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Scripta Nova
REVISTA ELECTRÓNICA DE GEOGRAFÍA Y CIENCIAS SOCIALES
Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98
Vol. XV, núm. 384, 10 de diciembre de 2011
[Nueva serie de Geo Crítica. Cuadernos Críticos de Geografía Humana]

 

EVOLUCIÓN RECIENTE Y PAUTAS DE DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LAS MIGRACIONES INTERNAS DE EXTRANJEROS: EL CASO DE LA COMUNIDAD DE MADRID (1997-2008)

Enrique Pozo Rivera
Depto. de Geografía Humana – Universidad Complutense de Madrid
epozoriv@ghis.ucm.es

Juan Carlos García Palomares
Depto. de Geografía Humana – Universidad Complutense de Madrid
jcgarcia@ghis.ucm.es

Recibido: 30 de junio de 2010. Devuelto para revisión: 6 de junio de 2011. Aceptado: 14 de julio de 2011.

Evolución reciente y pautas de distribución espacial de las migraciones internas de extranjeros: el caso de la Comunidad de Madrid (1997-2008) (Resumen)

En este artículo se estudia la evolución y la distribución espacial de las migraciones internas de extranjeros en la Comunidad de Madrid en el período de 1997 a 2008 a partir de las Estadísticas de Variaciones Residenciales (E.V.R.). Estos movimientos migratorios han crecido de forma espectacular desde mediados de los años noventa, en sus dos tipos de flujos (intra e interprovinciales), como consecuencia tanto del aumento del stock de extranjeros como de la fuerte movilidad de los mismos, superior a la de los españoles; produciéndose solo desde 2008 una disminución de la intensidad de su incremento por los efectos de la actual crisis económica. Así mismo, la distribución espacial de los flujos muestra diferencias apreciables tanto en los desplazamientos intraprovinciales, donde se observa el peso dominante del Área Metropolitana de Madrid y dentro de ella de la capital como principal origen y destino de los mismos, como en los interprovinciales, donde la capital aumenta su importancia en un contexto marcado por los saldos negativos de la Comunidad de Madrid con la mayoría de las provincias españolas.

Palabras clave: migración interna de extranjeros, distribución espacial, tipos de flujos de extranjeros, Comunidad de Madrid.

The evolution and spatial distribution of the internal migrations of foreigners: the case of Madrid Autonomous Region (1997-2008) (Abstract)

This article studies the evolution and spatial distribution of the internal migrations of foreigners in the Madrid Autonomous Region using the Residential Variation Statistics (E.V.R.). These migratory movements have increased spectacularly since the mid-1990s in their two types of flow (intra and interprovincial) as a consequence of both the increase in the number of foreigners and their greater mobility, which is far superior to that of Spaniards. It is only since 2008 that a reduction in the intensity of the increase has occurred due to the effects of the current economic crisis. Likewise, the spatial distribution of flows displays appreciable differences both intraprovincially (where the predominant influence of the Metropolitan Area of Madrid, and within it the capital, as the principal origin and destination may be observed), and interprovincially (where the capital increases its importance in a context marked by the negative balances of the Madrid Autonomous Region with respect to the majority of Spanish provinces).

Key words: internal migration of foreigners, spatial distribution, foreigner flow types, Madrid Autonomous Region.


Introducción

La espectacular entrada de extranjeros se ha convertido en el principal motor de los cambios demográficos de España desde la segunda mitad de los años noventa. Además de su reflejo en un incremento notable de los efectivos totales poblacionales del país, donde constituye el principal factor del crecimiento de la población, su incidencia se deja notar tanto en el aumento del número de nacimientos y la fecundidad como en cambios en las distintas estructuras demográficas de los extranjeros (características demográficas, sociales y económicas); subrayándose en todos los casos el impacto desigual sobre el territorio a partir de una distribución espacial de los mismos muy contrastada en el interior del país[1]

Junto a estas implicaciones, que han sido profusamente estudiadas a nivel nacional, regional y local desde múltiples disciplinas científicas, hay que contar con los cambios acaecidos en las pautas migratorias de la población del país. En este sentido, las cerca de 5 millones de altas padronales de extranjeros desde el exterior del país entre 1997 y 2008 (4.875.967 altas) abren una etapa en la que, a diferencia de los años ochenta y noventa, los flujos externos (los desplazamientos desde o hacia el extranjero) superan a los internos. Entendiendo como desplazamientos internos aquellos realizados dentro de España, ya sean cambios de municipio dentro de una misma provincia (intraprovinciales) o a una provincia distinta de la de residencia (interprovinciales). Así mismo, la fuerte presencia de extranjeros y su mayor movilidad que la de los españoles, se traduce en dos cambios en las migraciones internas: un aumento importante en su volumen total y una mayor heterogeneidad de los flujos[2].

En este artículo se analiza la evolución de la migración interna de extranjeros y las pautas espaciales observables en la misma en la Comunidad de Madrid. Se trata de un tema de gran relevancia en las migraciones residenciales de la última década que ha sido hasta ahora poco estudiado. Sin embargo no ha sido así a nivel internacional y en menor medida en España.

En países europeos de nuestro entorno y especialmente en otros como Canadá y EEUU, que han tenido una importante tradición migratoria, se ha generado una amplia literatura científica sobre el fenómeno de las migraciones internas de la población extranjera en temáticas diversas.

Muchos de estos trabajos han encontrado diferencias en las pautas espaciales de la movilidad de los extranjeros con la población autóctona y una movilidad interna mucho mayor que la de la población nativa[3], justificando esta mayor intensidad por sus peculiares características demográficas, sociales y económicas. Además, se han visto diferencias entre las cohortes de los recién llegados, que tienen una movilidad más alta, y la de aquellos que ya llevan un tiempo en el país[4].

También aparecen diferencias en la configuración de los flujos con respecto a los nativos. Así, tiende a aparecer una mayor concentración entre los extranjeros en determinados destinos, normalmente las principales áreas metropolitanas o espacios de actividad económica (en el caso de Canadá existe una mayor capacidad para atraer y retener extranjeros por parte de provincias como Ontario)[5]. Además se detectan diferencias importantes en la configuración de los flujos según grupos o nacionalidades. En EEUU, se ha encontrado flujos diferentes según niveles educativos o nivel de inglés, además de comportamientos culturales e históricos que refuerzan determinados flujos. Estas diferencias se reflejan en las migraciones internas y los patrones de asentamientos final de nacionalidades como los puertorriqueños, cubanos o mexicanos. A pesar de todo, el posible impacto en la redistribución de la población extranjera no suele producir cambios en las concentraciones de estos colectivos. Al contrario, las migraciones internas tienden a mantener o potenciar las pautas de distribución ya existentes[6].

En los últimos años, las investigaciones se centran en los factores explicativos de las migraciones internas de extranjeros, así como en los impactos de esta movilidad. Entre los factores explicativos, uno de los elementos que se ha encontrado fundamental es el papel de las redes sociales. En unas condiciones de gran incertidumbre y baja información como las que tiene la población extranjera a su llegada a los países de destino, las redes reducen los costes de la migración y se hacen fundamentales. Algunos autores[7] señalan como en las migraciones internas de extranjeros se intentan maximizar el papel de dos elementos: las redes y el apoyo social y el acceso a un mercado de trabajo amplio. En este sentido  la concentración de extranjeros de una misma nacionalidad juega un papel importante en la movilidad al constituir un factor de atracción y a la vez disminuir la emigración[8]. Pero además, otros factores fundamentales como la propia caracterización socioeconómica de la población extranjera, su origen, el estado de “admisión”, el destino de llegada, los motivos de la migración, la lengua, etc. explican en determinados casos diferencias en las migraciones internas de los extranjeros. Además, se ha estudiado el papel de otros factores como las políticas de gobierno, las oportunidades de empleo, vivienda, la información sobre lugares alternativos, etc.[9]

No obstante, estos mismos estudios han visto como a pesar de las diferencias entre los flujos de extranjeros y de nativos, ambos grupos responden a motivos similares (fundamentalmente económicos) en sus migraciones, y responden de un modo racional en el proceso de decisión. De la misma forma, factores personales (como la edad, el sexo o el tipo de familia), influían de la misma forma en los extranjeros que en los nativos[10].

Entre los impactos de las migraciones internas se ha estudiado el papel de los flujos internos de extranjeros en los mercados laborales, las condiciones salariales o el capital social[11], y como estos cambios pueden afectar a los flujos de la población nativa[12].

A diferencia de otros países de mayor tradición inmigratoria en España los trabajos sobre la movilidad interna de los extranjeros son menos numerosos tanto por su carácter reciente como por su menor importancia en relación con el espectacular flujo de entrada al país, que es el que ha acaparado la mayor parte de la atención de los investigadores. No obstante, a lo largo de la primera década del presente siglo han aparecido una serie de trabajos de gran interés que han contribuido a abrir y consolidar esta temática de investigación en España.

En unos casos se trata de obras de carácter general, dedicadas al análisis de las migraciones internas en el país, en las que se incluye un apartado dedicado a constatar el fuerte incremento de los cambios residenciales de los extranjeros[13].

En otros casos son estudios dedicados a las migraciones internas de extranjeros. En ellos se pone de manifiesto, además del gran aumento de los flujos, la mayor movilidad de los extranjeros en comparación con los españoles y su relación con variables como la duración de la residencia en España y la distancia; las características demográficas de los migrantes y sus diferencias según la nacionalidad; así como los patrones espaciales de la migración a nivel autonómico y provincial del total de extranjeros y sus nacionalidades, y sus diferencias con las pautas espaciales de migración interna de los españoles[14], haciendo hincapié, además, en algún trabajo[15] en la movilidad relacionada con el mercado de trabajo. Así mismo en otras aportaciones se profundiza en los factores que explican la movilidad, destacando el papel de las redes migratorias y la distancia[16], y en la relación existente entre la intensidad de la inmigración desde el exterior del país y los flujos internos de extranjeros[17].

Los trabajos a escala autonómica o provincial son también escasos, destacando sobre todo los realizados en el ámbito de la región metropolitana de Barcelona. En estos, además de los que tienen un carácter más general al abordar el conjunto de la inmigración extranjera y sus consecuencias en la expansión metropolitana, la dinámica natural y la estructura de la población[18], hay otros focalizados en las migraciones internas de extranjeros, en las que se constata su importancia en la movilidad residencial metropolitana y la aparición de una difusión territorial de los extranjeros hacia los municipios cercanos a la capital catalana, divergente con las pautas de movilidad de la población española[19].

En el caso de la Comunidad de Madrid el retraso en abordar el estudio de este flujo migratorio es más evidente ya que solo contamos con trabajos en los que se señala su papel creciente, pero siempre en estudios más amplios dedicados al análisis del conjunto de los flujos migratorios[20] o a subrayar el papel clave del factor migratorio en la etapa de fuerte crecimiento que vive la región desde mediados de los años noventa[21].

En este artículo se analiza la evolución de la migración interna de extranjeros y las pautas espaciales en la Comunidad de Madrid. Para ello se ha utilizado como fuente los datos procedentes de las Estadísticas de Variaciones Residenciales (EVR), aportados por el Instituto de Estadística  de la Comunidad de Madrid y el INE. Las EVR se elaboran a partir de la explotación de la información relativa a las altas y bajas de los padrones municipales de habitantes motivadas por los cambios de residencia de la población empadronada realizados a lo largo de cada año. En ellas, además de las variables sexo y edad, se incluye el origen y el destino del desplazamiento y la nacionalidad, por lo que es posible identificar la movilidad de los extranjeros y distinguir en ese flujo entre los movimientos exteriores (entradas y salidas desde o hacia el extranjero) y los interiores (internos), diferenciando en estos, tanto en el flujo inmigratorio como en el emigratorio, entre los efectuados entre las distintas provincias (flujo interprovincial) y los llevados a cabo en el interior de una misma provincia (flujo intraprovincial).

