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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XIV, núm. 343 (9), 25 de noviembre de 2010
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

UNA CARPETA SOBRE LA CIENCIA DE POLICÍA

Pedro Fraile
Dpto. de Geografía y Sociología – Universitat de Lleida
p.fraile@geosoc.udl.cat

Recibido: 27 de septiembre de 2010. Aceptado: 11 de noviembre de 2010.

Una carpeta sobre la ciencia de policía (Resumen)

En estas líneas se muestra, por medio de recuerdos personales, la generosidad científica de López Piñero, así como la variedad de temas por los que se interesó.

Palabras clave: López Piñero, historia de la ciencia, ciencia de policía.

A folder about policy science (Abstract)

In these pages we explain, based on personal memories, Lopez Piñero's scientific generosity, as well as the variety of topics he was interested in.

Key words: López Piñero, science’s history, city management.


Sin duda, glosar la obra de José María López Piñero no es tarea sencilla, porque trabajó mucho y muy bien, porque ha dejado un legado importante que, por su tamaño y complejidad, es difícil de abarcar. Pero también es cierto que muchos estuvieron con él y han seguido de cerca sus pasos, esas serán voces autorizadas para explicar lo que hizo, aunque siempre distará de la realidad.

Desde luego no me corresponde a mí tal tarea, pero, si se me da la palabra, me gustaría contar aquí algo que me hizo reflexionar en su momento y a lo que he dado vueltas en más de una ocasión. Una anécdota casi insustancial que queda ya muy lejos.

A principios de los noventa organizamos una reunión, que calificamos de Coloquio Interdepartamental[1], y que nos sirvió de disculpa para encontrarnos con algunos amigos, explicarnos lo que hacíamos en aquel momento y, también, para charlar con una cierta calma de cosas que, quizás porque nos apasionan o porque no están suficientemente maduras, son difíciles de transmitir en un artículo o en una publicación.

Aunque esos “efectos secundarios” de tales reuniones científicas no siempre son suficientemente valorados, desde mi punto de vista son de una importancia crucial. Seguramente, muchos de nosotros hemos empezado a entrever soluciones a cuestiones que nos apremiaban como consecuencia de un rato de plática con gente inteligente de mente despierta y, a menudo, con una formación diferente de la nuestra.

Watson, en La doble hélice, explica muy bien el salto adelante que supuso, en su investigación sobre la estructura del ADN, la incorporación de Francis Crick al equipo, lo que, en gran parte, se debió a que provenía de una disciplina diferente y, por tanto, contemplaba los mismos problemas desde otro punto de vista.

Esa es una de las razones por la que siempre he valorado esos encuentros, especialmente cuando se consigue un ambiente razonablemente distendido y un entorno creativo que estimulan una comunicación creativa y sin grandes problemas.

En la época de aquel Coloquio Interdepartamental, que tuvo lugar en Valencia bajo los auspicios de José María López Piñero, yo empezaba a interesarme por los Tratados de Policía (aunque a veces tuviesen otros nombres) en los que, durante más de un siglo, se recogieron ideas y criterios para intervenir sobre la ciudad. En ellos se hablaba de salud, de higiene, del emplazamiento de establecimientos y servicios, pero también de orden público, de disciplina urbana o del control de la población.

La relación de todo ello con la idea que, en los siglos XVII o XVIII, se tenía de los mecanismos que propiciaban el crecimiento económico era bastante clara y arrojaba luces sobre el proceso de construcción de la idea contemporánea de ciudad. Se trataba, en mi caso, de intuiciones que provenían de una investigación incipiente.

Tras una larga jornada de trabajo y exposiciones venían esos ratos, creo que especialmente ricos, en los que paseábamos un poco, camino de algún restaurante a la medida de nuestras posibilidades, más bien escasas. Fue entonces cuando trabé conversación con López Piñero, que se interesó por lo que había explicado y fue enriqueciendo los trazos someros que yo había pergeñado con datos sobre el pensamiento médico de la época, sobre la concepción de la salud pública, así como sobre la vinculación de todo ello con algunas de las cosas que yo había contado.

Hasta aquí estaba sucediendo lo que cabía esperar: si sabes escuchar a una persona de la formación de López Piñero puedes aprender muchas cosas y, sobre todo, ver puertas donde antes veías paredes, pagando, eso sí, el precio de convertir en interrogantes  mucho de lo que considerabas aseveraciones.

En medio de esta charla se detuvo, como si recordase algo de improviso, y me dijo que, en algún lugar, tenía una nutrida carpeta con materiales sobre Valeriola, y otros tratadistas de Policía, que él mismo había recogido para Ernest Lluch, al que debió de conocer en su época de catedrático en Valencia, quien, en su momento, se había interesado por tales asuntos y que, a su vez, había contribuido a engrosar el cartapacio del que López Piñero me hizo entrega al día siguiente.

Todo ello no pasa de ser una anécdota que no tiene mayor importancia, pues tampoco entre los papeles había un documento insospechado de una riqueza excepcional. Se trataba de un buen material y muchas fotocopias que me animaron a continuar por el camino que había emprendido y que ya sospechaba fructífero. Además sirvió para animar una conversación sobre lo que allí se había ido guardando, probablemente con un objetivo claro al principio que luego se fue desdibujando.

Pero, a pesar de su aparente trivialidad, he vuelto sobre aquellos ratos y sobre aquella carpeta en más de una ocasión, cuando le invade a uno la idea de que corren tiempos de mezquindad, zancadillas y embustes. Entonces es grato recordar que hay gente generosa, dispuesta a entregar lo que tiene si cree que alguien le puede sacar partido e incluso capaz de ayudar a que se aproveche al máximo aquello de lo que se desprende.

Aunque he seguido la obra de López Piñero le conocí muy poco, pero los gestos de generosidad siempre le reconcilian a uno con un entorno que a menudo se presenta hostil

 

Notas

[1] Lo que dio lugar a una actas, en formato de libro, del mayor interés: CAPEL, H.; LÓPEZ PIÑERO, J. M.; PARDO, J. (Coords.). Ciencia e ideología en la ciudad. Valencia: Conselleria d’Obres Públiques, Urbanisme i Transports, 1992, 2 vols.

 

© Copyright Pedro Fraile, 2010. 
© Copyright Scripta Nova, 2010.

 

Edición electrónica del texto realizada por Jenniffer Thiers.

 

Ficha bibliográfica:

FRAILE, Pedro. Una carpeta sobre la ciencia de policía. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 25 de noviembre de 2010, vol. XIV, nº 343 (9). <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-343-9.htm>. [ISSN: 1138-9788].

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