Menú principal

Índice de Scripta Nova

Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIV, núm. 343 (20), 25 de noviembre de 2010
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

LOS RELATOS DE VIAJE, LOS DIARIOS Y LAS CARTAS DE ALEJANDRO DE HUMBOLDT EN VÍSPERAS DE LA INDEPENDENCIA

A José Mª López Piñero, maestro de historiadores, in memoriam

Miguel Ángel Puig-Samper Mulero
Instituto de Historia CSIC
mpuig@orgc.csic.es

Recibido: 13 de octubre de 2010. Aceptado: 11 de noviembre de 2010.

Los relatos de viaje, los diarios y las cartas de Alejandro de Humboldt en vísperas de la independencia (Resumen)

Los relatos de viaje publicados, las numerosas cartas y los diarios inéditos de Alejandro de Humboldt constituyen un modelo paradigmático de los nuevos relatos de viaje en el tránsito del siglo XVIII al XIX, de la Ilustración al Romanticismo. En estos escritos encontramos los nuevos elementos de la escritura que surge en vísperas de la Independencia americana, proceso en el que se mantiene como espectador contradictorio, y de los cambios que se producen en Europa, que afectan a España con la invasión napoleónica. La forma de presentar los resultados (su Humboldtian writing en palabras de Ette) indica la modernidad de Humboldt al crear un nuevo discurso sobre el Nuevo Mundo y una visión general diferente, que abre una interesante discusión sobre la posible existencia de otras modernidades diferentes a la europea.

Palabras clave: Humboldt, relatos, diarios, cartas, modernidad.

The travel narratives, diaries, and letters of Alexander von Humboldt on the eve of  independence (Abstract)

The published travel narratives, numerous letters, and unedited diaries of Alexander von Humboldt constitute a paradigmatic shift in the form of travel narratives from the 18th century Enlightenment to the 19th century Romanticism. In these works we find elements of new styles of writing which emerged on the eve of American independence and which stay as a contradictory spectator to the changes in Europe, which affected Spain with the Napoleonic invasion. The form of presenting results (his Humboldtian writing, in the words of Ette) indicated the modernity of Humboldt in creating a innovative discourse about the New World and a unique perspective which leds to an interesting discussion about the possible existence of new modernities other than  the European one.

Key words: Humboldt, narratives, diaries, letters, modernity.


L
a figura de Alejandro de Humboldt que frecuentemente se mueve entre los supuestos ilustrados y el emergente romanticismo, parece acomodarse muy bien a la ideología de la modernidad. Su cientifismo –muy bien representado por su obsesión por los instrumentos de medición-, su creencia en la capacidad para comprender los arcanos de la naturaleza y de la sociedad con la fuerza de la razón, su ideología democrática, su interculturalidad y transdisciplinariedad –representativas de la Humboldtian science[1]-, incluso su forma de presentar sus resultados, en los que la ciencia, la ética y la estética forman un todo, algo que Ottmar Ette ha denominado Humboldtian writing[2], le acercan al proyecto moderno. Además, hay que señalar su capacidad para crear redes de conocimiento, incluso desde el propio viaje, lo que le conduce junto a  su capacidad publicitaria  y epistolar a un sobresaliente universalismo[3],  que se refleja bastante bien en la recepción de sus viajes, sus ideas y sus publicaciones en la prensa internacional[4]. El papel que concede al sujeto en sus observaciones, tanto científicas como estéticas, también le aproxima al proyecto moderno, en el que el individuo surge con fuerza frente al antiguo determinismo.

En su método científico, que define como empirismo razonado, la tensión entre la sensación subjetiva y la objetivación de los resultados es evidente, aunque intenta superarla con el empleo masivo de instrumentos científicos y el cálculo matemático para realizar más tarde la síntesis, sin renunciar al placer estético de la contemplación de la naturaleza y al comentario subjetivo de las sociedades[5]. Aunque se han destacado las aportaciones de Alejandro de Humboldt para la ciencia moderna y su repercusión para muy diversas disciplinas científicas en la actualidad[6], su contribución a la Modernidad, a pesar de lo anteriormente expuesto, sigue en discusión[7], al menos para algunos especialistas, en contraste con la posición de otros destacados humboldtianos latinoamericanos como Jaime Labastida, quien ha resaltado el método científico de Humboldt y su visión cosmológica moderna, y más aún Leopoldo Zea, quien ha manifestado claramente que con el redescubrimiento de América por parte de Humboldt, éste había aportado a la Europa de la modernidad todo un continente, en tanto que para los latinoamericanos, Humboldt había mostrado la riqueza de su mundo y su capacidad para ponerla a su propio servicio. La conclusión de Zea es contundente: “Todo un continente entraba así, sin complejos, a la modernidad” y el propio Humboldt pasaba a convertirse en el mundo americano en un mito de la modernidad por su visión multirracial y multicultural[8], además de por su forma de narrar en sentido moderno, algo que podemos apreciar en sus escritos tanto públicos como privados.