Los datos de las EVR utilizados se corresponden con el período 1997-2008. Con ello se gana en homogeneidad y calidad de los datos ya que se obvia el año 1996 en el que se produce una clara subestimación de los cambios de residencia al coincidir con la renovación padronal (la última antes de la aparición del Padrón Continuo), y se recogen datos solo posteriores a la modificación de la legislación del Padrón de 1996, que obligó a empadronar a los extranjeros al margen de su situación legal.  El análisis evolutivo de las migraciones internas de extranjeros en sus distintos tipos se ha realizado a partir de las cifras anuales, utilizándose los totales quinquenales (la suma de los datos de los años 2001-2002-2003-2004-2005) para el estudio de las pautas espaciales en los flujos interprovinciales e  intraprovinciales (no disponemos de datos de cambios de residencia de extranjeros a nivel municipal de 2006, 2007 y 2008) para evitar las distorsiones que pudieran  producirse por el empleo de un solo año sobre todo en ámbitos espaciales reducidos. Así mismo, se han utilizado los valores totales de ese quinquenio para la construcción de la matriz de flujos origen-destino empleada para el estudio de las interrelaciones entre los distintos ámbitos internos de la Comunidad de Madrid. 

El empleo como fuente de las EVR no está libre de limitaciones ya que se cuantifican desplazamientos y no personas, no hay coincidencia a veces entre el momento del desplazamiento y la tramitación del alta o la baja padronal y pueden producirse duplicidades derivadas de los distintos documentos con los que puede empadronarse un extranjero; pero el carácter anual de la fuente, el mayor “universo” de extranjeros cubierto, a diferencia de los recogidos en las Altas Laborales de la Seguridad Social -los que están en edad laboral-[22] y, sobre todo, la obligación de empadronar a los extranjeros presentes en un municipio al margen de su situación legal[23] y la necesidad de éstos de hacerlo para acceder a determinados servicios, convierte a las EVR en la fuente más apropiada para el estudio de la movilidad geográfica de los extranjeros.

 

Figura 1. Coronas metropolitanas en Madrid.
Fuente: Elaboración propia.

 

El ámbito espacial del trabajo es la Comunidad de Madrid, que constituye, a pesar de su reducida extensión, un ámbito heterogéneo en el que las migraciones de extranjeros en todos sus tipos tienen una importancia muy diferente. Por ello, se desciende en el análisis espacial hasta el nivel municipal y se utiliza, además, una delimitación territorial en la que se distinguen hasta nueve grandes zonas (Figuras 1 y 2). Cinco de ellas se corresponden con el ámbito tradicional metropolitano delimitado desde los años sesenta del pasado siglo (el municipio de Madrid y los sectores norte, sur, este y oeste metropolitanos); mientras que las cuatro restantes se extienden por el espacio no metropolitano constituyendo coronas periurbanas construidas según el criterio de contigüidad con la corona metropolitana en consonancia con la idea de la disminución gradual del proceso de  difusión urbana-metropolitana sobre el territorio metropolitano al aumentar la distancia al mismo. Además dentro del espacio tradicional metropolitano se han diferenciado dos coronas en función de las distancia por carretera (15 Kilómetros) de los núcleos urbanos al municipio de Madrid.

 

Figura 2. Sectores metropolitanos.
Fuente: Elaboración propia.

 

Las migraciones interiores de extranjeros y el aumento de la movilidad general

Desde mediados de los años noventa del pasado siglo las migraciones internas de extranjeros han crecido de forma espectacular en la Comunidad de Madrid. El número de desplazamientos internos de extranjeros se ha multiplicado por 18,1, al pasar de los escasos 6.660 migrantes de 1997 a los 120.539 del año 2008 (Cuadro 1).

Este crecimiento del flujo migratorio de extranjeros ha estado en consonancia con lo acontecido en el conjunto del país (Cuadro 1), siendo la intensidad del incremento algo menor en el conjunto de España,  ya que los desplazamientos se multiplicaron por 17,3. Esta desigualdad en los ritmos de crecimiento se ha traducido en un aumento del peso de la Comunidad de Madrid en el número total de migrantes extranjeros del país (del 22,1% y el 24,5% del total nacional en 1997 y 2008).

A la vez, el crecimiento de las migraciones internas de los extranjeros se ha traducido además en un incremento de la movilidad general interna en Madrid y el conjunto del país. Los 346.111 desplazamientos internos en la Comunidad de Madrid y los l.643.210 del conjunto del país multiplican por 2,3 y 2,05 los producidos en 1997.

 

Cuadro 1
Evolución de los cambios de residencia internos en la Comunidad de Madrid y España

Años

Extranjeros

Españoles

Extranjeros

Españoles

Total

Total

Madrid

Madrid

España

España

Madrid

España

1997

6.660

143.513

28.412

766.269

150.173

794.681

1998

9.087

171.760

39.529

893.694

180.847

933.223

1999

11.185

179.957

50.891

955.247

191.142

1.006.138

2000

20.697

173.717

79.626

952.458

194.414

1.032.084

2001

31.269

166.664

104.801

889.814

197.933

994.615

2002

66.397

207.096

238.866

1.085.061

273.493

1.323.927

2003

79.523

221.160

293.590

1.174.313

300.683

1.467.903

2004

90.852

221.459

357.738

1.169.708

312.311

1.527.446

2005

96.971

216.865

401.877

1.168.484

313.836

1.570.361

2006

111.762

244.844

462.978

1.269.331

356.606

1.732.309

2007

133.277

249.189

535.193

1.260.160

382.466

1.795.353

2008

120.539

225.572

493.784

1.149.426

346.111

1.643.210

Fuente. Elaboración propia a partir de E.V.R. INE.

 

Evidentemente el incremento relativo es más alto en el colectivo de extranjeros pero eso no significa que el incremento general de la movilidad interna se deba solo a ellos. También se ha incrementado la migración interna de españoles. Con incremento continuado desde los años noventa, en Madrid y en el conjunto del país, tras la ralentización de los flujos entre mediados de los años setenta y noventa[24].  

En el incremento de las migraciones de españoles influyen factores diversos:

  1. Hay razones demográficas, como la llegada a las edades de mayor movilidad de generaciones más numerosas nacidas en la etapa del “desarrollismo español” o la llegada a la edad de jubilación de buena parte de antiguos emigrantes a los focos tradicionales de crecimiento económico del país[25]. Así mismo, el fuerte sobre-envejecimiento multiplica el número de personas de edades muy avanzadas que engrosan las filas de flujos migratorios con un claro carácter asistencial.
  2. Además están los motivos económico, ya sean asociados al mercado de la vivienda o al laboral. En el primer caso, es palpable la aparición de una migración obligada ante la dificultad de acceso a la vivienda en las principales ciudades, por el crecimiento espectacular de los precios, pero también de otra movilidad relacionada con el deseo de mejora de vivienda y del entorno residencial, en una etapa de crecimiento económico y facilidad de créditos hipotecarios a bajos tipos de interés. En cuanto a las razones laborales, porque en un contexto de crecimiento económico la presencia de ritmos dispares según los territorios, y los cambios en la estructura productiva en la que son palpables la presencia de sectores y ramas emergentes frente a otras en declive, provocan desigualdades en las posibilidades de empleo entre diferentes espacios, que se traducen en una mayor movilidad de la población.
  3. El deseo de mayor tranquilidad y calidad de vida, o el de un estilo de vida alternativo, aumenta el número de migrantes relacionados con flujos de amenidad, retornos o corrientes neorrurales.

En el caso de Madrid el crecimiento de la migración interna de españoles desde 1997 es más intenso que en el resto del país (127,9% frente al 50%) por varias razones: el fuerte proceso de redistribución interna de la población relacionada con la expansión metropolitana[26]; el fuerte peso de los retornos y las migraciones de amenidad hacia otras áreas del país; y el aumento de las llegadas desde otras provincias por el atractivo de un mercado laboral en expansión en un contexto de gran crecimiento económico -entre 2000 y 2009 el crecimiento medio del PIB de la Comunidad de Madrid fue de un 2,5%, un valor superior al español (2,3%) y al de la mayoría de las comunidades, entre las que se encuentran Cataluña (2,0%), Valencia (2,2%) o País Vasco (2,3%)[27]-.

La realidad muestra como el crecimiento en Madrid y el conjunto de España ha ido en paralelo al fuerte incremento de las entradas de extranjeros desde sus países de origen. La inmigración exterior de extranjeros ha conocido una periodización similar a la interna, aunque eso sí, con valores siempre más altos. Así el período de aceleración de las migraciones internas desde el año 2000 coincide con el de mayor aumento de las entradas desde el extranjero, alcanzándose los valores máximos en el año 2007 (Cuadro 2). También  han  crecido otros tipos de flujos externos. Es el caso de la inmigración y la emigración de españoles al extranjero (aunque con valores reducidos); y sobre todo el de la emigración de extranjeros fuera de España, que recoge en 2008 valores significativamente altos en Madrid y en el conjunto del país. Este último flujo se ha incrementado notablemente desde 2006, primero por el aumento de las bajas ligado al incumplimiento de la norma de renovar el empadronamiento de los extranjeros cada dos años y recientemente por la actual mala situación económica del país.

 

Cuadro 2.
Altas y Bajas padronales exteriores por nacionalidad y tipo de flujo en la Comunidad de Madrid

Años

Altas Exterior
extranjeros

Altas Exterior
españoles

Bajas Exterior
extranjeros*

Bajas Exterior
españoles*

1997

6.856

3.226

   

1998

10.471

3.615

   

1999

20.450

4.598

   

2000

125.953

5.606

   

2001

127.327

3.791

   

2002

129.693

6.889

6.033

1.517

2003

116.921

7.046

4.318

2.671

2004

111.196

6.676

5.233

2.865

2005

114.250

6.426

4.626

4.261

2006

155.249

7.069

20.938

5.300

2007

172.276

7.332

47.661

6.782

2008

128.073

7.084

52.770

8.195

* El INE no aporta datos de bajas al extranjero por nacionalidad antes de 2002.
Fuente. EVR. Instituto Nacional de Estadística.

 

La gran inmigración del exterior es uno de los factores responsables del crecimiento de las migraciones internas de extranjeros. Lógicamente el mayor número de éstos aumenta la posibilidad de un mayor número de migrantes internos. Pero esta presencia de extranjeros no es el único factor. La juventud de este colectivo y la escasez de responsabilidades familiares facilitan la movilidad geográfica en relación con las diferencias regionales en las ofertas de empleo. Además, la propia temporalidad de la mayor parte del empleo ocupado por los extranjeros juega también a favor de esa movilidad. Finalmente, el deseo de mejora residencial asociado o no al reagrupamiento familiar o al proceso de formación de una nueva familia, favorece estrategias de cambio de vivienda, que en muchos casos implican un desplazamiento municipal[28].

La elaboración de las tasas de migración interna de los extranjeros y los españoles, que relacionan el número de desplazamientos con el total de residentes en cada caso y en cada año,  permite ir más allá de lo avanzado por los valores absolutos (Cuadro 3).

