fenómenos. A veces, leyendo decenas de artículos sobre la ciudad latinoamericana, da la sensación de que muchos autores vuelven a dejar entrar por la puerta grande a la vieja Geografia descriptiva, inventarista y catalogadora que había sido supuestamente expulsada por la ventana. De pronto,  esa Geografia pretérita parece salir del letargo y de su estado residual, de esa especie de hibernación, para reaparecer reina de nuestros razonamientos territoriales, travestida de marcos teóricos y categorías conceptuales sumamente sofisticadas (y a veces distancida de la realidad), de técnicas muy avanzadas de análisis cuantitativo y de representación cartográfica digitalizada, de narrativas políticamente correctas, pero sin comprender lo que acontece y sin propuestas serias para lo que debería suceder con nuestras ciudades.

Podemos pensar así, en una ciudad latinoamericana, que tiene un gigantesco capital cultural, simbólico, humano, moral, natural y material; que hace aún de nuestras ciudades lugares no irremediablemente destruídos, corrompidos, corroídos, erosionados, por el avance de  un tipo de modernidad y de modernización desestructuradora, agresiva y desterritorializadora. Felizmente, la modernización neoliberal-posmoderna, esa modernidad liquida de Bauman,  no llegó a todos los lugares de la ciudad latinoamericana.

Barrios enteros de la ciudad, a la vez han sido marginados por ese tipo de modernización y en algún sentido son el germen de la resistencia a la  misma y el testimonio de que algo funciona muy mal en nuestras ciudades y en el crecimiento económico de nuestros países, por cuanto los procesos de fragmentación, segregación y marginación urbana no sólo no se solucionan con ese tipo de crecimiento sino que la brecha entre distintos lugares de la ciudad están en aumento.

Las transformaciones estructurales, morfológicas, tecnológicas, productivas,  culturales, urbanísticas y socioterritoriales experimentadas por las grandes metrópolis latinoamericanas no deben ser “naturalizadas” ni consideradas una fatalidad o algo irreversible, necesario e inevitable. La ciudad siempre es un espacio vivo y mutante cuyas concreciones deben apuntar a mejorar la calidad de vida del conjunto de la comunidad que en ella habita, y ello puede implicar ajustes y cambios de rumbo considerables en el modelo territorial, en el proyecto de ciudad y en los principales elementos de infraestructura que le dan materialidad.

El gran desafío intelectual es reconceptualizar y proponer acciones desde nuestra disciplina para la construcción de un modelo de ciudad y de un proyecto político socialmente justos, genuinamente democráticos y participativos y territorialmente integradores.

Muchas voces están admitiendo desde el propio corazón del primer mundo sobre el deterioro alarmante de la calidad de las democracias occidentales y su vaciamiento de contenidos igualitarios y de los propios derechos ciudadanos. Lo mismo acontece con la calidad de vida de crecientes sectores de esas sociedades satisfechas. Es un buen espejo donde no mirarse.

El desafío es cómo construir un discurso, conceptos e instrumentos analíticos y operativos alternativos que puedan evitar el “canto de sirena” del  llamado “pensamiento único”  sobre la ciudad y la planificación urbana.

Sabemos que en nuestras ciudades tenemos un capital evidente de conocimiento, de creatividad, de inteligencia, de sensibilidad, de esa condición que hace vino del agua y multiplica panes y peces; ese milagro no bíblico sino real, concreto, contemporáneo y cotidiano: aquel que todos los días hace renacer el orden del caos, la vida de la muerte, la solidaridad de la violencia, la fuerza de la fragilidad, la unidad de la fractura. La ciudad latinoamericana no es ciertamente una ciudad idílica sino contradictoria, enferma pero maravillosamente viva, dinámica aunque desordenada, inmensamente pobre, pero también inmensamente rica...

Dichas “ventajas competitivas”  no se consiguen fácilmente en los elegantes centros o suburbios satisfechos de las elites de nuestras ciudades y de aquellas del primer mundo. Ese es un patrimonio del barrio y de las comunidades populares de la periferia de nuestras ciudades latinoamericanas. Esas que no acaso, como tan bien canta Chico Buarque, no figuran en el mapa...

 

© Copyright Pablo Ciccolella, 2010
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Scripta Nova, 2010

 

Ficha bibliográfica:

CICCOLELLA, Pablo. Metropolis y desarrollo urbano más allá de la globalización. Hacia una geografía crítica de la ciudad latinoamericana. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales.  [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1 de agosto de 2010, vol. XIV, nº 331 (2). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-331/sn-331-2.htm>. [ISSN: 1138-9788].

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