Los relatos autobiográficos de Alejandro de Humboldt

A lo largo de su vida, en varias ocasiones, Humboldt se dedicó a escribir apuntes autobiográficos que se debían a distintos motivos y circunstancias determinadas. El más antiguo se llama “Notice sur la vie littéraire de Mr. de Humbold (sic), communiquée par lui même au Baron de Forell” y fue redactado por Humboldt durante su estancia en primavera 1799 en España en francés y entregado, junto a una memoria[9], al rey Carlos IV con el objetivo de informar a las autoridades españoles –de las que esperaba obtener el permiso de visitar las colonias españolas en América– sobre él mismo así como sus objetivos y los planes relacionados con su famoso proyecto americano[10]. El 11 de marzo de 1799 Humboldt presentaba su solicitud al rey Carlos IV halagando la ilustración de su gobierno y la importancia de sus posesiones americanas, en las que el naturalista podía estudiar con los nuevos instrumentos la formación de la Tierra, investigar su composición y, sobre todo, reconocer las relaciones generales que unían a todos los seres organizados, objetivos generales que contrastaban con su presentación como Consejero de Minas ante el ministro Urquijo y en la noticia autobiográfica que acompañaba a su Memoria ante el rey.

En ésta, titulada Noticia sobre la vida literaria de Mr. de Humbold (sic) comunicada por él mismo al Barón de Forell, Alejandro de Humboldt omitía prácticamente su primera formación en su casa paterna y con sabios berlineses, que más tarde añadió en una nota autobiográfica escrita en Santafé en 1801, para destacar sus estudios en Gotinga y Frankfurt, así como sus estudios administrativos y financieros en Hamburgo. Comentaba Humboldt que sus primeros trabajos sobre las montañas basálticas del Rhin hicieron que el director de Minas, el barón de Heinitz -el mismo que se había encargado  con Fausto de Elhúyar de la contratación de mineros sajones con destino a la América española- le llevase con él al departamento de Minas. Asimismo recordaba el importante viaje por Holanda, Inglaterra y Francia, realizado bajo la dirección de Georg Forster, al que atribuía la mayor parte de sus conocimientos, y sus prácticas de minería en Freiberg y Harz. En su primer destino, cuyo objetivo era el estudio de yacimientos de sal, Humboldt recorrió lo que entonces era Polonia y la Alemania meridional, Hallein, Wieliczka, Berchtesgaden, etc.., antes de asumir el cargo de inspector de Minas en el territorio de las colinas franconianas de alrededor de Bayreuth, donde logró que las minas dieran un rendimiento favorable para las arcas reales.

Entre sus descubrimientos, Humboldt destacó en estos primeros años de trabajo en la minería, el invento de una nueva lámpara antimefítica y de una máquina de respiración, de gran importancia para salvar vidas en las minas. Mencionaba también sus primeros trabajos botánicos, su Flora Fribergensis y su publicación sobre la fisiología química de los vegetales, traducidos ya a numerosos idiomas. En cuanto a su carrera política y diplomática, Humboldt subrayó en la nota dirigida a Urquijo el papel que había tenido, por encargo del conde von Hardenberg, en las negociaciones con los franceses que dieron lugar a la Paz de Basilea.

Uno de los aspectos más interesantes de esta noticia autobiográfica de Humboldt es su exposición sobre el interés que le movió a renunciar a su pensión oficial como Consejero Superior de Minas. Estaba decidido a recorrer otra parte del mundo y estudiar no sólo las especies y sus caracteres, sino la influencia de la atmósfera y la composición química sobre los cuerpos organizados, la formación del globo, las identidades de las capas geológicas en los países más alejados; en definitiva, se proponía, según sus propias palabras, estudiar las “grandes armonías de la Naturaleza“, aún a costa de su pequeña fortuna, que estaba dispuesto a sacrificar en beneficio del progreso de las ciencias. En cuanto a sus preparativos, Humboldt señalaba que había adquirido una selecta colección de instrumentos astronómicos y físicos para poder determinar la posición astronómica de los lugares, la fuerza magnética, la declinación y la inclinación de la aguja imantada, la composición química del aire, su elasticidad, humedad y temperatura, su carga eléctrica, su transparencia, el color del cielo, la temperatura del mar a gran profundidad, etc... Además, Humboldt recordaba sus experiencias sobre el galvanismo, sus estudios botánicos en Dresde y Viena, así como los químicos en París, y sus inventos: un nuevo barómetro y un instrumento que llamó anthracómetro, para la medición del ácido carbónico atmosférico.