En primer lugar se reafirma el fuerte crecimiento de la movilidad de los extranjeros, con un  incremento notable y continuo de la tasa, hasta tocar techo en 2007. Los valores son especialmente intensos desde el año 2002 y solo la reciente crisis económica provoca una inflexión en la evolución creciente de la tasa en 2008.

En segundo lugar las tasas matizan el aumento de la movilidad interna de los españoles, que se produce pero de forma mucho más suave que en los extranjeros tanto en su etapa de incremento (más reducida: desde 2001 a 2007), como en su reciente caída (2008).

En tercer lugar la elevada tasa de migración interna de la población extranjera en comparación con  la española refleja una mayor movilidad por motivos laborales y residenciales y constata la superación del papel de las redes familiares y de amistad que condicionan la elección del lugar de residencia al llegar al país. En la Comunidad de Madrid la tasa de migración interna de extranjeros casi triplica a la de los españoles (127,4 y 42,8‰ en 2008) con un crecimiento continuo de las diferencias entre ambas tasas hasta 2007.

Por último, la comparación de las tasas de migración interna y externa de los extranjeros dibuja un panorama de menor movilidad interna que externa, una evolución diferente de las tasas al contrastar el continuo crecimiento de la primera hasta la caída de 2008, con la discontinuidad de la segunda, en la que la evolución descubre picos de tasas muy altas (2000-01 y 2006-07) seguidos de años de descenso, y una mayor caída en 2008 de la tasa de migración externa, que sería aún mayor si no se cuenta la emigración al extranjero, reflejando la mayor incidencia de la crisis en la movilidad externa que en la interna.

 

Cuadro 3.
Evolución de la Tasa de Migración (por mil) según nacionalidad y tipo de flujo.

Años

Extranjeros
internas

Españoles
internas

Extranjeros
externas

Españoles
externas

1998

52,11

34,51

74,19

0,72

1999

53,52

36,23

97,86

0,93

2000

63,88

34,58

384,74

1,13

2001

77,01

33,04

313,59

0,75

2002

121,56

40,58

260,75

1,65

2003

122,58

43,05

186,88

1,79

2004

123,01

43,26

157,64

1,85

2005

123,71

43,78

151,64

2,05

2006

129,12

47,27

203,55

2,39

2007

137,22

47,87

226,44

2,71

2008

116,51

42,61

174,79

2,89

Fuente: Elaboración propia a partir de E.V.R. y Padrón Continuo. INE.

 

Las tasas de migración interna de extranjeros distan de ser homogéneas. No lo son, por un lado, según la nacionalidad (Cuadro 4), apareciendo los valores más altos (datos de 2008) en el colectivo procedente del norte de África, del África Negra y de Asia, quizás por el menor carácter familiar de la migración que disminuye las ataduras espaciales favoreciendo la movilidad, y las más bajas en Europa Occidental y Oriental, América del Norte y Oceanía. Este panorama no es acorde con el peso que tiene cada conjunto de grandes nacionalidades en los diferentes tipos de flujos. En todos ellos se observa el peso dominante de la América del Sur Tropical, seguida a gran distancia de la Europa Oriental, el norte de África y Asia, en una escala que sí es la misma que aparece en la distribución del total de extranjeros por grandes grupos de nacionalidades. Según países, siete nacionalidades concentran el 54% de los desplazamientos internos en el año 2008, con un papel destacado de los rumanos (el 13,2%), marroquíes (10,69%), ecuatorianos (10,51%) y colombianos (10,47%), y en un escalón inferior de los peruanos (6,42%), los bolivianos (6,32%) y los chinos (6,22%).

 

Cuadro 4.
Tasa de migración interna (por mil) y cambios de residencia por tipo de flujo y grandes nacionalidades (2008)

Grandes grupos
de nacionalidades

TMI (‰)

Inmigr.
interprov.

Inmigr.
interprov. (%)

Emigr. i
nterprov.

Emigr.
interprov. (%)

Saldo
Interprov.

Migrantes
i
ntraprov.

Migrantes
i
ntraprov. (%)

Europa Occidental

67,38

1601

5,14

1613

4,49

-12

2307

4,22

Europa Oriental

83,72

4489

14,41

6111

17,05

-1622

12593

23,08

Norte de África

175,25

3441

11,05

4054

11,31

-613

5991

10,98

África Negra

196,17

1848

5,93

2466

6,88

-618

2352

4,31

Asia

172,76

3197

10,26

3046

8,51

151

3792

6,95

América Norte

68,55

99

0,32

260

0,72

-161

152

0,28

América Central

111,84

362

1,16

455

1,27

-93

935

1,71

Caribe

134,61

1371

4,41

1637

4,57

-266

2343

4,28

Cono Sur América

120,11

935

3,01

1245

3,47

-310

1622

2,96

América del Sur Tropical

135,29

13794

44,29

14941

41,69

-1147

22443

41,14

Oceanía

88,62

7

0,02

12

0,03

-5

16

0,03

Total

116,51

31144

100

35840

100

-4696

54546

100

Fuente. Elaboración propia a partir de E.V.R. INE (2008).

 

Por otro lado, las tasas tampoco son homogéneas por edad. La mayor movilidad se produce en todas las edades tanto en la inmigración como en la emigración interna. En ambos flujos las tasas más altas se producen en el grupo de edad 25 a 34 años, pero en los extranjeros el siguiente grupo por su tasa es el de 16 a 24 años mientras que en los españoles es el de 35 a 44 años. Además esta mayor precocidad en el calendario migratorio de los extranjeros se observa porque no se aprecia la caída de las tasas en el grupo 16 a 24 años con respecto al grupo de menos de 16 años, como sí sucede en los españoles. En consecuencia la curva de movilidad es distinta en españoles y extranjeros. En los españoles se aprecia un pico destacado entre los 25 y 34 años, un segundo pico en el grupo de menos de 16 años, que se corresponde con los hijos de los migrantes adultos jóvenes, y un ligero aumento a partir de los 65 años relacionado con los desplazamientos vinculados a la jubilación y los de carácter asistencial. En los extranjeros la curva se inicia en valores muy altos, el pico de 25 a 34 años, sobresale poco con respecto al grupo de edad anterior y posterior, y el perfil descendente de la curva a partir de ese grupo de edad es más tendido ya que se  prolongan las edades con alta movilidad en los grupos de adultos viejos y viejos en los extranjeros, mientras la caída es muy fuerte en estos grupos en los españoles (Figura 3).

 

Figura 3. Tasa de migración interna por nacionalidad, grandes grupos de edad y tipos de flujo en la Comunidad de Madrid, 2008.
Fuente. EVR. Instituto Nacional de Estadística.

 

En  consecuencia el papel de los extranjeros en la migración interna es cada vez mayor, pasando de representar el 4,3% de los desplazamientos internos en 1997 al 34,8% de 2008, un porcentaje que siempre ha sido superior al que representan en el conjunto del país (3,6% y 30% respectivamente) (Cuadro 5). Esta mayor movilidad interna de los extranjeros en el ámbito madrileño se reafirma al analizar las tasas de migración interna, que son desde principios de siglo siempre superiores en la Comunidad de Madrid que en el conjunto de España (en 2001, 2005 y 2008 las tasas fueron respectivamente del 77‰, 123‰ y 116,5‰ en Madrid y 62,6‰, 106,5‰ y 90,5‰ en el conjunto de España); situándose la Comunidad de Madrid en 2008 en un escalón intermedio de la escala autonómica tras los valores de Navarra (177,7‰), Murcia (133,3‰), Cataluña (132,1‰) y Aragón (124,3‰).

 

Cuadro 5.
Migrantes extranjeros internos y totales (%) sobre migrantes internos y totales

Años

C. De Madrid
internos

España
internos

C.de Madrid
Total migrantes

España
Total migrantes

1997

4,34

3,57

8,43

7,82

1998

5,02

4,23

10,03

9,53

1999

5,86

5,06

16,42

13,23

2000

10,85

7,71

49,97

29,43

2001

15,79

10,54

48,79

35,39

2002

24,28

18,04

47,99

37,82

2003

26,45

20,01

46,67

37,33

2004

29,09

23,42

46,93

46,12

2005

30,91

25,59

48,89

48,07

2006

31,34

26,73

52,89

51,05

2007

34,32

29,81

56,96

55,51

2008

34,83

30,05

55,58

53,79

Fuente. EVR. Instituto Nacional de Estadística.

 

El crecimiento de las migraciones internas y externas de extranjeros, además de contribuir al incremento de la movilidad general de la población, ha posibilitado la aparición de un nuevo modelo migratorio. El modelo actual de la Comunidad de Madrid es diferente al de mediados de los años noventa, apareciendo tres cambios de interés:

  1. La homogeneidad por nacionalidad del pasado se pierde ante la afluencia de extranjeros. Si en 1997 los extranjeros solo representaban el 8,4% del total de migrantes ese valor llegó al 55,6% en 2008. En el conjunto del país el cambio es similar aunque con valores algo más bajos (7,8% y 53,8% en los dos años). El predominio de los extranjeros en los cambios residenciales se explica tanto por su mayor movilidad interna en comparación con los españoles como sobre todo por el espectacular crecimiento de la migración desde o hacia el exterior del país; de hecho en 2008 los desplazamientos exteriores representaron el 36,1% del total anual de los cambios residenciales, correspondiendo a los extranjeros el 92,2% de los mismos.
  2. Si distinguimos entre los tres principales flujos migratorios (intraprovinciales, interprovinciales y exteriores) hay un predominio de las migraciones exteriores que engloban en la Comunidad de Madrid al 36,17% de los desplazamientos en 2008, cuando a mediados de los años noventa apenas si representaban el 4,4% del total (1997), situándose por detrás de los otros dos tipos de flujos (Cuadro 6).
  3. Como consecuencia de la gran entrada de extranjeros, las migraciones intraprovinciales han dejado de ser el flujo mayoritario tanto en España como en la Comunidad de Madrid desde el año 2000. A escala estatal constituyen el segundo flujo en importancia, seguidas por las interprovinciales, al igual que sucedía en los años noventa, pero eso sí, con una tendencia a disminuir la distancia entre los dos flujos desde principios de siglo. En la Comunidad de Madrid la tendencia es más evidente y en cambio las migraciones interprovinciales ya superan a las intraprovinciales desde el año 2000, lo que expresa el mayor crecimiento comparativo de este flujo. Evidentemente parte de este cambio se vincula al aumento de las altas y las bajas de españoles, pero otra gran parte se debe al papel de foco redistribuidor de extranjeros a nivel nacional y que se traduce en el fuerte crecimiento de las migraciones interprovinciales de extranjeros.  

 

Cuadro 6.
Migrantes en valores absolutos y relativos según tipo de migración en la Comunidad de Madrid

Años

Totales

Porcentajes

Internos

Externos

Total

Internos

Externos

Intraprovincial

Interprovincial

Intraprovincial

Interprovincial

1997

77138

73035

6863

157036

49,12

46,51

4,37

1998

93827

87020

10471

191318

49,04

45,48

5,47

1999

94932

52020

25048

172000

55,19

30,24

14,56

2000

96411

98003

131559

325973

29,58

30,06

40,36

2001

97023

100910

131118

329051

29,49

30,67

39,85

2002

131863

141630

144.132

417625

31,57

33,91

34,51

2003

141469

159214

130956

431639

32,77

36,89

30,34

2004

145934

166377

125970

438281

33,30

37,96

28,74

2005

146490

167346

129563

443399

33,04

37,74

29,22

2006

165835

190771

188556

545162

30,42

34,99

34,59

2007

168102

214364

234051

616517

27,27

34,77

37,96

2008

152198

193913

196122

542233

28,07

35,76

36,17

Fuente. EVR. Instituto Nacional de Estadística.