Respecto a sus proyectos viajeros anteriores, Humboldt comentaba la invitación del gobierno francés para viajar alrededor del mundo en la expedición dirigida por el capitán Baudin, que tanto le obsesionó, frustrada por falta de fondos, lo que le decidió a viajar por África para estudiar el monte Atlas. Los acontecimientos políticos en Argelia le habían hecho desistir también de este viaje, por lo que se había trasladado a la Península “para solicitar la protección de S. M. Católica en un viaje a América“, cuyo éxito colmaría sus deseos.

Durante su primera estancia en Cuba del 19 de diciembre de 1.800 al 15 de marzo de 1801, comenzó de nuevo a escribir su autobiografía. A lo largo de su viaje americano, retomó este propósito y redactó en Santa Fé de Bogotá unos apuntes escritos en alemán, de 4 folios y medio de extensión, que datan del 4 de agosto de 1801, pero lamentablemente sus descripciones llegan solamente al año 1790[11]. En una nota ulterior que añadió Humboldt a este texto en noviembre de 1839, anotó la frase: no imprimir jamás –probablemente debido a algunos juicios críticos acerca de su amigo y compañero de viaje, Georg Forster, así como unos comentarios sobre sí mismo.

Otro folio se encontró escondido en sus diarios (diario VIII), que Humboldt tituló “Zeitepochen meines Lebens” (Épocas de mi vida), donde, en forma de apuntes sin elaborar, Humboldt resumió su vida hasta la fecha en que salió de Guayaquil rumbo a Acapulco en febrero de 1803[12].

El siguiente documento de este tipo que conocemos, es un relato del viaje americano, redactado en junio del 1804, durante su estancia en los Estados Unidos que realizó después de su segunda estancia en Cuba, desde el 20 de mayo hasta el 30 de junio de este año, a bordo de un barco en el río Delaware. Humboldt lo escribió después de su encuentro con el presidente americano Thomas Jefferson en Washington así como en su residencia en Monticello, Virginia, donde Humboldt fue invitado por el presidente. Este texto tiene un gran significado por ser el primer y único resumen de toda su expedición hecho por él mismo, con la riqueza añadida de la frescura de unos recuerdos muy cercanos.

A todas estas notas autobiográficas hay que añadir, que numerosas cartas suyas tenían un carácter parecido –sobre todo las elaboradas durante su expedición americana– , ya que fueron redactadas con el objetivo de dar a conocer tanto el recorrido del viaje realizado hasta el momento como los primeros resultados científicos obtenidos. Estas cartas, además, servían para componer su viaje americano bastante antes de que Humboldt comenzase su famosa narración del viaje –la Relation historique– que forma la primera parte de su gran obra Voyage aux regións équinoxiales du Nouveau Continent[13]. Podemos ver algunos ejemplos:

Pocas semanas después de su vuelta a Europa, en otoño de 1804, Humboldt comenzó la lectura de una “relation abrégée” de su viaje en el Institut de France en París. Con motivo de este relato, cuyo texto no se ha conservado, y con la ayuda de diversas cartas de Humboldt que habían sido publicadas in distintas revistas, J.C. de Lamétherie[14], amigo de Humboldt y miembro de la Académie des Sciences, compiló un texto que publicó bajo el titulo “Notice d’un voyage aux tropiques, executé par MM. Humboldt et Bonpland en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 et 1804”[15].

Poco después se le presentó una nueva ocasión de redactar una nota autobiográfica. Su amigo Marc Auguste Pictet[16], debido a sus estrechas relaciones con Inglaterra, se ofreció para divulgar la obra de Humboldt en Gran Bretaña. Para esta campaña difusora, Humboldt le remitió el 3 de enero de 1806 una descripción de su vida, redactada en francés, con el titulo “Mes confessions”[17] –probablemente aludiendo a Jean-Jacques Rousseau– y añadió la nota: “Para que se lea y se me devuelva algún día”[18].

Ya en una edad más avanzada, Humboldt comenzó de nuevo a redactar un resumen de su vida. Esta vez, el motivo fue un artículo que sobre él se había escrito en la 9ª edición del diccionario enciclopédico Brockhaus. Este documento resume de forma concisa y estrictamente cronológica los datos esenciales de la vida de Humboldt, y sobre todo, expresa la imagen que él quería dar de sí mismo a la opinión pública en las postrimerías de su vida[19].

Según la información que nos proporciona Alfred Dove[20], en los últimos días de su vida, Humboldt hizo en hojas sueltas y en forma fragmentaria algunas anotaciones sobre su vida que tituló “Chronologische Folge der Zeitepochen meines Lebens”[21].


El relato de su viaje por América

Volvemos ahora al relato de viaje escrito en los Estados Unidos. La American Philosophical Society le había solicitado un texto con la narración de su viaje americano en el momento que éste llegaba a su final. Fundada por Benjamin Franklin en 1743 y reorganizada en su forma actual en 1769, es la primera sociedad culta de los Estados Unidos y ha jugado un papel importante en la vida cultural e intelectual de América desde hace 250 años. Los primeros socios fueron, entre otros, médicos, abogados, comerciantes y políticos, y fueron estos miembros los que fomentaron la independencia económica de los Estados Unidos, mejorando la agricultura, las manufacturas y el transporte. Era lógico que Humboldt durante su estancia en los Estados Unidos mostrase mucho interés en conocer las actividades científicas de esta sociedad. Así participó en sus reuniones, fue elegido como miembro en 1804 –el mismo año que Cavanilles y Godoy-, dio una gran conferencia en la Philosophical Hall de Filadelfia sobre su viaje y el pintor y amigo del presidente Jefferson, Charles Wilson Peale, que por entonces vivía en Filadelfia, hizo un retrato de Humboldt que hoy se encuentra en el College of Physicians de esta ciudad.

El resumen autobiográfico de su expedición americana y su planificación tiene algunas particularidades. Lo primero que resulta sorprendente es el hecho de que Humboldt termina su relato con la llegada a Francia, a pesar de que en ese momento todavía se encontraba en América. Esto se puede explicar con el argumento de que el texto fue redactado bajo la impresión de la finalización de su expedición americana y de la vuelta inmediata a Europa, así como por el deseo de Humboldt de entregar y publicar la primera descripción del viaje completo. Probablemente debido a la prisa al escribir el texto o al deseo de hacer accesibles estas informaciones solo en sus obras posteriores, se limita a una narración de la propia expedición y no incluye los resultados de sus investigaciones más importantes. Además, está redactado en  tercera persona porque iba a ser publicado anónimamente.

Otro aspecto que resalta de este relato es que en él, Humboldt no menciona el tema de la esclavitud, que tanto critica en sus diarios y publicaciones posteriores[22]. Se entiende que esto tiene que ver con el hecho de que en primer lugar este texto fue redactado para el público norteamericano, y sabemos que en aquellos años Humboldt se mostraba cauteloso en todo lo referente a la esclavitud practicada en los Estados Unidos[23].

El manuscrito original de este relato fue redactado en francés, hasta ahora no ha sido publicado y se encuentra en los Estados Unidos, en la biblioteca de la American Philosophical Society. La traducción inglesa, llevada a cabo por John Vaughan, apareció en The Literary Magazine and American register for 1804[24], en 1958 fue publicada de nuevo por Helmut de Terra en su trabajo “Studies on the documentation of Alexander von Humboldt: The Philadelphia Abstract of Alexander von Humboldt´s American Travels. Humboldts Portraits and Sculptures in the United States”[25].


Los trabajos de Humboldt en la Península Ibérica: otra forma de relato

En 1808 se  publicó en el libro del geógrafo Alexandre Laborde una pequeña Notice sur la configuration du sol de l’Espagne et son climat firmada por Humboldt, luego publicada en español en Valencia en 1816, que ofrece la novedad de explicar la presencia de la meseta en la Península Ibérica e incluso de compararla con el altiplano mexicano en un gráfico muy llamativo que pretende buscar la similitud entre España y Nueva España, así como en la situación de sus capitales y que además incluye alguna referencia de cierta gracia, según la interpretación que se quiera hacer, como el comentario de Humboldt sobre la situación del palacio de San Ildefonso sobre el que apunta que ningún otro monarca europeo tenía un palacio en la región de las nubes. A pesar de la novedad de esta publicación, fue realmente en el artículo publicado en la revista alemana Hertha en 1825, titulado Sobre la configuración y el clima de la meseta de la Península Ibérica (Über die Gestalt und das Klima des Hochlandes in der iberischen Halbinsel), donde la argumentación científica es más precisa, se dan las nivelaciones barométricas y se ofrece el perfil topográfico peninsular.