 

En definitiva la Comunidad de Madrid presenta un modelo migratorio en el que tras el predominio claro de los flujos exteriores en 2007 ha aparecido en 2008 un cierto equilibrio entre los tres grandes tipos de flujos señalados, pero con una pequeña ventaja de las migraciones exteriores sobre las interprovinciales que es algo mayor sobre las intraprovinciales. Este modelo migratorio es similar al español con la salvedad de que en la Comunidad de Madrid las migraciones intra e interprovinciales tienen, sobre todo en los flujos de extranjeros, un mayor peso que en el conjunto del país. Por el contrario el peso de la migración exterior es ligeramente superior en España.

 

Cuadro 7.
Migrantes según tipo de flujo migratorio en la Comunidad de Madrid, 2008

Ámbitos

Interna

Exterior

Interprovincial

Intraprovincial

Madrid

32,73

39,11

39,11

Corona Metropolitana

23,87

24,04

24,04

Sector Norte

19,24

25,27

25,27

Sector Sur

26,49

21,53

21,53

Sector Este

24,95

28,76

28,76

Sector Oeste

18,49

22,45

22,45

Municipios no metropolitanos

21,02

18,74

18,74

Total Comunidad Madrid

35,76

36,17

36,17

Fuente. EVR. Instituto Nacional de Estadística.

 

En la Comunidad de Madrid conviven diferentes modelos migratorios según ámbitos (Cuadro 7). El del municipio de Madrid es el mismo que el del conjunto de la región, pero con una mayor importancia de la migración exterior, poniendo de manifiesto la importancia de Madrid como punto de entrada al país de los extranjeros; pero la situación es diferente en la corona metropolitana y en el conjunto de municipios no metropolitanos, donde predomina con claridad el flujo migratorio intraprovincial vinculado al proceso de redistribución interna de la población en la Comunidad de Madrid. Además estos dos últimos ámbitos se diferencian porque mientras que en la corona metropolitana la migración exterior se sitúa a continuación de la intraprovincial por jugar algunos de sus municipios un creciente papel como puerta de entrada al país de extranjeros; en el espacio no metropolitano se reduce mucho la migración externa y el flujo interprovincial se coloca tras el intraprovincial. 


La evolución de los tipos de migración interna de extranjeros

En el año 2008 se contabilizaron un total de 120.539 altas y bajas padronales internas de extranjeros en la Comunidad de Madrid. Se trata de una cantidad elevada de desplazamientos, a la que se llega tras una evolución en la que se dibuja un crecimiento continuo desde mediados de los años noventa, que se acelera desde principios de siglo para alcanzar en 2007 el número más alto de efectivos. A partir de 2007 se produce una caída vinculada a la crisis económica actual, que es en cualquier caso ligera (-9,35% entre 2007 y 2008).

Esta evolución general de la migración interna de extranjeros se repite en los tres flujos que la componen, aunque con diferentes intensidades. Desde 1997 hasta 2007 los flujos interprovinciales (+2.6%) crecieron con mayor intensidad que el intraprovincial (+1.4%), mientras que la caída en 2008 es menos intensa en este último flujo (-7,3%) que en los dos interprovinciales (-11,4%).

La migración intraprovincial sigue siendo en valores absolutos y por su peso relativo la migración interna predominante en la Comunidad de Madrid. Su crecimiento ha sido continuo hasta 2007 pero la intensidad del mismo no ha sido homogénea apareciendo períodos como el de los años 2001 a 2003 y el de 2005 a 2006 con aumentos más significativos tanto en valores absolutos como relativos. Con los años se observa una creciente importancia de los dos flujos interprovinciales. Así hasta el año 2000 los desplazamientos intraprovinciales eran superiores en valores absolutos y por su tasa de crecimiento a la suma de la inmigración y emigración interprovincial. A partir de ese año sucede lo contrario alcanzándose en 2007 y 2008 las mayores diferencias favorables a los flujos interprovinciales. Como consecuencia de este comportamiento dispar el peso relativo de la migración intraprovincial ha ido decreciendo alcanzando en 2007 su valor más bajo (el 44,3%). El año 2008 interrumpe esta dinámica al frenar la crisis en mayor medida los flujos interprovinciales, de ahí el aumento del peso relativo en ese año de los desplazamientos intraprovinciales (Cuadro 8).

Un análisis detallado del flujo intraprovincial permite observar como el descenso de su peso relativo no ha sido continuo al aparecer algunos años en los que se interrumpe este proceso. Ello sucede en los bienios 2002-2003 y 2005-2006 y en 2008. En los dos primeros casos el incremento en valores absolutos y relativos del flujo intraprovincial fue mayor que el sufrido por el interprovincial por lo que el peso relativo del primero aumentó. En 2008 también lo hizo pero porque la caída en los desplazamientos interprovinciales fue superior a la de los intraprovinciales. Mientras que en 2008 la explicación hay que buscarla en la mayor repercusión de la crisis en la movilidad de media y larga distancia, muy relacionada con los motivos laborales; en los otros dos momentos es posible que sean los efectos de las regularizaciones realizadas esos años al incentivar el empadronamiento en su actual lugar de residencia de muchos extranjeros que no lo estaban por estar empadronados en otros municipios de residencia anterior (sobre todo la ciudad de Madrid).

A la par que disminuía el peso de la migración intraprovincial aumentaba el de la interprovincial hasta alcanzar su valor máximo en 2007 con el 55,7%. La evolución de los flujos inmigratorios y emigratorios interprovinciales en valores absolutos dibuja también una etapa de crecimiento hasta 2007 seguida de la caída de 2008. La comparación entre estos dos flujos muestra como siempre el emigratorio ha superado al inmigratorio, subrayándose así el papel de la Comunidad de Madrid como foco redistribuidor de los extranjeros en España asociado al papel privilegiado del municipio de Madrid como puerta de entrada al país. Además la presencia cada vez más intensa de los extranjeros en la migración residencial con destino a la periferia metropolitana madrileña agudiza el número de salidas a otras provincias al incluirse de facto las comarcas limítrofes con Madrid de Toledo (La Sagra y la Mesa de Ocaña) y Guadalajara (márgenes del corredor del Henares en la Campiña del Henares) en la región urbana funcional madrileña[29].

Como sucedía con la migración intraprovincial la evolución hasta 2007 también muestra altibajos en la intensidad. Así en los dos flujos (inmigración y emigración) los años 2002 y 2007 dejan dos grandes picos que coinciden con los años en los que la entrada de inmigrantes extranjeros desde el extranjero alcanza sus valores más elevados. Por otra parte en la evolución tampoco falta algún año con un ligero descenso en los efectivos como sucedió en 2005 en el flujo emigratorio (Cuadro 8).

Fruto de un crecimiento mayor en valores relativos que el de las migraciones intraprovinciales es el aumento del peso relativo de estos dos flujos. En conjunto el incremento del peso de las interprovinciales se produce a la par del descenso de las intraprovinciales alcanzado su peso más elevado en 2007 con el 55,7% de los migrantes extranjeros. En el caso de la inmigración el peso más elevado se produce en 2008 coincidiendo con la crisis, poniendo así de manifiesto la atracción que tiene la Comunidad de Madrid para los extranjeros de otras partes de España en estos momentos de dificultad económica al pensar que en ella existen más posibilidades de encontrar un empleo o de mejorar el existente. En cambio en la emigración el año 2008 supone una caída de su peso relativo que se debe interpretar como una consecuencia de la actual crisis económica que habría incidido en una ralentización de las salidas hacia otras provincias. En cualquier caso, tanto en este año como en los anteriores, su peso es más alto que el del flujo inmigratorio, apareciendo las mayores diferencias entre ambos flujos en cuanto a su peso relativo en los primeros años del siglo coincidiendo con el momento en el que el peso del emigratorio alcanza los valores más elevados.

 

Cuadro 8.
Migrantes extranjeros internos (%) por tipo de flujo migratorio

Años

Inmigrantes
Interprov.

Emigrantes
Interprov.

Total
interprov.

Total
Intraprov.

Inmigrantes
Interprov.

Emigrantes
Interprov.

Total
Interprov.

Total
Intraprov.

1997

15,01

25,94

40,95

59,05

1000

1728

2728

3932

1998

16,44

24,81

41,25

58,75

1494

2255

3749

5338

1999

17,89

27,34

45,23

54,77

2001

3067

5068

6127

2000

18,56

31,39

49,95

50,05

3839

6498

10337

10360

2001

19,92

34,96

54,88

45,12

6229

10933

17162

14107

2002

21,17

30,88

52,05

47,95

14046

20508

34554

31843

2003

20,73

31,41

52,14

47,86

16490

24981

41471

38052

2004

20,67

32,39

53,06

46,94

18784

29438

48222

42630

2005

21,86

30,35

52,21

47,79

21198

29434

50632

46339

2006

22,85

27,93

50,78

49,22

25542

31221

56763

54999

2007

24,58

31,13

55,71

44,29

32739

41507

74246

59031

2008

24,72

29,87

54,59

45,41

29805

36008

65813

54726

Fuente. EVR. Instituto Nacional de Estadística.

 

La comparación del total de desplazamientos de los tres flujos internos de extranjeros en 2008 muestra un modelo migratorio en la Comunidad de Madrid de predominio del flujo intraprovincial seguido por la emigración y la inmigración interprovincial. A escala regional este modelo solo se repite en Canarias, predominando eso sí los desplazamientos intraprovinciales seguidos de la inmigración interprovincial en otras seis comunidades autónomas (Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana, Baleares, Navarra y Cantabria). Dentro de este conjunto de comunidades de predominio del flujo intraprovincial, Cataluña y Madrid (por este orden) presentan los valores más elevados de este flujo en consonancia con la importancia del proceso de redistribución interna de la población en los extensos y crecientes espacios metropolitanos y periurbanos barcelonés y madrileño. En el resto del país dominan los dos flujos interprovinciales, bien encabezados por la inmigración, bien por la emigración (Cuadro 9).

 

Cuadro 9.
Migrantes extranjeros (%) según tipo de migración interna en 2008

CCAA

Migración
intraprovincial

Inmigración
Interprovincial

Emigración
interprovincial

Total
Interprovincial

Andalucía

26,83

35,54

37,63

73,17

Aragón

20,84

40,57

38,59

79,16

Asturias

29,26

42,15

28,59

70,74

Baleares

41,19

32,88

25,93

58,81

Canarias

43,41

24,77

31,82

56,59

Cantabria

35,82

34,99

29,19

64,18

Castilla-La Mancha

16,92

42,81

40,27

83,08

Castilla y León

21,94

36,29

41,77

78,06

Cataluña

48,41

26,84

24,75

51,59

C. Valenciana

34,81

31,88

33,31

65,19

Extremadura

18,25

35,34

46,41

81,75

Galicia

30,19

37,02

32,79

69,81

Madrid

45,41

24,72

29,87

54,59

Murcia

26,92

34,47

38,61

73,08

Navarra

42,61

34,54

22,85

57,39

País Vasco

39,74

38,03

22,23

60,26

La Rioja

23,39

40,22

36,39

76,61

Fuente. EVR. Instituto Nacional de Estadística.

 

La actual crisis económica y su incidencia en los flujos migratorios

El fuerte crecimiento de la movilidad residencial en general y de los flujos de extranjeros intra e interprovinciales ha sido una constante desde los años noventa acompañando a una situación económica muy favorable. A partir de 2008 la situación económica cambia. El ciclo expansivo económico da paso a otro recesivo en el que el decrecimiento de la actividad y el aumento espectacular del paro son dos indicadores de la mala situación económica. Así el crecimiento del PIB bajó del 3,6% al 1,2% en España y del 3,9% al 1,6% en la Comunidad de Madrid de 2007 a 2008 para ser ya negativo en 2009 (-3,6% y  –3,2% respectivamente)[30]. Por su parte el número de parados se incrementó en 1.280.300 y  135.900 efectivos[31], pasando la tasa de paro del 8,6% y el 6,6% al 13,9% y el 10,2% en los dos ámbitos espaciales.

Los extranjeros, que ya antes de la crisis económica soportaban mayores tasas de paro y de precariedad laboral se han visto especialmente afectados por la crisis. En España, por ejemplo, en 2008 han desaparecido el 9,3% de los empleos ocupados por extranjeros frente al 6,4% de los ocupados por españoles[32]. La consecuencia ha sido un incremento notable del desempleo, que alcanza en la Comunidad de Madrid al 9,3% de los activos españoles y al 12,3% de los extranjeros según la EPA del 4º trimestre de 2008; un valor que es en el caso de los extranjeros cuatro puntos superior al de finales del 2007. A lo largo de 2009 la crisis se ha ahondado, situándose la tasa de paro de los extranjeros en el tercer trimestre en un espectacular 21,2%, muy superior al 12,5% de los españoles según la EPA del 3º trimestre de 2009.

Evidentemente la mala situación económica debe incidir en los flujos migratorios en general y en el de los extranjeros en particular. Los datos de 2008 muestran una caída de las altas y bajas padronales por cambio de residencia tanto a nivel general como en los tres principales tipos de flujos migratorios: los interprovinciales, los intraprovinciales y los exteriores (Cuadros 2, 6 y 7). En conjunto el año 2008 termina en la Comunidad de Madrid con 74.302 desplazamientos menos que en 2007, un 13,5% menos, que es ligeramente superior al descenso general del país (13,1% y 345.005 desplazamientos menos que en 2007), con una caída que es mayor en los flujos exteriores en ambos ámbitos espaciales tanto en valores absolutos como relativos.

Los únicos flujos que no descienden son los de la emigración de españoles y, sobre todo, de extranjeros fuera del país. En este último tipo de flujo el crecimiento es continuo pero se agudiza desde 2005, alcanzándose la cifra de salidas más elevada en el año 2008, coincidiendo con la crisis. Por lo tanto, parece evidente que ésta repercute en un aumento de las salidas que en su mayor parte suponen movimientos de retorno. Sin embargo, habría que matizar la valoración de la incidencia de  la crisis. Por un lado el aumento de las salidas se inicia antes de su aparición y los mayores incrementos interanuales de salidas de emigrantes en valores absolutos y relativos se producen en 2006 (+16.312) y 2007 (+26.723), disminuyendo en 2008 (+5.109), coincidiendo con el año de plena incidencia de la crisis. Pensamos, pues, que la crisis tiene una influencia limitada y que lo hace incluso frenando el ritmo de las salidas (a pesar de su aumento en valores absolutos en 2008) a los países de origen (retornos) y a otros del extranjero. En este sentido hay que señalar que la crisis económica es global, pudiendo afectar incluso en mayor medida a los países de origen de los extranjeros. Además hay otros factores que dificultan el retorno como el fuerte coste de llegar y asentarse en España, la elevada inserción social lograda en muchos casos, la existencia de redes familiares y sociales que pueden paliar las consecuencias de la crisis[33], el coste económico del retorno, la sensación de fracaso que plantea la vuelta al país de origen y el propio deseo de permanencia en España de los extranjeros[34].

El mayor descenso en valores absolutos y relativos es el que se ha producido en la inmigración de extranjeros desde el exterior. Las 128.073 altas de 2008 suponen una caída del 25,7% con respecto a las de 2007 (172.276) que representaron el techo de la inmigración extranjera a la Comunidad de Madrid, y lo mismo sucede en el conjunto de España. Evidentemente la nueva situación económica de escaso crecimiento y alto paro desincentiva la inmigración a lo que se suma la creciente dificultad de acceso al país por una política de concesión de visados más restrictiva. Sin embargo es pronto para poder afirmar que se ha acabado el ciclo inmigratorio expansivo de la sociedad española[35]. El número de entradas en 2008, tanto en España como en el ámbito madrileño es superior prácticamente al de todos los años anteriores a 2006 y ya en la actualidad como en los próximos años habrá que contar con un importante flujo de entradas vinculadas a los procesos de reagrupación familiar.

Las migraciones inter e intraprovinciales también han descendido en 2008 con respecto a 2007, aunque en todos los casos en cifras absolutas y relativas inferiores a la exterior. El análisis de cada uno de los cuatro flujos internos considerados al tener en cuenta la nacionalidad de los migrantes permite destacar cuatro aspectos:

  1. Todos los flujos presentan una caída de sus efectivos en 2008 con respecto a 2007 por lo que la crisis parece haber ralentizado la movilidad residencial interna en contra de la idea de que la movilidad geográfica interna podría haber sido utilizada como estrategia de resistencia a los efectos de la crisis económica[36].
  2. El descenso de los desplazamientos intra e interprovinciales es inferior en el colectivo de extranjeros que en los españoles. Ello habría que relacionarlo con la mayor disponibilidad de los extranjeros a moverse territorial y laboralmente al no tener los frenos que sí afectan en mayor medida a los españoles: una mayor permanencia en el sistema educativo, una cierta estabilidad laboral, la disponibilidad de una vivienda en propiedad (pagada o en curso de pago) y un modelo familiar consolidado. Entre los extranjeros el paro, la precariedad y el cambio de empleo son situaciones habituales, el grado de inserción social y geográfica es menor por el carácter reciente en muchos casos de su entrada en el país, predomina la vivienda en alquiler, hay un elevado porcentaje de solteros por la juventud del colectivo, y en el caso de los casados el reagrupamiento familiar prácticamente supone la exigencia de un cambio residencial.
  3. Entre los extranjeros como en los españoles el descenso es mayor en los flujos de mayor distancia. La caída es así más alta en los flujos interprovinciales, más relacionados en general con los factores laborales, que en los intraprovinciales muy influidos por las condiciones del mercado de la vivienda.
  4. Por último, y dentro de los flujos interprovinciales, el descenso es mayor tanto en los extranjeros como en los españoles en la corriente emigratoria desde la Comunidad de Madrid que en la inmigratoria. Esa menor caída de la inmigración interna quizás haya que relacionarla con una valoración más favorable de las condiciones del mercado de trabajo de la región desde el resto de España. En este sentido en el 4º trimestre de 2008 la tasa de paro era en la Comunidad de Madrid tres y nueve puntos más baja entre los españoles y extranjeros (9,6% y 12,3%) que en el conjunto del país.

En cuanto al modelo migratorio, la crisis económica no lo ha modificado pero sí que ha abierto una tendencia que puede modificarlo a corto plazo sí se mantiene. El descenso de la migración exterior, provocado por la caída de la inmigración de extranjeros, explica la nueva situación de equilibrio entre las migraciones exteriores y las interprovinciales, que dará paso posiblemente ya en 2009 a un predominio de los flujos interprovinciales como sucedía en las décadas anteriores a los años ochenta[37]. La caída de la inmigración extranjera del exterior es tan significativa que incluso en 2008 es superada por la migración interprovincial de españoles e igualada por la suma de los flujos internos (intra e interprovincial) de extranjeros.


Análisis espacial de la migración interna de extranjeros en la Comunidad de Madrid

Las diferencias territoriales en los flujos internos de extranjeros

La importancia de los migrantes internos extranjeros se pone de manifiesto al representar el 34,8% de los desplazamientos internos en 2008, cuando por ejemplo a principios de siglo era tan solo del 10,6% (año 2000). El peso de los extranjeros en las migraciones internas varía según el tipo de flujo migratorio y el territorio (Cuadro 10). Tanto en el caso de la inmigración como en la emigración en el período 2001-2005 el municipio de Madrid presenta el mayor peso de los extranjeros, seguido por la corona metropolitana y los municipios no metropolitanos; pero al descender en el análisis el panorama difiere entre el flujo inmigratorio y el emigratorio.

 

Cuadro 10.
Peso de los migrantes extranjeros según tipo de flujo en 2001-2006

Zonas

2001-2006
In.intraprov.

2001-2006
In.interprov

2001-2006
In.interna

2001-2006
Em.intraprov

2001-2006
Em.interprov.

2001-2006
Em.interna

Madrid

31,48

25,31

28,19

25,49

29,58

27,37

Corona Metropolitana

28,67

24,55

27,71

26,68

19,01

24,11

A.M.Norte

25,25

19,72

23,99

24,97

21,56

24,07

A.M.Sur

37,35

26,53

34,55

25,88

18,17

23,05

A.M.Este

28,26

28,11

28,23

30,45

19,02

26,18

A.M.Oeste

16,69

17,24

16,39

25,12

20,54

24,01

1ª Corona Metropol.

34,32

25,17

31,67

29,81

22,39

27,69

2ª Corona Metropol.

25,85

23,39

25,69

24,42

17,32

21,81

3ª Corona

14,99

22,19

16,17

24,97

23,58

24,52

4ª Corona

17,13

22,51

17,98

22,47

25,79

23,39

5ª Corona

20,75

23,38

21,36

24,38

26,61

25,12

Resto CM

18,73

22,01

19,37

26,79

20,16

23,94

Municipios no metropolitanos

16,61

22,51

17,63

24,21

24,32

24,27

Fuente. EVR 2001 a 2006. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

En la inmigración, el sur y este metropolitano y el conjunto de las ciudades de la corona metropolitana situadas a menos de 15 Km de Madrid, superan al municipio de Madrid, mientras que los sectores norte y sobre todo oeste y los municipios metropolitanos más alejados (2ª corona) mantienen valores mucho más bajos. Así mismo los valores son bajos en las coronas periurbanas trazadas en el resto de la Comunidad apareciendo un progresivo aumento del peso de los extranjeros al aumentar la distancia, que solo se interrumpe en la última corona.

Estas diferencias se explican con facilidad. Hasta el momento la mayor presencia de extranjeros y la mayor parte de los desplazamientos internos de los mismos se produce en el ámbito metropolitano, constituyendo una parte poco importante los flujos inmigratorios periurbanos de carácter residencial. En las coronas periurbanas la llegada de migrantes, mayoritariamente españoles, disminuye con la distancia, con lo que el peso de los extranjeros tiene una tendencia a aumentar. Solo en la última corona se invierte esta tendencia, debido a que por la propia  lejanía, menor accesibilidad y reducido mercado de trabajo de sus municipios, resulta menos atractiva a la inmigración extranjera, como muestra el escaso número de altas internas, mientras que la inmigración nacional, a pesar de la escasa integración metropolitana, se nutre de flujos donde los españoles son claramente dominantes (retornos, flujos de amenidad, neorrurales…). Por otra parte, los valores reducidos del sector norte y sobre todo del oeste metropolitano se deben relacionar con la menor oferta de vivienda de calidad baja  y con unos precios de alquiler o compra más altos que en los otros dos sectores metropolitanos.