La forma de presentación de Humboldt de sus investigaciones en la Península es bastante curiosa, ya que a pesar del tono estrictamente científico de su escrito, guía al lector desde un manuscrito desaparecido muchos años atrás, a través de una carta a su editor el profesor Berghaus, con la intercalación de notas de su Diario y con datos obtenidos de sus corresponsales españoles, especialmente Felipe Bauzá, además de la inclusión de los perfiles peninsulares, que ya había dado a conocer en el Mapa Civil y Militar de España y Portugal, editado por Alexis Donnet en París en 1823, y en el Atlas de su obra sobre el Nuevo Continente. Lamentablemente el estudio de Alejandro de Humboldt sobre España no tiene la riqueza literaria de muchos de sus escritos –recuérdense por ejemplo sus maravillosos Cuadros de la Naturaleza–; más bien constituye un ensayo científico de gran valor, aunque alejado de las observaciones personales del habitual relato del viajero ilustrado y quizá también condicionado por el generoso permiso de viaje concedido por las autoridades españolas. Es, en este sentido, muy diferente del Diario de viaje a España (1799-1800) de su hermano Wilhelm, quien pocos meses después de la salida de Alejandro hacia tierras americanas, viajaba por España en compañía de su esposa Carolina y de sus tres hijos, dejándonos unas interesantes descripciones de las ciudades recorridas, sus vivas impresiones de los personajes conocidos, muchos de los cuales habían tratado a Alejandro, y en general una pintura más expresiva de la España de entonces.

Alejandro de Humboldt parece tener además la obsesión de que la presentación de algunos de sus resultados científicos y especialmente sus notas autobiográficas, aparecieran de la mano de terceras personas, como si quisiera distanciarse de sus propias observaciones y al mismo tiempo asegurar el compromiso de alguna autoridad científica con su obra.

En el caso de Berghaus, éste parece que proyectaba en esta época un trabajo geográfico sobre la Península Ibérica y ya había publicado el trabajo sobre Portugal de Wilhelm Ludwig von Eschwege, que el propio Humboldt le hizo llegar con su artículo sobre España. Dado que se ha conservado la correspondencia de Berghaus, podemos saber que en el proceso de edición del trabajo de Humboldt sobre la geografía peninsular, el editor alemán transformó el texto en alguna parte, aunque sólo es significativa su censura a la crítica de Humboldt sobre algunos resultados de las mediciones de Isidoro de Antillón y más aún, la eliminación de una frase en la que Humboldt hacía alusión al exilio de su amigo Felipe Bauzá en Londres debido a la tiranía del rey Fernando VII.

Si en América Humboldt se presenta como un nuevo Colón, el redescubridor del continente americano, como muchos quieren, su exploración de la Península es mucho más limitada, ya que encierra datos y observaciones referentes a la geografía, la climatología y la geología peninsular de sumo valor, que luego ampliará en Canarias, pero no ofrece la visión global, holística, que aparecerá en su obra americana.


Los Diarios del viaje y la Relation historique

Durante todo el viaje Humboldt utilizó un diario, pero no en el sentido que se le da normalmente a un diario, ya que no apuntaba todos los días lo que había visto. Sus diarios son más bien un resumen de lo que había vivido, elaborado, medido, comparado y resumido. De esta manera creó un fondo donde guardaba todas las informaciones recogidas durante el viaje para elaborarlas más tarde. Para ello, Humboldt utilizó un método sistemático: para diferentes disciplinas tenía cuadernos de colores distintos en las que apuntó sus mediciones astronómicas, meteorológicas, barométricas, etc. Hay que mencionar que apenas contienen el tipo de comentarios que se esperan normalmente de un diario, es decir comentarios de carácter más personal, impresiones y comentarios sobre personas, costumbres o lugares, aunque esta información es muy variable de un lugar a otro. Respecto al idioma hay que decir que inicialmente lo redactó en alemán y poco a poco fue pasando su redacción al francés. Prácticamente escribió en francés a partir de Quito, pero en ocasiones vuelve al alemán, sobre todo cuando trataba temas cuyo vocabulario dominaba más en lengua materna, como fue el caso de la minería, aunque también introduce palabras, términos concretos o expresiones en español. El cambiar constantemente de idioma  llevó a que Humboldt a veces confundiera términos, sobre todo cuando se trataba de palabras que le sonaban parecidas en estas lenguas, pero que tienen un significado distinto.

Los diarios acompañaron a Humboldt durante toda su vida y constituyeron la base de datos tanto para su narración del viaje Relation historique como para sus obras científicas del viaje. A la vuelta de América, cuando empezó con la elaboración científica de su viaje, deshizo los cuadernos para pasar partes a sus colaboradores, lo que causó un gran desorden en sus apuntes. Algunos comentarios o relatos científicos no están en su lugar cronológico ni temático, sino que se encuentran en otro sitio. Humboldt al final de su vida los depositó en el Observatorio de Berlín para el uso de otros científicos.