Por lo que respecta a la emigración la situación es distinta. En principio existe una mayor similitud en los valores de las distintas zonas que en la inmigración, destacando solo el municipio de Madrid, que tiene el valor más alto en consonancia con el papel redistribuidor tras la entrada al país de los extranjeros, el sector este metropolitano, y la 5ª corona por la influencia de la ciudad de Aranjuez, origen de numerosas salidas a municipios cercanos dentro y fuera de la Comunidad de Madrid.

El análisis a escala municipal de las migraciones muestra una situación contrastada. En el caso de la inmigración (Figura 4) destaca la presencia de un número apreciable de municipios con un peso de los extranjeros que supera el 25% (33 municipios). Por un lado se trata de municipios metropolitanos (13 núcleos), sobre todo del sector sur y del “Corredor del Henares” en el este, en los que los extranjeros han venido a paliar la salida de población española producida en los últimos lustros asociada a las dificultades de acceso a primera vivienda o al deseo de una vivienda en un entorno residencial mejor. Por otro lado, se corresponden con núcleos no metropolitanos. En algún caso (San Martín de la Vega y Arganda) coinciden con núcleos urbanos contiguos con un fuerte crecimiento en los últimos años y un notable mercado de trabajo. En otros casos son municipios más lejanos al espacio metropolitano tradicional apareciendo una doble pauta de localización. En primer lugar la mayoría de los casos se encuentran en las coronas más alejadas del espacio tradicional metropolitano (5ªcorona y resto de la Comunidad), en las que ha llegado más tarde y con menor intensidad los efectos de la expansión metropolitana madrileña, y es por lo tanto menor la inmigración residencial de españoles. En segundo lugar, y por la misma razón, la ubicación preferente se produce en las comarcas serranas más alejadas y menos accesibles del espacio metropolitano y en el sureste (comarca de Las Vegas) de la Comunidad de Madrid.

 

Figura 4. Inmigrantes internos extranjeros sobre inmigrantes totales internos. 2001-2006.
Fuente. EVR 2001 a 2006. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

A escala municipal (Figura 5) en el flujo emigratorio el número de municipios donde los extranjeros representan más del 25% del total  es mucho más elevado (69 municipios) que en el caso de la inmigración por la menor importancia de la emigración de españoles en los núcleos no metropolitanos. Si nos centramos solo en los que se supera el 30% de extranjeros en la emigración interna, destaca  la escasa presencia de núcleos metropolitanos (Parla y Coslada) porque en la mayoría de los que cuentan con una importante población extranjera también es destacable la salida de españoles y en los que esta última es reducida hay una escaso número de extranjeros (núcleos del sector metropolitano oeste y algunos del norte y este). Los valores más altos coinciden con municipios no metropolitanos, manteniéndose en este ámbito la mayor presencia de núcleos en las coronas más alejadas del espacio metropolitano y la preferente localización  en las comarcas serranas menos accesibles (Sierra Norte y oeste) y el sureste de la Comunidad. Así de los treinta y cinco municipios con más del 30%, veintisiete se ubican en estas dos comarcas  y una mayoría pertenece a las coronas más alejadas diseñadas en la Comunidad de Madrid (26 de los 35 núcleos con más del 30% de extranjeros) se sitúan en la 5º Corona y en el resto de la Comunidad.

 

Figura 5. Emigrantes internos extranjeros sobre inmigrantes totales internos. 2001-2006.
Fuente. EVR 2001 a 2006. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

Las pautas espaciales de las migraciones interprovinciales de extranjeros

En el año 2008 se contabilizaron 65.813 movimientos registrados de carácter interprovincial que se desglosan entre 29.805 entradas y 36.008 salidas, representando el 54,6% de los desplazamientos internos de extranjeros. En el contexto nacional en ese año la Comunidad de Madrid se situaba a nivel regional en el segundo puesto tras Cataluña en la emigración y en el tercero tras esta región y la valenciana en el flujo inmigratorio. A escala provincial sin embargo tanto en un flujo como en el otro Madrid ocupa el primer puesto de forma destacada.

Los datos ponen de manifiesto el papel de la Comunidad de Madrid como redistribuidora de población extranjera en España: un papel que aparece en todas las grandes nacionalidades de los extranjeros, con la excepción de los asiáticos y los ciudadanos del África Negra (Cuadro 4). Si consideramos el período 2004-2008 (el INE no aporta datos desglosados por nacionalidad para antes del 2002) para así salvar las posibles grandes oscilaciones anuales, la Comunidad tiene un saldo negativo nada menos que con 38 provincias, destacando por su intensidad dos tipos de provincias (Figura 6).

 

Figura 6. Saldo migratorio interno de extranjeros de la Comunidad de Madrid con el resto de provincias.
Fuente. EVR 2004 a 2008. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

Por un lado, las vecinas Toledo y Guadalajara, debido a la existencia de una oferta amplia de empleo para los extranjeros en relación con la importancia del proceso de descentralización de la actividad productiva madrileña y la presencia destacada de  ejemplos de desarrollo endógeno, a los que se suma la creciente integración de las comarcas limítrofes con Madrid en su mercado de la vivienda metropolitano y periurbano.

Por otro lado, algunas provincias levantinas (sobre todo Valencia, Alicante y Barcelona) que cuentan también con un mercado de trabajo dinámico con nichos laborales que favorecen la contratación de extranjeros. En general el eje mediterráneo (con la excepción del escaso saldo con Granada) destaca por la intensidad de los saldos negativos, coincidiendo con un ámbito donde la presencia de extranjeros residentes es notable, lo que facilita la llegada y la inserción de extranjeros emigrantes desde Madrid. A un nivel menor el saldo es también significativo con las provincias litorales del Cantábrico con la excepción de Lugo, y con algunas interiores del eje dinámico del valle del Ebro (Zaragoza y Navarra) o del Guadalquivir (Sevilla).  

Con otras once provincias el saldo migratorio es favorable a la Comunidad de Madrid, con valores muy reducidos en la mayoría de los casos. Únicamente Almería presenta un valor destacado, que llega a representar la mitad de todo el saldo positivo con las once provincias. Evidentemente además del papel de la provincia como primera entrada al país, Almería es una provincia de inicio de la vida laboral en el sector agrícola desde el que se da el paso posterior a otros sectores en muchos casos en otras provincias[38]. En este sentido su carácter como redistribuidora de población extranjera como prueba el saldo negativo que tiene a nivel nacional  se repite también con respecto a Madrid. Una explicación similar se puede señalar para la provincia de Huelva, con la que la Comunidad Madrileña presenta así mismo un saldo de extranjeros positivo, aunque eso sí con un valor mucho más reducido.

Cabría preguntarse si las pautas de comportamiento espacial de los extranjeros son las mismas o no que la de los españoles. Para constatarlo se han obtenido los saldos de Madrid con el resto de las provincias para la población española y el mismo período de referencia (2004-2008).

En principio lo que se observa a nivel general es una reducción de las provincias con las que Madrid tiene un saldo migratorio negativo ya que de 38 se pasa a 24 provincias en la población española. Hay pues 25 provincias con las que Madrid tiene un saldo positivo (Figura 7). La atracción de la Comunidad Madrileña se produce no solo con provincias poco industrializadas y urbanizadas como en el pasado, ya que junto a ellas hay otras con una estructura productiva más moderna que cuentan incluso en algunos casos con un apreciable dinamismo económico en los últimos años. Así se encuentran en esta situación las provincias vascas, Barcelona, las ubicadas en el eje del valle del Ebro (Zaragoza, La Rioja, Navarra y Lleida) y el litoral occidental gallego (La Coruña y Pontevedra). En general una mayoría de provincias de la mitad norte (19 de 25) y del interior (17 de 25) del país.

 

Figura 7. Saldo migratorio interno de españoles de la Comunidad de Madrid con el resto de provincias.
Fuente. EVR 2004 a 2008. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

El análisis comparativo entre los saldos de extranjeros y españoles muestra como existen pautas espaciales coincidentes en la relación de Madrid con 29 provincias, con ocho casos donde los dos saldos son positivos y veintiuno donde son negativos (Figura 8). En las veinte restantes los patrones de comportamiento espacial son diferentes. Lo más frecuente es que el saldo de españoles sea positivo y negativo el de extranjeros (17 provincias), destacando en este caso las tres provincias vascas, Barcelona, Canarias y el eje del valle del Ebro (Zaragoza, Navarra, La Rioja y Lleida). Con todas estas provincias Madrid pierde extranjeros (saldo negativo) y gana españoles (saldo positivo). Evidentemente sorprende el saldo positivo de españoles con las provincias señaladas anteriormente ya que coinciden con ámbitos de fuerte dinamismo económico. En este caso se trata de una inmigración interurbana y no de un éxodo rural que se dirige a Madrid por juzgar que su mercado laboral ofrece condiciones más apropiadas para las expectativas de los migrantes. En tan solo tres provincias (Almería, Huelva y Albacete) sucede lo contrario ya que el saldo es positivo en los extranjeros y negativo en los españoles.

 

Figura 8. Saldos migratorios internos por nacionalidad de la Comunidad de Madrid con el resto de provincias.
Fuente. EVR 2004 a 2008. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

Los datos del período considerado de las altas y las bajas interprovinciales de extranjeros descubren una dirección de los flujos similar ya que once de las doce primeras provincias inmigratorias (Barcelona, Toledo, Valencia, Alicante, Murcia, Guadalajara, Málaga, Almería, Baleares, Las Palmas, Ávila y Zaragoza, por este orden) coinciden con las doce que reciben más emigrantes de Madrid (Toledo, Guadalajara, Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, Málaga, Baleares, Las Palmas, Zaragoza, Ávila y Sevilla). La comparación entre ambos flujos muestra las excepciones de Almería, presente en la inmigración pero no en la emigración, y en sentido inverso de Sevilla; además de cambios en la intensidad de los valores según las provincias y el tipo de flujo: así en la emigración las provincias limítrofes, sobre todo Guadalajara y Toledo, tienen una mayor importancia que en el flujo inmigratorio, en el que ganan protagonismo las provincias levantinas.

El análisis de los flujos interprovinciales de extranjeros quedaría incompleto sino se contemplan las diferencias que aparecen en el interior de la Comunidad de Madrid. Si tenemos en cuenta las grandes unidades territoriales que podemos diferenciar en la región se pueden realizar las consideraciones siguientes (Cuadros 11,12 y 13):

 

Cuadro 11.
Inmigrantes internos según nacionalidad y tipo de flujo 2001-2005 en la Comunidad de Madrid

Zonas

Extranjeros
intraprov.

%

Extranjeros
interprov.

%

Españoles
intraprov.

%

Españoles
interprov.

%

Madrid

56.908

24,96

58.988

56,57

123.283

18,80

171.063

54,34

Corona Metropolitana

127.231

55,81

32.833

31,48

312.240

47,62

100.880

32,03

A.M.Norte

13.728

6,02

3.173

3,04

40.631

6,19

12.911

4,10

A.M.Sur

64.794

28,42

15.916

15,26

107.832

16,44

44.064

13,99

A.M.Este

32.217

14,13

9.842

9,44

78.684

12,01

25.172

7,99

A.M.Oeste

16.492

7,23

3.902

3,74

85.293

13,01

18.733

5,95

1ª Corona AM

50.790

22,28

10.920

10,47

95.817

14,62

35.758

11,36

2ª Corona AM

76.441

33,53

21.913

21,01

216.423

33,01

65.122

20,67

3ª Corona

20.740

9,19

5.998

5,75

117.582

17,96

21.017

6,67

4ª Corona

12.639

5,60

3.108

2,98

61.129

9,33

10.677

3,39

5ª Corona

7.637

3,38

2.530

2,42

29.151

4,45

8.280

2,63

Resto CM

2.807

1,24

803

0,77

12.178

1,86

2.845

0,90

Municipios no metropolitanos

43.823

19,41

12.439

11,92

220.040

34,26

42.819

13,59

Total CM

227.962

100,00

104.260

100,00

655.563

100,00

314.762

100,00

Fuente. EVR 2001 a 2006. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

Cuadro 12.
Emigrantes internos según nacionalidad y tipo de flujo 2001-2005 en la Comunidad de Madrid

Zonas

Extranjeros
intraprov.

%

Extranjeros
interprov.

%

Españoles
intraprov.

%

Españoles
interprov.

%

Madrid

90.758

39,81

89.481

62,60

265.178

40,45

212.936

50,59

Corona Metropolitana

101.733

44,61

36.623

25,60

279.537

42,64

156.019

37,06

A.M.Norte

12.768

5,60

3.935

2,70

38.355

5,85

14.312

3,40

A.M.Sur

44.032

19,31

17.964

12,60

126.082

19,23

80.861

19,21

A.M.Este

27.032

11,85

10.064

7,10

61.742

9,41

42.787

10,16

A.M.Oeste

17.901

7,85

4.670

3,20

53.358

8,13

18.059

4,29

1ª Corona Metropol.

47.693

20,92

14.327

10,03

112.263

17,12

49.627

11,79

2ª Corona Metropol.

54.040

23,69

22.296

15,61

167.274

25,52

106.392

25,27

3ª Corona

17.205

7,54

7.694

5,38

51.679

7,88

24.934

5,92

4ª Corona

9.814

4,30

4.360

3,05

33.861

5,16

12.541

2,98

5ª Corona

6.021

2,64

3.258

2,28

18.667

2,84

8.985

2,13

Resto CAM

2.431

1,06

1.385

0,96

6.641

1,01

5.484

1,30

Municipios no metropolitanos

35.471

15,54

16.697

11,69

110.848

16,89

51.944

12,33

Total CAM

227.962

100,00

142.801

100,00

655.563

100,00

420.899

100,00

Fuente. EVR 2001 a 2006. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

Cuadro 13.
Saldos migratorios internos según nacionalidad y tipo de flujo 2001-2005 en la Comunidad de Madrid

Zonas

Extranjeros
Intraprov.

Extranjeros
Interprov.

Extranjeros
Total

Españoles
Intraprov.

Españoles
Interprov.

Españoles
Total

Madrid

-33850

-30493

-64343

-141895

-41873

-183768

Corona Metropolitana

25498

-3790

21708

32703

-55139

-2236

A.M.Norte

960

-762

198

2276

-1401

875

A.M.Sur

20762

-2048

18714

-18250

-36797

-55047

A.M.Este

5185

-222

4963

16942

-17615

-673

A.M.Oeste

-1409

-768

-2177

31935

674

32609

1ª Corona Metropolitana

3097

-2850

247

-16446

-13869

-30315

2ª Corona Metropolitana

2241

-950

22306

49149

-41270

7879

3ª Corona

3535

-1696

1839

65903

-3917

6198

4ª Corona

2825

-1252

1573

27268

-1864

25404

5ª Corona

1616

-728

888

10484

-705

9779

Resto CM

376

-582

-203

5537

-2639

2898

Municipios no

Metropolitanos

8352

-4258

4094

109192

-9125

100067

Fuente: EVR 2001 a 2005. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

Las pautas espaciales de la migración intraprovincial de extranjeros

Los 54.726 cambios de residencia intraprovinciales de extranjeros en 2008 colocan a la Comunidad de Madrid en el segundo puesto tras Cataluña (80.956 desplazamientos) en la escala regional de la importancia de este tipo de flujo migratorio. Las dos comunidades concentran el 51% de todos los desplazamientos intraprovinciales en España, apareciendo una polarización espacial en este tipo de flujo muy superior a la que se produce en la migración interprovincial de españoles, en la que las dos regiones solo engloban el 33% de todos los movimientos residenciales interprovinciales del país.

También son elevados los valores que representan el peso de este tipo de flujo sobre el total de la migración intraprovincial.  En este caso, también la Comunidad de Madrid se sitúa con el 36,3% tras Cataluña (38,2%) en la escala regional.

Evidentemente estos altos valores en las dos regiones se relacionan con factores como la gran presencia de extranjeros residentes en ellas; el importante papel de Barcelona y Madrid como puerta de entrada a España; la intensidad de los cambios  intraprovinciales en relación con el fuerte proceso de reestructuración de la actividad productiva y el mercado de la vivienda en el territorio metropolitano de las dos capitales y sus cada vez más extensas áreas periurbanas; y, por último, en un contexto de creciente saturación de extranjeros en las dos capitales, la gran atracción de los núcleos metropolitanos para los extranjeros, por su buena accesibilidad, la presencia de una amplia oferta de vivienda a precios adecuados y un mercado de trabajo con una apreciable oferta de empleo para ellos.

En la Comunidad de Madrid  y a la escala de las grandes unidades territoriales que la conforman se pone de manifiesto como el área metropolitana tradicional madrileña engloba la mayor parte de los inmigrantes y emigrantes internos de extranjeros con el 83,05% (275.960 sobre un total de 332.222) y el 85,92% (318.595 sobre un total de 370.763)  de los mismos respectivamente. En el interior de este ámbito espacial hay una diferencia clara entre la ciudad de Madrid y la corona metropolitana en los dos flujos. Mientras que en el emigratorio Madrid concentra casi la mitad de las salidas (180.239 salidas que suponen el 49%), superando con claridad a la corona metropolitana, en la inmigración sucede lo contrario (la corona metropolitana engloba 160.064 altas internas que suponen el 48,2% del total). Esta diferencia aparece de distinta manera en los flujos intra e interprovinciales. En los primeros, en la inmigración se agudiza la importancia de la corona metropolitana, destino prioritario, sobre todo en sus sectores sur y este, de los extranjeros procedentes del municipio de Madrid, mientras que en la emigración la Corona Metropolitana supera ya en su conjunto el total de emigrantes del municipio de Madrid. En los interprovinciales el peso de esta última es muy destacada tanto en la inmigración como sobre todo en la emigración. En definitiva los datos ponen de manifiesto que mientras en la migración de media y larga distancia (interprovincial), muy condicionada por la motivación laboral, Madrid es el principal y destacado origen y destino de los flujos; en la de corta distancia, muy relacionada con las estrategias residenciales de los extranjeros, se produce un predominio de la corona metropolitana, no solo en la inmigración, sino también en la emigración, ya que muchas ciudades de este ámbito son, como el municipio de Madrid, núcleos de localización inicial de extranjeros (en 2007 el 32,9% de las altas externas de extranjeros se dirigieron a la corona metropolitana), que realizan tras un período de asentamiento e integración en el país un desplazamiento posterior por motivos residenciales. 

El análisis por unidades territoriales intermedias permite descubrir algunas diferencias de interés en el interior de la Comunidad de Madrid (Cuadros 11,12 y 13). En primer lugar el saldo migratorio de extranjeros es positivo en todas las unidades espaciales a excepción del municipio de Madrid poniéndose así también de manifiesto el papel de la ciudad de Madrid como redistribuidora de extranjeros en el interior de la región y en mucha menor medida del sector oeste metropolitano donde el alto precio de la vivienda (alquiler y propiedad) y la menor oferta de empleo, favorece la emigración tras un asentamiento inicial. Los saldos positivos más elevados se localizan en los sectores sur, y en menor medida el este de la corona metropolitana. Estos dos sectores cuentan con un parque inmobiliario en general de mayor antigüedad y peor calidad, una mayor oferta de vivienda de alquiler a precios además más baratos, una buena accesibilidad metropolitana, al contar con un buen sistema de transporte público, y una presencia notable de extranjeros ya asentados desde principios de siglo, entre otros factores que explican su atracción para la llegada de extranjeros procedentes del interior de la región. La comparación con la población española descubre un comportamiento distinto de los extranjeros ya que el saldo entre los españoles coloca junto al municipio de Madrid por sus valores negativos, a la corona metropolitana por la presencia de valores negativos en sus sectores este y sobre todo el  sur  y en general a los municipios de la corona metropolitana situados a menos de 15 kilómetros de Madrid con independencia del sector espacial de la corona en el que se incluyan. Además, a este saldo negativo se suman los sectores este y norte metropolitano si consideramos tan solo los datos de las E.V.R. de 2006. En definitiva el papel como foco redistribuidor interno de la población se amplía a tres de los cuatro sectores de la corona metropolitana entre los españoles mientras que se reduce al municipio de Madrid en el colectivo de extranjeros.

En segundo lugar tanto en los flujos inmigratorios como en los emigratorios la corona metropolitana tiene un peso mayor que el municipio de Madrid. La mayor diferencia se produce en la inmigración ya que la corona duplica los desplazamientos de entrada de la ciudad de Madrid. Incluso el ámbito periurbano se acerca al volumen de inmigrantes al municipio de Madrid en consonancia con el creciente papel de esta zona como asiento de extranjeros, dado el dinamismo de su mercado laboral y la creciente oferta de vivienda a precios asequibles. Dentro de la corona metropolitana el sector sur, que supera a la propia capital, y el sector este se constituyen como los destinos fundamentales para los extranjeros procedentes del resto de la región, mientras que los sectores norte y oeste tienen un atractivo mucho menor, hasta el punto de que ya son superados por el conjunto de coronas periurbanas. Además se observa ya como con independencia del sector la atracción de extranjeros tiene mayor intensidad en los núcleos metropolitanos más alejados del municipio de Madrid lo que revelaría un cierto proceso de saturación de extranjeros en los municipios de más antigua metropolitización.

En el caso de la emigración existe un mayor equilibrio entre Madrid y la corona metropolitana. Evidentemente no sorprende el alto valor del municipio de Madrid que está en consonancia con su ya señalado papel redistribuidor de extranjeros, pero sí el que la corona supere ese valor como consecuencia, de nuevo, de los sectores sur y este. En este sentido es interesante señalar que ambos sectores también se comportan como destinos iniciales de los extranjeros al entrar en el país, por lo que cuentan con una masa de extranjeros dispuestos a una posterior migración tras el asentamiento inicial que es en muchos casos solo provisional.

En tercer lugar, la comparación con el comportamiento del colectivo de españoles permite señalar que la situación es similar en la distribución de los flujos emigratorios, aunque con un ligero aumento del papel del municipio de Madrid; mientras que en los inmigratorios se asiste sobre todo a un menor peso de la ciudad de Madrid y la corona metropolitana en beneficio del ámbito periurbano, en consonancia con el papel de esta zona como destino creciente de población, aún mayoritariamente española, procedente del conjunto metropolitano.