La reconstrucción de los diarios se ha podido hacer solamente después de un estudio exhaustivo según las referencias del propio Humboldt. Este trabajo de reorganización, estructuración de los diarios de Humboldt para su edición en alemán fue emprendido por Margot Faak y sus colaboradores en la Academia de Ciencias en Berlín y publicado en diferentes tomos entre 1986 y 2000, abarcando todo el viaje desde su preparación en París hasta su llegada a Filadelfia.

Sin duda, los diarios de Humboldt constituyen un fundamento importantísimo para la investigación humboldtiana en general, para tener una impresión detallada de su viaje y llegar a una comprensión más profunda de Humboldt y sus obras.

Humboldt tenía la intención no solamente de usar sus diarios como base de datos para sus elaboraciones científicas, sino de editarlos también en forma de una narración del viaje. Esto lo hizo solo con la primera parte de su expedición, hasta la visita de la ciudad Cartagena y la partida al Río Magdalena que publicó en su obra Relation historique. Pero debido a dificultades con la edición de sus obras, por falta de tiempo y fuerza, decidió dejar la narración completa y dedicarse a la edición de su gran obra americana, aunque hay que destacar la relación del viaje como una muestra de su literatura descriptiva, en la que, en palabras de Pimentel, intentaba pintar la naturaleza y ponerla en movimiento, para después transferir la agitación al texto con diversas fórmulas expresivas y retóricas[26].

Quizá una de las visiones más acertadas sobre la Relation historique sea la de Sébastien Velut:

Con la Relación histórica, género totalmente distinto del cuento filosófico –aunque varios cuentos utilicen el viaje como artificio retórico– Humboldt combina su visión de la naturaleza, enriquecida por la experiencia americana, y una concepción original no sólo de la narrativa sino también un uso de recursos variados para presentar la realidad americana. La novedad aportada por Humboldt radica, entre otras cosas, en su capacidad de inventar nuevas fórmulas descriptivas que combinan la precisión de la mirada con un gran poder de evocación de los paisajes tropicales. Estos esfuerzos se notan no sólo en el texto sino también en los grabados que aparecen en los tomos de las Vistas de las Cordilleras y de los Cuadros de la Naturaleza.[27]

Aunque con esta obra se tiene una descripción del primer tramo de su expedición, la Relation historique no puede sustituir a los diarios ya que existen diferencias significativas entre estas dos versiones. El contenido no es el mismo, en los diarios hay algunos detalles, acontecimientos, informaciones sobre personas, lugares y referencias literarias que no se encuentran en su narración del viaje y en ésta profundiza en temas que no había apuntado antes. Se puede decir que en los diarios aparecen en numerosas ocasiones las ideas embrionarias, que luego Humboldt desarrolla en su inestimable obra editorial, ideas que han sido de enorme trascendencia para el desarrollo de numerosas disciplinas modernas.

Además, la perspectiva es completamente diferente: mientras en los diarios Humboldt, como testigo de lo ocurrido, describe los acontecimientos poco después, la Relatión historique es escrita varios años después de su vuelta a Europa, con cierta distancia y con un conocimiento bastante superior. En París, Humboldt tuvo contacto con el progreso y el desarrollo de la ciencia y así pudo elaborar su material de investigación. Además, los juicios de Humboldt sobre las personas que fue conociendo, las sociedades visitadas, sus opiniones sobre la situación política y económica de las colonias españolas, etc., se reflejan de forma más auténtica en su diario de viaje, sin las lógicas limitaciones de un escrito que se pretendía publicar, lo que da un valor añadido a los Diarios donde aparece el pensamiento íntimo del científico alemán. Los Diarios fueron escritos en un estilo vivo y emotivo; en ellos Humboldt muestra enfados e ironía y un juicio más agudo sobre las personas y los hechos que vivió. Sus comentarios críticos sobre la situación política y económica de las colonias españolas, sobre el comportamiento del clero, sus juicios sobre los misioneros, todos los que aparecen en sus Diarios, no quería publicarlos en la Relation historique por varios motivos, entre otros al sentimiento de agradecimiento al rey Carlos IV por haberle concedido el permiso para realizar este viaje. Pero justamente estos comentarios no publicados son importantes para completar el conocimiento sobre Humboldt y la imagen que se tiene de este famoso viajero prusiano, quizá para conocer a un Humboldt más natural, algo alejado de las construcciones y artificios literarios que usualmente utiliza en sus obras fundamentales, los famosos cuadros, las nuevas técnicas de representación científica, las vistas y la nueva pintura del paisaje, sin olvidar su prosa poética que nos conduce a escuchar, ver y sentir la Naturaleza, sin perder la precisión de la ciencia.

 

Notas

[1] Cannon, 1978.

[2] Ette, 1999, p.16-43. Sobre las formas de presentación y representación de las meditaciones humboldtianas en el marco de la ciencia moderna es muy interesante el trabajo de Godlewska, 1999, p. 236-275.

[3] Este aspecto de creación de redes de conocimiento ha sido destacado por Osten, 1999, p. 6-10.

[4] Sobre la recepción de los trabajos de Humboldt en la prensa hay que remitir al ya clásico de Jones, 1972-73, p. 442-48, además del trabajo de Dugast, 1993, p. 215-228, y el también reciente de Rupke, 1999,  p. 319-339.

[5] Labastida, 1999, p. 44-52.

[6] Kohlhepp, 1999, p. 9-24.

[7] Hermanns, 1999, p. 113-117.

[8] Zea, 1999, p. 11-15.

[9] Puig-Samper, 1999, pp. 329-355.

[10] Puig-Samper y Rebok, 2002, pp. 95-125.

[11] Biermann y Lange, 1969, pp. 108-113.

[12] Ibidem, p. 103.

[13] Humboldt y Bonpland, 1816-1831.

[14] Jean-Claude de Lamétherie (1743-1817), físico y naturalista francés, conocido por el Journal de Physique (antes Observations sur la physique) que dirigió a partir de 1785 hasta su muerte

[15] Journal de  physique. 59. Año 12(/13) [1804, cah. 2], Thermidor, pp. 122-139.

[16] Marc-Auguste Pictet (1752-1825), físico y profesor en Ginebra. Humboldt le conoció en 1795 en Ginebra durante su viaje a los Alpes. Fue un destacado miembro de la Société des Arts, la Société de Physique et d‘Histoire Naturelle y de la Société Helvétique des Sciences Naturelles. Asimismo fue editor del Journal de Genève y de la Bibliothèque britannique.

[17] Minguet, 1980, pp. 259-264.

[18] Más información sobre este texto se encuentra en Ette, 1999.

[19] Publicado en Die Gegenwart. Eine encyklopädische Darstellung der neuesten Zeitgeschichte für alle Stände. 8. 1853, pp. 749-762; así como en: Deutsche Lehrund Wanderjahre. Selbstschilderungen berühmter Männer und Frauen. 2. Berlin 1874, pp. 260-289.

[20] Bruhns, 1872, tomo 2, p. 119.

[21] Las notas autobiográficas conocidas se han publicado en Biermann, 1987.

[22] Sobre todo en su obra dedicada a la isla de Cuba, donde dedica un capítulo entero a este tema. Humboldt, 1998.

[23] Más adelante expresó claramente su verdadera opinión, como constan los documentos publicados en Foner, 1984.

[24] The Literary Magazine and American register for 1804, Filadelfia 1804, tomo 2, pp. 321-327.

[25] Proceedings of the American Philsophical Society, Filadelfia, 102 (1958), pp. 560-589.

[26] Pimentel, “Cuadros y escrituras de la naturaleza“, Asclepio, LVI-2, 2004, p.7-23.

[27] Sébastien VELUT, Alejandro de Humboldt en las Américas. El arte del explorador <http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v05/velut.html>.

 

Bibliografía

BIERMANN, Kurt-R. (ed.). Alexander von Humboldt. Aus meinem Leben. Autobiographische Bekenntnisse. Leipzig: Jena, Berlin, 1987.

BIERMANN, Kurt-R. y LANGE, Fritz. Cómo Alejandro de Humboldt llegó a ser naturalista y explorador. In Alejandro de Humboldt. Modelo en la lucha por el progreso y la liberación de la humanidad. Berlin: Akademie-Verlag, 1969, p. 108-113.

BRUHNS, Karl (ed.). Alexander von Humboldt. Eine wissenschaftliche Biographie. Leipzig, 1872, 2 t.

CANNON, Susan Faye. Science in Culture: The Early Victorian Period. New York: Dawson and Science History Publications, 1978.

DUGAST, Guy-Alain. L’hommage rendu à A. de Humboldt dans quelques écrits publiés en France au XIXe siècle, In POTELET, Jeanine et FARRÉ, Joseph M.  Mundus Novus-Nouveaux Mondes (XVI-XX S.). Hommage à Charles Minguet. Paris: Université de Paris X-Nanterre, 1993, p. 215-228.