Por último, también en los flujos inmigratorios y emigratorios intraprovinciales el peso de los extranjeros es claramente inferior al de los españoles. En el caso de la inmigración el abanico de valores es amplio apareciendo valores bajos, por debajo del 20% en el ámbito periurbano y el sector oeste metropolitano, y otros muy altos, por encima del 30% en el municipio de Madrid y el sur metropolitano, coincidiendo con las zonas de mayor expulsión de población española.  Estos valores se incrementan progresivamente año a año si consideramos valores anuales y no el conjunto del quinquenio 2001-2006. Así en el año 2006 los valores más bajos superan ya el 20% en los ámbitos señalados anteriormente y los más elevados se acercan al 50% en la corona sur metropolitana y al 40% en el municipio de Madrid y las coronas este y norte metropolitana. En el caso de la emigración la horquilla de valores es mucho más reducida destacando solo el sector este metropolitano (31,4% en el período 2001-2006), que presenta ya valores cercanos al 40% en 2006 junto a la corona sur metropolitana.

La matriz de flujos origen-destino del período 2001-2006 posibilita el conocimiento del modelo espacial de intercambios de extranjeros entre las grandes zonas delimitadas en el interior de la Comunidad (Cuadro 14), destacando las características siguientes:

 

Cuadro 14.
Matriz de migraciones intraprovinciales de extranjeros en la C de Madrid por grandes zonas. 2001-2005
 

Madrid

Corona Metropolitana

3ª Corona

4ª Corona

5ª Corona

Resto CAM

Madrid

           

Inmigrantes

0

79,30%

10,20%

5,50%

3,10%

2,10%

Emigrantes

0

80,20%

10,60%

5,20%

3,00%

1,00%

Corona Metropolitana 

Inmigrantes

58,60%

33,30%

5,00%

1,70%

0,80%

0,70%

Emigrantes

44,70%

42,20%

8,20%

2,80%

1,40%

0,60%

3ª Corona

Inmigrantes

42,60%

35,40%

9,60%

8,10%

2,60%

1,80%

Emigrantes

32,70%

36,40%

12,90%

12,70%

5,00%

0,40%

4ª Corona

Inmigrantes

37,60%

22,20%

17,30%

15,30%

6,50%

1,20%

Emigrantes

30,50%

21,60%

18,40%

19,10%

9,90%

0,50%

5ª Corona

Inmigrantes

38,10%

19,80%

12,00%

13,90%

11,70%

4,50%

Emigrantes

32,90%

19,20%

11,60%

16,00%

16,40%

3,80%

Resto CAM

Inmigrantes

40,20%

26,20%

2,80%

2,00%

8,30%

20,10%

Emigrantes

35,00%

25,10%

12,00%

4,60%

9,40%

13,80%

Fuente. EVR 2001 a 2006. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

El análisis de los flujos inmigratorios y emigratorios permite señalar las características siguientes:

 

Cuadro 15.
Migrantes intraprovinciales en la Comunidad de Madrid por tipo de flujos, 2001-2005

Tipos de Flujos

Extranjeros

%

Españoles

%

Centrífugos intrametropolitanos

56.142

32,50%

181.522

37,04%

Centrípetros intrametropolitanos

33.737

19,50%

75.990

15,50%

intracorona metropolitana

31.886

18,45%

32.519

6,63%

Centrífugos Metropolitano-Periurbano

23.731

13,73%

109.757

22,40%

Centrípetros Periurbano-Metropolitano

16.652

9,63%

49.024

10,04%

Intracoronas periurbanas Periurbanas

4.151

2,40%

22.060

4,50%

Centrífugos Periurbanos

3.303

1,92%

11.978

2,45%

Centrípetros Periurbanos

3.163

1,83%

7.164

1,46%

Total intrametropolitanos

121.765

70,45%

290.031

59,17%

Total Periurbanos

51.000

29,55%

199.983

40,83%

Total General

172.765

100,00%

490.014

100,00%

Total Centrífugos

83.176

48,15%

303.257

61,89%

Total Centrípetos

53.552

30,99%

132.178

27,00%

Total intracorona

36.037

20,86%

54.579

11,11%

Total General

172.765

100%

490.014

100,00%

Fuente. EVR 2001 a 2006. Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid.

 

Conclusiones

En la Comunidad de Madrid se ha producido un incremento notable de las migraciones internas de extranjeros, que suponen en el 2008 el 34,8% del total de desplazamientos internos. Este crecimiento se ha producido en un contexto de aumento general de la migración interna, también de los españoles, y desde luego de la externa de extranjeros.

El fuerte incremento de la migración interna de extranjeros se explica tanto por la creciente presencia de extranjeros como por la mayor movilidad de estos, como reflejan unas tasas de movilidad que superan a todas las edades a la de los españoles.

La reciente crisis económica provoca un descenso en todos los tipos de flujos migratorios a excepción de las salidas de extranjeros a otros países. El descenso se nota mucho más en las entradas desde el extranjero y dentro de los flujos internos de extranjeros en los de media y larga distancia (interprovinciales), más asociados a los motivos laborales. El descenso es menor que en los flujos internos de españoles por la mayor facilidad de los extranjeros a moverse en relación con su precariedad laboral y residencial y el predominio de un modelo familiar no consolidado.

El flujo interno de extranjeros más numeroso es el intraprovincial, en consonancia con el fuerte proceso de redistribución espacial de la población en la Comunidad en relación con los condicionantes del mercado de la vivienda y la restructuración de las actividades productivas. No obstante, la suma de las altas y bajas interprovinciales supera al flujo intraprovincial, sobre todo por la importancia de la emigración, tanto por el papel de redistribuidor de extranjeros de la Comunidad al constituir la principal puerta de entrada al país, como por la creciente expansión del ámbito metropolitano en las cercanas provincias de Toledo y Guadalajara.

El fuerte papel redistribuidor de extranjeros a escala nacional se pone de manifiesto tanto por el hecho de que el saldo migratorio sea negativo en general y en todas las grandes unidades territoriales de la Comunidad, como por el hecho de que ese saldo sea negativo con treinta y una provincias españolas, destacando por el volumen de este saldo el litoral mediterráneo, salvo Almería, el valle del Ebro, el litoral cantábrico y las provincias limítrofes castellano manchegas.

Los flujos intraprovinciales dibujan un panorama distinto a la migración de españoles. En el caso de los extranjeros el peso de la migración intrametropolitana es mucho mayor y también lo son los movimientos centrípetos intrametropolitanos y los realizados dentro de cada corona, sobre todo en la metropolitana. El papel redistribuidor de extranjeros del municipio de Madrid dentro de la Comunidad también es evidente ya que es la única zona con saldo negativo. El resto de las grandes unidades territoriales tienen un saldo positivo que disminuye con la distancia. Ese papel redistribuidor se produce ante todo sobre el territorio metropolitano pero la presencia cada vez más alta de llegadas a municipios de la 3ª y 4ª coronas, y la aparición en el la matriz origen-destino de flujos de saldos negativos en todas las coronas de municipios con respecto a las siguientes, indica la extensión de la difusión de los extranjeros al territorio no metropolitano y la incorporación al papel redistribuidor que tiene el municipio de Madrid de otros ámbitos como sobre todo el de la corona metropolitana y en menor medida las coronas periurbanas menos alejadas.

El análisis espacial muestra  una clara concentración de los migrantes en el conjunto metropolitano en la inmigración y la emigración. En la primera la corona metropolitana supera al municipio de Madrid, destacando dentro de aquella, los sectores sur y este. En la emigración el peso del municipio de Madrid es más claro seguido de la corona metropolitana con los dos sectores señalados a la cabeza de los valores. En ambos flujos las coronas periurbanas reciben y generan aún pocos migrantes disminuyendo su volumen con la distancia.  En comparación con el total de migrantes internos los extranjeros tienen un peso importante en la inmigración (por encima del 25% y el 30%) en los municipios de más temprana urbanización del sur y este metropolitano, que cuentan con una menor inmigración de españoles y por el contrario una gran salida de los mismos, y en varios  municipios no metropolitanos alejados en el sureste de la Comunidad y las comarcas serranas del norte y oeste, poco afectados por la llegada de españoles en relación con el proceso de expansión metropolitana o la transformación de la segunda residencia en vivienda principal. En la emigración el panorama es similar pero con la menor presencia de municipios metropolitanos al aumentar la importancia de la emigración de españoles.

 

Notas

[1] Este trabajo ha sido financiado por el proyecto TRA2008-06682/MODAL – Relaciones entre modelo territorial y movilidad metropolitana: análisis y modelización. Plan Nacional I+D del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

[2] Véase Cámara, 2009, 354; García, 2009, 18.

[3] Véase Gober, 1999; Newbold, 1996; Nogle, 1994; Schündlel, 2002; Robinson, 199; Rogers y Hennings, 1999.

[4] Véase Newbold, 1999a y 2007.

[5] Véase Newbold, 1996.

[6] Véase Newbold, 1996, 1999a y 2007.

[7] Véase Nogle, 1994; Newbold, 1999b; Kritz et al., 2001.

[8] Véase Nogle, 1997.

[9] Véase Newbold, 1999a.

[10] Véase Newbold, 1996.

[11] Véase Kritz et al., 2000; Borjas, 2006.

[12] Véase Card y DiNardo, 2000; Nogle, 1997.

[13] Véase Recaño, 2004 y 2006; García, 2005 y 2009; Ródenas y Martí, 2005; y Cámara, 2009.

[14] Véase Recaño, 2002; Recaño y Domingo, 2006; Martí y Ródenas, 2006.

[15] Véase Pumares et al., 2006; Pajares, 2009.

[16] Véase Recaño, 2009a.

[17] Véase Recaño, 2009b.

[18] Véase Bayona y Gil, 2008.

[19] Véase Bueno et al., 2007; Bayona y López, 2006.

[20] Véase Blanes et al., 2004.

[21] Véase Pozo y García, 2009.

[22] Pumares, García y Asensio, 2006, p. 21.

[23] Recaño, 2002, p. 5.

[24] García, 2005, p. 77-78.

[25] Véase García, 2005 y Recaño, 2004.

[26] Pozo y García 2009, p. 121.

[27] INE, 2009 <http://www.ine.es/>.

[28] Véase Recaño, 2002 y 2009b.

[29] Pozo y García, 2009, p.116.

[30] Contabilidad Regional de España, INE, 2008 y 2009 <http://www.ine.es/jaxi/menu.do?L=0&type=pcaxis&path=%2Ft35/p010&file=inebase>.

[31] Encuesta de Población Activa (EPA) 4º trimestre de 2007 y 2008, INE <http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=/t22/e308_mnu&file=inebase&N=&L=0>,

[32] Requena y Reher, 2009, p. 316.

[33] Requena y Reher, 2009, p. 318-319.

[34] Encuesta Nacional de Inmigrantes 2007, INE. <http://www.ine.es/prodyser/pubweb/eni07/eni07.htm>.

[35] Aja, Arango y Oliver, 2009, p. 54.

[36] Pajares, 2009, p. 120.

[37] Véase Blanes, Recaño y Menacho, 2004.

[38] Pumares et al., 2006, p. 175.

[39] Pozo y Rodríguez, 2006, p. 270-271.

 

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© Copyright Enrique Pozo Rivera y Juan Carlos García Palomares, 2011.
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Edición electrónica del texto realizada por Jenniffer Thiers.

 

Ficha bibliográfica:

POZO RIVERA, Enrique y Juan Carlos GARCÍA PALOMARES. Evolución reciente y pautas de distribución espacial de las migraciones internas de extranjeros: el caso de la Comunidad de Madrid (1997-2008). Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. [En línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 10 de diciembre de 2011, vol. XV, nº 384. <http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-384.htm>. [ISSN: 1138-9788].

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