ETTE, Ottmar. Un ‘espíritu de inquietud moral’. Humboldtian Writing: Alexander von Humboldt y la escritura en la modernidad. Cuadernos Americanos, Nueva época, Año XIII, vol. 4, núm. 76, 1999, p.16-43.

FONER, Philip S. Alexander von Humboldt on Slavery in the United States. Berlín: Humboldt-Universität, 1984.

GODLEWSKA, Anne Marie Claire. From Enlightenment Vision to Modern Science? Humboldt’s Visual Thinking. In LIVINGSTONE, David N. and WITHERS, Charles W.J. (Eds.). Geography and Enlightenment. Chicago-London: The University of Chicago Press, 1999, p. 236-275.

HERMANNS, Ute. Simposio internacional e interdisciplinario ‘Alexander von Humboldt-Irrupción en la Modernidad, 1799-1999’ (Berlín, 31 de Mayo al 3 de Junio de 1999). Diálogo Científico, vol.8, núm. 2, 1999, p. 113-117.

HUMBOLDT, Alexander von. Ensayo político sobre la isla de Cuba. Estudio introductorio y edición de Miguel Ángel Puig-Samper, Consuelo Naranjo Orovio y Armando García González. Aranjuez: Ediciones Doce Calles, Junta de Castilla-León, 1998.

HUMBOLDT, Alexander von y BONPLAND, Aimé. Voyage aux regións équinoxiales du Nouveau Continent, fait en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 et 1804 par A. de Humboldt et A. Bonpland. Réd. par A. de Humboldt avec un atlas géographique et physique. Paris: Librairie greco-latine-allemande, 1816-1831, 13 t.

JONES, Calvin P.“he Spanish-American works of Alexander von Humboldt as viewed by leading British Periodicals, 1800-1830. The Americas, núm. 29, 1972-73, p. 442-48.

KOHLHEPP, Gerd. Alexander von Humboldt en los trópicos del Nuevo Mundo. Reflexiones sobre el bicentenario del inicio de su ‘Viaje a las Regiones equinocciales’ en 1799. Diálogo Científico, vol. 8, núm. 2, 1999, p. 9-24.

LABASTIDA, Jaime Una jornada de trabajo de Alexander von Humboldt: su método científico. Cuadernos Americanos, Nueva época, año XIII, vol. 4, núm. 76, 1999, p. 44-52.

MINGUET, Charles (ed.). Alejandro de Humboldt. Cartas Americanas, Venezuela: Ayacucho, 1980.

OSTEN, Manfred. Observaciones sobre la actualidad de Alexander von Humboldt. Inter Nationes, núm. 126, 1999, p. 6-10.

PIMENTEL, Juan. Cuadros y escrituras de la naturaleza, Asclepio, LVI-2, 2004, p.7-23.

PUIG-SAMPER, Miguel Ángel. Humboldt, un prusiano en la Corte del Rey Carlos IV. Revista de Indias, vol. LIX, núm. 216, 1999, p. 329-355.

PUIG-SAMPER, Miguel Ángel y REBOK, Sandra.  Un sabio en la meseta: el viaje de Alejandro de Humboldt a España en 1799. Revista de Occidente, núm. 254-255, julio-agosto de 2002, p. 95-125.

REBOK, Sandra. Two Exponents of the Enlightenment: Transatlantic Communication by Thomas Jefferson and Alexander von Humboldt. The Southern Quarterly, Imagining the Atlantic World, vol. 43, núm. 4, 2006, p. 126-152.

RUPKE, Nicolaas. A Geography of Enlightenment: The Critical Reception of Alexander von Humboldt’s México Work. In LIVINGSTONE, David N. and WHITERS, Charles W. J.  (Eds.). Geography and Enlightenment. Chicago-London: The University of Chicago Press, 1999, p. 319-339.

VELUT, Sébastien. Alejandro de Humboldt en las Américas. El arte del explorador. [En línea]. <http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v05/velut.html>.

ZEA, Leopoldo. Humboldt en la modernidad. Cuadernos Americanos, Nueva época, año XIII, vol. 4, núm. 76, 1999, p. 11-15.

 

© Copyright Miguel Ángel Puig-Samper Mulero, 2010. 
© Copyright Scripta Nova, 2010.

 

Edición electrónica del texto realizada por Jenniffer Thiers.

 

Ficha bibliográfica:

PUIG-SAMPER MULERO, Miguel Ángel. Los relatos de viaje, los diarios y las cartas de Alejandro de Humboldt en vísperas de la independencia. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 25 de noviembre de 2010, vol. XIV, nº 343 (20). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-343-20.htm>. [ISSN: 1138-9788].

Volver al índice de Scripta Nova número 343
Índice de Scripta Nova